Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- ¡A la huelga compañeras! Libertarias en el 8M
- Doce mitos sobre la acción directa. Desmintiendo malentendidos comunes
- Los presxs en lucha despiden el año con una nueva huelga de hambre
- La identidad no es nuestro campo de batalla
- [Documental] Mundos Locos: Redefiniendo la cordura a través de la lucha
- [Madrid] Otoño de Kropotkin, con Jordi Maíz
Posted: 12 Dec 2018 10:21 AM PST
Por Regeneración Libertaria, Alasbarricadas y Portal OACA.
El 8 de Marzo de 2018 vivimos una movilización sin precedentes en las últimas décadas. Ese día se evidenció la fuerza de un movimiento decidido a enfrentarse al patriarcado y con ello, remover los mismos cimientos de nuestra sociedad.
Aún faltan varios meses para la próxima convocatoria, pero las asambleas organizadoras de muchas localidades y territorios ya se están reuniendo para preparar la próxima huelga feminista, que de nuevo contará con cuatro ejes: laboral, cuidados, consumo y estudiantil. En este contexto, de reflexión sobre la experiencia pasada y de trabajo de cara al futuro, hemos hablado con compañeras de organizaciones feministas y libertarias de diversas partes del estado sobre lo que implicó esta jornada de lucha para ellas, sus organizaciones y su entorno.
Os presentamos aquí un resumen de este intercambio en las palabras de algunas de sus protagonistas: Maribel, de Valencia, con 40 años de militancia a sus espaldas en colectivos libertarios, ecologistas, feministas y anticarcelarios; Nora, de Sevilla, que forma parte del colectivo Boreal; Yolanda, de Madrid, militante de CNT y Mujeres Libres que además colabora en el colectivo feminista de su barrio; y Kris, de la Ribera de Nafarroa, que tras participar en centros sociales de su zona milita en el sindicato de CNT de Gasteiz.
«Nos organizamos rápido y dejando muy de lado las diferencias políticas»
¿Qué es lo que ha propiciado la eclosión de una huelga organizada por y para las mujeres? Maribel nos habla del cambio de mentalidad que ha percibido en los últimos años: «las mujeres hemos llegado a un punto de saturación y de inflexión, estamos ya muy rabiosas y nada nos va a parar. Lo de La Manada ha hecho que el vaso rebose». El despertar de la rabia coincide con la certeza de que el sistema judicial sienta sus bases en una ideología profundamente patriarcal y reaccionaria, que en España «lo tiene todo atado y bien atado, tal como lo dejó el dictador». También fuera de nuestras fronteras existen referentes de la creciente tensión social en lo relativo a los derechos y la dignidad de las mujeres, las personas migrantes, y otros colectivos oprimidos, como las movilizaciones que tuvieron lugar durante el verano en Argentina en defensa de la ley del aborto, o la Women's March en EEUU, que se celebró por primera vez en 2017 tras la victoria de Donald Trump y como reacción a las declaraciones machistas y racistas del presidente.
El proceso de organización y coordinación de una jornada como la del 8M tuvo distintas modalidades, según las capacidades de los colectivos implicados en su puesta en marcha. Maribel valora muy positivamente el proceso de autoorganización que desembocó en la huelga: «mucha participación, muchas acciones, mucha organización, mucho debate». Además, «todo trabajo colectivo crea redes, y eso es algo positivo e imprescindible para que la lucha tenga mayor éxito». Nora vivió la huelga «con mucha ilusión; nunca pensamos que pudiera llegar a tener tantísimo seguimiento en Sevilla». Añade que «nos pasamos semanas con la pancarta, haciendo panfletos y asistiendo a las reuniones de la AFUS (Asamblea Feminista Unitaria de Sevilla) ». Una convocatoria cuyo éxito se basó en la colaboración entre distintas asambleas y colectivos. Como afirma Yolanda, a pesar de que las mujeres anarquistas y libertarias eran minoría en Madrid, «nos organizamos rápido y dejando muy de lado las diferencias políticas. Los fines era comunes y eso era lo que importaba».
