La
famosa serie carcelaria de Netflix llegó a su fin, con el desenlace de
la eterna disputa entre los Borges y la Sub-21. La tira, que cosechó
tantos fanáticos como críticos, después de varios altos y bajos, supo
encontrar la manera de tener un buen cierre.
Tras su estreno, Anatomía de un escándalo,
la nueva miniserie de David E. Kelley, se convirtió en uno de los
contenidos más vistos en Netflix, proponiendo una nueva forma de
ficcionalizar el debate latente alrededor del consentimiento.
En
una escuela secundaria donde sólo concurren varones, Charlie Spring
conoce a Nicholas Nelson, jugador de rugby, con quien comienza a pasar
el rato mientras afronta el acoso que sufre por ser homosexual. La
novedad no pasa por la temática sino por la perspectiva desde donde se
aborda, generando una producción interesante y atractiva.
Uno
de los pesos pesados que le quedaban a Netflix estrenó la segunda parte
de su última temporada a fines de abril. El espiral al infierno de una
familia, la representación de la mujer y los finales a tiempo como
aspectos centrales de la serie que supo ser Ozark.
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