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miércoles, 1 de agosto de 2012

Tinkunaco 1.077/12 - Re: [Prensa] Juicio Camps. Declaración teórica, apropiación de niños y niñas


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JUICIO CAMPS, APORTE TEÓRICO
 
“La apropiación de niños es otro modo de exterminio”
 
La Psicóloga Alicia Lo Giúdice es la responsable del equipo Terapéutico de Abuelas de Plaza de Mayo. Desde 1985 comenzó a trabajar con cada uno de los nietos restituidos a su familia de origen, luego de ser apropiados  por los responsables del genocidio.
 
 
Prensa y Difusión
APDH La Plata
 
(31JULIO2012) En la audiencia del Juicio del Circuito Camps del martes, luego de la Feria Judicial, Lo Giúdice dio una cátedra sobre lo que significó la apropiación ilegal de niños en la última dictadura cívico militar, a tal punto que provocó el fastidio del represor Osvaldo Etchecolatz, que se mostró nervioso y tenso en el banquillo de los acusados.
 
Durante una hora habló de las complejidades que atraviesan los jóvenes recuperados, la incidencia en las generaciones futuras y el alivio que traen estos juicios para las víctimas. A su vez, hizo hincapié en la actitud “canalla” de los represores, la cual no dudó en calificar de “genocidio” a la apropiación de niños y niñas en el período 1976 - 1983.
 
“Produjeron desorientaciones siniestras”
 
A continuación, las preguntas precisas de los abogados querellantes, los fiscales y las respuestas reflexivas de una militante histórica, que se recibió en la UBA en 1979 y desde 1990 coordina en la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo un área necesaria para ayudar al proceso de transición de los jóvenes con sus familias verdaderas:
 
- ¿Cómo describiría el proceso de apropiación de niños?
 
- En 1985 empecé a tratar a la primera nieta restituida por orden judicial y con pruebas genéticas. Para poder pensar en alteraciones psíquicas o daños psíquicos en función de lo vivido tendría que caracterizar lo que fue la apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado. El marco es la apropiación ilegal de niños, donde hay que aclarar: que fueron sustraídos violentamente en un sistema de parentesco e incluido en otro. El origen está constituido sobre el asesinato de los padres.
 
Es decir, la convivencia con el apropiador, aunque no era en un campo de concentración, tiene esta lógica, porque el estatuto del chico era paradójico. Parecía que tenía DNI legal pero vivía en la ilegalidad, en un estado de excepción que se convirtió en norma de vida.
 
En esta línea, es válido precisar que este tipo es otro modo de exterminio. No los mataron, pero lo incluyeron en otro sistema de parentesco. Lo que producen son desorientaciones siniestras, porque conviven con un secreto que no pueden ubicar porque los responsables no dicen la verdad. Cuando el chico es ubicado, esto provoca poder situar las marcas del estrado que ha padecido, porque la falsificación de identidad provoca devastación de subjetividad, cuando fue sostenida en una mentira familiar y social. Los efectos pueden modificarse en la medida que puede ser localizado y restituido.
 
- ¿Qué pasa cuando entra en el proceso de reconocimiento?
 
- Ubica las cosas que sospechaba y que no daba lugar en sus palabras. Se produce un efecto de haber vivido en la traición. Aquellos en los que confiaba traicionan la palabra, por lo que el accionar de Abuelas de Plaza de Mayo le permite salir del encierro siniestro.
El Psicoanalista Fernando Ulloa hablaba de la “encerrona trágica”, donde el chico vivía horror adentro sin saberlo. Pasa del dolor al alivio, y les abre camino para otra cosa. En nuestro trabajo, nosotros pensamos en cada situación para ubicar la particularidad de la afección o el daño, por ende hay diferentes tipos de síntomas en cada uno de los nietos restituidos.
Hay que decir que los chicos tuvieron inscripciones simbólicas que marcan la subjetividad. El pequeño tramo con la mamá que lo parió, el hecho de la violencia, del arrancamiento a su madre y las peores circunstancias en las que nacían, dejan marca en la subjetividad. No tienen acceso a la palabra pero el niño se constituye con lo vivido y lo escuchado, se amolda recién en el momento que se restituye. Esto va a permitir hacer ciertas transformaciones.
 
- ¿Nos podrías dar un ejemplo?
 
- Tuvimos el caso de una niña secuestrada a los 23 meses, donde la justicia probó que fue parte del Plan Cóndor[1]. Pretendieron cambiarle el nombre años más tarde, ella insiste y no se lo pueden cambiar. Es una resistencia, pero detiene su crecimiento durante dos años, cuando la abuela pide sus datos genéticos. Ella retoma luego los lazos familiares, inicia su desarrollo como corresponde.
Son casos que nos han enseñado el efecto en la subjetividad, en una situación de delitos de lesa humanidad. No nos olvidemos, la Comisión Nacional Contra el Delito de Genocidio dice en 1948 que el traslado de un niño de un lugar a otro es genocidio.
 
