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martes, 3 de diciembre de 2019

Tinkunaco 1.856/19 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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Posted: 02 Dec 2019 11:46 AM PST

¿ANARQUISMO O BARBARIE?

El desarrollo económico, técnico y del saber del mundo ha roto, en el mundo en el que vivimos, las morales y las ideologías dejando a los humanos en «pelota» doctrinal. En situaciones de crisis como esta, por comodidad y urgencia, se suelen recurrir a doctrinas que están en la buhardilla de los modos de pensar envejecidos. Y por eso aparece hoy en día de nuevo, en los medios intelectuales, la solución nihilista. Que al negar los valores en general parece que explica lo acaecido, cuando en realidad únicamente ofrece un relativismo que llega, al negarse a analizar críticamente el mundo, a una parálisis progresiva de la acción que sobre el mundo podríamos ejercer. Estos «nuevos» nihilismos son el blanco de la crítica acertada y dura del libro de Murray Bookchin.
El nihilismo actual, heredero del de Nietzsche a través, entre otros, de Foucault, es una vía, la más fácil y casi natural (pues es un dejarse ir) de ocultar la estructura de la sociedad actual y así evitar el tener que proponer una vida nueva que contrarreste eficazmente, término este muy odiado por estos relativistas, los efectos nefastos de esta sociedad.
El nihilismo de hoy está convirtiendo a algunos anarcos en anarco-plañideras, que se limitan a denunciar el mal, ya que esta cuasi-doctrina considera el Poder como algo invencible ante el cual sólo queda el recurso del gemido. El miedo ante ese Poder, que ellos magnifican, les hace olvidar los intereses comunes y «resuelven» sus problemas en oraciones breves y fervorosas, en jaculatorias sollozantes. La anarquía puede quedar reducida a un simple «Muro de las lamentaciones» donde se dan cita, para llorar, los neo-nihilistas de ahora. Todo quedará en gritos y llantos.
El mal, en lugar de localizarlo en el mundo real que nos rodea, se cristaliza en conceptos a los que se concede un estatuto de realidad. Es que este fundir en uno el nombre y la cosa nombrada ha sido una característica del nihilismo desde siempre. Se llega así a un «intelectualismo» que gusta por lo fino que es, ya que con él podemos jugar «in mente» con los conceptos-problemas, sin necesidad de mancharse las manos ni sudar.
Dice Bookchin que su inquietud, hoy, no reside en la ausencia de garantías de que aparecerá una sociedad libertaria sino en «si alguna vez se luchará por ella», en un periodo tan desesperado y decadente.
El sólo maldecir el mal que se nos hace, sin oponer una resistencia activa, conduce, querámoslo o no, a pedir un «salvador», alguien que nos «dé la libertad». Pero lo que los anarquistas querían era, precisamente, la supresión de las donaciones.
Hay que luchar por nosotros, no llorar por nosotros.
J. LOPEZ CAMPILLO,
Madrid, 28 de octubre de 1996

PRÓLOGO

Si, por una parte, a muchas personas les suena el nombre de Murray Bookchin, por otra, muy pocas, desgraciadamente, conocen su obra y por consiguiente su pensamiento. Simplemente, porque además de tarde en tarde y de forma esporádica, la mayoría de. lo que se ha venido publicando en el Estado español no eran libros enteros, sino más bien recopilaciones de artículos, que aunque trataran del mismo tema de la ecología, no permitían captar ni la sutileza, ni la complejidad, ni la coherencia de su pensamiento [1] este texto de Bookchin, traducido de la revista Green perspectives [2]nos permite descubrir su talento polémico, introduciéndonos en la racionalidad de su pensamiento y nos da a entender su capacidad de análisis. Sirva este de estímulo para abrir paso a otras publicaciones, aunque a veces nos pueda dar la sensación de ser un tanto excluyente. Para verdaderamente darnos una idea un poco más exacta de la riqueza, la coherencia y la actualidad candente de la obra de Bookchin habrá de esperar la próxima publicación de su obra maestra, The Ecology of freedom (La Ecología de la Líbertad) que salió, hace ya quince años en Estados Unidos: reeditada en Montreal (Canadá) en 1992 y de próxima aparición en castellano en Nossa y Jara Editores «Madre Tierra», Móstoles, Madrid. Claro que desde esa época han seguido muchas otras obras entre las que, últimamente destacan Defending the earth ed. Black Rose Books, Montreal, 1991, un debate enriquecedor entre Dave Foreman defendiendo la Ecología Profunda y Murray Bookchin por la Ecología Social; Dírect democracy, 1993: ideas para un municipalismo libertario [3] y Reenchanting Humanity, Cassel, Londres, 1995. En Francia se han venido publicando muchos de sus libros por la editorial «Atelier de Création Libertaire» de Lyon y casi toda su obra en Italia, sobre todo por la editorial «Eleuthera» de Milan.
¿Por qué entonces, tanta resistencia en este país para publicar las obras de Bookchin? No lo sabemos a ciencia cierta. Pero, desde luego Bookchin molesta. Molesta tanto a los libertarlos como a los ecologistas y a los marxistas.
«Una de las debilidades humanas, la más tenaz es la tentación, por parte de los individuos o grupos, cada vez que la realidad se pone dif-lcfl e incoherente, a recaer en las ideologías superadas, veánse arcáicas, para quedarse con un sentimiento de continuidad y seguridad...» «... Por desgracia, las tendencias paseistas ya no son tampoco una excepción para muchos llamados anarquistas (o libertarios, n.d.I.r.), algunos de los cuales han adoptado ideas místicas, a menudo abiertamente primitivistas, combinadas con toda clase de ecoteologías" e ideologías del culto de la dehesa... Otros también, se han dado la vuelta, sin ningún espíritu crítico, hacia las verdades eternas del anarco-sindicalismo, aunque éstas hayan desaparecido desde la Guerra Civil española de 1936-1939. [4]
Cuando sabemos el peso de la nostalgia debido a la gesta revolucionaria del anarco-sindicalismo en este país, entendemos mejor esta desconfianza hacia cualquier intento de renovación o actualización del pensamiento anarquista. Sirva este libro para abrir paso a uno de los pensadores más lúcidos de nuestra época y a su obra de una gran claridad analítica y, a la vez, de una rara coherencia constructiva, casi podríamos decir, existencial.
Y no se trata de poner a nadie por las nubes, sobre todo en nuestros medios, sino de comprender que, por su propia historia, Bookchin es un nexo de unión entre dos épocas, dos situaciones sociales, políticas y económicas muy distintas: la de los años treinta e incluso antes, con sus agudizadas luchas sociales y sus islotes «precapitalistas» altamente comunicativos y esperanzados y nuestra época que todos conocemos. Además no basta la teoría para comprender a un autor, ésta se nos revela como demasiado estrecha si no lo situamos dentro de la complejidad de sus emociones, relaciones y su evolución, o sea, de la corriente de la vida.
Bookchin nace en 1921, en una especie de vivero revolucionario. Crece en un barrio de Nueva York, el Bronx, donde se habían refugiado más de un millón de exiliados, sobre todo judíos rusos de tendencias revolucionarias muy diversas pero, eso sí, muy respetuosas unas de otras, por lo menos en un primer tiempo. Esta especie de pueblo dentro de la ciudad no tenía una estructura social adaptada al mercado capitalista y el valor principal no era el dinero. Se habían traído de sus pueblos de origen otros valores como la liberación, las luchas, las esperanzas que desarrollaban en tertulias y animados debates por la noche, después del trabajo. Para los judíos la salvación no estaba en la fe, como para los cristianos, sino en el saber. De ese valor se impregnó el niño Murray como también heredó esa capacidad de discutir las diferencias con tolerancia pero, eso sí, hasta donde fuera necesario y con gran talento de orador convincente.
«... Mis padres, ellos tenían fe en la Revolución rusa, no porque fueran marxistas, pero los Bolcheviques eran, a pesar de todo, lo mejor después de los tsares. Era una especie de nacionalismo ruso ... ». [5] A los nueve años entra en el movimiento comunista y empieza a devorar la literatura marxista con lo cual adquiere conocimiento de esta hasta sus más pequeños recónditos.
Pero no sólo con teorías y conocimientos se construye un hombre:
«... La casa estaba llena de rusos. Se quedaban ahí hablando en ruso y, en esa época comprendía casi todo lo que se decía. Empezaban por hacer música, esa música rusa tan irresistible, Senka Razibe, ese Robin Hood ruso, y todo eso. Y también esa canción rusa que canté el otro día de la cual la CNT hizo A las barricadas, pero los rusos le ponían más sentimiento. A las barricadas suena como una marcha militar pero se la pueda cantar diferentemente, de forma más estimulante. Maravillas, canciones como ésta que hablan de persecusiones y de esperanza. Y luego se metían a llorar ... » «... Lloraban, y yo estaba emocionado por la música, eso basta. Un niño escucha la discusión, pero no comprende gran cosa, pero la música sí que la comprende.» « ... Mis nanas han sido esas canciones, los cantos de la revolución, se ha formado en mí enorme reserva de sentimientos y también entendía relatos del viejo país, de la represión bajo la cual se había sufrido tanto... es así como uno se construye...» [6]
El joven Murray, de padres obreros y muy pobres, se incorpora a trabajar muy joven, vendiendo periódicos y luego en una fundición donde se interesa por el sindicalismo, hasta llegar a ser delegado de la sección y, más tarde, secretario de la unión sindical, pero no «liberado». En el Partido: «... Ante las órdenes, los decretos, los dogmas, tenía siempre un movimiento de rechazo...» «... Me llamaban entonces anarquista y me reprochaban una actitud individualista, pequeño-burgués ... » [7] Había perdido la fe en la Revolución rusa y vivió los acontecimientos de la Revolución española con especial fervor. Fue expulsado del Partido y se hizo trotskista en 1939. Y, poco a poco derivó hacia el anarquismo. Pero antes de declararse como tal vivió un acontecimiento que lo marcaría profundamente. «... En 1948, perdí la esperanza en este movimiento (obrero), cuando hemos vuelto al trabajo después de la gran huelga de los trabajadores del automóvil. Era una huelga totalmente libertaria y sin embargo, volvimos a un sindicato fuertemente centralizado, hemos accedido a todas las dulzuras, ventajas sociales, seguridad de empleo, exactamente como en Suecia, y los obreros han perdido totalmente su conciencia de clase ... » [8]
Por otra parte, se da cuenta de que el problema ambiental es tan acuciante que pone en peligro la propia integridad de la humanidad, además de las otras formas de vida. Para Murray Bookchin esa gran amenaza constituye la más patente contradicción del capitalismo, y a partir de los años cincuenta, se vuelca totalmente en las luchas ecologistas, antes que se generalizara la palabra «ecología» y elabora, paso a paso, la teoría y la filosofía de la Ecología Social. En 1974, junto con Dan Chordokoff, crea el «Instituto de Ecología Social» en Vermont, al norte de New York, todo y siguiendo debatiendo y escribiendo para ampliar su pensamiento del que este panfleto forma solamente un pequeño, aunque importante, aspecto. Porque cuando, en el movimiento alternativo pero sobre todo libertario, el desconcierto generalizado y la regresión nihi-
lista, se traducen por el «no somos nada, no queremos nada», es que ha calado bien hondo el pensamiento de los supuestos «relativistas», y es cuando la voz de Murray Bookchin adquiere todavía más importancia.
COLECTIVIDAD-FUNDACIÓN  LOS ARENALEJOS
Para la Investigación y el Desarrollo de laEcología Social.
Lista de Correos
29567 Alozaina. Málaga.
Teléfono: 95/211-25-30.

[1] Ver Por una sociedad ecológica, Gustavo Gili, 1978; Ecología Libertaria, ediciones Madre Tierra, 1991; un texto en El anarquismo y los problemas contemporaneos, ediciones Madre Tierra y algún otro más en la prensa libertaría. También traducciones y artículos sobre munícipalismo libertario en Libre Pensamiento y en Polémica, nº 61, primavera de 1996.
[2] Green Perspectives. A. Social Ecology Publication. P.O. Box 111 Burlington, Vermont 05402, Estados Unidos.
[3] Ver nota nº 1
[4] Escrito en 1992, sacado y traducido de un libro polémico editado en Francia por A.C.L. donde participaron, además de Bookchln, Daniel Colson, Marianne Enckell y Jacques Toublet: Anarcho-Syndicalisme et anarchisme, en 1994. Véase también «Self management and Tecnology», de Bookchin, en Interrogations sur l'autogestion, A.C.L., 1979.
[5] Bookchin. Entrevista de Peter Einarsson publicada en April nº 1, 1985, Estokolmo y publicada en francés por la revista suíza MA.
[6] Ibidem.
[7] Ibidem.
[8] Ibidem.

PREÁBULO

Raras veces se han puesto en tela de juicio de forma tan radical como en nuestro días los conceptos que definen literalmente lo mejor de la cultura occidental: sus nociones de una Historia llena de sentido, de una Civilización universal y de la posibilidad de Progreso. En décadas recientes, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, la elite intelectual y una subcultura de intelectuales que se autodenominan posmodernistas han fomentado un conjunto completamente nuevo de convenciones culturales que se derivan de un relativismo social, político y moral corrosivo. Este conjunto abarca un nominalismo, un pluralismo y un escepticismo burdos, un subjetivismo extremo, e incluso un nihilismo y un antihumanismo totales, en combinaciones y permutaciones varias, a veces de una naturaleza profundamente misantrópica. Este conjunto relativista es utilizado contra el pensamiento coherente como tal y contra el «principio de esperanza» (para hacer uso de la expresión de Ernst Bloch) que marcó la teoría radical del pasado reciente. Tales nociones se infiltran desde los llamados intelectuales radicales al público en general, donde toman la forma de personalismo, amoralismo y «neoprimitivismo».

 

CAPÍTULO I

En este «paradigma» actual, como se le llama con frecuencia, demasiado a menudo, el eclecticismo reemplaza a la búsqueda del sentido de la Historia; una desesperanza inmoderada reemplaza a la esperanza: las utopías pesimistas reemplazan a la promesa de una sociedad racional; y, en las formas más refinadas de este conjunto, una «intersubjetividad» vagamente definida -o en sus formas más groseras, una fabricación de mitos (mítopoyesis) primitivista- reemplaza a toda forma de razón, en particular de la razón dialéctica. De hecho, el mismo concepto de razón ha sido puesto en duda por un antirracionalismo deliberado. Al despojar a las grandes tradiciones del pensamiento occidental de sus contornos, matices y gradaciones, estos «poshistoricistas», «posmodernistas» y (para acuñar un nuevo término) «poshumanistas» relativistas de nuestros días, están, en el mejor de los casos, condenando el pensamiento contemporáneo a un pesimismo negro o, en el peor, subvirtiendo todo su significado.
Los críticos actuales de la Historia, la Civilización y el Progreso, con su proclividad a la fragmentación y el reduccionismo, han subvertido tan indiscriminadamente la coherencia de estos conceptos occidentales básicos que tendrán que ser redefinidos si queremos que sean inteligibles para las generaciones presentes y futuras. Incluso más inquietante, tales críticos casi han abandonado los intentos de definir los mismos conceptos que tan vehementemente condenan. ¿Qué es, después de todo, la Hístoría? Los críticos relativistas tienden a disolver el concepto en «historias» eclécticamente reunidas compuestas de una multiplicidad de episodios inconexos o, lo que es peor, tienden a disolverlo en mitos que pertenecen a grupos de sexo, étnicos o nacionales «diferentes», y que consideran ideológicamente equiparables. Los críticos nominalistas consideran en gran parte el pasado como una serie de «accidentes», mientras que los críticos subjetivistas exageran la importancia de las ideas como determinantes de las realidades históricas, que consisten en «imaginarios» que son esencialmente discontinuos los unos de los otros. ¿Y qué es, después de todo, la Cívilizacíón? Los «neoprimitivistas» y otros reduccionistas culturales han denigrado tanto el término que sus componentes racionales necesitan ahora una escrupulosa selección y separación de las irracionalidades del pasado y del presente. ¿Y qué es, finalmente, el Progreso? Los relativistas han rechazado todas las aspiraciones de aquél a la libertad en toda su complejidad, a favor de una muy de moda reivindicación de «autonomía», a menudo reducible a inclinaciones personales. Mientras tanto, los antihumanistas han despojado de toda pertinencia y sentido al concepto mismo de Progreso en el fárrago de la autodenigración humana que marca el carácter de los tiempos actuales.
Un escepticismo que niega todo significado, racionalidad, coherencia y continuidad a la Historia, que corroe la existencia misma de premisas, sin hablar de la necesidad de explorarlas, vuelve el discurso mismo prácticamente imposible. En efecto, las premisas como tales se han vuelto tan sospechosas que los nuevos relativistas consideran todo intento de establecerlas como prueba de enfermedad cultural, tal y como los analistas freudianos podrían considerar la resistencia de un paciente al tratamiento como síntoma de una enfermedad psicológica. Tal psicologización del debate cierra las puertas a la controversia. A los desafíos serios ya no se les considera en su justa medida ni se les da una respuesta seria; por el contrario, son rechazados como síntomas de un malestar personal y social.
Se ha permitido que estas tendencias se desarrollen de tal forma que ahora uno no puede lanzar una crítica de la incoherencia, por ejemplo, sin exponerse a ser acusado de tener «predisposición» a la «coherencia» o un sesgo «eurocéntrico». Una defensa de la claridad, igualmente inaceptable, provoca la acusación de reforzar la «tiranía de la razón», mientras que un intento de apoyar la validez de la razón es rechazado como una presuposición «opresiva» de la existencia de la misma. El intento mismo de definición es rechazado por ser intelectualmente «coercitivo». El debate racional es impugnado porque se le considera una represión de las formas no lingüísticas de «expresión», tales como los rituales, aullidos y danzas, o a escala pretendidamente filosófica, de intuiciones, preciencias, motivaciones psicológicas, de perspicacias «posicionales» que son dependientes del sexo o las características étnicas de cada uno, o de revelaciones de una u otra índole que a menudo alimentan un misticismo absoluto.
Esta constelación de puntos de vista relativistas, que van desde el burdo al intelectualmente exótico, no puede ser criticada racionalmente porque niegan la validez de las formulaciones conceptuales racionalmente independientes como tales, probablemente «limitadas» por las exigencias de la razón. Para los nuevos relativistas, la «libertad» termina donde comienza la racionalidad, en marcado contraste con los antiguos atenienses, para los que la violencia empezaba donde terminaba la discusión racional. El pluralismo, el descentrar significados, la negación de fundamentos y la unificación de lo idiosincrásico, de lo ética y socialmente contingente, y de lo psicológico, todo ello parece formar parte de la considerable decadencia cultural que se corresponde con la decadencia objetiva de nuestra época. En las universidades americanas, hoy día, los relativistas en todas sus mutaciones demasiado a menudo se refugian en las desconchadas «experiencias límite» de un Foucault; en una visión de la Historia como «representaciones colectivas» fragmentarias (Durkheim), «patrones de cultura» (Benedict), o «imaginarios» (Castoriadis): o en la asocialidad nihilista del posmodernismo.
Cuando los relativistas de hoy ofrecen definiciones de los conceptos a los que se oponen, típicamente los exageran. Censuran la búsqueda de fundamentos -un empeño que han convertido, característicamente, en un «ismo», «fundamentalismo»- como «totalista», sin tomar en consideración la necesidad patente de principios básicos. Que existen fundamentos que están confinados a áreas de realidad donde su exístencía es válída y conocíble parece eludir a estos antifundamentalistas, para los que los fundamentos deben bien abarcar al cosmos entero o no existir en absoluto. La realidad sería desde luego un misterio si unos pocos principios o fundamentos pudieran abarcar todo lo que existe, en verdad, todas sus innovaciones, que van desde el campo subatómico a la materia inorgánica, desde las más simples a las más complejas formas de vida y, finalmente, hasta el dominio de la astrofisica.
Algunos relativistas de la historia exageran la importancia de lo subjetivo en la historia a expensas de lo material. Ciertamente, los factores subjetivos afectan de forma obvia los desarrollos objetivos. En la época helenística, por ejemplo, según se dice, Herón diseñó máquinas de vapor; no obstante, hasta donde sabemos, nunca fueron utilizadas para reemplazar al trabajo humano, como sí sucedió dos mil años después. Los historiadores subjetivistas, podemos tener la seguridad, harían hincapié en los factores subjetivos de este hecho. Pero, ¿qué interaccíón entre factores ideológicos y materiales explica por qué una sociedad -el capitalismo- utilizó la máquina de vapor a gran escala para la fabricación de artículos, mientras que otra -la sociedad helenística- la utilizó para abrir las puertas de los templos con el objeto de desconcertar a las masas? Los historiadores excesivamente subjetivistas harían bien en explorar no sólo cómo tradiciones y sensibilidades diferentes produjeron estos usos dispares de las máquinas, sino también qué material así como qué factores sociales en general los favorecieron o produjeron. [1]
Otros relativistas históricos son nominalistas, al exagerar la importancia de lo idiosincrásico en la Historia, a menudo dando por supuestos una serie de principios básicos que es necesario explorar. Un pequeño grupo de gente en la antigua Judea, pongamos por caso, formularon un cuerpo de creencias monoteístas localizado y basado en características étnicas que en un punto cronológicamente posterior se convirtió en la base de la religión mundial judeo-cristiana. ¿No están estos dos sucesos relacionados? ¿Fue su conjunción un mero accidente? Concebir este amplio desarrollo de forma nominalista, sin investigar por qué los emperadores romanos adoptaron la síntesis judeo-cristiana en un imperio compuesto de muy diferentes culturas y lenguas que necesitaba urgentemente una unidad ideológica para impedir su completo colapsoes producir confusión más que esclarecer.
Quizá el aspecto más problemático del relativismo es su arbitrariedad moral. El relativismo moral de la trillada máxima: «Lo que es bueno para mí es bueno para mí, y lo que es bueno para ti es bueno para ti», apenas si requiere elucidación, [2] En la aparentemente más informe de las épocas que es ésta, el relativismo nos ha dejado con una moralidad solipsista y, en ciertas subculturas, con una política basada literalmente en el caos. El giro de muchos anarquistas de hoy hacia una subcultura altamente personalista y presuntamente «autónoma», a expensas de la acción y el compromiso social responsables, refleja, desde mi punto de vista, una abdicación trágica de un compromiso serio en las esferas política y revolucionaria.
Éste no es un problema frívolo hoy día, cuando cada vez más personas sin conocimiento de la Historia consideran el capitalismo como un sistema social natural y eterno. Una política enraizada en preferencias puramente relativistas, en reivindicaciones de «autonomía» personal que derivan ampliamente de un «deseo» individual, puede producir un oportunismo brutal y egoísta del tipo cuya prevalencia en la actualidad explica muchos males sociales. El capitalismo mismo, de hecho, formó su ideología básica sobre la igualación de la libertad con la autonomía personal del individuo, que Anatole France describió una vez de forma traviesa como la «libertad» de todos para dormir bajo el mismo puente sobre el Sena. La individualidad es inseparable de la comunidad y la autonomía apenas tiene sentido si no está firmemente incluida en una comunidad cooperativa.[3] Comparada con las potencialidades de la humanidad con respecto a la libertad, una «autonomía» relativista y personalista es poco más que una psicoterapia convertida en teoría social.
Demasiados de estos críticos relativistas de la Historia, la Civilización y el Progreso parecen menos unos teóricos sociales serios que unos asustados ideólogos antiguamente radicales que no han aceptado totalmente los fracasos de la Izquierda y del «socialismo existente» de estos últimos años. La incongruencia, tan alabada en la teoría actual, es debida en no poca medida a la reacción parcial y exagerada de los intelectuales franceses «de izquierdas» ante los acontecimientos de mayo-junio del 68, al comportamiento del Partido Comunista Francés e, in-
cluso en mayor medida, a las variadas mutaciones de la Santa Madre Rusia, desde el zarismo, pasando por el stalinismo hasta llegar al yeltsinismo. Demasiado a menudo, este desencanto proporciona una vía de escape a los antiguos «revolucionarios» para arrellanarse en la intelectualidad, para abrazar la socialdemocracia o simplemente para volverse hacia un nihihsmo vacuo que apenas constituye una amenaza para la sociedad existente. A partir del relativismo, han construido una barrera de escepticismo entre ellos y el resto de la sociedad. No obstante, esta barrera es intelectualmente tan frágil como el absolutismo unilateral que la Vieja Izquierda intentó inferir de Hegel, Marx y Lenin. La justicia me obliga a poner de relieve que, contrariamente al saber convencional sobre la Izquierda de hoy, nunca ha habido ningún «socialismo existente», a pesar de las reivindicaciones de los líderes de la Europa del Este de haberlo alcanzado. Ni era Hegel un simple teleologista, ni Marx un mero «productivista», ni Lenin el «padre» ideológico del despiadado oportunista y contrarrevolucionario Stalin. [4] En reacción a la pesadilla del sistema «soviético», los relativistas de hoy han reaccionado en demasía y exagerado las faltas de Hegel, Marx y Lenin, Han urdido una profilaxis ideológica para protegerse de los demonios aún no exorcizados de un pasado trágicamente fallido, en lugar de formular una filosofía creíble que pueda tratar los problemas que nos hacen frente ahora en todos los niveles de la sociedad y el pensamiento.
Los comentarios actuales sobre los oximorones «socialismos de mercado» y «estatismos minimalistas» de los «neo» y «posmarxistas» sugieren hasta dónde pueden conducirnos el relativismo político y las reivindicaciones de «autonomía».[5] Desde luego, es justo preguntar si el relativismo político de moda hoy nos proporcionaría algo más que una barrera tan fina como una hoja de papel ante el totalitarismo. El rechazo de los intentos de inferir continuidad de la Historia, coherencia de la Civilización y significado del Progreso por ser prueba de una mentalidad «totalizadora» o «totalitaria» en busca de fundamentos que lo abarquen todo, directa o indirectamente imbrica a la razón, en particular la de la Ilustración, con el totalitarismo e incluso trívíaliza de forma significativa la áspera realidad y el pedigree del totalitarismo mismo. De hecho, las acciones de los peores totalitarios de nuestro tiempo, Stalin y Hitler, estaban guiadas menos por principios objetivamente fundados o por ideas «fundamentales», que tan cínicamente expresaban en público, que por una especie de ética relativista o situacional. Para Stalin, que no era más «socialista» o «comunista» que «anarquista» o «liberal», la teoría no era más que una hoja de parra ideológica para esconder la concentración de poder. Pasar por alto el total oportunismo de Stalin es miópico en el mejor de los casos y cínico en el peor. Bajo su régimen, sólo un «comunista» irremediablemente dogmático que se las hubiera arreglado para salvar y superar los diferentes cambios de Stalin en la «línea del partido» podría haber tomado en serio a Stalin como «marxista-leninista». Hitler, por su parte, exhibió una increíble flexibilidad a la hora de sortear la ideología con fines estrictamente pragmáticos. En sus primeros meses en el poder, diezmó a todos los «verdaderos creyentes» en el nacionalsocialismo que había entre sus tropas de asalto a requerimiento de la casta militar prusiana, que temía y detestaba a la chusma nazi.
En ausencia de unos cimientos objetivos -nótese, las mismas potencialidades humanas que se han formado con el desarrollo natural, social, moral e intelectual de nuestra especie-, nociones como libertad, creatividad y racionalidad son reducidas a relaciones «intersubjetivas», sostenidas por preferencias personales e individualistas (¡nada más!) que son «resueltas» por otro tipo de tiranía -nótese, la tiranía del consenso-. Careciendo de fundamentos de cualquier tipo, careciendo de cualquier forma real y solidez, las nociones de «intersubjetividad» pueden ser espantosamente homogeneizantes debido a su aparentemente «democrática» lógica de consensualidad -una lógica que imposibilita el disenso y la disonancia ideológica tan necesarios para la innovación estimulante-. En la «situación discursiva ideal» consensual que Jürgen Habermas desplegó para oscurecer la visión socialista de los 70, esta «intersubjetividad», un «sujeto» o «ego» transcendental como mutada «voluntad general» rousseauniana, reemplaza a la rica elaboración de la razón. Hoy, este subjetivismo o «intersubjetividad» -sea en la forma del neokantismo de Habermas o del egoísmo de Baudrillard- se presta a una noción de «teoría social» como una cuestión de gusto personal. Meras construcciones de mentes humanas «socialmente condicionadas», flotando a la deriva en un mar de relativismo y ahistoricismo, rechazan una base objetiva potencial para la libertad en pro de evitar «Totalidades totalitarias» y la «tiranía» de un «Absoluto». En realidad, la razón misma es esencialmente reducida a «intersubjetividad». yuxtapuesta a las proclamas literarias de la «razón subjetiva» del personalismo y las secuelas americanas del misticismo, la redención individual y la conformidad, y las secuelas del pos-68 francés de las extravagancias posmodernistas, psicoanalíticas, relativistas y neo-situacionistas, el compromiso de Marx con el pensamiento profundo resultaría atractivo.
Las ideas que están objetivamente fundadas, a diferencia de las que son afirmadas de forma relativista, nos pueden proporcionar un cuerpo definible de principios a los que poder hacer frente seriamente. La coherencia fundamental y, en el mejor de los casos, la racionalidad de las opiniones objetivamente basadas, al menos las hace explícitas y tangibles, y las libera de los caprichos del personalismo laberíntico tan de moda hoy. A diferencia de un subjetivismo sin fundamento que es a menudo reducible, bajo la rúbrica de «autonomía», a preferencias personales, los fundamentos objetivos están al menos sujetos a los desafíos de una sociedad libre. Lejos de evitar la crítica racional, invitan a ella. Lejos de buscar refugio en una actitud evasiva nominalista indesafiable, se abren a la prueba de la coherencia. A pesar del relativismo corrosivo de Paul Feyerabend (en mi opinión, cínico) en contra, las ciencias naturales de los tres últimos siglos han estado entre los empeños humanos más emancipadores de la historia de las ideas -en parte debido a su búsqueda de explicaciones unificadoras y fundamentales de la realidad-. [6]
En el fondo, lo que debería siempre concernirnos es el contenido de los principios objetivos, ya sean éstos de la ciencia, de la teoría social o de la ética, no la condena frívola de sus reivindicaciones a la coherencia y a la objetividad per se.
Desde luego, a pesar de las afirmaciones en contra, el relativismo tiene su propia metafísica y sus propios «fundamentos» ocultos. Así, como sus propias premisas están enmascaradas, puede muy bien producir una tiranía ideológica mucho más paralizadora que el «totalitarismo» que imputa al objetivismo y a un «fundamentalismo» expresamente razonado. En la medida en que nuestro interés debiera centrarse en las bases de la libertad y la naturaleza de la razón, el relativismo moderno ha «descentrado» estos temas cruciales y los ha convertido en débiles expresiones de fe personal en una atmósfera general de escepticismo. Podemos optar por aplaudir al relativista que sostiene su fe estrictamente personal reiterando las palabras desafiantes de Lutero en Worms: Hier stehe ích, ích kann nicht anders («Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa»). Pero para hablar francamente, a menos que oigamos también un argumento racional que valide esta postura, uno basado en algo más que una inclinación subjetiva, ¿a quién le importa esta resolución?