No faltan las voces críticas, centradas en las posibilidades que ofrecería una organización más horizontal. Yolanda, por ejemplo, encontró cierta verticalidad en la toma de decisiones dentro de la organización madrileña del 8M, a pesar de que «[las organizadoras] se definan continuamente como un movimiento asambleario y horizontal». Para ella, uno de los principales problemas sería dejar el liderazgo en manos de una minoría: si este movimiento «parase [con] el beneficio de unas pocas, se convertiría en un movimiento burgués. Me decepcionaría bastante». También está preocupada por el oportunismo de cara a la organización de la próxima cita. «Espero del próximo encuentro más claridad y más objetivos». Pese a todo, Maribel se mantiene optimista: «nos falta costumbre. Hubo algunas cosas confusas; la próxima irá mejor».
«Cuando me di cuenta, no podía moverme de donde me encontraba porque estaba repleto de gente»
La huelga, los paros, y las marchas en las distintas ciudades del estado español tuvieron un seguimiento masivo. De la situación en Sevilla nos habla Nora: «Estábamos en Plaza Nueva media hora antes de la hora de comienzo y ya había bastante gente, así que cogí el taco de panfletos y me fui a repartir. Cuando me di cuenta, no podía moverme de donde me encontraba porque estaba repleto de gente, me fue imposible volverme a reencontrar con mis compañeras hasta el final del recorrido. La policía tuvo que abrir calles paralelas a las del recorrido para que la gente pudiera pasar, aquí las calles en el centro son bastante estrechas». «En Valencia como en todas las ciudades, la huelga fue brutal», explica Maribel.
Pero la acción no se limitó a las concentraciones y las manifestaciones. Kris nos cuenta que »la presencia de mujeres en la calle fue increíble durante todo el día; hubo muchas acciones y piquetes».
«Algunas multas. Éstas fueron asumidas por el movimiento feminista de Gasteiz de manera colectiva»
La represión se ha centrado en lo económico. En Valencia »hubo multas a varios colectivos de mujeres por hacer piquete y repartir propaganda que creo que aún están por resolver». En Sevilla «ha habido multas en las manifestaciones contra la Manada, y la que se hizo a favor de Juana Rivas». A estos percances se ha respondido de manera solidaria: «como siempre, hemos intentado ayudar a las multadas montando actos y vendiendo cosas», nos cuenta Nora. Según Yolanda, «decidimos que el dinero que teníamos en la asamblea lo donaríamos a represaliadas que lo necesitaran, y mi sindicato decidió ayudar también a personas que no estuvieran sindicadas». En el caso de Kris «no hubo represión ni demasiada presencia policial. En los piquetes estuvimos prácticamente solas. Entramos al edificio del Corte Inglés y tuvieron que cerrar las puertas hasta que nos fuimos, entramos a numerosas tiendas de ropa, precintamos tiendas abiertas, repartimos mucha propaganda. Y apenas vino la policía, por lo menos de manera identificable. Incluso una treintena de mujeres entraron a la sede de la seguridad social y aunque vino la policía acabamos yéndonos casi voluntariamente. Esta cuestión de la no presencia policial nos enfadó un poco… ¿No nos toman en serio o que?. Hicimos esas reflexiones porque en la mayoría de las acciones, como digo, apenas apareció la policía, y eso que en Euskal Herria, cuerpos policiales hay de sobra.» Posteriormente hubo «algunas multas. Éstas fueron asumidas por el movimiento feminista de Gasteiz de manera colectiva. En CNT se hizo una caja de resistencia y no hemos tenido que usarla. »
«Si eres un sindicato mayoritario, dirigido en su mayoría por hombres, que estás atado a unas subvenciones…»
Respecto al papel de los sindicatos, no hay una postura unánime. En palabras de Yolanda, con «algunos me quito el sombrero [por] cómo curraron con las asambleas del 8M y entre nosotras», mientras otros «intentando saltarse las asambleas y haciendo nada, solo porque sabían que era una huelga muy mediática; en lo legal no se mojaron y en la práctica robaron protagonismo a las mujeres». Nora es mucho más tajante: «De UGT y CCOO imagino que la valoración que puedo dar es similar a la de las demás compañeras del país: nefasta. En las consignas no decían ni huelga feminista, sino “igualitarista”… Sin comentarios. Nos costó más de un cabreo». Para Maribel lo fundamental era que «las mujeres de un sindicato se organizasen y seguro que lo hicieron, al menos las de sindicatos anarquistas y nacionalistas». Para Yolanda la huelga representó una continuidad con su militancia sindical: «Estoy acostumbrada, como sindicalista, a trabajar la huelga desde mi organización. Tenemos nuestras dinámicas y pautas para hacerlo. En la calle no tuvimos problema. Estamos acostumbradas: trabajamos en los centros sociales, en los barrios, en las asambleas populares... ».
