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viernes, 11 de marzo de 2022

Tinkunaco 0263/22 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 

 


Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • 130 años de historia del anarquismo en Chile
  • No a la Guerra Militar, Guerra de Clases Total! Huelga General Mundial
  • El Poder – León Tolstoi
  • [Vídeo] Presentación del libro «Rusia frente a Ucrania. Imperios, pueblos, energía» por Carlo Taibo
  • [Francia] Preso político anarquista inicia huelga de hambre
  • [Madrid] Ciclo de memorias rebeldes

130 años de historia del anarquismo en Chile

Posted: 10 Mar 2022 05:24 AM PST

Un artículo del Periódico Anarquista Todo por Hacer

La memoria del anarquismo en la región chilena nos llega de la mano de los compañeros del Archivo Histórico La Revuelta, quienes ubicados desde 2019 en Santiago de Chile hacen una enorme tarea de recuperación y custodia de los documentos de la historia del anarquismo chileno, que en este año 2022 cumple 130 años desde que irrumpiera con abrumador potencial en el país andino. Un fino hilo rojinegro que alumbra un camino de lucha libertaria hasta la actualidad y que también ha estado presente en la reciente revuelta social en Chile iniciada el 18 de octubre de 2019.

El anarquismo es praxis que desborda la teoría, y queda reflejada en esta memoria libertaria chilena sembrada previamente por personas que dibujaron un mapa de luchas populares abordadas con ideales humanistas y racionalismo.

El germen anarquista chileno: las primeras publicaciones y las sociedades de resistencia

El movimiento anarquista en Chile surge de diversas líneas de acercamiento al ideal ácrata, y también en distintos focos geográficos que las fuentes documentales no dejan claro hasta qué punto tuvieron contacto definido inicialmente. El anarquismo entra a Chile, por un lado, por migrantes europeos de tendencia bakuninista afiliados a la Primera Internacional, y en concreto debido al contacto a través del migrante español Manuel Chinchilla, residente en Iquique. También debido a la fundación de un Círculo Comunista Anárquico en 1884 en el país vecino de Argentina por obreros italianos, entre otros Washington Marzorati, que emigró poco después a Chile. En 1893 se documenta la publicación del primer periódico anarquista en Chile denominado El Oprimido, previamente aparecido en Argentina al calor de las ideas de estos migrantes italianos, y editado posteriormente en Valparaíso. Sus primeras influencias se sintieron en los gremios obreros de especialización artesanal y con un alto grado de conciencia obrera como tipógrafos, pintores, albañiles y marítimos. Durante las primeras décadas del siglo XX el anarquismo tuvo una poderosa influencia en el movimiento obrero y algunos sectores intelectuales chilenos.

Sin embargo no hay una evidencia documental de que existiera un claro vínculo entre este primer grupo de anarquistas migrantes, muy localizados en determinados sectores laborales, y la primera generación de anarquistas nativos chilenos, quienes fundarán los principales periódicos de principios del siglo XX donde se difundían las ideas libertarias: El Rebelde, La Campana, El Ácrata, La Revuelta. Y con mayor continuidad temporal destacará el periódico La Batalla, entre 1912 y 1926. También hubo algunos periódicos vinculados a sindicatos y Sociedades de Resistencia de tendencia anarquista, como La Imprenta (tipógrafos) y El Marítimo de Antofagasta (marítimos).

Si bien la principal diferencia entre Chile y otros países latinoamericanos, sobre todo Argentina, Uruguay o Brasil, es que no llegaron grupos demasiado numerosos de anarquistas europeos, o estos no articularon una coordinación inmediata y amplia con la clase obrera chilena, sino que en Chile se desarrollaron los ideales en su propia interpretación del anarquismo. Este hecho significó una tardía diferenciación entre el socialismo y el anarquismo, y se puede leer en las primeras disputas en ese sentido entre Luís Emilio Recabarren y Alejandro Escobar y Carvallo, tapicero y poeta chileno fundador del periódico El Proletario. En lo que respecta a la publicación de literatura ácrata, se destacaba la labor de la Editorial Lux, que editaba libros de anarquistas europeos y latinoamericanos, como el profesor Manuel Márquez y el intelectual chileno anarquista, José Domingo Gómez Rojas.

Ese es el punto de partida de las primeras organizaciones: las sociedades de resistencia y mancomunales. El 1 de mayo de 1899 los anarquistas chilenos conmemoraron por primera vez la gesta de los Mártires de Chicago con una concurrida manifestación. Un año antes, en 1898 se habían fundado la «Sociedad de Carpinteros y Ebanistas», la «Sociedad de Instrucción y Socorros Mutuos Caupolicán» y la «Sociedad de Resistencia de los Obreros de la Maestranza de Ferrocarriles»; todas de inspiración ácrata. En 1901 visitó Chile el prestigioso jurista y teórico anarquista italiano, Pietro Gori (colaborador de las tesis de Errico Malatesta), cuya influencia fortaleció la formación ideológica de los anarquistas chilenos. Este proceso fue creciendo en los primeros años del siglo XX hasta llegar a muchos gremios, sobre todo, de Santiago y Valparaíso, y eclosionando en la fundación de la Federación de Trabajadores de Chile, un importante hito pero que tan solo tuvo un recorrido de dos años entre 1906-1907. 

Primeras movilizaciones obreras y el esplendor del anarquismo en Chile

Estas Sociedades de resistencia prontamente entraron en conflicto con las viejas mutuales y sociedades de socorros mutuos, entidades presentes desde mediados del siglo XIX; con un sentido de asistencialismo social y a las que consideraron incapaces de defender los intereses de la clase obrera. En este contexto de crecimiento del movimiento obrero se originan las mancomunales que, aunque se inspiraban en la idea anarcosindicalista, eran de carácter estrictamente reivindicativo. Hacia principios de siglo comienza a desarrollarse la corriente anarcofeminista, inspirada por la lectura de los textos de Louise Michel, Voltairine de Cleyre, Lucy Parsons y Emma Goldman. En 1904 se realizó en Santiago la ‘Primera convención nacional de mancomunales’; participando 15 organizaciones en representación de 20.000 asociados. Una vez sentadas las bases estructurales organizativas se darían las primeras grandes movilizaciones populares y luchas obreras con influencias libertarias.

Las primeras huelgas obreras tendrán un carácter profundamente local y vinculado al trabajo portuario, como en Valparaíso en 1903 en la huelga en la Compañía Sudamericana de Vapores que fue reprimida con violencia, generando una fuerte iniciativa obrera que acabó incendiando la sede de la empresa. En 1905 en Santiago de Chile estalla un movimiento espontáneo estimulado por anarquistas que fue conocido como la Huelga de la Carne o la Semana Roja. El movimiento se inició tras una injustificada represión policial a un mitin en protesta contra el impuesto a las importaciones de carne, siendo el resultado de este enfrentamiento una feroz represión con alrededor de doscientos obreros muertos. La indignación de los trabajadores estalló, declarando la gran mayoría de los gremios la huelga general, mientras que el gobierno decretó el estado de sitio y convocó al ejército a reprimir. Las muchedumbres intentaron tomar el palacio de gobierno, y aunque no lo lograron, la ciudad quedó prácticamente bajo su control. El gobierno reaccionó acrecentando la represión y persiguiendo a los anarquistas y sindicalistas revolucionarios que lideraban el movimiento, pero a pesar de la represión la actividad anarquista siguió en alza en otras regiones.

A finales de 1906 se declaró la huelga general en la ciudad de Antofagasta, dirigida por los ferroviarios fundamentalmente. El 21 de diciembre de 1907 se declara la huelga de salitreros en Iquique solicitando aumentos salariales, que terminó en una masacre perpetrada por las autoridades, conocida como la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique. El ejército enviado por el presidente Pedro Montt, ametralló a la multitud congregada en la plaza junto a la escuela, asesinando a unas 3.000 personas, entre trabajadores, mujeres y niños. Esta matanza provoca una mayor represión hacia las organizaciones obreras, por lo cual la Federación de Trabajadores de Chile (FTCh) y gran parte de las organizaciones anarquistas se disuelven o desarticulan. Sin embargo, esto no supone su declive sino el esplendor en otros sentidos clandestinos y los contactos internacionales con organizaciones libertarias y obreras.

