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martes, 1 de marzo de 2022

Tinkunaco 0219/22 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

 


Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • La OTAN, Rusia y Ucrania: Una glosa impertinente
  • Europa Battle Zone: Rusia cede a las provocaciones de Estados Unidos, y ésta se cobra tres piezas. Geopolítica
  • [Vídeo] Palabras de Eduardo Galeano sobre las guerras
  • Cinco tesis fundamentales sobre el capitalismo, hoy
  • [Vídeo] La utopía como deseo ético-social
  • The humanity of the World

La OTAN, Rusia y Ucrania: Una glosa impertinente

Posted: 28 Feb 2022 10:40 AM PST

Mucho me hubiera gustado que estas líneas viesen la luz en alguno de esos periódicos que, en Madrid o en Barcelona, tiempo atrás me hacían algún hueco. No es así –entiendo yo- porque nuestro panorama mediático se ha ido cerrando de tal manera que impide considerar determinadas materias y defender determinadas posiciones. De resultas, y en relación con lo que ocurre en Ucrania en estas horas, televisiones, radios y periódicos, con la inestimable colaboración de esa plaga contemporánea que son nuestros tertulianos, prefieren reproducir una vez más ese cuento de hadas que nos habla del coraje de unas potencias, las occidentales, que habrían acudido en socorro de un pequeño país para hacer frente a la barbarie moscovita. Aunque quienes me conocen ya lo saben, dejaré claro desde el principio que no creo en las soluciones militares y que mucho me gustaría que en la Europa central y oriental, y en todo el planeta, cobrase cuerpo un rápido y profundo proceso de desmilitarización del que obtendrían franco beneficio los pueblos y que dejaría mal parados, en cambio, a los constructores de imperios. Y dejaré claro también que no siento simpatía alguna por la realidad que Vladímir Putin ha acabado por perfilar –o le han obligado a perfilar tirios y troyanos- en Rusia. Hablo de un triste amasijo en el que se dan cita un manifiesto autoritarismo, un nacionalismo que a menudo tiene ribetes étnicos, la miseria mercantil de los oligarcas, un escenario social lastrado por aberrantes desigualdades, un genocidio en toda regla en Chechenia y, por doquier, la represión de todas las disidencias.

Creo, sin embargo, que haríamos mal en olvidar, como lo hacen una y otra vez nuestros medios de incomunicación, que Putin es en buena medida el resultado de políticas occidentales caracterizadas por la prepotencia y la agresividad. Aunque, ciertamente, a la hora de dar cuenta de la condición del presidente ruso pesan también factores internos propios de su país e inercias históricas de largo aliento, a duras penas entenderíamos que buena parte de la conducta de la Rusia putiniana es un intento de respuesta a la ignominia occidental. Al respecto, y en esos medios de los que hablo, creo que ha operado un mecanismo de traslación de conceptos que es, como poco, delicado. Parecen deducir que, habiendo como hay muchos elementos de la vida política, económica y social rusa –acabo de mencionarlos- que merecen contestación franca, lo suyo es concluir que todo lo que Rusia hace en el tablero internacional es igualmente despreciable. Semejante manera de ver las cosas tiene una consecuencia extremadamente delicada: anula cualquier consideración crítica de lo que han hecho, y hacen, las potencias occidentales, con Estados Unidos y esa filantrópica organización que es la OTAN en cabeza. Muchos de nuestros medios parecen meros repetidores de las consignas que llegan del Departamento de Estado norteamericano.

Intento fundamentar lo anterior de la mano de media docena de observaciones. La primera invita a recordar que a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990 las potencias occidentales transmitieron en repetidas oportunidades a sus interlocutores soviético-rusos –Gorbachov primero, Yeltsin después- compromisos firmes en el sentido de que nada harían para arrinconar a una Rusia a la que parecían dispuestas a ofrecer garantías serias en materia de seguridad. Lo menos que puede decirse es que en los últimos treinta años, y en los hechos desde el inicio de esa larga etapa, esas promesas quedaron, una y otra vez, en agua de borrajas.

Y es que, y en segundo lugar, con la OTAN como ariete mayor, Estados Unidos ha alentado la incorporación a su alianza militar de un puñado de países otrora integrados en la URSS –las tres repúblicas bálticas- o aliados, bien es cierto que forzados, de esta última –Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria-. Merced a ese proceso se hizo valer un genuino cerco sobre Rusia que en una de sus claves fundamentales obedecía al propósito de limitar en lo posible la reaparición, con consistencia, de una potencia importante en el oriente europeo. Importa, y mucho, subrayar, por lo demás, lo que dejan bien claro los mapas: el escenario de conflicto de estas horas lo aporta la periferia de la Federación Rusa, y no algún territorio que, próximo a Estados Unidos, pondría en peligro la seguridad de Washington y San Francisco. ¿Cómo reaccionaría EEUU en caso de que una alianza militar hostil se hubiese hecho presente en Canadá y en México? Si alguien quiere agregar que la Rusia de Putin se ha servido de lo anterior para sacar ventaja en lo que hace a la represión interna de las disidencias –antes la he mencionado-, no tendré ningún motivo para quitarle, eso sí, la razón.

Por si poco fuera lo anterior, y en un tercer escalón, Rusia lo ha probado todo con Occidente. Y entre lo que ha probado, aunque a menudo lo olviden nuestros todólogos, ha estado la colaboración franca y leal con quienes hoy son sus enemigos aparentemente frontales. Esa colaboración despuntó en el primer lustro de la presidencia de Yeltsin, dispuesto como estaba este a reírle las gracias a los caprichos e imposiciones de Washington y de Bruselas. Pero se hizo valer también, y esto es con mucho más importante, en los inicios de la presidencia del propio Putin. Qué rápido ha quedado en el olvido que este último ofreció un cálido, e impresentable, respaldo en 2001 a la intervención militar norteamericana en Afganistán y que guardó un silencio connivente, de nuevo lamentable, ante la que dos años después adquirió carta de naturaleza en Iraq. A Putin le preocupaba entonces mucho más la cuenta de resultados de los gigantes rusos del petróleo. 

