“No comprendo esta gazmoñería
sobre el uso de gas. Hemos adoptado definitivamente la posición en la
Conferencia de Paz de argumentar a favor de la retención del gas como un
método permanente de guerra… Estoy fuertemente a favor de utilizar gas
tóxico contra tribus incivilizadas”.
(Winston S. Churchill, 1874-1965, del acta del War Office, 12 de mayo de 1919.)
Mientras la agresividad contra Siria aumenta, así como las
afirmaciones cada vez más aventuradas y los dobles raseros, y agitan,
complotan y financian terroristas (perdón: “ayudan a la oposición
legítima”), es instructivo considerar las justificaciones presentadas
por los gobiernos de EE.UU. en otras incursiones asesinas de la historia
reciente.
Este mes se cumple el vigésimo tercer aniversario de la invasión de
Panamá por EE.UU. el 20 de diciembre de 1989, mientras los panameños
preparaban sus celebraciones de Navidad. Una rápida búsqueda nos
recuerda que el difunto Philip Agee recordó que el presidente George
H.W. Bush dijo al pueblo estadounidense que la amenaza de Panamá
(población: 3.571.185 – 2011) era tan grande que “nuestro modo de vida
está en juego”. Agee se refirió a esto en su conferencia acertadamente
llamada “Produciendo la crisis adecuada” [1]. Acertada entonces como
ahora. Nada cambia.
El objetivo de la invasión era capturar al dirigente del país,
general Manuel Noriega y, por supuesto, “establecer un gobierno
democrático”. Cambio de régimen.
Con la próxima transferencia del control del Canal de Panamá a Panamá
(programada originalmente para el 1 de enero de 1990) después de un
siglo de administración colonial estadounidense, EE.UU. quería
asegurarse de que estuviera en manos de aliados dóciles.
Noriega, un activo de la CIA desde 1967 [2] quien también había
asistido a la tristemente célebre Escuela de las Américas en Fort
Benning, Georgia, llegó al poder con el respaldo de EE.UU., pero
aparentemente su apoyo a EE.UU. se debilitaba. Para resumir una larga
historia, EE.UU. lo secuestró y lo condenó a cuarenta años de cárcel.
Los planes de invasión se llamaron: “Operación Devocionario”. Después
fue rebautizada “Operación Causa Justa”, y el general Colin Powell
comentó que era un sobrenombre de lo que él aprobó ya que “Incluso
nuestros críticos más duros tendrían que decir “Causa Justa” al
atacarnos”. (Colin Powell, con Joseph E. Persico: My American Journey,
1995.)
Todo el pillaje militar debería llamarse simplemente: “Operación
Nombre Estúpido 1, luego 2, 3, 4, etc., hasta que se acabaran los
números.
27.000 soldados estadounidenses apoyados por helicópteros Apache
diezmaron gran parte del pequeño país, con una fuerza de defensa de solo
3.000. George Bush padre, dijo que se trataba de derrocar a un maligno
dictador que estaba abusando de su propio pueblo (¿suena conocido?) y
que la acción era necesaria para “proteger vidas estadounidenses”.
También se trataba de “defender la democracia y los derechos humanos en
Panamá” y de “proteger el Canal”. ¡Qué sorpresa! ¿Verdad?
Manuel Noriega fue liberado de la cárcel estadounidense en 2007,
extraditado a Francia que le había otorgado el máximo honor del país, la
Legion d’honneur en 1987. Permaneció en la cárcel en Francia hasta
diciembre de 2011, y fue devuelto a Panamá, donde todavía está en la
cárcel.
En la casi olvidada diezma de Panamá (a menos que se sea panameño) el
densamente poblado, empobrecido corregimiento de El Chorrillo fue
incinerado por las acciones de EE.UU. en tal medida que se denominó
“Pequeña Hiroshima”.
Una mujer acusó de que “Los norteamericanos comenzaron a quemar El
Chorrillo cerca de las 6.30 de la mañana. Lanzaban un pequeño artefacto a
una casa y se incendiaba, luego iban a otra, quemaban de una calle a la
siguiente, coordinando los incendios con radio-teléfonos portátiles”.
