ALAI, América Latina en Movimiento
Umberto Mazzei
Ucrania, el bastión de Eurasia ante la OTAN
Desde
la Guerra de los Siete Años (1756 – 1763) el Imperio Británico expandió
sin rivales su control político y su comercio por todos los rincones
del mundo. Por esa época sucedió en Europa la revolución técnica que
creó la base para la revolución industrial. Comenzó también la prédica
de la economía liberal, de la apertura de mercados, del intercambio
imperial de productos elaborados contra materias primas. Es cuando
comienza el Gran Juego, el asedio británico a la masa Euro-Asiática
donde avanzaba Rusia hacia la India, China y Japón. Cien años después,
el control financiero británico de las antiguas colonia españolas y la
repartición de África, esbozan el prototipo anglo-sajón de
globalización. Su freno era la alianza entre el Imperio Ruso y el recién
reconstruido Imperio Alemán.
La
primera fase técnica de la globalización neoliberal fue el comienzo de
la Primera Guerra Mundial. Poco antes (1913) las elites financieras
anglo-americanas habían creado la Reserva Federal, que sería la fuente
de recursos financieros que hizo de Estados Unidos el acreedor de todos
los beligerantes al final de esa terrible e innecesaria guerra. La
primera post-guerra desplazó el centro de gravedad financiero de la City
de Londres a Wall Street de New York. Fue un cambio geográfico, porque
los grupos financieros anglo-sajones ya estaban ligados.
La
crisis que comenzó en 1929 y que duró hasta la Segunda Guerra Mundial
fue la primera prueba de los efectos de unas finanzas globalizadas con
mercados abiertos. Como ahora, unos pocos se hicieron más ricos y muchos
se arruinaron. En 1941, la política de mercados abiertos se fijó en la
Carta Atlántica de 1941, la declaración conjunta anglo-americana sobre
las políticas económicas internacionales para después de la guerra;
debemos señalar que fue hecha antes de que EE UU fuese beligerante.
La
victoria aliada trajo el pago eterno de las deudas de guerra, el plan
Marshall, el Banco Mundial, el FMI y el dólar como moneda de referencia;
todo eso entregó a los bancos de Wall Street la mitad de la economía
mundial. Con la industria euro-asiática destruida, EE UU quedó como la
única potencia industrial y también exportadora de materias primas. EE
UU ayudó la recuperación, pero a cambio de apertura a sus empresas, que
cubrieron con sucursales el mundo ajeno a la esfera soviética. La
segunda fase hacia un mundo anglo-americano replicaba en Eurasia el
anterior Gran Juego británico; pero en 1948 perdieron China, el premio
ganado con la guerras del opio (1839 -1860).
En
Eurasia hay dos grandes potencias: Rusia y China. La India pudiera
serlo, pero es una obra británica, hecha con partes dispares que
dificultan la toma de decisiones. Eurasia tiene los recursos humanos y
físicos para ser el eje de la economía y la política internacional; el
papel que, separados, ejercieron por milenios su extremo europeo y su
extremo chino. Eso es justo lo que la política exterior angloamericana
trata de impedir. Es la razón para la ocupación financiera y militar de
Europa y erosionar su cultura; la razón para promover gobiernos
corruptos y fomentar guerras y revueltas civiles que impidan la
proyección euroasiática.
El
Gran Juego sigue. Una parte esencial es impedir la proyección marítima
de China en el Mar de China y de Rusia hacia el Mar Mediterráneo. Otro
factor en esa estrategia es el control de la energía y el modo más
económico es controlar su transporte. Estos elementos muestran la
importancia de Ucrania como corredor del gas ruso hacia Europa y hacia
la Crimea, la base de la flota rusa del Mar Negro. De allí el golpe de
Estado euro americano en Kiev.
Ucrania y su papel energético
Europa
depende de Rusia en cerca del 40% del gas que importa y la mayoría es
transportado a través de Ucrania. Ese gas es transportado por gasoductos
que pertenecen a Gazprom pero eso pudiera cambiar. Chevron firmó, en
noviembre 2013, un contrato, con el gobierno ucraniano de Yanukovich,
para explorar 650 mil hectáreas en busca de gas. Unos meses antes el
mismo gobierno había firmado otro menos importante con Royal Dutch
Shell.
Derek Magness de Chevron, a la izquierda, durante la firma del acuerdo sobre gas ucraniano
El acuerdo de Chevron fue apoyado
por Washington para reducir el comercio energético y la complementación
económica de Europa con Rusia. El área asignada a Chevron incluye el
Oleska Block, donde hay roca de pizarra con potencial en gas de
esquisto. El problema es que el método para su obtención, llamado fracking
hidráulico, es altamente contaminante y ha sido prohibido ya por
algunos países europeos donde se usó, como en Rumania y Lituania.
Es probable que haya alguna
coordinación entre el Departamento de Estado y Chevron para el golpe de
Estado en Kiev, porque fue en un encuentro patrocinado por Chevron donde
Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado norteamericana para Europa del
este anunció que el gobierno norteamericano había invertido 5 mil
millones en prepararlo (promover la democracia en Ucrania, dijo ella).