¿Cuál fue la respuesta estadounidense ante la complacencia con que Rusia obsequió al espasmo imperial de Washington en los orientes próximo y medio? Consistió en esencia en mantener los programas vinculados con el escudo antimisiles –encaminado con descaro a reducir la capacidad disuasoria de los arsenales nucleares ruso y chino-, en propiciar una nueva ampliación de la OTAN –con beneficiarios en las ya mentadas repúblicas del Báltico-, en darle largas al desmantelamiento de las bases militares que, con aquiescencia rusa, EEUU había desplegado en 2001 en el Cáucaso y en el Asia central, en estimular las llamadas revoluciones de colores que auparon a gobiernos hostiles a Moscú en Georgia, Ucrania y Kirguizistán, y, en suma, en negar a Rusia cualquier trato comercial de privilegio. Aunque –y repito la cláusula- nuestros medios no lo quieran ver, el Putin de estas horas vio la luz en el escenario que acabo de mal retratar, al amparo de una lamentable prepotencia de un lado, el occidental, incapaz de certificar que Rusia merecía alguna recompensa por su general docilidad.

Doy un salto más, el cuarto, para subrayar que, pese a las apariencias, el escenario empeoró para Moscú en 2013-2014 al calor de las sucesivas crisis –el Maidán, la defenestración de Yanukóvich, Crimea, el Donbás- ucranianas. Aunque, ciertamente, Rusia incorporó Crimea a su federación y pasó a controlar una parte pequeña de la Ucrania oriental, en los hechos –y esto es sorprendente, una vez más, que se olvide- perdió las riendas del grueso del territorio ucraniano, que basculó claramente hacia Occidente. Hay una vieja y controvertida tesis que, en la geopolítica norteamericana como en la rusa, sugiere que Moscú liderará una imperio si domina Ucrania, pero dejará inmediatamente de encabezarlo si se desvanece ese dominio. Sospecho que en la percepción de los gobernantes rusos esto ha sido al cabo más relevante que las eventuales ganancias territoriales obtenidas en Crimea y en el Donbás.

Para que nada falte, y en quinto lugar, el aparato mediático occidental ha edulcorado visiblemente la condición de la Ucrania contemporánea. Aunque entiendo sin dobleces que esta última –sus habitantes- es por muchos conceptos una víctima de las miserias y de las arrogancias imperiales de unos y de otros, no está de más que recuerde que la Ucrania de estas horas es un recinto que, indeleblemente marcado –el panorama, ciertamente, no es muy diferente en Rusia- por la corrupción y el autoritarismo, ha disfrutado de lo que en su momento se describió como el parlamento más monetizado del mundo –las condiciones de oligarca y diputado parecían ir de la mano-, sin que falte un elemento inquietante más: en muchos de los estamentos de la vida ucraniana se ha revelado la influencia poderosísima de la derecha más ultramontana. Más allá de lo anterior, desde la independencia de 1991 Ucrania ha seguido siendo un Estado unitario que reconocía una única lengua oficial, el ucraniano, aun a sabiendas de que una parte significada de la población tenía el ruso como lengua materna. No quiero dejar en el tintero el recordatorio de que en 2014 y 2015 los acuerdos de Minsk, que debían abrir el camino de una paz duradera en el Donbás, reclamaban de las autoridades ucranianas una federalización del país que en momento alguno ha salido adelante. 

Tengo que incluir en este listado de desafueros, en un sexto escalón, algo que no debe escapársenos. Aunque no estoy en condiciones de iluminar lo que ocurrirá en los meses venideros, lo suyo es que recuerde que en 2006 y 2009 se produjeron dos crisis que, provocadas por desavenencias comerciales entre Rusia y Ucrania, se saldaron durante unas pocas horas con la interrupción de los suministros de gas natural ruso a la Europa comunitaria. Llamativo resultó, sin embargo, que con ocasión de la guerra iniciada en el Donbás en 2014, y saldada, según una estimación que corre por ahí, con 14.000 muertos, nunca se interrumpieran esos suministros. Poderoso caballero es don dinero, escribió Quevedo. La agresividad verbal, y material, de dos rivales presuntamente irreconciliables desapareció como por ensalmo cuando de por medio estaba el negocio, en el buen entendido de que, si es verdad que la Unión Europea, y en singular alguno de sus miembros, arrastra una delicada dependencia energética con respecto a Rusia, no lo es menos que esta última necesita como agua de mayo –no tiene hoy por hoy compradores alternativos- las divisas fuertes que allegan sus exportaciones de energía. Me da –igual me equivoco- que las sanciones que las potencias occidentales preparan no van a tocar el negocio del gas. Y aviso de que las noticias relativas al gasoducto North Stream II, que aún no ha entrado en funcionamiento, no afectan mayormente a la tesis que, con cautela, enuncio ahora.

Acometo de regalo un último salto, el séptimo, y lo hago con la voluntad de subrayar que, fanfarria retórica aparte, lo que los países occidentales –sus empresarios- buscan en la Europa oriental no es otra cosa que una mano de obra barata que explotar, materias primas razonablemente golosas y mercados moderadamente prometedores. En ese designio, por cierto, a menudo se han dado la mano con los oligarcas rusos y ucranianos, procedentes estos últimos en su mayoría –no es un dato que convenga sortear- del oriente del país. En la trastienda, y obligado estoy a anotarlo, Estados Unidos se mueve como pez en el agua: muy alejado del escenario de conflicto, la crisis de estas horas le viene como anillo al dedo para agudizar –no perdamos de vista esto último- los problemas de una Rusia que arrastra desde tiempo atrás una economía exangüe y para dividir una vez más a la UE, en un escenario en el que los imaginables desencuentros de esta con Moscú en lo que hace al gas natural y al petróleo afectan de forma menor a Washington. Claro es que en todo ello a la UE le toca pagar los desastres que nacen de su opción principal, que no ha sido otra que la de andar a rebufo de las imposiciones norteamericanas.

