Praxis prefigurativa anarquista queer Posted: 17 Feb 2022 10:44 AM PST Hace
ya unas décadas que se habla de abandonar el concepto cataclísmico de
revolución, que la interpreta como un momento breve de insurrección
general que, de una manera no muy clara, no sólo destruye el poder
(político y económico, supuestamente) sino que además instituye un orden
nuevo sin jerarquías. Este concepto de revolución, lamentablemente, es
heredero de revoluciones fallidas, desde la comuna de París hasta la
revolución rusa. El concepto por el que se ha reemplazado es por un
concepto de revolución que la piensa como un proceso extendido en el
tiempo, de progresiva construcción de espacios, instancias y dinámicas
(en una palabra, instituciones) que estén en condiciones de operar de
otra manera, de modos anarquistas y comunistas, y que además puedan
ampliar progresivamente sus ámbitos de operación, con el fin de alcanzar
la mayor cantidad de personas. Esta noción de revolución puede
llamarse, para utilizar el término de los anarcopacifistas alemanes de
los 70, una revolución desde las raíces del césped (Graswurzelrevolution; grassroots revolution en inglés) o, simplemente, una revolución de base. El concepto central de una revolución de base es el de política prefigurativa[1]. Dicho de manera breve, con esto se quiere decir que la praxis anarquista debe todo el tiempo prefigurar
la sociedad en la que queremos vivir en cada espacio y en cada
instante. No debemos pensar en dos momentos que son ontológicamente
distintos, el momento prerrevolucionario y el posrevolucionario, como
dos que no tienen nada que ver uno con el otro. Debemos, de hecho,
siempre hacer todo lo posible para que las dinámicas con las que
operamos ahora reflejen lo que queremos para el futuro. La propuesta de
las políticas prefigurativas contrasta con la idea, propia de teorías
como la marxista-leninista, que piensan que antes de haber llegado al
“resultado final”, son tolerables toda una serie de dinámicas que son
precisamente opuestas a ese resultado: por ejemplo, cuando los
bolcheviques justificaron, como modo de lograr el comunismo, una
economía basada en mercado y producción de mercancías, y un Estado
hiperjerárquico. De este modo, la política prefigurativa se resume con
esta frase de Murray Bookchin: “No puede haber separación entre el
proceso revolucionario y el objetivo revolucionario”[2]. Pese
a la renovación de nuestro concepto de revolución, se habla poco de
cómo repercute él dentro de la praxis del anarcofeminismo,
específicamente en su versión más sofisticada y actual, el
anarcofeminismo queer, o simplemente, anarquismo queer[3].
El anarquismo queer, como se sabe, no es una rama separada del
comunismo libertario, sino que simplemente enfatiza que la lucha contra
el capitalismo y el Estado, también debe incluir una lucha contra el
patriarcado. El patriarcado, por cierto, entendido en su sentido más
amplio, como cualquier intento de imponer patrones o estilos de vida a
los sujetos a través de coacción (física, psicológica, institucional,
social, etc.). La lucha contra el patriarcado se traduce en la lucha por
la abolición de sus categorías fundamentales que son, precisamente, las
que permiten que exista la opresión: abolición del sexo/género,
abolición de la orientación sexual, abolición de la norma relacional (o
norma gámica), etc. ¿Cómo operar prefigurativamente respecto de la lucha
antipatriarcal en particular? Hay dos modelos bastante populares en la
praxis “feminista” que, precisamente, no proceden prefigurativamente: el
liberal y el del autodenominado “feminismo radical”. Revisemos
brevemente estas dos posiciones para luego indicar la nuestra. Una
tendencia que avanza en la dirección contraria de la abolición del
género y de la orientación sexual, consiste en las políticas
asimilacionistas que son promovidas, incluso, por un porcentaje
importante del activismo feminista y LGBTIQ+. Desde esta perspectiva, lo
que habría que hacer radicaría en integrar a los grupos marginados y
explotados históricamente, con el fin de dignificar su existencia y
eliminar su posición de oprimidos dentro de la sociedad.
Lamentablemente, el promover estas políticas ha tendido significado, más
bien, una ampliación y complejización del patriarcado, más que en su
eliminación. La política que intenta integrar, al momento de hacerlo,
margina. Cuando, a partir de las políticas de ciertos colectivos, ser
gay o lesbiana se convirtió en una cosa, dentro de todo, aceptada en
países desarrollados occidentales (cuando gays y lesbianas pudieron
tener programas de televisión, protagonizar películas, etc.), lo que
ocurrió realmente fue que se construyeron estándares nuevos que ahora
gays y lesbianas debían seguir. Antes ser gay era motivo de exclusión,
por el mero hecho de serlo. Ahora, ser gay es aceptable siempre y cuando
seas un hombre blanco, de clase media alta, en forma, que viste bien;
excluyendo otras “formas de ser gay”, que ahora han resultado más
aislados, porque los integrados ahora ya no forman parte de los
oprimidos. Lo mismo ha pasado con la situación de las personas trans. En
la última década, de la mano de medios de comunicación masivos y
grandes productoras audiovisuales y, por supuesto, como efecto del
bienintencionado activismo LGBTIQ+, se ha aseverado que la gente trans
debe participar de la sociedad, ser integradas, protagonizar películas,
tener sus programas de televisión, etc. Mas, nuevamente, esto ha
generado nuevos estándares para la gente trans: las personas trans
tienen que seguir aguantando que se les pregunte sin vergüenza alguna si
se han operado o si están en tratamientos hormonales. Por otra parte,
la inclusión de personas trans que han logrado el cispassing
(es decir, básicamente, que personas en la calle no “se darán cuenta que
es trans”), ha hecho que quienes no tienen ambición de lograr tal cosa
(o no pueden) se vean como sujetos marginales y reprobables, al no ser
“como las personas trans deberían ser”. Estas marginaciones, obsérvese,
son resultado de la existencia de los estándares y no que estos sean
demasiado estrechos. Cada intento progresivo con el que se estira el
estándar del género o de la orientación sexual, tiene por origen mayor
marginación. La proliferación y reconocimiento, incluso, de “nuevos
géneros” (no binario, agénero, genero fluido, etc.) sigue razonando
dentro de la misma lógica. Algo que podía ser tan negador del género,
precisamente por su carácter vacío, como el no-binarismo, hoy en día ha
sido asimilado como un género nuevo, que ha hecho posible que las
personas no-binarias tengan que seguir escuchando epítetos como “no
pareces no-binario” o “¿por qué eres no binario pero usas pronombres
masculinos/femeninos y no neutros?”, etc. Por otra parte, la
“praxis política”, para ser generosos con el autodenominado feminismo
radical, se ha perfilado en la práctica como una serie de propuestas que
buscan construir espacios separatistas (solo de mujeres), mientras que
se dedican a hostigar a personas trans (sobre todo mujeres trans)[4].
Hay mucha tela que cortar sobre este tema, así que me limitaré a hacer
sólo un par de observaciones. Cuando la feminista “radical” se burla de
una mujer trans llamándole “hombre con vestido” o “macho disfrazado”, lo
que realmente está haciendo es criticar algo que, realmente, si el
género estuviera abolido, sería totalmente aceptable (a saber, que quien
quiera, pueda de hecho, usar vestido). Las feministas radicales que,
supuestamente, aspiran a abolir el género, manifiestan resistencias
cuando ven a una persona de la cual, se espera que se comporte
masculinamente, hacerlo de otra manera, exhibiendo el carácter para nada
prefigurativo de su proceder . Por otra parte, bajo la forma de una
“crítica a la feminidad”, el feminismo radical ha contrabandeado el
patriarcado al establecer modos legítimos de ejercer el “ser mujer” y
modos ilegítimos, pese a que, nuevamente, en un mundo con género
abolido, cualquier persona podría usar maquillaje, falda, vestido,
pantalón, tacones o esmalte de uñas si quisiese. Detrás del discurso
“abolicionista” lo que hay detrás es meramente un paternalismo
patriarcal de carácter totalitario. Sin mencionar, que cuando las
feministas radicales presentan su “idea” de renegar de la feminidad,
blanquean lo masculino como lo “carente de género”, que es lo que motiva
que esas feministas usen ropas y cortes de cabello asociados, en el
fondo, a la masculinidad. Habiendo tantas combinaciones posibles que
escapan de los estándares tanto masculinos como femeninos, de todas
maneras se inclinan por lo masculino. La praxis prefigurativa
anarquista queer realmente no es difícil de imaginar, pero es
fundamental aplicarla dentro de todos los espacios y dinámicas,
anarquistas o no, si es que queremos avanzar en la dirección de un
cambio de mentalidad. Parte de cambiar las dinámicas sociales
patriarcales implica mostrar que, de hecho, hay otra manera de hacer las
cosas. Y aquí aparecen disposiciones que cada activista debe tener
respecto de sí mismx, como para con el resto de personas. Si nuestra
intención es abolir el género, la orientación sexual y la norma
relacional, lo que es básico radica en no cuestionar las presentaciones
en público de nuestrxs compañerxs, se vistan como se vistan, hablen como
hablen, estén con quién estén (o con cuantos quieran estar). Podrá
sonar una minucia, pero las personas trans saben bien cómo el interés en
respetar su decisión de vida con cosas pequeñas, por ejemplo,
preguntando sus pronombres en lugar de suponerlos, puede hacer una gran
diferencia. El no presuponer que la otra persona es heterosexual, y, en
todo caso, no sorprenderse porque no lo sea, también es algo a tener en
cuenta. De hecho, debemos ya aceptar que el hecho de que una persona
esté con una persona del género opuesto no significa que sea
heterosexual, ni tampoco lo contrario. Es fundamental evitar toda forma
de etiqueta; no suponer que nuestrx compañerx encarna una categoría
preexistente, sino que ellx mismx es su propia categoría. El trabajo
personal que tenemos que hacer respecto de nuestro entorno consiste en
la radical aceptación de los estilos de vida, y poder transmitir que
somos espacios seguros para lxs compañerxs de las distintas disidencias.