Se puede especular sobre si una razón del golpe de Estado sea la de
nacionalizar los oleoductos de Gazprom, para darlos luego en
administración a Chevron. De ese modo la venta de gas ruso y el
aprovisionamiento europeo quedarían en manos de una empresa
norteamericana muy vinculada con la política exterior de Washington.
El golpe de Estado mira
evidentemente a penetrar Ucrania con intereses angloamericanos más que
con intereses de la UE, porque Europa no es soberana; es regida por
gobiernos títeres que obedecen órdenes de New York y Londres; está bajo
ocupación militar y financiera. Lo demuestra que Bruselas hable de
aplicar sanciones a Rusia, cuando a la industria y la población europea
eso no conviene. El pretexto es castigar a Rusia por aceptar la
solicitud de Crimea de integrarse a la Federación Rusa. Esa solicitud
refleja el deseo de la población de Crimea y ya fue hecha en 1994,
cuando la independencia ucraniana, pero que no fue acogida, sin duda por
la influencia angloamericana en el triste gobierno de Boris Yeltsin.
Las sanciones por Crimea
Rusia no bombardeó 78 días para que
la Crimea se separara de Ucrania, como la OTAN hizo en Serbia, para
arrancar a Kosovo. La Crimea, de población rusa mayoritaria, se
desprendió de Ucrania sola, impulsada por los atropellos contra la
población de lengua y la cultura rusa cometidos enseguida por el
gobierno ilegítimo puesto por los angloamericanos en Kiev. La Crimea usó
el derecho a la autodeterminación, un derecho inapelable reconocido por
las leyes internacionales. Ese resultado imprevisto del golpe de estado
en Kiev inspira chistes sobre los US$5 millardos invertidos por
Washington en el golpe…para que la Crimea regrese a Rusia.
La frustración por el fracaso en
sacar a Rusia del Mar Negro y el temor de que el “gobierno provisional”
en Kiev resulte muy provisional, ha causado un berrinche más en la Casa
Blanca, que quiere castigar a la madre Rusia porque Crimea volvió a su
regazo. Washington dice que se trata de proteger intereses vitales
suyos, que, como siempre, están ubicados en otro país.
Las sanciones no temen el ridículo y, hasta ahora, son como sigue:
Primero, se interrumpe la
colaboración militar con Rusia, aún cuando es la OTAN quien necesita a
Rusia para llevar sin riesgo pertrechos militares a Afganistán;
Segundo, se excluye a Rusia del G-8;
eso si tiene lógica porque la próspera Rusia no debe estar en un club
de países arruinados; como la próxima reunión hubiera sido en Sochi y
esa exclusión le ahorra a Rusia los esfuerzos y gastos de ser el
anfitrión;
Tercero, se prohibió a un grupo de
funcionarios rusos viajar a EE UU, sin saber si querrían ir; también se
congelaron sus cuentas en EE UU, sin saber si las tienen. La UE hizo
también su lista. Las sanciones estimulan el ahorro dentro de Rusia y el
regreso de capitales. De paso, dio pretexto a Rusia para prohibir el
ingreso a los agentes subversivos de la National Endowment for Democracy
(NED), como el Senador John Mc Cain.
Se
habla oscuramente de imponer sanciones económicas y eso es imposible
para la UE. Las de EE UU serían irrelevantes por el monto y la
composición. El gráfico es elocuente.
El comercio entre Rusia y la UE en
2012 fue de 276,5 millardos. Las exportaciones rusas fueron
principalmente de gas y petróleo, por 76 billones. Sin ellas la UE se
paraliza; las otras exportaciones importantes son cereales. Las
importaciones rusas son maquinaria y transporte, por 50 millardos,
químicos y farmacéuticos, todos productos de alto valor agregado.
EE UU también sufriría con las
sanciones, porque Rusia es de los pocos países con quien EE UU tiene un
superávit comercial. En 2013 las exportaciones rusas fueron por 112
millardos, principalmente gas y aluminio y las importaciones fueron 167
millardos, todas de alto valor agregado, como calderas y material
nuclear o equipos ópticos.
La perspectiva futura ucraniana
Desde el derrocamiento del último
gobierno elegido democráticamente por las turbas financiadas por la NED
en Maidan. Ucrania no conoce paz. En parte porque entre los cuatro
partidos asociados para el golpe, sólo Batkivshina – el de Yulia
Timoshenko y “Yats” Yatseniouk, como lo llama Ms. Nuland – tiene alguna
base electoral. Los otros tres son pequeños o recientes: Svovoda sacó 10
% en las últimas elecciones; UDAR que en ucraniano significa golpe, lo
fundó en 2010 un boxeador; Pravy Sector es una milicia de choque,
creada ad hoc en noviembre 2013. La visita de pleitesía que
“Yats” Yatseniouk rindió a Obama no lo hará popular entre sus socios
nacionalistas, los de tradición rusa o el ejército. Se sabe por
encuestas que la mayoría ucraniana esta contra ser miembros de la OTAN.