Termino: no me gustaría que el improbable lector, o lectora, de estas líneas concluya que me he subido al carro de quienes estiman que en la Ucrania de estas horas se manifiesta una aguda confrontación con bases ideológicas asentadas. Si fascistas los hay, sin duda, en muchos de los estamentos del poder ucraniano, también se hacen valer en la Rusia putiniana. Si, por decirlo de otra manera, a Putin no le falta razón cuando repudia el olvido, en el mejor de los casos, con que una parte de la sociedad ucraniana parece obsequiar a lo ocurrido entre 1941 y 1945, quien piense que de su lado, o del de sus aliados en Donetsk y en Lugansk, hay un proyecto antifascista haría bien en visitar al médico. Lo que ha ganado terreno en la Rusia putiniana es un revoltijo lamentable –ya lo he medio señalado- de rancio nacionalismo de Estado, valores tradicionales, ortodoxias religiosas, oligarcas inmorales, lacerantes desigualdades, militarización, represión y… sana economía de mercado. No sé qué es lo que todo lo anterior tendrá que ver con el antifascismo. Más bien me da que por detrás de todas estas miserias están los arrebatos imperiales de siempre, en Washington, en Bruselas y en Moscú. En esas guerras sucias, como en algunas de las limpias, pierden siempre los pueblos.

Carlos Taibo

Fuente: https://www.carlostaibo.com/articulos/texto/?id=702

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Europa Battle Zone: Rusia cede a las provocaciones de Estados Unidos, y ésta se cobra tres piezas. Geopolítica

Posted: 28 Feb 2022 10:32 AM PST

En 2022 la invasión rusa de Ucrania se produce 36 horas después de declarar ésta en la Conferencia de Seguridad de Munich del 19.2.2022 [aquí íntegro] que ha intentado revisar el Memorándum de Budapest de no proliferación nuclear en las antiguas repúblicas soviéticas y, textualmente dice, «Ucrania tendrá todo el derecho a creer que el Memorándum de Budapest no está funcionando y que se han cuestionado todas las decisiones del paquete de 1994». Es decir, las armas nucleares se tienen, se quieren o no se tienen, por lo que Ucrania demuestra su deseo por tener estas armas nucleares en su territorio. Esto es lo que sucedería de todos modos si ingresase en la OTAN. EEUU emplea a un títere con un cebo que ni Rusia ni cualquier otro país puede rechazar: la amenaza nuclear.

Breves notas de Geopolítica

En Geopolítica, el mundo no se divide en países, sino en bloques o regiones, en los que los estados interactúan. Estos son actores en un teatro mundial en el que a su vez todos influyen unos en otros. Son caracterizados por su localización, recursos disponibles e intereses propios y comunes. Por eso los países situados en regiones concretas tienen problemas e intereses parecidos, muchas veces contrapuestos, pero similares. 

Doctrinalmente, la condición de victoria es dominar un bloque. Y la de victoria mundial es la de controlar todos los bloques. Pero las características de la tierra son unas determinadas, por lo que se entiende que: quien controle Eurasia controla el mundo. 

Eurasia se compone de cuatro bloques geopolíticos: Europa, que es controlada por Berlín; Asia central, que es controlada por Moscú; Extremo oriente, que es controlado por Pekín; y el borde externo, donde se sitúa la India, Irán, Arabia Saudita e Israel. Las otras regiones son América, África y Pacífico.

Berlín es controlada por Washington que también controla el bloque americano, mientras que Moscú y Pekín son interdependientes y cooperan unidas desde 2001 en que se funda la OSC. Desde entonces han aumentado sus contactos hasta que en 2013 Pekín plantea su plan de reorganización hegemónica Belt and Road Initiative BRI, la Nueva Ruta de la Seda, en el que Rusia es parte fundamental; central. El siguiente paso era articular Europa a través de Berlín con Moscú, pero Washington no lo puede permitir, ya que sería su fin de juego. Esto empuja cada vez más a Moscú hacia Pekín, y finalmente ha sido el origen de la Guerra de Ucrania, acabar de separar Berlín de Moscú y hacer que orbite en torno a Washington; el dominio de bloques.

Europa Battle Zone

Hagamos una breve lectura de los hechos desde la perspectiva geopolítica de Europa para ver cómo se ha llegado a producir la Guerra de Ucrania.

En 1939 Berlín inicia una Guerra Mundial cuyo objetivo es conquistar Moscú y así hacerse con el eje oeste de Eurasia. Después de crear 45 millones de muertos Berlín pierden dramáticamente y la ciudad y el propio bloque queda dividido en dos partes.

Desde 1945 EEUU controla Europa occidental hasta medio Berlín mediante varios mecanismos. Militarmente establece en 1949 la OTAN sobre Europa y un protectorado de unas 35 bases militares extranjeras sobre Berlín, nagándola la posibilidad de un ejército autónomo. Económicamente financia gobiernos liberales y promueven la economía de mercado. Políticamente financia gobiernos fascistas y de derechas es sus múltiples variantes y formas. 

Por otro lado, desde 1945 la URSS controla las fronteras oriental hasta la propia mitad de Berlín usando otros mecanismos que se pueden considerar antagónicos: en lo político partido único, lo cual incluye dictaduras de facto; en lo económico control de precios y planificación; en lo social internacionalismo.

Pero ambos ejercen su poder en función de las condiciones europeas concretas: Europa no es autónoma, tiene déficit de recursos de todo tipo, como pudo comprobar Hitler en 1941. Pero los más críticos son los energéticos, por lo que Europa/Berlín se controla eficientemente por medio del control del flujo de energía, que establece una red clientelar y una relación de dependencia. Y de toda la energía es el petróleo, la fuente de movimiento de personas y mercancías, la que determina la sumisión de bloque. 

