La Policía utiliza una foto de dos encapuchados para imputarle delito de desórdenes públicos y de atentado a la autoridad
Francisco Garrido, padre del joven detenido, en las puertas de los juzgados. // CHARO VALENZUELA
A Juan Manuel Garrido, un destacado activista del 15 M y del grupo
Stop Desahucios, lo detuvieron el miércoles por la noche sin darle
ninguna explicación. Eran las nueve, más o menos, y acababa de
participar en una concentración convocada frente a la sede de la
Subdelegación del Gobierno en Granada para protestar contra la represión
a los inmigrantes del pasado lunes en Ceuta. En la movilización no hubo
incidentes. Pero a Juan Manuel lo siguieron “dos o tres coches” de la
Policía Nacional cuando se alejaba de la concentración. El joven, que
tiene 28 años y es licenciado en Filosofía, iba con un compañero que
también había asistido a la manifestación. De repente lo abordaron
cuatro antidisturbios, le obligaron a sacar todo lo que llevaba en los
bolsillos de su ropa, lo esposaron y se lo llevaron a comisaría. Su
compañero no pudo grabar la detención. Lo amedrentaron para evitarlo. “¿Por qué me detienen?”, preguntó el joven. “Tú sabrás lo que has hecho”, le respondió un agente, según cuenta Juan Manuel.
El activista pasó toda la noche en los calabozos. Ayer, a última hora
de la mañana lo llevaron a los juzgados, donde quedó en libertad con
cargos después de tomarle declaración. A Juan Manuel le imputan delitos
de desórdenes públicos y de atentado a la autoridad y lo acusan de haber
provocado disturbios en la concentración pacífica convocada el pasado
17 de enero en apoyo de las movilizaciones del barrio burgalés de
Gamonal, que terminó con pequeños altercados.
Sorprendentemente, la única prueba en la que se sustentan las
imputaciones de la Policía es una fotografía publicada en un diario
local en la que aparecen dos encapuchados, con el rostro cubierto,
quemando un contenedor. Pese a ello, la Policía ha deducido que uno de
los jóvenes era Juan Manuel. “A uno de los que aparece en la
imagen con el rostro cubierto se le ve caer una melena hacia un lado,
pero mi hijo es calvo”, explica Francisco Garrido, padre del joven
activista detenido, que fue portavoz de Los Verdes de Andalucía
y diputado al Congreso por la provincia de Sevilla en la legislatura
2004-2008, cuando su organización firmó un acuerdo con el PSOE para
concurrir conjuntamente a las elecciones.
A Juan Manuel le mostraron la foto de los dos encapuchados. “Tú eres
ese”, le indicaron. Ese ha sido todo el fundamento de su detención.
Según su testimonio y de su familia, la policía lo culpa de los
alborotos “y la prueba de la identificación es una foto publicada en un
diario” en la que es imposible identificar a los que queman los
contenedores. “Dicen que lleva el mismo suelo de las zapatillas”, agrega
el padre del joven, que se pregunta por qué no han ido a detener a su
hijo en su casa y han esperado casi un mes para hacerlo en la calle sin
la menor prueba. “Ha sido una persecución, una detención ilegal
que forma parte de una operación intimidatoria”, afirma su padre, para
quien todo responde a un montaje de la Brigada de Información de la
Policía.
Juan Manuel milita activamente en el grupo Stop Desahucios. No tiene
antecedentes penales, pero acumula sanciones administrativas por
supuesta manifestación ilegal. El joven, que se declara pacifista, no
niega que asistió a la manifestación en apoyo de las movilizaciones de
Gamonal. “Por supuesto que estuve”, indica, pero asegura que no
participó en los altercados. Y tiene testigos que lo pueden confirmar.
“Han cogido a mi hijo como cabeza de turco en una especie de acción
ejemplarizante por ser un activista comprometido con el 15M y con Stop
Desahucios”, relata Francisco Garrido. “Cuando me detuvieron tuve la
sensación de estar en un estado autoritario”, señala Juan Manuel. Lo que
le ha sucedido es solo el preámbulo de lo que se avecina con la ley
mordaza.
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