[1] Además, a pesar de la tendencia a bifurcar objetividad y subjetividad, ninguna excluye a la otra. Existe una dimensión subjetiva en la objetividad y es precisamente la relación entre ambas lo que requiere una explicación.
[2] El relattvísmo moral ha sido recientemente terreno abonado para una forma de racionalidad puramente funcional o tnstrumental, que, bajo rrii punto de vista, es uno de los mayores ímpedimentos para un análisis social serio y una ética con sentido.
«La razón subjetiva», por uulízar la expresión de Max Horkheimer en The Eclípse o Reason que es responsable de un enfoque relativista, ha sido una de las mayores aflicciones del pensamiento angloamericano, no meramente entre la elite intelectual sino también entre el público en general.
[3] Habiendo sido proclamado que su autorrealización está en sus propias potencialidades, los seres humanos, no obstante, no pueden hacer lo que les viene en gana, a pesar de las afirmaciones de las «bellas almas», por usar la expresión de Hegel, que viven en un aislado promontorio de liberación personal y «autonomía» Independiente. Aquí Marx estaba bastante por delante de los anarquistas índivídualistas de hoy que, spray en mano, tienen la mala costumbre de desbaratar los intentos serios de organización e Investigación teórica con gritos de «¡Libertad ya!»
[4] Nada es más fácil, más engañoso y más engreído hoy día que exponer generalizaciones ahistóricas y radicales sobre figuras como la de Hegel, Marx y Lenin. Es prueba de la deplorable degradación Intelectual de nuestro tiempo que gente que debería guardarse de hacerlas, las haga tan a la ligera. De la misma forma, podría afirmarse que el totalitarismo de Stalin tenía sus raíces en la llamada «Tradición Republicana Atlántica» de Maquíavelo, ya que éste fue el autor de El príncípe, o en Platón, como hizo Karl Popper de forma tan notoria. No obstante, Hegel se hubiera opuesto, sin lugar a dudas, de forma decidida a los puntos de vista de Marx sobre la dialéctica: Marx podría muy bien haber desheredado a Lenin, como hicieron la marxista Rosa Luxemburg y los comunistas del Consejo Görter y Pannekoek: y Stalin hubiera ciertamente encarcelado a Lenin, como la viuda de Lenin le reprochó a Troski en 1925, después de que el antiguo jefe del Ejército Rojo empezara tardíamente a atacar a Stalin.
[5] Muchos de estos antiguos marxistas (especialmente los estudiantes de «La Nueva Izquierda» y sus profesores) viciaron los sesenta con sus dogmas favoritos, para luego «crecer» después de haberlo «pasado bien» (por decir con otras palabras una expresión cínica de muchos veteranos parisinos del 68) y ahora están viciando los noventa con escepticismo, nihilismo y subjetivsmo. Los obstáculos más graves al desarrollo de una auténtica Nueva Izquierda hoy día son los Alain Touraines, André Gorzes y Michael Walzers que se han adherido diversamente al «socialismo de marchado», al «estatismo minimalista» o han pluralizado conceptos de justicia y libertad que son perfectamente compatibles con el capitalísmo moderno. El peor destino que puede tener una idea es ser mantenida artiflcialmente con vida, mucho después de haber muerto históricamente, en forma de cursos para posgraduados en la New School for Social Research de Nueva York.
[6] Es fácil, cuando se crítica al científismo como una ideología, olvidar el papel que las ciencias naturales mísmas jugaron a la hora de subvertir las creencias en la brujería, y la superstición y en fomentar un enfoque secular y naturalista de la realidad. Me gustaría pensar que ya no creemos en Drácula, en el poder del crucifijo para rechazar a los vampiros o en el poder oculto de las mujeres para comunicarse con los demonios, ¿o lo creemos?

 

CAPÍTULO II

Lo que de nuevo suscita el problema de lo que son realmente la Historia, la Civilización y el Progreso.
La Historia, desearía afirmar, es el contenido racional y la continuidad de sucesos (con la debida consideración a los «saltos» cualitativos) que están basados en las potencialidades de la humanidad para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación, en el desarrollo autoformativo de formas cada vez más libres de asociación amistosa. Es la «infraestructura» racional, por así decir, que cohesiona las acciones humanas y las instituciones en el pasado y en el presente en dirección a una sociedad emancipadora y un individuo emancipado. Es decir, la Historia es precisamente lo que es racional en el desarrollo humano. Es lo que es racional, además, en el sentido dialéctico de lo implícito que se despliega, expande y comienza en grados variables a través de una cada vez mayor diferenciación para actualizar las potencialidades reales de la humanidad para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación. [7]
Inmediatamente se objetará que los sucesos irracionales, no relacionados con esta actualización, estallan sobre nosotros continuamente, en todas las épocas y todas las culturas. Pero en la medida en que desafían la interpretación racional, continúan siendo precisamente sucesos, no Historia, por muy significativos que sean sus efectos sobre el curso de otros acontecimientos. Su impacto puede ser muy poderoso, es seguro, pero no están dialécticarnente enraizados en las potencialidades de la humanidad para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación. [8] Pueden ser reunidos en Crónicas, el material con el que un Froissart construyó sus en gran parte ancedóticas «historias», pero no Historia en el sentido en que la describo. Los sucesos pueden incluso «adelantar a la Historia», por así decir, y finalmente sumergirla en lo irracional y en el mal. Pero sin una Historia cada vez más autorreflexiva, que el relativismo de hoy amenaza con extinguir, ni siquiera sabríamos que había sucedido.
Si negamos que la humanidad tiene estas potencialidades para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación -concebidas como un conjunto-, entonces, junto con muchos autodenominados «socialistas» e incluso antiguos anarquistas como Daniel Cohn-Bendit, muy bien podríamos concluir que «el capitalismo ha ganado», como lo expresó un amigo desilusionado que la «historia» ha alcanzado su término en la «democracia burguesa» (por muy tentador que este «término» pueda ser); y que lejos de intentar agrandar el dominio de lo racional y lo libre, haríamos mejor en instalarnos en el regazo del capitalismo y hacerlo un lugar de reposo lo más cómodo posible para nosotros.
Como mera adaptación a lo que existe, a lo «que es», tal comportamiento es simplemente animal. Los sociobiólogos pueden incluso considerarlo genéticamente inevitable. Pero no hace falta que mis críticos sean sociobiólogos para observar que los anales de la Historia exhiben una gran cantidad de adaptación y algo peor -irracionalidad y violencia, placer en la destrucción de uno mismo y de los demás-, y cuestionar mi afirmación de que la Historia es el despliegue de las potencialidades humanas para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación. En efecto, los humanos se han dedicado a la destrucción y se han deleitado con crueldades reales e imaginarias de unos contra otros que han producido infiernos en la tierra. Han creado las monstruosidades de los campos de exterminio de Hitler y los gulags de Stalin, por no hablar de las montañas de calaveras que los invasores tártaros y mogoles de Eurasia dejaron a su paso hace siglos. Pero estos anales apenas pueden suplantar a una dialéctica del despliegue y la madurez de las potencialidades del desarrollo social, ni es la capacidad de los humanos para infligirse crueldades unos a otros equivalente a sus potencialidades para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación.
Aquí, las capacidades y las potencialidades humanas deben ser distinguidas las unas de las otras. La capacidad humana para infligir daño pertenece al reino de la historia natural, a lo que los humanos comparten con los animales en el mundo biológico o «primera naturaleza». La primera naturaleza es el terreno de la supervivencia, de los sentimientos esenciales de miedo y dolor, y en ese sentido nuestro comportamiento sigue siendo animal, que de ninguna manera se ve alterado por la emergencia de lo social o «segunda naturaleza». Los animales inconscientes simplemente tratan de sobrevivir y adaptarse en mayor o menor grado al mundo en el que existen. Por el contrario, los humanos son animales de una clase muy especial son animales conscientes, tienen inteligencia para calcular y discurrir, incluso puesta al servicio de necesidades que comparten con formas de vida no humanas. La razón y el conocimiento humanos han servido comúnmente a objetivos de autopreservación y automaximización a través del uso de una lógica formal de conveniencia, una lógica que los gobernantes han adoptado para el control social y la manipulación de la sociedad. Estos métodos tienen sus raíces en el reino animal de las simples elecciones de «medios-fines» para sobrevivir.
Pero los humanos también tienen la capacidad de infligir dolor y miedo de forma deliberada, de utilizar su razón para satisfacer pasiones perversas, con el objeto de coaccionar a otros o simplemente por la crueldad en sí.
Sólo los animales conscientes, irónicamente capaces de innovación inteligente, con el Schadenfreude para deleitarse indirectamente en el tormento de otros, pueden infligir temor y dolor de forma fríamente calculada e incluso apasionada. La hipóstasis foucaultiana que considera al cuerpo como el «terreno» del placer sado-masoquista, puede ser fácilmente transformada en una justificación metafisica de la violencia, dependiente, con seguridad, de lo que «complace» a un ego perpetrador en particular.[9] En este sentido, los seres humanos son demasiado inteligentes para no vivir en una sociedad racional, para no vivir en el ámbito de las instituciones formadas por la razón y la ética que restringen su capacidad para la irracionalidad y la violencia. [10] En la medida en que no lo hacen, los humanos siguen siendo peligrosamente obstinados y criaturas no formadas con enormes poderes de destrucción así como de creación.
La humanidad puede tener una «potencialidad para el mal», como ha argumentado un colega. Pero que durante el curso del desarrollo social la gente haya exhibido una capacidad explosiva para perpetrar los más espantosos actos malvados no significa que la potencialidad humana esté constituida para producir el mal y una destructividad nihilista. La capacidad de ciertos alemanes para establecer un Auschwitz, en realidad, los medios y los objetivos para exterminar a todo un pueblo de forma terroríficamente industrial, no estaba inherente ni en el desarrollo de Alemania ni en el desarrollo de la racionalización industrial como tal. Por muy antisemitas que fueran muchos alemanes durante los dos siglos pasados, los europeos del Este lo eran tanto o más; el desarrollo industrial de la Europa occidental puede que haya hecho más por alcanzar la emancipación jurídica de los judíos durante los siglos XIX y XX que toda la piedad cristiana que mareó la vida preindustiial durante la Edad Media, En efecto, puede que el mal tenga una «lógica» -es decir, puede ser explicado-. Pero la mayor parte de los informes han explicado la evolución del mal en términos de actos y sucesos malvados adventicios, si es que esto pudiera considerarse una explicación. La toma de Alemania por Hitler, hecha posible más por trastornos económicos y políticos que por las opiniones raciales que éste abrazaba, fue precisamente un suceso terrible que no puede ser explicado en términos de ninguna potencialidad humana para el mal. El horror de Auschwitz yace casi tanto en su ínexplícabilídad, en su carácter extraordinariamente espantoso, como en las monstruosidades que los nazis infligieron de forma generalizada a los judíos europeos. Es en este sentido en el que Auschwitz sigue siendo obsesivamente Inhumano y en el que ha producido, trágicamente, una desconfianza duradera de mucha gente en la Civilización y el Progreso.
Cuando las explicaciones del mal no son simplemente narraciones de sucesos, explican el mal en términos de lógica instrumental o analítica. El animal consciente, el ser humano, que es depravadamente dañino, no utiliza la razón experimental de la dialéctica, la razón de la reflexión ética; ni una razón coherente y reflexiva, basada en el conocimiento de la Historia y la Civilización; ni siquiera el conocimiento de un «imaginario» ambiguo, arbitrario y autogenerado o una moralidad del gusto y el placer personales. Más bien, el animal consciente utiliza el cálculo instrumental para servir a fines malvados, incluyendo infligir dolor.
La existencia misma del irracionalismo y el mal en muchos fenómenos sociales de hoy nos compele a sostener un estándar claro de lo «racional» y de lo «bueno» por el que juzgar a lo uno en contra de lo otro. Una aproximación puramente personalista, relativista o funcional apenas será para establecer estándares éticos, como han demostrado muchos críticos del subjetivismo y de la razón subjetiva. Los gustos personales de los que el subjetivismo y el relativismo infieren sus estándares éticos son tan transitorios y efimeros como los estados de ánimo. Tampoco bastará una aproximacion nominalista: reducir la Historia a un surtido inexplicable de patrones o a productos inexplicables de la imaginación es negar al desarrollo social toda coherencia ética intema. [11] En efecto, una aproximación no ordenada, no graduada, no mediada reduce nuestra comprensión de la Histoiia a un eclecticismo burdo más que a una coherencia penetrante, a una exageración de las diferencias (¡tan fácil de hacer en estos tiempos despreocupadosl) y de lo idiosincrásico más que de lo significativo y universal, atrayendo las más de las veces al individuo sensato al diván del psicoanalista, en lugar de ayudarle a reconstituir un movimiento social de izquierdas en pro de la libertad de pensamiento.
Si nuestras opiniones sobre el desarrollo social deben ser estructuradas alrededor de diferencias que distinguen una cultura o periodo de otro, ignoraremos las tendencias subyacentes que, con extraordinaria universalidad, han expandido enormemente las condiciones materiales y culturales para la libertad en varios niveles de autocomprensión individual y social. Poniendo de relieve, de forma generalizada, las disyunciones, los grupos sociales aislados, las configuraciones únicas y los sucesos fortuitos, reduciremos los desarrollos sociales comparados y claramente comunes a un archipiélago de culturas, cada una de ellas esencialmente no relacionada con aquellas que la precedieron y siguieron. No obstante, muchas fuerzas históricas han emergido, declinado y emergido de nuevo, a pesar de los obstáculos formidables que a menudo parecen levantarse a su paso. No hace falta explicar «todo» en términos «fundamentales» para reconocer la existencia de problemas duraderos tales como la escasez, la explotación, la diferencia de clases, la dominación y la jerarquía que han atormentado a los pueblos oprimidos durante miles de años. [12] Si los críticos estuvieran en lo cierto al llamar a la dialéctica un misterio porque afirma abarcar todos los fenómenos con unas pocas fórmulas cósmicas, entonces, deberían sentirse obligados a considerar el desarrollo social humano como un misterio si afirman que carece de continuidad y unidad -es decir, las bases para una filosofía de la Historia-. Sin una noción de continuidad en la Historia, ¿cómo podemos explicar el extraordinario florecimiento de cultura y técnica que el Homo sapiens sapíens produjo durante el periodo magdaleniense, hace veinte o treinta mil años? ¿Cómo podemos explicar la evolución claramente no relacionada de sistemas complejos de agricultura en al menos tres partes separadas del mundo -el Oriente Medio, el Sureste de Asia y MesoAmérica- que aparentemente no han tenido contacto unas con otras y que estaban basados en el cultivo de granos muy diferentes, principalmente, trigo, arroz y maíz? ¿Cómo podemos explicar la enorme concurrencia de fuerzas sociales en la que, después de diez mil años de alzarse, estancarse y desaparecer, las ciudades, finalmente, ganaron control sobre el mundo agrario que había impedido su desarrollo, dando lugar a la «revolución urbana», como V. Gordon Childe lo llamó, en diferentes zonas del mundo que no podían haber tenido contacto unas con otras?
Mesoamérica y Mesopotamia, es evidente, no podían haber tenido ningún contacto desde tiempos paleolíticos, no obstante, su agricultura, pueblos y ciudades, alfabetización y matemáticas, se desarrollaron de forma extraordinariamente similar. Inicialmente recolectores del Paleolítico, ambas produjeron culturas altamente urbanizadas basadas en el cultivo de cereales, glifos, calendarios precisos, alfarería elaborada, por citar sólo las similitudes más llamativas. Los mesoamericanos conocían la rueda -aunque parece que no hacían uso de ella, probablemente por carecer de animales de tiro adecuados- así como el cero, y esto a pesar de la ausencia de cualquier clase de comunicación con las sociedades de Eurasia. Se requiere un asombroso desprecio de la unidad de la Civilización por parte de los relativistas de la historia para poder hacer hincapié, a menudo, en diferencias menores, tales como el vestido, algunas costumbres cotidianas y algunos mitos, a expensas de la considerable unidad de conciencia y desarrollo social que estas dos culturas exhibieron en continentes distintos después de muchos milenios de aislamiento la una de la otra.
La unidad de la evolución social apenas es viciada por perplejidades nominalistas tales como: «¿por qué no apareció un Lenin en Alemania en lugar de en Rusia en 1917-1918?» En vista de las grandes mareas de la Historia, podría ser más apropiado explorar -dejando de lado la gran fuerza de voluntad de Lenin y la flaccidez psicológica de Kerenski- si el proletariado tradicional fue alguna vez capaz de crear un «estado obrero»; en realidad, qué significaba verdaderamente ese concepto estatista cuando hombres y mujeres trabajadores estaban obligados a dedicar la mayor parte de sus vidas a arduas tareas a costa de su participación en la dirección de los asuntos sociales. El capricho, el accidente, la irracionalidad y los «imaginarios» ciertamente forman parte del desarrollo social para bien o para mal, pero no tienen literalmente ningún significado si no existe un estándar ético por el que definir lo «otro» de lo que estamos presuponiendo con nuestro estándar. [13] Al parecer, los factores accidentales y excéntricos deben ser elevados a nivel de teoría social en lugar de rebajados a nivel de minucias nominalistas para poder comprenderlos.
A pesar de los accidentes, fracasos y otras aberraciones que pueden alterar el curso del desarrollo social e individual racional existe un legado de líbertad,,, como titulé un capítulo clave de mi libro The Ecology of Freedom una tradición de creciente aproximación de la humanidad a la libertad y la conciencia de sí, en ideas y valores morales y en el terreno global de la vida social. Efectivamente, la existencia de la Historia como un despliegue coherente de las potencialidades emancipadoras reales está claramente verificado por la existencia de la Civilización, las potencialidades de la Historia materializadas y parcialmente actualizadas. Se trata de los avances concretos, materiales al mismo tiempo que culturales y psicológicos, que la humanidad ha hecho hacia mayores grados de libertad, conciencia de sí y cooperación, así como de racionalidad misma. Haber trascendido las limitaciones de los lazos de afinidad; haber ido más allá de la simple recolección y llegado a la agricultura y la industria: haber reemplazado al grupo local o la tribu por la cada vez más universal ciudad, haber ideado la escritura, producido literatura y desarrollado formas más ricas de expresión de lo que los pueblos analfabetos pudieran haber imaginado, todos estos y muchos más avances han proporcionado las condiciones para la evolución de nociones de individualidad cada vez más refinadas y para la expansión de nociones de razón que siguen siendo logros sorprendentes en nuestros días.
Es la razón dialéctica más que la razón instrumental la que percibe el desarrollo de esta tradición. En realidad, la lógica dialéctica apenas si puede ser tratada en plano de igualdad con las erupciones de brutalidad, por muy calculadas que estén, pues de ningún modo pueden compararse las capacidades epísódícas con una potencialidad en despliegue. La comprensión dialéctica de la Historia percibe diferencias en calidad, continuidad lógica y maduración en el desarrollo histórico, a diferencia de la cinética del mero cambio o de la simple directividad de la «dinámica social». Enrarecer los proyectos para la liberación humana hasta el punto de que sean «imaginarios» ampliamente subjetivos, sin relación con las realidades de la experiencia humana general y la penetración de la razón especulativa, puede hacer que pasemos por alto el impacto existencial de estos desarrollos y la promesa que anuncian de una libertad, conciencia de sí y cooperación siempre mayores. Damos por supuestos estos logros con demasiada facilidad, sin preguntarnos qué tipo de seres humanos seríamos si no hubieran ocurrido corno resultado de movimientos históricos y culturales más fundarnentales que los factores excéntricos. Estos logros, admitámoslo claramente, son Civilización, en realidad, un continuum civilizador que está, a pesar de todo, infundido de rasgos terriblemente bárbaros, animales más bien. El proceso civilizador ha sido ambiguo, como puse de relieve en mi «Ambigüedades de la Libertad», [14] pero, no obstante, históricamente, ha convertido a la gente en ciudadanos, mientras que el proceso de adaptación ambiental que los humanos comparten con los animales ha sido transformado en un proceso de innovación de gran amplitud y estrictamente humano en ambientes claramente alterables. [15] Es un proceso que alcanzó su mayor universalidad príncipalmente en Europa, por mucho que hayan aportado a la experiencia otras partes del mundo. Aquellos de nosotros que, es de comprender, temen que la barrera entre Civilización y caos sea frágil, en realidad presuponen la existencia de la Civilización, no simplemente del caos, y la exístencía de la coherencia racional, no simplemente de la incoherencia irracional.
Es más, la dialéctica de la libertad ha emergido una y otra vez en luchas recurrentes por la libertad, ideológicas además de fisicas, que han expandido duraderamente las metas generales de la libertad, la conciencia de sí y la cooperación -tanto en la evolución social como un todo, como en periodos temporales específicos-. El pasado está repleto de ejemplos en los que masas de gente, por muy dispares que fueran sus culturas, han intentado resolver los mismos problemas milenarios de formas extraordinariamente similares y con enfoques extraordinariamente similares. El famoso grito de igualdad de los campesinos ingleses durante la revuelta de 1381 -«Cuando Adán cavaba y Eva hilaba, ¿quién era el caballero?- es tan válido para las revueltas contemporáneas como lo fue hace seiscientos años, en un mundo que, supuestamente, tenía un «imaginario» muy diferente del nuestro. La negación de una historia universal racional, de la Civilización, del Progreso y de la continuidad social, vuelve imposible cualquier perspectiva histórica y, por lo tanto, desprovee de significado a cualquier praxis revolucionaria, excepto la que es cuestión de gusto personal, desde luego, a menudo, muy personal.
Incluso mientras los movimientos sociales intentan alcanzar lo que podrían llamar una sociedad racional, desarrollando las potencialidades de la humanidad para la libertad, la conciencia de sí y la cooperación, la Historia puede constituirse en un «conjunto íntegro» en continuo desarrollo. Este conjunto íntegro, debo recalcar, debe ser distinguido del «Absoluto» terminal hegeliano, como las exigencias de coherencia en un cuerpo de opiniones deben ser distinguidas de la adoración de tal «Absoluto» y tal y como la capacidad de la razón especulativa para deducir de forma dialécticamente lógica las potencialidades verdaderas de la humanidad para la libertad no es ni teleológica ni absolutista, y mucho menos «totalitaria». [16] No hay nada de teleológico, místico o absolutista en la Historia. La «integridad» no es un referente teleológico, cuyos componentes en evolución sean meras partes de un «Absoluto» predeterminado. Ni el despliegue racional de las potencialidades humanas ni su actualización en una «totalidad» eternamente dada están predestinados.
Tampoco es la resolución de nuestras potencialidades algún tipo vago de actividad suprahumana. Los seres humanos no son los instrumentos pasivos de un Espíritu (Geist) que soluciona su completa y final autorrealización y autoconciencia. Muy al contrario, son agentes activos, los auténticos «constituyentes» de la Historia, que pueden o no elaborar sus potencialidades en la evolución social. La tradición revolucionaria ha sido abortada aquí, discontinua allí -y por todo lo que sabemos, puede que finalmente sea abortada para la humanidad como tal-. Que una sociedad racional «última» exista incluso realmente como un «final de la historia» liberador está más allá del poder predictivo de nadie. No podemos decir cuál sería el campo de acción de una sociedad racional, libre y cooperativa, mucho menos presumir de tener conocimientos de sus «límites». En realidad, en la medida en que el proceso histórico llevado a cabo por agentes humanos vivientes es probable que expanda nuestras nociones de lo racional, lo democrático, lo libre y lo cooperativo, es indeseable afirmar dogmáticamente que tienen una finalidad. La Historia forma su propio ideal de estas nociones en momentos diferentes, que, a su vez, han sido expandidas y enriquecidas. Toda sociedad tiene la posibilidad de alcanzar un grado considerable de racionalidad, dadas las condiciones materiales culturales e intelectuales que lo permitan, o al menos, que estén disponibles. Dentro de los límites de un mundo esclavo, patriarcal, guerrero y urbano, por ejemplo, la polis de la antigua Atenas funcionó más racionalmente que Esparta u otras polis griegas. Es precisamente la tarea de la razón especulativa la de deducir Lo que debería existir en cualquier periodo dado, basado en las potencialidades reales para la expansión de estas nociones. Concluir que «el final de la historia» ha sido alcanzado con el capitalismo liberal sería deshacerse del legado histórico de estos magníficos esfuerzos por crear una sociedad libre -esfuerzos que se han cobrado un número incontable de vidas en las grandes revoluciones del pasado-. Por mi parte, yo y, probablemente, muchos revolucionarios de hoy, no queremos tener un lugar en tal «final de la historia»; ni quiero olvidar los grandes movimientos emancipadores, en todas sus formas, en pro de la libertad popular que ocurrieron a través de las épocas.
La Historia, la Civilización y el Progreso son las aplicaciones sociales dialécticamente racíonales que forman, incluso con todos los obstáculos a los que se enfrentan, un legado dialéctico de libertad. La existencia de este legado de libertad no niega de ninguna manera la existencia de un «legado de dominación», [17] que sigue perteneciendo al reino de lo irracional. De hecho, estos «legados» se entrelazan y se condicionan. Los ideales, las luchas y los logros humanos de aproximaciones varias a la libertad no pueden ser separados de las crueldades y las barbaries que han marcado el desarrollo social desde hace siglos, a menudo dando origen a nuevas configuraciones sociales cuyo desarrollo es altamente impredecible. Pero permanece una problemática histórica crucial, hasta el extremo de que la razón puede prever un desarrollo dado: ¿Será la libertad o la dominación la que es fomentada? Yo propongo que el Progreso es el avance -y, como todos probablemente esperan, el ascendiente- de la libertad sobre la dominación, que, claramente, no puede ser congelada conceptualmente en una eternidad aléstórica dada la creciente conciencia de esperanzas y opresiones que han salido a la luz en sólo unas pocas generaciones recientes. El Progreso también aparece en la mejora global, por muy ambigua que sea, de las condiciones de vida materiales de la humanidad, en la emergencia de una ética racional, con estándares cultos de sensibilidad y conducta, a partir de unos usos irreflexivos y una moralidad deísta, y en las instituciones sociales que fomentan el autodesarrollo y la cooperación continuos. Por muy escasas que sean nuestras exigencias éticas en relación con la práctica social, teniendo en cuenta todas las barbaries de nuestra época, ahora sometemos la brutalidad a juicios más duros de lo que se hacía en el pasado.
Es difícil concebir una ética racional -a diferencia de los usos irreflexivos y de los mandamientos de moralidad, como el Decálogo- sin criterios razonados del bien y del mal basados en las potencialidades reales para la libertad que la razón especulativa puede deducir más allá de una realidad dada Las «condiciones suficientes» para una ética deben ser explicadas racionalmente, no simplemente afirmadas en encuestas de opinión pública, plebiscitos o en un consenso «intersubjetivo» que no logra clarificar lo que constituye la «subjetividad» y la «autonomía». Cierto es que no es algo fácil de hacer en un mundo que alaba las palabras nebulosas, pero es necesario descubrir la verdad en lugar de trabajar con nociones que derivan de la «sabiduría» convencional de nuestro tiempo. Como Hegel insistía, incluso máximas, morales tópicas como «Ama a tu prójimo como a ti mismo» plantean muchos problemas, tales como qué es lo que queremos decir verdaderamente con «amor». [18]

