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miércoles, 14 de noviembre de 2012

Tinkunaco 1.900/12

Laboratorio de la corporocracia

por Ronnie Huete S

La dirección de la democracia es clara.

Las dictaduras ideológicas en el mundo responden a su globalización económica, cuyos discursos tirados a la izquierda o a la derecha someten a sus pueblos a una corporocracia nacida de la involución de la democracia.
Latinoamérica, 12 de nov. Teóricos internacionales coinciden en que la política no es más que la búsqueda del poder privado por parte de determinados individuos.
En varias naciones del mundo, este hecho es una historia que se repite a través del disfraz de cualquier ideología, hasta ponerlo en los términos de las estupideces románticas o filosóficas que quieran, acostumbraba a citarlo un reconocido cantante estadounidense de la década de los sesenta.
En esencia, la política es una búsqueda privada del poder en donde la ensalada de ideologías dispone de sus mejores discursos y promesas, ante una población mundial cada vez menos adepta al sistema democrático.
Basta echar un vistazo a la crisis generada por los grandes especuladores del mercado y la bolsa de valores, quienes propiciaron la mayor de las catástrofes económicas del mundo del siglo XXI.

La corporocracia
Las constantes protestas de una Europa cada vez más dividida por las fronteras económicas, son una prueba del fracaso de la democracia que sucumbe ante la corporocracia.
Este modelo corporativo ha evolucionado causando la involución económica de la mayoría de los países del hemisferio global, cuya estructura económica, política, social, religiosa y militar, depende de las decisiones del monopolio corporativo.
Desde los países más desarrollados hasta las naciones más explotadas y sometidas a la pobreza como es el caso de Honduras, la corporocracia funciona a la perfección.
Las grandes transnacionales a lo largo de la historia económica y global de los pueblos del mundo, han neo colonizado los países independientes de las antiguos imperios, sin embargo a través de los modelos económicos y la serie de prebendas que obtienen estas grandes corporaciones, les ha sido fácil reconquistar económicamente estas naciones.

“Establishment”
Honduras es una de esas colonias de neo-franquicias, cuya estructura económica contribuye al “establishment” dominante en el mundo.
La nación centroamericana sometida a las decisiones de quienes conforman la corporocracia, a través de sus sirvientes económicos estructurados en poderes estatales como ser el judicial, legislativo y ejecutivo, participará en un proceso electoral primario el próximo 18 de noviembre.
Las etiquetas de la política de la derecha y la izquierda recientemente hicieron un cierre de campaña proselitista lleno de emotividad, algarabía y una borrachera de incoherencias emitidos en los discursos de sus pre-candidatos presidenciales.
El vacio de sus discursos comprueba su falsa tradición de gobernar, puesto que tienen presente que seguirán sirviendo a los intereses de la corporocracia.
La participación de los ciudadanos hondureños en los cierres de campañas, es fácilmente manipulada por un poco de dinero o comida para que asistan a gritar en nombre de la democracia.

Parto empresarial
El pre-candidato de la etiqueta de la derecha extrema, Ricardo Álvarez, cuyo origen panameño no es un tropiezo para ser el próximo representante de la corporocracia en Honduras, es el preferido para ser impuesto por los coordinadores de este sistema corporativo.
Bajo la bendición de la Embajada de los Estados Unidos en Honduras, Álvarez se aproxima a ser el próximo gendarme de la oligarquía de la nación centroamericana.
Este politiquero actualmente funge como alcalde de Tegucigalpa y Comayagüela, ciudades gemelas que conforman la capital de esta nación, y su forma de gobernar es visible ante el desorden urbano en que esta enclaustrada la capital desde hace décadas.
Ricardo Álvarez nace bajo el apoyo corporativo del ex presidente de Honduras y antiguo representante ejecutivo de la corporocracia, su compatriota Ricardo Maduro Joest, cuyos intereses económicos son delineados por los grupos corporativos Poma y Roble, ambos de capital centroamericano.
                Emotividad fugaz.
   
Con el fuerte apoyo de empresarios nacionales e internacionales, Ricardo Álvarez sigue el guión de la corporocracia con mayor facilidad, en un país que fortalece su dictadura empresarial-política y religiosa y que es muy avalada por los partidos políticos tradicionales, y los recién surgidos parea apagar el ímpetu revolucionario de sus ciudadanos hondureños.
El próximo 18 de noviembre la corporocracia dará su primer paso para continuar con lo establecido en Honduras y el mundo a través de su “establishment”, todo esto con la complicidad de los discursos de la izquierda y la derecha, emborrachados de una emotividad fugaz proselitista.
Avalando procesos electorales ya establecidos por la corporocracia, difícilmente los ciudadanos del mundo podrán conocer su libertad en todo sentido.
 Observar a Honduras como el laboratorio de la corporocracia en que ha sido convertido, es un guión eficaz para no repetir estos errores en otra nación mundial.

El autor de este artículo es corresponsalía  voluntaria de la revista Caros Amigos editada en são Paulo, Brasil para Centroamérica,  La Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina, Kaos en la red y El portal http://desacato.info editado en Florianópolis, Brasil.
 Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras.

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