Por cierto, y esto no debe pasarse por alto, las disidencias tampoco
deben universalizar su experiencia a otras disidencias, porque eso es
una puerta abierta a construir nuevas normas, aunque sean normas de
disidencias. Naturalmente estas prescripciones pueden ser virtualmente
infinitas, por lo que, realmente, lo mejor que puede hacerse es que,
cuando se constituya un espacio, esto se tematice, de modo de que cada
participante pueda tener una noción sobre cuáles son los modos no
patriarcales de proceder y cada quien pueda expresar su punto de vista
con cómo esto debe llevarse a cabo de mejor manera. De este modo estamos
constituyendo espacios que son seguros para todas las personas, y que prefiguran un mundo sin patriarcado. Respecto
de las prácticas más personales, y esto, naturalmente, está vinculado
con los tiempos de cada individuo: si se constituyen espacios libres de
opresión patriarcal, es una oportunidad para experimentar, para
desplazar nuestros propios límites. Las dinámicas patriarcales se
despliegan de dos formas: no sólo se transmiten estándares, sino que
además se impone permanentemente que los estilos de vida operen bajo
normas fijas, claras, evitando siempre la incoherencia, la ambigüedad,
la exploración, la resignificación constante, etc. Es razonable pensar
que mucho del modo en que somos responde a que nos han criado en esta
dinámica prescriptiva y normalizadora. La invitación, y como toda
invitación puede o no ser correspondida, es a explorar y explorarse.
Explorar lo que está fuera de los límites del género, de la orientación
sexual, de la monogamia obligatoria, del placer, de los modos de
expresión, de vestir, de sentir, etc. Lo que se ha dicho es breve.
Realmente la única idea que debe quedar es que, cuando hagamos política
prefigurativa, es decir, cuando hagamos espacios horizontales,
democráticos y asamblearios, basados en la solidaridad, donde circule el
apoyo mutuo y las dinámicas del regalo, no debe faltar la praxis
prefigurativa anarco-queer: no debe faltar la radical aceptación de los
estilos de vida y la determinación de no hacer circular nuevas
categorías o clasificaciones ahí donde sólo queremos vivir como más nos
acomoda personalmente. Madelyyna Zicqua Notas [1] Véase, por ejemplo, el texto de Jeff Shantz, “Futuros anarquistas en el presente”, disponible en este portal. [2] Murray Bookchin, “Las formas de la libertad”. [3] En caso de que se quiera saber más sobre el anarquismo queer, existe toda una obra en inglés dedicada al respecto, titulada Queering Anarchism. También puede verse mi trabajo “Lucha trans y anarquismo queer”, disponible en este portal. [4]
Se presume una crítica al feminismo radical en el texto de Tía Akwa,
“Anarcofeminismo y separatismo”, disponible en este portal. ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | La guerra y los anarquistas: Perspectivas antiautoritarias en Ucrania Posted: 17 Feb 2022 10:34 AM PST Artículo publicado originalmente en Crimethinc y traducido por alasbarricadas.org Este
texto fue compuesto conjuntamente por varixs activistas
antiautoritarixs en activo de Ucrania. No representamos a una
organización, pero nos reunimos para escribir este texto y prepararnos
para una posible guerra. Además de nosotrxs, el texto fue editado
por más de diez personas, entre ellas, participantes en los
acontecimientos descritos en el texto, periodistas que comprobaron la
exactitud de nuestras afirmaciones y anarquistas de Rusia, Bielorrusia y
Europa. Recibimos muchas correcciones y aclaraciones para escribir un
texto lo más objetivo posible. Si estallase la guerra, no sabemos
si el movimiento antiautoritario sobrevivirá, pero lo intentaremos.
Mientras tanto, este texto es un intento de dejar la experiencia que
hemos acumulado en la red. En este momento, el mundo está
discutiendo activamente una posible guerra entre Rusia y Ucrania. Hay
que aclarar que la guerra entre Rusia y Ucrania lleva en marcha desde
2014. Las protestas del Maidán en Kiev En
2013, comenzaron las protestas de masas en Ucrania, desencadenadas por
la paliza que las Berkut (fuerzas especiales de la policía) propinaron a
los estudiantes que protestaban por la negativa del entonces presidente
Víktor Yanukóvich a firmar el acuerdo de asociación con la Unión
Europea. Esta paliza funcionó como una llamada a la acción para muchos
segmentos de la sociedad. Quedó claro para todos que Yanukóvich se había
pasado de la raya. Las protestas acabaron provocando la huida del
presidente. En Ucrania, estos acontecimientos se llaman «La
Revolución de la Dignidad». El gobierno ruso lo presenta como un golpe
de estado nazi, un proyecto del Departamento de Estado de los Estados
Unidos, etc. Los manifestantes eran una multitud variopinta: activistas
de extrema derecha con sus símbolos, líderes liberales que hablaban de
los valores europeos y de la integración europea, ucranianos de a pie
que salieron en contra del gobierno, algunos izquierdistas. Entre los
manifestantes predominaban los sentimientos antioligárquicos, mientras
que los oligarcas a los que no les gustaba Yanukóvich financiaban la
protesta porque él, junto con su círculo íntimo, intentó monopolizar los
grandes negocios durante su mandato. Es decir, para los demás
oligarcas, la protesta representaba una oportunidad de salvar sus
negocios. Además, muchos representantes de pequeñas y medianas empresas
participaron en la protesta porque la gente de Yanukovich no les
permitía trabajar libremente, exigiéndoles dinero. La gente de a pie
estaba descontenta con el alto nivel de corrupción y la conducta
arbitraria de la policía. Los nacionalistas que se oponían a Yanukóvich
por ser un político prorruso se reafirmaron de forma significativa.
Expatriados bielorrusos y rusos se unieron a las protestas, percibiendo a
Yanukóvich como amigo de los dictadores bielorruso y ruso Alexander
Lukashenko y Vladimir Putin. Si has visto los vídeos de la
manifestación del Maidan, habrás notado que el grado de violencia fue
alto; los manifestantes no tenían ningún lugar al que retirarse, así que
tuvieron que luchar hasta el final. Los Berkut envolvieron las granadas
aturdidoras con tuercas que dejaban heridas astilladas tras la
explosión, y que golpeaba a la gente en los ojos; por eso hubo muchos
heridos. En la fase final del conflicto, las fuerzas de seguridad
utilizaron armas militares y mataron a 106 manifestantes. En
respuesta, los manifestantes fabricaron granadas y explosivos DIY, de
bricolaje, y llevaron armas de fuego al Maidan. La fabricación de
cócteles molotov se asemejaba a una pequeña fábrica. En las protestas del Maidan de 2014, las autoridades utilizaron mercenarios (titushkas),
les dieron armas, los coordinaron e intentaron utilizarlos como una
fuerza leal organizada. Hubo peleas con ellos con palos, martillos y
cuchillos. En contra de la opinión de que el Maidan era una «manipulación de la UE y la OTAN«,
los partidarios de la integración europea habían pedido una protesta
pacífica, ridiculizando a los manifestantes militantes como chiflados.
La UE y Estados Unidos criticaron las tomas de edificios
gubernamentales. Por supuesto, las fuerzas y organizaciones
«prooccidentales» participaron en la protesta, pero no la controlaron en
su totalidad. Diversas fuerzas políticas, entre ellas la extrema
derecha, interfirieron activamente en el movimiento e intentaron dictar
su agenda. Rápidamente lo orientaron y se convirtieron en una fuerza
organizadora, gracias a que crearon los primeros destacamentos de
combate e invitaron a todos a unirse a ellos, entrenándolos y
dirigiéndolos. Sin embargo, ninguna de las fuerzas fue
absolutamente dominante. La tendencia principal era que se trataba de
una movilización de protesta espontánea dirigida contra el régimen
corrupto e impopular de Yanukovich. Quizás el Maidan pueda clasificarse
como una de las muchas «revoluciones robadas». Los sacrificios y
esfuerzos de decenas de miles de personas de a pie fueron usurpados por
un puñado de políticos que se hicieron con el poder y el control de la
economía. El papel de los anarquistas en las protestas de 2014 A
pesar de que los anarquistas en Ucrania tienen una larga historia,
durante el reinado de Stalin, todo los que estaba relacionado con los
anarquistas de alguna manera fue reprimido y el movimiento se extinguió,
y en consecuencia, la transferencia de la experiencia revolucionaria
cesó. El movimiento comenzó a recuperarse en la década de 1980 gracias a
los esfuerzos de los historiadores y en la década de 2000 recibió un
gran impulso debido al desarrollo de las subculturas y el antifascismo.
Pero en el 2014 aún no estaba preparado para afrontar serios desafíos
históricos. Antes del comienzo de las protestas, los anarquistas
eran activistas individuales o estaban dispersos en pequeños grupos.
Pocos sostenían que el movimiento debía ser organizado y revolucionario.
De las organizaciones conocidas que se preparaban para tales
acontecimientos, estaba la Confederación Revolucionaria de Anarcosindicalistas Makhno (RCAS
Makhno), pero al comienzo de los disturbios, se disolvió, ya que los
participantes no pudieron desarrollar una estrategia para la nueva
situación. Los acontecimientos del Maidan fueron como una
situación en la que las fuerzas especiales irrumpen en tu casa y tienes
que llevar a cabo acciones decisivas, pero tu arsenal consiste
únicamente en letras de canciones punk, veganismo, libros centenarios y,
en el mejor de los casos, la experiencia de participar en el
antifascismo callejero y en los conflictos sociales locales. En
consecuencia, había mucha confusión, ya que la gente intentaba entender
lo que estaba sucediendo. En ese momento, no era posible formarse
una visión unificada de la situación. La presencia de la extrema derecha
en las calles disuadió a muchos anarquistas de apoyar las protestas, ya
que no querían estar al lado de los nazis en el mismo lado de las
barricadas. Esto trajo mucha controversia al movimiento; algunas
personas acusaban de fascistas a los que sí decidían unirse a las
protestas. Por su parte, los anarquistas que participaron en las
protestas estaban descontentos con la brutalidad de la policía y con el
propio Yanukovich y su posición prorrusa. Sin embargo, no pudieron tener
un impacto significativo en las protestas, ya que se encontraban
esencialmente en la categoría de ‘outsiders’ (fuera de juego). Al
final, los anarquistas participaron en la revolución de Maidan
individualmente y en pequeños grupos, principalmente en iniciativas
voluntarias o no militantes. Después de un tiempo, decidieron cooperar y
formar su propia «centuria» (un grupo de combate de 60-100 personas).