Los anarquistas sostuvieron la relevancia de la acción directa, mientras que los socialistas se convencieron aun más de la línea reformista a través de las elecciones y pocos años más tarde con la fundación de un partido. En 1911 se produce la fundación de la Sociedad obrera de Oficios Varios en Santiago, y tiene lugar la explosión de una bomba en una iglesia, que inicia nuevamente la represión del anarquismo. El 1 de Mayo de 1912 hubo una presencia masiva de anarquistas en Santiago y Valparaíso, ese día en la tribuna hablará Efraín Plaza Olmedo afirmando la necesidad de venganza contra los culpables de la matanza de Santa María de Iquique. Aquel mismo joven dos meses después realizará un recordado atentado a un grupo de burgueses.

En 1913 se desarrolla la primera huelga del mono en Valparaíso, un conjunto de huelgas generales hasta el año 1917 contra el “retrato forzoso” que el gobierno quería implementar entre los trabajadores para controlar sus sindicatos y apartar de ellos a sus miembros más activos creando listas negras. En este contexto de solidaridad, se funda la Federación Obrera Regional Chilena, por invitación de la FORA argentina. En 1914 el anarquista español Antonio Ramón Ramón venga la matanza de Santa María de Iquique propinando varias estocadas al General Silva Renard. Durante estos años la organización obrera queda bastante mermada y los grupos anarquistas sostienen importantes periódicos como La Batalla, Luz y Vida, El Surco y Verba Roja. Algunos de los espacios referentes en la cultura política libertaria eran el Centro Anárquico La Brecha en Iquique, el Centro de Estudios Sociales Francisco Ferrer en Santiago, o el Centro de Estudios Sociales Eliseo Reclus en Valparaíso.

Sindicalismo moderno a partir de 1931 y fundación de la Central Única de Trabajadores de Chile en 1953

En 1917 trabajadores de Valparaíso, Santiago y otros puntos del país fundan la Federación Obrera Regional Chilena (FORCH), refundada más tarde en 1926, y que aunque tuvo una efímera existencia, logró enviar dos delegados a la fundación en 1922 de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT). Tras la Revolución Soviética y la burocratización de este proyecto (que desde un primer momento fue vista con desconfianza por la mayoría de los anarquistas), las diferencias entre el mundo libertario y marxista se profundizaron.

La existencia de las Sociedades de resistencia llegó a su fin, y los socialistas moderados y reformistas se apropiaron de la Federación Obrera de Chile (FOCH). En diciembre de 1919 obreros anarquistas fundan en Valparaíso la sección chilena del sindicato estadounidense Industrial Workers of the World (IWW). Esta sección chilena de la IWW se diferenció de la organización obrera estadounidense debido a que en Chile fue mucho más anarcosindicalista que en Estados Unidos, pues allí, antes que libertaria, era una organización sindicalista revolucionaria. Se declaraban enemigos del capital, el gobierno y la iglesia, y sus tácticas habituales eran la huelga, el boicot y el sabotaje. Tuvieron influencia en los marítimos de Valparaíso y fomentaron la organización de sindicatos panaderos, municionistas, albañiles y zapateros.

La IWW tuvo una relación muy estrecha con la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), que alertó del aumento de la represión hacia 1920 por el gobierno chileno. Las organizaciones nacionalistas integrantes de las Ligas Patrióticas atacaron los locales obreros y anarquistas, asaltaron y saquearon la FECH, quemando su biblioteca en la calle con la completa complacencia policial. El golpe de estado cívico-militar de septiembre de 1924 fue repudiado por toda la izquierda chilena. Sin embargo, el movimiento militar restaurador de enero de 1925 fue apoyado por las fuerzas socialistas y comunistas. Los anarquistas y las organizaciones en las que ejercían su influencia decidieron mantenerse al margen y no confiar en los militares. En 1925 se produjo una huelga de inquilinos en Santiago, y el gobierno decidió crear el ‘Tribunal de la Vivienda’ para mediar en estos conflictos y, lejos de ofrecer verdaderas soluciones, tenía el objetivo de restarle fuerzas al movimiento huelguístico. En ese mismo año se produce el primer asalto a un banco en Chile, protagonizado por Buenaventura Durruti, los hermanos Ascaso, Gregorio Jover y Antonio Rodríguez. Eran cinco destacados anarquistas españoles bautizados por la prensa chilena como Los Apaches, y que ellos mismos se autodenominaron en América Latina como Los Errantes, realizando numerosas expropiaciones para financiar al movimiento libertario. 

En enero de 1927 estalló la huelga general en Santiago y Valparaíso, y al mes siguiente el general Ibáñez derroca al presidente Arturo Alessandri Palma con un nuevo golpe de estado. La crisis económica de la década de 1930 golpeó duramente a la población y, además, la dictadura reprimió a las organizaciones obreras y las desarticuló casi por completo. Se inicia de esta manera una nueva etapa a partir de 1931 con el fin de esa dictadura, y las organizaciones obreras se adentran en el hostil mundo del sindicalismo moderno. Se produce la legalización e institucionalización de los sindicatos reformistas: los comunistas y socialistas fundan la Confederación de Trabajadores de Chile (CTCH). Los anarquistas hacen lo propio y crean la Confederación General de Trabajadores (CGT). Sin embargo, los primeros junto con los demócrata-cristianos serán aceptados en el régimen, y los anarquistas tendrán una dura represión. Su aislamiento solo será superado con un cierto repunte coincidiendo con la Revolución social española de 1936, pero se tornó muy poco significativa en la década de los años 1940. Félix López fue un chileno que escribió ‘Cartas de la Revolución’, enviando correspondencia desde el frente de batalla en España y transmitiendo un gran entusiasmo inicial. Más tarde se organizó ante el drama del exilio la llegada en septiembre de 1939 del buque Winnipeg a la costa de Valparaíso, fletado por coordinación del poeta Pablo Neruda con casi 2.000 refugiados antifascistas españoles.

Naturalmente el anarquismo en Chile tenía impresa la huella del antifascismo, y ante la fundación de organizaciones de tendencia nazi a finales de los años 30, los anarquistas tendrán enfrentamientos callejeros sobre todo en la ciudad de Osorno. En 1942 existía la FAI, o Federación Anarquista Internacional, y Pedro Nolasco Arratia se vincula con un grupo de refugiados españoles como Solano Palacio o Víctor Pey. Esta ala del anarquismo se mantuvo muy alejada del anarcosindicalismo de Ernesto Miranda y Juan Segundo Montoya.

En junio de 1950 se crea una central sindical anarquista denominada Movimiento Unitario Nacional de Trabajadores (MUNT), formada a partir de la ‘Federación Obrera Nacional de Trabajadores del Cuero y el Calzado’ (FONACC) y otras doce federaciones de tendencia ácrata. El MUNT tuvo un gran protagonismo en la redacción de la declaración de principios de la Central Única de Trabajadores (CUT), fundada en de febrero de 1953 por el sindicalista izquierdista Clotario Blest, posterior fundador en 1965 de la guerrilla Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). En el año 1957 surgió el Movimiento Libertario 7 de Julio, en recuerdo de la huelga general efectuada en 1955, siendo su principal instigador Ernesto Miranda. Agrupaba a anarquistas y sindicalistas dispersos tras su salida ese año de la Central Única de Trabajadores (CUT).

La larga travesía por el desierto hasta la eclosión libertaria en los años 90

Desde 1959 en América Latina el marxismo-leninismo tuvo una mayor fuerza debido al contexto internacional, y la Guerra Fría dejó marginado ciertamente al anarquismo, que si bien no tenía una notable presencia social, logró mantener en esencia sus valores y memoria durante algunas décadas.  Se apoyó inicialmente a la Revolución cubana, pero pronto se vería el giro marxista que llevaba impreso, y más tras la muerte de Camilo Cienfuegos, revolucionario libertario en Cuba.