[7] Ver mi «Introduction: A Philosophical Naturalism» The Philosophy of Social Ecology: Essays on Dialectical Naturalism (Montreal: Black Rose Books, 1990); la edición revisada será publicada por Black Rose en 1994.
[8] Desde luego, puede que haya una «lógica de los acontecimientos», pero sería la lógica de la razón analítica, basada en el mero causa-efecto y en el principio de identidad, «A=A», no en la razón díaléctíca.
[9] Ver James Míller, The Passíon o Michel Foucault (New York: Simon & Schuster, 1993).
[10] Ver mi próximo libro, Reenchanting Humanity (London: Cassell, 1995), para una discusión más detallada de estos temas.
[11] Irónicamente, vicia incluso el significado del anarquismo social como socialismo ético.
[12] No hallo consuelo en la noción de que los pueblos que no habían desarrollado un lenguaje escrito «disfrutaban» de una «sociedad opulenta», como diría Marshall Sahlins. Sus vidas eran muy a menudo cortas, sus culturas estaban gravadas por la superstición y carecían de un sistema sllábíco de escritura, y estaban normalmente en guerra unos con otros, por citar sólo las aflicciones más serias, contrariamente a las imágenes bucólicas de la Nueva Era.
[13] En realidad, incluso los historiadores nomínalístas que ven la Historia como una serie de accidentes, a menudo, y de forma tácita, presuponen la existen de lo «no accídental» (quizá incluso de lo racional) en un desarrollo social.
[14] Ver el capítulo 11 de mi The Ecology of Freedom (1982: reimpreso en Montreal: Black Rose Books, 1992).
[15] No sé de ninguna opinión tan parcial y perjudicial como la máxima de Theodor Adorno «Ninguna historia universal conduce del salvajismo al humanitarismo», pero hay una que conduce de la honda a la bomba de megatones». Este pronunciamiento pomposo y menos que reflexionado, unido al compromiso de Adorno con una negatividad que rechazaba la superación (Aufhebung), o los avances sociales e ideológicos, fue un paso hacia el nihilismo, en realidad, una desagradable demonización de la humanidad, que contradecía sus afirmaciones de la razón. Ver Negative Dialectícs, trad. E.B. Ashton (New York: Seabury Press, 1973), pág. 320.
[16] Evito deliberadamente las palabras Totalidad y Espírítu para impedir tal sugerencia.
[17] El título de otro capítulo de The Ecology of Freedom.
[18] G.W.F. Hegel, «Reason as Lawgiver», The Phenomenology of Spirit, trad. A.V. Miller (Oxford: Oxford University Press, 1977), págs. 252-256.

CAPÍTULO III

Creo que carecemos de una adecuada crítica de izquierdas para los problemas teóricos planteados por el hegelianismo clásico, el marxismo, el anarquismo, la socialdemocracia y el liberalismo, con el resultado de que hay serias lagunas en la exploración crítica de estos «ismos». Una exploración crítica de conjunto requeriría un análisis no sólo de los fallos del tema en cuestión, sino también de las presuposiciones ocultas de los críticos, Los críticos estarían obligados a definir claramente lo que quieren decir con los conceptos que están utilizando. Esta obligación autorreflexiva no puede ser eludida sustituyendo términos infrateorizados como «creatividad», «libertad» y «autonomía» por un análisis a fondo. La complejidad de estas ideas, su alcance, las tradiciones que las sostienen y las dividen unas de otras, y la facilidad con la que se puede abusar de ellas y, en el medio intelectual en el que son intercambiadas, separadas de las condiciones de vida sociales y materiales reales, todo esto requiere una considerable exploración.
Entre los importantes conceptos y relaciones que requieren elucidación está la tendencia a reducir la objetividad a la «ley natural» de la ciencia física. [19] En el sentido convencional científico del término, la «ley natural» preordena el futuro cinético de objetos que chocan entre sí. Puede incluso preordenar lo que una planta individual llegará a ser bajo las condiciones normales requeridas para su crecimiento. La objetividad, sin embargo, tiene una multiplicidad de significados y no se corresponde necesariamente con las «leyes» que las ciencias naturales buscan formular. Implica no sólo la materialidad del mundo en un sentido amplio, sino también sus potencialidades, como una forma muy real, aunque no realizada, estructurada para sufrir una elaboración. La evolución. de formas de vida clave hacia una creciente subjetividad, opción y flexibilidad de conducta -potencialidades reales y sus grados de actualización- y hacia la intelectualidad, el lenguaje y la institucionalización social humanas, es transparentemente clara. Una potencialidad objetiva es el implícito de lo que puede o no ser actualizado, dependiendo de las condiciones en las que emerge. Entre los humanos, la actualización de la potencialidad no está necesariamente restringida por nada, excepto por el paso del tiempo y la muerte, aunque no es libre de desplegarse incondicionalmente. Mínimamente, la actualización de las potencialidades de la humanidad consiste en su logro de una sociedad racional. Tal sociedad, por supuesto, no aparecería ab novo. Por su misma naturaleza, requeriría desarrollo, maduración o, más precisamente, una Historia -un desarrollo racional que puede ser satisfecho por el hecho mismo de que la sociedad está potencialmente constituida para ser racional-. Si la autorrealización de la vida en el mundo no humano es supervivencia o estabilidad, la autorrealización de la humanidad es el grado de libertad, conciencia de sí y cooperación además de racionalidad en la sociedad. Reducida mera o primariamente a «ley natural» científica, la objetividad es altamente atenuada. No abarca la potencialidad y el funcionamiento de la dialéctica en la realidad existencial, mucho menos su presencia como estándar para medir la realidad contra la actualidad en el despliegue de los fenómenos humanos.[20]
La afirmación de Marx de haber desenterrado «las leyes naturales de la producción capitalista» era absurda, pero presentar al relativismo como una alternativa es igualmente absurdo. En una época más joven y flexible, Marx afirmó penetrantemente: «No es suficiente que el pensamiento deba buscar su actualización; la actualidad misma debe esforzarse hacia el pensamiento». [21] El pensaniiento, como razón dialéctica, se vuelve transfomativo al dar forma al presente y al futuro en la medida en que la praxis racional humana actualiza objetivamente lo implícito. Hoy, cuando el subjetivismo es el rey supremo y cuando la respuesta común incluso a acontecimientos importantes es borrar todo significado y coherencia de la Historia, la Civilización y el Progreso, hay una necesidad desesperada de una objetividad que es inmensamente más amplia que la ciencia natural y las «leyes naturales», por una parte, y que un énfasis sobre lo idiosincrásico, lo «imaginario» y adventicio, por otra. Si los marxistas vulgares utilizaron la «ciencia» para convertir la afirmación ética de «el socialismo es necesario» en una aserción teleológica, a de que «el socialismo es inevitable», los críticos «posmarxistas» de hoy repiten una vulgaridad semejante al proclamar mordazmente la incoherencia en el campo de la teoría social. La reivindicación de la inevitabilidad del socialismo era burdamente determinista: la reivindicación de su necesidad era una explicación racional y ética.
La «intersubjetividad» y las «relaciones intersubjetivas», por su parte, no pueden explicar de forma significativa cómo está enraizada la humanidad en la evolución biológica, o lo que llamamos en términos generales «Naturaleza», mucho menos, al utilizar diestramente la expresión «construcción social», puede evitar la realidad evolutiva objetiva que la «Naturaleza» connota. De la misma forma que un nexo subjetivizado de las «relaciones intersubjetivas» disuelve la objetividad de los fenómenos sociales, de igual manera, un nexo subjetivizado de la «construcción social» disuelve la objetividad de la evolución natural, como si ni los fenómenos sociales ni la evolución natural tuvieran ninguna actualidad aparte de ser un par de categorías epistemológicas simplistas. Aquí, Kant reaparece de verdad, con la posible diferencia de que incluso su realidad externa noúmenal o inconocible haya desaparecido.
La dialéctica, debería recalcarse, no puede ser reducida simplemente a un «método», basándose en que pensadores dialécticos tan dispares como Aristóteles, Juan Escoto Erígena, Hegel y Marx abarcaron los diferentes campos del conocimiento y la realidad en formas y periodos diferentes. El conocimiento de la humanidad sobre la dialéctica ha sído en sí mísmo un proceso y el pensamiento dialéctico ha experimentado un desarrollo -un desarrollo acumulatívo, no un supuesto «cambio paradigmático» del mismo modo que los científicos se han visto obligados en las concesiones mutuas o superación de ideas a descomponer las comprensiones parciales en la naturaleza de la realidad y su devenir. [22]
Si bien la más general objetividad que el razonamiento dialéctico deduce no dicta que la razón prevalecerá, implica que debería prevalecer, combinando por ello la ética con la actividad humana y creando la base para un socialismo o un anarquismo verdaderamente objetivos y éticos. La razón dialéctica permite una ética en la historia apoyando la influencia racional de «lo que debería ser» contra «lo que es». La Historia, como lo dialécticamente racional, ejerce una reivindicación apremiante, por así decir, sobre nuestros cánones de conducta e interpretación de acontecimientos. Sin este legado liberador y una práctica humana que fomente su despliegue, no tenemos en absoluto ninguna base para juzgar lo que es creativo o lo que está estancado, lo racional o lo irracional, o el bien o el mal en ninguna constelación de fenómenos culturales que no sean preferencias personales, A diferencia de la objetividad limitada de la ciencia, la objetividad del naturalismo dialéctico es ética por su misma naturaleza, en virtud de la clase de sociedad que identifica como racional, una sociedad que es la actualización de las potencialidades de la humanidad. [23] Supera la estrecha objetividad de la ciencia con respecto al avance, por medio de inferencias racionales extraídas de la naturaleza objetiva de las potencialidades humanas, una sociedad que actualiza esas potencialidades cada vez más. Y es así basándose en lo que debería ser considerado como realización de lo racional, es decir, en el conocimiento racional del bien y en una congruencia conceptual entre el bien y lo socialmente racional que puede ser personificado en instituciones libres.
No es que el desarrollo social sea dialéctico porque es necesariamente racional, como un hegeliano tradicional pudiera suponer, sino que cuando el desarrollo social es racional, es dialéctico o histórico. Declaramos, en resumen, que podemos deducir de una potencialidad humana única un desarrollo racional que avanza la autorrealización humana en una sociedad libre, consciente de sí y cooperativa. La razón especulativa presenta aquí una reivindicación para discernir el desarrollo racional (de ninguna manera inmune a las vicisitudes irracionales) de la sociedad como debería ser -dada la potencialidad humana, como la conocemos en la vida real, para evolucionar del grupo tribal a una ciudadanía democrática, de la fabricación del mito (mitopoyesís) a la razón, del sometimiento de la persona a una colectividad popular a la individualidad en una comunidad racional- todo como fines racionales así como realidades existenciales. Deberíamos siempre recurrir a la razón especulativa para comprender y explicar no sólo lo que ha sucedido con respecto a esta problemática, sino también por qué se repite en grados variables, y cómo puede ser resuelta.
En un sentido verdadero, los pasados quince años o más han sido considerablemente ahistóricos, bien que repletos de acontecimientos, en la medida en que no han estado marcados por ningún avance duradero hacia una sociedad racional. En efecto, si acaso, parecerían inclinarse hacia una regresión, ideológica y estructuralmente, hacia la barbarie, a pesar de los espectaculares avances de la tecnología y la ciencia, cuyo resultado no puede preveerse. No puede existir una dialéctica, sin embargo, que trate «dialécticamente» lo irracional, la regresión hacia la barbarie, es decir, una Díaléctíca Negativa estrictamente. Tanto el libro de Adorno del mismo título como el de Horkheimer y Adomo The Dialectíc of Enlightenment que rastreaba el descenso «dialéctico» de la razón (en sentido hegeliano) hacia el instrumentalismo, eran poco más que una mezcla farragoso de retorcida verborrea neo-nietzscheana, a menudo brillante, colorista y excitantemente informativa, pero a menudo confusa, bastante deshumanizadora y, para hablar francamente, irracional. [24] Una «dialéctica» que carece de espíritu de trascendencia (Aufhebung) y niega la «negación de la negación» es espuria en su misma esencia.[25] Uno de los intentos más tempranos de tratar «dialécticamente» la regresión social fue la poco conocida «tesis de la retrogresión», llevado a cabo por Josef Weber, el teórico trostkista alemán que fue el líder en el exilio de la Intemationale Kommunisten Deutschlands (IKD). Weber fue el autor del programa de la IKD «Barbarie capitalista y socialismo» publicado en noviembre de 1944 en el New International de Max Schachtman durante los días más amargos de la Segunda Guerra Mundial, y planteaba la cuestión a la que se enfrentaban muchos revolucionarios pensantes de aquella lejana época: ¿Qué formas podría tomar el capitalismo sí el proletariado fracasara en hacer la revolución socialista después de la Segunda Guerra Mundial? [26] Como sugiere el título del documento de la IKD, no todos los marxistas, quizás menos de los que pudiéramos pensar, consideraban el socialismo «inevitable» o pensaban que habría necesariamente un «final» socialista «a la historia» después de la guerra. Efectivamente, muchos de los que conocí como disidentes trotskistas hace cincuenta años estaban convencidos de que la barbarie era un peligro tan serio para el futuro como el socialismo su mayor esperanza. [27] El panorama de barbarie al que hacemos frente hoy puede diferir en forma de aquel al que se enfrentaron los marxistas revolucionarios hace dos generaciones, pero no es diferente en especie. El futuro de la Civilización está todavía en la balanza y el recuerdo de visiones emancipadoras alternativas al capitalismo se está tornando más pálido con cada generación.
Aunque lo «imaginario» y lo subjetivo son ciertamente elementos del desarrollo social, el capitalismo contemporáneo está disolviendo firmemente la unicidad de los «imaginarios» de otras culturas más tempranas y diversas. En realidad, el capitalismo está nivelando y homogeneizando cada vez más la sociedad, cultural y económicamente, hasta el punto de que los mismos productos, técnicas industriales, instituciones sociales, valores, incluso deseos, están siendo «universalizados» hasta un grado sin precedentes en la larga carrera de la humanidad. En una época en la que los artículos manufacturados se han convertido en fetiches más potentes que los que «imaginaron» las culturas primitivas; en la que la corbata y el traje están sustituyendo a los tradicionales sarongs, capas y esclavinas; en la que la palabra business requiere cada vez menos ser traducida a los diversos vocabularios del mundo; y en la que el inglés se ha convertido en lengua franca no sólo de las llamadas «clases educadas», sino de la gente corriente (¿,necesito añadir más a esta lista inmensamente larga?), es extraño que lo que hay de idiosincrásico en diferentes constelaciones culturales esté adquiriendo ahora una importancia en el discurso académico que rara vez alcanzó en el pasado. Este discurso puede ser una forma de evitar un muy necesario examen de los desafíos planteados por los desarrollos capitalistas recientes, en vez de esto, los enmarañan en retorcidas discusiones que llenan densos tomos académicos y, particularmente en el caso de Foucault y el posmodemismo, satisfacen los «imaginarios» de individuos egocéntricos, para los que el bote de spray se ha convertido en el arma elegida para atacar al sistema capitalista y una cabeza rapada en la mejor manera de insultar a la pequeña burguesía convencional.
Para decirlo sin rodeos: ningún movimiento revolucionario puede crecer si sus teóricos niegan de forma esencial el «principio de esperanza» de Bloch, que el movimiento tanto necesita para una inspirada confianza en el futuro; si niega la Historia universal que confirma los arrolladores problemas comunes que han asediado a la humanidad a través de los tiempos, si niega los intereses comunes que dan a un movimiento la base para una lucha común en el logro de una distribución racional de los asuntos sociales: si niega la racionalidad procesual y una creciente idea del Bien basada en algo más que bases personalistas (o «intersubjetivas» y «consensuales»); si niega las poderosas dimensiones civilizadoras del desarrollo social (irónicamente, dimensiones que son, de hecho, tan útiles para los nihilistas contemporáneos poder criticar los fracasos de la humanidad); y si niega el Progreso histórico. No obstante, en la teoría actual, una serie de acontecimientos reemplazan a la Historia, el relativismo cultural reemplaza a la Civilización y un pesimismo básico reemplaza a una confianza en la posibilidad de Progreso, Lo que es más siniestro, la fabricación de mitos (mitopoyesis) reemplaza a la razón y la utopía pesimista al proyecto de una sociedad racional, Lo que está en juego en todos estos desplazamientos es una regresión intelectual y práctica de proporciones espantosas -un desarrollo especialmente alarmante hoy día, cuando la claridad teórica es absolutamente necesaria-. Lo que nuestra época requiere es un socíal-análisis que exija un movimiento revolucionario y popular, y no un psicoanálisis que produzca farisaicos repudios para «bellas almas», ideológicamente ataviadas con un velo de virtud personal.
Dada la disparidad existente entre lo que racionalmente debiera ser y lo que normalmente existe, la razón puede no estar necesariamente encarnada en una sociedad libre. Cuando, si es que sucede, el reino de la Libertad alcance su forma más expansiva, hasta el extremo que podamos imaginar, y si la jerarquía, las clases, la dominación y la explotación fueran abolidas alguna vez, estaríamos obligados a entrar en ese reino sólo como seres libres, como «animales conscientes» verdaderamente racionales, éticos y empáticos, con la mayor penetración intelectual y probidad ética, no como brutos coaccionados por una necesidad y un miedo feroces. El enigma de nuestro tiempo es si los relativistas de hoy día nos habrían equipado intelectual y éticamente para cruzar a ese reino más expansivo de libertad. No podemos ser simplemente conducidos a una mayor Libertad por fuerzas ciegas que no comprendemos, como dan a entender las moscas, mucho menos por meras preferencias que no se basan más que en un «imaginario», en los «instintos» o en «deseos» libidinosos. [28] Los relativistas de nuestro tiempo pueden, en realidad, jugar un papel siniestro si permiten que lo «imaginativo» nos haga perder contacto con el mundo objetivo. Pues en ausencia de estándares de conducta racionales y objetivos, la imaginación puede ser tan demoniaca como liberadora cuando tales estándares existen; de ahí la necesidad de la espontaneidad informada, y de una imaginación ínformada.
Los estimulantes acontecimientos de mayo-junio del 68, con la consigna: «¡La imaginación al poder!», fueron seguidos unos años más tarde de un arranque en la popularidad del posmodernismo y el posestructuralismo nihilistas entre la élite intelectual, por una insípida metafísica del «deseo» y una llamada apolítica a la «imaginación» nutrida de un anhelo de «autorrealización». Más que nunca, debo insistir, debemos invertir la sentencia de Nietzsche «todos los hechos son interpretaciones» y exigir que todas las interpretaciones estén enraizadas en la objetividad. Debemos buscar interpretaciones más amplias del socialismo que aquellas que encasillaron los ideales socialista en una ciencia y que estrangularon sus movimientos en instituciones autoritarias, En una época en la que vacilamos entre Civilización y barbarie, los apóstoles actuales de la irracionalidad en todas su formas son los demonios subterráneos de un mundo oscuro que ha resucitado no para explicar los problemas de la humanidad, sino para efectuar una negación desalentadora del papel que juega la racionalidad en la Historia y en los asuntos humanos. Mi inquietud hoy día reside, no en la ausencia de «garantías» científicas de que aparecerá una sociedad socialista libertaria -una sociedad que, a mi edad, no tendré nunca el privilegio de conocer- sino en sí alguna vez se luchará por ella en un periodo tan desesperado y decadente.

15 de Febrero de 1994.

