martes, 12 de junio de 2012

Tinkunaco 0825/12 - Re: [Prensa] Circuito Camps: "COZZANI COMANDABA EL GRUPO DE TAREAS"

Juicio Circuito Camps
 
 
“Cozzani comandaba el grupo de tareas”

 
Carlos Enrique Miralles, hijo del ex ministro de economía de la gestión de Victorio Calabró, identificó al ex policía como el jefe del operativo que lo secuestró. Del imputado Eros Tarela dijo que “era el principal torturador” en el centro clandestino Coti Martínez y responsabilizó, además, al ex gobernador de facto Saint Jean por la detención de toda su familia.
 
 
Por Secretaría de Prensa y Difusión – APDH La Plata
 
 
(11JUNIO2012) - La audiencia del juicio a los represores del Circuito Camps comenzó esta mañana con el testimonio de Norma Esther Leanza, una ex detenida-desaparecida que fue secuestrada de la casa de sus suegros el 15 de octubre de 1977, pocas horas después que su marido Alcides Antonio Chiesa, quien había sido llevado junto a su amigo Manuel Oliveira.
 
Según contó la testigo, las desapariciones se habían producido aquella noche, luego de que Chiesa acompañara hasta la entrada de la casa a Oliveira para despedirlo. Luego de diez o quince minutos de que no regresara, ella se acercó a la puerta y advirtió que ambos ya no estaban. Lo único que supo la familia fue a través de dos jóvenes del barrio, quienes le comentaron que habían visto cómo metían a un muchacho dentro de un auto blanco, cuya descripción coincidía con la de Chiesa.
 
La familia comenzó la búsqueda de inmediato en las comisarías platenses, aunque sin resultados. “Cuando volvimos a la casa había una patota de entre ocho y diez personas, con armas largas, que nos preguntaron de dónde veníamos”, contó Leanza, y agregó que junto a su suegro, Alcides Santiago Chiesa, los subieron a un Citroen, que los condujo hasta el Centro Clandestino de Detención (CCD) conocido como Puesto Vasco. “A él lo bajaron y no lo volví a ver”, precisó.
 
En Puesto Vasco, Leanza fue alojada en un calabozo y después en una celda cerrada con una puerta ciega, donde permaneció hasta la primera semana de noviembre de 1977. Durante dicho período, la testigo compartió cautiverio con su esposo -quien había sido trasladado desde el CCD denominado Pozo de Quilmes- y aseguró haber escuchado cómo lo torturaban, además de advertir la presencia del médico Antonio Bergés.
 
Leanza no recuerda si fue el 7 o el 8 de noviembre de 1977 el día en que la trasladaron a la Brigada de Investigaciones de Quilmes. “Me sentaron en el asiento de un auto, me esposaron a la manija del asiento, y dos personas trataban de preguntarme si sabía en que fecha estaba, si era de día o de noche”, relató la mujer, aunque aclaró que no había sido torturada físicamente.
 
En Quilmes, la testigo manifestó haber tenido contacto con las siguientes personas en este centro: un tal Ricardo, a quien le decían "Pucho", Gladys Noemí Mutante, Silvia Estreger, Rodolfo Torres, Norma Ada Nuñez, Mary Laporta, Mirta Gerelli, Carlos Esteban Rodríguez, la señora Abalos, Cacho Ruas y su esposa Nela, Martina Robles, Juan Carlos Robles, Rodolfo Torres, María Elena Varela, Gladis Bosanti y su compañero “Pajarito”, y un grupo de uruguayos que habían estado detenido en el “Pozo de Banfield”, entre otros compañeros. Y en cuanto a los apodos de los represores, Leanza mencionó tres: “El oso Oggi”, “Churrasco” y “El tío”.
 
La liberación de la testigo se produjo el 18 de abril de 1978, pero la de su esposo recién entrada la democracia, luego de haber pasado por la Unidad 9 de La Plata y el penal de Rawson. “Mi marido apareció por primera vez en los diarios el 22 de julio de 1978, después del Mundial, en una lista de los que habían sido puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, aunque sin saber dónde”, contó la mujer al final de su declaración.
 
El caso de la familia Miralles
 
El operativo que secuestró a Carlos Enrique Miralles de la casa de sus padres, la noche del 31 de mayo de 1977, estuvo a cargo de Norberto Cozzani, a quien el testigo logró identificar como quien “comandaba el grupo de tareas” y, dentro del Comando de Operaciones Tácticas Nº1 donde permaneció cautivo, como “una persona soberbia, que entraba como si fuera el dueño de la casa, como si tuviera más poder que el que estaba a cargo de las detenciones”.
 