En 1972 durante el periodo de gobierno de Salvador Allende, se fundó la Federación Libertaria de Chile. Y el 1 de mayo de 1973 los anarquistas salieron por última ocasión a la calle antes del Golpe militar de Augusto Pinochet, que impuso un régimen de persecución contra toda la izquierda, incluida algunas escasas individualidades libertarias. En 1977, un grupo de estibadores en los astilleros de Cádiz, saboteó al buque chileno Esmeralda, que había sido centro de detención y tortura. Durante la dictadura muchos anarquistas antiguos fueron muriendo, bien en Chile o bien en el exilio, y muy pocos acogieron las nuevas expresiones del anarquismo en los años 80. Se limitaron al trabajo de algunas individualidades que contribuyeron a la formación de grupos de resistencia contra la dictadura, especialmente en el ámbito universitario, pero el anarquismo como movimiento social activo desapareció de Chile durante estos años.

Sin embargo, sería en los años 90 (al inicio de la Transición chilena) cuando en la ciudad de Concepción se vuelve a observar una fuerte presencia libertaria principalmente entre grupos universitarios, y especialmente en el Día del joven combatiente. Es la denominación con que se conmemora en Chile el asesinato de los jóvenes hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo en la comuna de Estación Central de Santiago, perpetrado el 29 de marzo de 1985 por policías Carabineros chilenos en plena dictadura pinochetista.

En 1990 se forma el «Colectivo Anarquista» de Concepción, que agrupa a miembros del «Taller de Análisis Sindical y Social» y el «Colectivo Liberación», y participan de la marcha del Primero de Mayo en ese mismo año. De esta experiencia, y tras sumar a varias individualidades, se da forma al primer «Congreso Anarquista» en 1991.

En esta época, algunos compañeros toman contacto con grupos y sindicatos de diversos países de Europa pinchando las cabinas telefónicas y consiguen recibir donaciones de libros y revistas, que engrosarán las bibliotecas de variados grupos anarquistas de Concepción. Había surgido igualmente ‘Solidaridad Obrera’ de Concepción, vinculado a la AIT, que junto a estos grupos previos intentan la inserción en espacios culturales poblacionales y participar de manera social en las huelgas laborales. Se toma contacto con compañeros de Santiago y se solicita apoyo a la AIT para que se apoye a través de una campaña internacional. En 1996 el Sindicato de Oficios Varios de Santiago y un grupo de Temuco crean una sección chilena de la AIT, la cual se presentó a finales de ese mismo año. También en el año 1996 esta sección se había implicado en las luchas mineras de Chile que habían realizado una gran marcha en Santiago por el cierre de la mina de Lota, y se produce un llamado a la conformación de un ‘Comité de Solidaridad’ con los mineros.

Con el cierre del local de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Penco y su posterior abandono, los grupos anarquistas y culturales de este municipio de la provincia de Concepción realizan una manifestación por el pueblo y la posterior okupación de la antigua estación,  transformada en el Centro Social Anarquista Claudia López (militante anarquista asesinada por carabineros el 11 de septiembre de 1998), en el cual se realizan tocatas musicales, charlas, encuentros de teatro y danza y talleres formativos bajo la lógica de la autogestión y la asamblea como forma de toma de decisiones.

Nueva expansión del anarquismo en el siglo XXI: anarcopunk, movimiento okupa, mapuches y Revuelta del 2019

Será en este punto que vemos la reconstrucción del anarquismo reciente en Chile por dos vías distintas, una es la heredada del plataformismo y la izquierda política que rescata la idea anarquista del antiguo Movimiento Libertario 7 de Julio, conformando organizaciones comunistas libertarias a las puertas del nuevo siglo. Se fundará la Federación de Estudiantes Libertarios en el año 2002, y la Izquierda Libertaria en 2015, movimiento social que se unirá a otras agrupaciones con fines electoralistas y comenzando a articularse con partidos políticos, abandonando esta corriente el anarquismo definitivamente. De hecho, Izquierda Libertaria está incluida a día de hoy en el movimiento Convergencia Social, que ha sido la liderada por el presidente actual de Chile, Gabriel Boric.

Si bien por otro lado, podemos encontrar una corriente insurreccionalista próxima al situacionismo, marxismo libertario, autonomismo; con especial influencia de la cultura anarcopunk y de la estrategias del movimiento okupa. A mediados de los años 2000 surge el ‘Bloke Anarquista’ que agrupaba a colectivos de la capital chilena como: «Corriente Revolución Anarquista» (CRA) (2003-2016), el periódico Ideácrata, «Acción Directa Ediciones» o la «Sociedad de Resistencia de Santiago».

En agosto de 2005, se crea en Valparaíso el Frente Anarquista Organizado (FAO) que en la línea comunista libertaria agrupa a trabajadores, estudiantes y empleados públicos. Desde sus inicios critica la vía electoral y apunta a fortalecer trabajos territoriales, estudiantiles y sindicales, bajo la perspectiva de un anarquismo organizado construyendo en lo social. Los grupos libertarios ‘GOKE’ y ‘Ni Casco ni Uniforme’ desde principios de los 90 protagonizaron la oposición al servicio militar obligatorio a través de la objeción de conciencia, siendo un referente del antimilitarismo chileno. También tiene mucha vitalidad en esos años el movimiento okupa, que abrió a la comunidad diferentes espacios culturales y sociales, aparte de organizar Ferias Libertarias, Ciclos de Cine… Enraizado en los espacios okupados de las ciudades como Valparaíso o Quilpué, se articuló el grupo informal «Columna Negra», en torno al cual se han desarrollado diversas dinámicas de agitación, intervención urbana, hacking, mediactivismo; cuya raíz puede buscarse a partir de las corrientes del anarquismo contemporáneo y altermundista.

También desde mediados de los 90 comienza a expresarse de forma incipiente la tendencia ecoanarquista cuando se divulgan los textos del anarquista estadounidense Murray Bookchin. Actualmente se destaca dentro de esta tendencia el Grupo EcoAnarquista (GEA) y algunos colectivos vinculados al cultivo comunitario en huertos orgánicos, la permacultura y el vegetarianismo. En esta misma línea, el acercamiento de colectivos libertarios a luchas por la tierra y en la cosmovisión de las comunidades indígenas mapuches también es evidente. Las redes de apoyo mutuo frente a enemigos comunes, y enriqueciéndose las luchas de unos y de otros con experiencias de resistencia marcadas en la memoria.

Durante la revolución de los pingüinos de 2006, algunos jóvenes anarquistas de la Universidad ARCIS (Arte y Ciencias Sociales), después de casi medio siglo de sequía en las batallas estudiantiles se levantan contra la educación privatizada y su mercantilización, y por la gratuidad del sistema educacional. Esta reivindicación será tomada luego por todos los estudiantes en la década siguiente, y durante la Movilización estudiantil en Chile de 2008 y de 2011, grupos libertarios tuvieron una gran presencia en las asambleas de estudiantes de educación secundaria y universitaria. En año 2012 se realiza con gran éxito la «Primera Feria del Libro Anarquista en Santiago»; siendo replicada en años posteriores. En 2019 se refunda en las ciudades de Concepción y Valparaíso la sección Solidaridad Obrera – AIT, una organización de agitación y propaganda anarcosindicalista que desde 2021 forma parte de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

En estas dos décadas del siglo XXI han surgido numerosos ejemplos de nuevas publicaciones, fanzines, federaciones, editoriales contraculturales e iniciativas anarquistas chilenas. Y toda esta red informal conforma una nebulosa libertaria fascinante y viva, con una preparación social a la lucha práctica de las realidades del pueblo chileno. La incorporación de visiones desde el feminismo, decolonialismo, la lucha estudiantil o la antropología anarquista y otras ramas de pensamiento ha enriquecido la vida social de estos grupos y organizaciones, tanto es así que han estado presentes notablemente en la Revuelta chilena iniciada en octubre de 2019, y que ha logrado el compromiso de derogación de la Constitución chilena de 1980, aún vigente desde la época pinochetista. El anarquismo chileno trabaja actualmente día a día con estas nuevas realidades, manteniendo una línea de lucha cotidiana, construyendo crítica a cualquier poder autoritario, e imaginando alternativas necesarias a un sistema político y económico de opresión. La bandera rojinegra en Chile sigue ondeando muy vivamente tras 130 años de historia libertaria.


