Infante se aleja de las corrientes esencialistas o etnicistas presentes en otros nacionalismos y declara, aplicándolo también a Andalucía, que una nación puede existir, o crearse, no solo en base a la geografía, a la lengua o la cultura sino también por “una común necesidad”. Para él, es imprescindible “el consentimiento libre de las poblaciones”. Por ello, incluso defiende el derecho de las personas a “nacionalidades electivas”.
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