Para Kris la actuación de los sindicatos mayoritarios fue «Vergonzosa. Creo que los sindicatos quisieron dejar contentas a todas las partes con su propuesta de paros. También creo que el problema fue del mismo movimiento feminista porque se delegó en las representantes de los sindicatos que había dentro del movimiento feminista la cuestión de la cobertura legal de huelga. Considero que después del 8 de marzo de 2017 el resto de huelgas serán huelgas de 24 horas en las que no cabrá una propuesta de paros por lo absurda que era en sí misma. Hubo mujeres, que por ejemplo trabajaban en comedores escolares, que tuvieron que ir a trabajar de 15.00 a 15.15 porque el paro se acababa a las 15.00. Algunas mujeres que participaban en el movimiento feminista se escudaban en que era muy difícil realizar una huelga. Yo entiendo que si eres un sindicato mayoritario, dirigido en su mayoría por hombres, que estás atado a unas subvenciones y que tienes que cumplir unos cupos cuando propones alguna acción, desde ahí sea difícil. Me faltó humildad. Me faltó sinceridad. Me faltó que asumieran que desde esos sindicatos no se veía la huelga, y que se dejaran de excusas». «Entonces, hubo un proceso dentro de CNT entre las ciudades de Bilbao, Donostia, Iruñea y Gasteiz donde todas las mujeres afiliadas a CNT creamos comités de huelga para legalizar la huelga del 8 de marzo y que todas las mujeres que quisieran hacer la huelga de 24 horas pudieran hacerla con cobertura legal. Le propusimos al movimiento feminista de Gasteiz, en nuestro caso, y me consta que otras compañeras lo propusieron en otras asambleas del movimiento feminista, que también se difundiera esta cuestión, es decir, que aparte de difundir los paros propuestos por el resto de sindicatos, se difundiera que había cobertura legal para realizar la huelga y enfocar el 8 de marzo como se llevaba enfocando desde el resto de asambleas. Y así fue. El propio día las mujeres de CNT se unieron a todas las acciones que se habían propuesto desde el movimiento feminista, movimiento en el que algunas también participábamos para el 8 de marzo.» Aunque señala que «es verdad que la mayoría de las mujeres secundaron los paros propuestos por los sindicatos antes que la huelga. Esto se percibía en la acciones, puesto que las acciones mayoritarias fueron las que estaban comprendidas en esos horarios.»
Kris explica por qué la legalizaron de 24 horas: «Desde CNT la tuvimos que convocar porque no había otra, no porque seamos mejores, sino porque CNT tiene otra organización que permite convocar y preparar otra serie de cosas.» Y subraya que el movimiento feminista debe tomar marcar las pautas y no convertirse en un terreno de pugna entre sindicatos: «Creo que si la huelga feminista la propone el movimiento feminista y estamos de acuerdo y convergemos con sus ideas y principios los sindicatos deben reducir su trabajo al ámbito laboral, pero tiene que ser la asamblea la que decida. Al delegarse desde el principio esta cuestión, cada sindicato barrió para su casa. La propuesta de paros era absurda cuando el discurso de todas las asambleas que convocaron la Huelga para el 8 de marzo hablaban de huelga de cuatro ejes, como sabemos: huelga laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo. ¿Cómo encajar la propuesta de paros en esos cuatro ejes? ¿Cuido de mis hijos e hijas desde que se levantan hasta las 11, de 11 a 15h no cuido, y de 15h hasta el siguiente paro si? No se sostenía. Por eso me pareció una actuación bastante vergonzosa, barrieron para su terreno sin tener en cuenta las condiciones de la huelga.»
