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sábado, 20 de octubre de 2018

Tinkunaco 1.926/18 - Revista El Emilio - CUANDO EL 17 DE OCTUBRE TOMA EL COLOR DE LA TIERRA

CUANDO EL 17 DE OCTUBRE TOMA EL COLOR DE LA TIERRA

por revistaelemilio
Argentina, UNASUR-CELAC- EL EMILIO, Historia nacional
Evita y Perón
Victor L Martinez 2
Por Victor Leopoldo Martinez
En un día como hoy poco importan las tontas comparaciones que en formato de elucubraciones intelectuales e históricas se suelen realizar sobre el 17 de octubre, día un tanto sagrado para el pueblo humilde de mi patria, que se acerca a los multitudinarios actos convocados por dirigentes que ponen todo su aparato para mostrar convocatoria. Es el pueblo peronista; es mi pueblo que le basta con compartir “el chori y esa gaseosa o tetra”; porque lo importante es compartir. Sabe que sus rostro será uno de los miles que aparecen en tomas fotográficas panorámicas para indicar “número”; y poco le importa que por unas horas lo transformen en un “número” carente de identidad; simplemente ese pueblo se movilizó por gratitud. Es consciente que siempre estará muy lejos de la otra foto “careta”, esa de los dirigentes convocantes que sí aparecerá registrada al día siguiente en los medios de comunicación. Por gratitud a Perón que dignificó a sus abuelos o padres están ahí; escuchan con paciencia los trillados discursos armados con citas, nombres, slogans y promesas y el nombre de Perón y Evita a cada instante. Y serán esos los instantes; cuando suenan esos nombres donde sus rostros cobrizos se iluminarán; y saltan, gritan, y por unos instantes serán felices.
eva-peron
Pueden estar allí, o en otros actos de pueblo chico, apenas numeroso, llevando su vela o simplemente acompañando con un silencio que resuena fuertemente como un interminable ¡Gracias mi Gral… Gracias Evita por acordarse de nosotros!!!
manifestación
En uno y otro lugar encontraremos pintado el color de nuestra tierra, de mi tierra, reflejado en esas pieles curtidas por el sol, los vientos, el hambre y la miseria. Rostros que mantienen vivo ese color cobrizo que tiene mi gente y lucen altivos por ser el color de la dignidad; dignidad desconocida por ellos hasta aquel 1943, momento que alguien llamado Juan Domingo Perón desde la Secretaria de Trabajo y Previsión les mostró de qué se trataba esa dignidad; y se las entregó en forma de leyes para que la disfrutaran como un derecho inalienable que todo humano debió y debe tener; derecho que hasta ese momento siempre les fue negado.
Y el color cobre se hizo peronista. Es el color de la dignidad de mi pueblo que por no brillar como otro metal ni como “las luces del centro”, generó un raro fenómeno que en forma de sentimiento nació producto de un parto cultural maligno llamado odio. Y los odiadores se dicen cristianos, pero odian a sus semejantes de color cobre; y no los creen merecedores de ningún derecho humano.
Pero mi pueblo no odia, AMA y hasta soporta la imbecilidad de los odiadores. Por eso se hizo peronista; porque Perón creo el JUSTICIALISMO que en sus simientes es profundamente Humanista y Cristiano.
Alguna vez los odiadores golpearan la puerta del cielo pidiéndole a San Pedro, con la soberbia de tilingos que los caracterizó desde siempre, ese “pase libre” que los humildes y maltratados en este valle de lagrimas tienen para entrar en ese reino de la verdad y la justicia. Porque hasta de eso se sienten con derecho. Y le volverán a mentir hasta el mismo San Pedro -y a Dios mismos si es necesario- en sus habituales “pedidos de disculpas” por el egoísmo y la codicia que les hizo negar un mínima de dignidad a sus congéneres compatriotas en esta vida. Pero como poseedores de ese egoísmo interminable no dudan que si el "barba mayor", el padre de todas las cosas, los resucita como al resto de los mortales buenos el día prometido, ellos sin dudarlo volverán a practicar su desleal egoísmo con el mismo cinismo con que prometieron no volver hacerlo.   
Estoy describiendo ese sentir de un pueblo –mi pueblo- y su razón de ser peronista y estoy anticipando futuras conductas de los egoístas que hoy, a ojos vista, y de la mano de Macri volvieron a practicar. Mi pueblo nunca pidió más de lo que necesitaba para vivir dignamente y hasta eso, los odiadores, desde 1955 se lo vienen negando. Desde diciembre del 2015 volvieron a sus nefasta fuentes.
¿Cómo explicar un sentimiento tan noble y puro como es la gratitud de un pueblo para con aquellos que supieron ser tan humano como ellos a la hora de gobernar; que realizaron y dignificaron la vida humana sin prometer nada, que hicieron sin decir nada? ¡Para que me puede servir intelectualizar… racionalizar la sincera expresión de amor y gratitud de un pueblo!
Simplemente, y junto a mi cobrizo pueblo digo con orgullo y pasión:

¡VIVA PERÓN Y VIVA EVITA CARAJO!!!

¡GRACIAS POR TANTA BONDAD!!!  


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