Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- Tomas Ibáñez: Sigo sin desearle un Estado a nadie (…y tampoco un gobierno)
- "Las tres revoluciones que viví". Capítulo 6
- ¡Felices fiestas de Yule!
- Revista sobre la explotación y opresión que generan McDonalds, toda empresa e industria
- (EX)PRESIÖN Nº 2
Posted: 28 Dec 2019 06:27 AM PST
En estas fechas, que rozan la navidad y que son propensas a formular deseos, aquí va la entrevista realizada por “Radio la Nevera” a propósito de mis artículos recogidos en el libro publicado por Pepitas de Calabaza: “No le deseo un Estado a nadie”.
1— Hablas de que se esta produciendo una deriva de una parte de los y las libertarias. ¿A que te refieres con ello?
Pues, me refiero, sencillamente, a que una parte del movimiento libertario en Catalunya está dejando de ser libertario. … Así de claro. Y voy a intentar explicarlo.
Efectivamente, se está produciendo una deriva, pero no es porque una parte de los libertarios y de las libertarias se estén desviando de una determinada línea recta que marcaría la trayectoria correcta, o la trayectoria canónica, que habría que seguir porque así lo exigirían unos supuestos imperativos ideológicos.
No. En realidad, no existe tal línea recta. Lo libertario transita por un espacio muy amplio entre unos lindes fronterizos que separan lo que es propiamente libertario y lo que, claramente, no lo es.
Por ejemplo, pese a que lo libertario se define como un espacio totalmente desprovisto de dogmas, es obvio que la explotación de los demás, la creación de jerarquías, y otras cosas por el estilo, son totalmente incompatibles con él.
Cuando los libertarios y las libertarias nos movemos por ese amplio espacio nos toca dibujar y trazar nuestro propio rumbo, nos toca definir nuestra propia trayectoria en base a nuestros propios criterios, y, eso significa que siempre caben varias trayectorias, unas trayectorias muy diversas dentro del campo libertario.
Así que, la deriva que se está produciendo desde hace ya algún tiempo no consiste en alejarse, o en desviarse, de un rumbo prefijado, como lo hace, por ejemplo, un barco cuando se extravía de la ruta que le ha sido asignada. Sino que esa deriva consiste más bien en perder el control sobre el rumbo que se pretende seguir, como lo haría un barco cuyo timón se habría roto.
En el caso que aquí nos ocupa la deriva libertaria no consiste pues en desviarse de una determinada ruta que sería la única ruta correcta en medio del actual conflicto, sino que consiste en dejarse arrastrar por las corrientes en lugar de decidir de forma autónoma la propia andadura.
Y ese tipo de deriva es especialmente preocupante, porqué el hecho de renunciar a la propia autonomía y de dejar que sean otros quienes decidan en nuestro lugar, eso sí que resulta totalmente incompatible con la idiosincrasia libertaria.
“Que nadie decida por ti”. Ese es uno de los grandes principios anarquistas que naufraga estrepitosamente en la actual deriva libertaria en Catalunya. Naufraga porque hay que renunciar a ese principio si se quiere participar en las convocatorias lanzadas por los dirigentes del procès, y en las luchas que estos promueven.
Y no estoy exagerando…Sin ir más lejos, la reciente participación de libertarias y de libertarios en las movilizaciones del tsunami democrático, un tsunami donde nadie sabe quienes toman las decisiones realmente importantes, ni tampoco como se toman esas decisiones, pero que todo el mundo acata como si se tratase de órdenes, constituye una buena muestra de ese tipo de deriva, que resulta totalmente opuesta a una actitud libertaria.
2— Defiendes que hay que luchar contra los nacionalismos dominantes, pero denunciando también los nacionalismos ascendentes. ¿Es esto lo que las y los libertarios están haciendo? ¿hay que denunciar también al nacionalismo ascendente?
Por supuesto. Pero resulta que aquellos sectores libertarios contra los cuales me manifiesto se olvidan por completo de denunciar los nacionalismos ascendentes. No lo hacen ni aquí en Catalunya, ni en muchos otros lugares del planeta donde determinados colectivos que están siendo reprimidos por los nacionalismos dominantes, están luchando para escapar de esa represión.