Pero durante el registro del destacamento (un procedimiento obligatorio
en la Maidan), los anarquistas, en inferioridad numérica, fueron
dispersados por los participantes de extrema derecha con armas. Los
anarquistas permanecieron, pero ya no intentaron crear grandes grupos
organizados. Entre los asesinados en la plaza Maidan se encontraba
el anarquista Sergei Kemsky que, irónicamente, fue calificado como
Héroe de Ucrania póstumo. Fue abatido por un francotirador durante la
fase acalorada del enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Durante
las protestas, Sergei hizo un llamamiento a los manifestantes titulado
«¿Lo oyes, Maidan?» en el que esbozaba posibles formas de desarrollar la
revolución, haciendo hincapié en los aspectos de la democracia directa y
la transformación social. El texto está disponible en inglés aquí. Reunión de una escuadra anarquista. El comienzo de la guerra: la anexión de Crimea El
conflicto armado con Rusia comenzó hace ocho años, en la noche del 26
al 27 de febrero de 2014, cuando el edificio del Parlamento de Crimea y
el Consejo de Ministros fueron tomados por hombres armados desconocidos.
Utilizaron armas, uniformes y equipos rusos, pero no tenían los
símbolos del ejército ruso. Putin no reconoció el hecho de la
participación de los militares rusos en esta operación, aunque
posteriormente lo admitió personalmente en el documental de propaganda «Crimea: El camino a la patria«. Hombres armados con uniformes sin insignias bloqueando una unidad militar ucraniana en Crimea, 9 de marzo de 2014. Aquí
hay que entender que durante la época de Yanukovich, el ejército
ucraniano estaba en muy malas condiciones. Sabiendo que había un
ejército regular ruso de 220.000 soldados operando en Crimea, el
gobierno provisional de Ucrania no se atrevió a enfrentarse a él. Tras
la ocupación, muchos residentes se enfrentaron a una represión que
continúa hasta hoy. Nuestros compañeros también se encuentran entre los
reprimidos. Podemos repasar brevemente algunos de los casos más
destacados. El anarquista Alexander Kolchenko fue detenido junto con el
activista prodemocrático Oleg Sentsov y trasladado a Rusia el 6 de
septiembre de 2019; cinco años después, fueron liberados como resultado
de un intercambio de prisioneros. El anarquista Alexei Shestakovich fue
torturado, asfixiado con una bolsa de plástico en la cabeza, golpeado y
amenazado con represalias; logró escapar. El anarquista Evgeny
Karakashev fue detenido en 2018 por una publicación en Vkontakte (una
red social); sigue detenido. El anarquista Alexander Kolchenko tras el intercambio de prisioneros. Desinformación Se
celebraron mítines prorrusos en ciudades de habla rusa cercanas a la
frontera. Los participantes temían a la OTAN, a los nacionalistas
radicales y a la represión contra la población rusófona. Tras el colapso
de la URSS, muchos hogares de Ucrania, Rusia y Bielorrusia tenían lazos
familiares, pero los acontecimientos del Maidan provocaron una grave
ruptura de las relaciones personales. Los que estaban fuera de Kiev y
veían la televisión rusa estaban convencidos de que Kiev había sido
capturada por una junta nazi y de que se estaban llevando a cabo purgas
de la población rusoparlante de la ciudad. Rusia lanzó una campaña
de propaganda con los siguientes mensajes: «los castigadores», es
decir, los nazis, vienen desde Kiev a Donetsk, quieren destruir a la
población rusoparlante (aunque Kiev también es una ciudad
predominantemente rusoparlante). En sus declaraciones de desinformación,
los propagandistas utilizaron fotos de la extrema derecha y difundieron
todo tipo de noticias falsas. Durante las hostilidades, apareció uno de
los bulos más notorios: la supuesta crucifixión de un niño de tres años que
supuestamente fue atado a un tanque y arrastrado por la carretera. En
Rusia, esta historia se emitió en los canales federales y se hizo viral
en Internet. Noticias falsas de un canal ruso. Una mujer cuenta cómo vio las ejecuciones y la crucifixión de un niño de cinco años. En
2014, en nuestra opinión, la desinformación jugó un papel clave en la
generación del conflicto armado: algunos residentes de Donetsk y Lugansk
tenían miedo de que los mataran, así que tomaron las armas y llamaron a
las tropas de Putin. Conflicto armado en el este de Ucrania «El gatillo de la guerra lo apretó», según sus propias palabras,
Igor Girkin, un coronel del FSB (la agencia de seguridad estatal,
sucesora del KGB) de la Federación Rusa. Girkin, partidario del
imperialismo ruso, decidió radicalizar las protestas prorrusas. Cruzó la
frontera con un grupo armado de rusos y (el 12 de abril de 2014) tomó
el edificio del Ministerio del Interior en Slavyansk para hacerse con
armas. Las fuerzas de seguridad prorrusas comenzaron a unirse a Girkin.
Cuando apareció información sobre los grupos armados de Girkin, Ucrania
anunció una operación antiterrorista. Una
parte de la sociedad ucraniana decidida a proteger la soberanía
nacional, al darse cuenta de que el ejército tenía poca capacidad,
organizó un gran movimiento de voluntarios. Los que tenían cierta
competencia en asuntos militares se convirtieron en instructores o
formaron batallones de voluntarios. Algunas personas se unieron al
ejército regular y a los batallones de voluntarios como voluntarios
humanitarios. Recaudaban fondos para comprar armas, alimentos,
municiones, combustible, transporte, alquiler de coches civiles y cosas
por el estilo. A menudo, los participantes en los batallones de
voluntarios estaban mejor armados y equipados que los soldados del
ejército estatal. Estos destacamentos demostraron un importante nivel de
solidaridad y autoorganización y, de hecho, sustituyeron las funciones
estatales de la defensa territorial, lo que permitió al ejército (mal
equipado en aquella época) resistir con éxito al enemigo. Los
territorios controlados por las fuerzas prorrusas comenzaron a reducirse
rápidamente. Entonces intervino el ejército regular ruso. Podemos destacar tres puntos cronológicos clave: -
Los militares ucranianos se dieron cuenta de que las armas, los
voluntarios y los especialistas militares venían de Rusia. Por ello, el
12 de julio de 2014, iniciaron una operación en la frontera
ucraniano-rusa. Sin embargo, durante la operación militar, los militares
ucranianos fueron atacados por la artillería rusa y la operación
fracasó. Las fuerzas armadas sufrieron grandes pérdidas.
- Los
militares ucranianos intentaron ocupar Donetsk. Mientras avanzaban,
fueron rodeados por las tropas regulares rusas cerca de Ilovaisk.
Personas que conocemos, que formaban parte de uno de los batallones de
voluntarios, también fueron capturadas. Vieron a los militares rusos de
primera mano. Después de tres meses, lograron regresar como resultado de
un intercambio de prisioneros de guerra.
- El ejército
ucraniano controlaba la ciudad de Debaltseve, que tenía un gran nudo
ferroviario. Esto interrumpía la carretera directa que unía Donetsk y
Lugansk. En vísperas de las negociaciones entre Poroshenka (presidente
de Ucrania en ese momento) y Putin, que debían iniciar un alto el fuego a
largo plazo, las posiciones ucranianas fueron atacadas por unidades con
el apoyo de las tropas rusas. El ejército ucraniano fue nuevamente
rodeado y sufrió grandes pérdidas.
Combatientes voluntarios realizando acciones en Ilovaisk en 2014. Por
el momento (a partir de febrero de 2022), las partes han acordado un
alto el fuego y una orden de «paz y tranquilidad» condicional, que se
mantiene, aunque hay constantes violaciones. Cada mes mueren varias
personas. Rusia niega la presencia de tropas rusas regulares y el
suministro de armas a territorios no controlados por las autoridades
ucranianas. Los militares rusos capturados afirman que fueron puestos en
alerta para un simulacro, y sólo cuando llegaron a su destino se dieron
cuenta de que estaban en medio de la guerra en Ucrania. Antes de cruzar
la frontera, se quitaron los símbolos del ejército ruso, como hicieron
sus colegas en Crimea. En Rusia, los periodistas han encontrado
cementerios de soldados caídos, pero se desconoce toda la información
sobre sus muertes: los epitafios de las lápidas sólo indican como fecha
de su muerte el año 2014. Partidarios de las Repúblicas no reconocidas La
base ideológica de los opositores al Maidan también era diversa. Las
principales ideas que los unían eran el descontento con la violencia
contra la policía y la oposición a los disturbios en Kiev. Las personas
que se habían criado con relatos culturales, películas y música rusos
temían la destrucción de la lengua rusa. Los partidarios de la URSS y
los admiradores de su victoria en la Segunda Guerra Mundial creían que
Ucrania debía alinearse con Rusia y estaban descontentos con el ascenso
de los nacionalistas radicales. Los partidarios del Imperio Ruso
percibían las protestas del Maidan como una amenaza para el territorio
del Imperio Ruso. Las ideas de estos aliados podrían explicarse con esta
foto que muestra las banderas de la URSS, el Imperio Ruso y la cinta de
San Jorge como símbolo de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Podríamos presentarlos como conservadores autoritarios, partidarios del
viejo orden. Las banderas de la URSS, del Imperio Ruso y la cinta de San Jorge como símbolo de la victoria en la Segunda Guerra Mundial. El
bando prorruso estaba formado por policías, empresarios, políticos y
militares que simpatizaban con Rusia, ciudadanos de a pie asustados por
las noticias falsas, varios conocidos de ultraderecha, incluidos
patriotas rusos y diversos tipos de monárquicos, imperialistas
prorrusos, el grupo de la Fuerza de Tarea «Rusich», el grupo de la PMC
[Compañía Militar Privada] «Wagner», incluido el notorio neonazi Alexei
Milchakov, el recientemente fallecido Egor Prosvirnin, fundador del
proyecto mediático nacionalista ruso chovinista «Sputnik y Pogrom», y
muchos otros. También había izquierdistas autoritarios, que celebran la
URSS y su victoria en la Segunda Guerra Mundial. El ascenso de la extrema derecha en Ucrania Como
hemos descrito, la derecha consiguió ganar simpatías durante el Maidan
organizando unidades de combate y estando dispuesta a enfrentarse
físicamente a los Berkut. La presencia de armas militares les permitió
mantener su independencia y obligar a los demás a contar con ellos. A
pesar de que utilizaban símbolos abiertamente fascistas, como
esvásticas, garras de lobo, cruces celtas y logotipos de las SS, era
difícil desacreditarlos, ya que la necesidad de luchar contra las
fuerzas del gobierno de Yanukovich hizo que muchos ucranianos llamaran a
la cooperación con ellos. Después del Maidan, la derecha reprimió
activamente las concentraciones de las fuerzas prorrusas. Al comienzo
de las operaciones militares, comenzaron a formar batallones de
voluntarios. Uno de los más famosos es el batallón «Azov«.