- ¿Hay variación según a la edad recuperan la edad?
 
- Uno piensa que menos ha vivido en situación siniestra, menos posibilidades tiene de elaborar lo sucedido. Más tiempo de convivencia con apropiadores, más trabajo subjetivo. La primer nieta recuperada tenia ocho años y medio. Si estaban los abuelos, hermanos, tíos, la trama familiar es más amplia y permite recuperar su propia historia, la historia de la familia. Cuando los chicos son jóvenes, a los 30 años, hay parte de la familia que falleció, así que ¿Cómo volver a armar el entramado familiar con todo lo que pasó?
Existe un esfuerzo para poder situarse, hubo un deseo de los padres que produjo su nacimiento. No es que nacieron porque si.
 
- ¿Ese daño se supera o se aprende a convivir con eso?
 
- La palabra “trauma” viene del griego y quiere decir “herida”. Puede cicatrizar pero deja marcas. Son distintos tiempos de trabajo de traumático la recuperación.
El espacio terapéutico se ofrece para poder recuperar las marcas, y permitir un trabajo de elaboración donde se interroga el impacto, de saber que los padres están desaparecidos y muertos. 
Hay que poder aceptar que vivió situación de victimización y se hace preciso trabajar, reflexionar, porque afecta no solo a una generación, sino a generaciones siguientes. Ahora, por ejemplo, estoy atendiendo a bisnieto de desaparecidos.
 
- ¿El nieto se siente victimario de sus apropiadores?
 
- A veces uno piensa porque algunos no se acercan. Otros pueden ser que estén retenidos. Algunos se acercan, y el temor es “si yo hablo, culpable es el que me crío”. Lo que hay que tratar de correr es que ellos no son culpables del delito que cometieron otros. Lamentablemente el que fue parte del Terrorismo de Estado busca la responsabilidad en otro, entonces evidencia una posición canalla, cobarde. El mismo hecho de la restitución vuelve a colocar a cada uno en su lugar.
 
Lo que noto es que hay un primer momento  de develar la verdad, de que los criadores puedan ir presos. Al conocer la historia esto se diluye y encuentran el valor de recuperar la historia y que algo de justicia se puede ejercer. La justicia es un acto simbólico que trae alivio para esta situación. Poner las cosas donde tienen que ser y que el joven no sea parte del olvido.
 
- ¿Qué pasa con el familiar que está buscando, se puede detectar un trauma?
 
- Recordemos que son muchos años, este año cumplimos 35 años y hay muchos nietos que no han sido localizados. Se produjo una fractura generacional, porque se irrumpió el sistema de parentesco. En el caso de los grandes hubo desaparición y muerte. En el caso de los chicos son nuevas identidades.
Aparece esta desorientación siniestra, donde viven en una situación de incertidumbre. El Estado negaba posibilidad de conocer la situación. Es una angustia particular, que persiste a lo largo del tiempo. Hay pocos casos, como el trabajo del Equipo de Antropología Forense que recupera los restos y da sepultura. Sin embargo, padecieron situaciones de angustias extremas, y las Abuelas no renunciaron a la búsqueda de su descendencia.
 
El duelo no es que concluya pero es un paso necesario tener una tumba, poner un nombre, donde la persona decide homenajear. Son situaciones que perduran en el tiempo y cada uno lo hace a su manera. Las Abuelas inciden en lo social, indicando por ejemplo, las diferencias entre apropiación y adopción.
 
- ¿Con el caso de los nietos recuperados, puede haber tipo de situación traumática, donde haya proyección de la persona desaparecida?
 
Los parecidos son inevitables. Lo que uno ubica son dos cuestiones: lo primero es la parte física, luego las partes del carácter.
Hubo un trabajo subjetivo, procesos de identificación durante la apropiación. A pesar de las marcas con los apropiadores, las Abuelas quieren recuperar los nietos para darle otras marcas. Lo que yo he visto es que han dado lugar a la diferencia. “Es el nieto, no es el hijo”. Les abre otro camino de esperanza. En ese sentido, en mirar ese nieto, encontrarse con algo del hijo o de la hija, pero dando lugar a la diferencia y ubicando las cadenas relacionales.
 
- ¿Supiste que otros regimenes totalitarios se diera esta temática de niños secuestrados?
 
