Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata
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JUICIO CAMPS
“Quiero que
estos cobardes digan donde está mi vieja”
En una extensa jornada
de testimonios, las palabras de Pedro Nadal concluyeron con aplausos y
emociones. Un relato de vida que evidenció las complejidades que sufre una
familia que perdió mucho a causa del terrorismo de Estado
PRENSA Y DIFUSIÓN
APDH LA PLATA
(19JUNIO2012) Se presentó como Pedro Nadal, con toda la
historia que lleva su apellido: el testigo es uno de los más de 100 nietos que
recuperaron su identidad en la última dictadura cívico militar.
Nació en Resistencia –Chaco- el 29 de mayo de 1975 en el Hospital “La Familia”, pocos
días antes de que secuestren a su mamá y su papá: Hilda García está
desaparecida y Jorge Nadal fue uno de los que testimonió en la jornada de hoy,
en calidad de víctima de la represión.
Pedro contó durante dos horas como la familia expropiadora
manipuló su historia (el apropiador, de apellido Ferián, trabajaba en la
Brigada de Investigaciones de Quilmes) desde que lo apropiaron de bebé, a tal
punto que le hicieron creer que su madre biológica la había abandonado:
“Siempre tuve dudas, en 2004 me llamó el Tribunal 3 del Juez Corazza y me hice
un ADN”, expresó al respecto, y agregó: “Cuando le dije a mi madrastra que
estuve desaparecido me dijo que sabía todo, fue un proceso muy duro”.
El testigo recordó que en infinidad de veces le preguntaba a
la familia apropiadora de su origen, pero siempre fue algo que “no se tocó”
hasta que se llevó a la verdad en 2004, en parte gracias a la labor de las
Abuelas de Plaza de Mayo y diversos organismos de Derechos Humanos que luchan
desde la época del proceso.
Luego de saber su verdad, el testigo recibió una caja con
elementos que le dio su madrastra. Incluso la llevó al Tribunal y la mostró a
los presentes: eran pertenencias de su madre biológica, con ropa suya de bebe y
un cepillo de peinar que usaban en la época. La madrastra tenía fotos de Hilda
García en su casa, y generó distintas situaciones cotidianas para impedir la
verdad de lo que había pasado.
Durante su infancia y adolescencia en Berazategui, el
testigo contó que le decían “zurdito” en el barrio, quienes eran hijos de
padres policías. “Nunca lo entendí, sigue pasando el tiempo y se me vienen
imágenes constantemente que hacen a mi proceso de vida que no debí tener”,
sentenció.
Antes de finalizar su relato, Pedro Nadal giró su cabeza y
miró a los imputados. Con firmeza, les dijo:
“Si hay algo que quiero pasar factura es la porquería que
estos tipos pasaron de generación en generación, tuvieron la avidez de quedarse
con nosotros. Que se lleven a los niños y niñas no se lo voy a perdonar jamás.
Tener que explicar mi recuperación de identidad generó paranoia en mis hijos.
Lo que se me ocurrió decirles fue que el estado se quedó con mi mamá, con 30
mil personas y con 500 chicos. ¿A mi me va a pasar lo mismo?- me preguntó uno
de ellos. No me queda otra cosa que hacerlos responsables a estas bestias que
tanto daño han hecho. Me gustaría encontrar los restos de mi madre, es un acto
necesario para nosotros. Los invito a que sean honestos y digan donde están los
restos de mis viejos. Alguno se atrevió, a otro no lo dejaron, háganse cargo y
no se oculten en ellos”.
Y los aplausos.-
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