Tlaxcala.es
Adios compañero Juan Gelman
Various Authors - Versch. Autoren - AA.VV. - Auteurs div. -Από
διάφορους συντάκτες - Muhtelif Yazarlar-Olika skribenter-Malsamaj
aŭtoroj-مؤلفون مختلفين
|
Cuando
esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento/ alguien
que leyó estos versos preguntó: “¿cómo así?”/ ¿qué oirás?, ¿qué
temblor?/ ¿qué saya?, ¿qué viento?”/ le dije que callara/ que se
sentara a mi mesa/ que bebiera mi vino/ que escribiera estos versos:
“cuando esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento”/
Del libro Dibaxu (1994)
A
los 83 años, murió Juan Gelman, figura central de las letras
iberoamericanas y columnista de Página/12 desde su primer número, el 26
de mayo de 1987
Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces me quisieron. También a mí me alegraban: la primavera, las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
(Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.)
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces me quisieron. También a mí me alegraban: la primavera, las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
(Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.)
(“Epitafio”, primer poema de su primer libro, Violín y otras cuestiones.)
Allan McDonald, Honduras
JUAN
Por Eduardo GaleanoHace poquitos días, hablando del gordo soriano* y del negro fontanarrosa*, dije, o más bien comprobé: –A veces, la muerte miente.
Y ahora, lo repito: miente la muerte cuando dice que juan gelman ya no está.
El sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo en las palabras que nos dejó.
* Notas de Tlaxcala
Roberto el Negro Fontanarrosa (Rosario, 26 de noviembre de 1944 – ibídem, 19 de julio de 2007), fue un humorista gráfico y escritor argentino.
Roberto el Negro Fontanarrosa (Rosario, 26 de noviembre de 1944 – ibídem, 19 de julio de 2007), fue un humorista gráfico y escritor argentino.
Osvaldo
Soriano (6 de enero de 1943 – 29 de enero de 1997) fue un escritor y
periodista argentino nacido en Mar del Plata (provincia de Buenos
Aires). Solía decir que no le interesaba la literatura, sólo que siempre
fue escritor. Gozó del reconocimiento del público y de los críticos
extranjeros (fue el último gran best-seller argentino). Fue un
reconocido hincha de San Lorenzo de Almagro.
Leer otros homenajes
Escriben:
Juan Forn, Silvina Friera, H.I.J.O.S., Mempo Giardinelli, Daniel
Freidenberg, Alberto Szpunberg, Cristina Banegas, Rep, Alejandro
Archain, Marcelo Figueras, Juan Sasturain
Por Silvina Friera
Ni el recuento de los merecidos premios literarios ni
el repaso de su imponente obra, ni el recuerdo de sus luchas y sus
pérdidas alcanzan para darle dimensión a lo ocurrido: con Gelman se van
el poeta, el periodista y el militante que cruzó las imposibilidades
del lenguaje para crear nueva vida.
-
Hasta aquí el hombre
Por Juan Forn -
Este mes maldito
Por Miguel Rep -
Hasta siempre, compañero
Por H.I.J.O.S. Capital -
Se murió Juan, murió el poeta
Mempo Giardinelli -
Sin palabras
Por Cristina Banegas -
Lo que no se rompe
Por Marcelo Figueras -
Las voces de Juan
Por Alejandro Archain -
Liberar la lengua poética
Por Daniel Freidemberg -
No le des bola a nadie
Por Alberto Szpunberg
Extractos de su obra
Del libro Violín y otras cuestiones (1956)
Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón,! yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuello.