“Yats” también ordenó la entrega a
la Reserva Federal, el 7 de marzo, de las 36 toneladas de oro de
reservas ucranianas, como reconoció la Reserva federal de New York.
Cuento se sepa, es probable que cause violencia política y reacciones en
las fuerzas armadas ucranianas. Es un caso claro de traición, porque
cualquiera que sabe de finanzas - Yats es banquero – conoce que la FED
no devuelve el oro que se le confía; como con las 1500 TM de oro alemán
allí, que cuando Alemania pidió la entrega de 674 TM, solo se le
devolvieron 5TM.
La perspectiva futura rusa
El
golpe de estado euro-americano en Kiev ha llevado a una previsible
crisis con Rusia. La hipocresía de EE UU y de la UE no encubre que el
objetivo final del golpe era sacar la flota rusa del Mar Negro e
instalar bases de la OTAN en Ucrania. Rusia no puede permitir eso porque
son intereses vitales y tiene los medios para impedirlo. En Washington,
ni el más loco de los halcones habla de acción militar o dice que
“todas las opciones están sobre la mesa”.
Cuando
se analiza las inversiones de Rusia en infraestructura puede verse que
su proyección es más hacia el espacio euro-asiático que hacia Europa.
Tiene una lógica absoluta, porque allí es donde están los recursos a los
cuales aplicar su ciencia y tecnología. Europa es solo un mercado que
se encoge a causa de políticas de austeridad impuestas por el rescate
con dinero público de bancos privados insolventes.
El
principal instrumento de esa proyección hacia el este es la Unión
Económica Euroasiática, que nace de la Unión Aduanera entre Belarus,
Kazakhstan y Rusia. La idea viene germinando desde 1994, cuando la lanzó
el Presidente de Kazakhstan, Nursultan Nazarbayev. El acuerdo se firmó
en noviembre 2011, se creo una Comisión Económica Euroasiática que lo
administra y entrará a funcionar en 2015. Sus miembros fundadores son
los mismos, pero se prevé la adhesión de miembros del espacio histórico
zarista, como Armenia, Kirgiztan y Tajikistan, y aún de otros, como
Siria, que ya manifestaron interés. EE UU, en cambio, ya manifestó su
hostilidad: la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo
“estamos buscando medios efectivos para demorarlo o impedirlo”
(Associated Press 06/12/2012).
Sobre
Ucrania, hubo hace pocos días una propuesta conciliadora rusa que
condujo a una reunión entre el Ministro de Relaciones Exteriores ruso
Sergey Lavrov y el Secretario de Estado norteamericano John Kerry, en
Paris, el 31 de marzo. En esencia se pedía dar amplia autonomía a las
regiones rusas en Ucrania, al estilo suizo o tal vez español. Terry
exigió concesiones inaceptables para discutirla, como el alejamiento de
las tropas rusas de sus bases fijas en la frontera ucraniana y la
inclusión en las conversaciones del ilegítimo gobierno transitorio
ucraniano impuesto por Washington en Kiev.
Conclusiones
La
principal es que por primera vez, desde 1990, los EE UU renuncian al
uso o la amenaza de violencia para resolver una diferencia
internacional. Un indicio de que el excepcionalismo americano basado en
el “full espectrum dominance” encontró un límite político,
económico y militar. La opinión pública americana y mundial está harta
de guerras, otra más colapsaría la economía y con Rusia sería un mutuo
suicidio militar.
La
torpe retórica hipócrita ante el ejercicio en Crimea del derecho a la
autodeterminación están camino a deshacer el principal triunfo
diplomático obtenido por Henry Kissinger: el alejamiento entre la China y
la URSS. Las sanciones que se quiera aplicar serán siempre inocuas para
Rusia y perjudiciales para la UE, pero lo peor es que alejaran a Rusia,
próspera y llena de recursos, hacia Asia; hacia el fortalecimiento de
sus lazos con China.
El
mayor beneficio que pueden sacar Rusia y China – la potencia energética
y la potencia manufacturera - de su asociación es acabar de modo
incruento, pero eficaz, con la agresividad de la OTAN; basta ayudar al
colapso el dólar. No olvidemos que China es la patria de Sun Tzu, el
estratega de las victorias sin batalla.
El
imprudente golpe de estado en Kiev y la torpe secuela para legitimarlo
va a provocar que el cacareado pivote hacia Asia no sea tanto de EE UU
como de Rusia. Eso fortalecerá a China y será pésimo para la economía de
la UE, pero tendrá el beneficio de colapsar económicamente a la OTAN,
que no es otra cosa que la institucionalización, en 1949, de la
ocupación militar anglosajona de Europa, desde 1945.
Ginebra 01/04/2014
- Umberto Mazzei es
doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es
Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en
Ginebra.
http://alainet.org/active/72649
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