- Cuando empecé a trabajar en este tema, pensé que era algo único en la modernidad, el tema de eliminar opositores políticos y quedarse con su descendencia. El General Camps, en entrevista con una revista española, dice que no habían eliminado ningún niño pero encontraron gente que los criaban bien para sacarlo de sus padres subversivos. Norma Pons en el Tribunal de Familia de Lomas de Zamora, dice que tenían que pasar por sobre su cadáver para devolver a los niños, porque “las abuelas no supieron educar a sus nietos”. Ambos casos, por supuesto, implicados en Terrorismo de Estado.
En España en la época del franquismo hubo tratamiento con los chicos, fue algo abierto. Educar y sacar de “los rojos”, lo hacían públicamente como escarmiento,  para darlos a familias “bien”; el Nazismo los mató.
Tuve una experiencia en El Salvador, donde hay un grupo de familiares que busca a hijos de las personas asesinadas, de lo que para ellos fue una guerra. Los chicos eran buscados con helicópteros, llevados a los hogares y pasaban a ser NN. Luego venían personas de otros países y los adoptaban: se ocultaba la práctica y se entregaba a instituciones de beneficencia.
En Argentina fue un caso casí único donde aquellos que querían terminar con los grandes se querían quedar con lo más preciado que es su descendencia.
 
 
La interrupción de un represor
 
Luego de estas palabras, la defensa de Etchecolatz pidió un cuarto intermedio, ya que el represor  no toleró la entrevista,  hizo gestos, se negó, se puso tenso.

El Tribunal no dio lugar (“Que se desprecie el hecho de traer a un especialista para hablar de la apropiación de chicos no va a tener lugar” dijo el Juez Portela)  y  dejó seguir a la Psicóloga:
 
- Uno podría decir que cuando un niño nace es producto de un deseo. Una cuestión es cuando un niño es producto de un deseo parental, y otra es cuando el niño está apropiado: no sale del anonimato. No está sostenido por el deseo de vida de los padres, sino por el lugar de objeto de goce donde impunemente se quedó con el otro que no fue.
 
- Usted se refirió a los efectos psíquicos que provoca la apropiación en los niños y los familiares que buscan. ¿Usted podría extenderse a los efectos que provoca en una sociedad convivir con el saber que existen 500 niños apropiados?
 
- En principio trataría de ubicar el efecto del producto de la ruptura de la legalidad. Con el Golpe de Estado, se rompen las coordenadas donde uno vivía. Se entran a producir lo que conocemos como Delitos de Lesa Humanidad.
La población estuvo expuesta a un trauma histórico, y no afectó a un sector de la población si no a toda la sociedad. Las garantías de convivencia que uno tenía, se rompieron. El terror desarma el tejido social, podíamos pensar por ahí el efecto siniestro de la implementación del terror.
 
- Respecto de la transmisión intergeneracional hacia el trauma, ¿Qué efectos produce?
 
- Se necesitan tres generaciones para que una transmisión se cumpla. Se termina de completar con abuelos, padres y nietos. Lo de una generación tiene marcas en la otra en cosas sencillas, modos de ser, valores familiares. Cada hijo transmite los valores con las variantes propias de cada generación. Se necesita una continuidad psíquica para que se cumpla. Se interrumpe el tramado generacional.
El Psicoanalista Jacques Lacan dice que la confusión de generaciones es lo maldecido por la Biblia y las otras religiones. Entonces me parece que lo que hace a la transmisión generacional, es evitar las confusiones generacionales.
 
Hay jóvenes restituidos cuando tenían hijos. Todo lo que implica el cambio de documentación: provoca asombro y sus alivios. Los abuelos, quienes eran. Como conmociona la subjetividad, tener que ordenarse a la nueva situación.
He visto dificultades en la escolaridad, en el aprendizaje. El querer saber queda trabado. Padres preocupados sobre que le iban a trasmitir a sus hijos si ellos no pudieron curar sus heridas.
 
- ¿Alicia, has sido invitada en países a hablar de esto?
 
- Como mencioné fui invitada por la Universidad Católica de El Salvador, con el grupo Pro – Búsqueda de Niñas y Niños en Ausencia del Estado. He estado en otros países de Latinoamérica y algunos de Europa. Acá mismo en Capital Federal piden asesoramiento algunos jueces en casos de “filiación de difícil resolución” para operar en el caso que tienen que tratar.
 
- ¿Hay algún factor que no tuvimos en cuenta?
 
- Quería aclarar algo: el valor que tiene cuando la justicia actúa, ya que puede traer orden al desorden de la vida que ha traído esta situación. Poder dar fe de lo que pasó, de lo que se testimonia, trae alivio, porque no queda en el entramado familiar, si no que se hace público hoy cuando en otro momento no se pudo hacer.-

 
 El juicio continúa hoy miércoles desde las 10 con más declaraciones.
 


[1] La Periodista Stella Calloni escribió el libro “Operación Cóndor, pacto criminal” (Ediciones La Jornada) donde describe como Estados Unidos implementó políticas de secuestro, tortura y desapariciones en distintos países de Latinoamérica, en complicidad con fuerzas militares, policiales y civiles, durante el período de “Guerra Fría” con el objetivo de “erradicar” todo tipo de Comunismo y organizaciones "subversivas". 

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