Europa disponía de pequeñas fuentes de petróleo en UK y Noruega, hoy día desmanteladas. Pero del todo insuficientes para el bloque. Desde el inicio EEUU toma ventaja sobre el bloque europeo por una razón muy simple: el control energético mundial ha sido ejercido por EEUU por medio de una flota petrolera, puertos francos, bases militares y flotas armadas que aseguran su suministro. Solo décadas después toman importancia estratégica los materiales radiactivos, gas y otros como fuentes de energía. Así como ahora la están tomando importancia las tierras raras y materiales ultraprocesados.

En 1947 comienza el Plan Marshall, y con este la reindustrialización de Europa. Y cuanto más aumenta la capacidad industrial mayor es el consumo energético; que aumenta la dependencia del proveedor. Una tendencia que continúa aún en nuestros días. Ocupada militarmente por EEUU, UK y Francia, carente de política exterior, dependiente del petróleo, Washington encierra a Berlín en una torre de marfil neoliberal que es la CECA/CEE/UE, haciéndose con el flanco oeste de Eurasia.

En 1948 USA y UK fundan el estado de Israel en Palestina con el fin de controlar el flujo de hidrocarburos de la zona. 

En 1971 con la crisis del Petróleo EEUU se alía con Arabia Saudita, abandonando el patrón oro y adoptando el petrodólar. Se asegura el control del primer productor de petróleo del mundo.

En 1973 se produce la guerra del Yom Kippur en Egipto y UK pierde el control del Canal de Suez, pasando a control de EEUU. Se asegura el control del suministro rápido de petróleo.

En 1975 se instaura la primera central nuclear en Alemania, llegando a tener 12. En 2008 se plantean planes estratégicos para el desarrollo extensivo de energías renovables y la ‘transición ecológica’. En 2011 tras el desastre de fukushima cierran temporalmente todas las plantas nucleares. En 2021 tras el desabastecimiento pandémico se dan cuenta de que no son suficientes y se plantea el retorno a lo nuclear. Plantean la reconversión parcial de la industria Europea con el plan Fit For Fifty Five FF55. En 2022 Alemania tiene 3 funcionando, con previsiones de ser apagadas. La energía nuclear no es una opción para sus necesidades energéticas, ni domésticas; ni industriales ni de movilidad. Tampoco el gas ni carbón. Europa debe transitar.

En 1978 la URSS inaugura el gasoducto Soyuz, con destino Alemania y con el visto bueno de EEUU y UK, que ya había iniciado los planes de liberación y liberalización de la URSS, intentando apoderarse de la rama Berlín-Moscú. Ucrania se convierte en llave de paso del gas de los Urales y foco geopolítico. Se instalan misiles nucleares que serán retirados tras la caída del bloque soviético.

En 1979 la Guerra de Afganistán arruina a la URSS. Crece el descontento interno.

En 1985 se implanta la Perestroika de la mano de Gorvachov. Por muchos motivos, pero sobretodo la codicia, la URSS inicia la cuenta atrás para su implosión y abandonar el socialismo ante el neoliberalismo. La Nomenklatura se reparte las empresas con los Padrinos mafiosos. Washington echa el guante a Moscú.

En 1989 comienza la deslocalización industrial de EEUU a China. Japón entra en declive. Este es un año clave porque marca el inicio del declive industrial definitivo de EEUU, el momento de terciarización de su economía y el inicio de la relación Pekín-Berlín.

En 1991 se disuelve la URSS, se divide en Repúblicas independientes, Rusia pasa a ser el área de dominio de Moscú. Se bombardea Moscú. Ese mismo año la OTAN se amplía y abarca al Grupo de Visegrado. Parte de las repúblicas se desmecanizan, Rusia pasa de ser un exportador de bienes industriales a materias primas. Una década marcada por extractivismo interno del dominio de los oligarcas y el neoliberalismo salvaje. Borrachera de poder en Washington. Se celebra con la Guerra de Kuwait. Es el punto álgido de la influencia de Berlín sobre Moscú.

En 1992 se inaugura el gasoducto Yamal, con gas ártico dirección Berlín. Es interpretado como nuevo triunfo del neoliberalismo europeo capaz de extractivizar Rusias. Se afianza el ramal Washington-Berlín-Moscú. Bielorrusia y Polonia se convierten en nuevos reguladores.

En 1994 estalla la Guerra de Yugoslavia. La OTAN toma por lo militar la exrepública socialista y la moldea a su fondo y forma por medio de la limpieza étnica y el fascismo. Al sur de Rusia estalla la 1º Guerra de Chechenia. Rusia no puede intervenir en ambas; Serbia queda aislada.

En 1999 se produce el bombardeo de Belgrado y estalla la 2º Guerra de Chechenia. A la vez. Después de varios genocidios y limpiezas étnicas tanto en Yugoslavia como en Chechenia, las oligarquías rusas ven amenazados ya no sus intereses sino su propia seguridad; se dan cuenta de que detrás de Yugoslavia y Chechenia ellos son los siguientes. Yugoslavia se balcaniza atomizándose en estados étnicamente uniformes, con todo lo que implica, estableciendo el nuevo modelo de ocupación imperialista americano.

En 2001 se produce el ataque al rublo (y a la libra). Año fundamental. Rusia comienza a implementar sus políticas de autonomía y autosuficiencia. Como se mencionaba, firma el tratado OSC de cooperación con Pekín, fortaleciéndose otra de las ramas del eje euroasiático. Mientras EEUU inicia la Guerra de Irak, asegurándose el control de la producción de petróleo y reservas de uno de los mayores productores mundiales.

Por último, en 2001 China entra en la OMC apadrinado por EEUU. EEUU cree que es capaz de beneficiarse de los recursos chinos y dominar así Pekín, haciéndose con la rama oriental de eurasia y cercando a Rusia para que colapse. Pero China no ha abandonado la política de partido único, como hizo la URSS, solo ha liberalizado parte de sus mercados, que permanecen intervenidos. Pekín permite que EEUU desarrolle sus productos, manteniendo un perfil bajo internacional. China poco a poco desbanca a EEUU en los mercados industriales internacionales, creando la actual dependencia estadounidense de las manufacturas Chinas.