[19] Hegel, con todos sus embrollos sobre la noción de Geist o «Espíritu» y a pesar de su concepción de un «Absoluto» predeterminado, al menos tuvo el buen sentido de distinguir entre el autodesarrollo de formas de vida no humanas, por ejemplo, y el autodesarrollo de la humanidad o, lo que es lo mismo, de la sociedad. Ver G.W.F. Hegel, «Introduction», Lectures on the History of Philosophy, vol. 1, trad. E.S. Haldane y Frances H. Simson (London: Routledge and Kegan Paul, 1955, 1968; New York: Ibe Humanities Press), págs. 22-23.
[20] La cosmología y la bioflsica de hoy, sin embargo, se están tropezando con fenómenos cuya explicación requiere los conceptos flexibles de desarrollo planteados por el naturalísmo dialéctico.
[21] Karl Marx, «Toward a Critique of Hegel's Phflosophy of Law: Introduction», Writings of the Young Marx on Philosophy and Society, trad. Lloyd D. Easton y Kurt H. Guddat (Garden City, N.Y.: Doubleday and Co., 1967), pág. 259.
[22] La obra de W.T. Stace Crítical History of Greek Philosophy, por ejemplo, muestra cómo una serie de antiguos pensadores griegos perfeccionaron enfoques crecíentemente plenos, pero aún parciales, para producir la filosofía dialéctica más avanzada de su época, especialmente la de Aristóteles. Ciertamente, el desarrollo de la penetración en la naturaleza dialéctica de la realidad no terminó con los griegos. Ni terminará con los pensadores de nuestro tiempo, de la misma forma que la ciencia no terminó en el siglo diecinueve, cuando tantos físicos pensaban que se podía añadir muy poco para completar la fisica newtoniana. En su historia de la filosofía, Hegel señaló no sólo diferentes grados de la razón dialéctica, que se aproximaban a diferentes grados de verdad (lo que de ninguna manera significa que fuera un «relativista»), sino también diferentes tipos de racionalidad «Compresión» o Verstand, del tipo del sentido común, y «Razón» o Vernunft, del tipo dialéctico-.
[23] Recientemente, el naturalismo dialéctico ha sido criticado por cometer la «falacia epistemológica» en la que los conceptos a priori se convierten en sus propias condiciones de validez, haciendo de la dialéctica como tal un sistema autovalidante. Y esto, como si el naturalismo dialéctico no estuviera estructurado alrededor de la realidad de la potencialidad y fuera puramente una forma de razón especulativa a priori. No obstante, estos críticos suelen utilizar la clase de lógica que emplea el concepto más a príoi, tautológíco en realidad, de todos, el principio de identidad, A es igual a A, prefiriéndolo a la razón dialéctica.
[24] Este enfoque no es nuevo para mí. En The Ecology of Freedom completado en 1980 y publicado en 1982, me esforcé en indicar que «The Dialectic of Enlightenment no es en realidad ninguna clase de dialéctica, al menos en su intento de explicar la negación de la razón a través de su propio autodesarrollo» (pág. 382). Mi respeto por la Escuela de Frankfurt descansaba de forma general sobre sus críticas penetrantes del positivismo, que fue la novedad filosófica dominante en las universidades americanas y la teoría social (la llamada «sociología») de los años 40 y 50, y en sus diferentes comprensiones de la filosofía hegeliana. Hoy, estas valiosas contribuciones han sido ampliamente superadas por la facilidad con la que el trabajo de la Escuela de Frankfurt ha fomentado las ideas posmodernistas en los Estados Unidos y Alemania, y también por hasta qué punto sus productos, especilamente los escritos de Adorno, se han convertido en artículos de consumo para los intelectuales.
[25] Tampoco una paradoja verbal que contrasta ideas aparentemente relacionadas, pero que son opuestas, o coloristas expresiones de alteridad, constituye una dialéctica en el sentido en el que lo he expuesto aquí, por mucho que parezca asemejarse a las formulaciones de Hegel o a lo mejor de Marx. Esta clase de empeños provocadores de Adorno a menudo resultan poco más que eso, provocaciones.
[26] Presentado por el Auslands Kommltee (Corriité Exterior) del IKD, este enorme documento precedió con mucho a Socialisme ou Barbarie. Las Ideas que expuso, no obstante, son discutibles hoy día. Extrapolando los aparentes objetivos bélicos de Hitler a principios de 1940 -reducir los países industrializados de la Europa Occidental a meros satélites del capital alemán, y agrarizar y despoblar el Este- al mundo en general, esta teoría del imperialísmo (y la barbarie) argumentaba que el capítal no sería exportado a países subdesarrollados, sino que, muy al contrario, los recursos que éstos poseyeran serían Implacablemente explotados.
[27] Ni tampoco, a finales de los 40, considerábamos el movimiento obrero -en realidad, los «consejos obreros» o «el control obrero de la industria»- como revolucionario, especialmente con las secuelas de las grandes huelgas de finales de los 40 que me afectaron directamente como trabajador.
[28] La noción de un «Instinto de libertad», alabado por muchos teóricos radícales, es un oximoron total. El carácter apremiante, en realidad, detemlínista, del instinto lo hace ser la antítesis de la libertad, cuyas dimensiones liberadoras están basadas en la elección y la autoconsciencia.

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Posted: 02 Dec 2019 11:32 AM PST
Uno de los mayores teóricos sobre la enajenación en las sociedades modernas fue Erich Fromm, que en su obra 'El arte de amar' considera que el amor no es un objeto (que debe "encontrarse"), sino una facultad (la cual debe crearse y ser desarrollada). En esta sociedad de la enajenación, el individuo suele mostrar un temor consciente a no ser amado cuando el miedo auténtico, puede que a veces inconsciente, es a amar de forma real. Desgraciadamente, y una muestra es el creciente éxito de superficiales libros de autoayuda, una gran parte de personas esperan encontrar alguna receta del tipo "cómo debe usted hacerlo" y eso suele llevarse también al terreno afectivo. El amor es una experiencia personal y, considerándolo un arte, sí pueden establecerse unos requisitos generales como en cualquier otro.
https://www.youtube.com/watch?v=vSxgefTtOc4

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Posted: 02 Dec 2019 11:26 AM PST
Panfleto redactado por el programa de radio "La Contratertulia" para repartir en la manifestación del clima del viernes 6.
La acelerada presión de la Economía, empresas y Estados sobre la naturaleza y sus ecosistemas lleva a su degradación y/o destrucción en muchos casos irreversible.
El Sistema Capitalista sostenido por los Estados, en nuestro caso en forma de “Democracia” parlamentaria, el “Desarrollo”, el “Progreso”, significan deforestación, anegación, contaminación, urbanización, extracción, enfermedad,extinción...
Aún suponiendo que sus científicos y tecnólogos, cual modernos alquimistas, diesen con la definitiva fuente de energía limpia e inagotable, no cesarían su espiral de conquista y humillación de lo vivo y los vivos.
Ciencia y tecnología capitalistas trabajan para el perfeccionamiento de la eficacia de sus medios de, por un lado, la alienación , el sometimiento y el control social mas asfixiante sobre los pueblos y las sociedades que, inermes, no son capaces de enfrentar sus planes, y por otro lado, de su capacidad de expolio, parasitación y devastación del Medio.
Y esto no es sólo un problema medioambiental, es parte del PROBLEMA SOCIAL. Los poderosos, asaz egoistas, carecen de límite en su ansia de acumulación de dinero y poder, de bienes y propiedades, porque toda esta destrucción no sucede por una humanidad cuyo estallido demográfico haya saturado el planeta y lo esquilme por desesperada supervivencia. La “huella ecológica” de Amancio Ortega, de uno sólo de los miles de obscenos millonarios egoistas y acaparadores, equivale a la de millones de personas humildes.
No existe solución dentro del Capitalismo. Dentro del Capitalismo, azul, rojo o verde, otro mundo no es posible. El Estado no es ese ente benefactor que limitará la voracidad del Capital, con el que medra en relación simbiótica, por el contrario, lo defenderá a muerte, cómo vemos pasa ahora mismo en diferentes lugares del mundo.
El fin de la acumulación capitalista y de su pareja destrucción de La Tierra vendrá de mano del fin de la explotación y el sometimiento de las personas. El fin de la injusticia ambiental es inconcebible sin el fin de la injusticia social, y es imposible sin un proceso revolucionario que aspire a extirpar los cánceres del mundo, en avanzada metástasis ...El dinero, la propiedad privada, la especulación y la acumulación, o sea, contra el Capitalismo y los Estados que lo sostienen.
Si, un cambio radical que exigirá desurbanizar, desmantelar, descarbonizar, demoler. Destruir y construir, expropiar y repartir.
Unas sociedades humanas igualitarias, autogestionadas, respetuosas y guardianas de la Madre Naturaleza, donde la justicia y la equidad sean la base, austeras y eficaces, son el sabotage, la pesadilla de los capitalistas, pues no pueden ser expoliadas y convertidas en beneficio y, porque exigen el fin de las clases, el fin de los ricos, del lujo y el despilfarro.
Sólo alcanzaremos el equilibrio medioambiental de mano del equilibrio social.
Sin Revolución no hay salvación.
ESCUCHA “LA CONTRATERTULIA”
LA VERDAD DUELE

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Posted: 02 Dec 2019 11:09 AM PST
Entrevista a un compañero de la región de Chile partícipe desde los primeros días de la revuelta
Nos visitó un compañero que aprovechando unos días de este lado de la cordillera nos contó cómo transcurre la insurrección en Chile. Con datos políticos e históricos precisos que se intercalan con el éxtasis del acontecer insurreccional, nos expresa que lo que está sucediendo en Chile “es impresionante verlo, de eso se tratan nuestras ideas, y cuando las vemos llevadas a la práctica por miles de personas, nos damos cuenta de que no eran solo, en efecto, producto de la imaginación, y eso se ha visto en las calles, de una manera radical” 
Anarquista, abogado y observador de DDHH, J.C presenció desde los primeros días la gestación de esta revuelta en el territorio de Chile que día tras día interrumpe la normalidad capitalista. Reflexionamos, entre otras cosas, sobre las primeras movilizaciones estudiantiles que dieron lugar a la insurrección popular generalizada, la tensión entre espontaneidad-organización, la superación del miedo a los ecos dictatoriales del `73, el rol del anarquismo y de lo anárquico en la revuelta, el Derecho como lenguaje del Estado y como herramienta para hacerle frente a la legalidad burguesa, el peligro para el gobierno actual al no tener líderes populistas con los cuales negociar, el lugar de la izquierda chilena, la policía chilena como herencia del pinochetismo reforzada en democracia, el apoyo mutuo en las calles, el papel de la primera línea, la demolición de estatuas del colonialismo, la simbología y la invención del pueblo en lucha, las violencias patriarcales, y la tensión entre Asamblea constituyente como fetichismo jurídico y las asambleas territoriales-populares como órganos de la comunización anti-estatal.
No se espante por la extensión de esta entrevista-crónica-texto. Escúchela, incorpórela, difúndala. Nos nutre, nos forma, nos advierte. Creemos en la necesidad de construir un periodismo por y para nuestra clase. Creemos en la necesidad de construir vínculos de solidaridad internacional frente al miserable nacionalismo que inculcan los Estados.

“Ya nada nos dará lo mismo porque lo mismo nunca nos dará nada”.
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GN: Observando el progreso de la revuelta en el territorio ocupado por el Estado de Chile y viendo cómo les estudiantes abrieron la oportunidad de mostrar el descontento acumulado, ¿cómo dirías que se gesta y surge la revuelta? ¿Cuánto existe de espontaneidad (si es que la hay) y cuánto de intención rebelde (no recuperable para la política partidista) materializada en organización, politización, agite, etc., a lo largo de los años?
JC: Yo creo que son las dos cosas, no creo que la espontaneidad sea contradictoria con la organización. Yo creo que la espontaneidad tiene más que ver con lo que surge directamente del terreno social en el cual se está inserto, y que, claro, las organizaciones que siempre somos muy minoritarias, que podemos realizar anarquistas, u otras organizaciones revolucionarias anti-capitalistas y anti-autoritarias apuestan a la organización y a la propaganda, pero siempre hemos sabido que no podemos hacer una insurrección ni revolución nosotros solos, salvo del estilo de vida, la insurrección individual que le llaman. Pero creo que Chile es un muy buen ejemplo de cómo ambas cosas confluyeron, porque la verdad es que Chile tiene una larga historia de organización anti-autoritaria que ha pasado por distintas fases, distintos niveles de crecimiento y apoyo; pero una cosa es innegable, la juventud en Chile, sobre todo en los liceos, tiende como espontáneamente a posiciones anárquicas. Allá ya la influencia de la izquierda estatista sigue siendo bastante fuerte; pero no fueron ellos los que estuvieron detrás de esta revuelta, por lo menos en la fase inicial. Sino que en efecto, fueron los estudiantes de liceo, que llevaban una lucha larga, sobre todo el año pasado que estuvieron combatiendo. 

Algunos liceos emblemáticos del centro de Santiago salían a la calle, barricadas, bombas incendiarias contra las fuerzas policiales, y eso llevó a un momento bien extraño a fines del año pasado. El gobierno de Piñera, para enfrentar todo eso propone una ley llamada “Aula segura”. Era una ley que parecía absolutamente innecesaria desde el punto de vista jurídico formal, porque para los adolescentes que cometen delitos, ya hay un sistema penal que puede juzgarlos desde los 14 años. Es obvio que es posible, para el Estado, criminalizar a alguien si este cometió un delito, aunque sea adolescente, y también los liceos tenían reglamentos que permiten expulsiones por problemas en la convivencia en la escuela. Pero pese a eso el gobierno se jugó para combatir, digamos, la violencia estudiantil con la ley “Aula segura”, la que los cabros bautizaron inmediatamente como “Jaula segura” que permitía expulsiones express mientras se investigaba. Pese a que muchos expertos dijeron que no tenía sentido, era innecesaria, la aprobaron igual y este año empezaron a aplicarla. Entonces, a los que pillaban sospechosos de cualquier acción de violencia, a algunos los suspendían,  los expulsaban, hubo recursos judiciales, en fin. Pero eso fue gatillando que, si bien en algún momento de este año parecía que la violencia se había acotado a algunos liceos, sobre todo el Instituto Nacional de Santiago, que está en pleno centro, a una cuadra de casa de gobierno, al lado de la estación de metro que conecta con otras estaciones, ellos estuvieron combatiendo todo este año, a tal punto que la clase dominante no sabía qué hacer, si cerrar el instituto, mandarlos a otros liceos, cerrar el año escolar. Pero la organización era constante. Casi todos los días, un grupo de encapuchados salía a hacer barricadas y desde los techos enfrentaban a la respuesta policial. Pasó a ser permanente; uno pasaba por ahí y siempre estaban las fuerzas policiales rodeando el establecimiento y, curiosamente, llegó un momento en que parecía que eso había bajado un poco y justo se produce el alza de los precios del transporte, del metro. 

Eso se acompaña de una serie de provocaciones por parte de los gobernantes, como que dicen, bueno subimos el pasaje, pero el del horario temprano se bajó, así que a los que madruguen se los va a ayudar con esta tarifa rebajada; lo cual causó enojo, indignación. Justo en ese momento ocurrió la revuelta de Ecuador; y como se comunican todas las cosas, todo el mundo supo de ella. Mucha gente se quejaba, diciendo que el pueblo chileno estaba totalmente adormecido, y eso no va a pasar. Y frente al alza del precio de transporte, la organización de los secundarios es bien fuerte; una dominada por la juventud del partido comunista, partido pseudocomunista y la ACES, Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, que es más combativa, ligada a apoyar cuestiones más de ultraizquierda o semi anarquistas. Pero digamos que ninguno de ellos estuvo detrás de esto, sino que el concreto fue un curso de estudiantes del Instituto Nacional, que se iba a hacer una evasión. Todo el curso bajó al metro, que lo tienen al lado, y por sorpresa, con alegría, masividad, lograron pasar sin pagar, filmaron eso, y editaron con música bastante alegre como skapunk. Y eso prendió. 
Entonces, incluso estas organizaciones dijeron, eso no lo organizamos nosotros, pero obviamente que estamos de acuerdo. Y ahí empezó, esto fue el Lunes 14. Empezó a ocurrir que los secundarios se organizaban para hacer esas evasiones masivas, esto fue escalando. El día miércoles el gobierno metió a fuerzas especiales de carabineros en las estaciones del metro. Los diarios, la prensa burguesa escribía “las evasiones continúan, y empiezan a obtener respaldo de los adultos”. Y el jueves, ya en cualquier estación de metro que fueras, veías grupos de estudiantes metiéndose y adultos ayudando. Eso era algo bastante único. Yo ese mismo jueves me di cuenta que algo iba a pasar, que el viernes iba a escalar. Pero nunca a tal magnitud. 

Las evasiones siguieron, los metros estaban fortificados, con fuerzas especiales, restringidos los accesos. Dentro se empezaron a producir batallas, arrestos, rescates de los detenidos. Y lo que había sido primero un movimiento, en el cual los estudiantes no estaban destruyendo todo, sino que destruían los accesos cuando se los bloqueaba para entrar, y a veces, en la carrera al entrar se rompían cosas, pero no había una labor metódica de destrucción. Hasta que tuvieron que enfrentarse con la policía. Y ahí, me acuerdo, el viernes estuve en la evasión masiva convocada en una estación de metro y fuimos a observar con un par de colegas. Y ahí lo mismo, evasión masiva, llegó la fuerza especial de carabineros, reprimió duramente y como respuesta a esa represión, la batalla terminó con la estación completamente destruida, en una batalla de una ola masiva, contra una fuerza policial numerosa y muy bien acorazada, con trajes. Estaba ocurriendo eso en varios puntos de Santiago, y ahí la cosa empezó a prender de una manera que nadie se esperaba.
Por eso, en relación con la  pregunta, había organizaciones libertarias, organizaciones a nivel de secundario, sí, desde hace mucho tiempo, pero lo que paso ahi fue que espontáneamente se reaccionó en un punto de la tarde, como a las cuatro de la tarde. Lo mismo estaba pasando en muchas estaciones de metro, y el gobierno anunció que iban a cerrar el metro, suspendieron también los buses, en una maniobra muy complicada porque querían volver a los trabajadores en contra del movimiento, porque mucha gente trabaja muy lejos de su casa en Santiago.

Entonces se produjo un escenario en donde la normalidad capitalista ya estaba totalmente interrumpida y empezaba a haber disturbios en diferentes partes, y en ese momento anuncian en cadena nacional que iban a aplicar la Ley de seguridad interior del Estado, una ley de los años 50, de la dictadura de Pinochet, que permite aplicar penas mucho más graves por delitos comunes que no tienen penas tan altas. Dieron el anuncio y eso provocó una insurrección generalizada en todo el país. creo que nadie había visto en Chile algo asi. Yo recuerdo durante las protestas en la dictadura, algunas eran espontáneas, pero la mayoría se organizaban, se preparaban. Eran uno o dos días al mes las protestas nacionales, y el resto eran acciones de una minoría activa que se organizaba, a veces formaba apoyo de masas. Pero lo que pasó aquí en Chile el 18 de octubre fue la protesta más potente de la historia que haya podido ver, porque todo el país estalló al mismo tiempo.
Leí reportes de compañeros que decían que en el centro había barricadas cada dos cuadras. Hay fotos que muestran el centro de Santiago y se ve fuego por todos los rincones. A medida que empezó a oscurecer ya la cuestión se desplazó a todas partes y empezó a haber ataques a bancos, farmacias, estaciones en metro. Eso termina en que hacia la noche, sale Piñera con su primo Chadwick, que era el ministro de interior, personaje siniestro ligado a la dictadura, cabeza del crimen contra Catrillanca, y varios mas. Ahí anuncian Estado de excepción constitucional, Estado de emergencia, militares a las calles.
La cosa no se calmaba, la noche la calmó en partes, hubo conflicto en varios puntos. Al Otro dia, el 19, yo por lo menos pensé “qué hermoso momento insurreccional, pero con los milicos en las calles la gente no va a querer seguir manifestando”. Pero todo lo contrario, la gente salió más a la calle, repudió la presencia de los militares. Y ahí el movimiento creció a un punto que nunca paró y hasta el momento sigue como todos lo conocemos.  Así es cómo se gatilló. En ese sentido, pienso que fue una revuelta absolutamente espontánea, no en el sentido de que nadie estuviera preparado para eso, pero sí en el sentido de que nadie pudo prever que los acontecimientos de esa semana llevarían a una escalada tan grande de rebelión, de insurrección. Ahora, yo creo que en gran medida ayudó la soberbia y estupidez del gobierno. Unos gobernantes más hábiles, en algún momento hubieran apostado a descomprimir el conflicto, pero en todo momento su estrategia fue, y hasta la prensa burguesa lo dijo, apagar el fuego con bencina. Yo creo que ya lo venían haciendo desde la ley de “Jaula segura”, pero desde ese momento la insurrección ya dejó de ser una movilización estudiantil y pasó a ser una rebelión popular en todo Chile. 

GN: Cuando el gobierno redobla la apuesta y anuncia el Estado de emergencia, saca los milicos a la calle, ¿existieron asambleas en la calle para debatir si se sigue, no se sigue? ¿O también existió esa espontaneidad que al ver el redoble del Estado se salió a repudiar eso sin previa organización?
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JC: El sábado a la mañana no alcanzó a haber ninguna asamblea, la gente intentó copar la plaza “La dignidad”. Llegaron los milicos con tanquetas, la rodearon, apuntaban a la gente, y así y todo la gente seguía llegando. Una masa enorme de miles de personas repudiando la presencia de milicos, hueviándolos. El miedo generacional que había a los milicos de la generación del `73, la generación actual lo supero, y ya no se asustó por su presencia. Es algo que en todas estas décadas no había ocurrido. Después  se generaron las asambleas. Ese día anunciaron toque de queda. Mucha gente desafío en masa el toque de queda, pero los milicos cometieron su mayor violencia en ese periodo que duró diez días. La gente aprovechó las horas entre las 4 y las 5 para hacer asambleas, y por lo mismo del toque queda que impedía que la gente se desplazara muy lejos, empezaron a fortalecerse en los barrios. Ahora, el 18 en la noche, cuando yo salgo ya anocheciendo, la verdad que ya había barricadas en calles, en las cuales nunca había visto. Toda la gente apoyando, aportando cosas para quemar. Parecido a lo que sucedió al final de la dictadura, barricadas espontáneas, pero nunca en este nivel de masividad, radicalidad, y ahí empieza el tema de la asambleas en los distintos territorios. 
GN: Algo que venimos debatiendo internamente es la idea del apoyo mutuo. ¿Lo ves materializado en las calles? ¿Cómo se manifiestan los puntos de desacuerdo y de unión en la revuelta?
JC: Tengo una especie de distinción, yo creo que el anarquismo es protagonista en la revuelta, eso está claro, pero tampoco tanto, no moviliza a millones de personas. En Chile lo que se está movilizado son 4 millones de personas. Ciertamente que no hay 4 millones de anarquistas, pero yo diría que desde el 2001, y partiendo de movilizaciones estudiantiles de esa época, hay como una tendencia a lo anárquico, con independencia si obedece o no a la tendencia política del anarquismo, como que está implantado en cierta forma en algunas sectores del movimiento social y eso es lo que se ha hecho evidente ahora. Algunos economistas burgueses internacionales decían que “lo que pasó en Chile podría pasar en cualquier parte del mundo, y lo más peligroso del movimiento chileno es que no hay líderes populistas, no hay nadie con quien se puede ir a dialogar“. Y yo creo que, lo que pasa, que para la izquierda es la debilidad del movimiento, para mí es la fuerza del movimiento, es su carácter anárquico, más allá de que la gente ocupe o no la bandera negra, que la ocupa; de hecho, se ha dado un fenómeno extraño que ocupan la bandera chilena, pero negra, con la estrella. Es como una cuestión que no me hubiera imaginado.
Nosotros antes odiábamos la bandera chilena, pero hoy dia no da para decirle fascista a quien lucha al lado por ocupar la bandera chilena. Fue sucediendo que pasó a ocuparse negra, con las líneas, y luego solo negra con la estrella. Cuestión que simbólicamente es bien importante. Yo diría que en ese sentido lo del apoyo mutuo, la horizontalidad, ha estado en el centro de todo el movimiento. Por ejemplo, en Chile siempre se intentó estigmatizar a los capucha, pero siempre fueron parte del movimiento, es una práctica permanente en Chile, desde los 80, que nunca se ha interrumpido. Pero nunca convocó a una  cantidad tan grande de gente. Ahora, en cambio, en todas las ciudades se dio el fenómeno de la primera línea para detener el avance de la policía, incluso en Santiago, en la plaza que ahora se llama plaza de La Dignidad, se rebautizó. A veces hay una masa de varios cientos de miles, y la policía está concentrada en un sector. Cuando llega poca gente, la policía barre con ella, pero cuando llega más gente, ya le cuesta y ahí se forma la primera línea, que es la que mantiene el conflicto en ese punto impidiendo que la policía avance para dispersar a la gente.
Esa primera línea yo diría que es la ejemplificación del apoyo mutuo, por que toda la gente asume la función para la que tiene más talento, ganas. Entonces,  hay una línea de escudo, después hay una línea de los que lanzan las piedras, luego hay equipos que apagan las lacrimógenas, otros que están con las botellas de spray para aliviarte de las lacrimógenas, hay gente con comida, puestos de primero auxilios, y en la última línea, los que están con láser, jodiendo la visión de los pacos, constantemente. Entonces, es como un organismo colectivo, una inteligencia colectiva que se expresa ahi, gente que ni se conoce, pero actúa como masa totalmente compacta que desarrolla tácticas para poder resistir las arremetidas de la policía. Es impresionante verlo, de eso se trata nuestras ideas, y cuando las vemos llevadas a la práctica por miles de personas, nos damos cuenta que no eran solo, en efecto, producto de la imaginación, y eso se ha visto en las calles, de una manera radical que ha generado que ahora la gente que antes decía que los capucha vienen a puro pudrir la marcha, y por culpa de ellos nos reprimen, ahora le agradecen, le dicen “ustedes son la primera línea de defensa del pueblo”, “sin ustedes no podríamos manifestarnos”. Y eso creo que es puro apoyo mutuo y espontaneidad bien entendida. 
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GN: Es increible la construcción que hubo para virar un poco el sentido común de rechazo hacia lxs encapuchadxs. Acá, ante cualquier tipo de manifestación que se salga de los protocolos que permite el Estado y los partidos, surge la idea del “infiltrado”, no hay posibilidad de pensar que es un grupo que está intentando combatir las estructuras del Capital. Y de allá hemos visto videos en los cuales la primera línea pasa y la gente aplaude, mucho agradecimiento a la primera línea, es como una construcción de sentido muy hermosa. Y en relación con lo que decis de la bandera que se convirtió en negra, hay mucha creación: “el negro matapacos” y su escultura, mucha imaginacion del mismo pueblo no solo creando la confrontación contra los pacos, sino creando imaginación que la lleva a la calle. 
JC: Además que ha habido todo un movimiento, una explosión de creatividad e imaginación popular, proletaria que yo diría que hasta dejaría pequeño Mayo [francés] del 68, porque se parece, tiene un vínculo, pero la verdad, si uno pasea por las calles quiere andar con cámara porque ve gráficas, consignas tan buenas, tan impresionantes, que uno quiere documentarlas y difundirlas porque si pasas al otro dia ya no están. A veces han tratado de borrarlas, jóvenes de clase alta yendo a limpiar, y se pinta de nuevo. Se ha producido un rediseño del espacio urbano, porque antes la gente buscaba piedras, y se acababan. Hay sectores donde prácticamente no hay. La policía, el propio municipio a veces, despejan, pero en varias partes, lo que está ocurriendo es que la gente desarma el suelo. Eso es un equipo organizado.
La primera línea no es solo la primera primera, sino que tiene ese trabajo colectivo que llega hasta los láser, pero en el medio tiene un montón de personas picando piedras, partiéndolas para que queden adecuadas para ser lanzadas, y otro equipo que las acerca a la primera primera línea para que no tengan que retroceder. Es un verdadero organismo colectivo, con una inteligencia humana colectiva que ahora en Chile es muy importante. Yo pensaba que el anarquismo en Chile venía un poco de capa caída, no tanto por el efecto de la represión que ha sufrido hace diez años, sino en otra tendencia. Muchos insurreccionalistas se habían pasado al eco-extremismo, y allá era fuerte toda esa tendencia que llaman “humano plaga”, abogan por la extinción de la humanidad. Es algo que para mí ya no tiene que ver con el anarquismo, ni comunismo, sino una ideología suicida. Entiendo a quienes llegan a esa posición, justamente por la desesperanza, la falta de perspectiva revolucionaria, y por la constatación de que la velocidad en la que el Capital global destruye la tierra es mucho mayor que la capacidad humana para hacerle frente; pero en este momento el mundo sí se le está haciendo frente, y eso cambia las cosas. 