No a la Guerra Militar, Guerra de Clases Total! Huelga General Mundial

Posted: 10 Mar 2022 05:09 AM PST

Nada se nos ha perdido en Ucrania. El enemigo de la Paz lo tenemos en casa, en forma de explotación y explotadores, vendedores de armas y traficantes militares, financiadores de guerras y bancos nucleares, armadores de ejércitos, ladrones y asesinos: Acciona, Acs, Abengoa, Iberdrola, Inditex, Indra, Naturgy… Así hasta 35 criminales que arrasan con nuestro país y extienden sus tentáculos tanto aquí como en el extranjero como una peste. Hacen negocio de la Matanza y de la Carroña. Hoy ya no es el virus. Hoy el tamaño de la amenaza se vuelve nuclear y amenaza con el mismo Fin del Mundo; ese con el que ya están acabando poco a poco.

Nos queréis en vuestras filas, nos queréis en vuestros frentes, nos queréis en la picadora, nos queréis muertos. No os tenemos miedo y os vamos a decir que NO a Todo: No al envío de armas, no a la financiación de ningún ejército ni estado, no al aumento de presupuestos militares, no al envío de soldados, policías, preparadores, médicos o rescatados. No a la extensión de vuestras fronteras, no a la colocación de misiles, no a vuestras tropas, no a vuestras infames alianzas. Lo único que quieren las decrépitas oligarquías de Europa y Estados Unidos es que la guerra se cronifique como sucedió en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Yemen, Siria o Libia. Otra gran estafa militar de tamaño épico, como cualquiera de las anteriores guerras. Allí espera China sentada, acá está la sudamérica sangrando, África olvidada. 

NO!

Os avisamos, vuestro tiempo ya ha pasado, sois los siguientes y sois historia. Tenemos una buena lista de enemigos, solo hay que coger a diario sus periódicos o ver sus televisiones para reconocer sus caras.

No vamos a renunciar a nuestra defensa, ni a nuestra integridad, ni la del planeta. Deshagámonos fraternalmente de nuestros propios Ejecutores da igual la lengua que hablen! Si queréis pegar tiros que sea el tiro al rico, el único ser que se beneficia de la guerra. Cómete al rico! Cada pueblo es el responsable de frenar a sus Decrépitas élites: Fuerza al Pueblo Ruso, Fuerza al pueblo Ucraniano, Fuerza a los Pueblos Europeos, Fuerza a los pueblos Norteamericanos en sus luchas contra sus propias oligarquías! 

Ya se está planteando una Huelga General Europea que podría alcanzar proporciones Mundiales.

Dejen en paz Ucrania y Rusia. Devuelvan a los refugiados que tiene prisioneros y váyanse!

NO a Todo!

No a la Paz Armada, No a la Guerra Humanitaria!

No a la OTAN! Bases Fuera!

Pablo HerakleoFuente: https://tarcoteca.blogspot.com/2022/03/no-la-guerra-militar-guerra-de-clases.html

Salud, Revolución y Guerra de Clases!_

Para Saber más: EL MILICIANO – ASI-AIT: ¡Convirtamos las guerras capitalistas en una revolución obrera! 5.2. 2022


El Poder – León Tolstoi

Posted: 10 Mar 2022 05:01 AM PST

La concepción social de la vida consiste, sabido es, en que el sentido de la vida es transportado de la personalidad al grupo en sus diversos grados: familia, tribu, raza, Estado.

Según esta concepción, resulta que, como el sentido de la vida reside en la agrupación de las personalidades, estas personalidades sacrifican voluntariamente sus intereses a los del grupo. Es lo que se ha producido y se produce aún realmente en ciertas formas del grupo, en la familia o en la tribu, en la raza y aun en el Estado patriarcal.   A   consecuencia  de   costumbres  transmitidas   por   la   educación   y confirmadas por la sugestión religiosa, las personalidades subordinan sus intereses a los del grupo y los sacrifican a la comunidad sin ser obligados a ello. Pero, cuanto más las sociedades llegaban a ser complicadas, cuanto más grandes se hacían, cuanto más aumentaban en miembros nuevos por la conquista, más se afirmaba la tendencia de las personalidades a perseguir su, interés personal, en detrimento del interés general; y más entonces  el  Poder  debía  recurrir  a  la  violencia  para  dominar  a  esas personalidades rebeldes. Los defensores de la concepción social tratan de ordinario de confundir la noción del Poder, es decir, la violencia con la noción de la influencia moral, pero está confusión es absolutamente imposible.

Tolstói

La influencia moral obra sobre los deseos mismos del hombre y los modifica en el sentido de lo que se le exige. El hombre que sufre la influencia moral obra según sus deseos. Mientras que el Poder, en el sentido corriente de esta palabra, es un medio de obligar al hombre a obrar contrariamente a sus deseos. El hombre sometido al Poder no obra como él quiere, sino como es obligado a hacerlo; y solamente por la violencia  física,  es  decir,  el  encarcelamiento, la  tortura,  la  mutilación, o  por  la amenaza de esos castigos, es como se puede obligar al hombre a hacer lo que no quiere. En eso es en lo que consiste y ha consistido siempre el Poder.

A pesar de los esfuerzos continuos de los gobernantes por ocultarlo y por dar al Poder una significación distinta, es para el hombre una cuerda, una cadena con que será agarrotado y arrastrado, el knut con que será magullado, el machete o el hacha que le cortarán los brazos, las piernas, la nariz, las orejas, la cabeza; y eso era así bajo Nerón y Gengis Kan, y eso es así todavía hoy bajo el gobierno más liberal, el de la República americana o el de la República francesa. El pago de los impuestos, el cumplimiento de los deberes sociales, la sumisión a los castigos, cosas todas que parecen voluntarias, tienen siempre en el fondo el temor de una violencia.

La base del Poder es la violencia física; y la posibilidad de hacer sufrir a los hombres una violencia física es debida sobre todo a individuos mal organizados: de tal modo que obran de acuerdo aunque sometiéndose a una sola voluntad. Estas uniones de individuos armados que obedecen a una voluntad única forman el ejército. El Poder se encuentra siempre en manos de los que mandan el ejército, y siempre todos los jefes de Poder, desde los césares romanos hasta les emperadores rusos y alemanes, se preocupan del ejército más que de cualquier otra cosa, y no favorecen sino a él, sabiendo que, si él está con ellos, el Poder les está asegurado.

Esta composición y esta fuerza del ejército, necesarias a la garantía del Poder, son  las  que  han  introducido  en  la  concepción  social  de  la  vida  el  germen desmoralizador.

El fin del Poder y su razón de ser están en la limitación de la libertad de los hombres que querrían poner sus intereses personales por encima de los intereses de la sociedad. Pero, sea el Poder adquirido mediante el ejército, por herencia o por elección, los hombres que lo poseen no se distinguen en nada de los demás hombres y, como ellos, son impelidos a no subordinar su interés al interés general; al contrarío. Cualesquiera que sean los medios empleados, no se ha podido, hasta el presente, realizar el ideal de no confiar el Poder sino a hombres infalibles, o solamente de arrebatar a los que lo detentan la posibilidad de subordinar a los suyos los intereses de la sociedad.

Todos los procedimientos conocidos: el derecho divino, la elección, la herencia, dan los mismos resultados negativos. Todo el mundo sabe que ninguno de esos procedimientos es capaz de asegurar la transmisión del Poder sólo a los infalibles, o aun de impedir el abuso del Poder. Todo el mundo sabe que al contrario, los que lo poseen -sean soberanos, ministros, gobernadores o agentes de policía- son siempre, porque tienen el Poder, más inclinados a la inmoralidad, es decir, a subordinar los intereses generales a sus intereses particulares, que los que no tienen el Poder. Eso, por lo demás, no puede ser de otro modo.

La concepción social no podía justificarse sino en tanto que los hombres sacrificaban voluntariamente su interés a los intereses generales; pero, tan pronto como hubo entre ellos quienes no sacrificaban voluntariamente su interés, se sintió la necesidad del Poder, es decir, de la violencia, para limitar su libertad, y entonces ha penetrado en la concepción social y en la organización que de ella resulta el germen desmoralizador del Poder, es decir, de la violencia de unos sobre otros.

