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JUICIO CAMPS
“En Puesto
Vasco Tarella era de los que más torturaba”
Miralles fue Ministro de
Economía hasta el 24 de marzo, y se convirtió en una de las víctimas de la
represión. Con su testimonio comprometió a uno de los imputados del Juicio. También
declaró el periodista Nazar, quién contó que el médico Bergés custodiaba la
tortura para que no se “les vaya la mano” a los genocidas
PRENSA Y DIFUSIÓN
APDH LA PLATA
(4JULIO2012) En la jornada de ayer se pasaron por pantalla gigante
las declaraciones de testigos del Juicio al Capellán Von Wernich en 2004 que
sirven para el Juicio del Circuito Camps. A medida que avanzan las audiencias
cada uno de los imputados es nombrado y apuntado por las víctimas como
responsables del aparato represivo que torturó y asesinó a más de 30 mil
personas.
Juan Ramón
Nazar fue detenido el 21 de julio de 1977 en horas de la madrugada por dos
personas armadas, que lo subieron violentamente a un auto y lo dejaron en una
Comisaría en Capital Federal, que no se pudo precisar. Fueron 48 horas donde la
víctima no pudo ni comer, ni beber, ni hacer sus necesidades.
De ahí lo trasladan a uno de los Centros Clandestinos
del Circuito Camps, “Puesto Vasco”, a cargo del Policía Rojas en el Partido de
Quilmes. “Me hicieron interrogatorio sobre si yo conocía algún plan del sionismo
internacional, diseñado para apoderarse de la patagonia, denominado el Plan
Andinia. No tenía idea de que se trataba”, expresó.
Nazar ejerció el periodismo, y fue entre otros
trabajos Director del Diario La Opinión de Trenque Lauquen en 1974 y
corresponsal en el interior durante 15 años para el Diario Clarín. “En esa
actividad periodística, mis convicciones democráticas no me permitían
abstenerme de formular críticas a todo lo que significaban atentados a la Libre
Expresión y la democracia. Mantuve una posición crítica contra los militares”,
dijo, y esgrimió que esos fueron uno de los motivos de su detención. Ya había
recibido amenazas, pero quiso quedarse en el país.
En Puesto Vasco vivió junto a otros compañeros
situaciones infrahumanas. Ahí conoció a Jacobo Timerman, donde compartió “las
angustias de encierro y secuestro”. Así sintetizó el tema alimenticio “Rara vez
nos daban de comer, y si venía traían una olla de hierro. Una mezcla de arroz
con lentejas. Lo colocaban en el piso y donde estábamos allí nos agachábamos y
con la mano comíamos eso con tal de sobrevivir”.
Nazar contó que en Puesto Vasco después de las 2 de
la madrugada de cada noche se oía música potente y bullicios constantes. “Eran
ruidos terribles, música alta, expresiones groseras. Deduzco con mucha certeza
que hacían esto después de lo que ellos llamaban el trabajo. Consistía en sacar
a los prisioneros de sus celdas, llevarlos a otros lugares, torturarlos hasta
dejarlos mal o liquidarlos. Por eso eran noches de horror, no se podía dormir.
Lo hacíamos más de día que de noche”, sentenció.
Algunos de los compañeros de cautiverio que pudo
identificar fueron Alberto Liberman (Ex
Ministro de Obras Públicas), Julio César Miralles (ex Ministro de
Economía) y Pedro Augusto Goin (Ministro de Asuntos Agrarios de la Provincia de
Buenos Aires). También estuvieron Di Stéfano y Juan Gramano, quienes fueron
víctimas a su vez de la Unidad 9 de La Plata.
Las
complicidades civiles eran evidentes, como la del médico Bergés que custodiaba
las torturas para que a los represores “no se les vaya la mano”. Luego de unos
meses concluyó su cautiverio en la Comisaría 60 de la localidad de Monte
Grande.
La
víctima nunca estuvo a disposición del Poder Ejecutivo, por lo que su situación
siempre fue de detenido desaparecido. “Se me liberó el 25 de agosto de 1978. Es
decir casi 14 meses sin saber mi futuro. En democracia me citan un día, recibo
de la comisión de defensa de la CONADEP. Voy, me muestran una foto, era Cristian
Von Wernich, es la persona que estuvo en mi celda. Nos pedía que colaboremos
para que no sigamos siendo torturados”.
Las palabras de Juan
Miralles
En
1976, Miralles pierde su cargo como Ministro de Economía luego de un comunicado
que saca en los diarios de todo el país criticando el accionar de la dictadura,
por lo que empiezan a buscarlo hasta que lo encuentran en Avellaneda.
Coti
Martínez fue uno de los destinos en cautiverio. Fue brutalmente golpeado: “Mi
compañero de celda me arrebataba de la pared porque sacaba sangre de mis manos,
los insultaba, me llevaba contra un rincón así no escuchaba las torturas”,
indicó, y agregó: “Iba gente a tomar declaraciones. Estaba Beto Cabrera, quién
fuera Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, también el Comisario
Lesner, que estaba en judiciales con López Larraza”.
Miralles
no se guardó palabras para reflexionar sobre la complicidad civil: “Que no me
hable nadie de la falta de responsabilidad de quién ejerció un cargo durante
ese gobierno, porque sabía lo que pasaba en las calles”. Luego apuntó contra
los torturadores: “Estaba Trimarco, Tarella, Milton Saracho, Maida. Todos ellos
secundados por activistas en la tortura. Había golpes, afixias, electricidad.
Tarella y Saracho eran los que más cinismo tenían”.
Más
tarde Miralles pasó por Puesto Vasco, y contó esos momentos terribles, basados
no solo en la persecución política sino en la cuestión racista, ya que las
personas judías como Jacobo Timerman eran brutalmente torturadas por su
condición.
La
Iglesia, también presente: “Von Wernich, me dijo que aconsejara a mi padre a colaborar, porque
de esa manera iba a bajar el nivel de tortura, que Dios lo iba a proteger.
Habló con los muchachos que estaban en el fondo de forma individual. Él era de
la casa, del equipo, ¡un representante de la Iglesia!”
Eros
Amilcar Tarella es uno de los imputados de este juicio, y en la jornada del
Juicio fue nombrado varias veces, acusado de torturador físico y psicológico.
“Un día lo llamó a Timerman y le dijo que tenía una noticia que le va a alegrar
muchísimo. Era la muerte del padre, y lo llevaron esposado al velorio. Al otro día
lo trajeron custodiado. Un hombre exhibido públicamente con secuestro
clandestino, una impunidad total”, manifestó.
Los
hermanos Iaccarino estuvieron en cautiverio con Miralles. Los recordó con
afecto y se lamentó por como eran torturados.
Miralles
estuvo hasta el 30 de septiembre de 1976 detenido, donde lo llevaron a la
Jefatura de Policía, atendido por Etchecolatz en persona. “Sepa que su padre se
va a quedar adentro. Usted de lo que vio, silencio absoluto, porque si no se va
a encontrar con su padre en una zanja. Ninguna gestión en ningún lado”, le dijo.
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