Al principio estaba formado por 70 combatientes; ahora es un regimiento
de 800 personas con sus propios vehículos blindados, artillería,
compañía de tanques y un proyecto independiente de acuerdo con las
normas de la OTAN, la escuela de sargentos. El batallón Azov es una de
las unidades más eficaces en combate del ejército ucraniano. También
hubo otras formaciones militares fascistas, como la Unidad de Voluntarios Ucranianos «Sector Derecho» y la Organización de Nacionalistas Ucranianos, pero son menos conocidas. Como
consecuencia, la derecha ucraniana se ganó una mala reputación en los
medios de comunicación rusos. Pero muchos en Ucrania consideraron que lo
que era odiado en Rusia era un símbolo de lucha en Ucrania. Por
ejemplo, el nombre del nacionalista Stepan Bandera, considerado un
colaborador nazi en Rusia, fue utilizado activamente por los
manifestantes como forma de burla. Algunos se llamaban a sí mismos judeobanderistas para trollear a los partidarios de las teorías conspirativas judeomasónicas. Con
el tiempo, el trolleo se descontroló. Los derechistas llevaban
abiertamente símbolos nazis; los simpatizantes ordinarios del Maidan
afirmaban que ellos mismos eran banderinos que se comían a los bebés
rusos y hacían memes en ese sentido. La extrema derecha se abrió paso en
el mainstream: se les invitó a participar en programas de televisión y
otras plataformas mediáticas corporativas, en las que se les presentaba
como patriotas y nacionalistas. Los partidarios liberales del Maidan se
pusieron de su parte, creyendo que los nazis eran un bulo inventado por
los medios de comunicación rusos. Entre 2014 y 2016, se abrazaba a
cualquiera que estuviera dispuesto a luchar, ya fuera un nazi, un
anarquista, un capo de un sindicato del crimen organizado o un político
que no cumpliera ninguna de sus promesas.
Combatientes
de extrema derecha con una esvástica y una bandera de la OTAN. El
batallón Azov tiene una actitud negativa hacia la OTAN; actualmente,
Estados Unidos no transfiere armas a Azov.
El ascenso de la
extrema derecha se debe a que se organizó mejor en las situaciones
críticas y pudo sugerir a otros rebeldes métodos eficaces de lucha. Los
anarquistas aportaron algo similar en Bielorrusia,
donde también consiguieron ganarse la simpatía de la opinión pública,
pero no a una escala tan significativa como lo hizo la extrema derecha
en Ucrania. En 2017, después de que comenzara el alto el fuego y
disminuyera la necesidad de combatientes radicales, el SBU (Servicio de
Seguridad de Ucrania) y el gobierno estatal cooptaron el movimiento de
la derecha, encarcelando o neutralizando a cualquiera que tuviera una
perspectiva «antisistema» o independiente sobre cómo desarrollar el
movimiento de la derecha -incluyendo a Oleksandr Muzychko, Oleg
Muzhchil, Yaroslav Babich y otros. En la actualidad, sigue siendo
un gran movimiento, pero su popularidad está en un nivel
comparativamente bajo y sus líderes están afiliados a los servicios de
seguridad, la policía y los políticos; no representan una fuerza
política realmente independiente. Los debates sobre el problema de la
extrema derecha son cada vez más frecuentes dentro del campo
democrático, donde la gente está desarrollando una comprensión de los
símbolos y las organizaciones a las que se enfrentan, en lugar de
desestimar silenciosamente las preocupaciones. Actividad de anarquistas y antifascistas durante la guerra Con
el estallido de las operaciones militares, apareció una división entre
los que son pro-ucranianos y los que apoyan a la llamada DNR/LNR
(«República Popular de Donetsk» y «República Popular de Luhansk»). Durante
los primeros meses de la guerra hubo un sentimiento generalizado de
«decir no a la guerra» dentro de la escena punk, pero no duró mucho.
Analicemos los bandos pro-ucraniano y pro-ruso. Pro-ucranianos Debido
a la falta de una organización de masas, los primeros voluntarios
anarquistas y antifascistas fueron a la guerra individualmente como
combatientes individuales, médicos militares y voluntarios. Intentaron
formar su propia escuadra, pero debido a la falta de conocimientos y
recursos, este intento no tuvo éxito. Algunos incluso se unieron al
batallón Azov y a la OUN (Organización de Nacionalistas Ucranianos). Las
razones eran mundanas: se unieron a las tropas más accesibles. En
consecuencia, algunos se pasaron a la política de derechas. Antifascistas
recibiendo entrenamiento en la base del Sector Derecho en Desna. Cabe
destacar que en esta foto aparecen dos antifascistas de Moscú que se
unieron al conflicto armado. Las personas que no
participaron en las batallas recaudaron fondos para la rehabilitación de
los heridos en el Este y para la construcción de un refugio antibombas en un jardín de infancia situado
cerca de la línea del frente. También había una casa okupada llamada
«Autonomía» en Kharkiv, un centro social y cultural anarquista abierto;
en aquella época, se concentraban en ayudar a los refugiados.
Proporcionaban alojamiento y un mercado de trueque,
consultando a los recién llegados y orientándolos hacia los recursos y
realizando actividades educativas. Además, el centro se convirtió en un
lugar de debates teóricos. Lamentablemente, en 2018, el proyecto dejó de
existir. Todas estas acciones fueron iniciativas individuales de
personas y grupos particulares. No se produjeron en el marco de una
estrategia única. Uno de los fenómenos más significativos de ese periodo fue una organización nacionalista radical, «Autonomnyi Opir» (resistencia
autónoma). Comenzaron a inclinarse hacia la izquierda en 2012; en 2014,
se habían desplazado tanto hacia la izquierda que algunos miembros se
autodenominaban «anarquistas». Enmarcaron su nacionalismo como una lucha
por la «libertad» y un contrapeso al nacionalismo ruso, utilizando el
movimiento zapatista y los kurdos como modelos. En comparación con los
demás proyectos de la sociedad ucraniana, se les consideraba los aliados
más cercanos, por lo que algunos anarquistas cooperaban con ellos,
mientras que otros criticaban esta cooperación y a la propia
organización. Los miembros de la AO también participaron activamente en
batallones de voluntarios e intentaron desarrollar la idea del
«antiimperialismo» entre los militares. También defendieron el derecho
de las mujeres a participar en la guerra; los miembros femeninos de la
AO participaron en las operaciones de combate. Las AO ayudaron a los
centros de formación en la capacitación de combatientes y médicos, se
ofrecieron como voluntarias para el ejército y organizaron el centro
social «Ciudadela» en Lviv, donde se alojaba a los refugiados. Moscú, 2014: Anarquistas marchando contra la agresión rusa. Pro-rusos El
imperialismo ruso moderno se basa en la percepción de que Rusia es la
sucesora de la URSS, no en lo que se refiere a su sistema político, sino
en lo territorial. El régimen de Putin ve la victoria soviética en la
Segunda Guerra Mundial no como una victoria ideológica sobre el nazismo,
sino como una victoria sobre Europa que demuestra la fuerza de Rusia.