Según las informaciones un soldado estadounidense declaró: “Pedimos
que os rindáis… si no lo hacéis, estamos dispuestos a arrasar todos y
cada uno de los edificios”.
“Disparaban a todo lo que se movía”, dijo un residente de la ciudad.
Los muertos fueron enviados a fosas comunes y los testigos declararon
que los soldados estadounidenses usaron lanzallamas contra los muertos,
y señalaron que los cuerpos se retorcían al arder. Otros fueron
nivelados con excavadoras [3].
Hubo cosas peores. Mientras actuales declaraciones farisaicas, aunque
contradictorias, fluyen de Washington y Whitehall sobre las armas
químicas no corroboradas de Siria, los hechos probados se relacionan con
las de EE.UU.
“De los años cuarenta a los noventa, EE.UU. utilizó varias partes de
Panamá como terreno de pruebas de armas químicas, incluyendo gas
mostaza, VX, sarín, cianuro de hidrógeno y otros gases neurotóxicos… en
minas, cohetes y obuses; tal vez decenas de miles de municiones
químicas”. (William Blum: Rogue State, 2002).
Además, al partir de Panamá a finales de 1999 dejaron “muchos sitios
que contenían armas químicas. También habían: “realizado pruebas
secretas de Agente Naranja en Panamá…” En la invasión de 1989, la aldea
de Pacora, cerca de Ciudad de Panamá: “fue bombardeada con (productos
químicos) por helicópteros y aviones del Comando Sur de EE.UU., con
sustancias que quemaban la piel, causaban intenso dolor y diarrea”.
Muchos analistas pensaron que Panamá fue el terreno de prueba para Irak.
Nueve meses después del envenenamiento de Panamá, en el Día de
Hiroshima de 1990, las Naciones Unidas impusieron el estrangulador
embargo contra Irak impulsado por EE.UU., una vez que la embajadora de
EE.UU. en Irak, April Glaspie, dio luz verde para que Sadam Hussein
invadiera Kuwait, después de la considerable provocación y
desestabilización financiera y geográfica de Kuwait [4].
El sensacionalismo sobre armas químicas y otras se disparó, llevando a
Sadam Hussein a comentar: “Me temo que un día diréis que producimos
pólvora usando trigo”.
Trece meses después de Panamá, EE.UU. dirigió una coalición de 31
países para “reducir Irak a una era pre-industrial”. Los únicos
productos químicos liberados en Irak fueron la tóxica mezcla de las
fábricas bombardeadas de farmacéuticos y fertilizantes, las plantas
productoras de coches y las fábricas de toda la base industrial de Irak,
incluyendo los complejos con sustancias químicas y biológicas, y
medicamentos, vendidos a Irak por EE.UU., Reino Unido, Alemania y otros
durante las décadas anteriores, ventas que irónicamente, continuaban
mientras tenía lugar el ataque [5].
Sin embargo, se introdujeron sustancias altamente tóxicas y
radiactivas en Irak, en la forma de hasta setecientas cincuenta
toneladas de municiones de uranio empobrecido químicamente tóxico y
radiactivo con una “vida media” tóxica de 4.500 millones de años. La
lista interminable de bebés deformes, nacidos muertos, abortados,
infantes nacidos con cánceres, las pequeñas tumbas, es un testimonio
silencioso de las armas de destrucción masiva de singular perversidad.
Irak fue bombardeado durante 42 días y sus noches.
Las exageradamente publicitadas armas químicas presuntamente fabricadas por Irak, por supuesto nunca se encontraron.
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comenzó a liberar Kosovo de Serbia.
(El estúpido nombre dado por EE.UU: Operación Yunque Noble) Se calcula
que Kosovo tenía “inagotables” minerales por un valor estimado en diez
billones (millones de millones) de dólares en las minas Trebca.