En 2004 la OTAN se amplía políticamente al grupo de Vilna. Revolución Naranja en Ucrania. Rusia nacionaliza Rosnef, invirtiendo el sentido de poder/influencia entre Moscú y Berlín debido a su dependencia energética. Berlín sigue siendo dependiente del petróleo de EEUU, pero ya se ha establecido el otro sólido eje de la rama euroasiática. La nueva política de EEUU para Rusia parece que será la de aislamiento.

En 2008 se produce la Gran Recesión, EEUU disminuye su influencia económica sobre Europa, que empieza a ser ejercida por China por la dependencia de las manufacturas. Comienza a oírse con fuerza voces en Europa que claman por la independencia militar de Europa y la formación de una federación política, sobre todo París. Berlín no está de acuerdo; sigue siendo dependiente del petróleo americano, como el resto de Europa.

En 2012 estalla la Guerra de Siria, ante la amenaza de un Gasoducto Qatar-Turquía que desmontase la arquitectura de poder petrolífero de bases, puertos, petroleros y convoyes establecida. A pesar de la superioridad rusa y el despliegue de nuevo armamento Misión cumplida para EEUU. La estructura no verá la luz esta generación.

En 2013 China inicia una ronda de fuertes financiaciones estructurales entorno a su propio proyecto hegemónico, el RBI, que intentan vertebrar Eurasia. Se establece con fuerza la rama Moscú-Pekín. Sin embargo se invierte la influencia Pekín-Washington, al punto de iniciar Pekín una estrategia de engorde a base de productos baratos, que le lleve a la dependencia del producto chino. Los frutos de esta política los vimos durante la crisis del coronavirus y los problemas de abastecimiento en EEUU. Una política que Pekín mantiene. EEUU responde con la «Iniciativa de los 3 mares», intentado organizar a países bálticos, adriáticos y del mar negro entre ellos, de modo que evitasen la intromisión de los mercados rusos y chinos. Pero también alejándolos del poder de Berlín. Un alejamiento que obligado y ejecutados por sus agentes políticos, la extrema derecha local alimentada por la extrema derecha y el propio gobierno de EEUU.

En 2014 aprovechando los problemas domésticos, EEUU logra dar un golpe de estado en el EuroMaidan de Kiev. Se instala un régimen profascista que comienza su propio proceso de balcanización y limpieza étnica. Con mayorías rusas, se separan de facto las repúblicas orientales y Rusia se anexiona Crimea. Comienzan los problemas de abastecimiento para Alemania y Europa. Ese año estalla la Guerra de Libia, liderada por USA-UK-Francia. Se debilita el eje Berlín-Moscú, pero también Washington-Berlín.

En 2016 se inicia el Nodstream 2, fruto de la debilidad de la influencia de EEUU y la necesidad de Berlín. En 2022 finaliza su construcción, pero su uso se ve frenado ante la Guerra de Ucrania. Este proyecto se incluiría dentro del BRI y permitiría la vertebración del eje Berlín-Moscú-Pekín. Sin embargo no acaba con el ansia europea por petróleo, su gran dependencia, del cual EEUU es el principal suministrador.

En 2018 comienzan las sanciones de EEUU a Rusia, pretendiendo el desentramado del eje Berlín-Moscú. Es el inicio del Fortress America y el repliegue americano.

En 2020 con el inicio de la pandemia EEUU afianza su influencia sobre Berlín, controlando el suministro de vacunas contra el covid19, y llegando casi a paralizar el Nordstream 2. 

En 2022  La invasión rusa de Ucrania se produce 36 horas después de declarar ésta en la Conferencia de Seguridad de Munich del 19.2.2022 [aquí íntegro] que ha intentado revisar el Memorándum de Budapest de no proliferación nuclear en las antiguas repúblicas soviéticas y, textualmente, «Ucrania tendrá todo el derecho a creer que el Memorándum de Budapest no está funcionando y que se han cuestionado todas las decisiones del paquete de 1994». Es decir, pretende que proliferen en su territorio. Esto es lo que sucedería de todos modos si ingresase en la OTAN.

Conclusiones

Washington se cobra tres víctimas: Moscú, Kiev y Berlín. Dos competidores hegemónicos y un títere. Acepta hacerse cargo de Berlín, un tercio de Eurasia, a cambio de enfrentarse a Moscú-Pekín.

Rusia acomete esta tarea cuando cree que está fuerte. Antes de la integración de Ucrania en la OTAN, evitando el casus belli directo. Después del repliegue de EEUU de Afganistán y Siria, lo cual ha dejado a decenas de miles de soldados mercenarios recorriendo las ratlines sin rumbo, con base de operaciones móviles y de difícil coordinación, como hemos visto en Kazajistán 2022. Ha aguantado el envite en Bielorrusia en 2021 en forma de revueltas fascistas. Y la Segunda guerra del Alto Karabaj de 2020.

Rusia ve a EEUU débil, y se atreve a atacar un protectorado. Esto no ocurría desde la Guerra de Chechenia. El mensaje que envía a los países del entorno es inequívoco y declarado, sobre todo para los escandinavos, en pugna por el ártico: no os unáis a la OTAN. El argumento nuclear es un argumento que Rusia no puede tolerar ni desatender, y así ha sido. Ucrania debe ser ejemplo para que no se vuelva a repetir la transgresión.

Rusia exige que la OTAN no se extienda y que no proliferen las armas nucleares en sus fronteras. Ambos fines son el mismo.