En Rusia y en los países que controla, la población tiene menos acceso a
la información, por lo que la maquinaria de propaganda de Putin no se
molesta en crear un concepto político complejo. La narrativa es
esencialmente la siguiente: los EE.UU. y Europa tenían miedo de la
fuerte URSS, Rusia es la sucesora de la URSS y todo el territorio de la
antigua URSS es ruso, los tanques rusos entraron en Berlín, lo que
significa que «podemos hacerlo de nuevo» y le vamos a demostrar a la
OTAN quién es el más fuerte aquí, la razón por la que Europa se está
«pudriendo» es porque todos los gays e inmigrantes están fuera de
control allí. Pegatinas muy populares en Rusia en 2014 y 2015. La inscripción dice «Podemos hacerlo de nuevo». El
fundamento ideológico que mantiene la posición prorrusa entre la
izquierda es el legado de la URSS y su victoria en la Segunda Guerra
Mundial. Como Rusia sostiene que el gobierno de Kiev fue tomado por los
nazis y la junta, los opositores del Maidan se describieron a sí mismos
como luchadores contra el fascismo y la junta de Kiev. Esta marca indujo
la simpatía entre la izquierda autoritaria, por ejemplo, en Ucrania,
incluyendo la organización «Borotba». Durante los
acontecimientos más significativos de 2014, primero adoptaron una
posición leal y luego una posición prorrusa. En Odessa, el 2 de mayo de
2014, varios de sus activistas fueron asesinados durante los disturbios
callejeros. Algunas personas de este grupo también participaron en los
combates en las regiones de Donetsk y Lugansk, y algunos de ellos
murieron allí. «Borotba» describió su motivación como el deseo de
luchar contra el fascismo. Instaron a la izquierda europea a
solidarizarse con la «República Popular de Donetsk» y la «República
Popular de Lugansk». Tras el hackeo del correo electrónico de Vladislav
Surkov (estratega político de Putin), se reveló que los miembros de
Borotba habían recibido financiación y eran supervisados por la gente de Surkov. Los comunistas autoritarios de Rusia abrazaron a las repúblicas escindidas por razones similares. La
presencia de partidarios de la extrema derecha en el Maidan también
motivó a los antifascistas apolíticos a apoyar al «DNR» y al «LNR». De
nuevo, algunos de ellos participaron en los combates en las regiones de
Donetsk y Lugansk, y algunos de ellos murieron allí. Entre los
antifascistas ucranianos, había antifascistas «apolíticos», personas
subculturales que tenían una actitud negativa hacia el fascismo «porque
nuestros abuelos lucharon contra él». Su comprensión del fascismo era
abstracta: ellos mismos eran a menudo políticamente incoherentes,
sexistas, homófobos, patriotas de Rusia, etc. La idea de apoyar a
las llamadas repúblicas obtuvo un amplio respaldo entre la izquierda de
Europa. Entre sus partidarios destacan la banda de rock italiana «Banda
Bassotti» y el partido alemán Die Linke. Además de recaudar fondos,
Banda Bassotti hizo una gira por «Novorossia». Estando en el Parlamento
Europeo, Die Linke apoyó la narrativa prorrusa de todas las maneras
posibles y organizó videoconferencias con militantes prorrusos,
yendo a Crimea y a las repúblicas no reconocidas. Los miembros más
jóvenes de Die Linke, así como la Fundación Rosa Luxemburgo (la
fundación del partido Die Linke), sostienen que esta posición no es
compartida por todos los participantes, pero sí difundida por los
miembros más destacados del partido, como Sahra Wagenknecht y Sevim Dağdelen. La Banda Bassotti en Donetsk en 2014. La
posición prorrusa no ganó popularidad entre los anarquistas. Entre las
declaraciones individuales, la más visible fue la posición de Jeff
Monson, un luchador de artes marciales mixtas de Estados Unidos que
tiene tatuajes con símbolos anarquistas. Antes se consideraba
anarquista, pero en Rusia trabaja abiertamente para el partido
gobernante Rusia Unida y es diputado en la Duma. Para resumir el
campo de la «izquierda» prorrusa, vemos el trabajo de los servicios
especiales rusos y las consecuencias de la incapacidad ideológica. Tras
la ocupación de Crimea, agentes del FSB ruso se acercaron a los
antifascistas y anarquistas locales en una conversación, ofreciéndoles
permitirles continuar con sus actividades, pero sugiriéndoles que en
adelante incluyeran en su agitación la idea de que Crimea debería formar
parte de Rusia. En Ucrania, hay pequeños grupos informativos y
activistas que se posicionan como antifascistas al tiempo que expresan
una posición esencialmente prorrusa; mucha gente sospecha que trabaja
para Rusia. Su influencia es mínima en Ucrania, pero sus miembros sirven
a los propagandistas rusos como «delatores». También hay ofertas
de «cooperación» de la embajada rusa y de diputados prorrusos como Ilya
Kiva. Intentan jugar con la actitud negativa hacia los nazis como el
batallón Azov y ofrecen pagar a la gente para que cambie su posición.
Por el momento, sólo Rita Bondar ha admitido abiertamente haber recibido
dinero de esta manera. Solía escribir para medios de comunicación de
izquierdas y anarquistas, pero debido a la necesidad de dinero, escribió
bajo un seudónimo para plataformas de medios de comunicación afiliadas
al propagandista ruso Dmitry Kiselev. En la propia Rusia, estamos
asistiendo a la eliminación del movimiento anarquista y al ascenso de
comunistas autoritarios que están expulsando a los anarquistas de la
subcultura antifascista. Uno de los momentos recientes más indicativos
es la organización de un torneo antifascista en 2021 en memoria del «soldado soviético». ¿Existe una amenaza de guerra a gran escala con Rusia? Una posición anarquista Hace
unos diez años, la idea de una guerra a gran escala en Europa habría
parecido una locura, ya que los estados europeos seculares del siglo XXI
tratan de hacer valer su «humanismo» y enmascarar sus crímenes. Cuando
participan en operaciones militares, lo hacen en algún lugar lejos de
Europa. Pero cuando se trata de Rusia, hemos sido testigos de la
ocupación de Crimea y de los subsiguientes referendums falsos, de la
guerra en Donbas y del accidente del avión MH17.
Ucrania experimenta constantemente ataques de hackers y amenazas de
bomba, no solo en edificios estatales, sino también dentro de las
escuelas y guarderías. En Bielorrusia, en 2020, Lukashenko se declaró audazmente ganador de las elecciones con un resultado del 80% de los votos. El levantamiento en Bielorrusia llevó
incluso a una huelga de propagandistas bielorrusos. Pero tras el
aterrizaje de los aviones del FSB ruso, la situación cambió radicalmente
y el gobierno bielorruso consiguió reprimir violentamente las
protestas. Un escenario similar se produjo en Kazajistán,
pero allí, los ejércitos regulares de Rusia, Bielorrusia, Armenia y
Kirguistán fueron llevados para ayudar al régimen a reprimir la revuelta
como parte de la cooperación de la OTSC (Organización del Tratado de
Seguridad Colectiva). Los servicios especiales rusos atrajeron a
refugiados desde Siria a Bielorrusia para crear un conflicto en la
frontera con la Unión Europea. También se descubrió un grupo del FSB
ruso que se dedicaba a los asesinatos políticos con armas químicas, el
ya conocido «novichok». Además de los Skripal y Navalny, también han
matado a otras figuras políticas en Rusia. El régimen de Putin responde a
todas las acusaciones diciendo «No somos nosotros, estáis mintiendo».
Mientras tanto, el propio Putin escribió un artículo hace
medio año en el que afirma que rusos y ucranianos son una sola nación y
deberían estar juntos. Vladislav Surkov (un estratega político que
construye la política estatal rusa, relacionado con los gobiernos
títeres en la llamada DNR y LNR) publicó un artículo en el que declaraba
que «el imperio debe expandirse, de lo contrario perecerá«.
En Rusia, Bielorrusia y Kazajstán, durante los últimos dos años, el
movimiento de protesta ha sido brutalmente reprimido y los medios de
comunicación independientes y de la oposición están siendo destruidos.
Recomendamos leer más sobre las actividades de Rusia aquí. Teniendo
en cuenta todo esto, la probabilidad de una guerra a gran escala es
alta, y algo mayor este año que el anterior. Ni siquiera los analistas
más agudos son capaces de predecir exactamente cuándo empezará. Tal vez
una revolución en Rusia aliviaría la tensión en la región; sin embargo,
como escribimos anteriormente, el movimiento de protesta allí ha sido
sofocado. Los anarquistas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia apoyan
mayoritariamente la independencia ucraniana de forma directa o
implícita. Esto se debe a que, incluso con toda la histeria nacional, la
corrupción y un gran número de nazis, en comparación con Rusia y los
países controlados por ella, Ucrania parece una isla de libertad. Este
país conserva «fenómenos únicos» en la región postsoviética como la
sustituibilidad del presidente, un parlamento que tiene algo más que un
poder nominal y el derecho de reunirse en paz; en algunos casos,
teniendo en cuenta la atención adicional de la sociedad, los tribunales a
veces incluso funcionan según su protocolo profeso. Decir que esto es
preferible a la situación en Rusia no es decir nada nuevo. Como escribió
Bakunin, «estamos firmemente convencidos de que la república más imperfecta es mil veces mejor que la monarquía más ilustrada«. Hay muchos problemas dentro de Ucrania, pero es más probable que estos problemas se resuelvan sin la intervención de Rusia. ¿Merece
la pena luchar contra las tropas rusas en caso de invasión? Creemos que
la respuesta es sí. Las opciones que los anarquistas ucranianos están
considerando en este momento incluyen unirse a las fuerzas armadas de
Ucrania, participar en la defensa del territorio, el partisanismo y el
voluntariado. Ucrania está ahora en la vanguardia de la lucha
contra el imperialismo ruso. Rusia tiene planes a largo plazo para
destruir la democracia en Europa. Sabemos que todavía se ha prestado
poca atención a este peligro en Europa. Pero si se siguen las
declaraciones de políticos de alto nivel, de organizaciones de extrema
derecha y de comunistas autoritarios, a lo largo del tiempo, se notará
que ya existe una gran red de espionaje en Europa. Por ejemplo, algunos
altos funcionarios, después de dejar su cargo, reciben un puesto en una
empresa petrolera rusa (Gerhard Schröder, François Fillon). Consideramos
que los lemas «no a la guerra» o «La guerra de los imperios» son
ineficaces y populistas. El movimiento anarquista no tiene ninguna
influencia en el proceso, por lo que tales declaraciones no cambian nada
en absoluto. Nuestra posición se basa en el hecho de que no
queremos huir, no queremos ser rehenes y no queremos que nos maten sin
luchar. Puedes mirar a Afganistán y entender lo que significa «No a la
guerra»: cuando los talibanes avanzan, la gente huye en masa, muere en
el caos de los aeropuertos, y los que se quedan son purgados. Esto
describe lo que está ocurriendo en Crimea y puedes imaginar lo que
ocurrirá tras la invasión de Rusia en otras regiones de Ucrania. Afganistán, 2021: La gente intenta subir a un avión de la OTAN para escapar de los talibanes. En
cuanto a la actitud hacia la OTAN, lxs autora/es de este texto están
divididos entre dos puntos de vista. Algunxs de nosotrxs tenemos un
enfoque positivo hacia esta situación. Es evidente que Ucrania no puede
contrarrestar a Rusia por sí sola. Incluso teniendo en cuenta el gran
movimiento de voluntarios, se necesitan tecnologías y armas modernas.
Además de la OTAN, Ucrania no tiene otros aliados que puedan ayudar en
este sentido. Aquí podemos recordar la historia del Kurdistán
sirio. Los lugareños se vieron obligados a cooperar con la OTAN contra
el DAESH: la única alternativa era huir o morir. Sabemos muy bien que el
apoyo de la OTAN puede desaparecer muy rápidamente si Occidente
desarrolla nuevos intereses o logra negociar algunos compromisos con
Putin. Incluso ahora, los kurdos se ven obligados a cooperar con el
régimen de Assad, entendiendo que no tienen mucha alternativa. Una
posible invasión rusa obliga al pueblo ucraniano a buscar aliados en la
lucha contra Moscú. No en las redes sociales, sino en el mundo real.
Los anarquistas no tienen suficientes recursos en Ucrania o en otros
lugares para responder eficazmente a la invasión del régimen de Putin.