De hecho, me temo que se está produciendo una gran confusión entre lo que significa, por una parte, promover activamente las luchas contra los nacionalismos dominantes, cosa con la cual me parece que todos los libertarios y las libertarias estaremos de acuerdo, y, por otra parte, apoyar o involucrarnos en las luchas que los nacionalismos dominados desarrollan contra esos mismos nacionalismos para alcanzar su liberación nacional.
Es, concretamente, esa vertiente de las luchas contra los nacionalismos dominantes la que ningún libertario o libertaria debería asumir si pretende mantener cierta coherencia con sus propias ideas.
Las luchas por la liberación nacional de determinados colectivos no nos conciernen para nada, pero sí nos importan, sin embargo, y mucho, las luchas contra los nacionalismos, y más aun si son dominantes, por supuesto, pero, también, si son “dominados”.
Es obvio que luchar contra la represión y contra la dominación es lo nuestro, siempre lo ha sido. Sin embargo, apoyar un nacionalismo, por muy “dominado” que este pueda ser, nos resulta totalmente ajeno, o, por lo menos, así debería ser.
Por supuesto, en la medida en que tenemos un enemigo común, es comprensible que se produzcan confluencias entre, por una parte, las luchas contra los nacionalismos dominantes y, por otra parte, las luchas por las liberaciones nacionales. Sin embargo, esas confluencias no pueden propiciar ninguna alianza, y mucho menos ninguna fusión, ni nada que se le parezca.
Los enemigos de mis enemigos no tienen porque ser mis amigos, y de hecho pocas veces lo son, como así se demostró ampliamente en el 36.
Esta claro que se puede coincidir en una determinada trinchera y apuntar hacia un mismo blanco, pero sin perder nunca de vista las insalvables discrepancias que impiden hablar de una lucha común.
Se trata de unas luchas que pueden ser coincidentes por momentos, pero nunca de una lucha común. Algunos y algunas luchamos contra el nacionalismo dominante, el nacionalismo español en este caso, porque rechazamos todos los nacionalismos, y, por supuesto, este también y además de forma muy contundente.
Otras y otros luchan contra ese mismo nacionalismo porque quieren promover su propio nacionalismo disfrazado, eso sí, con la máscara del independentismo.
Por lo tanto, por mucho que tengamos un enemigo común, eso no quita que sigamos siendo enemigos, y eso significa que no puede haber paz entre nosotras, y ni siquiera un efímero, y frágil, armisticio, porque aún luchando contra un mismo enemigo no podemos dejar de luchar contra el enemigo que tenemos a nuestro costado.
3— Hablas de una mitificación de las jornadas del 1 y del 3 de octubre y de una sobre valoración de la capacidad de auto organización popular que se manifestó en torno a la defensa de las urnas. explícanos esto.
En cuanto al primero de octubre, resulta que se suele presentar las cosas como si, tanto la iniciativa del referéndum, como su convocatoria, y como su organización practica, hubieran constituido una iniciativa popular surgida desde abajo.
Y, claro, eso oculta por completo que, en realidad, fue todo el enorme peso, y todo el enorme poder de las instituciones gubernamentales de Catalunya, lo que estaba haciendo posible el referéndum. y lo que estaba alentando a la población para que acudiera a las urnas.
De hecho, se empieza a mitificar el primero de octubre tan pronto como se oculta, o como se minimiza, el entramado institucional que hizo posible el referéndum de aquel día.
Cuidado, eso no quita que las personas que acudieron a las urnas lo hicieron por voluntad propia, y que una parte de ellas opusieron una admirable resistencia frente a los intentos represivos de impedir la votación.
Pero, tampoco hay que pasar por alto que buena parte del “protagonismo” de esa resistencia recayó sobre la militancia, fuertemente motivada, de los colectivos y de los partidos nacionalistas. Una militancia que, cada 11 de septiembre, había demostrado sobradamente su extraordinario sentido de la disciplina, obedeciendo de forma milimétrica y ordenada, casi militar, las consignas organizativas dictadas por la Asamblea Nacional de Catalunya.