«Terminamos muy, muy hartas de las preguntas de los hombres»
Yolanda no la vivió de forma muy distinta a otras huelgas. «No es la primera vez que la CNT apoya con su convocatoria legal una huelga con un contenido no sólo laboral. Ya lo hicimos con la huelga regional de la guerra de Irak, cuando el trabajo de difusión fue especialmente duro, ya que fue claramente boicoteado por los sindicatos mayoritarios que no apoyaron la huelga y se dedicaron a decir en los centros de trabajo que no era una huelga legal». Aunque para Maribel «sí que hubo diferencias respecto a la preparación de otras huelgas». En su opinión «no fue fácil explicar y dar a entender los objetivos hacia el exterior, pero hubo muy buena acogida por parte de mujeres ajenas al movimiento feminista».
El papel de los hombres fue otra de las cuestiones comentadas. Para Maribel «terminamos muy, muy hartas de las preguntas de los hombres de "¿y yo que hago?". Creo que más que no poder entender, no querían entender, ya que quedaba muy claro que lo único que no podían hacer era organizar; y después cada cual que piense y actúe como mejor crea pero sin ningún protagonismo, cosa a la que no están acostumbrados». «Creo que dentro de los hombres hay poca participación activa en el feminismo y media población no puede lograr nada sin la otra media». Para Yolanda «fue un mensaje confuso. Pero como mujer que está en una organización mixta legalizando una huelga, mi mensaje estaba claro». Kris nos cuenta que en CNT Nafarroa: «algunos de los compañeros del sindicato se organizaron para hacer el desayuno, la comida y la cena para ese día. También hicieron una caja de resistencia con lo correspondiente a sus sueldos de ese día para nosotras».
«Ha dado pie a tejer alianzas y a otorgar más repercusión»
La huelga ha conseguido poner el feminismo en la primera plana. Para Kris «la huelga ha supuesto la visibilización del trabajo que se lleva haciendo desde el feminismo en los últimos años, creo que ha servido de herramienta tanto para adentro como para afuera. Para afuera de los círculos feministas porque ha reflejado el empeño, la fuerza y el valor que hay en nosotras. La capacidad y las herramientas que hemos adquirido para poder conseguir el fin del patriarcado. Para adentro, por un lado, por exactamente lo mismo, por hacernos conscientes de lo que somos capaces, de que este camino es el correcto, de que la mayoría de personas que asistieron a las acciones y a las manis de ese día están ahí fuera en el mundo velando por una sociedad mas justa, más feminista.» Nora percibe que «desde entonces, resulta más sencillo difundir por redes sociales». Claro, que como señala Nora, «todo el mundo es feminista. Da igual si sabes algo más a parte del “es que todo somos iguales”, eres feminista, tienes una camiseta de Frida Kahlo comprada en ZARA. Se trata de un feminismo neutro, del que no molesta. Luego estamos las que molestamos un poquito y ya somos misándricas.»
La huelga también ha servido de revulsivo dentro de las organizaciones que la han apoyado. Maribel nos cuenta que «en nuestra organización sindical, el feminismo está más presente, se han creado espacios o herramientas». Kris nos cuenta que para las mujeres de CNT «el proceso de la huelga ha dado pie a juntarnos entre nosotras, a organizarnos con mujeres cenetistas de otras partes de Euskal Herria, de querer y ponerse hacer proyectos en común para abrir un proceso interno de debate a través del cual poder integrar el feminismo dentro de la organización». Un cambio que no se restringe a las mujeres pues «ha sido un pulso al patriarcado que se esconde dentro de algunas pautas, dinámicas y relaciones dentro de la mayoría de organizaciones y de la que no se encuentra exenta CNT. Un pulso que hemos ganado y que su eco ha sido «estamos aquí, no nos vamos a ir y el anarquismo será feminista o no será». Un pulso que se ha visto reflejado en muchos procesos que hemos abierto para dentro: expulsiones de acosadores, denuncias hacía artículos machistas que se encontraban vinculados a CNT. Y en el proceso de debate interno y de protocolo de agresiones en el que se está trabajando.»
En cuanto a las relaciones entre organizaciones y entre activistas Nora cree que «desde el 8M [las mujeres feministas] estamos mucho más unidas en Andalucía. Estamos intentando crear una coordinadora andaluza, y crear un encuentro feminista a nivel andaluz, nos gustaría reivindicar el poder de nuestra tierra, una gran olvidada». Yolanda, en la misma línea dice que «nos ha brindado la oportunidad de conocer [organizaciones] o de que se creasen otras nuevas muy interesantes». Kris ha observado que «la huelga ha dado pie a tejer alianzas y a otorgar más repercusión en las acciones propuestas desde los colectivos feministas». Para Maribel «todo trabajo colectivo crea redes y eso es algo positivo», pero dentro de unos límites, pues entiende que «el feminismo como todas sabemos abarca a derechas, a izquierdas, y a anarquistas; un amplio abanico que es irreconciliable porque dentro de él, como bien dice Ángela Davis hay mujer, raza y clase».
