Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- Campaña para la edición del libro "La bala y la palabra. Francisco Ascaso (1901-1936). Vida accidental de un anarquista"
- Cartas de Piotr Kropotkin a Elías Jiménez Rojas
- Ya en la calle, el número 2 de la revista Humanitat Nova
- Madres a consecuencia de una violación
- Violencia, nuestra marca de identidad
Posted: 16 May 2017 12:05 PM PDT
Queremos editar en papel la biografía de Francisco Ascaso, sin ningún género de dudas, una de las más renombradas, y, a la vez, menos conocidas figuras del universo libertario ibérico.
La información sobre su apasionante y desconocida vida siempre ha estado reducida a los escasos y contradictorios datos que pueden entresacarse de las autobiografías raramente objetivas de sus compañeros de militancia. Entró en contacto con el poderoso ideario ácrata en la ciudad de Zaragoza, donde fue encarcelado injustamente durante dos años por el asesinato de un periodista en el que no tuvo ninguna participación. Una vez en libertad se tomó la revancha cuando, ya formando en las filas de Los Solidarios, acabó con la vida del cardenal Juan Soldevila, bastión de las posturas ultraconservadoras en el seno de la Iglesia española. Detenido al cabo de pocos días se fugó de la cárcel y buscó refugio en Francia, país desde el que, junto a Durruti y otros compañeros, atravesó el Atlántico para emprender un increíble periplo que a través de media América les llevaría desde Cuba hasta Argentina, actuando por un igual como agitadores de masas o como expropiadores de bancos. De vuelta a Francia, un intento fallido para acabar con la vida de Alfonso XIII les llevó a dar con sus huesos en Bruselas, deportados por las autoridades galas tras un tortuoso proceso judicial que no pudo imponerse a una impresionante campaña internacional de apoyo. Su faceta pública nunca le impulsó a renunciar a su papel como hombre de acción y no dudó en implicarse a fondo en las insurrecciones de enero y diciembre de 1933. Murió el 20 de julio de 1936 cuando luchaba al frente del pueblo en armas ante el cuartel de Atarazanas, el último obstáculo que le separaba de la victoria y del inicio de la Revolución por la que tanto había entregado desde su primera juventud. Este trabajo, primera monografía extensa sobre la formidable aventura de su vida, saca a la luz nuevos detalles en torno a su figura, resuelve algunas contradicciones historiográficas y arroja luz sobre una personalidad digna del mejor guión cinematrográfico. ObjetivoEdición de 1000 ejemplares en papel. 21x15cm. con solapas de 8 cm, 450 páginas, más cuadernillo de fotos, offset de 80 grs., cuadernillo mate de 115grs o parecido.Encuadernado fresado, portada a color plastificada mate CamisetaCalendario previstoUn mes más o menos después del crowdfounding estarán listas las copias.+ Infohttp://vkm.is/ascasoRead more ... |
Posted: 16 May 2017 11:46 AM PDT
Cartas de Kropotkin fechadas el 30 de octubre de 1914 cuyos originales se conservan en el archivo del Lic. Emilio Jiménez Pacheco (San José, Costa Rica), sobrino de Elías Jiménez Rojas,
a quien iban dirigidas (las fotocopias se hallan en el Archivo de la
Biblioteca de la Universidad de Costa Rica). En ellas esboza su opinión
sobre la 1ª guerra mundial, y para más información, remite a otra carta,
que va adjunta, que es a la vez una especie de circular y de borrador,
en la que desarrolla ampliamente el tema.
PIOTR ALEKSÉYEVICH KROPOTKIN (1842-1921), uno de los más importantes científicos geógrafos y naturalistas de la época, es más conocido por ser uno de los principales teóricos del movimiento anarquista, y fundador de la escuela anarcocomunista en la que desarrolla la teoría del Apoyo Mutuo. Nacido en el seno de una familia noble (su padre era príncipe) tras su paso en el ejercito por Siberia, la 1ª Internacional y el marxismo, en 1872 adopta definitivamente la visión anarquista inclinándose por el anarcosindicalismo, el movimiento de masas y la participación en los soviets mientras no se convirtiesen en organismo de autoridad. ELIAS JIMÉNEZ ROJAS (1869-1945), un año después de terminar los estudios de segunda enseñanza, obtuvo el titulo de Bachiller en Filosofía de la Universidad de Costa Rica. Hizo sus estudios profesionales en Paris, en la Sorbona. Durante los años de 1895 a 1897 fue profesor de química e higiene en el Liceo de Costa Rica, de 1899 a 1902 profesor de química y Director de la Escuela de Farmacia de Costa Rica, en 1905 subdirector del Colegio de San Luis, de Cartago, y director del Liceo de Costa Rica. Sentía una gran aversión hacia todo lo que limitaba su libertad individual. El socialismo de Estado y el comunismo fueron sus pesadillas pero no hasta el punto de quitarle el sueño ya que estaba convencido que no eran males perdurables. Fue colaborador en revistas como "Renovación" (de 1911 a 1913, revista quincenal de “Sociología, Arte, Ciencia y Pedagogía racionalista", publicada en San José de Costa Rica desde enero de 1911, dirigída por Anselmo Lorenzo y José Mª. Zeledón, y editaba por Ricardo Falcó Mayor), "Eos" (de 1916 a 1919) o "Reproducción" (de 1919 a 1930). Descargar cartas [PDF]Read more ... |
Posted: 16 May 2017 10:21 AM PDT
Acaba de ver la luz el segundo número de la revista Humanitat Nova. Revista de Cultures Llibertàries.