Para que la dominación de unos sobre otros alcanzara su fin, para que pudiese limitar la libertad de los que hacen pasar sus intereses privados antes que los de la sociedad, el Poder hubiera debido encontrarse en manos de hombres infalibles, como se supone que está entre los chinos, o como se ha creído que estaba en la Edad Media y como creen que está todavía hoy los que tienen fe en la gracia de la unción. Sólo en esas condiciones podía comprenderse la organización social.

Pero como eso no existe, como, al contrario, los hombres que tienen el Poder están siempre muy lejos de ser santos, precisamente porque tienen el Poder, la organización social basada sobre la autoridad no puede ya ser justificada.

Aun si hubo un tiempo en que, a consecuencia de la baja del nivel moral y de la disposición de los hombres a la violencia, la existencia del Poder ha ofrecido alguna ventaja, por ser la violencia de la autoridad menor que la de los particulares, es evidente que esta ventaja no podía ser eterna. Cuanto más la tendencia de las personalidades a la violencia disminuía, cuanto más las costumbres se endulzaban, cuanto más el Poder se desmoralizaba a consecuencia de su libertad de acción, más esta ventaja desaparecía.

Este cambio de la relación entre el desenvolvimiento moral de las masas y la desmoralización de los gobiernos es toda la historia de los últimos dos mil años.

He aquí simplemente como las cosas han pasado:

Los hombres vivían en familias, en tribus, en ramo, provocándose, violentándose, despojándose, matándose. Esas violencias se cometían en grande y en pequeño: individuo contra individuo, familia contra familia, tribu contra tribu, raza contra raza, pueblo contra pueblo. El grupo más numeroso, el más fuerte, se apoderaba del más débil, y, cuanto más fuerte llegaba a ser, más las violencias interiores disminuían, y más la duración de la vida del grupo parecía asegurada.,

Los miembros de la familia o de la tribu reunidos en un solo grupo son menos hostiles unos para otros, y la familia o la tribu no mueren como el individuo aislado. Entre los miembros de un Estado sometido a una sola autoridad, la lucha entre personalidades parece más débil aún y la duración del Estado más segura.

Estas reuniones en grupos cada vez más grandes se han producido no porque los hombres han tenido conciencia de encontrar en ellas una ventaja, como se cuenta en la leyenda del llamamiento de los Varegas en Rusia, sino a causa del aumento de las poblaciones y a consecuencia de las luchas y de las conquistas.

Después de la conquista, en efecto, el poder del conquistador hace desaparecer las disensiones intestinas, y la concepción social de la vida recibe su justificación. Pero esta justificación sólo es provisional. Las disensiones intestinas no desaparecen sino en razón de una presión más fuerte del Poder sobre las personalidades que estaban en hostilidad. La violencia de la lucha interior, ahogada por el Poder, renace en el Poder mismo. Este se encuentra en manos de hombres que, como todos los demás, están inclinados a sacrificar el bien general a su bien particular, con la diferencia de que los violentados no pueden resistirle, y de que sufren la influencia desmoralizadora del Poder. Por eso es por lo que el mal de la violencia, pasando al Poder, no cesa, de aumentar y llega a ser mayor que el de que el Poder ha sido el remedio. Y eso, mientras que en los miembros de la sociedad las tendencias a la violencia se debilitan cada vez más, y que la violencia del Poder llega a ser por consiguiente cada vez menos necesaria.

El poder gubernamental, aun si hace desaparecer las violencias interiores, introduce siempre en la vida de los hombres violencias nuevas, cada vez más grandes siempre, en razón de su duración y de su fuerza. De suerte que, si la violencia del Poder es menos evidente que la de los particulares, porque se manifiesta no por la lucha, sino por la opresión, no existe menos y las más de las veces en un grado más elevado.

Y eso no puede ser de otro modo, porque, además de que el Poder corrompe a los hombres, los cálculos o aun la tendencia inconsciente de los que lo poseen tendrán siempre por objetivo el mayor debilitamiento posible de los violentados, puesto que cuanto más débiles son, menos esfuerzos hacen falta para dominarlos.

Por eso es por lo que la violencia aumenta siempre hasta el límite extremo que puede alcanzar sin matar la gallina que pone los huevos de oro. Y, si esta gallina no pone ya, corno los indios de América, los fueguinos o los negros, se mata a pesar de las sinceras protestas de los filántropos.

La mejor confirmación de esto es la situación de los obreros de nuestra época, que lo cierto es que no son más que siervos.

A pesar de los supuestos esfuerzos de las clases superiores por mejorar la suerte de los trabajadores, éstos son sometidos a una ley de hierro, inmutable que no les concede sino lo estricto necesario, a fin de que estén siempre obligados al trabajo conservando justo la suficiente fuerza para trabajar en provecho de sus amos, cuya dominación recuerda la de los conquistadores de antaño.

Eso ha sido siempre así. Siempre, a medida del aumento y de la duración del Poder,  las  ventajas  para  los  que  estaban  sometidos  a  él  disminuían,  y  los inconvenientes aumentaban.

Eso ha sido y eso es, independientemente de las formas gubernamentales en las cuales viven los pueblos; con la sola diferencia de que en la forma autocrática el Poder está concentrado en las manos de un pequeño número de violentos, y la forma de las violencias es más visible, mientras que en las monarquías constitucionales y la república, como en Francia y en América, el Poder está repartido entre un mayor número de violentos, y la forma en la cual se traduce la violencia es menos sensible; pero su resultado – las desventajas del gobierno más grandes que sus ventajas – y su proceso – debilitamiento de los oprimidos – son siempre los mismos.

Tal ha sido y tal es la situación de los oprimidos, pero la ignoraban hasta el presente y, en cuanto a la mayor parte, creían ingenuamente que el gobierno existía para su bien, que sin gobierno estarían perdidos; que no se puede, sin sacrilegio, expresar el pensamiento de vivir sin gobierno; que eso seria una doctrina terrible -¿por qué?- de anarquía y que se presenta acompañada de un séquito de calamidades.

Se  creía,  como  en  algo  absolutamente  probado,  que  puesto  que  hasta  el presente todos los pueblos se han desenvuelto bajo la forma de Estados, esta forma es para siempre la condición esencial del desenvolvimiento de la humanidad.

Así es como eso ha continuado centenares y millares de años, y los gobernantes se han esforzado siempre y se esfuerzan aún por mantener a los pueblos en este error.

Eso pasaba así bajo los emperadores romanos, y eso pasa aún así en nuestros días, aunque la idea de la inutilidad y aun de los inconvenientes del Poder penetra cada vez más en la conciencia de las masas, y eso pasaría así eternamente si los gobiernos  no  se  encontraran  en  la  obligación  de  aumentar  continuamente  sus ejércitos para mantener su autoridad.

Se cree generalmente que los gobiernos aumentan los ejércitos únicamente para la defensa exterior del país, cuando los ejércitos les son sobre todo necesarios para su propia defensa contra los súbditos oprimidos y reducidos a esclavitud.

Eso ha sido siempre necesario y eso llega a serlo cada vez más a medida que se extiende la instrucción, a medida que las relaciones entre los pueblos y entre los habitantes de un mismo país llegan a ser más fáciles, y sobre todo a causa del movimiento comunista, socialista, anarquista y obrero en general. Los gobiernos lo sienten y aumentan la fuerza de sus ejércitos.

No hace mucho, en el Reichstag alemán, respondiendo a la interpelación que preguntaba por qué se tenía necesidad de fondos para aumentar el sueldo de los suboficiales, el canciller declaró francamente que hacían falta suboficiales seguros para luchar contra el socialismo. El canciller no hizo sino decir en voz alta lo que cada cual sabe en el mundo político, pero lo que se oculta cuidadosamente al pueblo. Por el mismo motivo se formaban guardias suizos para los reyes de Francia y para los papas, y todavía hoy, en Rusia, es mezclan con tanto cuidado los reclutas, de modo que los regimientos que tienen guarnición en el centro se componen de soldados pertenecientes a las provincias fronterizas, y recíprocamente.

El sentido del discurso del canciller alemán, traducido en lengua vulgar, es que el dinero es necesario no contra el enemigo exterior, sino para comprar suboficiales dispuestos a marchar contra los trabajadores oprimidos.