Washington consigue múltiples objetivos en una jugada Maestra de acoso y provocación. Sin pegar un tiro, solo con instigaciones, separa a Rusia de Europa y hace que Europa invierta en gas y armas estadounidenses, objetivo de Trump. Su objetivo primario, que es mantener Berlín y alejarla de la influencia de Moscú, conseguido por lo menos por décadas. Es decir, la unión del bloque euroasiático que supondría su sumisión ha sido desbaratada. Sin embargo solo consigue un balón de oxígeno, ya que sus problemas no están en Europa, sino en su niveles estratosféricos de consumo e inequidad, que generan todo tipo de disfunciones sociales; domésticamente y en el extranjero. Es decir, no van a poder enfrentarse a China si no se replantean su modelo económico. Y no pueden replantearse su modelo económico sin cuestionar su modelo político. Lock down.

Los planes de Pekín de unir Eurasia son de nuevo desarticulados. Pero China es paciente y ordenada. No necesita actuar para que estalle una crisis en Europa/Berlín que fuerce su entendimiento con Rusia. Si China actúa no será en forma de restricción de sus propios suministros, sino que se aprovechará alguna debilidad americana o europea, como acercarse a Taiwan afectando al suministro de chips a Washington-Berlín, azuzando a Corea del Norte, para forzar el entendimiento Berlín-Moscú. 

Europa es la gran perdedora. Seguramente aumentará el gasto militar y la inflación vuele lo que queda de fuerza para el crecimiento postpandémico. Avanza inexorablemente hacia una transformación energética y de movilidad, rompiendo con el modelo postindustrial y pasando al digital. Y dentro de Europa el país que sale peor parado es Alemania, el país más industrializado y dependiente de la energía. La clave del control de Europa no reside en el gas, aunque es muy importante; reside realmente en el petróleo, que es lo que le ancla inexorablemente y sin fisuras a EEUU.

A pesar del suministro de Gas Licuado de EEUU, China será el gran suministrador de manufacturas, obteniendo una victoria parcial al dependizar a Europa, Estados Unidos y la propia Rusia. Si EEUU continúa con su política de deslocalización China se hará con el control de Eurasia y América a la vez y sin dar un tiro. Si EEUU comienza a producir sus propias manufacturas los estratosféricos costes de producción se comerán los beneficios, debilitando los planes internacionales. El EEUU de hoy solo puede confiar en armas y control del petróleo; pero tiene mucho de ambos.

Europa en la medida que desescale energéticamente adquirirá nuevas necesidad y dependerá de nuevos materiales. Pero el modelo establecido deberá pasar por el replanteamiento económico que lleve a un menor consumo y una aproximación a la producción local, algo a lo que las élites simplemente se niegan desde que en 1956 Hubbert planteó el Pico del Petróleo y en 1988 el IPCC descubrió el cambio climático. Eso ya lo tienen previsto desde el Gran Reset «lo poseerás todo y no poseerás nada». Cualquier cosa menos ajustar el consumo a la capacidad de carga del territorio.

Este año la cesta de la compra se ha encarecido entre un 30% y un 50%. No hay mejor manera de encender los corazones que vaciar los estómagos. Estamos viendo cómo por ahora Rusia mantiene los suministros a la población para evitar levantamientos. Sin embargo en Europa va a haber gran cantidad de masas descontentas en el medio plazo. Los medios fascistas hegemónicos van a intentar vincular lo ruso con la URSS y la izquierda. Si lo unimos a la promoción del fascismo es bastante posible una militarización generalizada de Europa y una fascistificación progresiva, como ya anunciamos desde 2020. Claro, que pueden promover el fascismo todo lo que quieran, pasear banderas, hacer desfiles o tatuar esvásticas; si al final del día no hay pan, trabajo y techo acabarás gritando en las calles. De ahí la importancia que han tenido el desarrollo de los Escudos Sociales durante pandemia: de corazón agitado a estómago agradecido. Preparaos, vamos a tener fascismo para rato.

Salud! PHkl/tctca

Pablo Heraklio

Fuente – Europa Battle Zone: Rusia cede a las provocaciones de Estados Unidos, y ésta se cobra tres piezas. Geopolítica 26.2.2022

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[Vídeo] Palabras de Eduardo Galeano sobre las guerras

Posted: 28 Feb 2022 10:15 AM PST

Reflexiones de Eduardo Galeano sobre las guerras. «Las guerras mienten, ninguna guerra tiene la honestidad de confesar yo mato para robar».

Canal SpanishRevolution

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Cinco tesis fundamentales sobre el capitalismo, hoy

Posted: 28 Feb 2022 09:54 AM PST

1.- El capitalismo es UNA RELACIÓN SOCIAL que se da entre los capitalistas, que compran la mercancía fuerza de trabajo, y el proletariado, que vende su fuerza de trabajo por un salario.

2.- El capitalismo es UNA RELACIÓN HISTÓRICA entre dos clases antagónicas, que obliga y coacciona a la mayoría de la población a vender al capital su fuerza de trabajo por un salario. (Sin este proceso histórico de acumulación primitiva del capital y de expropiación y expulsión del campesino de las comunidades rurales a las fábricas y grandes centros industriales no existiría la relación social del punto 1).

capitalismo

3.- El capitalismo provoca UNA CONTRADICCIÓN, o conflicto, entre el desarrollo SOCIAL de las fuerzas productivas y las actuales relaciones sociales de producción, de apropiación privada del valor, que no se corresponde con el carácter social de esas fuerzas productivas. (Esto se traduce en un reparto desigual de la riqueza en el mundo: en 2007 tres ciudadanos estadounidenses (Bill Gates, Paul Allen y Warren Buffett) poseen, juntos, una fortuna superior al PIB de las 42 naciones más pobres, en las cuales viven 600 millones de habitantes; las 356 personas más ricas del mundo superan la renta anual del 40% de la humanidad; Estados Unidos representa el 6% de la población mundial, pero consume el 48% de la riqueza total del planeta).

