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(nota de fecha 16.05.15)
El acto fue presidido por el Obispo Marcelo Colombo.
Monseñor Colombo presidió ayer en la Iglesia Catedral la misa solemne con la que dejó clausurada la investigación diocesana para la declaración del martirio de los curas, Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera. El Obispo viajará en estos días a Roma para su prosecución en la Congregación para las Causas de los Santos.
La actividad comenzó pasadas las 10 y se extendió por más de una hora. Contó con la presencia de los familiares, amigos y la sociedad riojana que se dio cita para vivir el momento histórico que cierra un ciclo en la Iglesia local.
Cabe destacar que la comisión encargada de la investigación tuvo como misión realizar un proceso de recolección de datos y testimonios para enviar el pedido de beatificación a Roma y se reconozca como mártires de la Iglesia Católica a Longueville, Murias y Pedernera.
El proceso diocesano que comenzó en mayo de 2011 en la gestión de monseñor Roberto Rodríguez, continuará con la misión del actual obispo Colombo, quien llevará el próximo lunes dos cajas repletas de pruebas, libros y testimonios para ser analizados en Roma.
En su alocución ante los presentes Colombo enfatizó que “esto no es una cosa de Chamical solamente, es de toda la provincia, el país y el mundo”. A la vez el Obispo agradeció a quienes colaboraron en la investigación y recordó que “era un contexto cultural difícil y distinto, esto contribuirá y hará mucho bien”.
“Que la siembra evangélica de nuestros testigos Carlos de Dios Murias, Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera, su vida y su muerte como testigo de la fe de Jesús, afiancen nuestro espíritu de esperanza en el corazón del pueblo riojano, para que peregrinando hacia el Tinkunaco final sigan construyendo en la paz y la justicia”, expresó el prelado.
Por último dedicó sus palabras a la familia de los sacerdotes y Pedernera y dijo que “quiero dar gracias por la donación de sus vidas, la memoria de la sangre nos invita a contemplar la llamada de Dios a través de su hijo Jesús y de estos hermanos nuestros que dieron la vida por el reino”.
“A todos los que han hecho posible esta pequeña celebración, llena de formalidades necesarias para acreditar que se cumplimentaron todos los pasos canónicos y necesarios, y a todos los que hicieron de ésta una bella celebración. Los invito a seguir rezando para que pronto la Iglesia a través de su palabra definitiva nos entregue la alegría de la beatificación de estos hermanos”, concluyó.
La celebración finalizó con un aplauso cerrado de los presente quienes, en las paredes de la Catedral hicieron resonar su alegría, con San Nicolás como testigo, después de 39 años de la muerte de estos fieles asesinados.
UN ALIVIO
Las familias de los mártires estuvieron presente en la celebración y sin duda fue un momento emocionante para ellos que perdieron a sus seres amados. En diálogo con EL INDEPENDIENTE Marta y Hebe Murias, hermanas de Carlos Murias comentaron que “este momento se vive con alegría y esperanza porque en instituciones tan gigantescas como la Iglesia hay diversidad de opiniones y miradas. Creo que este es un avance sanador para la memoria de Carlitos, Gabriel y Wenceslao”.
Sobre el apoyo de los riojanos remarcaron que “en el juicio penal que llevó adelante mi hermana María Cristina fuimos muy apoyadas por el pueblo de La Rioja, fuimos absolutamente contenidas; no así por los hermanos sacerdotes. Hoy nos sentimos acompañadas por los sacerdotes y pienso que hay una unión de pensamientos más generosa de lo que hubo antes”.
“Mi hermano era una persona muy apasionada que nunca se callaba, pero a la vez era pacífico y conciliador, y en aquel momento molestaba”, recordaron.
En cuanto al tiempo que demoró la Iglesia en dar el paso para el proceso del reconocimiento del martirio, consideraron que “tardaron por cobardía, porque aquella no fue una época fácil y no todo el mundo quiere arriesgar la vida”.
LA CAUSA Y LA FE
Carlos Alberto Trovarelli, franciscano conventual, vicepostulador de la causa, dijo en cuanto a la experiencia vivida en el cierre de la causa que “fue muy emotiva, querida desde hace mucho tiempo, y que además lleva muchos pasos muy rigurosos. Fueron muchos años de trabajo”.
“Yo viví esta investigación como una gran fortaleza espiritual, porque Carlos de Dios Murias que era hermano de nuestra congregación, y también los otros casos que tuve posibilidad de conocer más. Esto significa para mí una razón para seguirme entregando al evangelio de Jesús”, explicó.
A lo que sumó que “hemos tenido el testimonio de la gente y pudimos percibir como todos los que se prestaron para aportar en este proceso, lo vivieron como con una unción y que es nada menos que el reflejo de la investigación, que fue la donación, la vida de estos hermanos nuestros”.
Agregó que “esto de hoy es un resultado, la investigación diocesana se pudo cumplir y ahora va a Roma, que no sabemos cuánto tiempo puede demorar, pueden ser años”.
Sobre la importancia para la Iglesia el cierre de la causa manifestó que “significa muchísimo para la Iglesia riojana, pero también para la Iglesia y la sociedad argentina, porque la pastoral del obispo Angelelli estaba dirigida no sólo a los riojanos sino a todo el pueblo”.
“Aquí se testimonió que el evangelio es una palabra de vida para toda la humanidad, no es solamente para los creyentes. Es un momento crucial para esta Iglesia que fue martirial, no por nada tenemos a todos los sectores de la Iglesia: al laico, a un fraile, un sacerdote diocesano y al mismo obispo Angelelli quien los reunió e impulsó a esta pastoral”, concluyó Trovarelli.
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