«Que se pare todo. Que tomemos las calles enteras y que solo estemos ahí fuera»
Pese a la reticencia de unos y otros, las mujeres organizadas están haciendo avanzar a toda la sociedad. Nora destaca que «son cada vez más pequeñas las chicas que veo en las manifestaciones, cada vez más pequeñas se dan cuenta de la opresión que sufrimos». Según Maribel «la huelga ha servido para que muchas personas conozcan y tomen conciencia del feminismo. Para que pierdan el miedo, aprendan la autoorganización y suelten toda la rabia que llevan dentro». Para Yolanda «que grupos grandes de personas que no se conocen se junten y hagan cosas ya es un paso. A nivel social ha devuelto la chispa».
Y para que esa chispa prenda, en lugar de apagarse, resulta fundamental la organización para el próximo 8M. Maribel espera que «siga adelante con más experiencia y formación». Yolanda considera fundamental «que se sigan reclamando como mínimo las propuestas que lucharon el año pasado y que ni el gobierno anterior ni el actual han solucionado». Para Nora, su mayor ilusión es que esta lucha continúe. «Ojalá tenga tantísima difusión como este año. Ojalá todo el trabajo de este año no haya quedado en vano, y todo lo que hacemos y trabajamos diariamente haya calado, al menos, un poco en la gente. Ojalá todo el esfuerzo se vea recompensado poco a poco». Kris espera «que más mujeres secunden la huelga de 24h. Que se pare todo. Que tomemos las calles enteras y que solo estemos ahí fuera, en ningún sitio más. Me gustaría que pudiéramos llegar a esas mujeres que no pudieron secundar la huelga, a esas mujeres que curran en curros sin contrato, que les supone muchisimo dejar de currar ese día, que su curro no es remunerado porque curran en casa». Pero también que se mejoren algunos aspectos, «el papel de los sindicatos dentro de las asambleas, el delegacionismo de la propia asamblea, el poco espacio para el debate…»
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Posted: 12 Dec 2018 10:12 AM PST
La acción directa –esto es, cualquier tipo de acción que sobrepase los canales establecidos para alanzar sus objetivos de forma directa– tiene una larga y rica herencia en América del Norte, desde el Boston Tea Party y más allá. A pesar de esto, hay muchos malentendidos sobre ella, en parte debido a la forma en que se ha distorsionado en los medios corporativos.
1. La acción directa es terrorismo.
El terrorismo es calculado para intimidar y así paralizar a la gente. La acción directa, por otro lado, busca inspirar y así motivar a la gente para mostrarles el poder que tenemos como individuos para alcanzar nuestros objetivos por nosotros mismos. Mientras el terrorismo es el dominio especializado de una clase que busca hacerse del poder para ellos mismos solamente, la acción directa muestra posibilidades que otros pueden aprovechar, empoderando a la gente para tomar el control de sus propias vidas. En el peor de los casos, una determinada acción directa puede obstaculizar las actividades de una corporación o institución que los activistas perciben que está cometiendo una injusticia; pero esto es sólo una forma de desobediencia civil, no terrorismo.
2. La acción directa es violenta.
Decir que es violento destruir la maquinaria de un matadero o romper la ventana de un partido político que promueve la guerra es priorizar las propiedades sobre las vidas humanas y animales. Esta objeción valida sutilmente la violencia contra los seres vivos al poner toda su atención sobre los derechos de propiedad y no en otros hechos fundamentales.
3. La acción directa no es una expresión política sino una actividad criminal.
Desafortunadamente, el hecho de que una acción sea legal o no, no es una buena medida de si es justa o no. Las leyes de Jim Crow eran leyes después de todo. Oponerse a una acción sólo por el hecho de que es ilegal, es evadir la cuestión más importante de si es ética o no. Argumentar que siempre debemos obedecer las leyes, aunque consideremos que no son éticas o implicar condiciones no éticas, es creer que las posiciones arbitrarias del sistema legal tienen mayor autoridad moral que nuestras propias conciencias y esto nos vuelve cómplices de cara a las injusticias. Cuando las leyes protegen la injusticia, las actividades ilegales no son vicios ni la dócil obediencia a la ley es una virtud.