Como en el número anterior, la publicación aporta texto en varios idiomas (català, castellano y esperanto) y de temáticas diversas (poesías, ensayo, historia, reseñas,...) Sumario: Víctor Serge. Escriptor i Revolucionari | Ferran Aisa Tres días en Sierra Nevada | Fred Lessak El Esperanto humanista y revolucionario | Javier Alcaide Pertenecemos a la invisible | Antonio Orihuela Repensando la 'Nación' | Kike Oñate - Emilio Osende Nazis en Son Gotleu | Pep Capó Poesía | Miguel Fernández Les internacionals mallorquines i el somni de la revolució social (1868-1874) | Catalina Martorell 52 páginas, a la venta a 5 euros en formato papel. Gratuito en formato pdf. Pedidos: calumnia-edicions.net @calumniaeditor Read more ... |
Posted: 15 May 2017 09:48 AM PDT
A
esta hora en cualquier calle, bar, rincón, casa y montarral de
Latinoamérica, están violando a una niña, adolescente y mujer, en los
próximos cinco minutos serán docenas más de abusadas, al medio día serán
cientos y al llegar la noche, miles. De ellas la mayoría serán
golpeadas, muchas asesinadas en crímenes de odio, algunas desaparecerán y
jamás se sabrá de ellas, posiblemente mueran en los infiernos de la
trata de personas; y de otras aparecerán sus cuerpos desmembrados en
cualquier calle, en una bolsa de basura o un costal. De esas niñas,
adolescentes y mujeres violentadas, cientos quedarán embarazadas.
Serán obligadas a parir, a parir hijos producto del dolor más grande
de sus vidas, producto del ultraje, de la violencia, de la burla a su
dignidad. Una sociedad carente de sensibilidad las obligará a parir, un
estado patriarcal y machista las obligará a parir, el silencio de los
justos las obligará a parir. Serán madres.
A esta hora en cualquier calle, bar, rincón, casa y montarral de Latinoamérica, hay niñas, adolescentes y mujeres pariendo hijos producto de una violación. Diremos que ellas se lo buscaron, por cuscas, por sometidas, por putas o que pobrecitas pero que la vida no es justa y que eso les tocó vivir y ni modo. Tal vez digamos que son unos malditos los que las violaron, eso por decir algo nomás, como un cumplido. Y también diremos que ese angelito que lleva en el vientre no tiene la culpa, que es bendición de Dios. Las señalaremos si en sus ideas remotas se les ocurre abortar, entonces sí conocerán nuestra furia: de hipócritas, cachurecos y descarados. Entonces sí nos iremos con todo sobre ellas, sin piedad y las vamos a flagelar, las vamos a estigmatizar y a revictimizar, para que no sean inhumanas, para que aprendan a respetar la vida, para que no sean animalas. Nosotros como representantes de la santidad del Todo Poderoso seremos jueces y si es necesario mandarlas a la cárcel, lo haremos, ¡por asesinas! Pero del violador no diremos nada, nos vamos a compadecer porque pobre tipo, fue provocado y ni quién se contenga cuando una puta se le ofrece. Cuando una niña le pide que la viole. Si es familiar o conocido, cerraremos el pico, no diremos ni pío y ni qué decir de enviarlo a la cárcel, ¡por violador! A esta hora, en cualquier calle, bar, rincón, casa y montarral de Latinoamérica hay cientos de madres llorando, como lloran todos los días la ausencia de sus hijos asesinados y desparecidos. Pobres locas que no se resignan, deben entregar su alma al Señor para que les dé paz. Pero bien merecido tenían sus hijos morir, por delincuentes y huele pega, por andar en malos pasos, por que ellas no les supieron poner rienda. Ahí está, tuvieron su merecido. Ahora que no lloren, que se aguanten por alcahuetas. Por no ser duras con sus hijas se volvieron putas y mareras, ¡qué se aguanten! A esta hora, en cualquier calle, rincón, bar, casa y montarral de Latinoamérica hay cientos de niñas, adolescentes y mujeres siendo violadas, serán obligadas a ser madres. ¿Cómo se enfrenta una niña a la responsabilidad de ser madre? ¿Cómo pretendemos matarlas en vida obligándolas a parir? Ya de por sí, una violación seca, marca, mata. Y cuando nacen esos niños, los estigmatizamos por su origen, por su condición social. Pero qué puede ofrecer en el desarrollo integral una madre violada, que vive en la miseria, que no logró desarrollarse, que la mataron en vida. Que la obligaron a parir siendo niña o adolescente. Que siendo mujer la mutilaron. Somos una cadena, todos formamos parte del círculo de la violencia de género. Aquí el que calla otorga. A esta hora, en cualquier calle, casa, bar, rincón y montarral de Latinoamérica, hay miles de niñas, adolescentes y mujeres siendo violadas. A esta hora, en cualquier calle, casa, bar, rincón y montarral de Latinoamérica, hay miles de mujeres pariendo hijos producto de una violación. ¿Y si seríamos nosotros? ¿Si seríamos nosotros estaríamos en contra del aborto?