La “liberación” consistió en 78 días de continuo bombardeo,
incluyendo el uso de armamento con uranio empobrecido. Se lanzaron
20.000 toneladas de bombas. Destruyeron sistemáticamente centros de
comunicación, depósitos de combustible, aeropuertos, comunicaciones de
tráfico, trenes, mercados, la embajada china, que se opuso al ataque. La
OTAN, poco convincentemente, dijo que tenía el mapa equivocado. Y, por
cierto, el centro de los medios de comunicación. El asesinato de
periodistas es ahora otra rutina, un crimen de guerra por el que no hay
que rendir cuentas.
Antes del ataque, el Pentágono declaró que el ejército de Yugoslavia
poseía por lo menos dos tipos de gases tóxicos, con instalaciones para
producirlos. El Departamento de Defensa de EE.UU. advirtió a Slobodan
Milosevic y al Estado Mayor del ejército yugoslavo: “Si Belgrado utiliza
gases tóxicos sarín y de mostaza contra la OTAN, la respuesta de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte será devastadora”.
Curiosamente, después del inicio de los ataques aéreos, la OTAN no
mencionó una sola vez que estaba atacando la capacidad de producción de
armas químicas de Serbia declarada por EE.UU. (Zagreb Globus, 16 de
abril de 1999, páginas 18-19.)
La destrucción en escala masiva, sin embargo, no afectó las minas de Trebca.
El 14 de agosto de 2000, novecientos soldados fuertemente armados
británicos, franceses, italianos, paquistaníes y de KFOR aterrizaron en
helicópteros en las minas. Los administradores y los trabajadores
trataron de resistir y fueron golpeados, atacados con gases lacrimógenos
y con balas de plástico. El personal resistente fue arrestado.
Los documentos de la ONU describieron la acción como “…inducción de
la democratización en Kosovo”. El ataque, de hecho, allanó el camino
para la venta de las minas con su contenido “inextinguible” de unas
77.302.000 toneladas de carbón, cobre, zinc, plomo, níquel, oro, plata,
mármol, manganeso, mineral de hierro, asbesto y piedra caliza “para solo
mencionar algunos” a grupos privados extranjeros (Informes noticiosos,
sitios en la web.)
El “Ejército de Liberación de Kosovo” había sido: “…entrenado y
apoyado durante años con millones de dólares estadounidenses y marcos
alemanes… a través de la CIA y del BND (servicio de inteligencia alemán)
para esta guerra, engañosamente llamada guerra civil” [6] por gobiernos
y portavoces de los gobiernos de la OTAN.
Las propiedades químicas y radiológicas del uranio empobrecido
también llovieron sobre la antigua Yugoslavia. En 2001, doctores del
hospital de Kosovo Mitrovica dirigido por serbios declararon que la
cantidad de pacientes que sufrían enfermedades malignas había aumentado
un 200% desde un estudio de 1998.
Un estudio de 2003 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (UNEP) encontró muestras contaminadas de agua potable y de aire
en Bosnia Herzegovina. No hubo, por supuesto: “causa de alarma”. Pekka
Haavisto, exministro del Medio Ambiente de Finlandia, jefe de UNEP,
pidió una amplia y exhaustiva investigación científica para establecer
la verdadera medida y los peligros de la contaminación. EE.UU. –citado
como el único país que utilizó armas de uranio empobrecido en ese
conflicto– bloqueó la solicitud [7].
Sin embargo, hubo alarma en Europa cuando mantenedores de la paz
italianos, portugueses, belgas y franceses en la región desarrollaron
cánceres, en cosa de meses; una elevada proporción de los diagnosticados
murieron. Mantenedores de la paz noruegos se negaron a ser involucrados
[8].
“Menos de un mes después del fin de la guerra en Yugoslavia en 1999,
el Consejo Nacional Británico de Protección Radiológica advirtió a los
ciudadanos británicos de los peligros de permanecer en Kosovo debido a
la contaminación de su territorio por armas de uranio empobrecido”.