4. La acción directa es innecesaria donde la gente tiene libertad de expresión.
En una sociedad dominada por medios corporativos con una visión de túnel cada vez mayor, es casi imposible iniciar un diálogo público sobre alguna cuestión a menos que algo ocurra que llame la atención sobre ella. En tales condiciones, la acción directa puede ser un medio para favorecer la libertad de expresión más que de aplastarla. Igualmente, cuando gente que en otras condiciones se opondrían a una injusticia, la aceptan ahora como inevitable; no basta con sólo hablar sobre ella, es necesario demostrar que es posible hacer algo al respecto.
5. La acción directa te aísla.
Por el contrario, mucha gente que se siente aislada por la política tradicional de partidos se siente inspirada y motivada por la acción directa. Distintas personas sienten distintas aproximaciones adecuadas; un movimiento que busca ser incluyente debe ofrecer lugar a un amplio rango de opciones. A veces, personas que comparten os objetivos de aquellos que realizan acciones directas mientras se oponen a sus medios, gastan todas sus energías desacreditando una acción que se llevó a cavo. Al hacer esto, ellos arrebatan la derrota de las fauces de la victoria: sería mejor que aprovechen la oportunidad de concentrar toda la atención en las cuestiones sobre las que la acción intentaba llamar la atención.
6. La gente que practica la acción directa debería más bien trabajar a través de los canales políticos establecidos.
Mucha gente que practica la acción directa también trabaja dentro del sistema. Un compromiso de usar todos los medios institucionales para resolver problemas no necesariamente excluye un compromiso igual de seguir adelante donde los canales institucionales no pueden más.
7. La acción directa es excluyente.
Algunas formas de acción directa no están abiertas para todos, pero esto no necesariamente significa que no tienen valor. Todos tenemos diferentes preferencias y capacidades, y deberíamos actuar de acuerdo con ellas. La cuestión importante es cómo las diferentes aproximaciones de individuos o grupos que comparten los mimos objetivos a largo plazo pueden integrarse de tal modo que pueden complementarse.
8. La acción directa implica cobardía.
Esta acusación casi siempre viene de gente que tiene el privilegio de habar y actuar públicamente sin temer repercusiones; o lo que es lo mismo, de aquellos que tienen el poder en esta sociedad y aquellos que obedientemente aceptan tu poder. ¿Acaso la Resistencia Francesa debiera haber demostrado su coraje y responsabilidad enfrentando al ejército invasor Nazi en pleno día, condenándose a la derrota? Por esto, en un país cada vez más aterrorizado por la policía y la vigilancia federal de prácticamente toda la gente, no es de sorprenderse que aquellos disidentes quieran proteger su privacidad.
9. La acción directa sólo es practicada por estudiantes universitarios/ niños ricos privilegiados/ gente pobre desesperada/ etc.
Este alegato casi siempre se hace sin referencia a hechos concretos, como un calumnia. De hecho, la acción directa es y siempre ha sido practicada de formas variadas por gente de distintos giros de la vida. La única excepción posible podría ser los miembros de las clases más acaudaladas y poderosas que no tienen necesidad de practicar ningún tipo de acción ilegal o controversial; ya que, como por coincidencia, los canales políticos establecidos encajan perfectamente con sus necesidades.
10. La acción directa es trabajo de provocadores.
Esta es otra especulación que normalmente se hace a distancia, sin evidencias concretas. El alegato de que la acción directa siempre es trabajo de provocadores de la policía desempodera: descarta la posibilidad de que los activistas pudieran hacer algo así por ellos mismos, sobreestimando el poder de la inteligencia policiaca y reforzando la ilusión de que el Estado es omnipresente. Igualmente, descarta por adelantado el valor y el hecho de la diversidad de tácticas. Si la gente se siente con derecho de alegar que cualquier táctica que ellos no aprueban es una provocación policiaca, esto cierra la posibilidad de diálogo constructivo sobre las tácticas apropiadas.