Por lo tanto, hay que pensar en aceptar el apoyo de la OTAN. El
otro punto de vista, que otros en este grupo de escritora/es suscriben,
es que tanto la OTAN como la UE, al reforzar su influencia en Ucrania,
cimentarán el actual sistema de «capitalismo salvaje» en el país y harán
aún menos factible el potencial de una revolución social. En el sistema
del capitalismo global, cuyo buque insignia es EEUU como líder de la
OTAN, a Ucrania se le asigna el lugar de una humilde frontera: un
proveedor de mano de obra y recursos baratos. Por lo tanto, es
importante que la sociedad ucraniana se dé cuenta de la necesidad de
independizarse de todos los imperialistas. En el contexto de la
capacidad de defensa del país, el énfasis no debe ponerse en la
importancia de la tecnología de la OTAN y el apoyo al ejército regular,
sino en el potencial de la sociedad para la resistencia guerrillera de
base. Consideramos esta guerra principalmente contra Putin y los
regímenes bajo su control. Además de la motivación mundana de no vivir
bajo una dictadura, vemos el potencial en la sociedad ucraniana, que es
una de las más activas, independientes y rebeldes de la región. La larga
historia de resistencia del pueblo en los últimos treinta años es una
sólida prueba de ello. Esto nos da la esperanza de que los conceptos de
democracia directa tengan un terreno fértil aquí. La situación actual de los anarquistas en Ucrania y los nuevos desafíos La
posición de outsider durante el Maidan y la guerra tuvo un efecto
desmoralizador en el movimiento. La difusión se vio obstaculizada ya que
la propaganda rusa monopolizó el concepto «antifascismo». Debido a la
presencia de los símbolos de la URSS entre los militantes prorrusos, la
actitud hacia la palabra «comunismo» era extremadamente negativa, por lo
que incluso la combinación «anarcocomunismo» era percibida
negativamente. Las declaraciones contra la ultraderecha pro-ucraniana
arrojaban una sombra de duda sobre los anarquistas a los ojos de la
gente corriente. Había un acuerdo tácito de que la ultraderecha no
atacaría a los anarquistas y antifascistas si éstas no mostraban sus
símbolos en los mítines y similares. La ultraderecha tenía muchas armas
en sus manos. Esta situación creaba un sentimiento de frustración; la
policía no funcionaba bien, por lo que se podía matar fácilmente a
alguien sin consecuencias. Por ejemplo, en 2015 fue asesinado el
activista prorruso Oles Buzina. Todo esto animó a los anarquistas a abordar el asunto con más seriedad. A
partir de 2016 comenzó a desarrollarse una clandestinidad radical;
empezaron a aparecer noticias sobre acciones radicales. Aparecieron
recursos anarquistas que explicaban cómo comprar armas y cómo hacer
alijos, a diferencia de los antiguos, que se limitaban solo a cócteles
molotov. En el entorno anarquista, se ha vuelto aceptable tener armas legales. Empezaron a aparecer vídeos de campamentos de entrenamiento anarquista en los que se utilizaban armas de fuego. Los ecos de estos cambios llegaron a Rusia y Bielorrusia. En Rusia, el FSB liquidó una red de grupos anarquistas que
tenían armas legales y practicaban airsoft. Los detenidos fueron
torturados con corriente eléctrica para obligarlos a confesar
terrorismo, y condenados a penas de entre 6 y 18 años. En Bielorrusia,
durante las protestas de 2020, un grupo rebelde de anarquistas bajo el
nombre de «Bandera Negra»
fue detenido cuando intentaba cruzar la frontera bielorrusa-ucraniana.
Llevaban un arma de fuego y una granada; según el testimonio de Igor
Olinevich, compró el arma en Kiev. Grupo rebelde anarquista «Bandera Negra» El
enfoque anticuado de la vida económica de los anarquistas también ha
cambiado: si antes la mayoría trabajaba en empleos mal pagados «más
cerca de los oprimidos», ahora muchos intentan encontrar un trabajo con
un buen salario, casi siempre en el sector de la informática. Los
grupos antifascistas callejeros han reanudado sus actividades,
participando en acciones de represalia en casos de ataques nazis. Entre
otras cosas, celebraron el torneo «No Surrender» entre los combatientes
antifa y estrenaron un documental titulado «Hoods«, que cuenta el nacimiento del grupo antifa de Kiev. (Hay subtítulos en inglés). El antifascismo en Ucrania es un frente importante, porque además de un gran número de activistas locales de ultraderecha, muchos nazis notorios se han trasladado aquí desde
Rusia (como Sergei Korotkikh y Alexei Levkin) y desde Europa (como
Denis «White Rex» Kapustin), e incluso desde Estados Unidos (Robert
Rando). Lxs anarquistas han investigado las actividades de la extrema
derecha. Hay grupos de activistas de diversa índole (anarquistas
clásicos, anarquistas queer, anarcofeministas, Food Not Bombs,
iniciativas ecológicas y similares), así como pequeñas plataformas de
información. Recientemente, ha aparecido un recurso antifascista con
carga política en el Telegram @uantifa, que duplica sus publicaciones en
inglés. En la actualidad, las tensiones entre los grupos se están
suavizando poco a poco, ya que recientemente se han producido muchas
acciones conjuntas y una participación común en los conflictos sociales.
Entre las más importantes está la campaña contra la deportación del
anarquista bielorruso Aleksey Bolenkov (que consiguió ganar un juicio
contra los servicios especiales ucranianos y permanecer en Ucrania) y
la defensa de uno de los distritos de Kiev (Podil) de las redadas policiales y los ataques de la ultraderecha. Seguimos
teniendo muy poca influencia en la sociedad en general. Esto se debe en
gran medida a que la idea misma de la necesidad de organización y de
estructuras anarquistas fue ignorada o negada durante mucho tiempo. (En
sus memorias, Nestor Makhno también se quejó de esta carencia tras la
derrota de los anarquistas). Los grupos anarquistas fueron rápidamente
eliminados por el SBU [Servicio de Seguridad de Ucrania] o por la
extrema derecha. Ahora hemos salido del estancamiento y nos
estamos desarrollando, por lo que nos anticipamos a una nueva represión y
a nuevos intentos del SBU de tomar el control del movimiento. En
este momento, nuestro papel puede describirse como el de los enfoques y
puntos de vista más radicales del campo democrático. Si los liberales
prefieren quejarse a la policía en caso de un ataque de la policía o de
la extrema derecha, los anarquistas se ofrecen a cooperar con otros
grupos que sufren un problema similar y a salir en defensa de las
instituciones o de las convocatorias si existe la posibilidad de un
ataque. Lxs
anarquistas intentan ahora crear vínculos horizontales de base en la
sociedad, basados en intereses comunes, para que las comunidades puedan
atender sus propias necesidades, incluida la autodefensa. Esto difiere
significativamente de la práctica política ucraniana ordinaria, en la
que a menudo se propone unirse en torno a organizaciones, representantes
o la policía. Las organizaciones y los representantes suelen ser
sobornados y la gente que se ha reunido en torno a ellos sigue engañada.
La policía puede, por ejemplo, defender los eventos LGTB, pero se
enfada si estos activistas se unen a una revuelta contra la brutalidad
policial. En realidad, esta es la razón por la que vemos potencial en
nuestras ideas, pero si estalla una guerra, lo principal será de nuevo
la capacidad de participar en el conflicto armado. ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | Solidaridad con lxs compañerxs represaliadxs, acusadxs de quemar un cajero de Bankia Posted: 17 Feb 2022 10:17 AM PST Actualización de la situación actual de lxs compañerxs El
29 de octubre de 2018 dos compañeros anarquistas de Madrid fueron
detenidos acusados de un sabotaje con fuego a un cajero de Bankia el 13
de abril del mismo año. Recientemente han recibido la noticia de que han
fechado su juicio para el 7 de abril de 2022. Fiscalía
junto con Bankia y Mapfre (la aseguradora del banco) piden 3 años por
delito de Daños y 17.000 euros de Responsabilidad Civil. En el atestado
policial, el hecho se relaciona con un comunicado subido a webs de
contrainformación en el que se reivindicaba la acción en solidaridad con
Lisa, condenada a 7 años (ahora mismo en tercer grado) por un atraco a
un banco en Aachen (Alemania). También dicen que lxs compañerxs son
anarquistas reconocidos, mencionando indentificaciones en
concentraciones, pegadas de carteles o detenciones en desalojos. Todo
este castillo en el aire lo usan para justificar el agravante ideológico
ya que lxs compañerxs, al ser anarquistas, odian los bancos, y Bankia
en este caso sería una víctima de este «odio ideológico». Este es
un ataque más desde el Estado al movimiento anarquista como conjunto,
tratando de castigar la solidaridad y aleccionar a la sociedad entera.
No sólo se pretende perseguir la acción anarquista, sino también el
pensamiento, lo cual vemos en el intento de meter el ‘agravante
ideológico’. Dentro de esta ofensiva también encuadran la Operación
Arca, en la que se acusa dos compañeras de diferentes sabotajes en
Madrid. Estad atentxs para próximas convocatorias. ¡SOLIDARIDAD CON LXS ANARQUISTAS REPRESALIADXS! ¡FUEGO A LOS BANCOS Y VIVA LA ANARQUÍA! [Inglés] On
October 29th, 2018 two anarchist comrades from Madrid were arrested
accused of a fire sabotage to a Bankia ATM on April 13th of the same
year. They have recently received the news that their trial has been
dated for April 7, 2022. The Prosecutor’s Office together with
Bankia and Mapfre (the bank’s insurer) are asking for 3 years for
Damages and 17,000 euros in Civil Liability. In the police statement,
the fact is related to a statement uploaded to counterinformation
websites in which the action was vindicated in solidarity with Lisa,
sentenced to 7 years (now in third degree) for a bank robbery in Aachen
(Germany). They also say that the comrades are recognized anarchists,
mentioning identifications at rallies, poster-attachments or arrests in
evictions. All this rhetoric is used to justify the ideological
aggravant since the comrades, being anarchists, hate the banks, and
Bankia in this case would be a victim of this «ideological hatred». This
is another attack from the State on the anarchist movement as a whole,
trying to punish solidarity and to teach lessons to the whole society.
Not only is it intended to persecute anarchist action, but also thought,
which we see in the attempt to introduce the ‘ideological aggravant’.