El canciller ha dicho involuntariamente lo que todo el mundo sabe muy bien o lo que sienten los que no lo saben, a saber: que el orden de cosas actual es tal no porque debe ser así naturalmente, no porque el pueblo quiere que sea así, sino porque el gobierno lo mantiene así por la violencia, apoyado en el ejército con sus suboficiales y sus generales comprados.

Si el trabajador no tiene tierra, si está privado del derecho más natural, el de extraer del suelo su subsistencia y la de su familia, no es en modo alguno porque el pueblo lo quiere así, sino porque cierta clase, los hacendados, tiene el derecho de admitir en él, o de no admitir, al trabajador. Y este orden de cosas contra naturaleza es mantenido por el ejército. Si las inmensas riquezas amontonadas por el trabajo son consideradas como pertenecientes no a todos, sino a algunos; si la deducción de los impuestos y su empleo son abandonados a la voluntad de algunas personalidades; si las huelgas de los obreros son reprimidas, y las de los capitalistas protegidas; si algunos hombres pueden elegir los procedimientos de educación (religiosa o laica) de los niños; si algunos hombres tienen el privilegio hacer leyes a las cuales todos los demás deben someterse, y de disponer así de los bienes y de la vida de cada uno, todo eso tiene lugar no porque el pueblo lo quiere y porque eso debe ser naturalmente, sino porque los gobiernos y las clases dirigentes lo quieren así para su provecho y lo imponen por medio de una violencia material.

Cada cual lo sabe o, si no lo sabe, lo aprenderá a la primera tentativa de rebeldía o de transformación de este orden de cosas.

Pero no hay un solo gobierno. Existen otros a su lado, que dominan igualmente por la violencia y que están siempre dispuestos a arrebatar al vecino el producto de sus súbditos ya reducidos a la esclavitud. Por eso es por lo que cada uno de ellos tiene necesidad de un ejército no solamente para mantenerse en el interior, sino también para  defender  su  botín  contra  los  vecinos  rapaces.  Los  Estados  están,  pues, reducidos a rivalizar en el aumento de sus ejércitos, y este aumento el contagioso, como lo ha hecho, notar Montesquieu va para dos siglos.

Todo aumento de efectivos dirigido por un Estado contra sus súbditos llega a ser inquietante para el Estado vecino, y le obliga a reforzar él también su ejército.

Si los ejércitos se enumeran hoy por millones de hombres, no es solamente porque cada Estado ha sido amenazado por sus vecinos, sino sobre todo porque le ha sido preciso reprimir las tentativas de rebeliones interiores. Lo uno es el resultado de lo otro: el despotismo de los gobiernos aumenta con su fuerza y sus éxitos exteriores, y sus disposiciones agresivas aumentan con su despotismo interior.

Esta rivalidad en los armamentos ha llevado a los gobiernos europeos a la necesidad de establecer el servicio universal, único que procura el mayor número de soldados con el menor gasto posible. Alemania fue la primera en tener esa idea, y las otras naciones la han seguido. Y entonces todos los ciudadanos han sido llamados bajo las armas para mantener las injusticias que se cometen entre ellos, de suerte que los ciudadanos so han convertido en sus propios tiranos.

El servicio universal es una necesidad lógica a la cual se debía llegar, pero es también la última expresión de la contradicción interior de la concepción social, contradicción que se ha revelado cuando ha hecho falta para su sostén recurrir a la violencia.

En el servicio universal esta contradicción ha llegado a ser evidente. En efecto, el sentido de la concepción social consiste en que el hombre, teniendo conciencia de la barbarie de la lucha entre personalidades y de la falta de seguridad, ha transportado el sentido de la vida a la asociación de las personalidades. Con el servicio universal, acontece que los hombres, habiendo hecho todos los sacrificios posibles para evitar las crueldades de la lucha y la instabilidad de la vida, son llamados a pesar de todo a correr todos los peligros que han creído evitar, y que, además, la asociación -el Estado- a la cual han sacrificado sus intereses personales, corre los mismos peligros de muerte que amenazaban antes al individuo aislado.

Los gobiernos debían evitar a los hombres la lucha entre individuos y darles la certidumbre de la inviolabilidad del régimen adoptado; en lugar de eso exponen al individuo a los mismos peligros, con la diferencia de que en vez de una lucha entre personalidades del mismo grupo, hay una lucha entre grupos.

El establecimiento del servicio universal hace pensar en un hombre que, para que su casa no se hunda, la llenara de tal modo de soportes, de puntales, de vigas y de tablas, que no llegara a conservarla sino haciéndola absolutamente inhabitable.

Del mismo modo el servicio universal hace nulas todas las ventajas de la vida social que es llamado a defender.

Las ventajas de la vida social consisten en la seguridad de la propiedad y del trabajo y en la posibilidad de una mejora general de las condiciones de la vida. Ahora bien; el servicio universal destruye todo eso.

Los impuestos percibidos para los gastos militares absorben la mayor parte del producto del trabajo que el ejército debe defender.

La incorporación al servicio de todos los hombres válidos compromete la posibilidad del trabajo mismo. Las amenazas de guerra, siempre pronta a estallar, hacen inútiles y vanas todas las mejoras de las condiciones de la vida social.

Si antiguamente se había dicho al hombre que sin el Estado  estaría  expuesto  a los ataques de los malhechores, de los enemigos interiores y exteriores, que tendría que defenderse solo contra todos, que su vida estaría amenazada, que, por consiguiente, era ventajoso para él someterse a algunas privaciones para evitar esas desgracias, el hombre podía creer en ello, puesto que el  sacrificio    que    hacía    al Estado le daba la esperanza de una vida tranquila en un orden de cosas que no podía desaparecer. Pero hoy que sus sacrificios han duplicado y que las ventajas que podía esperar de ellos han desaparecido, es natural que cada cual se pregunte si su sumisión al Estado no es absolutamente inútil.

Pero no es en este hecho donde reside la significación fatal del servicio militar como manifestación de la contradicción que encierra la concepción social. La manifestación principal de esta contradicción consiste en que, con el servicio obligatorio, todo ciudadano llega a ser el sostén del orden de cosas actual y participa en todos los actos del Estado sin reconocer su legitimidad.

Los gobiernos afirman que los ejércitos son necesarios en todas partes para la defensa exterior. Es falso. Son necesarios sobre todo contra los ciudadanos mismos, y  cada  soldado  participa  a  pesar  suyo  en  las  violencias  del  Estado  sobre  los ciudadanos.

Para convencerse de esta verdad basta acordarse de lo que se comete en cada Estado, en nombre del orden y de la tranquilidad del pueblo, y de lo cual el ejército es siempre el instrumento. Todas las querellas intestinas de dinastías o de partidos, todas las ejecuciones que acompañan esos disturbios, todas las represiones de revueltas, todas las intervenciones de la fuerza armada para dispersar todas las reuniones o impedir las huelgas, todas las extorsiones de impuesto, todas las trabas a la libertad del trabajo, todo eso es hecho o directamente con la ayuda del ejército, o por la policía apoyada por el ejército. Todo hombre que cumple el servició militar participa en todas esas presiones que a veces le parecen dudosas, pero las más de las veces absolutamente contrarias a su conciencia.

¿Cómo, unos hombres se niegan a abandonar la tierra que cultivan de padre a hijo desde varias generaciones, otros no quieren circular como lo exige la autoridad, otros no quieren pagar los impuestos, otros no quieren reconocer como obligatorias leyes  que  ellos  no  han  hecho,  otros  no  quieren  perder  su  nacionalidad,  y  yo, cumpliendo el servicio militar, estoy obligado a ir a atacar a esos hombres? Yo no puedo, tomando parte en esas represiones, dejar de preguntarme si son justas o injustas, y si debo concurrir a su ejecución.

El servicio universal es el último grado de la violencia necesaria para el sostén de la organización social, el límite extremo que pueda alcanzar la sumisión de los súbditos, la clave cuyo desplome determinará el del edificio entero.

Con los abusos crecientes de los gobiernos y su antagonismo, se ha llegado a reclamar de los súbditos no solamente sacrificios materiales, sino también sacrificios morales tales que cada cual se pregunta: ¿Puedo obedecer? ¿En nombre de qué debo yo hacer sacrificios? Esos sacrificios se piden en nombre del Estado. En nombre del Estado  se  me  pide  sacrificar  todo  lo  que  puede  ser  querido  de  un  hombre: la felicidad, la familia, la seguridad, la dignidad humana. Pero, ¿qué es ese Estado que reclama sacrificios tan espantosos? ¿En qué nos es necesario?