11. La acción directa es peligrosa y puede tener repercusiones negativas para otros.
La acción directa puede ser peligrosa en climas políticos represivos y es importante que aquellos que la practiquen hagan esfuerzos de no poner a otros en riesgo. Esto no es necesariamente una objeción contra ella, de cualquier forma –por el contrario, cuando se vuelve peligroso actuar afuera de los canales políticos establecidos, se vuelve más importante hacerlo. Las autoridades pueden utilizar la acción directa como una escusa para aterrorizar a los inocentes, como lo hizo Hitler durante el Reichstag fue prendido en llamas, pero son aquellos en el poder los que deben responder por las injusticias que cometan al hacerlo, no aquellos que se oponen a ellos. Igualmente, aunque aquellos que practican acción directa de hecho corren riesgos, frente a una injusticia insufrible puede ser más peligroso e irresponsable dejara sin contestar.
12. La acción directa nunca logra nada.
Todo movimiento político efectivo a través de la historia, desde la lucha por la jornada de ocho horas al derecho al voto de las mujeres, ha empleado alguna forma de acción directa. La acción directa puede ser un complemento para otras formas de acción política de distintas formas. Si no por otra razón, sirve para subrayar la necesidad de reformas institucionales, dándole a aquellos que las impulsan más palancas para negociar. Pero puede ir más allá de este papel de apoyo para sugerir la posibilidad de una forma completamente diferente de organizar la vida humana, en la que el poder está distribuido de forma equitativa y la gente tiene igual voz de forma directa en todas las cuestiones que les afectan.
Este ensayo está disponible en inglés aquí.
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Posted: 12 Dec 2018 09:47 AM PST
Al escribir esta nota, acaba de terminar la primera jornada de la tercera huelga de hambre que realizan este año lxs presxs en lucha activa por sus doce reivindicaciones. La primera fue del 1 al 15 de mayo, la segunda, del 1 al 15 de octubre y la tercera está convocada entre los días 10 y 25 de diciembre. En las dos últimas, se ha hecho y se está haciendo especial hincapié en aquellas de las doce reivindicaciones que se refieren a la salud de las personas presas; lxs presxs en lucha han decidido asumir como suyo el decálogo sanidad en prisión propuesto por la APDHA. En este primer día de la huelga de hambre el semanario catalán La Directa ha publicado en su página web una entrevista, realizada por Vicent Almela, con dos de los compañeros presos participantes en esta lucha. A continuación, el texto en castellano. El cartel de arriba es del grupo Fuera del Orden, el mismo que publica el boletín anticarcelario Desdedentro. En su blog podéis encontrarlo en dos versiones diferentes.
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Entrevistamos a Toni Chavero y José Ángel Martins Mendoza, dos de los presos que participan activamente en la propuesta de lucha activa dentro de las cárceles que comenzó hace más de dos años. Hoy inician la tercera huelga de hambre de 2018 para reivindicar que se respeten las leyes y los derechos humanos dentro de los centros penitenciarios. La acción, que comienza hoy y en la que participan cerca de una treintena de presos y presas, pretende extenderse hasta el martes 25 de diciembre en diferentes cárceles del Estado español.
La atención mediática en relación a las prisiones en las últimas semanas ha estado muy centrada en la huelga de funcionarios de prisión y en la huelga de hambre de los presos políticos catalanes, pero poco ‒o nada‒ se ha hablado de la huelga de hambre que empiezan hoy una treintena de presos sociales en diferentes centros penitenciarios del Estado español ‒y ya es la tercera del año‒ para visibilizar la tabla reivindicativa de doce puntos, la cual lo único que pide es “que el Estado español respete sus propias leyes y los derechos humanos dentro de las cárceles”. Para conseguir testimonios en primera persona, la Directa ha contactado con dos de los presos que desde hace más de dos años participan en esta propuesta de lucha activa desde dentro de los centros penitenciarios.
Toni Chavero (TC) es de Madrid, tiene 47 años y lleva entrando y saliendo de prisión desde 1996, siempre por condenas relacionadas con robos y algún enfrentamiento con los funcionarios de prisión. Entre unas cosas y otras, hace más de veinte años que está preso, y tiene prevista su salida para el año 2026. Según se define él mismo “fui politoxicómano hasta que abrí los ojos y me puse a luchar”. Actualmente se encuentra en primer grado ‒o régimen cerrado‒ en el centro penitenciario de Albocàsser (Castellón II).