Si se toma en cuenta ese adiestramiento de los militantes y de las militantes nacionalistas, así como el papel que esa militancia desempeñó en la organización y en el desarrollo de la resistencia, y si se añade a todo esto la intervención, que fue bastante decisiva a mi entender, de las instituciones catalanas, lo que entonces resulta es que la auto organización popular durante el 1 de octubre no fue ni tan ejemplar ni tan extraordinaria como así se nos repite de forma bastante machacona.
En cuanto al 3 de octubre… pues, pasó tres cuartos de lo mismo. No hay que olvidar que a la huelga general se sumó el “paro de país” convocado por las propias instituciones gubernamentales y por una parte de la patronal catalana.
Por supuesto, no se trata de restar importancia a aquella huelga general, pero, tampoco debemos mitificarla. Y se la mitifica, de forma clarísima, cuando se oculta el peso que tuvo el respaldo institucional y patronal. para conseguir su éxito.
Huelga general y paro de país en una misma entrega…Eso demuestra, una vez más, y por si aun hiciera falta, que el nacionalismo siempre, siempre, es interclasista.
Creo que con lo dicho hasta aquí queda bastante claro el porqué hablo de la mitificación de las jornadas del 1 y del 3 de octubre.
Lo que me entristece es que sean sectores que siento como muy cercarnos, quienes contribuyan a mitificar esos eventos. Me entristece porque quienes sacan el verdadero provecho de esa mitificación son los partidos, las instituciones y las asociaciones nacionalistas que, no en vano, se han apresurado a grabar esas fechas con letras de oro en su santoral patriótico, casi a la misma altura que el 11 de septiembre.
4— Manifiestas que cuando un movimiento de lucha incluye un importante componente nacionalista las posibilidades de un cambio emancipatorio son estrictamente nulas. ¿No crees que todas estas movilizaciones pueden llegar a servir para adquirir practicas de lucha hoy ya olvidadas que pueden llegar a traspasar el ciudadanismo e incluso el nacionalismo en beneficio de otras luchas?
Vamos a ver. Si, por una parte, concedemos cierto crédito a la tesis de que las luchas con un fuerte componente nacionalista no conducen nunca a ningún desenlace emancipatorio, cosa ampliamente demostrada en la historia, y si, por otra parte, admitimos que las actuales luchas en Catalunya sí tienen un fuerte componente nacionalista, cosa que me parece difícil negar, entonces la conclusión se desprende por sí misma, y cae por su propio peso con una lógica aplastante.
La puesta en relación de esos dos hechos deja meridianamente claro que las luchas actuales no pueden desembocar sobre ninguna perspectiva emancipatoria.
Pensar, como lo hacen algunos libertarios y libertarias, que esas luchas pueden dejar paso a unas luchas desvinculadas de cualquier motivación nacionalista, y transformarse en algo totalmente diferente de lo que hoy tenemos, es tomar los propios deseos por realidades, y sucumbir de lleno al pensamiento mágico.
Porqué, claro: ¿por qué extraño milagro la enorme energía, y hasta la pasión, que impulsa las actuales luchas en Catalunya dejaría de ser nacionalista para transformarse en una energía y en una pasión de carácter más o menos libertario, y, por lo tanto, de signo radicalmente antinacionalista?
Esa transmutación de una cosa en su contraria apela a conceptos que son más propios de la alquimia que del pensamiento político.
En definitiva, para creer en la posibilidad de ese milagro, hace falta o bien una enorme ingenuidad, o bien, cosa bastante más preocupante, una gran necesidad de encontrar y de formular argumentos que permitan ocultar, consciente o inconscientemente, las propias inclinaciones hacia el nacionalismo por parte de algunos de los libertarios y de las libertarias que se involucran en esas luchas.
5— En tu ultimo articulo del libro expones que “es imprescindible recapacitar acerca de los errores cometidos y, sobre todo, no engañarnos a nosotros mismos magnificando los momentos más espectaculares de las luchas y sobrevalorando algunos de sus aspectos máss positivos”. ¿Crees que en todo el tiempo que ha pasado se ha hecho una reflexión sobre los aciertos y errores de la participación libertaria en el procés?
Quiero pensar que sí. Quiero pensar que, efectivamente, quienes se han involucrado en estas luchas han llevado a cabo una reflexión sobre los aciertos y sobre los errores de la participación libertaria en el procés. Ahora bien, confieso que por mi parte no he sabido encontrar en todo lo que se ha publicado hasta ahora, una exposición clara de cuales son los logros alcanzados hasta hoy.
Me refiero, por supuesto, a unos eventuales logros de carácter libertario, y no a la simple constatación de que las movilizaciones convocadas por los protagonistas del procés no pierden fuelle con el paso del tiempo.
Y tampoco he sabido encontrar un relato bien argumentado acerca de los errores cometidos. Por lo tanto, ni exposición de los logros, ni análisis de los errores.
Lo único que podemos leer son múltiples justificaciones de esa participación, así como contundentes criticas contra quienes rechazamos involucrarnos.
Por mi parte, sigo sin ver los logros por ningún sitio, y, a la inversa, me parece que el gran error de la participación libertaria es clamoroso.
Basta con pensar, por ejemplo, en la manera en la que los compañeros y las compañeras que levantaron sus tiendas en la plaza Universidad fueron utilizadas para engrosar las protestas contra las sentencias del procés, y fueron abandonadas posteriormente por los sectores nacionalistas.
Digo bien, por los sectores “nacionalistas”, aunque estos disimulen su compromiso nacionalista tras la etiqueta “independentista”.
Involucrarse en el procès es ponerse al servicio de las estrategias nacionalistas y, comprar poco a poco su propio discurso, debido tanto al roce con los activistas del procès, como a la necesidad de justificar esa colaboración. Una de las características del discurso que se compra consiste en magnificar los episodios de lucha, y en presentar la contienda como una batalla contra la represión y en defensa de la libertad.
Ese discurso permite captar las simpatías de quienes militamos, precisamente, contra la represión y en defensa de la libertad, pero siempre y en todos los planos, no solo cuando afecta a las luchas por la liberación nacional.
Ya sé que no puedo demostrarlo de forma irrefutable, pero estoy convencido de que ciertos sectores del nacionalismo catalán, concretamente ciertos sectores de la CUP han elaborado una estrategia política que consiste en intentar integrar el movimiento libertario, tanto sus militantes como sus referencias históricas, en la hoja de ruta nacional-independentista.
El hecho de que una parte del movimiento libertario caiga en esa trampa no deja de producir cierta desazón, y francamente, lo encuentro lamentable.
Por mi parte sigo sin desearle un Estado a nadie …y tampoco un gobierno.
Tomas Ibáñez
Barcelona, 23 de diciembre 2019.
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Posted: 28 Dec 2019 05:25 AM PST
Sexta entrega de la serie distópica de Alejandro Gaita 'Las tres revoluciones que viví', publicada originalmente en lamarea.com
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Departamento Freire de la Universidad Libre, Nuevo Tecpatán, primavera de 2059.
Pues esta noche tampoco me duermo. Sudor, aparto las sábanas, me araño. Pongo la radio, cantan «El barzón». La quito. No sé ya cómo ponerme, ni qué leer, así que voy a intentar escribir. Mejor eso que seguir arañándome. Esta gente es maja: aunque no me entienden, se preocupan por mí. Hasta Ixchel, que va bastante a la suya, me mencionó lo de mis ojeras. A Esmeralda le conté mis ideas, pero dice que este tema le queda muy lejos. Rosario me mira sin decir nada.
Las ojeras es lo que se ve, pero no es lo más grave. Llevo varios días peor de los nervios, arañándome las pantorrillas hasta hacerme sangre. Y ya empecé a arrancarme las costras. Me mancho de sangre los dedos y luego lo pongo todo perdido. Tanta preocupación que he tenido siempre por la higiene, y a este paso acabaré palmándola de cualquier infección.
Llevo varias noches volviendo a pensar en la computación cuántica. Me quita el sueño que solamente la Supremacía use computadoras cuánticas. No es cosa menor. La capacidad de cálculo da a la Humanidad la capacidad de hacer ciencia, y sin ciencia no tenemos futuro. Quien posee hoy la capacidad de cálculo va a poseer mañana el futuro. Además: y si finalmente cayera el capitalismo desarrollista de la Supremacía, ¿qué? ¿La Humanidad se queda sin computación cuántica?
La mecánica cuántica, como ciencia, hace décadas que no es sorprendente. Las funciones de ondas como ecuaciones físicas que ponen sobre papel todo lo que sabemos sobre un fotón que viaja por el espacio, o sobre una molécula de glucosa, o sobre un átomo de nitrógeno enterrado en el centro de un diamante. Incluso el entrelazamiento entre sistemas cuánticos hace tiempo dejó de ser enigmático. Todo esto hoy es prácticamente trivial. En cambio la computación cuántica, como tecnología, es otra cosa. Cuando mi mamá era una niña, a principios de siglo, era poco más que un sueño que el mundo entero se dedicaba a investigar. Bueno, el mundo entero. El mundo rico, más bien: USA, Europa, China, Australia… superconductores, trampas de iones, fotones entrelazados, silicio dopado con fósforo. Probaron un montón de sistemas como qubits, pero todas esas tecnologías se apoyaban en el mismo descubrimiento revolucionario de que las leyes de la mecánica cuántica permiten algunas operaciones lógicas que con computadoras clásicas son imposibles. La raiz cuadrada del inversor, por ejemplo: si aplicas un inversor a un 0 obtienes un 1, si lo aplicas otra vez recuperas el 0. Pero ¿qué operación puedes aplicar dos veces seguidas a un 0 para obtener un 1, y dos veces más para recuperar el 0? Pues no es posible una operación lógica así con bits, pero con qubits la solución es «la raiz cuadrada del inversor». Al encontrarse nuevas operaciones lógicas fue posible diseñar nuevos algoritmos, como con ingredientes nuevos se pueden idear recetas nuevas, y algunos de esos algoritmos nos permitieron resolver de forma eficiente muchos problemas de interés comercial. Los problemas importantes quedaron sin resolver, claro. El clima y la política siguieron a peor a paso acelerado, de hecho, gracias al despegue cuántico del poder computacional.
Saltamos 40 años hacia el presente, y ahorita solamente en la Supremacía se investiga en computación cuántica. Todas las tecnologías cuánticas que se conocen tienen una huella de carbono terrible, principalmente porque están basadas en temperaturas cercanas al cero absoluto. La computación cuántica trabaja en frío, que es como decir que trabaja con helio. El helio antes parecía asequible porque no había más que sacarlo de los depósitos de gas natural en los que venía disuelto. Un despropósito cortoplacista, claro, una tecnología fósil. El helio que obteníamos de esos depósitos fósiles se nos acabó hace décadas y en estos tiempos el coste energético de obtenerlo y preservarlo es tremendo. Ya no se tira todo a la atmósfera como se hacía hace 50 años, pero los compresores para recuperarlo consumen muchisima electricidad, y siempre hay pérdidas. Ni los eco-anarquistas ni los eco-fascistas nos vamos a meter en esa locura ecocida. Socialmente no tenemos nada en común, pero coincidimos en saber que no tenemos un planeta B. Cualquier apetencia, cualquier necesidad va por detrás de la necesidad de tener un planeta en el que podamos seguir viviendo. Así que prácticamente todo el mundo renunció a la computación de alta capacidad, y hoy vivimos con computadoras de caca. De hecho, en algunos casos son literalmente computadoras de caca, porque van con la energía del metano que nos dan las bacterias anaerobias que viven en algunos casos, de nuestra propia caca.
Hoy, la Supremacía Estadounidense (económica, política, militar, medioambiental) se basa, también, en su superioridad computacional, en su Supremacía Cuántica. Son los únicos en manejar supercomputadoras clásicas de alta capacidad, porque esos también tienen una huella de carbono insostenible. El resto del mundo nos arreglamos con sus primas pequeñas. Pero ni las pequeñas ni las grandes pueden hacer gran cosa frente a las familias de problemas en matemáticas, en ciencia y en ingeniería que solamente se pueden resolver eficientemente con hardware cuántico. Hoy se conocen multitud de trucos cuánticos para resolver, al menos aproximadamente, muchos tipos de problemas que escapan de la capacidad de los mayores computadoras clásicas.
Me parece una humillación absurda estar en el bando racional del mundo, estar en el bando que trabaja por la supervivencia de lo mejor de la civilización humana, y a la vez estar en el lado condenado a la ignorancia, en el bando sin computadoras cuánticas.
¿Acaso son incompatibles computadoras cuánticas y anarquía? ¿No son los algoritmos cuánticos, al fin y al cabo, sofisticadas asambleas de qubits? Ahora que por fin conseguimos sociedades fuertes y estables basadas en un sistema de organización anarquista, resulta que las computadoras cuánticas las tienen en exclusiva los capitalistas que están cociendo el planeta.
Esto no puede ser. Y mientras lo escribo estoy dándome cuenta de que voy a hacer algo para cambiar las cosas.
Alejandro Gaita
Investigador en magnetismo molecular y computación cuántica. Sobre ciencia, racionalidad, mundo académico y temas sociales
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Posted: 28 Dec 2019 05:19 AM PST
Me gustaría haber puesto otro nombre a este artículo, más en concreto, un nombre que con el paso del tiempo se me ha olvidado (como tantas otras cosas en mi vida) y que representa al nombre de la festividad que se celebraba en la región donde habito y he nacido por estas fechas, que no dejaba de ser otra que la fiesta del solsticio de invierno, pero al final me he tenido que conformar con este que corresponde al acervo celta común, más general y menos localizado que el que a mí no me acaba de venir a la cabeza y que también celebraba (pues ambas celebraciones son celtas) el solsticio de invierno.
Si he decidido celebrar este año la festividad de Yule, es porque la encuentro más inspiradora y más verdadera que la actual celebración de Navidad, que para mí es una completa manipulación de unos posibles hechos que, quizá, hasta donde yo conozco, ni existieron. También podía haberme decantado por la fiesta de Saturnalia romana, donde el vino y las orgías campaban a sus anchas que también celebraba el solsticio de invierno y que algún compañere cercano a mí celebra, pero con un breve paseo por la red, he visto que tampoco me acababa de representar.
La verdad es que cuando llegan estas fechas se me suele venir el mundo encima porque considero que, al menos, gran parte del espíritu navideño que la gente dice vivir en estos días, me parece de una falsedad y de una hipocresía abrumadora y que, incluso, me da por pensar que la gente ya no sabe lo que celebra y que se deja llevar por una tradición (la Navidad, que a mí no me gusta por lo falsa que me resulta) vaciada totalmente de contenido y por eso yo reivindico la fiesta que celebra la vuelta de la luz al mundo y el renacer de las fuerzas naturales en el mundo, la más antigua y verdadera celebración que yo conozco y que fue manipulada y destruida por la iglesia Católica acoplando el nacimiento de Jesús a estas fechas.
Si reivindico precisamente esta celebración, es porque una vez leí un artículo en esta web, del que solo recuerdo el final, en el que venía a decir algo así como que cuando alguien quisiera contar una historia, esta sería más bonita en cuanto más se alejase en el tiempo, porque también en esta web he leído varios artículos que hablaban acerca de la necesidad del ser humano de una “espiritualidad” y la falta de ella en la sociedad actual, considerando que Yule podría ser un buen punto de partida, y porque considero que tanto esta celebración (Yule), como todo el acervo celta viene muy a cuenta de estos días, ya que esta cultura (la celta), sus tradiciones y sus celebraciones estaban mucho más apegadas a la Naturaleza de lo que estamos en nuestros días y creo que nos hace buena falta recobrar esos vínculos.
Por todo ello y no queriéndome extender más: ¡Feliz festividad de Yule a todo el mundo! ¡Qué vuestras energías y fuerzas renazcan con más profusión que nunca para así conseguir, por fin, el mundo con el que soñamos!
-Richie punk-
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Posted: 28 Dec 2019 04:48 AM PST
En el marco de la muerte por descarga eléctrica de 2 trabajadorxs en un McDonalds en Pueblo Libre-Lima-Perú.