El Estado, se nos dice, es necesario, en primer lugar, porque, sin el Estado, vosotros y yo, todos nosotros estaríamos sin defensa contra la violencia de los malos; en  segundo  lugar,  porque  sin  el  Estado  habríamos  permanecido  salvajes  y  no habríamos tenido ni religión, ni instrucción, ni educación, ni industria, ni comercio, ni medios de comunicación, ni otras instituciones sociales; y finalmente, porque sin el Estado habríamos corrido el peligro de ser conquistados por los pueblos vecinos.

“Sin el Estado -se, nos dice- habríamos corrido el peligro de sufrir las violencias de los malos en nuestra propia patria”.

Pero, ¿quiénes son esos malos, de la maldad y de la violencia de los cuales nos preservan nuestro Estado y nuestro ejército? Hace tres o cuatro siglos, cuando estábamos orgullosos de nuestros talentos militares y de nuestras armas, cuando matar era una acción gloriosa, había hombres de esa especie, pero hoy no hay ya, y los hombres de nuestro tiempo no llevan armas, y cada uno predica leyes de humanidad, de piedad para el prójimo y desea lo que nosotros deseamos: la posibilidad de una vida tranquila y estable. Eso quiere decir que no hay ya esos violentos contra los cuales el Estado debe protegemos. Y si el Estado debe defendernos contra los hombres que son considerados como criminales, sabemos que éstos no son hombres de una naturaleza distinta, como las fieras entre las ovejas, sino hombres como todos nosotros, que no aman más que nosotros cometer crímenes. Sabemos hoy que las amenazas y los castigos no pueden hacer disminuir el número de esos hombres, y que no será disminuido sino por el cambio del medio y la influencia moral. De suerte que la protección del Estado contra los violentos, si era necesaria hace tres o cuatro siglos, no lo es ya hoy. Ahora es más bien lo contrario lo que es cierto: la acción del gobierno con  sus  medios  crueles  de  coerción,  retrasados  sobre  el  estado  de  nuestra civilización, tales como las prisiones, los presidios, la horca, la guillotina, concurre a la barbarie  de las costumbres mucho  más que  a  su  pulimento y,  por consiguiente, aumenta más bien que disminuye el número de los violentos.

“Sin el Estado -se nos dice- no habríamos tenido ni religión, ni educación, ni industria, ni comercio, ni vías de comunicación, ni otras instituciones sociales”.

Sin el Estado, no habríamos podido organizar las instituciones que nos son necesarias  a  todos.  Pero  este  argumento  habría  podido  tener  algún  valor  hace también algunos siglos. Si ha habido un tiempo en que los hombres eran tan poco comunicativos, y en que los medios de aproximarse y cambiar ideas faltaban de tal modo  que  no  era  posible  ponerse  de  acuerdo  para  ningún  esfuerzo  comercial, industrial o económico sin un centro de Estado, esos obstáculos han desaparecido. Las vías de comunicación tan ampliamente desarrolladas y el cambio de las ideas han hecho  que,  para  la  formación  de  las  sociedades,  de  las  corporaciones,  de  los congresos, de las instituciones económicas y políticas, los hombres de nuestro tiempo no solamente pueden pasarse sin los gobiernos, sino que las más de las veces son incomodados por el Estado, que les impide más bien que les ayuda en la realización de sus proyectos.

Desde el fin del siglo XVIII, casi cada paso hacia adelante de la humanidad, en lugar de ser estimulado, ha sido entorpecido por los gobiernos. Es lo que ha sucedido en cuanto a la supresión de los castigos corporales, de la tortura, de la esclavitud, así como en cuanto al establecimiento de la libertad de Prensa y de la libertad de reunión. No solamente el gobierno no ayuda, sino que se opone a todo movimiento que podría conducir a nuevas formas de vida. La solución de las cuestiones obreras, agrarias, políticas, religiosas, lejos de ser favorecida, es impedida por la autoridad gubernamental.

“Sin el Estado y el gobierno -se nos dice- el pueblo habría sido conquistado por los pueblos vecinos”.

Inútil responder a este argumento: lleva su refutación en sí mismo. El gobierno y su ejército nos son, se dice, necesarios para defendemos contra los pueblos vecinos que podrían someternos; pero todo eso se dice por todos los gobiernos, en todas las naciones, y sin embargo sabemos muy bien que todos los pueblos de Europa exaltan los principios de la libertad y de la fraternidad. No han de defenderse, pues, los unos contra los otros. Mas, si se habla de los bárbaros, la milésima parte de las tropas en este momento bajo las armas, bastaría para tenerlos a raya. Vemos, pues, justamente lo contrario de lo que se nos dice. No solamente la exageración de las fuerzas militares no nos preserva de los ataques de nuestros, vecinos, sino que ella sola, al contrario, podría ser él motivo de esos ataques.

Eso hace que para todo hombre que, por el servicio obligatorio, es llevado a reflexionar sobre el gobierno en nombre del cual se le pide el sacrificio de su reposo, de su seguridad y de su vida, es claro que este sacrificio no está ya justificado por nada hoy.

No sólo es evidente que los sacrificios pedidos por el gobierno, no tienen en teoría ninguna razón de ser, sino que aun prácticamente, es decir, ante las penosas condiciones en las cuales el hombre se encuentra por culpa del Estado, cada uno ve forzosamente que para él mismo someterse al servicio militar es a menudo mucho más desventajoso que sería la rebeldía.

León Tolstoi


[Vídeo] Presentación del libro «Rusia frente a Ucrania. Imperios, pueblos, energía» por Carlo Taibo

Posted: 10 Mar 2022 03:10 AM PST

El profesor Carlos Taibo en una conferencia magistral ha presentado en Segovia su libro «Rusia frente a Ucrania» en el centro Civico El Carmen con el aforo al completo, dentro del ciclo «Lectura y Compromiso» que organiza el Foro Social de Segovia .

ForoSocialSegovia


[Francia] Preso político anarquista inicia huelga de hambre

Posted: 10 Mar 2022 03:00 AM PST

El pasado domingo 27 febrero, nuestro amigo Libre Flot decidió iniciar huelga de hambre mientras sigue encerrado y en régimen de aislamiento en la prisión de Bois d’Arcy.

El veterano de Rojava Libre Flot acusa a las autoridades de incriminarlo por su participación en la guerra contra ISIS.

El 8 de diciembre de 2020, 9 anarquistas fueron arrestados por la DGSI, la unidad de policía antiterrorista francesa, en varios lugares de Francia. Han sido acusados de participar en “una asociación criminal que planeó un ataque terrorista”.

Desde entonces, todos menos uno han sido puestos en libertad (dos sin cargos), algunos tras meses en prisión preventiva. Están en espera de juicio y están bajo control judicial. Los acusados, de los cuales no todos se conocen, han estado bajo vigilancia durante un largo período de tiempo, incluida la vigilancia digital, como con la colocación de dispositivos de escuchas en los vehículos, así como la vigilancia física.

El que todavía está encarcelado en espera de juicio, Libre Flot, se encuentra en régimen de aislamiento con acceso limitado a los visitantes. La razón oficial que se da para justificar su detención continua en tales condiciones mientras todos los demás acusados han sido puestos en libertad, es que las autoridades y el tribunal lo identifican como el líder del “grupo”.

A principios de febrero, un juez denegó la apelación de Libre Flot para ser liberado antes del juicio.

Su carta a continuación es el anuncio del comienzo de su lucha en huelga de hambre.

¿Por qué estoy en huelga de hambre?

Durante hace más de 14 meses he desmentido esta infame y difamatoria acusación de asociación criminal terrorista.

Han pasado más de 14 meses desde que la DGSI me explicó que no me arrestaron por lo que querían que creyera, es decir, mi participación en las fuerzas kurdas contra el Daesh (Estado Islámico) en Rojava.

Hace más de 14 meses que nada valida la tesis elaborada desde cero por la DGSI a pesar de que durante al menos 10 meses fui seguido, rastreado, bajo escucha las 24 horas en mi vehículo, mi lugar de vida, espiado incluso en mi cama.

