ARTURO JAURETCHE
ANTE LA NACIONALIZACIÓN DE YPF
La privatización de YPF durante la reciente
Era Neoliberal de nuestro continente en las últimas décadas del siglo XX fue
uno de sus capítulos mas escandalosos. La justificación de este negociado fue
la necesidad de inversión para garantizar la producción petrolera.
El
balance de esa medida no puede ser mas
elocuente: la inversión de Repsol, desde su
desembarco en YPF, representó solamente el 0,2 por ciento de sus ingresos a
nivel mundial. Repsol recibió de YPF
ganancias por 15.728 millones de dólares, mientras las perforaciones de riesgo
en la Argentina se reducían a mínimos históricos.
Una inversión tan insuficiente provocó una reducción en la producción y en las reservas de YPF, ocasionando un enorme perjuicio para la
empresa y para la economía argentina. La corporación transnacional tuvo un
comportamiento depredatorio en su gestión, que
deliberadamente buscó vaciar la
compañía para obtener los
recursos necesarios para invertir en otros países. Las reservas de
petróleo de YPF cedieron 40,5 por ciento y las de gas 47,1 por ciento, mientras
que la producción de petróleo cayó 38,3 por ciento y la de gas 25,4 por ciento.
La consecuencia fue la pérdida del autoabastecimiento
energético que tenía Argentina antes de la privatización. YPF, empresa que tenía del
43% del mercado nacional, pasó a tener solamente el 34%.
Entre 1998 y 2011, YPF fue responsable de la
caída del 54% en la producción nacional de petróleo y el 97% de la producción
de gas. Repartir dividendos y no invertir y
disminuir la producción representó un muy grave perjuicio para la empresa y
para el país.
YPF nació como producto del esfuerzo de trabajadores y técnicos argentinos liderados por su primer Presidente, el General Enrique Mosconi, durante el primer gobierno electo democráticamente, el de Don Hipólito Yrigoyen y se consolidó durante el gobierno del General Juan Domingo Perón. La nacionalización ha llevado a conformación de un gran frente nacional por la soberanía conformado por las fuerzas políticas mayoritarias que permiten establecer que la nueva empresa petrolera sea parte de una política de Estado capaz de obtener continuidad y solidez.
La trascendental medida del Estado Argentino
de recuperar la empresa, que ha contado con el formidable apoyo esas fuerzas
políticas y de la opinión pública,
constituye un buen punto de partida hacia la
recuperación de la gestión de los recursos petroleros y energéticos en
Argentina y de América Latina en el marco de políticas concretas que lleven a
terminar con los resabios de la Era Neolibral que aún padecemos en América Latina.
Por último deseamos hacer nuestras las palabras de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz quien expresó: "Esperamos que la decisión presidencial de renacionalizar YPF avance y para lograrlo debemos apoyar decididamente la recuperación de la soberanía, con serenidad y firmeza".
La Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas agradece su participación. A Associa�ão Latino-americana de Advogados Trabalhistas agradece a sua participa�ão. Para ingresar en la RED encamine mensaje para assinar-alal@grupos.com.br
No hay comentarios:
Publicar un comentario