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Juicio Circuito Camps
Se realizaron las inspecciones oculares en “Puesto
Vasco” y “Coti Martínez”
Los testigos Juan Destéfano y Carlos Iaccarino
acompañaron a los jueces y reconocieron los centros clandestinos donde
estuvieron cautivos durante la última dictadura cívico-militar, junto a otros
compañeros. La audiencia continúa el próximo lunes en la sede de la ex Amia.
Por Secretaría de Prensa y Difusión - APDH LA PLATA
(25SEPTIEMBRE2012)
- El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de La Plata realizó esta mañana las
inspecciones oculares a los Centros Clandestinos de Detención (CCD) conocidos
como “Puesto Vasco”, ubicado en el partido de Quilmes, y el Comando de
Operaciones Tácticas I de Martínez, en el marco del juicio a los 24 represores
del Circuito Camps.
Los jueces del Tribunal, acompañados por los
abogados de la Fiscalía, la defensa y la querella, arribaron en primer lugar a
la calle Pilcomayo 59 de Quilmes, donde funcionó un centro clandestino
destinado al alojamiento de “subversivos sujetos a la autoridad militar”, según
el testimonio vertido por el propio ex jefe de la Policía Bonaerense, Ramón
Camps, en la causa 44/85.
Durante la última dictadura cívico-militar, “Puesto
Vasco” era un edificio de una sola planta con oficinas, calabozos pequeños y
muy húmedos y una cocina que funcionaba como sala de torturas, al que se accedía
a través de un portón metálico que ocultaba el patio. Juan Destéfano, uno de
los sobrevivientes de este centro clandestino, logró reconocer ante los jueces ese
patio, a donde eran llevados los detenidos a “pasar un rato”.
El reconocimiento consistió en la visita al
patio y la cocina, aunque esta última no reviste las mismas condiciones que
aquella época.
Luego, el Tribunal, los fiscales y las partes
se trasladaron a la Avenida Libertador Nº 14.237, donde funcionó el Centro de
Operaciones Tácticas I de Martínez, partido de San Isidro, más conocido como “Coti
Martínez”, destinado al alojamiento de personalidades de reconocimiento público
como periodistas, dirigentes políticos y ex funcionarios del gobierno que fue
depuesto en 1976, al igual que “Puesto Vasco”.
En este caso, fueron dos los sobrevivientes
que presenciaron la inspección ocular y reconocieron el sitio: Juan Destéfano y
Carlos Iaccarino. Ambos pidieron ir al patio, al que identificaron como tal, a
través de un tanque de agua que se mantiene intacto y de una escalera de hormigón
por la que se ingresaba, aunque actualmente cuenta con una puerta de rejas que
funciona de acceso. Tanto Destéfano como Iaccarino coincidieron en que “Coti
Martínez” no sólo funcionaba como centro clandestino sino también de
exterminio, y relataron el día en que “trajeron un grupo de unas siete personas
encapuchadas y las asesinaron a todas, y después las cargaron a una camioneta o
camión y se las llevaron”.
Además
del patio, al que se podía ingresar de a pie por el acceso principal, ubicado sobre
Avenida Libertador, “Coti Martínez” contaba con dos habitaciones, una de
ellas destinada a sala de torturas e interrogatorio. Al fondo del patio había
una edificación que incluía tres celdas individuales y una más grande, una sala
de estar, un dormitorio personal y algunos baños. Según obra en la causa, “otra
particularidad de este Centro Clandestino de Detención fue la de no ocultar al
barrio las actividades que allí se desarrollaban, con la intención de sembrar
terror en el vecindario. De esta forma, según testimonios de testigos, se
escuchaban gritos y disparos de la mañana a la noche”.
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