Esa noche, Cozzani y sus hombres irrumpieron en el domicilio y preguntaron por Ramón Miralles (padre de Carlos Enrique), quien se había desempeñado como ministro de economía bonaerense durante la gobernación de Victorio Calabró. “Los atendió mi hermano (Julio César Miralles), yo bajé, y decidieron llevarnos a los dos, junto a mi esposa Luisa Villar, en un móvil”, contó el testigo, y precisó que los condujeron a la Jefatura de Policía y luego al centro clandestino conocido como Coti Martínez, dependiente del Primer Cuerpo de Ejército de la Policía de la provincia de Buenos Aires, donde estuvieron 31 días bajo “condiciones infrahumanas”.
 
Las torturas practicadas en la clandestinidad incluyeron la aplicación de corriente eléctrica, las técnicas de submarino seco y mojado y del “gallito ciego” -que consistía en golpes antes de las sesiones de picana- y violaciones sexuales. Dos de los casos más resonantes fue el de su mujer, quien perdió un embarazo de pocas semanas, tras las vejaciones sufridas allí dentro, y de su padre, con quien habían tenido un “ensañamiento” especial. “Uno de los principales torturadores fue (el ex policía Eros Amílcar) Tarela, porque disfrutaba haciendo lo que hacía”, sentenció Miralles.
 
En este sentido, el testigo explicó que el responsable de la detención de toda su familia era el ex gobernador de facto Ibérico Manuel Saint Jean, quien le había manifestado a personal de Protocolo y Ceremonial su deseo de que “la familia Miralles desapareciera de la faz de la tierra”, tras una carta abierta que Miralles padre había publicado en un medio gráfico, refutando todos los supuestos hechos de corrupción que Saint Jean había denunciado de la gestión de Calabró, que incluían a la cartera de Economía.
 
En cuanto a los compañeros de cautiverio en Coti Matínez, Miralles mencionó a Héctor Mariano Ballent, Alberto Salomón Liberman, Juan Destéfano y Juan Gramano. También aludió a una mujer a la que llamaban “La Tana”, que era sacada de su calabozo para ir a “marcar”.
 
La fiscalía, a su turno, indagó sobre los represores que frecuentaban el centro clandestino y, en ese sentido, el testigo se explayó en una extensa lista: Ferrari, Trimarco, Rossi, Pretti, Mayra, Von Wernich, Bergés -“que iba cada tanto, no todos los días”- y Camps y Etchecoltaz, quienes “hacían el recorrido juntos”.
 
La liberación de Miralles y su esposa ocurrió 30 días después de haber sido detenidos, la de su hermano a los seis meses y la de su padre en septiembre de 1978.
 
El precio de trabajar para los Graiver
 
Alfredo Ángel Abuín se desempeñaba como abogado del Banco Central Comercial de La Plata, que pertenecía al Grupo Graiver, cuando fue secuestrado de su casa por ocho civiles que decían pertenecer al Ejército Argentino, la noche del 11 de Agosto de 1977. Lo subieron a un Ford Falcon o Torino y de allí lo llevaron a un lugar que no pudo precisar y luego al CCD conocido como Puesto Vasco, donde permaneció poco más de una semana.
 
En su relato, el testigo se remontó al 7 de agosto de 1976, día en que David Graiver había fallecido en un confuso accidente de aviación en Chilpancingo, México, lo que había desatado la venta de parte del patrimonio de la familia. Para la época en que ocurrió el siniestro, Graiver era la cabeza de un grupo económico con inversiones en diversos rubros y propietario de acciones de numerosas empresas, entre ellas, Papel Prensa, el Banco Comercial de La Plata S.A, el Banco de Hurlingham S.A, COM-PLAT S.A, Juan Graiver Inmobiliaria S.A.C.F y M, Producciones Helycom S.A, y Editorial Trenque Lauquen S.A.
 
Abuín contó que su relación con David Graiver había comenzado cuando ambos estudiaban en el Colegio Nacional de La Plata y que luego continuó en la Universidad, y que al graduarse de abogado trabajó en la empresa inmobiliaria de la familia. Por tales motivos, el testigo vinculó su secuestro con el de los Graiver, especialmente tras el interrogatorio al que fue sometido en Puesto Vasco.
 
La víctima fue liberada el 19 de agosto de 1977 y, entre sus compañeros con los que compartió cautiverio, recordó a los ex ministros provinciales de Obra Pública, Alberto Liberman, y de Economía, Ramón Miralles, y a un contador que había presidido el Banco Provincia, Juan Manganiello.
 
La audiencia se reanuda mañana a las 10, con los testimonios de Luisa Villar Riat, Alcides Antonio Chiesa y Oscar Manuel Alvite

No hay comentarios:

Publicar un comentario