Los mantenedores de la paz, por cierto, estuvieron en Kosovo solo
durante semanas o meses, la gente de la región vive allí, y la condición
difícil de su salud y la de futuras generaciones fue ignorada y
olvidada por sus “liberadores”. Tenían otros “tiranos” que derrocar,
otras poblaciones que librar de sus vidas, sus extremidades y sus medios
de vida.
Irak, había vuelto a ser bombardeado por EE.UU. y Reino Unido durante
la temporada de Navidad de 1998, cuatro meses antes del ataque a
Yugoslavia y había vuelto a los radares de la invasión desde entonces.
Las mentiras eran familiares, e incesantes, un ejemplo actualmente
tópico, uno de tantos:
“2 de septiembre de 2002: Expertos: Iraq tiene toneladas de armas químicas.
“Mientras algunos en el gobierno de Bush presionan a favor de un
ataque preventivo contra Irak, expertos en armas dicen que hay creciente
evidencia de que el presidente iraquí Sadam Hussein ha acumulado
grandes existencias de armas químicas y biológicas que oculta ante un
posible ataque militar de EE.UU.
“La preocupación de Washington es que Irak podría suministrar esas
armas a grupos terroristas… ‘Si esperamos hasta que el peligro sea
evidente, podría ser demasiado tarde’ dijo el senador Joseph Biden,
demócrata de Delaware, presidente del Comité de Relaciones Exteriores”.
Ahora que Biden es vicepresidente, no podemos dejar de preguntar si
tiene alguna participación en el sesgo sobre Siria, con sus palabras
extrañamente similares.
“John Wolfsthal, analista de la Fundación Carnegie por la Paz
Internacional, dijo que el inventario de Irak es significativo: ‘Irak
sigue poseyendo varias toneladas de agentes de armas químicas, lo
suficiente para matar a miles y miles de civiles o soldados’, dijo
Wolfsthal” [9].
Además: “Expertos en armas de las Naciones Unidas han dicho que Irak
puede haber almacenado más de 600 toneladas métricas de agentes
químicos, incluyendo gas mostaza, VX y sarín. Tampoco se conoce el
paradero de unos 25.000 cohetes y 15.000 obuses de artillería con
agentes químicos, dijeron los expertos.
“Lo que preocupa es que tienen a mano, o podrían crear rápidamente,
la capacidad de producir vastas cantidades de ántrax, toneladas de
material”, fue la declaración adicional de Wolfsthal.
“El secretario de Defensa Donald Rumsfeld” afirmó: “…Irak tiene
laboratorios móviles de armas biológicas, que sería casi imposible de
identificar y atacar para las fuerzas de EE.UU.” Las vidas de miles de
personas están en juego, dijo. Por cierto, desde la invasión las muertes
de iraquíes a manos de estadounidenses y británicos o de sus milicias, y
el gobierno títere impuesto, representan un verdadero holocausto.
Según Jonathan Schwartz, quien volvió a enfocar el montón de mentiras
sobre Irak del general Colin Powell el 5 de febrero de 2003: “Mis
colegas, cada declaración que hago hoy está respaldada por fuentes,
fuentes sólidas. No son afirmaciones. Lo que os presento son hechos y
conclusiones basados en inteligencia sólida…” Powell está ahora
arrepentido.
Schwartz muestra poca comprensión. En el quinto aniversario de las
estupideces engañosas de Powell, el 5 de febrero de 2008, comentó: “A
pesar de todas las críticas que Powell ha recibido por esto –lo llama
‘doloroso’ y algo que ‘siempre formará parte de mi historial’– no se
aproxima a lo que está justificado. Powell estuvo mucho más que
horriblemente equivocado, la evidencia es concluyente de que amañó
pruebas e ignoró repetidas advertencias de que lo que estaba diciendo
era falso”.
La invasión totalmente ilegal de Irak, basada en un montón
transatlántico de mentiras había comenzado solo 45 días después. ¿Su
Nombre muy Estúpido? “Operation Iraqi Liberation”: OIL [Petróleo].
