Cuando se relaja el Estado de Derecho, la arbitrariedad se hace dueña y señora de la vida cotidiana de los ciudadanos.
Esto es lo que percibimos con dolor e indignación, señaló Délfor "Pocho" Brizuela, en su carácter de militante politico, frente al hostigamiento judicial cada vez más intenso y virulento contra opositores politicos, llevado adelante por magistrados,situación que tiene más parecido con una caceria encarnizada que con una recta administración de Justicia.
No hay duda de que en esta operación denigrante, el poder judicial, con su delantera ejecutora, no actúa solo.
Dispone de la compañía eficiente los Medios de Comunicación del poder, que juegan su cruzada domesticadora de la conciencia de muchos sectores de la sociedad.
Y sin quedarse atrás, más bien conduciendo y regulando la persecusión politica, las máximas autoridades politicas del Gobierno Nacional.
Persecución, represión, disciplinamiento, es el guión conjugado y ejecutado, sin sentimiento de culpa, para honrar el altar despiadado de la codicia neoliberal a costa del sacrificio de la clase trabajadora, de los jubilados y de los pueblos originarios que luchan por justicia y reconocimiento.
No nos tomen el pelo, nos damos cuenta "a la legua" de que con el argumento del enemigo interno quieren ajustarnos, encandilándonos con espejitos de colores que nos distraigan y anestesien.
Con el odio a Cristina Fernández de Kirchner y el plan sistemático de apretarla sin tregua con causas judiciales, elaboradas en los gabinetes del odio coorporativo, quieren silenciar la osadía y responsabilidad democrática de ejercer una verdadera oposición.
Quieren un pueblo sumiso al despojo y apuestan a la derrota de la libertad "agujereada" de miedo y resignación.
No importan los sinsabores y los ataques arteros, embriagados de odio hacia Cristina, Milagro, Santiago, Rafael, ex funcionarios y militantes, con quienes no ahorraron humillaciones y amedrentamiento.
Renaceremos, una y otra vez, con la bandera desplegada, con los nombres de Patria Justa, Libre y Soberana, y aunque "vengan degollando", no nos daremos por vencidos, ni renunciaremos a la lucha, a los sueños y a la alegria.
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