En Chile, el sector más moderado del anarquismo está sentado en el Frente Amplio, y hasta tienen diputadas de izquierda libertaria, que se fusionó con otro grupo bien reformista. Entonces da la impresión que lo verdaderamente libertario puede que no sea tan visible pero siempre existe en diferentes expresiones en el subsuelo. Ganar elecciones hace noticia, hacer acciones también hace noticia. Pero toda esa práctica subterránea y permanente, anárquica emergió. Yo mismo no tenía claridad si seguía ahí o estaba decayendo, pero ahora por el contrario, se reveló la verdadera potencia de toda esa tendencia anti-autoritaria, y eso es lo que ha puesto en jaque al gobierno, al Estado.
La izquierda no controla para nada las manifestaciones, se hace presente, lleva propaganda, no mucha, pero es un movimiento totalmente diferente. Las marchas, las procesiones de la izquierda eran muy poco creativas, la misma simbología de siempre, los mismos cantos, gritos. En cambio ahora es todo muy diferente, a nivel de canto, tanto a nivel de propaganda, todo es una explosión de creatividad. Algo muy hermoso que ha ocurrido en todas las ciudades es que la masa combatiendo tiende también a desmontar las estatuas, todos los símbolos de colonialismo, del Estado. Allá, como acá, estamos llenos de milicos y conquistadores españoles en las plazas. Deben haber visto en los videos, los desmontan y los sacan ahi. En La Serena sacaron a un conquistador español y pusieron la imagen de un diaguita. En Punta Arena degollaron la estatua de uno de los genocidas más conocidos, Braun Menéndez. En temuco cortaron la cabeza de un español, Pedro de Valdivia y la dejaron en las manos de Caupolicán de la resistencia mapuche. Y ese proceso se ha dado en todas partes, como rediseñando, disputando, dando el combate incluso en el espacio urbano.
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GN: Siendo abogado y observador de DDHH, ¿qué opinas sobre la negación del Estado chileno de asumir la represión señalada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)? Por otra parte, ¿se puede hablar de Derechos Humanos dentro de un sistema que vuelve los derechos en una obligación y a tode humane en una mercancía?
J.C: El tema más puntual es que la reacción del gobierno y carabineros fue decir que se habían ajustado a los protocolos, que no había habido violación de DDHH. El general de carabineros, Mario Rozas, dijo en la tele, la primera semana, cuando había habido gran cantidad de víctimas: “¿carabineros viola DDHH? No, de ninguna manera”, y esa fue la misma actitud del gobierno. Salieron diciendo que decir que carabineros violaba DDHH era violar los DDHH de los carabineros. Un juego de palabras bien interesante, pero para todo el mundo fue muy claro que la policía chilena nunca se despinochetizó. Más bien su aparato fue fortificado en democracia. 
Todo el país había visto tres fenómenos importantes. Uno decía: la policía chilena es brutal, pero no es corrupta, como otras del mundo que se te acercan y uno libra pagando. Con la policía chilena nunca fue posible hacer eso. Pero yo decía, quizá hay niveles de corrupción que no conocemos, que van por arriba. y eso se destapó hace un tiempo con una estafa, un desfalco sistemático en el que estaba implicado gran parte del alto mando, desviando fondos por 30 mil millones de pesos, es una brutalidad. Le llaman la mafia de la intendencia. Y a eso hay que sumarle que la policía siempre hace montajes, pero no siempre se descubre de manera flagrante. Pero en la zona de la Araucanía hicieron una maniobra llamada “Operación Huracán” y acusaron como a una decena de mapuches de integrar una célula terrorista, y era supuestamente por intercepciones de mensajes donde celebraban quema de camiones, madereras. Habían quedado presos, y a poco andar quedó claro que había sido un montaje en el que plantaron mensajes dentro de la mensajería de ellos, eran falsos, lo que generó un descrédito bastante grande. Después vino el asesinato de Catrillanca, y todo lo que hicieron para encubrirlo, mentir, decir que no habían registros, cuando sí los había. Y lo que era una clara ejecución extrajudicial fue defendido por carabineros como la defensa ante un ataque armado que nunca existió. Cuando todo eso quedó en evidencia, carabineros de chile, que era una institución bastante popular en las encuestas, porque como se domina con el miedo, no necesariamente mucha gente que ame al Estado y la policía, pero piensa que carabineros le da protección. Toda esa imagen de la policía estaba bastante por el suelo. 
Cuando ocurrió el estallido, la respuesta fue brutal. Como el caso de una persona que fue a manifestarse a una plaza y la molieron a palos. Llegó a su casa, trató de descansar y murió. Para morir después de una paliza, es que en realidad te reventaron. Hubo otro caso, un chico que detuvieron, la policía vio que tenía las uñas pintadas, pantalón ajustado, la policía lo obligó a gritar “soy maricón, soy maricón” y luego de eso lo violaron con el bastón policial. Entonces, estamos hablando de un nivel de violencia, que hizo crecer al odio antiyuta a un nivel nunca antes visto. Entonces, había violaciones de DDHH que eran evidente. El poder se encargó de discutir que no eran sistemáticas. Y era por una cuestión clave,, si las violaciones de DDHH son puntuales, responden a su autor y punto. Pero si son sistemáticas, generalizadas, es posible construirlas como crimen a la humanidad, y ahí el nivel de responsabilidad escala al alto mando y a los mandos políticos. 
Se dice que no ha habido una masacre, que la mayoría de los muertos se produjeron en los incendios luego de los saqueos, aunque hay casos en los que se duda si los cuerpos fueron plantados ahí luego de matarlos en otro lado, hay un par de casos que las autopsias han revelado eso pero no está claro. Muertos por acción directa de un bastón, o balazos. Se han buscado hacer querellas por eso. Muchos pueden decir, bueno, “eso no es tanto como los casos de terrorismo de Estado como los que hubo en Argentina, Chile”, pero la verdad es que la forma es como una especie de terrorismo de Estado más contenido, aplicado a través de la escopeta antidisturbio, lanzamiento de lacrimógena usada no tanto por el gas, sino por el potencial que tiene como proyectil. A mucha gente le han roto la cabeza, la mandíbula con ese impacto. 
Hasta el viernes pasado [22/11] había 223 personas con lesiones oculares graves, incluyendo alguna gran cantidad que había perdido directamente el ojo. Un caso de un chico que perdió los dos ojos. Lo que ha generado un escándalo en proporciones, porque carabineros dice “no, nosotros ocupamos una escopeta con munición no letal, con perdigón de goma”, pero toda la gente que se veía en los hospitales tenía incrustado los perdigones; y el perdigón de goma bien usado, rebota, te duele, causa dolor intenso, pero rebota, no se incrusta. Hubo un estudio de la Universidad de Chile en base a dos perdigones extraídos de los ojos de las personas, que aunque dice “perdigón de goma”, son 20% goma y 80% plomo, y otros metales. Y eso es lo que causó que hasta autoridades del gobierno han reconocido que es una epidemia de lesiones oculares sin precedente, ni en Gaza ni en Cisjordania, ni otro lugar que ha estado en revuelta, no hay tal cantidad de  personas que hayan perdido la vista por producto de la escopeta antidisturbios. Eso, muchos creemos que es evidente, es un crimen de lesa humanidad, consiste en mutilación masiva, y el gobierno lo supo desde los primeros días. 
Hubo informes del colegio de médicos, institutos de DDHH, de la unidad de trauma ocular del hospital público de Santiago, que decían que a la gente le estaban disparando a la altura de los ojos y con una munición que parece no ser de goma. El gobierno fue a la Comisión Interamericana y dijo “faltan a la verdad, carabineros ocupa solo perdigones de goma y los que dicen que no están inventando, o quizás lo dispararon los encapuchados”. El tema es que ahora quedó absolutamente claro que el perdigón es uno que está en una nueva regla internacional, son de hace poco, y recomiendan no usar. Dicen que es la peor munición menos letal, porque nunca es no letal, sino que es menos letal. Una de la peores formas es este balín de metal reforzado, también dicen que nunca se dispara del torso para arriba, porque puede provocar graves lesiones o la muerte y también que desaconsejan el uso de el perdigón múltiple, como el escopetazo de perdigones que están ocupando en Chile, salen doce con cada impacto. Y claro que lo disparan a la masa, a la altura del torso y produce una cantidad de víctimas aleatorias. No es que necesariamente le apunten a alguien, pero dejan la posibilidad de que a todos los que están ahí, no necesariamente en la primerísima línea, le llega el impacto, y eso es lo que yo considero como terrorismo de Estado, como una política para desincentivar la manifestación, que generan víctimas aleatorias, dentro de una masa, que hacen que hoy día la cantidad de gente no ha bajado, pero la mayoría usa protección ocular, porque hasta gente que estaba mirando, sacando fotos, en puestos de primeros auxilios les han llegado perdigones.

Entonces, el tema es que salió la semana pasada el informe de Amnistía Internacional “graves violaciones de DDHH”. El gobierno dijo “como se le ocurre, no está comprobado, es puro prejuicio”, más o menos. Hoy día salió el informe de Human Right Watch y dice “urge reformar completamente la policía en Chile, porque está cometiendo graves y masivas violaciones a los DDHH”. El gobierno tuvo que moderar y decir “recibimos este informe con mucho dolor”, pero ya no lo negaron. Y se vienen otros informes de la Comisión Interamericana, yo creo que  en carácter de una forma no desatada, pero sí importante de terrorismo de Estado que han aplicado en este mes que está quedando bastante claro para gente que es de los DDHH, pero no necesariamente tiene posiciones revolucionarias, ni mucho menos. 
Y acá viene el otro punto, creo que DDHH en primer lugar, es un concepto filosófico, jurídico; se discute si hay reconocimiento o no, quién lo reconoce, los reconoce el Estado. Entonces, claro, está el problema de qué son. Es una conceptualización que viene de las revoluciones burguesas, en primer lugar, o derechos civiles y políticos, los Derechos del hombre ciudadano. Y luego, en una segunda oleada, el movimiento obrero integrado en el Estado a través de la socialdemocracia, comienza a defender los derechos económicos, sociales, culturales, que le llaman ahora segunda generación de derechos. Y ya , cercano al S XX, surge la tercera generación, que son los derechos de las minorías, colectivos, derechos que no firman ya solo contra el Estado, que es lo clásico, sino contra multinacionales, otras formas de poder organizado. 
Entonces es bastante difuso, es bien complejo definir los DDHH. No hay para nada una posición pacífica en eso, pero sí creo que es una conceptualización que no viene de nuestro movimiento, digamos, es tomado, puede que lo resignifiquemos, pero tiene un origen que se acerca a la dominación estatal, a las teorías del pacto social, del contrato social, y a los límites que se ponen a la acción del Estado respecto a un individuo concebido como un sujeto aislado en relación con la economía, por ejemplo.
Hay además una burocracia de los DDHH, todos estos organismos nacionales, internacionales, que profesionalmente se dedican al ámbito de los DDHH, y también que no  podemos olvidar que están asociados a las Naciones Unidas, también usan el lenguaje del Estado, si bien critican los excesos, no critican la dominación en sí misma, y a veces nos sirve, claramente, ahora en chile, nos sirve que incluso esos organismos digan “acá hay crímenes contra la humanidad”. Es algo que es necesario. 
Pero en tercer lugar, hay una posición más crítica, más rica, que es el movimiento social que hace suyas las reivindicaciones de DDHH. Yo creo que si el movimiento por los DDHH tiene algún impulso todavía es por las base social que lo hace suyo, se moviliza exigiendo DDHH, contradiciendo a veces a la burocracia de los DDHH que a veces es más parte del problema que de la solución, y tensiona también los límites de lo que entendemos por DDHH. Pero el tema es que, insisto, el lenguaje de los DDHH, muchos juristas dicen que se afirman frente al Estado. Entonces, para los que tienen posiciones políticas como las nuestras, eso tiene la utilidad de que en efecto, la violación de DDHH solo la práctica el Estado a través de sus agentes, a pesar de que ahora hay tendencias de derecha que intentan construir un discurso alternativo y que en Chile hay quienes dicen que los encapuchados violan los DDHH con la protesta porque no dejan que la gente circule, intentando llevarlo para otro lado. 
Pero yo creo que sí se afirman contra el Estado, pero no sé si tienen mucho sentido en alguna perspectiva de revolución antiestatal. Sí los DDHH se basan en la dignidad humana. Yo sí creo en la dignidad humana, a diferencia de quienes están por la extinción de la humanidad. Pero no necesariamente la encorsetaría dentro de un molde de derechos que en algún momento pueden ser ocupados incluso contra la movilización, por ejemplo. Y claro, finalmente, el único sujeto del derecho burgués es la mercancía perpetuandose, entonces somos reconocidos sujetos del derecho burgués en tanto estemos en la mercantilización, y cuando no la aceptamos construyen otras teorías como el derecho penal del enemigo. Dicen “estos tipos no son ciudadanos, son enemigos, no merecen las garantías, los derechos”. 
En Santiago, hace diez años, me acuerdo una vez intentamos un recurso de protección constitucional contra un canal de televisión que había criminalizado a una casa okupa, diciendo que eran terroristas. El recurso no solo se perdió, sino  que el redactor del recurso, el juez, dijo que “personas que ponen en sus casas llamamientos a la guerra social no están en ejercicio legítimo de ningún derecho, y no merecen la protección constitucional”. Entonces siempre estamos en ese borde en que la anarquía rompe la legalidad, y es considerada como los jueces te dicen. 
¿Porqué los anarquistas ocupan la legalidad a su favor? Yo creo que si a mí me detienen y la detención es ilegal, yo no veo ninguna contradicción en ir y ocupar el Derecho burgués, incluso en sus propios términos, “violaron la ley, entonces la detención es ilegal, dejenme en libertad”. Pero una atención que es importante, el derecho no es solo una herramienta técnica neutra, sino que a los operadores del Derecho les preocupa, les genera una especie de fe en el Estado y las leyes, eso ya es complejo.