Las mentiras sobre Libia –que bajo el coronel Gadafi llegó a la punta
del Índex de Desarrollo Humano en África– son de memoria reciente. A
pesar de ello, unos pocos recuerdos:
Los traidores pagados por la CIA abundan en estas invasiones y otras
durante muchas décadas. Por ejemplo el general Abdul Fatah Younis,
ministro del Interior del coronel Gadafi, quien “desertó hacia la
oposición” –¿cuál habrá sido su precio?– y llegó a ser jefe de Estado
Mayor de los insurgentes: “…abogó a favor de que los aliados de la OTAN
armaran a los rebeldes con armas pesadas, incluidos helicópteros y
misiles antitanques, para defender la ciudad sitiada de Misrata. Predijo
que el dictador… estaría dispuesto a utilizar armas químicas como
último recurso contra los rebeldes o la población civil”. (Sorprendente,
palabras idénticas a las de la lista de argumentos de la actual
“oposición” siria.)
“Ahora Gadafi está desesperado. Por desgracia todavía tiene cerca de
un 25% de sus armas químicas, que podría utilizar ya que está en una
situación desesperada…”
“Se sabe que el coronel Gadafi tiene cerca de 10 toneladas de gas
mostaza restantes de las existencias que había estado destruyendo bajo
la supervisión de un organismo de las Naciones Unidas, la Organización
para la Prohibición de Armas Químicas” [10].
En contexto, en 2002, Neil Mackay, galardonado editor de
investigaciones del Sunday Herald, explicó que: “Impulsado por la
codicia y una profunda falta de moralidad, el gobierno británico violó
la Convención de Armas Químicas vendiendo productos químicos “que podían
convertirse en armas de guerra”.
Los países que se beneficiaron de las ventas británicas, declaró
Mackay, incluían a Libia, Yemen, Israel, Arabia Saudí, Chipre, India,
Kenia, Kuwait, Malasia, Nigeria, Omán, Pakistán, Singapur, Eslovenia,
Sudáfrica, Corea del Sur, Sri Lanka, Tanzania, Turquía y Uganda,
“admitió claramente” un encargado del Departamento de Comercio e
Industria.
Después del apretón de manos de Tony Blair con el coronel Gadafi en
marzo de 2004, el gobierno británico anunció planes para enviar sus
expertos a Libia a fin de destruir las armas químicas que había vendido,
señalando que el coronel Gadafi había engañado a Blair sobre su
existencia. Parecen haber olvidado que él tenía los documentos de envío.
Igual a las ambigüedades del Reino Unido sobre Irak.
Entre el comienzo de la destrucción de Libia el 19 de marzo de 2011 y
la toma de posesión de la OTAN el 31 de marzo de 2011, EE.UU. y el
Reino Unido lanzaron 110 misiles Crucero contra un país con una
población de menos de 6,5 millones de habitantes. Cuando la OTAN asumió
el mando de la “intervención humanitaria”, atacó a esa mínima población
con 26.500 incursiones de bombardeo.
Por supuesto no hubo lágrimas presidenciales por los niños muertos en
Libia, cuya defunción debió de estar precedida de un terror
inimaginable, en un ataque que tuvo dos Nombres Estúpidos, uno para
EE.UU.: “Operación Odisea del Amanecer” y otro para la de OTAN:
“Operación Protector Unificado”, esta última, desafía todo comentario.
El propio Gadafi perdió tres nietos pequeños y tres hijos. En 1986,
en otro bombardeo de EE.UU. perdió una pequeña hija adoptada.
Momentos después de ser informada sobre su terrible muerte a manos de
una turba rabiosa “protegida” por la OTAN, la secretaria de Estado
Hillary Clinton apareció riendo en la televisión mientras decía:
“Fuimos, vimos, murió”.
Hace tiempo que dijo: “Realmente pienso que se necesita una aldea
para criar a un niño”. Ahora parece que piensa que hay que borrar del
mapa la aldea, sus niños, sus padres y linchar al anciano de la aldea
para tener una oportunidad de estridente regocijo en la televisión.
