Luis Miguel es una playlist que siempre vuelve a sonar, aunque sea de fondo. Musicalizando un lento, un chape a oscuras, el final de la telenovela que seguimos fielmente. La nueva temporada de este culebrón remasterizado con momentos de biopic volvió a encender la demanda de las listas de reproducción de Spotify y las reproducciones en YouTube. Luis Miguel se recicló a sí mismo y se consagró como marca inspirada en un pasado que añoramos y nos llena de nostalgia, pero con un lenguaje acorde a Netflix y a la época.
El 27 de mayo se estrenó en Netflix el segundo especial de stand up de Agustín Aristarán, mejor conocido como “Radagast”. Un especial diferente, a teatro vacío, en el que el comediante no se achica ante la sensación de soledad que producen las butacas desnudas, sino que nos hace reir de forma variada mientras conocemos su historia.
Una pequeña apuesta hecha íntegramente en francés demuestra que todavía es posible hacer una buena película sin la necesidad de ser pretenciosa. Llevar adelante una historia de la mejor manera, explotando las posibilidades narrativas y visuales, sigue siendo el camino a seguir.
La producción estrenó la segunda parte de su quinta temporada y ya prepara su sexta y última. De la cancelación en Fox al salvataje de Netflix, la serie sigue sosteniendo un cuidado equilibrio entre el humor, el género policial y lo fantástico.
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