4.- El capitalismo se ha convertido en un sistema OBSOLETO, porque el proceso de valorización del capital obstaculiza el propio crecimiento de las fuerzas productivas. El capitalismo ha entrado en una fase de decadencia, y la actual crisis tiene un carácter estructural. No estamos ante una clásica crisis de sobreproducción. Se da, hoy, una crisis de valorización del capital y, por lo tanto, de las relaciones de producción capitalistas, que no garantizan ya el proceso de reproducción de la fuerza de trabajo. Aparece un enorme ejército industrial de reserva (global) a causa de la insuficiente absorción de la fuerza de trabajo en el proceso de producción capitalista.

Esto produce, o puede producir, fenómenos nuevos de difícil catalogación:

 a. Desmantelamiento de las conquistas sociales del llamado Estado del Bienestar. El trabajador europeo ha de competir, a nivel global, con el salario de subsistencia y la ausencia de cotizaciones sociales de paro, enfermedad o pensiones del trabajador asiático. Las medidas propugnadas por el FMI favorecen al capital financiero, pero ahondan la crisis y el paro.

 b. Exclusión de países y continentes enteros del proceso de producción capitalista; fenómenos migratorios masivos por motivos económicos, bélicos o catastróficos, sin países o regiones dispuestos a darles más que una acogida parcial y selectiva.

c. Finalización de los procesos de acumulación primitiva del capital en Rusia, China, Brasil, Sudáfrica y la India, con la extensión de la clase obrera asalariada en esos países.

d. Límites ecológicos a la explotación masiva e indiscriminada de los recursos naturales, sin medidas efectivas contra la contaminación y el cambio climático. Surgen pandemias provocadas por la agricultura y ganadería industriales. Conversión de la naturaleza en basuraleza. Peligro de extinción de la especie humana, sin respuestas adecuadas de prevención.

e. Aparición de múltiples focos y sectores de trabajo (en ocasiones infantil) esclavizado.

f. Aparición de una economía virtual, fruto de una enorme especulación financiera descontrolada y desregularizada, que provoca un abismo insalvable con la economía real, con el consiguiente riesgo de crisis financieras y depresión económica.

g. Aparición de guerras imperialistas por el control del petróleo y unos recursos naturales limitados. Consideración de la guerra como solución económica inmediata a la crisis de la demanda, esto es, la guerra entre potencias como única solución a las crisis internas de todos los protagonistas enfrentados.

h. Crecimiento económico sin generación de empleo.

i. Nuevas fórmulas de organización empresarial para incrementar la productividad laboral, flexibilizar la fuerza de trabajo (en cuanto a salarios, duración del contrato o disponibilidad espacial), destruir las conquistas sociales del Estado del Bienestar, e impedir las asociaciones sindicales, que no sean de empresa o sumisas al Estado.

j. En Japón, el toyotismo apareció en los años cincuenta para atender las necesidades bélicas de los Estados Unidos en la Guerra de Corea. Se destruyeron lo sindicatos nacionales manu militari, sustituidos por dóciles sindicatos de empresa. Las grandes empresas se concentraron en comarcas que dominaban despóticamente. Se crearon equipos de calidad que consiguieron establecer la norma de la competitividad entre los trabajadores para alcanzar los objetivos de la empresa. Aparecieron las subcontrataciones de unas empresas a otras, con una escala salarial que disminuye en cada subcontratación. Es habitual una elevada tensión en el trabajo, que produce al año unas 10.000 muertes por Karoshi). «Karoshi» es una palabra compuesta, formada por «karo» y «shi» que significan respectivamente trabajo excesivo y muerte, y combinadas pasan a significar «muerte repentina como consecuencia del trabajo excesivo»; es decir, muertes por estrés.)

k. Ejército, policía, administración, mafias, iglesias, sindicatos y partidos políticos son instituciones estatales al servicio de los intereses del capital, que los financia y sostiene. El primer paso de cualquier lucha obrera autónoma pasa por su destrucción.

l. La conciencia de clase perdida puede recuperarse y radicalizarse rápidamente, aunque al principio irá algo retrasada respecto a la ofensiva neoliberal y la legislación antipopular de los gobiernos. Surgirán nuevas formas organizativas populares y de clase, que superarán los desacreditados e inútiles partidos y sindicatos, que mostrarán su verdadera naturaleza estatal, policial y mafiosa.

m. En la actual fase de decadencia del capitalismo aparecerán con claridad sus límites y la barbarie que nos anuncia. La propaganda del sistema será cada vez más descarada, despótica e irracional, decantándose hacia salidas socialdemócratas, netamente fascistas o sabiamente dosificadas y combinadas entre sí. Se abandonarán las formalidades democráticas. Aparecerá algún tipo de militarismo radical y obsesivo, ya sea contra un enemigo exterior (por rivalidades comerciales) o interior (por necesidades antisubversivas).

n. Los gobiernos siempre han gobernado contra sus propios pueblos en beneficio de la élite financiera y empresarial, sólo que ahora se hará descarnadamente, sin apenas disfraces y velos democráticos, ni la justificación última del bienestar generalizado. Los gobiernos impondrán una economía de guerra, una “eficiente” gestión de las miserias y sacrificios para la que será necesario buscar algún enemigo o chivo expiatorio: los emigrantes, los subversivos del orden establecido, los locos anarquistas, los viejos y enfermos improductivos, las dictaduras, tal o cual Estado enemigo, Rusia, China, los países árabes o el Islam, los marginados y miserables, los parados y “otros gandules”, etcétera, etcétera.

o. Primitivismo, ecologismo, antidesarrollismo, y las más diversas, desesperadas  y disparatadas alternativas postmodernistas, como el Green New Deal, apenas esbozarán una propuesta socialdemócrata de gestión del caos, el desastre y la miseria en el seno de un capitalismo caduco y obsoleto, incapaz de asegurar el proceso de valorización del capital.

p. La solidaridad, la ética y la mera supervivencia colectiva se convertirán en formidables armas de combate de la Humanidad contra un sistema económico obsoleto, corrupto y por propia naturaleza, criminal, enfermizo, depredador, insostenible y apocalíptico.

q. Se fomentará una fortísima infantilización social, cultural y política, porque el miedo y la ignorancia son factores determinantes de la servidumbre voluntaria al Estado.

r. Se planteará urgentemente la alternativa entre comunismo o barbarie, entre revolución o reforma, entre vida o muerte colectivas… porque lo que está en juego es la propia supervivencia de la especie humana.

s. El supermán de turno y su Super-Estado aparecerán como salvadores del planeta y de la especie, aunque sean en realidad sus sepultureros.

t. No hay más alternativa que revolución o barbarie.