Pasando a la otra pregunta, la posición de lo antiautoritario que trabajamos en el mundo jurídico. Siempre me he encontrado con ese cuestionamiento, “ah, pero eres abogado, ¿cómo puedes ser abogado y anárquico?” Mi posición es anti-ideológica, yo creo más en lo que en realidad hay de movimiento detrás de las palabras que ocupamos, y lo concibo de un modo, con varios compañeros, creo en una posición en el que el comunismo bien entendido (no el estalinismo, ni el comunismo de Estado), es la comunización, el anarquismo. Yo lo entiendo así, digamos, el anti-capitalismo es la comunización, el anti-estado es la anarquía. 
Entonces, en una publicación que teníamos allá decía anarquía y comunismo no es lo mismo, pero es igual, porque nosotros entendemos que la única manera de realizar el comunismo es destruyendo el Estado, y los anarquistas que no están a favor del comunismo, por lo general, por prejuicios anti-marxistas, terminan cayendo en posiciones anarcoindividualistas, o anarcocapitalistas, incluso. Yo me he encontrado con anarquistas en Chile que dicen “no hay que destruir todo el capitalismo, hay que generar comunas donde vaya a vivir allá gente que quiera vivir así, y si alguien no quiere, que viva de otro modo”  y yo, “no, huevón, claramente no, no podremos ser libres hasta que no destruyamos todos los edificios de dominación capitalista que se retroalimentan”. Es parecido cuando digo que el Estado y el Capital no son lo mismo pero están compenetrados, cada uno permite que funcione el otro. Yo tengo esa misma visión de anarquía y comunismo (bien entendido).
Entonces, no me preocupa agitar o no la ideología anarquista, que de hecho me parece nefasta, cuando los anarquistas rigidizan su pensamiento, ya no son libres. Creo que los que andan obsesionados con odiar todo lo que huela a Marx, siendo que Bakunin tradujo El Capital al ruso, en fin. Pero claro, no tengo mucho la preocupación de demostrar una pureza ácrata, como a veces en Chile dinamizamos una especie de iglesia anarquista que anda diciendo “hiciste esto, hiciste esto otro”. Muchas veces me han dicho “¿no es contradictorio ser libertario y se abogado?” Y yo le digo “¿no es contradictorio ser libertario y ser profesor?”. Porque claro, ¿los profesores están más libres de la contaminación del sistema que nosotros? No creo, sí tienen que domesticar, inculcar ideas, hábitos. 
Una vez debatí en un foro donde había un abogado trotskista que decía “los abogados somo trabajadores del Derecho, y somos iguales a cualquier trabajador”. Sí y no. El abogado asalariado es un trabajador, pero el abogado que trabaja por cuenta propia es objetivamente un pequeño burgués, básicamente, porque son liberales, entonces depende de cómo trabajes, para quién, porque hasta en el Manifiesto comunista dicen que el capitalismo desacralizó todo, y dicen, salario al jurista; y eso es verdad, la mayoría de los jueces que conozco son asalariados. Y ahí pueden decidir si adhieren a la postura de los asalariados en general, aunque por lo general, tengan remuneraciones más altas, o si adhieren a la clase dominante.
Pero lo que discrepaba con mi colega, es que no sé si es como cualquier profesión, porque el Derecho surge en Roma como un ámbito que está como a caballo entre la religión y la política, entonces tiene componentes siempre de mistificación. El Estado de derecho en rigor significa que el Estado por sí solo tiene la fuerza pública, pero no tiene la legitimidad. Y el derecho por sí solo tiene la legitimidad, pero no la fuerza pública. Entonces el Estado de derecho que para todos los demócratas, los socialdemócratas es un concepto positivo, en realidad significa lo que alguien definió como el “secuestro del Derecho por el Estado”, porque antes del capitalismo, en la modernidad, podrían haber puesto “orden de regulación de las cosas”, “derechos municipal”, “acuerdos entre las personas”, “derechos no escritos”, “tradiciones”, “costumbres”. En cambio, el Estado lo que dice es que es solo el Derecho lo que el Estado, a través de leyes clama como tal, y todo lo demás no es derecho.
Todo eso es un matrimonio por conveniencia en donde el Estado no es solo fuerza bruta, si no que tiene el monopolio de la fuerza legítima, tiene el recurso, derecho de pedir el uso de la fuerza pública. Por eso el derecho burgués, el derecho capitalista, puede ser una discusión muy semántica, pero al regular las comunidades ya liberadas, cómo resuelven los conflictos, yo creo que tienen que tener una especie de derecho alternativo, pero totalmente distinto al que conocemos ahora. El tema es que el Derecho actual no es solo una herramienta, sino que mistifica, y en Chile ahora pasa eso, hay un tremendo estallido social, casi como una revolución social, y la gente dice “bueno, esto se va a resolver con una asamblea constituyente”, y digo “¡¿qué?! La visión de que el Derecho crea la realidad, siendo que más bien la refleja. El Derecho, las leyes, reflejan una correlación de fuerzas determinada, y por eso se plasma así. Y además buscan reforzar esa posición cuando se aplica en realidad, pero el Derecho no constituye la realidad, es solo un segmento.
Entonces, todos estos que tienen la fe de que es el momento para trabajar la Constitución, son quienes tienen un fetichismo jurídico, y eso es un problema para los que trabajamos en algún ámbito jurídico. Lo que digo es que el abogado critico, con posiciones libertarias, si tiene que intervenir en el mundo del Derecho, cuando lo hacemos estamos nadando en un mar de mierda, y necesitamos en algún momento salir de ahí, cuando no estamos trabajando, así logramos descontaminarnos, y eso solo lo logramos volviendo a nuestras comunidades en lucha, a nuestros grupos de afinidad en tanto no abogados, creo que esa es la única forma. 
Hay un problema, los anarquistas que entren a estudiar Derecho, lo más probable es que ya no sean anarquistas, porque el Derecho te cobra un precio ideológico de alienación y es muy difícil no caer en eso. Yo diría que pueden haber abogados libertarios, como pueden haber ingenieros libertarios, matemáticos libertarios, pero el derecho está siempre ligado al Poder, y es difícil que la mayoría de los libertarios puedan mantener esa postura ya que finalmente tienen que actuar en ese mar de mierda. 
Sobre legalidad e ilegalidad hay un punto importante que podría profundizar; hay un tema que hemos discutido en Chile, que es que uno tiende a asumir que la ilegalidad es superior a la legalidad, pero también, es posible, ver obsesionarse con la dupla legal e ilegal. Hay un texto de un marxista del año 22, llamado “Legalidad e ilegalidad”, y plantea unas cuestiones interesantes. Cuando uno sabe que la clase dominante hace las leyes, y puede hacer diferentes según los intereses que tenga, las cuestiones de clase que busque preservar, a veces hay conquistas, luchas del pueblo que llevan a modificar leyes. Cuando uno sabe que la ley es una cuestión contingente y depende de relaciones de fuerza, sabe que no la puede tomar en serio, no es sagrada. Él dice que el problema del anarquismo es que cuando proclama el culto a la ilegalidad, dice que está dando la razón a que la definición de la ley es una cuestión súper seria y se determina por ella. 
Es como decía un situacionista, “cagarse en un altar”, como una cuestión de rendirle culto, invertido. Entonces yo decía, esa dinámica me llama la atención. Uno dice, la actitud revolucionaria ante la ley es la indiferencia, uno puede usarlo, no usarlo, pero lo importante es no dejarse determinar por ella. En cambio, el culto a la ilegalidad es como la visión negativa del culto a la ley. La mayoría de los anarquistas no estarían de acuerdo con eso, pero yo le encuentro el sentido. 
Yo entiendo esa posición, pero también entiendo la otra que cuando uno practica la ilegalidad siente que tiene un sabor adicional que no lo tiene si lo hubiera conseguido legalmente. Es como una vieja canción de una banda punk bien rara de los `80 allá en Chile, Los jorobados. Tenían una cancion que dice “ven a visitarme con algo pa tomar, y si no lo robas, no me interesa”. Yo entiendo eso también, cuando uno rompe la ley, la vulnera, le pasa por al lado, siempre hay un placer incluso erótico, estético de los sentidos porque la estás combatiendo, pero también tendría ojo con eso. Si uno piensa que lo ilegal es positivo en sí mismo puede que esté cayendo en la trampa de la legalidad por la inversa, y la idea es romperla. En ese punto, obvio que es necesario conocerla en el ámbito que uno le toca.
Hace unos años hicimos unos análisis y nos dimos cuenta de que en Chile las leyes tenían un marco favorable para hacer ocupaciones de casa. La ley ayudaba bastante a quien quisiera ocupar una casa. Pero bueno, eso hay que saberlo, divulgarlo, romper esa jerga legal que el Estado necesita, y cuando uno rompe eso, lo lleva a un lenguaje popular, el Derecho puede ser usado en contra de sus propios creadores. Mencionar las leyes que limita el accionar policial. En el momento nada te salva de que la policía rompa la ley, te cague a palos, te viole o te mate, pero un manejo, el saber exactamente qué tenía permitido y en qué momento empezaron a violarlo, sirve y hasta, en algunos momentos, desincentiva el accionar policial. A veces pasó que intentaron hacer averiguación de identidad de compañeros, y uno andaba con el código y le dice a los pacos, “¿pero por qué el control?” “Porque hay un indicio de identidad delictiva”. El compañero le muestra el código y no, la verdad es que no. “Bueno, me voy”. No todo el mundo debería estar ocupado de las leyes, pero quienes trabajamos con ellas, deberíamos divulgar los conocimientos de cómo ocuparlas como barrera de contención para evitar que abiertamente te agredan, violen tus derechos; también en el plano laboral, en el penal. 
GN: Eso se puede aplicar para cualquier disciplina, ¿no? Profesores, abogados,  ingenieros, etc. Lo que sea, desacralizar la profesión burguesa, que se pueda resignificar para un beneficio social, de clase.
JC: Todo lo que conocemos como disciplina, fueron formadas, remodeladas por el capitalismo, se hicieron para el servicio de la dominación. La antropología, para justificar el colonialismo, el racismo; la sociología, la criminología, surgen como ciencias del control social. Pero curiosamente, en cada una de las disciplinas, se forma en el límite, un polo crítico que le rompe el límite finalmente. Está la psiquiatría y la antipsiquiatría. Había criminología oficial, y la criminología crítica. Yo creo que así en muchos ámbitos. Hay pedagogía y anti-pedagogía. En serio, a mí me parece que culpabilizar compañeros porque estudiaron algo y tienen un título profesional es bastante moralista y culposo cristiano, siendo que más bien, en algún momento, en las revoluciones se ve que cuando hay soldados o policías que se pasan al otro lado, tienen un conocimiento técnico que nosotros no tenemos y también sirve. Más que rechazar el conocimiento hay que romperlo de las parcialización y subvertirlo, que juegue para lo que contrario que era su encargo oficial.  
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GN: ¿Cómo percibís las violencias patriarcales en la revuelta? ¿Han existido momentos de discusión que den cuenta la posición general de quienes protestan ante el patriarcado ?
J.C: En la revuelta misma, en primera línea, es pura acción, uno no ve el espacio de discusión, pero sí lo que se ve es participación mixta. En la primera línea hay más presencia masculina, pero las mujeres también están. Y por lo general, de hecho en un periódico amarillista, medio progre de allá, hicieron un reportaje a las mujeres en la primera línea. Decían que estaban más bien dedicadas al asunto de picar piedras y llevarlas adelante, dando una perspectiva de que todos estaban protegiendo al pueblo, no es que los hombres nos protegen a todos. 
En Chile, uno de los precedentes que tuvo esta movilización, es que tuvo distintas insurrecciones más locales, en Chiloe, Aysen, Magallanes. El año pasado fue el año de la explosión feminista. Toda la crítica feminista, contra la heteronorma, contra el patriarcado, se expandió y se conoció de una manera que no había tenido precedentes en Chile, y donde es importante la posición anarcofeminista. Eso se nota no solo en la acción, sino en la propaganda. Hay mucha apelación a que el patriarcado y el Estado están imbricados, entonces tienen que caer juntos, lo que es una propaganda bastante fuerte. 
Todavía he visto una reminiscencia, mucha de las lesbofeministas, de las anarcofeministas que han problematizado la cuestión de un grito tradicional que dice “porom pom pom, porom pom pom, el que no salta es un paco maricón”. Qué tiene que ver eso, se preguntan, ¿no podemos protestar sin homofobia? Ese es un canto que ocupaban las barras bravas, mayormente.
Algo que no mencioné es que las barras bravas, que se odian y llevan peleando entre sí por décadas, se unieron a la primera línea. El otro dia pegaron un cartel que decía “Perdimos mucho tiempo peleando entre nosotros”. Era inimaginable. Hay varias cuestiones que están en tensión, que pueden apreciarse ahí, pero yo diría que la crítica antipatriarcal está bastante fuerte. Yo creo que la explosión feminista del año pasado revolucionó el país. Yo no diría que el patriarcado y el machismo hayan muerto, pero sí que quedaron heridos de muerte. Eso sí se nota en la protesta. 
Varios anarquistas, y sobre todo en la comunidad HCpunk, estuvieron escrachados y se generan conflictos sobre si se los acepta en un recital, y es un tema; esas formas de sanción son válidas, pero pienso, ¿los vamos a escrachar para siempre o habrá un momento en que incluso personas que se mandaron grandes cagadas sean reinsertadas en nuestras comunidades? Hasta el derecho burgués proclama, en la práctica solo castiga, pero se ve obligado a proclamar la reinserción. Yo creo que, ligado a la cuestión de forma alternativa de resolución de conflictos, yo creo que hay comportamientos que merecen la expulsión de la comunidad, pero también me he encontrado con gente que se ha mandado, lo que llamamos en Chile, “dar jugo”, casos de mal comportamiento en recitales, por ejemplo, de violencia.
Hay propagandas que dicen que dentro de los anarcos que combaten contra la policía hay algunos machos que merecerían no estar ahí, pero en la práctica, en la primera línea a veces son mil personas. Entonces, la verdad, en el cuerpo colectivo yo no sé quién está al lado. El tono antipatriarcal está presente, pero en la revuelta es multifórmico. Todos los grupos ahí presentes coexisten horizontalmente, las disidencias sexuales, los anarcos, la izquierda, las barras bravas. 
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GN: ¿Cuál pensás que pueda llegar a ser el desenlace de esta revuelta? ¿Cuál es tu posición hacia la discusión que lleva el pueblo en torno a la tensión entre Asamblea constituyente por un lado y asambleas territoriales por el otro?
JC: Respecto a lo primero, es bien difícil responder; porque primero, nadie esperaba que ocurriera, a muchos no nos extrañó, pero en el momento exacto nadie lo previó, nadie. Segundo, nadie pensó que iba a durar tanto. Pensamos en distintos momentos que se venía el bajón, que se iba a descomprimir y pese a todas las maniobras represivas, legales del gobierno, la revuelta no se ha descomprimido, ha cambiado de forma, a veces da la sensación de que el momento más álgido ya pasó, pero varias veces resurge. Entonces, en realidad estamos en un punto en que cualquier cosa podría pasar y nadie tiene muy claro cómo se va a resolver. 
El otro dia, con algunos compañeros hablábamos de varios ejemplos en Francia, Hong Kong, que a diferencia de las insurrecciones clásicas, que se concentraban en un momento y terminaban en un resultado, pareciera que ahora estamos entrando en una fase en la que se desata una especie de conflictividad permanente, en que la insurrección no se va sino que está siempre a la vuelta de la esquina y puede reactivarse por varias razones. Yo diría que esa situación es en la que está Chile. Incluso, hay un símil con la actividad sísmica. Aquí no es como Chile, Chile es un país muy sísmico, desde chico uno aprende que cuando hay varios temblores fuertes se aleja por años la posibilidad de un gran terremoto. Y cuando en mucho tiempo no hay temblores, el siguiente suele ser un terremoto grande, y ese es un aprendizaje corporal.
Me acuerdo cuando fue el terremoto más grande de los últimos tiempos en Chile, en el 2010, yo pensaba, chuta, el último gran terremoto fue en el `85, ha pasado mucho tiempo sin un nuevo terremoto y la energía se acumula, la tensión del movimiento de las placas, y cuando vino el terremoto del 2010 fue realmente grande. Y pensaba que la tensión social es parecida, porque la transición, la transacción a la democracia en Chile se impuso en base a tanto consenso, tanto miedo a los militares, que la gente la aceptó y agachó la cabeza. Y el nivel de insurrección que hubo en los `80 no volvió a darse en los `90, ni en los 2000. En la última década se han dado luchas muy puntuales, pero muchos especulábamos con eso.  Cuando llegue a darse, se va a haber acumulado tanto que va a ser un gran terremoto social, y eso es lo que ocurrió ahora. 
Cuando ocurrió la insurrección en Ecuador, muchos columnistas decían que en Chile no va a pasar nada así, porque el pueblo está totalmente domesticado, menos los estudiantes secundarios. Piñera unos días antes se atrevió a decir “viendo el continente, Chile es como un oasis de tranquilidad”, y pa, se le vino el terremoto. Yo creo que las placas van a seguir chocando, no me imagino una pacificación muy rápida. La semana pasada, un dia martes, creo, no recuerdo la fecha, pero la insurrección en todo el país rebrotó casi con la misma intensidad que el 18 de octubre, se atacaron cuarteles militares, policia, habia primera línea masiva en muchas ciudades. Y ahi la derecha empezó a llamar a los militares a la calle, Piñera hizo cadena nacional diciendo que iba a sacar a los militares, y a última hora se arrepintieron. Lo que se dice es que los militares le dieron un ultimátum de 48 horas. La cuestión es política, y si fracasa nos sacas de nuevo, pero ahora vamos a salir con todo, no queremos limites de DDHH. No los sacó, y entre la presión de la revuelta social y de los milicos, la clase social política se reunió de madrugada e hizo una propuesta para una nueva Constitución; cosa que días antes era inimaginable. Y ahí está la trampa, yo sentí, puta, con esta mierda van a lograr descomprimir.
Pero al otro dia la protesta en Plaza Italia fue enorme, murió un chico, todo indica que colapsó por las lacrimógenas, tenía una falla cardiaca previa, le generó un paro y cuando lo iban a atender, la policía atacó a la ambulancia y a los equipos de primeros auxilios, y murió. Entonces, la prensa burguesa sacó titulares diciendo “gran acuerdo histórico”, “un triunfo de la democracia y la ciudadanía”. Ya no eran vándalos ni anarcoterroristas. Pero la cosa no se calmó, siguió. Ahora en la Plaza Italia las movilizaciones no son tan masivas, como las que hubo al principio, pero ocurren todos los días, y todos los días hay confrontación con la policía, y eso no para. 
El viernes pasado, antes de venirme para acá, tuve que caminar por toda la Alameda, que es un paseo muy largo, y las barricadas estaban por toda la Alameda. No pareciera descomprimirse. Alguna gente sí tiene miedo, dice que si les fracasa el arreglo institucional, y la protesta recrudece, lo han dicho hasta analistas burgueses, ha de llegar un punto más intenso y ahí es que todos temen que haya una nueva salida de los militares a la calle, y que en efecto, no hay que hacerle frente a eso. Pero también hay gente que analiza otra cosa, que los militares no están acostumbrados a reprimir en la calle, a diferencia de la policía, que es su arte. Los militares mataron cuatro personas los primeros días y los carabineros ha atado menos, pero se han dedicado a la mutilación masiva, y en eso los tipos ya están perfeccionados, ya saben como aplicarla. El general director dijo, no se preocupen, no voy a dar a ninguno de baja, con lo cual tuvieron una seguridad para seguir operando así. Y claro, la perspectiva de los milicos es terrorífica, pero tampoco es tan fácil para ellos, por lo menos en caso de dos conscriptos, se han negado a reprimir. Por otro lado, ningún paco se ha negado a reprimir, entonces los milicos a la calle, es una salida desesperada que a los golpistas les gustaria, algunos opinan que puede hacerse como un autogolpe, pero no me parece tan probable en este momento.
Están jugando la carta de la nueva Constitución, que se va plebiscitar en abril del año que viene, descomprime, pero ahí está el tema. Este estallido no se generó por una nueva Constitución, pero sí es un problema para todos nosotros allá. En las asambleas territoriales la gente sí demanda una Asamblea constituyente. Se relaciona en parte con lo que hablábamos antes, la mentalidad jurídica que predomina, la civilización capitalista viola las leyes todo el rato, pero tiene un aura de legalidad, legitimidad, juridicidad, entonces eso es lo que está pidiendo la gente. Los socialdemócratas hicieron una versión horrible del “derecho de vivir en paz” de Víctor Jara, que dicen en vez de decir “el derecho de vivir en paz“ dice “un nuevo pacto social”. Alguien me decía que la burguesía boliviana anti Evo está ocupando la misma canción, que quieren un nuevo pacto social. Y los artistas chilenos que la hicieron dicen que no, que no era esa la idea. Pero habla por sí solo. 
GN: Bueno, acá también, ganó Alberto Fernández, y surgieron las mismas medidas, el pacto social, la transa y recomponer el Estado con todo lo que eso conlleva. El mismo mecanismo que utilizan siempre, se repite la historia, esa mística, esa sacralización de lo estatal se repite.
JC: Como una refundación, el refundar Chile con una Asamblea constituyente, y el problema es que, claro, como la que están proponiendo es tan fraudulenta que incluso ni se llama asi, se llama “Convención constituyente” y eso ha generado que algunos sectores que estaban más críticos a la Asamblea constituyente ahora la critican porque dicen que quieren una Asamblea constituyente pero de verdad, libre, soberana y sin esos amarres. Entonces parece que juega un rol, como a la izquierda de la posición que están intentando imponer, y yo me temo que eso genere un resurgimiento de la ilusión institucionalista. Con que esto se arregla con un nuevo pacto social, pero donde se ofrece el pueblo.
Yo creo que estamos claros que el terreno, el lenguaje, la ideología son burguesas; no es nuestro terreno, ni nuestro lenguaje ni nuestros objetivos se van a poder plasmar ahí. Otra cosa es una insurrección victoriosa con la burguesía derrotada, si ahi me plantearán algo así como redefinamos una especie de Asamblea constituyente, le encontraría más sentido, pero sin eso, es invitar a una clase que ahora está asustada, invitarla a conversar. Además lo otro muy grave es que hay como 1.500 personas en prisión preventiva. La policía ha detenido a 15.000 personas y 1.500 han quedado en prisión preventiva principalmente por delitos comunes, como saqueos, daño, pero también han querido aplicar la ley antiterrorista. 
Yo conozco un caso de un cabro de 18 años que estuvo en la primera línea todo el rato y le cayó la inteligencia policial en su casa, y lo acusaron de 8 delitos, 3 incendios, 3 de portación de molotov, un atentado contr la autoridad. Y hay casos en los que no tienen imputaciones tan graves, como la de un profesor que fue el primer detenido por los hechos del 18, el tipo solo pateo un torniquete, lo cual en el derecho penal sería un delito de daños que no te deja preso, como mucho pagan multa, pero ahí juega con la ley de seguridad del Estado, que te incrementa todas las penas. Entonces la represión ya operó, sigue operando. Han dicho que ahora van a ir por los instigadores de esto. Y la gente dice “si cientos de miles instigamos esto, participamos”. Hasta ahora solo intentaron con un dirigente trotskista y no les resultó mucho, porque el juez que tomó la querella, dijo que no constituía delito, sino libertad de expresión porque había llamado a derrocar al gobierno, y a hacer una Asamblea constituyente libre y soberana. 
Pero la represión no ha parado, las violaciones de DDHH no se han esclarecido. Recién ahora con estos informes de organismos internacionales de DDHH el gobierno está reconociendo que sí hubo violaciones de DDHH. Entonces, ponerse a negociar con ellos cuando tienen las manos ensangrentadas ha sido repudiado por mucha gente que no es enemiga de la Asamble constituyente, pero ve que este arreglo es una mierda. Primero que renuncie Piñera, que haya juicio y castigo a los altos mandos y después ahí hacemos acuerdo por la nueva Constitución.
Pero nosotros, los que estamos discutiendo con los compañeros más cercanos, que todos participan de las asambleas de sus barrios, es que hemos decidido lo siguiente: no nos podemos restar de las asambleas porque mayoritariamente estén por una Asamblea constituyente; lo que sí podemos hacer es discutir eso, y para el caso que se planteen demandas, estamos pensando el plantear demandas que llamamos “destituyentes”; demandas negativas, como disolución de carabineros, disolución de la policía militarizada. pensamos mezclarnos ahí, proponiendo formas de contrapoder, pero es un tema complejo, lo estamos discutiendo. 
Me puse a hacer una lista, y me di cuenta que algunas eran contradictorias, algunas dicen “juicio y castigo”, bueno, eso se lo estaría pidiendo al Estado, al poder judicial; “disolución de la policía” es menos recuperable y otras ya eran directamente comunalización, rediseño urbano, todo eso. Se sacó un panfleto que decía “todo el poder a las asambleas territoriales”, pero asumiendo una oposición entre el arreglo institucional con una Asamblea constituyente cocinadas desde arriba y esta reivindicación de asamblea popular constituyente desde abajo que nosotros hemos dicho que no vamos a restar, pero vamos a pensar bien qué propuestas llevar. 
Unos compañeros de La Serena sacaron un panfleto muy bueno que decía que no es asamblea en singular, como un gran evento, sino asambleas destituyentes por la abolición del trabajo asalariado, el Capital y el Estado. Creo que esa idea es interesante porque es plural, no es un solo momento sino que te obliga a mantener la organización territorial y plantear más que relegitimación del poder, plantear aboliciones de ciertos aspectos de la realidad. Eso me parece interesante, pero creo que es un desafío para los anarquistas, anarcocomunistas, el plantearselo en un contexto así sin que te arrastre la marea constituyente. 
GN: “Menos asambleas constituyentes, más asambleas destituyentes”. Ese nuevo blog que nos has pasado, lo estuvimos replicando: Vamoshacialavida.noblogs.com. Hay un artículo sobre las asambleas territoriales, órganos autónomos del pueblo, que habla de esa construcción de las asambleas territoriales y populares, que le disputan sentido y lucha a esta gran Asamblea constituyente como una recomposición de la normalidad, de la burguesía. Es un desafío.
JC: El otro tema que ha sido fuerte allá ha sido la cuestión de la normalidad, porque muchos llamaban a volver a la normalidad. Y mucha otra gente diciendo , la normalidad ahora es la lucha, y no vamos a volver a la vieja normalidad. Las primeras dos semanas pasaba de la euforia al llanto, era una cuestión explosiva. Dejó de existir el transporte, hubo una huelga general de facto porque no funcionaron las escuelas, la gente no podía ir a trabajar. Siete días donde he gastado 1000 pesos, como dólar y medio, y solo he andado en bicicleta, y por mi trabajo he estado observando el accionar policial en la primera línea. Cuando volvíamos a la oficina teniamos sistema de turnos, y cuando nos volvíamos ahí, nos tenían comida. Entonces, durante muchos días no gasté en comida ni transporte, y no había nada qué comprar. 
GN: El pueblo ayudando al pueblo, y la normalidad se fue a la mierda.
JC: Claro, esa idea de que la normalidad estalló es lo que más le duele al poder, porque no la han logrado establecer del todo, de hecho, en la editorial del Mercurio, que es como el decano de la prensa burguesa allá, el jueves de la semana pasada, su editorial se llamaba “peligrosa normalización“, y decía que si bien la proclamación de la nueva Constitución  había generado discrepancias, todas ellas se están resolviendo dentro del plano de la política y de la institucionalidad. O sea, la segunda parte del acuerdo que era la paz social, si bien es cierto que han disminuido la asistencia a las manifestaciones, los eventos violentos (la policía los mide por dia), dice que lo cierto es que no puede ser que todos los dias manifestantes violentos se tomen el corazón de la ciudad y se enfrenten a la policía. No puede ser que en el mismo dia que se proclamó el acuerdo ocuparan fuegos artificiales,  que están prohibidos en Chile, pero los ocupan los narcos y las barras bravas. Entonces lanzar fuegos artificiales en Plaza Italia es un abierto desafío a la autoridad, y mucha gente culpa abiertamente a los anarquistas.
Hubo un artículo de un tipo muy facho a los pocos días del lanzamiento, el lenguaje era muy chistoso, decía, “han sido días muy tristes, pensamos que iba a haber un ataque anarquista contra el metro, y que al no ser reprimido enérgicamente les generó confianza para proclamar su objetivo anárquico y destruir todos los símbolos del Capital”. Cuando lo reconocen ellos, es que no es una alucinación nuestra. Y un demócrata decía que había que reformar a la policía, la inteligencia del Estado bla bla bla, y ponerla en un mejor nivel con capacitaciones, con policías de otras partes del mundo.
En materia de control del anarquismo, si bien ahora acusaron a un trotskista de instigador, yo creo que la inteligencia policial más inteligente, tiene claro que los que han promovido esto no son el Frente Amplio ni los trotskistas. Y el nivel que ha logrado la policía de conocimiento del anarquismo a lo largo de estos diez años es importante 
Por otra parte, la situación del desabastecimiento, en rigor duro dos dias. Intentaron jugar a eso, diciendo que iban a haber desabastecimiento, pero las ferias libres nunca dejaron de funcionar, el traslado de alimentos a la ciudad nunca frenó. Fue como un fantasma. Muchos nos preguntamos qué hacemos en ese escenario, tendríamos que coordinar con compañeros del campo. Y ese es otro punto importante en las asambleas territoriales, que tienen que resolver no solo la cuestión política, sino lo práctico de seguridad, cuidado de los niños, los viejos, la alimentación. Eso no se qué tanto alcanzó a avanzar, porque el desabastecimiento no se produjo. En ese sentido la normalidad igual funcional. El transporte público funciona en algunos momentos del día, el metro no para en algunas estaciones porque están hechas mierda . 
Habia un comic muy chistoso del dia domingo después del estallido que decía “Pineña, lograste controlar la cuestión del metro. El problema es que ya no hay metro”. 
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GN: ¿Quisieras agregar algo? 
JC: Mencionar la explosión de creatividad en las paredes, que es impresionante. Pero por alguna razón el movimiento encontró su propio icono que es un perro, que iba a todas las protestas y le ponían un pañuelo rojo. Se llamaba “Negro”, y le decían el “Negro matapacos”, porque en las protestas siempre estaba del lado nuestro y ladrándole a la policía. De hecho, salieron unos afiches que decían “Ládrale a la autoridad , como ligado al gato negro; maúllale, ládrale, guerreale. Pero el “Negro matapaco” murió hace dos años, y ahora su espíritu está presente en todas partes, no solo porque lo han puesto en afiches, en banderas, poleras, sino que hasta hicieron una estatua. Y los periodistas cuando hablan de él, no lo nombran. Lo mas lindo es que ahora a los perros les ponen los pañuelos rojos. Hace unos dias, tenia que sacar a pasear al perro, me había quedado dormido, así que salí a las dos de la mañana, me crucé con unos chicos, uno corriendo, otros en bicicleta, y un perro detrás de ellos con pañuelo rojo. Pensé, es impresionante. Mucha gente dice que la revuelta no tiene líderes, en efecto; ni tiene ni va a tener. Pero el único referente es un animal no humano. Un perro que siempre acompañó la lucha. La revolución social posibilita la reconciliación de la humanidad consigo mismo, con los otros animales y la naturaleza; yo creo que eso se refleja un poco en que el líder sea un perro que ya se murió. 
Siempre ha pasado que los perros callejeros se unen a la gente y tratan de morder el chorro del hidrante, se ponen en situaciones de riesgo. El último año, por lo menos dos perros han muerto atropellados por la policía. Entonces, la cuestión no es menor, porque se ponen del lado de la revuelta y sufren del accionar policial y hay gente que ha tenido que rescatar animales.
Otra cosa de la simbología que contaba es que la izquierda más revolucionaria, la que se armaba el los `80, usaba banderas chilenas. Junto con sus banderas de partido, usaba la bandera chilena Y el MIR, su grito era patria o muerte, venceremos, siempre con banderas chilenas. En cambio, todavía me acuerdo del momento exacto en los `90 justo en universidades bien combativas se hacían salidas a la calle. Un día del “Joven combatiente”. Estaban los encapuchados de la izquierda tradicional y los encapuchados anarquistas que era un fenómeno reciente. Y me acuerdo que sacan una bandera española, bencina y se prende, aplausos. Bandera yanqui, lo mismo. Y después de un rato, sacan la bandera chilena, se provoca un silencio. Empiezan a echarle bencina y los de la izquierda “no conchatumare, muchos compañeros han muerto por esa bandera”. Y todos los otros, “¡quémala, quémala!”. Y la prendieron. Y a partir de ahí, la juventud rebelde de Chile nunca más honró esa bandera sino que la quemó, la rayó, la usó invertida. Lo que pasa ahora en la revuelta es que la gente ocupa la bandera. En las protestas yo la veía pero por alguna razón ya no me molestaba tanto. Antes uno veía a alguien con una bandera y decía “fascista de mierda”, y ahora en medio de las batallas hay banderas negras y también banderas chilenas. Y bueno, si están acá…
La primera ocupación que tuvo fue la bandera chilena con muchos hoyos. Después aparece tal cual pero en negro, manteniendo líneas blancas. Y de ahí en pocos días se pasó a una completamente negra pero con la estrella lo cual es casi idéntica a la bandera tradicional mapuche con el lucero. Finalmente la bandera negra tomó la bandera chilena y la convirtió no en una bandera de algún Estado o República, sino en la bandera del cielo estrellado en la noche.  
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Posted: 02 Dec 2019 10:54 AM PST
El agua en manos estatales o en manos privadas, es a las finales lo mismo.
¿o no es acaso el Estado quien dispone quien o que empresa usa el agua?
¿no es caso el Estado quien entrega territorios con ríos y lagunas dentro a Empresas e industrias, así sea mediante un pago justo o mediante favores ?
¿no es acaso que el sector privado desea tener el control del agua para supuestamente administrar mejor su reparto?, pero como la historia lo ha mostrado priorizará su reparto a su sector, haciendo más caro el costo del agua argumentando que el alza es por el mejor servicio.
Tomemos como ejemplo la privatización de la telefonía.
En fin, el problema no es solo la corrupción, el problema es el Poder...
El problema es que esos sectores (privado y estatal) se apoderan del agua y demás elementos naturales así como también de toda especie en flora y fauna. Inclusive se apoderan de nuestras vidas nuestro tiempo etc y tengamos que tributarles por ocupar un pedacito de tierra para vivir o alimento que el planeta no le cobra a nadie como para que cualquier sector transforme todo en mercancía.
Y la solución tampoco sería apoderarnos de todo eso, más sí liberar la tierra de cualquier apoderamiento, y solo tomar lo necesario para vivir. Si el agua que consumimos necesita tratamiento, es porque de donde proviene está contaminado por industrias. O porque hemos forzado vivir en un espacio artificial (ciudad) que para su edificación nociva tuvo que eliminar un espacio natural, que necesita tuberías también para alcantarillado (que ya está colapsando a nivel mundial) para llegar a lugares alejados de su fuente natural.
El agua para consumo vital escasea, y nosotrxs ni cuenta.
El agua es usada en todo proceso industrial, vendiéndola o regalándola (ríos, lagunas,...) a lxs mejores postores, y nosotrxs ni cuenta.
El agua como los demás elementos de la tierra, son importantes para el equilibrio planetario, y para la vida de flora y fauna... y nosotrxs ni cuenta.
El agua que quieren sacar con la desalinización del mar, impacta negativamente al mar, sus vegetales y habitantes marinos y a quienes se alimentan de ellxs ... y nosotrxs ni cuenta...
La energía eléctrica es la futura energía que llaman “limpia” pero usa/desperdicia gran cantidad de agua, así como para la extracción de litio para las baterías que usarán los artefactos del INTERNET DE LAS COSAS (scooters, bicis, refris, relojes, celus, motos,.. eléctricas) que se está implementando a nivel mundial para hacernos más dependientes de la tecnología.
Solidaridad con lxs ambulantes, colectiveros, motorizadxs, luchas socioambientales.. que bajo la premisa de “erradicar la informalidad” les reprimen.
El Estado, las industrias, el extractivismo... es formal, y miren todo el daño que nos hacen.
Vivimos en una especie de esclavitud, y nosotrxs ni cuenta- ¿ y la libertad para cuándo ?
*Volante repartido el día jueves 28 de noviembre 2019 en la ciudad de lima región perú, en la llamada “marcha contra la privatización del agua”*
*Solidaridad con todas las luchas, secuestradxs y asesinadxs en resistencia estos últimos meses y siempre*

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Posted: 02 Dec 2019 10:44 AM PST
¡Exclamada fuerza
que a ti me junta,
luz de mi corazón
contra la noche eterna!
Con un ardiente abrazo
a ti te respondo;
de aquel que, por un igual,
es sostenido entre sus brazos
en los momentos dolientes.
A ti me acerca
este camino oscuro,
para reconciliarme
con mi pasado adoctrinante
y, así, sentir de nuevo
ese aire frío rozando mi cara
en los lazos eternos
de la amistad y del compañerismo.
Qué si no fuera por ti,
hoy no podría compartir más el pan,
qué si no fuera por ti,
hoy se me hubiera tragado el delirio,
qué si no fuera por ti
hoy no hubiera sido más de mí,
que un esputo en el suelo.
Hoy te quiero decir compañero,
allá, estés donde estés,
que gracias por salvarme de mi propia ruina,
que gracias por compartir tus ideas conmigo.
Eres, en verdad, una inspiración para mi vida,
gracias por dejarme sentir a tu lado
el calor de la fraternidad.
-Richie punk-