El 4 de diciembre de 2012, Clinton advirtió de que el presidente
Bashar al-Asad de Siria podría estar moviendo, adivinad qué: “un arsenal
de armas químicas”.
“Hemos dejado muy claros nuestros puntos de vista. Esta es una línea
roja para EE.UU. No voy a detallar específicamente lo que haríamos en
caso de tener pruebas de que el régimen de Asad ha recurrido al uso de
armas químicas contra su propio pueblo, pero baste con decir que
ciertamente planificamos entrar en acción en caso de que ocurriera”,
dijo en una conferencia de prensa en Praga.
Por supuesto se “podrían utilizar” armas “para contener gas sarín”,
según otro funcionario estadounidense. Otro agregó: “…estamos
preocupados por cualquier acción que pueda significar que están
dispuestos de alguna manera a utilizar esas armas químicas contra su
propio pueblo [11].
“Déjà vu una vez más”, como dicen.
Siria respondió el 6 de diciembre: “Siria vuelve a subrayar, por
décima, centésima vez, que si tuviéramos armas semejantes, no se
utilizarían contra el pueblo. No cometeríamos suicidio,” dijo el
ministro adjunto de Exteriores Faisal Al Maqdad en la televisión
libanesa Al Manar …”
“Tememos que exista una conspiración para suministrar un pretexto
para cualesquiera intervenciones subsiguientes en Siria por parte de los
países que aumentan la presión sobre Siria”. Por cierto. No se puede
decir que sea la primera vez.
A finales de octubre, tropas estadounidenses llegaron a Jordania para
un gran ejercicio conjunto cerca de la frontera siria. Operación Nombre
Estúpido e Infantil: “Operación León Ambicioso”. Al Asad se traduce en
árabe como: el león.
Irónicamente, la primera afirmación de que Siria tiene armas químicas
parece haber provenido de John R. Bolton, quien según el congresista
Henry Waxman persuadió a George W. Bush para que incluyera el cuento de
hadas de la compra de óxido de uranio de Níger en su discurso sobre el
Estado de la Unión de 2003. La afirmación no se ha demostrado, sin
embargo, ya que los documentos todavía están clasificados.
Bolton está involucrado con una plétora de organizaciones menos que
liberales, incluyendo el Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense, el
Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA) y la
Asociación Nacional del Rifle.
En relación con Siria, también hay que recordar que el país sufre sanciones cada vez más duras desde 2004.
El exinspector jefe de Armas de Irak Scott Ritter ha escrito que:
“las armas químicas tienen una vida útil de cinco años. Las armas
biológicas tienen una vida útil de tres”. También emiten un “éter”,
dicen los expertos, que puede ser identificado por la vigilancia
satelital, a la que es seguro que Siria, como antes Irak, ha sido
sometida exhaustivamente.
Dios no lo quiera, Washington, Whitehall, Tel Aviv y la coalición de
los coactivos de nuevo hacen aspavientos por nada. Dios ayude al que les
crea.
Notas
1.
http://www.serendipity.li/cia/agee_1.html
2.
http://revcom.us/a/017/us-invasion-panama.htm
3.
http://www.addictedtowar.com/docs/panama.htm
4.
http://www.globalresearch.ca/the-war-on-iraq-five-us-presidents-five-british-prime-ministers-thirty-years-of-duplicity-and-counting/20510
5.
http://www.commondreams.org/headlines02/0908-08.htm
6.
http://www.currentconcerns.ch/index.php?id=785
7.
http://www.iacenter.org/depleted/un_du.htm
8.
http://www.frontlineonnet.com/fl1803/18030580.htm
9.
http://articles.cnn.com/2002-09-02/world/iraq.weapons_1_biological-weapons-weapons-inspectors-iraqi-president-saddam-hussein?_s=PM:WORLD
10.
http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/africaandindianocean/libya/8481250/Libya-Col-Gaddafi-still-has-quarter-of-chemical-weapons-stockpile.html
11.
http://news.yahoo.com/clinton-assads-chemical-weapons-red-line-us-170103890–abc-news-politics.html
Global Research. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens