Noviembre,
el mes de los finales anunciados. Una tradición que la televisión
abierta aún respeta, aunque a veces se la saltea cuando el rating
acompaña. La vuelta de Tinelli a la pantalla chica no cumplió con las
expectativas ni del público ni de la propia industria. Un lenguaje
desfasado de la coyuntura, con poco ritmo, y algunas tensiones efímeras
se conjugaron en este regreso que marca el fin de una época.
El 8 de noviembre se estrenó Dexter: New blood,
la miniserie de diez episodios que promete darle a la producción
original, después de ocho años, el final que tanto merece. Con la misma
esencia, el desafío pasa, como siempre, por los detalles.
La
temporada 17 de la serie fue estrenada en Netflix durante el mes de
octubre. El drama médico más famoso de Estados Unidos recogió debates
trascendentales de la pandemia y les dio voz a través de personajes
emblemáticos. El racismo, la desigualdad en el acceso a la salud de
poblaciones afroamericanas y el hostigamiento policial se hicieron
presentes.
Tras
conocer a su pareja perfecta a través de una aplicación de citas, una
escritora se entera que la han engañado tras un largo viaje en avión.
Nada más ni nada menos que una película romántica de un sábado por la
noche.
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