Within this offensive they also include Operation Arca, in which two
comrades are accused of different sabotages in Madrid. Stay tuned for future calls. SOLIDARITY WITH THE REPRESSED ANARCHISTS! FIRE TO THE BANKS AND LONG LIVE ANARCHY! Para más info sobre el caso de Lisa: https://solidaritatrebel.noblogs.org/ Para más info sobre la Operación Arca: https://quemandoarcas.noblogs.org/ Contacto con lxs detenidxs del caso Bankia: solidaridaddetenidxs29octubre ARROBA riseup.net ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | Los “buenos” y los “malos” en la ganadería. De la tortura en cadena a la granja de Playmobil Posted: 17 Feb 2022 10:02 AM PST La
actual polémica desatada en torno a las macrogranjas es a estas alturas
de sobra conocida. Todo comenzó cuando el propio lobby de la industria
cárnica española decidió difundir y tergiversar en su beneficio ciertas
declaraciones del ministro Alberto Garzón al diario británico The Guardian.
Las primeras respuestas desde todos los bandos políticos, incluido el
propio gobierno, fueron de lo más torpe y ridículo, desde los
comentarios de cuñado alabando la calidad del buen jamón ibérico, hasta
el más absurdo negacionismo de la ganadería industrial. Sin embargo, con
el paso de los días la mayoría de voces se vieron obligadas a cambiar
el tono y el discurso para evitar cavar más hondo el foso en el que se
habían metido (salvo la derecha, que decidió que “de perdidos al río” y
se dedicó a dar ruedas de prensa rodeados de vacas felices). Parece
que finalmente al lobby cárnico le salió el tiro por la culata. El
debate sobre las macrogranjas ha vuelto a ponerse sobre la mesa, sí,
pero es un debate perdido para ellos. Y sin embargo, ¿realmente ha
salido perjudicada la industria cárnica? Puede que las macrogranjas
hayan perdido el debate mediático, pero, desgraciadamente, eso no quiere
decir que vayan a desaparecer. Mientras haya demanda, la ganadería
intensiva está aquí para quedarse. Y en cuanto a la ganadora del debate
mediático, ésta parece haber sido, como modelo supuestamente
contrapuesto, la ganadería extensiva, que se está defendiendo como la
gran salvadora de todo esto. En el “mejor” de los casos, si el mensaje
cala, esto podría derivar en una mayor demanda por parte de ciertos
sectores de población de etiquetas de “bienestar animal”, “bio”, etc.,
un blanqueamiento de la industria cárnica que apenas afectaría a la
intensiva y que no significaría una mejora real para los millones de
animales explotados. ¿A qué viene tanto revuelo?Antes de seguir, detengámonos un momento para ver de qué estamos hablando. Dado que esto no es nada nuevo, nos remitimos a nuestras propias palabras publicadas hace ya dos años y medio: “En
el año 2018, en el Estado español fueron sacrificados más de 50
millones de cerdos y existían más de 15 millones de ovejas y cabras y 6
millones y medio de vacas. (…) Como dato para hacernos una idea, en 2015
se sacrificaron 356 millones de aves destinados a consumo humano, la
gran mayoría pollos seguido a mucha distancia de pavos y en 2018, 43
millones de conejos. Nuestro país es el mayor productor
de carne de cerdo de Europa y el tercero mundial, solo por detrás de
China y Estados Unidos, países con muchísima mayor superficie y
población (…) Si bien el número total de granjas de
porcino en nuestro país ha disminuido de forma drástica (entre 1999 y
2009 desaparecieron más de 110.000 explotaciones, un 61,4% en tan solo
una década), el número de animales no ha dejado de aumentar. En ese
periodo, el censo de cerdos se incrementó en un 12,3%, de los que el 90%
de ellos pertenecía a una granja industrial, y el tamaño de estas no
para de aumentar: en 2009, la media de cerdos por granja era de 120
animales y en 2013 ascendía ya a 467. En 2019, las granjas con más de
10.000 cerdos suponen solo el 2,5% del total, pero albergan a más del
40% del porcino español”. Esas palabras siguen hoy plenamente vigentes. Según el diario El País, actualmente el 78% de las más de 80.000 granjas de porcino en el Estado español son intensivas,
y aunque estemos hablando solamente de cerdos, conviene señalar que
éstos suponen más de la mitad de todo el ganado existente. Mientras que
en Europa la tendencia ha comenzado a invertirse, disminuyendo la
producción de carne un 5% en los últimos cinco años (lo cual no es
casual, si no que ha sido impulsado desde las instituciones), aquí ha
aumentado un 15%, más de la mitad de la cual es exportada. ¿Y qué
significa todo esto? Básicamente: peores condiciones para los animales,
tremenda contaminación atmosférica y del suelo y acuíferos,
deforestación de vastas extensiones en otras latitudes donde se cultiva
la soja y demás materia prima para los piensos, además de otras
cuestiones sociales como las pésimas condiciones laborales, el
despoblamiento rural, etc. En cuanto a los animales, numerosas
investigaciones realizadas en los últimos años ya han mostrado al mundo
lo que ocurre en las granjas industriales. Desde las incursiones de Igualdad Animal en granjas de cerdos, conejos y patos2 hasta reportajes mucho más mediáticos como el de Salvados en 2018,
han mostrado animales que viven hacinados o encerrados en jaulas
minúsculas toda su vida, padeciendo enfermedades y dolencias que hacen
que un buen número de ellos ni siquiera sobreviva hasta ser enviados al
matadero (hasta el 10% de los cerdos de cebo, según el Ministerio de
Agricultura). En cuanto a los efectos ambientales de estas granjas
intensivas, los datos no son menos alarmantes. Los purines (residuo
resultante de las heces y orines) son acumulados en enormes balsas desde
las que serán transportados a otras fincas donde serán vertidos.
Teóricamente esto debe hacerse en fincas autorizadas, cuyas
características minimicen el impacto de este producto. La realidad es
que el transporte de los purines resulta caro, por lo que suelen
verterse en fincas cercanas, además de filtrarse desde las balsas al
terreno, contaminando el suelo y los acuíferos debido al exceso de
nitratos. Esto es lo que ha ocurrido en el Campo de Cartagena donde,
hace tres años, fueron inspeccionadas varias balsas de purines cercanas
al mar Menor y se comprobó que más del 90% no cumplía con las normas de
construcción. El consecuente desastre ecológico del mar Menor hemos
podido verlo en todos los medios. Un dato más que nos da una idea de la
magnitud del problema: “En el período 2016-2019 la cantidad media de los nitratos presentes en las aguas subterráneas de España ha aumentado un 51,5%” (El País). Por otro lado y no menos importante, están las emisiones de metano a la atmósfera. Según el estudio “Atlas de la carne”, publicado recientemente por las organizaciones Amigos de la Tierra y Fundación Heinrich Böll,
las actividades de ganadería industrial son responsables de hasta el
21% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Otro
informe recomendable para entender el alcance del impacto de esta
industria a nivel global es el publicado en enero de este mismo año por
Ecologistas en Acción: “Con la soja al cuello: piensos y ganadería industrial en España”.
Además de la deforestación y destrucción de ecosistemas que supone este
cultivo (del cual solo el 6% a nivel global se destina a consumo
humano, al contrario de lo que piensan los que ladran que “los veganos
se cargan la selva amazónica con su tofu”), el informe nos habla del
papel determinante que ha tenido en el Estado español la importación
masiva de soja a bajo precio para la evolución hacia este modelo de
macrogranjas, habiéndose convertido España en la mayor productora de
piensos compuestos de Europa en 2018, con más de 24 millones de
toneladas. Nave de gestación de cerdas. Aitor Garmendia | Tras los Muros La santificación de la ganadería extensivaComo
decíamos al comienzo, toda esta crítica a las macrogranjas que acabamos
de hacer ya ha sido ampliamente difundida a un nivel que hace solo unos
pocos años nos parecía impensable. Y tras la crítica a este modelo
despiadado, se contrapone la ganadería extensiva como modelo bondadoso y
salvador, exento de impacto alguno e incluso beneficioso
ecológicamente. ¿Pero es esto realmente así? Para empezar, debemos
romper el mito de que en la ganadería extensiva los animales no sufren.