A las empresas no les importa la integridad física mental, ni la libertad de lxs demás. Solo les importa el dinero y el poder que obtendrán de nosotrxs.
Fué una empresa FORMAL
El que una empresa sea formal no le hace libre de explotación, de acosos, de incumplimiento de pagos, de muerte laboral, de estafa, de antropocentrismo, y demás cosas negativas que la prensa y el Estado solo le cargan el paquete a los negocios informales o a las formas informales de vivir y sobrevivir (motorizadxs, colectiverxs, ambulantes, artistas, cachinerxs,...) en estas ciudades de vida acelerada tecnológica frívola apática y artificial. Y lo ocurrido en McDonalds (empresa formal) rompe la lógica mencionada arriba.
Respecto a la descarga eléctrica de una máquina de Mcdonalds que generó la muerte de Alexandra y Gabriel (ya en el año son casi 200 muertes oficialmente registradas dentro de un centro laboral). Esta vez ni la prensa ni lxs alcaldes ni las instituciones del Estado han enfatizado que era una empresa FORMAL (McDonalds) la que fué responsable de esas muertes, muy diferente a lo que sí hicieron cuando fallecieron Jovi y Jorge en el incendio de la Galería Nicolini en Las Malvinas. O cuando explotó un balón de gas en un restaurante en La Victoria (que causó la muerte de una niña) hace unos meses, donde sí mencionaron a diestra y siniestra que se trataba de un restaurante informal. Además a muchos medios de prensa les fué más conveniente evitar colocar en sus titulares el nombre de la empresa McDonalds, también que usaron términos como “posible responsable” cuando hablaban de McDonalds, y colocaron “accidente” en lugar de “precariedad”.
Y el alcalde de Lima jorge Muñóz (el abanderado de la formalidad- tan hipócrita como lo es el discurso de la formalidad- que no cumple con la sentencia judicial en favor de las trabajadoras del SITOBUR) no ha declarado aún en contra de McDonald. Ninguna municipalidad le ha taponeado la entrada y salida con enormes muros de concreto (como si lo hacen con cualquier tienda chica) ni han llenado de adjetivos negativos a Mcdonalds y sus altos funcionarixs, porque al parecer la prensa y las autoridades quieren direccionar la responsabilidad solo a los supervisores de esa tienda, inclusive alcanzando a la empresa Arcos Dorados S.A. (Arcos Dorados es el mayor operador de restaurantes de McDonald's en América Latina y el Caribe y su mayor franquiciado en el mundo). De esa manera las grandes empresas logran safarze de las denuncias si ocurren muertes o heridxs o intoxicaciones y demás cosas negativas en esa empresa que otorga franquicies por todo el mundo. Es además la forma más común de limpiar de responsabilidad al sistema de trabajo precario de las empresas formales, porque no solo se trata de una empresa o de una megacadena.
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Posted: 28 Dec 2019 04:29 AM PST
Grecia
Cuando ellos claman por barrios limpios, huele a sangre
La sangre de lxs migrantes que son exiliadxs a los campos de concentración tras el desalojo de las okupaciones donde vivían y resistían con toda la dignidad posible.
La sangre en las fronteras, los mares, los lugares de trabajo, las celdas y las comisarías de policía, la sangre de lxs malditxs que estaban intentando encontrar una solución para los callejones sin salida de su supervivencia diaria.
La sangre que tiñe de rojo las calles y los pavimentos, la misma sangre que tiñe de rojo la porra del policía o el cuchillo del fascista, la misma sangre que carga las armas automáticas de los policías acorazados que aseguran el orden dominante con sus furgones-patrulla, o las carabinas de los jefes y de los propietarios pacificados que matarían con tal de proteger su sagrada propiedad.
La sangre que lentamente empapa la alfombra roja que es desenrollada para inversores y especuladores inmobiliarios, por el bien del desarrollo, del progreso, del turismo, de la nación: por el bien del capitalismo.
Con el pretexto de la guerra del Estado contra las drogas, contra el “desorden”, la guerra por la “limpieza de los barrios por parte de lxs marginadxs”, emerge el perfil de lo superfluo: el “polvo” y la “basura”, como lo expresó con fluidez el madero sindicalista Balaskas.
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