Del libro Gotán (1962)
Esa mujer se parecía a la palabra nunca, desde la nuca le subía un encanto particular una especie de olvido donde guardar los ojos, esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención pero ella invadía como el amor, como la noche, las últimas señales que hice para el otoño se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos, caían a pedazos la furia, la tristez la señora llovía dulcemente sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado, con un cuchillo brusco me maté, voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre, él moverá mi boca por la última vez.
queridos compañeros/moridos en combate o matados a traición o tortura/ no los olvido aunque ame a una mujer/ no los olvido porque amo/como ustedes mismos amaron una vez/¿se recuerdan?/ ¿bellos andaban por el aire?/¿y combatían?/ ¿y el calor de una mujer les asomaba en la cara?/¿se recuerdan?/me acuerdo de haberles visto una mujer brillar en medio del combate doloroso inmortales brillaban ustedes contra el dolor/contra la muerte ahora que duermen calladitos y alguna sombra dulce los tocara acomodándolos mejor contra los perros del olvido.
Del libro Cólera Buey (1964)
toda poesía es hostil al capitalismo puede volverse seca y dura pero no porque sea pobre sino para no contribuir a la riqueza oficial puede ser su manera de protestar de volverse flaca ya que hay hambre amarilla de sed y penosa de puro dolor que hay puede ser que en cambio abra los callejones del delirio y las bestias canten atropellándose vivas de furia de calor sin destino puede ser que se niegue a sí misma como otra manera de vencer a la muerte así como se llora en los velorios poetas de hoy poetas de este tiempo nos separaron de la grey no sé que será de nosotros conservadores comunistas apolíticos cuando suceda lo que sucederá pero toda poesía es hostil al capitalismo.
Del libro Dibaxu (1994)
cuando esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento/ alguien que leyó estos versos preguntó: “¿cómo así?”/ ¿qué oirás?, ¿qué temblor?/ ¿qué saya?, ¿qué viento?”/ le dije que callara/ que se sentara a mi mesa/ que bebiera mi vino/ que escribiera estos versos: “cuando esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento”/
Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente.
Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón,! yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuello.
Del libro Gotán (1962)
Esa mujer se parecía a la palabra nunca, desde la nuca le subía un encanto particular una especie de olvido donde guardar los ojos, esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención pero ella invadía como el amor, como la noche, las últimas señales que hice para el otoño se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos, caían a pedazos la furia, la tristez la señora llovía dulcemente sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado, con un cuchillo brusco me maté, voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre, él moverá mi boca por la última vez.
queridos compañeros/moridos en combate o matados a traición o tortura/ no los olvido aunque ame a una mujer/ no los olvido porque amo/como ustedes mismos amaron una vez/¿se recuerdan?/ ¿bellos andaban por el aire?/¿y combatían?/ ¿y el calor de una mujer les asomaba en la cara?/¿se recuerdan?/me acuerdo de haberles visto una mujer brillar en medio del combate doloroso inmortales brillaban ustedes contra el dolor/contra la muerte ahora que duermen calladitos y alguna sombra dulce los tocara acomodándolos mejor contra los perros del olvido.
Del libro Cólera Buey (1964)
toda poesía es hostil al capitalismo puede volverse seca y dura pero no porque sea pobre sino para no contribuir a la riqueza oficial puede ser su manera de protestar de volverse flaca ya que hay hambre amarilla de sed y penosa de puro dolor que hay puede ser que en cambio abra los callejones del delirio y las bestias canten atropellándose vivas de furia de calor sin destino puede ser que se niegue a sí misma como otra manera de vencer a la muerte así como se llora en los velorios poetas de hoy poetas de este tiempo nos separaron de la grey no sé que será de nosotros conservadores comunistas apolíticos cuando suceda lo que sucederá pero toda poesía es hostil al capitalismo.
Del libro Dibaxu (1994)
cuando esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento/ alguien que leyó estos versos preguntó: “¿cómo así?”/ ¿qué oirás?, ¿qué temblor?/ ¿qué saya?, ¿qué viento?”/ le dije que callara/ que se sentara a mi mesa/ que bebiera mi vino/ que escribiera estos versos: “cuando esté muerto oiré todavía el temblor de tu saya en el viento”/
No hay comentarios:
Publicar un comentario