La trampa del “bienestar animal” nos hace pensar que, simplemente por
comparación con los horrores de la intensiva, el ganado extensivo lleva
una vida igual o mejor a la que tendrían en libertad, pero esto
simplemente no es así. A parte del hecho incuestionable de que su fin
será la muerte prematura en un matadero (cuestión que sabemos que no
supone un dilema moral para la mayoría de la población), hay que
recordar en qué condiciones ocurre esto, porque tanto en el manejo
cotidiano de estos animales, como en el transporte y finalmente en los
mataderos, existe maltrato, violencia y mucho sufrimiento para los
animales. Además de las prácticas permitidas, muchas de las cuales no
dejan de ser crueles, la realidad es que la ausencia casi total de
inspecciones hace que las explotaciones puedan saltarse por completo la
normativa de bienestar animal en cuestiones del manejo diario de los
animales, como el uso excesivo de picas eléctricas, la castración
(practicada en muchas ocasiones sin anestesia) y mutilaciones, etc. La
investigación “Dentro del matadero” realizada por Aitor Garmendia entre
2016 y 2018 en mataderos del Estado español da cuenta de las
atrocidades cometidas en estos centros, a los que, recordemos, van a
parar tanto los animales de granjas intensivas como los de extensivas, y
en los que la normativa destinada a “proteger” a los animales no es más
que papel mojado (recomendamos la lectura de un breve resumen sobre
esta investigación publicado en Dentro del Matadero: una investigación sobre la matanza industrial de animales en España . El
aturdido de los cerdos en periodo de lactancia se realiza con unas
pinzas de menor potencia entre dos operarios. Mientras uno sujeta al
animal, el otro le aplica la descarga eléctrica sobre la cabeza. Aitor
Garmendia | Tras los Muros Por otro lado, se defiende, incluso
desde algunas organizaciones ecologistas, que la ganadería extensiva no
tiene un impacto ecológico negativo porque se integra en el ecosistema
de manera que los nitratos son aprovechados por la vegetación y no
causan contaminación, y que no resta recursos a la agricultura ya que
ocupa terrenos no aptos para el cultivo y no requiere de piensos para la
alimentación del ganado. Si bien esto pudiera ser cierto en
determinados territorios y bajo determinadas condiciones (la cría de
yaks en la estepa mongola, o, por poner un ejemplo más cercano, un
pequeño rebaño de ovejas en la sierra de Cuenca), no es en absoluto una
afirmación que se pueda generalizar. Si hablamos del aquí y ahora y no
nos vamos a economías de subsistencia en territorios en los que la
ganadería extensiva es esencial para no morirse de hambre, la realidad
no es tan bucólica. El sobrepastoreo “ha constituido en España una de las causas históricas de degradación de las cubiertas vegetales”
contribuyendo al avance de la desertificación (no lo decimos nosotros,
lo dice el Ministerio de Transición Ecológica). Muchas de las dehesas
que hoy se ponen como ejemplo de ecosistema equilibrado, fueron en su
momento bosques no solo perfectamente equilibrados sino mucho más ricos
en biodiversidad. Los conflictos de la ganadería con la fauna salvaje
también son evidentes, y si no que se lo digan al lobo, perseguido y
demonizado como culpable de cualquier mal allí donde comienzan a
recuperarse sus poblaciones. Y por poner un ejemplo más de los impactos
de la ganadería extensiva, podemos hablar de los centenares de incendios que han arrasado Asturias este
invierno, como cada año desde que en 2017 se modificara la Ley de
Montes permitiendo el aprovechamiento de los terrenos quemados para
pasto. Porque la ganadería extensiva como modelo de explotación no
se limita a “lo más ecológicamente sostenible”, sino que es un negocio
más que busca el mayor beneficio y expansión posibles, y para ello, por
supuesto que ocupa terrenos que podrían destinarse a la agricultura, usa
piensos como complemento, entra en conflicto con la fauna salvaje y con
la conservación de los ecosistemas y le importa una mierda el bienestar
de los animales. Por eso, si lo que se defiende es eliminar el
modelo intensivo y que sea el extensivo el que abastezca de carne a la
población, además de ser algo completamente imposible por muchísimo que
se redujera el consumo de ésta, los impactos no serían ni mucho menos
neutros. El discurso que pasa todo esto por alto, no hace más que
hacerle un favor a la industria cárnica en su crecimiento y
legitimación. Fuente: https://www.todoporhacer.org/macrogranjas/ ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | [Vídeo] La moral, fundada en lo humano Posted: 17 Feb 2022 09:53 AM PST Einstein
dijo: «Si la gente es buena solo porque teme el castigo y espera una
recompensa, somos efectivamente un grupo lamentable». Esa es la «moral»
que está detrás de la tradición religiosa, por muchas vueltas o adornos
que quieran poner los teólogos actuales, el comportamiento supuestamente
correcto se realiza para obtener beneficios de la deidad de turno. No
hay moralidad real, se trata de una especie de comportamiento
conductista con una permanente vigilancia sobrenatural (ficticia) y/o
terrenal (bien internamente, en la cabeza de la misma persona religiosa,
bien externamente, mediante alguna clase mediadora). Capi Vidal http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/ ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | Contradicciones de un protagonista de la Revolución social española de 1936 Posted: 17 Feb 2022 09:45 AM PST Juan
García Oliver (Reus, 1902 – Guadalajara (México), 1980) fue uno de los
ideólogos y activistas más destacados del anarcosindicalismo catalán en
la época en que éste alcanzó su máximo vigor e influencia. Camarero
de profesión y militante de la CNT y luego también de la FAI, su acceso
al ministerio de Justicia del gobierno republicano supuso un trauma
para el movimiento libertario que todavía incomoda. De todas sus
vivencias nos informó ampliamente en su apasionante autobiografía, El eco de los pasos (Ruedo
Ibérico, 1978), reeditada varias veces y convertida en un clásico, que
sigue planteando incógnitas y provocando discusión. Agustín Guillamón (Barcelona, 1950) ha analizado la historia del movimiento libertario catalán en libros como Los comités de defensa de la CNT (2011), Los Amigos de Durruti. Historia y antología de textos (2013), Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (2018, en colaboración con Antonio Gascón) o La matanza del cuartel Carlos Marx (2020),
entre otros. En su último trabajo, que acaba de aparecer en el catálogo
de Calumnia Edicions, Guillamón busca una explicación para la
contradicción fundamental en la biografía de Juan García Oliver. Resulta
difícil entender que un protagonista de la lucha en las calles de
Barcelona en julio de 1936, llamara, sólo diez meses después, a la
desmovilización de los que en esas mismas calles defendían las
conquistas revolucionarias. Ecos y pasos perdidos de Juan García Oliver ahonda
en un personaje esencial de la Revolución social española, reúne
documentos inéditos junto a otros de difícil acceso y aporta al fin una
respuesta para esta pregunta. La Cataluña revolucionaria El
primer capítulo sintetiza la trayectoria de Juan García Oliver.
Sindicalista y hombre de acción, él estuvo entre los más comprometidos
en la época de lucha a muerte con los pistoleros del Libre, y fue luego
el inventor de la “gimnasia revolucionaria”, que encandiló a los
sectores más insurreccionalistas del movimiento libertario, tildados a
veces de “anarco-bolcheviques”. En la batalla por Barcelona, el 19 de
julio de 1936, mostró sus dotes de estratega al proponer dejar a la
tropa salir de los cuarteles para derrotarla en las calles, como así se
hizo. Poco después, en las asambleas y debates en los que los
confederales eligieron el rumbo a seguir tras la victoria, defendió
decididamente la opción de “ir a por el todo”, que sería
democráticamente rechazada en aras de una colaboración entre las fuerzas
antifascistas. El nombramiento de García Oliver, transcurridos
sólo unos meses, como ministro de Justicia del gobierno Largo Caballero
cambió sin embargo completamente su forma de ver las cosas, y en 1937 el
incendiario se convierte en bombero durante los Hechos de mayo,
analizados en el capítulo segundo del libro. Fue éste un momento en que
la sagrada unidad antifascista propugnada desde las alturas dio al
traste con los últimos logros revolucionarios que habían podido
preservarse. Completando el retrato Entre
los documentos inéditos que se presentan se encuentran un extenso
relato, elaborado por García Oliver en 1966 para el novelista Luis
Romero, sobre la batalla por Barcelona, y una carta de ese año al mismo
en la que nuestro faísta adjunta un esquema pergeñado por él del barrio
de Pueblo Nuevo, con interesantes datos sobre el origen de la
insurrección del 19 de julio. Inédito estaba también el cuestionario que
le remitió el historiador Burnett Bolloten, incluido con las respuestas
correspondientes, así como la carta de 1970 a César Martínez Lorenzo en
la que el de Reus expresa la muy negativa opinión que le ha producido
el libro recién publicado por éste: Les anarchistes espagnols et le pouvoir. Se
reúnen además diversos artículos, conferencias y discursos de García
Oliver, entre ellos la arenga radiofónica que pasó a ser conocida como
“del beso”, del 4 de mayo de 1937, en la que llama al cese de la lucha
en las calles de Barcelona, o la conferencia en Valencia de finales de
ese mes en la que reflexiona sobre su paso por el ministerio de
Justicia. Las actas de reuniones de la CNT en agosto y septiembre de ese
año permiten tomar el pulso a la ofensiva gubernamental que se saldó
con el asalto al cuartel de los Escolapios, sede del sindicato de
Transporte, un nuevo episodio represivo en el que García Oliver tuvo un
papel crucial desde la cúpula de la CNT. Estos documentos evidencian la
inquietud de las bases confederales ante la pérdida progresiva de todas
las conquistas revolucionarias. La razón del cambio de postura Para
Agustín Guillamón, la ruptura en 1937 de la trayectoria revolucionaria
de Juan García Oliver se debe a que éste, al igual que la inmensa
mayoría de la militancia cenetista, sustituyó entonces sus principios
libertarios por la ideología de la unidad antifascista, centrada en el
objetivo único de ganar la guerra. Guillamón es muy crítico con este
cambio, que suponía de facto renunciar a la revolución, pero la cuestión
esencial a la hora de enjuiciarlo es si había o no una alternativa
revolucionaria viable en aquellas circunstancias. García Oliver
siempre alegó que el gran error de la CNT fue no seguir su propuesta de
“ir a por el todo” en el pleno del 21 de julio de 1936, y contempló la
historia posterior de sacrificio de la revolución, como inevitable. De
esta forma, según su criterio, su aceptación de un ministerio o su
colaboracionismo con el gobierno republicano quedaban libres de culpa.
Sin embargo, esta pretensión suya de que en julio hubiera sido posible
lo que no lo era poco después no la apoya con ningún argumento
convincente. Guillamón enfatiza la amargura y frustración de una
revolución estrangulada por algunos de los que fueron en el pasado sus
más fervientes defensores. El escenario es triste ciertamente, pero hoy
parece claro que, a pesar de las conquistas que pudieron arrancarse en
aquel corto verano del 36, el contexto español y europeo brindaba
escasas opciones revolucionarias en aquel momento. Y no se puede dejar
de reconocer que, en las condiciones que se vivían, una guerra civil en
la retaguardia republicana, muy difícil de ganar para los libertarios,
resultaba aún más amarga y frustrante que la renuncia al ideal, porque
todos sabemos quiénes iban a ser los auténticos beneficiados de esos
combates. Más allá de las batallas historiográficas de la guerra
civil que todavía se luchan, y de opiniones e interpretaciones siempre
abiertas a discusión, lo cierto es que Agustín Guillamón nos ofrece en Ecos y pasos perdidos de Juan García Oliver datos novedosos e importantes para aquilatar la figura de uno de los protagonistas más notables de la Revolución española. Jesús Aller Blog del autor: http://www.jesusaller.com/ Fuente: https://rebelion.org/contradicciones-de-un-protagonista-de-la-revolucion-social-espanola-de-1936/ ¡Haz clic para puntuar esta entrada! | Jornada d’homenatge a Agustín Rueda Posted: 17 Feb 2022 09:18 AM PST El
13 de març tenim una cita al Coll de Banyuls per recordar l’Agustín
Rueda, militant anarquista enxampat al Coll de Banyuls amb el seu
company Fernando Simón i el confident Antonio Soler el 7/2/77. L’Agustín fou assasinat a Carabanchel en la nit del 13 al 14/03/78 |
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