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miércoles, 1 de mayo de 2019

Tinkunaco 660/19 - Re: AAL- En el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores

CONMEMORACIÓN

En el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores

La Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas se manifiesta por la plena vigencia de los derechos laborales y sociales, promueve la más amplia solidaridad de clase y abraza la libre organización gremial para la conquista de mejores condiciones de vida.
En el día internacional de los trabajadores y las trabajadoras queremos hacer llegar nuestro saludo fraternal a la clase que vive de su trabajo, acompañándoles como siempre en sus reivindicaciones y en la defensa de sus derechos humanos laborales y sociales, por una sociedad justa e igualitaria.
Esta fecha fue reconocida como tal por el movimiento obrero internacional en conmemoración a los Mártires de Chicago, cinco trabajadores anarquistas ejecutados en el año 1886 en esa ciudad de Estados Unidos por organizarse para reclamar el reconocimiento de la jornada laboral de 8 horas. Se trata de un día internacional de lucha por los derechos y las reivindicaciones de trabajadores y trabajadoras.       
La necesidad de esa lucha se hace más evidente en épocas como las actuales donde se vienen implementando distintas medidas de ajuste en perjuicio de los sectores sociales más desventajados, crecimiento de los despidos, pérdida del poder adquisitivo de los salarios y persecución a quienes se organizan para luchar.
Por ello, la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas , con la convicción de que resulta fundamental no bajar jamás los brazos en reclamo por la plena vigencia de los derechos laborales y sociales, hacer efectiva la amplia solidaridad de clase y abrazar la libre organización gremial para la conquista de mejores condiciones de vida,  ratifica su compromiso con las reivindicaciones del movimiento obrero  y honra la memoria de quienes dieron su vida por esta causa
Como dijera al tribunal Albert Spies, uno de los trabajadores anarquistas ejecutados en Chicago en 1886, al conocer su sentencia de muerte: “¡Si creen que ahorcándonos podrán acabar con el movimiento obrero, entonces ahórquenos! Aquí pisotean una chispa, pero las llamas surgirán. Es un fuego subterráneo. No lo podrán apagar”.

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