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Posted: 01 Dec 2019 04:19 PM PST
Pues yo soy el poeta jurado de todos los intrépidos rebeldes del entero mundo,
Y quien viene conmigo deja atrás la paz y la rutina,
Y se juega a perder la vida a cada instante.” 
Walt Whitman, A un revolucionario europeo frustrado (1856), en Leaves of Grass.
… donde hay peligro,crece lo que nos salva.
Friedrich Hölderlin, Patmos.
A un mes y seis días de iniciada la insurrección, la Anarquía continúa viva en la región chilena. Es un acontecimiento sin precedentes en Chile y en América Latina. Ha sido el kayros de la Anarquía: el momento emancipador que acontece en el tiempo y el lugar pertinentes, la audaz encarnación de una pronunciada negación del Estado y de toda autoridad.
El eco de la vieja consigna anárquica “Ni Dios ni Estado Ni Patrón” retumbó a lo largo y ancho de la geografía austral y ha hecho vibrar corazones desde Cabo de Hornos hasta las orillas de los ríos Sama y Camarones.
Es evidente, que en su cotidiano quehacer subversivo, el anarquismo insurreccional de tendencia informalista, tensó al máximo sus potencialidades y, también exploró sus dificultades y sus propios límites, valiéndose de efímeras coyunturas –mutantes de un lugar a otro–, que le permitieron bosquejar (a partir del conflicto y las diversas contingencias) las posibilidades cromáticas de su trasfondo teórico-práctico y, fomentar los ánimos refractarios, concretando acciones individuales y/o de pequeños grupos de afinidad abocadas al ataque y la expropiación.
Sin embargo, faltó dinamita. Escaseo el diesel y la gasolina. Se escatimó en el ataque. Hubo carencia de expropiaciones. No fueron demolidas las sedes de TODOS los partidos políticos. No se asaltaron prisiones ni manicomios. Se arremetió contra los símbolos pero faltó tiro al blanco. Quedó pendiente una fogata gigantesca con los cientos de banderas que se perciben en las marchas (incluyendo la rojinegra, porque TODAS las banderas están llenas de sangre y de mierda). Esa penuria ha permitido que la potencia negadora se desvíe hacia el “triunfo”, en lugar de inyectarle vida al conflicto y exceder los cantos instituyentes que ya amenazan con imponer la paz de los sepulcros.
Hoy, el punto neutro de la insurrección empieza a revelarse con nitidez. La emulsión hace lo suyo y emerge la instantánea completa, mostrándonos el impasse en su justa dimensión. Comprenderlo será un salto enorme de la pedagogía ácrata que puede contribuir al despertar de la modorra dogmática en que se encuentra sumido un sector considerable del denominado “movimiento anarquista”.  
La potencia de choque de una insurrección no se mide por sus efectos ni reside en el crecimiento cuantitativo de las y los insurrectos, sino en lo que irradia ipso facto de ella. Reside en la vitalidad de su fuerza negadora, en su talante ofensivo, en la agudeza de la acción, haciendo de la insurrección un rito diferente del simbólico.
La feracidad del accionar anárquico reside en sí mismo, por eso fecunda audacias, alimenta la creatividad destructora y propugna voluntades subversivas, multiplicando la violencia antiautoritaria y la práctica ilegalista.
Instantáneas de la revuelta (segundo acercamiento)[i]
Como era de intuirse desde el primer día de la insurrección, la represión no se dejó esperar. Hasta el momento, según las propias cifras oficiales, se contabilizan más de una veintena de muertos, cinco de ellos ha consecuencia de los disparos de las fuerzas represivas; seis mil quinientas personas detenidas, de las cuales 759 son menores de edad; dos mil trescientos noventa y una heridas (41 por disparo de arma de fuego, 964 por perdigones, entre las que se cuentan 222 con lesiones oculares –que han perdido la visión de un ojo o han quedado completamente ciegas– y 909 ha consecuencia de las brutales golpizas) y; cientos de mujeres violadas y ultrajadas sexualmente. Se pudo constatar que la Policía de Investigación (PDI), instaló un centro de torturas en el Shopping Arauco Quilicura, donde han sido atormentados cientos de manifestantes detenidos durante las revueltas.
Por su parte, las y los insurrectos han atacado con artefactos incendiarios cuarteles militares, comisarías, cabinas de peaje, iglesias, supermercados y otras instalaciones comerciales y; han logrado derribar drones de vigilancia de la policía con la ayuda de cientos de apuntadores laser.
Gracias a la oportuna diligencia de los hackers y a la aplicación que reveló el domicilio de muchos uniformados, se han multiplicado los ataques a las casas de policías en toda la región: en Viña del Mar, personas encapuchadas atacaron la residencia de un comandante de policía y varias casas de uniformados fueron grafiteadas con amenazas de muerte y sus vehículos destrozados. En San Antonio, fueron atacados los cuarteles de Tejas Verdes e incendiaron parte de sus instalaciones. En Chiguayante, un grupo de insurrectos irrumpió en las casas de algunos policías destrozando todo lo que hallaron a su paso. En Quinta Normal ​​apuñalaron a un policía en su residencia y, en la Población de Lo Hermida, fue atacada la estación de policía, con un saldo de seis pacos heridos.
Mientras los policías dormitan en sus autos, constantemente son agredidos con artefactos incendiarios, una práctica fácil de replicar que ha comenzado ha extenderse a varios vecindarios. Durante las protestas en la ciudad de Rancagua, lanzaron un cartucho de dinamita a una patrulla de carabinaros que no llegó a explotar. En la Población La Victoria, comuna de Pedro Aguirre Cerda, al sur-centro de Santiago, fue incendiada la casa de un uniformado, al igual que en la provincia de Coyhaique, donde fueron atacadas con docenas de bombas incendiarias propiedades de carabineros.
En pleno centro de Santiago, encapuchados atacaron la Parroquia de la Asunción y utilizaron el mobiliario y los santos para hacer barricadas; quemaron la Iglesia de los Sacramentinos y, la Iglesia de la Veracruz en el Barrio Lastarria, declarada “monumento histórico” durante la dictadura fascista del general Augusto Pinochet. La Catedral de Valparaíso, también fue atacada por una multitud, quemando algunas de sus puertas, destrozando bancos, altares y la pila de bautismo. En Puerto Montt, durante la madrugada del miércoles 20, encapuchados atacaron la casa pastoral Graciela Bórquez, en pleno centro de la ciudad y, en el sector Coihuin, quemaron la casa del sacerdote Luis Izquierdo acusado de abuso sexual.
Además de las iglesias católicas –consecuentes con la práctica anárquica y a modo de homenaje a la célebre frase kropotkiana («La única iglesia que ilumina es la que arde»)–, fueron incendiados y destrozados varios templos evangélicos, destacando el ataque del 28 de octubre en la ciudad de Santiago a los estudios de grabación y las oficinas del Ministerio de Comunicaciones GRACIA TV, en Santa Rosa. El mismo día y en la misma barriada sería atacada la Iglesia Bendecidos para Bendecir y, la Iglesia Ministerio Internacional para la Familia (MINFA), dependencia del Hotel Mercure, en Santiago Centro. En Valparaíso, el 20 de octubre fue atacado por encapuchados el Centro de Restauración Internacional (CRI-Chile) y, el día 26 de octubre, la Iglesia Presbiteriana de Valparaíso. En Temuco, en la madrugada del 20 de octubre fue atacada la Iglesia Asambleas de Dios y; en Araucanía, en el sector rural de la Púa, la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera.
En la ciudad de Los Andes, una multitud encapuchada expropió una farmacia para llevarle pañales, medicamentos y artículos de limpieza a un hogar de ancianos.
Como concierne a toda insurrección antiautoritaria, los políticos también han sido blanco de los ataques insurgentes sin importar el color ideológico de sus partidos. En Talca, personas encapuchadas quemaron la sede parlamentaria del senador ultraderechista Juan Antonio Coloma del Partido Unión Demócrata Independiente/Popular (UDI/P). En total, ya han sido atacadas ocho sedes de la UDI y dos sedes de Renovación Nacional. El pasado viernes 22, un grupo de manifestantes de la Asamblea de Feministas de Arica, atacaron con pintura y escupitajos al senador del Partido Socialista, José Miguel Insulza, a las puertas de Radio Cappísima y; en horas de la madrugada de hoy en Punta Arenas, un grupo de afinidad atacó con bombas incendiarias el Espacio Comunitario La Idea, sede parlamentaria del diputado Gabriel Boric de Convergencia Social.
A pesar del creciente dinamismo subversivo y la participación protagónica del anarquismo insurreccional, algunos comunicados de grupos afines a la tendencia informal, señalan conductas paranoicas en ciertos “compañeros” que apoyados en las teorías de la conspiración, en absurdas tesis sobre supuestos golpes de Estado y, otros presagios fantasiosos, llaman a la desmovilización y comienzan a generar miedo creando un clima de derrota anticipada.
Esta psicosis logró penetrar a algunos sectores formados en «la ominosa cultura ciudadana de creer que cada ataque es un montaje» y han comenzado a acusar a probados compañeros de ser “agentes encubiertos”.
Paralelamente, las estrategias impulsadas por el sistema de dominación a través de sus medios de domesticación masiva, han sido adoptadas por los manifestantes ciudadanistas que llevan a cabo una labor paramilitar anti-encapuchados que solo beneficia a nuestros enemigos. Esta atmósfera contrainsurgente, provocó que un grupo de manifestantes golpeara brutalmente a un joven y lo colgaran del puente Pio Nono, acusándolo de ser un policía infiltrado sin el menor fundamento.
Lamentablemente, estas actitudes nefastas aún prevalecen con gran arraigo en nuestras tiendas, particularmente en aquellas escenas contaminadas con el discurso liberal y entre quienes se asumen como parte integral de las llamadas “izquierdas”.
Las trampas de la paz: Coincidentia Oppositorum
Para decirlo con Bakunin: «Yo creo haber probado, y los acontecimientos no tardarán en demostrarlo mejor de lo que yo he podido hacerlo[ii]» que, la primavera chilena comienza a encaminarse a una cierta extenuación. El fuego refractario está siendo sofocado. La flama anárquica empieza a languidecer. El oxigeno que daba vida a la Anarquía se agota.
En sus Cartas a un francés sobre la crisis actual, Bakunin recomendaba «la acción inmediata no política del pueblo, por la sublevación en masa de todo el pueblo francés, organizándose espontáneamente de abajo a arriba, para la guerra de destrucción, la guerra salvaje a cuchillo»[iii]; pero su exhortación data de 1870 y, definitivamente, ciento cuarenta y nueve años no han pasado en balde. De hecho, el propio Bakunin terminaría sus días muy decepcionado con la “masa” y, le apostaría más a la coordinación de voluntades afines, haciendo énfasis en la conspiración de las minorías refractarias y la propaganda por el hecho.
En nuestros tiempos, no podemos depositar la más mínima ilusión en la “masa”. Sabemos sobradamente como actúa la servidumbre voluntaria. Sí se verificara la insurrección generalizada y «la guerra de destrucción», «la guerra salvaje a cuchillo» tuviera lugar, el final de la película ya lo conocemos de antemano. Unos segundos antes que aparezca el rótulo: The End, emerge un flautista de Hamelin que guía al rebaño de roedores a sus antojos.
Lo peligroso de la “masa” es su maleabilidad. Con la misma facilidad con que asiduamente la moldean los demócratas liberales, también la modelan los líderes religiosos y los dictadores. Su enorme plasticidad le permite –sin distingo– impulsar las más intrépidas gestas libertarias o avivar el fascismo más obsceno.
La ideología participacionista siempre juega su papel y termina retomando las riendas a través de la maquinaria de cooptación.
Basta echarle un ojo a la superproducción que desde ayer navega en las redes con tendencia a viralizarse en tiempo record, intitulada “El Pueblo Unido, Un Nuevo Amanecer[iv], para corroborar las intenciones fehacientes de los dispositivos de captura del sistema de dominación. Justo ahí, a partir de una narración aparentemente insignificante, cobra vida la obra contrainsurgente.
Esto explica la exigencia del ángulo ancho para poder abarcar en la foto a los parlamentarios de todas las tendencias que hoy posan sonrientes por «los acuerdos alcanzados». Desde Wall Street a Zúrich los poderosos aplauden efusivos la cohesión de la clase política. ¡Histórico! Enfatizan a ocho columnas las portadas de los diarios impresos, anunciando la caída de la Constitución de Pinochet. La irreductible “Plaza de la Dignidad” (antes Plaza Baquedano o Plaza Italia) amanece mágicamente cubierta por un inmenso lienzo blanco como símbolo de paz.
La dialéctica marxista del poder constituyente comienza a monopolizar la lucha. No es casual el rol negociador de la Mesa de Unidad Social. La salida de la “crisis” por la izquierda es la receta idónea para darle continuidad a nuestro paraíso capitalista global. El “nacional populismo” –ya sea de “derecha” o de “izquierda”– es la solución. Desde América Latina a Europa nos lo imponen como el único camino de “reestructuración”, o sea, la vía para vendernos más capitalismo (pero ahora “con rostro humano”, off course).
Por eso el llamado a la “unidad popular” mediante un sonsonete meloso que rescata la trova de Quilapayún con ayuda de un novedoso arreglo musical –con cierta reminiscencia soviética–, acoplando una lírica panfletaria que reitera hasta el cansancio «la patria está forjando la unidad»[v].
Pese a las breves estrofas de un par de hiphoperos al servicio del patrioterismo vernáculo («No somos de derecha ni de izquierda/no somos de esa mierda» y, «vamos decididos como humanos sin partidos»[vi]), es incuestionable la mano que mece la cuna. Las imágenes del videoclip son axiomáticas: una marcha multitudinaria y vario pinta ataviada de banderas chilenas y (en menor proporción) Mapuches, mostrando al final de la comparsa incontables pancartas y cartulinas registrando una amplia gama de demandas ciudadanas y, de cierre, con broche de oro, una gigantesca bandera nacional con el lema: «¡Vamos! Chile no se rinde»[vii].
A modo de conclusión preliminar
Algunos compañeros consideran que aún no es momento de sacar conclusiones y que debemos esperar que «las aguas tomen su curso y se verifiquen los resultados de la insurrección»[viii]. Aseguran que «la nueva Constitución, la nueva Asamblea Constituyente, la enminente caida de Piñera»[ix] y, todo el conjunto de cambios políticos que se sucedan, son el meollo del «triunfo popular que transformará para siempre a la sociedad chilena»[x].
Estos “compañeros” insisten en que «pensemos en frío antes de emitir comentarios»[xi] para poder apreciar el desenlace.
Más allá del uso de lugares comunes y el abuso de imágenes cursis, me queda claro que quienes así piensan le apuestan al restablecimiento de la normalidad.
Por el contrario, considero que el tiempo de cavilar es ahora: en caliente, conciliando el acto reflexivo con la excitación de la lucha, aún con el fuego cautivo en las pupilas y las manos negras por los residuos de la pólvora. Y, en consecuencia me pronuncio:
En estos días en que algunos ya celebran el «triunfo popular», es cuando comprendemos que nuestra carencia de libertad continuará flajelándonos con un nuevo rostro, con una nueva Constitución y, probablemente, bajo un nuevo gobierno. Es entonces cuando percibimos que nuestra meta nunca fue el subsidio al transporte público ni un alza en los salarios ni en las pensiones ni nuevas oportunidades de trabajo ni el fin del precariado ni la gratuidad de la educación; es cuando revelamos –ante propios y extraños– que nuestra lucha nunca fue por un Seguro Nacional de Salud ni por una nueva Constitución ni por una Asamblea Constituyente ni contra la corrupción ni por la transparencia democrática ni por la participación parlamentaria ni por la sensibilización de los pacos ni por el arribo al poder de un gobierno popular y, mucho menos por una nueva Patria.
Todo ese conjunto de demandas ciudadanistas sólo fue el pretexto para exacerbar la rabia y desatar las pasiones libertarias, la coyuntura sublime para extender el caos y darle vida a la Anarquía. Nosotros, las y los anarquistas, no luchamos por reformas. La lucha anárquica se lleva a cabo fuera de la esfera de los “derechos” legales. Por eso pienso que la guerra tiene que continuar.
Quizás terminaron los días en la barricada y concluyeron las expropiaciones multitudinarias pero ha llegado la hora de la natural decantación que potencializará el accionar de un reducido núcleo refractario que una vez más confirma la gravitación de los grupos de afinidad y la pertinencia de l@s lob@s solitari@s. Nuestra guerra es contra toda Autoridad, por el fin de la mercancia, por la liquidación de la producción y de toda nocividad, por la destrucción del trabajo, por la destrucción del enemigo.
Llegó el momento de desterrar de nuestras tiendas la máscara de la corrección política y las actitudes anarco-izquierdistas que tan caro hemos tenido que solventar. Nuestro accionar no requiere de la aceptación y la empatía de la muchedumbre. Como atinadamente cuestiana Bonanno ¿cuánto nos cuesta llevar puesta la careta de la respetabilidad revolucionaria?[xii]
«Los anarquistas a menudo no se presentan como lo que realmente son. No dicen de inmediato: somos anarquistas, queremos destruir al enemigo. Por lo general son más suaves, para no asustar a los que están escuchando. Porque piensan que el crecimiento cuantitativo puede fortalecer al movimiento anarquista, creen que de esa forma los anarquistas, que hoy son cien o, mil, mañana pueden ser diez mil, cien mil, y hacer posible la revolución.»[xiii]
En un mundo tripolar (EE.UU/China/Rusia), donde paradójicamente, ya no se enfrentan programas ideológicos “opuestos” sino tres variaciones de un expansionismo capitalista depredador con intereses y enemigos comunes[xiv], nos queda muy claro que no hay alternativa, no hay “triunfo” viable. No hay Revolución posible, solo un mundo que destruir.
Ante ello, la pregunta de rigor en el tema que nos ocupa es ¿hacia dónde va Chile? Es decir, que intenciones subyacen realmente tras el eslógan «¡Vamos! Chile no se rinde» que aparece a manera de epígrafe sobre la gigantesca bandera con que finaliza el videoclip antes mencionado.
Para responder esta interrogante, tal vez haya quien nos recomiende repasar antes los “vaticinios” de algunos marxistas libertarios posmodernos que vislumbran en el “aceleracionismo” el derrumbe del capitalismo mediante su exceso de desarrollo y otean supuestos signos de poscapitalismo en el propio desarrollo del capitalismo global posindustrial en transición a la Edad Colaborativa (donde se regenerará la biósfera y se establecerá «una economía global más justa, más humanizada y más sostenible para todos los seres humanos de la Tierra»)[xv].
Sin duda, estos videntes optimistas que aseveran que tras la ola de insurrecciones planetarias se entrevé el fin del capitalismo solo intentan apaciguarnos y distraernos por el camino de la “construcción social”, enterados que no transigiremos en nuestros esfuerzos por la destrucción de todo lo que nos oprime porque nuestra lucha es por la liberación total.
Conscientes estamos que asistimos al fin de un ciclo económico y ello conlleva múltiples transformaciones generadoras de exclusión, frustraciones y desesperanza. El “consenso de Washington” ha concluido, dando paso a un modelo multicéntrico del capitalismo global. Estados Unidos, China, Rusia, Europa y, de cierta manera, América Latina[xvi], representan modelos específicos de ese capitalismo global que se expande sin límites en todos los confines de la Tierra.
A pesar de las “características específicas” de cada uno de estos países o bloques de países, todos dejan intacta la economía de mercado, lo que reduce en la práctica las “diferencias” a la manera en que cada proyecto particular reprime los antagonismos locales que emergen de la dinámica del desarrollo capitalista global.
Es irrefutable el avance a paso agigantado del capitalismo desde el Congo al Ecuador. China y Viet Nam son ejemplos fidedignos de su rápido crecimiento. Pese a todos los augurios, el capitalismo se renueva con cada “crisis” y presume una salud inquebrantable. Lo que nos lleva a concluir que sea cual sea el desenlace de esta insurrección, Chile se dirije inexorablemente hacia más capitalismo.
Así, el “porvenir”[xvii] que pronostica el remix de El Pueblo Unido, se reduce a más de lo mismo pero ahora, probablemente de la mano de la izquierda. «La luz/de un rojo amanecer»[xviii] que anuncia «la vida que vendrá»[xix] no es sino la extraña luminosidad escarlata de la niebla tóxica de las principales ciudades chilenas[xx], el aviso de la hecatombe ambiental que se aproxima por la elevada contaminación industrial, la despiadada explotación minera y la sobrecarga vehícular, todo obra y gracia de la depredación capitalista y; «la vida que vendrá», consecuentemente, será posapocalíptica pero, para entonces, seguro tendremos que agradecer a Monsanto por las provisiones de frutas y verduras a precios accesibles, en los albores de un capitalismo colaborativo.
Empero, esta certeza no nos amedrenta. Al contrario, nos invita a abandonar todos los encasillamientos utópicos y a reafirmar la Anarquía en el siglo XXI como un campo de guerra permanente. Reconocer que no hay alternativa, no es un llamado a claudicar sino la expresión gutural que nos incita al abordaje anárquico con el cuchillo entre los dientes, una propuesta de guerra cotidiana: todas las razones inmanentes para hacer que viva la Anarquía aquí y ahora, hasta que no quede huella de institución o autoridad alguna.
Gustavo Rodríguez,
Planeta Tierra, 24 de noviembre de 2019.
Posdata ineludible: El enemigo de la Anarquía en Chile ya no es el gobierno represivo de Piñera (con sus pacos asesinos en la calle y los milicos bayoneta en ristre) sino aquellos que celebran sinceramente el “triunfo” y comienzan a jugar la carta de la Asamblea Constituyente y afilan sus colmillos para abril 2020El nuevo enemigo es esa fuerza instituyente que comienza a mostrar el rostro. Combatirla –con la misma furia con que se ha confrontado a los actuales poderes– es el objetivo. Queda poco tiempo y mucho por destruir. Aún no se ha incendiado ninguna sede del Partido Comunista ni se le ha otorgado su merecido baño de mierda al diputado Boris Barrera.
Notas:
[i] Con información recabada a partir de los comunicados de diferentes grupos de afinidad y/o colectivos alojados en los portales afines Anarquía Info (https://anarquia.info), ContraInfo (https://es-contrainfo.espiv.net) y, ANA (https://noticiasanarquistas.noblogs.org/) y, a través del intercambio epistolar con entrañables compañeros y compañeras, testigos y protagonistas de los acontecimientos.
[ii] Bakunin, Miguel, Cartas a un francés sobre la crisis actual, 25 de agosto de 1870, recogido en: Obras completas, tomo I, Las Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1977, P.55.
[iii] Ibídem, P.78.
[v] Ibídem.
[vi] Ibídem.
[vii] Ibídem.
[viii] Quienes rubrican la misiva en cuestión no merecen ser citados y exigen una respuesta in situ mucho más contundente que la que les puedo dar por esta vía .
[ix] Ibídem.
[x] Ibídem.
[xi] Ibídem.
[xii] Conferencia multicitada en mi carta anterior, impartida en la Universidad Pantio, Atenas. Recogida en: Alfredo M. Bonanno, Dominación y revuelta, segunda edición revisada y corregida con adiciones, Edizioni Anarchismo, Trieste, 2015. pp. 139 - 176
[xiii] Ibídem.
[xiv] O al menos, eso intentan hacernos creer. Estados Unidos, China, Rusia e incluso Irán, comparten intereses en el combate a ISIS y sus células internacionales, aunque en realidad simulan combatirlo con el objetivo de machacar a sus verdaderos enemigos.
[xv] Tal es el caso de Jeremy Rifkin y su denominado “procomún colaborativo” –que tanto ha permeado en nuestras tiendas– donde identifica un nuevo modo de producción e intercambio que renuncia a las relaciones de mercado y a la propiedad privada, de la mano del “Internet de las cosas” y las ventajas de una sociedad de coste marginal casi nulo dando paso a la “cornucopia sostenible”. Para mayor información, Vid., Rifkin, Jeremy, La sociedad de coste marginal cero: El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el ecplipse del capitalismo, Paidós, Barcelona, 2014.
[xvi] Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que en Latinoamérica el capitalismo populista está en ascenso. Cuba, Nicaragua, Venezuela y la Bolivia del depuesto Evo Morales, son ejemplos concretos del Capitalismo de Estado del Siglo XXIEl Hombre Nuevo ha sufrido una contundente metamorfosis y ha devenido en Homo Capitalista, dispuesto a arrasar y devastar la Tierra. Aquel viejo chiste cubano de finales de los setentas cobra sentido: “los gusanos han regresado transformados en mariposas”.
[xvii] Por esas coincidencias fútiles de la vida la letra del remix ha sido sugestivamente alojada en: https://www.marxists.org/subject/art/music/lyrics/es/el-pueblo.htm 
[xviii] Ibídem.
[xix] Ibídem.
[xx] Chile tiene nueve de las diez urbes más contaminadas de América Latina (Padre las Casas, Osorno, Coyhaique, Valdivia, Temuco, Santiago, Linares, Rancagua y Puerto Montt). https://radio.uchile.cl/2019/03/06/ciudades-chilenas-son-las-mas-contaminadas-de-sudamerica 

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Posted: 01 Dec 2019 03:11 PM PST
Continúan los relatos sobre la Isurrección Mundial contra las Élites que se suma a las revueltas sucedidas en los últimos meses en Francia, Líbano, Chile, Ecuador, Nicaragua, Puerto Rico, Panamá, Haití e Irak. El Grupo Libertario Vía Libre hace un magnífico trabajo narrando de primera mano los hechos sucedidos en Colombia, un territorio tomado por Estados Unidos, socio preferente de la OTAN y cuyas élites se organizan entorno al Paramilitarismo Narco por lo menos desde los años 60. Nos da una idea de cómo se han desarrollado las movilizaciones, puntos fuertes y débiles y tareas pendiente. Así mismo arroja un rayo de esperanza para estos tiempos, el resurgir del Germen Anarquista, tal vez la última esperanza de emancipación global. Si con la cruda represión ejercida por las despiadadas élites colombianas se ha podido organizar esta revuelta popular significa que se puede llegar mucho más allá, y que se puede vencer su fuerza bruta con trabajo de base.
Salud! PHkl/tctca
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A continuación, analizamos la semana de protesta nacional vivida en Colombia tras el paro del 21 de noviembre hasta el día 27 del mismo mes. Detallamos el desarrollo de las jornadas centrando nuestra visión en Bogotá y en el día a día del paro; evaluamos el significado de la irrupción espontánea del movimiento y reseñamos algunos elementos comunes de la protesta, al tiempo que, proponemos algunas líneas de acción para fortalecerla.