5.- El comunismo no es un BELLO IDEAL, sino una NECESIDAD MATERIAL, cuyas premisas han sido puestas por el capitalismo, con una productividad que puede asegurar ya una sociedad que cubra todas las necesidades materiales de la humanidad. El proletariado ha de destruir el Estado, porque éste es la organización política de la explotación económica del trabajo asalariado. La destrucción del Estado es una condición sine qua non del inicio de una sociedad comunista. Pero el Estado capitalista no puede destruirse realmente si antes la clase proletaria no siega inmediatamente las condiciones económicas, sociales e históricas de la existencia del trabajo asalariado y de la ley del valor, en un ámbito mundial.

 ¿Qué sustituye al Estado?: la administración de las cosas en el comunismo. Pero la revolución proletaria no es una cuestión de partidos o de organización. Lo que determina la posibilidad del comunismo es una distribución equitativa de las fuerzas productivas y de la extensión de la condición de asalariado y de proletario.

La experiencia histórica del proletariado internacional señala los soviets rusos, los räters alemanes y los comités españoles, esto es, la organización del proletariado en consejos obreros como la forma organizativa revolucionaria de la clase obrera. Estamos, pues, hablando no de tal o cual forma organizativa de comité o de consejo sino de la organización consejista de la sociedad. Los consejos no representan a los obreros, son el proletariado organizado. Es un órgano de clase y de lucha. No es un órgano político, es la organización de la sociedad en unas nuevas relaciones de producción, y por lo tanto no es democrático, ni dictatorial, está más allá de la política, y evita la separación entre lo público y lo privado, característica del capitalismo. Soviets, räters y comités han sido la respuesta obrera al vacío dejado por la burguesía, más que resultado de la radicalización del combate. Los consejistas sustituyen el concepto “partido” de los leninistas por el concepto “consejo”. Ambas ideologías son estériles. Los consejos serán sólo lo que el proletariado consiga hacer en el combate por destruir el Estado y construir el comunismo libertario. La revolución social es ya la única solución.

Una revolución no sólo ha de ser a la vez económica y política, sino que debe ser total, es decir, a la vez antieconómica y antipolítica, tapiando así cualquier posibilidad de restauración del poder del capital. Antieconómica porque no se limita a la socialización, ni cae en el productivismo, sino que suprime el trabajo asalariado y la plusvalía. Antipolítica porque se organiza en consejos obreros que destruyen todas las estructuras estatales y suprimen todas las fronteras, por lo que es necesariamente de ámbito internacional.

Agustín Guillamón

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[Vídeo] La utopía como deseo ético-social

Posted: 28 Feb 2022 09:49 AM PST

Las concepciones utópicas del pasado, que fueron por lo general de un optimismo exacerbado, han dado paso en la modernidad a un escepticismo más bien obtuso y conservador. Cómo no ser optimistas cuando preconizamos un mundo exento, en la medida de lo humanamente posible (y ahí está el quid de la cuestión), de injusticia, miseria y opresión. Es en ese punto, cuando se alude a una política «realista» (realpolitik es el término acuñado ya en el siglo XIX) cuando topamos con toda suerte de justificadores de lo establecido (el estado, y no necesariamente con E mayúscula, aunque seguramente en primer lugar).

Capi Vidal

http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/

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The humanity of the World

Posted: 28 Feb 2022 09:44 AM PST

This is the World.

This is the moon and the sun.

This is my sand.

Today is better fight to racism, sexism, homophoby…

Is the moon on the sun. Is the eclypse.

The may of war is the reflexion to a poet to the problems of the humanity in the World.

Is better give the things that reflexion to the ideas.

Is the pasion to a poet that lance this texte in form to opinion of the large to the World.

Is my think.

I’m anarchist. I’m antifascist.

In the compedium to the ideas, this ideas have to have to left.

I’m to the left?

I’m person and whit person rechase the moviment to right extreme.

My nacionality dependt to a document that inscribe me in a contry.

This is the form to controle the people and this form afect me to alls senses.

I’m terricole and my think is to Universe.

I’m cosmopolite, open, hapen to have.

I’m to work to work in the vocation to my live.

The poems are my afition and my profesion is other.

The cay of money is the other thing that I want say in this texte.

The money don’t have cay.

Is my opinion and I know that I need money to live.

Know the form to live me?

I leve to the spend.

You know?

In this live I don’t have the form to consecure money for my live.

This is my problem.

The money don’t interest me.

For me the money is the best form to corromp to people.

The people is corrupt.

I think: is most person the person to have more money.

For me the cash don’t valoure nothing.

Is most: the war.

I deplore the war.

The war is for money and the money for me don’t value nothing.

In my gigging think, I think: what be to live, if all depend to money?

I declare:

Agains the racism, agains the xenofoby, agains the sexism, agains the racial prejuices, agains the economic interes, agains all the borders, again all the capitalist contries, agais the escandal to Ucrany, agains the decisions of politics, agains the kinder interes, agains the extreme right, agaisn the fascism, agains the nazis, agaisn the war; in favour to the persons and the people that deplore the war: solidarity whit all this people.

Agains the classim!

No to the all war in demy civilitation! Agains the civilization!

Live the

Wild of the human! Live the Nature! Live the planet! Live the Universe indomit of the human and civilitation!

Stop the war!

Today and always antifascist!

-Richie punk-

 

 

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