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com
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Posted: 15 May 2017 09:45 AM PDT
LA INDIFERENCIA ANTE EL SUFRIMIENTO AJENO PARECE SER LA MARCA DE IDENTIDAD DE NUESTRA ESPECIE.
No es necesario escarbar demasiado para ver las manifestaciones de esa fascinante estructura de instintos e impulsos, deseos y rechazos propios de nuestra naturaleza imperfecta. Estamos constituidos de odios y amores, dependencias y apetitos, girando en torno a un egoísmo difícilmente controlable. ¿Qué nos impide actuar como seres primitivos, sino el miedo a las consecuencias? El amplio panorama de la historia pasada y presente es un gran tratado sobre la violencia y el ansia de poder, pero especialmente sobre los mecanismos de represión -más o menos efectivos- sobre una Humanidad abandonada a sus deseos. Las religiones han cumplido su papel: el miedo al castigo y a la perdición del alma ha actuado como un disuasivo poderoso sobre grandes masas, pero el mensaje de amor nunca ha sido suficientemente efectivo como para modificar el impulso atávico de destruir a quienes piensen o actúen diferente, porque esa defección representa una amenaza para la hegemonía de un grupo social sobre otro. De ahí las guerras santas con su orgía de sangre y su mensaje de odio. Es entonces cuando surge la duda de si el primer acto humano está condicionado por ese terrible sentimiento. En qué momento de la historia se produjo la marginación de la mujer resulta difícil de determinar, en parte porque el relato del pasado está ya teñido con una visión patriarcal. Pero el hecho es que esa marginación se fue perpetuando y fortaleciendo al punto de convertirse en un valor social indiscutible, incluso, para la población víctima de tales prácticas. Contra la mujer resulta fácil ejercer violencia. Es físicamente más débil y psicológicamente ya viene programada desde la niñez para someterse a la voluntad masculina. Los impulsos de liberación son ridiculizados por la colectividad con el propósito de detener ese afán independentista, lo cual impacta profundamente en la psiquis y en la autoestima de ese importante segmento de la población. Únicamente por eso y por esa inclinación natural a destruir al otro que en apariencia caracteriza a nuestra especie, es posible entender la pasividad ciudadana ante el asesinato de niñas y mujeres, las violaciones sexuales, la práctica “hogareña” del incesto, la falta de atención a sus necesidades básicas de protección, educación y salud. Allí es en donde mejor se identifica el odio ancestral que plasma su impronta en nuestros actos cotidianos. En ese desprecio por la vida misma es en donde podemos vernos en un espejo de alta definición, sometidos a la fuerza de prejuicios y atavismos heredados. Cuando miramos alrededor y vemos tanta destrucción y tanto silencio de los justos, se agolpan las preguntas sobre cuándo se produjo la pérdida de los principios y valores de la sociedad, pero también si esos principios alguna vez existieron o simplemente no había desafíos que pusieran ese hecho en evidencia. Hoy, entre tanta agresividad, crimen impune e indiferencia, es imperativo retomar el tema y cuestionarse con seriedad y compromiso cuál es el papel de la comunidad en este escenario de dolor y muerte. Estamos rodeados de maldad y hemos sido incapaces de reaccionar para detenerla. Si la comunidad es tan devota y amante de la paz como aparenta en las redes sociales y en sus círculos personales ¿cómo es posible permanecer impávida ante el horror que la rodea? ¿O es que su discurso de amor al prójimo solo funciona como un maquillaje para disimular su insensibilidad y falta de empatía? Solo por medio de un despertar de la conciencia será posible revertir esa tendencia autodestructiva y reparar profundas carencias.
Carolina Vásquez Araya
Elquintopatio@gmail.com
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