Viernes 22 de noviembre: el toque de queda y la campaña del miedo

Desde el paro nacional del día anterior, inicia la huelga parcial de trabajadoras judiciales agrupadas en ASONAL y otros sindicatos.
Hacia las 7am se producen bloqueos en el Portal Américas de un centenar de jóvenes al que luego se suman más personas. Tras una hora de bloqueo pacífico, interviene el ESMAD y se generalizan los enfrentamientos con la policía, hechos que llaman a muchas jóvenes empobrecidas de la localidad a sumarse a la revuelta. Mientras se desarrollan estos choques, se producen, en horas de la tarde, saqueos sobre tiendas y locales comerciales en la zona de Patio Bonito.
Al tiempo, en el Portal Tunal se realizan también bloqueos que fueron reprimidos por la Policía. Las manifestantes se trasladan hacia el oriente al sector de Meissen, donde muchas espontáneas se suman a choques con las fuerza de seguridad que se prolongan durante toda la mañana. En horas de la tarde en Ciudad Bolívar se produce un saqueo al supermercado Ara.
Simultáneamente, se concentran jóvenes en la Plaza de Bolívar desde las 9 am y aunque inicialmente el número de policías supera el de manifestantes, este crece de forma rápida y dispersa. Sobre las 10 am y con unos 5.000 manifestantes en el lugar, una mínima tensión frente al Palacio de Justicia, precipita la represión del ESMAD, y la mayoría de manifestantes se dispersan por el centro de la ciudad. Mientras algunos manifestantes se alejan del centro, siguen llegando oleadas de gente a la plaza que sufre dos represiones más, hasta su virtual clausura por la Policía. 
En la tarde, el Comité Nacional de Paro convoca una reunión abierta, con pocas conclusiones, más allá de una reiteración a apoyar la movilización en curso, la condena habitual que hacen las direcciones burocráticas del anarquismo y la reiteración del pliego de reivindicaciones.
El acalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, emulando la advertencia gubernamental y la medida tomada en Cali el día anterior, impone el toque de queda desde las 8 pm en las localidades de Kennedy, Bosa y Ciudad Bolívar, extensiva también el municipio vecino de Soacha y un tiempo más tarde generaliza la medida al resto de la ciudad desde las 9 pm. En la noche, se realizan concentraciones masivas en Teusaquillo, Chapinero y Usaquén, lugar donde se presenta un plantón frente a un edificio de viviendas de lujo donde tiene una propiedad el presidente Iván Duque, desafiando el toque de queda, continúan las protestas al menos hasta las 11 de la noche. 
Por toda la ciudad se presentan cacerolazos desde ventanas, balcones, puertas y calles al menos durante una hora después del toque de queda.
En ese mismo periodo, se produce una ola de pánico ante supuestos saqueos a casas y sobre todo conjuntos residenciales de extracción media y popular, que el día anterior participaban de forma importante en los cacerolazos. El pánico se viraliza desde las 6:00 pm en Soacha y Bogotá, senadores del Partido Centro Democrático hablan de supuestas invasiones a conjuntos residenciales y las redes sociales se inundan de vídeos confusos de gente gritando y corriendo en los conjuntos. Se forman guardias vecinales contra supuestos saqueadores, armadas de palos, rocas, cuchillos, barras de metal y machetes, algunos en la localidad de Kennedy se identifican con camisas blancas y llaman a la intervención del Ejército y la Policía. Sin embargo, las invasiones no se producen y en horas de la madrugada la mayoría de vecinos retorna a sus casas.
Se presentan disparos y quema de objetos en las localidades de Santa Fe, Usaquén y Barrios Unidos, y es herido gravemente Martín Nieto que participaba en un recorrido de guardia por su barrio, en hechos aún por esclarecer.

Sábado 23 de noviembre: Dilan Cruz es herido de gravedad por el ESMAD

Haciendo un balance del toque de queda, se realiza una rueda de prensa conjunta del presidente Duque, el alcalde Peñalosa y fuerzas de seguridad. La Policía Nacional habla de 600 llamadas a la línea de emergencias concentradas en Kennedy, Suba, Usaquén y Barrios Unidos, y afirma que no hay ningún registro de que se hayan producido los saqueos a viviendas. Peñalosa habla de una campaña de terror bien orquestada y organizada. Culpa, entre líneas, a la oposición de izquierda, cuando la evidencia disponible sugiere más bien una instrumentalización por parte de la derecha uribista con la que gobierna.
Se producen concentraciones de jóvenes en la Plaza de Bolívar que son dispersadas por la acción del ESMAD, las manifestantes se alejan del centro mientras siguen llegando oleadas de gente a la plaza, quienes son reprimidos en reiteradas ocasiones. Se presentan choques entre manifestantes y el ESMAD en la Avenida Jiménez y en la Avenida 19, donde un sector de manifestantes que se desplazaba hacia el oriente es atacado por la policía. 
En estas acciones es gravemente herido en la calle 19 con carrera 4, el joven Dilan Cruz de 18 años quien es llevado al Hospital San Ignacio ubicado en la carrera séptima con calle 45.
En la noche continúan los cacerolazos espontáneos en los barrios con corte parciales de calles, que ahora combinan ollas comunitarias y canelazos. Se producen manifestaciones nocturnas de jóvenes en el sur occidente de la ciudad. 
Se realizan llamados dispersos a organizar asambleas vecinales, pero varias de las convocatorias fracasan, en medio de los llamados a movilización inmediata de la mayoría de manifestantes.

Domingo 24 de noviembre: Indignación por el caso de Dilan

Familiares, amigas y compañeras de estudio del joven Dilan Cruz, organizan una movilización desde el Colegio Gustavo Restrepo del Ricaurte hasta el lugar donde fue herido. Desde las 9:00 am concurren unas 2.000 personas, lideradas por sus compañeras del colegio, vestidos con camisas blancas y carteles con la consigna #TodosSomosDilan. Tras la concentración se produce una marcha espontanea hacia el Hospital San Ignacio donde se improvisa otro altar, que luego lleva a mas improvisadas marchas por el centro.
Continúan las grandes concentraciones nocturnas y cacerolazos, aunque es notorio el cansancio y varios de los puntos habituales de la protesta están vacíos. Se presenta una tendencia hacia una mayor unificación de los puntos de concentración. Continúan los homenajes a Dilan en el Hospital y el centro de la ciudad.

Lunes 25 de noviembre: Movilización por el Día Internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres

El sindicato docente ADE llama a organizar cacerolazos de una hora en las jornadas de la mañana y la tarde en los colegios distritales, con un acatamiento discreto. En la Universidad Nacional, cerrada desde el 22, se realiza una gran asamblea estudiantil que declara el paro indefinido.
Se organizan dos marchas feministas en el Día Internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres, una en el sur occidente de la ciudad desde las 3 pm a la que convoca el encuentro Aquelarre, y otra mayoritaria en el centro de la ciudad desde las 5 pm convocada por la Coordinadora Feminista de Bogotá.
La marcha desde el Parque Nacional suma un bloque mayoritariamente de mujeres estudiantes de universidades privadas que se movilizan desde el centro de la ciudad. En total, en la marcha se reúnen unas 10 mil personas, sobre todo estudiantes de secundaria y universidad, aunque las columnas específicamente feministas son minoritarias. 
Se organiza así la jornada del 25 de noviembre más grande de la historia del país, aunque en esta oportunidad la marcha de organizaciones de mujeres y disidencias representa solo un sector de quienes se movilizan en la jornada. En este escenario, se producen una combinación de consignas de la protesta nacional y especificas del movimiento feminista con predominio de las primeras, lo que no excluye que muchas jóvenes resultan interpeladas por las consignas específicas por el aborto legal, la educación sexual, la lucha contra la violencia machista, entre varias. La movilización termina en la Plaza de la Hoja, con la Avenida 30 parcialmente bloqueada, y el despliegue de un gigantesco trapo con un símbolo de lucha feminista sobre uno de los edificios residenciales.
La concentración sobre la 30 continúa hasta altas horas de la noche, y estudiantes universitarias bloquean la Avenida 26 en inmediaciones de la Universidad Nacional. Se confirma la muerte [el asesinato] del joven Dilan Cruz.

Martes 26 de noviembre: Reunión abierta del Comité Nacional de Paro

Se realiza un bloqueo parcial del Portal Suba que tras la amenaza de represión se convierte en una marcha barrial por el interior de la localidad. 
Continúan los homenajes a Dilan Cruz tanto en la 19 con 4ta como en el Hospital San Ignacio. 
Se convoca una nueva ola de asambleas populares, con resultados mixtos, con mejores desempeños en los barrios populares del sur. 
Al tiempo, se organiza una nueva reunión abierta del Comité Nacional de Paro de la que surge un llamado a ampliar la participación de diferentes sectores y coordinar posiciones frente al llamado diálogo nacional propuesto por el gobierno.
Algunas decenas de estudiantes de la Universidad Nacional bloquean la Avenida 26 durante todo el día con partidos de fútbol y voleibol. 
En la tarde hace presencia el ESMAD para despejar las calles y las concentraciones siguen frente a la acera. En la noche, se presentan grandes confrontaciones entre las estudiantes y jóvenes espontaneas con el ESMAD sobre la entrada de la Calle 30 y la Avenida 26.

Miércoles 27 de noviembre: Segundo paro nacional

Se produce un llamado a un nuevo paro nacional, aunque esta vez sin ninguna huelga concreta. Algunas decenas de manifestantes realizan intentos de bloqueo de los portales del Sur, Américas y Suba, pero son reprimidos por la Policía y continúan las movilizaciones localizadas sobre todo en Suba que se moviliza durante varias horas y en la estación Banderas en Kennedy.
Los sindicatos realizan una movilización desde el Parque Nacional por la calle 10ma a la Plaza de Bolívar, con gran protagonismo de delegadas de ADE, trabajadoras y estudiantes del SENA y empleadas estatales. La movilización es discreta en términos de fuerza y logra reunir unas 5 mil personas. Se suman grupos juveniles espontáneos en diversos puntos. Ante la ausencia de un acto central, la concentración se disuelve parcialmente, aunque miles de jóvenes continúan llegando en horas de la tarde y permanecen hasta la noche.
Se realiza una movilización estudiantil desde la Universidad Nacional hacia el norte de la ciudad que inicialmente se acuerda finaliza en la calle 100. Se suman estudiantes de universidades públicas y privadas del centro de la ciudad, y luego se suman columnas de la Universidad Pedagógica y Distrital. La movilización que bloquea parcialmente la autopista continúa por horas y en la noche llega mermada al Portal Norte y la estación de la calle 183. Sobre las 10 de la noche, las manifestantes que continuaban bloqueando el portal, son duramente reprimidas por la Policía y se producen choques hasta las 12 de la noche. En la represión, cae de un puente el joven estudiante Cristian Camilo Caicedo.
Continúan los homenajes a Dilan en el centro y el hospital, y se organizan concentraciones en la tarde con grupos musicales sin corte de vías en el parque de los Hippies. 
El Comité Nacional de Paro convoca a organizar asambleas barriales y realizar una pronta reunión de estas instancias de organización a nivel de localidad y la ciudad toda. Se realizan asambleas de organizaciones comunitarias en San Cristóbal y convocatorias divididas en Kennedy.
A nivel nacional, los indígenas nasa organizan dos bloqueos en la carretera Panamericana del norte del Cauca y en los que se producen choques con el ESMAD.

La irrupción espontánea del movimiento

El Paro Nacional del 21 de noviembre, con debilidades en términos huelguísticos y mayores fortalezas en materia de bloqueo de vías, tuvo una continuidad parcial en la convocatoria barrial del 22. Esta fue una jornada muy superior a los paros parciales de los últimos años, y se asemeja más a los paros cívicos nacionales del 14 de septiembre de 1977, el 21 de octubre de 1981 o el 20 de junio de 1985, el paro cívico regional del nororiente del 7 de junio de 1987 que se prolongó por una semana o el paro cívico del 1 de septiembre de 1999.
Desde el estallido del 21 de noviembre, se experimenta en el país y la ciudad una jornada espontánea de protesta nacional, que, aunque se identifica como paro, no es de hecho un movimiento de cese de labores productivas o de servicios. Sin embargo, si mantiene importantes elementos de movilización popular, y anormalidad en el tránsito y el funcionamiento de la economía.
La protesta nacional centralmente organizada en los cacerolazos espontáneos con cortes de calles y, en menor medida, en los bloqueos de avenidas, es un elemento inédito y desconocido en la historia del país.
Por otro lado, y como balance parcial de la segunda jornada de paro convocada para el 27 de noviembre por el Comité Nacional de Paro y la CUT fue un fracaso relativo como huelga general, logrando solo una modesta movilización sindical por las principales capitales del país. Eso sí, de nuevo la jornada contó con importantes niveles de movilización vecinal, estudiantil y popular, combinando los elementos más fuertes del pasado 28 de noviembre del 2018 o el anterior 25 de abril de este año, con las nuevas dinámicas de la jornada de protesta nacional en curso.
Hoy es claro que ninguna fuerza política o social está dirigiendo la enorme protesta nacional y hay una predominante espontaneidad en esta movilización social. El contradictorio Comando Nacional de Paro de liderazgo sindical y, en menor medida, otras organizaciones sociales y políticas, han lanzado un pliego de exigencias y unas líneas generales de acción, que han tenido una acogida muy parcial por parte de los manifestantes.
La protesta nacional ha suscitado diversas consecuencias en el gobierno Duque. Por un lado, aunque continua su intención clara de impulsar su agenda de reformas neoliberales, la administración sigue negando la implementación de un paquetazo legislativo a la manera de Ecuador, y toma distancia del proyecto de reforma laboral radicado por el Centro Democrático en el senado para reducir de diferentes formas el salario mínimo. Por otro lado, anticipando y buscando prevenir la situación de Chile, el gobierno llamo un diálogo nacional con diferentes sectores y propuso una serie de reformas limitadas de alivio a la pobreza, negándose a discutir las decisiones económicas que justifican la protesta y la condición principal de las organizaciones del Comité Nacional de Paro.
Finalmente, ha aumentado la fractura de Duque con el ala más dura de su propio partido, representada por María Fernanda Cabal o José Obdulio Gaviria que claman por el Estado de excepción; ha fortalecido dentro del gobierno el peso del nuevo ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo, continuista y defensor de una línea de fortalecimiento de la represión y ha debilitado la contradictoria alianza de la coalición uribista-conservadora y los partidos independientes como Cambio Radical, Liberal y sectores de la U, que negocian con el gobierno cada votación legislativa.

Elementos comunes de la protesta

Los elementos claves de esta protesta nacional son varios. 
En primer lugar, el movimiento es tan vasto que es válido suponer que ha habido cacerolazos en la mayoría de los 998 barrios de la ciudad y al menos dos concentraciones en, al menos, cada una de las 117 Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ) de la urbe. Se presenta un fenómeno de miles de jóvenes que deambulan durante el día y sobre todo en la tarde noche, vagamente coordinados por redes sociales, buscando participar de las concentraciones y cacerolazos. Sin embargo, también es claro que los elementos de organización popular son débiles, la mayoría de las convocatorias a asambleas abiertas para agrupar las fuerzas del movimiento a nivel local han fracasado y la mayoría de las manifestantes aún no son muy receptivas a los llamados de organización.
En la coyuntura se han formado grupos improvisados de agitadoras callejeras, muchas de las cuales se transportan en bicicleta, algunas en moto o patineta, que pitan o gritan consignas a favor del paro en diversas vías de la ciudad, sobre todo en la noche. No son correos humanos orgánicos que enlacen las fragmentadas protestas, pero en ocasiones mantienen un mínimo de agitación entre un lugar de la protesta y otro. 
También, grupos de conocidas y amigas se movilizan caminando por las calles principales caceroleando y agitando, sin mucho eco entre las transeúntes o vecinas, aunque comúnmente hay algún apoyo en al menos un apartamento de las torres de edificios o de un vehículo en cada parada de semáforo.
En las concentraciones se ha presentado un gran protagonismo de las artistas y receptividad hacia sus manifestaciones especialmente musicales y, en menor medida, de danza, telas o teatro. Se han presentado varias escenas de cientos y hasta miles de personas cantando, aplaudiendo y siguiendo el ritmo de bandas, batucadas y grupos improvisados. En la mayoría de las ocasiones las artistas han sustituido las consignas políticas, en algunos casos las han acompañan e incluso propuesto nuevos elementos de agitación como las diferentes versiones de la canción bella ciao.
Uno de los sellos de esta protesta es la relativa ausencia de símbolos políticos partidarios y la gran cantidad de banderas de Colombia, personas que portan las camisetas de la selección masculina de fútbol, se pintan los colores de la bandera estatal y entonan, a veces de forma reiterada, cantos solemnes e improvisados del himno nacional. Este nivel de patriotismo callejero era desconocido por el movimiento popular, aunque sí había elementos nacionalistas presentes en las manifestaciones sindicales y de forma más reciente las movilizaciones contra el asesinato de líderes sociales, estos eran escasos en las protestas barriales y casi nulos en las estudiantiles. Este patriotismo masivo, muestra la irrupción multitudinaria de personas no organizadas en estas jornadas.
Se han registrado dos grandes fenómenos poblacionales en esta protesta. Por un lado, el indiscutible protagonismo de las jóvenes populares, estudiantes de secundaria, trabajadoras, desempleadas y estudiantes técnicos y tecnológicos, de los que Dilan Cruz es un poderoso símbolo. En un país con un movimiento estudiantil de secundaria y educación técnica tan débil, resulta sorprendente la abrumadora cantidad de adolescentes en las actividades y las referencias a los memes, la cultura digital y la rebelión frente a la familia. También, han sido las jóvenes precarizadas de los barrios populares, principalmente hombres, quienes han protagonizado los choques con la policía, muchas veces con presencia minoritaria o aún inexistente de jóvenes universitarias más politizadas. Sin embargo, esta rebelión juvenil diurna, ha sido acompañada por una ola más nocturna de participación en cacerolazos de niños y niñas, adultas y personas mayores, una diversidad amplia y conmovedora.
Hemos visto que a medida que anochece muchos de los puntos de concentración, se han convertido en espacios recreativos, donde grupos de jóvenes dispersas que cortan hasta altas horas de la noche una vía conversan con entonación eventual de consignas políticas. Desde el 22 y el 23 de noviembre, se hacen comunes formas de “parchar” en medio del cacerolazo con alto consumo de alcohol y marihuana, sobre todo en los grupos más espontáneos, aunque estas prácticas de consumo en las actividades políticas siempre han estado presentes, para bien o para mal, en las marchas estudiantiles. La idea del cacerolazo como fiesta es positiva, aunque el uso excesivo de sustancias psicoactivas puede generar conductas riesgosas, como lo muestra la imagen de grupos de manifestantes que a media noche son incapaces de caminar y son, por lo tanto, presas fáciles de la represión.

Nuestra propuesta

La actual jornada de protesta popular representa una gran explosión de indignación social. Cientos de miles de personas en Bogotá y el resto del país se han movilizado y contagiado de un clima de rebeldía política y solidaridad social, nunca visto por nuestra generación en este nivel de masividad, en un hecho que ha resultado conmovedor para propias y extrañas. Per se, esto es una gran ganancia para el movimiento popular que, sin embargo, es importante que consigamos acompañar con la conquista ante el gobierno y la burguesía de reivindicaciones sociales concretas e inmediatas, en miras a un camino de luchas de mediano plazo.
Ante la espontánea ola de patriotismo callejero, pensemos que siempre con empatía y comprensión, podemos ir problematizando y sustituyendo los símbolos de identidad nacionalista, por nuevas y más bonitas formas de identidad rebelde y de clase, fortaleciendo la presencia simbólica y política del internacionalismo, potenciando las reivindicaciones y propuestas libertarias, obreras y feministas.
Finalizada la gran jornada del 21 de noviembre con protagonismo sindical, la mayoría de las trabajadoras ocupadas han tenido una participación menor en la protesta, ya sea sufriendo las alteraciones de transporte y sumándose a las largas caminatas hacia los barrios obreros, ya sea apoyando en sus barrios las acciones nocturnas de cacerolazo y movilización. La tarea de organizar sindical y socialmente este sector social, principal afectado de la agenda de reforma salarial y pensional del gobierno Duque, sigue mostrando su urgencia hoy.
La juventud popular que esta semana se toma con energía y rabia las calles, afectada por el desempleo y el trabajo precario, la inseguridad en salud, prestaciones y pensión, la violencia machista y la represión policial, está viviendo un interesante proceso de irrupción colectiva y politización en la lucha. Sin embargo, a partir de ahora, es claro que debemos apuntar a construir un movimiento estudiantil con procesos gremiales activos en todos los colegios públicos e instituciones técnicas y tecnológicas, sindicalismo con vocación e interés en organizar a la juventud precarizada, movimientos barriales, educativos y sociales para construir alternativas de vida a las cortas perspectivas de futuro que le impone el capitalismo a la juventud obrera.
Los barrios populares de toda la ciudad han tenido un protagonismo extraordinario en este periodo. Es nuestra tarea fortalecer los procesos de organización barrial, y la combinación de reivindicaciones sociales a la clase empresarial y las autoridades locales y nacionales en materia de trabajo, educación o cultura con la extensión de los procesos de autogestión y auto organización territorial.
Las mujeres y disidencias sexuales han participado activamente en esta coyuntura extraordinaria, con niveles de visibilidad y movilización difíciles de encontrar en el pasado. Sin embargo, los nuevos y viejos sectores que han salido a la protesta siguen reproduciendo una cultura ranciamente patriarcal que es necesario empezar a modificar inmediatamente proponiendo nuevas consignas, formas de actuar y organizarse, impulsando actividades y fomentando el debate programático sobre el género, para continuar rompiendo en la práctica con la dominación masculina y heterosexual.
La semana de protesta ha mostrado los gérmenes de la anarquía, es decir de una forma de organización igualitaria y solidaridad sin dominación ni principio de autoridad, que invita y necesita de la participación de las personas en las grandes decisiones de su vida. Extender y fortalecer estos gérmenes implica sobre todo construir saltos organizativos, agrupando en asamblea de democracia directa y deliberante a los sectores que se han reunido en los cacerolazos y bloqueos, construyendo una nueva cultura de participación política, cotidiana y desde abajo.

Hoy más que nunca ¡Arriba las que luchan!


29 de noviembre de 2019

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Posted: 27 Nov 2019 01:04 PM PST
ViolenciaEl 25 de noviembre en el marco del Día Internacional de Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en la ciudad de Mérida, Yucatán, a las 18:00 horas se convocó a una marcha feminista cuyo punto de partida fue en El Remate, Paseo de Montejo. Nuestro objetivo fue protestar pacíficamente por las niñas y mujeres que a diario son abusadas, violadas y asesinadas en México y siguen sin lograr justicia.
Lamentablemente no llegamos a la concentración, ya que desde las 17:40 horas en que caminábamos por la calle 58 A de la colonia centro (a un costado de la iglesia de Santa Ana) comenzaron a rodearnos policías de las fuerzas estatales.
Las 11 mujeres que nos reunimos estábamos tan intimidadas al ver 4 patrullas y cerca de 30 policías que decidimos resguardarnos en un negocio de impresiones “Quick Digital”, donde comenzó el abuso y represión.
Intentamos grabar las agresiones desde nuestros celulares, los publicamos en vivo porque estábamos muy sorprendidas de sus actos brutales, sin embargo las y los policías no dejaron de amotinarse afuera del establecimiento. Cabe citar que durante las grabaciones expusimos que no nos encontrábamos cometiendo ningún delito, además de que no contaban con alguna orden judicial para detenernos.
Sin embargo eso no les importó para arrebatarnos nuestras pertenencias (mochilas, carteras y celulares), ante ello pusimos resistencia y exigimos una explicación por hacer uso excesivo de la fuerza con la intención de arrestarnos.
Las personas que se encontraban en el lugar intentaron defendernos ante la actitud prepotente de los oficiales, pero fue en vano, ya que arrestaron a 7 de nosotras de manera arbitraria y violenta, con golpes, torceduras y tocamientos a nuestras partes íntimas.
Queremos destacar que la policía intentó en todo momento evitar ser grabados y borrar evidencia de los testigos que se encontraban presenciando las agresiones verbales y físicas. Nos obligaron a proporcionar nuestras contraseñas de celulares y entraron a revisar nuestros perfiles en redes sociales.
Mientras las compas eran trasladadas, otro grupo restante que también se encontrarían con nosotras fueron interceptadas con la intención de ser arrestadas, desencadenando crisis asmáticas en dos de ellas, hecho por el cual fueron liberadas.
Durante aproximadamente 3 horas las mantuvieron en calidad de desaparecidas, por tanto estuvieron incomunicadas además de que fueron torturadas, los policías cometieron infinidad de violaciones a los derechos humanos y hacia los mismos protocolos de detención.
Logramos la liberación de nuestras compañeras gracias al apoyo de organismos civiles, amigas y familiares que en todo momento estuvieron a la búsqueda y monitoreo de nuestras compas, aún y a pesar de que las instituciones de seguridad nos negaron una y otra vez que no estaban detenidas.
Ante este suceso repudiamos el abuso de autoridad de las fuerzas estatales de la Secretaría de Seguridad Pública, la omisión del Estado, así como la criminalización previa de medios de comunicación como Telesur y medios amarillistas que promovieron el odio hacia nuestro sexo y la xenofobia, señalando nuestros lugares de origen. Es indignante que los medios comprados por el Estado mientan, oculten y minimicen que las yucatecas también tenemos participación activa .
Reprobamos la violencia física, verbal y sexual que sufrieron las 7 compañeras quienes desde la injusta detención sufrieron represión y abuso a mujeres menores de edad y en riesgo de salud.
No callaremos ante sus amenazas e intimidaciones, hacemos responsable al Estado de cualquier incidente que nos pueda suceder, ya que al día de hoy intentan hackear nuestras cuentas y con patrullas afuera de las casas de algunas compañeras. Cada una de nosotras decidirá si interponer denuncias legales hasta la difusión independiente de lo sucedido.
Mérida no es blanca ni segura para las niñas y mujeres. Mérida es misógina, sus leyes benefician a pederastas y asesinos.
Videos disponibles y más información en la página de Facebook: https://www.facebook.com/Abuso-polic%C3%ADaco-M%C3%A9rida-108444533964558/
Mujeres Feministas Víctimas del 25N

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