Durante más de 14 meses he entendido que son mis opiniones políticas y mi participación en las fuerzas kurdas YPG en la lucha contra Daesh lo que están tratando de criminalizar.

Desde hace más de 14 meses que 7 personas que no se conocen son acusadas de formar parte de una asociación delictiva.

Han sido más de 14 meses respondiendo preguntas de un juez de instrucción utilizando las mismas técnicas tortuosas de la DGSI: manipulación, descontextualización, omisión e invención de palabras y hechos en un intento de influir en las respuestas.

Durante más de 14 meses he sido objeto de las provocaciones de este mismo juez de instrucción que, mientras languidezco en las cárceles de la República, se permite decirme que este caso es una pérdida de tiempo en la lucha contra el terrorismo. Peor aún, se permite el insulto más inaceptable al referirse a los bárbaros del Estado Islámico como mis “amigos del Daesh”. Aunque verbal, esto sigue siendo un acto de violencia sin precedentes. Es inadmisible que este juez se otorgue el derecho de insultarme en el más alto grado, intente difamarme y, por lo tanto, escupa en la memoria de mis amigos y camaradas kurdos, árabes, asirios, turcomanos, armenios y turcos e internacionales que han caído en la lucha contra esta organización. Todavía sigo indignado por esto.

Han sido más de 14 meses de una investigación donde, contrario a su función, el juez de instrucción investiga sólo para la acusación y nunca para la defensa. No toma en consideración nada que vaya más allá del escenario preestablecido y solo sirve para validar una falsa personalidad moldeada de la A a la Z por la DGSI, que lejos de representarme solo refleja las fantasías paranoicas de esta policía política. Por lo tanto, se me presenta constantemente como un “líder carismático” a pesar de que cualquier modo de funcionamiento no horizontal es contrario a mis valores igualitarios.

Hace más de 14 meses que me han mpuesto la llamada prisión preventiva sin juicio, en las condiciones más terribles posibles: el régimen de aislamiento (ver cartas de marzo de 2021 y junio de 2021) considerado como “tortura blanca” y trato inhumano o degradante por parte de varios organismos de derechos humanos.

Hace más de 14 meses que estoy sepultado viviendo en una soledad infernal y permanente sin tener con quien hablar, solo pudiendo contemplar la decadencia de mis capacidades intelectuales y el deterioro de mi estado físico y esto, sin tener acceso a un seguimiento psicológico.

Luego de haber proporcionado a la administración penitenciaria, con aires falsamente neutrales, argumentos falaces para garantizar mi reclusión en régimen de aislamiento, el juez de instrucción solicitó que se rechazara mi solicitud de libertad, al igual que la fiscalía nacional antiterrorista. Para ello casi copiaron y pegaron el informe de la DGSI del 7 de febrero de 2020, base de todo este asunto, cuya veracidad no ha sido demostrada y del que no sabemos de dónde proviene la información. Uno tiene derecho a preguntarse cuál fue el sentido de las escuchas telefónicas, vigilancia, grabaciones de audios y estos dos años de investigación e instrucción judicial, ya que se ocultan los hechos que demuestran la falsa construcción de la DGSI.

La Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT) y el juez de instrucción están constantemente tratando de infundir confusión y crear una amalgama con terroristas islamistas, a pesar de que saben muy bien que luché contra el Estado Islámico, en particular durante la liberación de Raqqa, donde se habían planeado los ataques del 13 de noviembre.

El juez de instrucción afirma temer que informe a personas imaginarias de mi situación, aunque sea pública, en particular porque la DGSI o la propia PNAT filtraron la información desde el primer día. Pretende así evitar cualquier tipo de presión sobre los testigos, las víctimas y sus familias aun cuando no haya testigos ni víctimas ya que no hay acto. Es ubicuo. También se menciona su temor a una consulta entre los coacusados y cómplices, aunque todos los coacusados hayan sido liberados, que no ha interrogado a nadie más que a mí desde octubre de 2021, y que esperé pacientemente a que terminara de interrogarme para presentar esta solicitud de liberación.

Podría haber sido cómico en otras circunstancias señalar el uso de hechos anodinos como: disfrutar de mi derecho a moverme libremente en Francia y Europa, mi forma de vida, mis opiniones políticas, mis prácticas deportivas, de mis gustos por el rap comprometido o música kurda.

El juez de instrucción ataca a mi madre al señalarla como garantía no válida por la sencilla razón de que no impidió que su hijo, que entonces tenía 33 años, se uniera a las fuerzas kurdas de las YPG en la lucha contra Daesh. Una vez más, es mi participación en este conflicto la que está siendo criminalizada. También critica el uso de aplicaciones encriptadas (WhatsApp, Signal, Telegram…) que utilizan millones de personas en Francia. Finalmente, denigra todas las demás opciones de garantías (trabajo, domicilio…) sin tener nada que reprocharles a pesar de que el personal del SPIP (Servicios de Integración Penitenciaria y Libertad Vigilada) a cuyo cargo me encuentro, ha dado una opinión favorable.

¿Cómo entender entonces que después de haber ordenado estas investigaciones de viabilidad que señalan la posibilidad de liberarme con un brazalete electrónico, el juez de libertades y detención, a pesar del informe, se niega a ponerlo en marcha? Muchos notamos que en todo este asunto, la “justicia” viola sus propias leyes y está sujeta a la agenda política de la DGSI.

Recientemente supe por boca del director de detenciones de la prisión de Yvelines (Bois d’Arcy), a quien agradezco la franqueza, que mi colocación y mi mantenimiento en régimen de aislamiento habían sido decididos desde el primer día por personas de muy alto rango y que diga lo que yo diga o él diga o haga, nada importará, se le escapa, ni siquiera se leerá el expediente y me quedaré en el área de aislamiento y que de todos modos nada podría cambiar antes de las elecciones presidenciales.

– Dado que están tratando de criminalizar a los activistas que lucharon con los kurdos contra Daesh,

– Dado que la llamada prisión preventiva se utiliza para castigar opiniones políticas,

– Dado que esta historia solo existe con fines de manipulación política,

– Ya que hoy me queda como perspectiva solo la lenta destrucción de mi ser

Me declaro en huelga de hambre desde el domingo 27 de febrero de 2022 a las 18 hs, actualmente solo reclamo mi liberación a la espera de demostrar el lado difamatorio de esta vergonzosa acusación.

Libre Flot – 28 de febrero

Porque nuestro amigo Libre Flot lleva más de 14 meses languideciendo en confinamiento solitario y ha optado por contraatacar con una huelga de hambre, no lo dejemos solo en este sucio juego político. ¡Ahora es el momento de mostrar nuestro apoyo, difundiendo nuestra palabra y por todos los medios posibles!

¡No vamos a esperar, sin reacciones, a que terminen las elecciones para que por fin lo suelten!

Puedes escribirle a través de los comités de apoyo locales:

Comité 812 Toulouse: Ruta Bis

22 rue Périole

31500 Toulouse

PumBat

34 rue Brouardel

31200 Toulouse

Comité 812 Rennes: CNT 35

BP 30423

35004 RENNES Cedex

Comité 812 París: LAP

393 rue de Vaugirard

75015 PARIS

Para mantenerse informado: https://soutienauxinculpeesdu8decembre.noblogs.org/

Para unirnos a sus seguidores y mantenernos informados de las iniciativas locales:

let us dance [at] riseup [point] net

Mira también: https://freedomnews.org.uk/2022/02/28/france-anarchist-political-prisoner-begins-hunger-strike/


[Madrid] Ciclo de memorias rebeldes

Posted: 10 Mar 2022 02:49 AM PST

Nuevo ciclo de charlas que tendrán lugar en este mes de marzo de 2022 en el EKO de Madrid:

Viernes 11 de marzo – 18:30 h

Movimiento Ibérico de Liberación (MIL). Salvador Puig Antich, el último garrote-vil.

Viernes 18 de marzo – 18:30 h

Sindicalismo – Represión

Viernes 25 de marzo – 18:30 h

Radios Libres

ATENEO LIBERTARIO DE CARABANCHEL LATINA

http://ateneolibertariocarabanchellatina.wordpress.com

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