José Ángel Martins Mendoza (JM) ‒alias Peque‒ es miembro del colectivo anarquista de presos sociales COLAPSO y en su actual condena lleva privado de libertad ocho años y medio, aunque antes ya acumulaba a sus espaldas más de dieciocho años en prisión. Actualmente se encuentra privado de libertad, en primer grado, en la prisión de Puerto III (Cádiz). Se define como antimilitarista, antisistema, antiautoritario. “Si me tuviera que definir, diría que soy libre pensador, porque sólo por el hecho de decir que eres anarquista, ya estás cometiendo un delito”.
¿Qué significa para vosotros estar “en lucha activa”?
TC: Para mí estar en lucha activa significa tener algún motivo por el que vivir aquí dentro, para no dejarme doblegar y vivir con dignidad. Mi decisión es cumplir estas condenas como creo que debo cumplirlas, sin someterme, sin pasar por sus aros y siendo libre de todos los yugos y cadenas. Luchar es la única forma de vivir que entiendo aquí dentro, si no, me sentiría un despreciable. Y prefiero morirme a estar vegetando. Esto es lo que significa para mí. Estoy en esta posición desde 2015, cuando tras un agravamiento de mi condena vi y sentí la necesidad de estar en lucha. Lo intenté cogiendo las ideas de experiencias anteriores, como la Coordinadora de Presos En Lucha (COPEL) y la Asociación de Presos en Régimen Especial (APRE), pasando por carta nuestras ideas y propuestas a los colectivos de apoyo a la calle, para abrir un debate y crear esta propuesta de lucha activa que sigue viva hoy. Antes de 2015 yo ya era asiduo escritor de críticas al sistema, pero sin tanta intensidad.
JM: Para los compañeros que estamos en lucha activa, significa luchar día a día para conseguir unos derechos dignos dentro de las cárceles, sentirnos vivos y realizados como personas y no decir que algo está bien, cuando sabes que está muy mal, cerrando los ojos y mirando hacia otro lado. Es la lucha por nuestros derechos y los de nuestros compañeros y compañeras, amistad, fraternidad y dignidad. Y mi posición por la defensa de estos ideales comenzó desde mi entrada a prisión en 1991, cuando empecé a leer escritores como Proudhon, Bakunin o Kropotkin.
¿Cuáles son vuestras exigencias desde dentro?
TC: Nuestras exigencias, de acuerdo con nuestra tabla reivindicativa, son, en primer lugar y a corto plazo, que cumplan con sus propias leyes y respeten nuestros derechos como presos. En segundo lugar, y a largo plazo, conseguir la abolición de las cárceles por su inutilidad “resocializadora”. La prisión es un simple negocio, un negocio que ahora está en auge.
JM: Nuestras exigencias son los doce puntos de nuestra tabla reivindicativa. No queremos privilegios, sólo los beneficios estipulados en el Reglamento Penitenciario (RP) y la Ley Orgánica General Penitenciaria (LOGP). Sin tener que degradarnos para que nos dan el trato que nos corresponde por ley, en un país democrático. Luchamos desde dentro porque prácticamente todos los que estamos en lucha activa llevamos casi toda la vida en prisión. En mi caso, desde que tenía 16 años
Desde el pasado mes de mayo habéis realizado varias huelgas de hambre y acciones con el objetivo de visibilizar su tabla reivindicativa. ¿Qué resultados tienen las huelgas y cómo se están viviendo desde dentro?
TC: Los resultados de las huelgas de hambre que hemos realizado no son algo palpable, que se pueda ver rápidamente. Si tenemos en cuenta que esta propuesta de lucha se empezó a “cocinar! en 2015, y que se inició en 2016, no creo que todavía sea el tiempo correcto para valorarla en relación a otras luchas anticarcelarias. Si yo tuviera que valorar estas huelgas de hambre diría que han ayudado mucho a la coordinación entre dentro y fuera, y han generado más unión. Lo que más valoro es la humanidad que se ha desplegado, tanto dentro como fuera. Sobre los presos que se han unido, por la información que me ha llegado, diría que son una veintena. De una población reclusa de más de 60.000 personas, una veintena puede parecer insignificante, pero creo que igualmente es muy positivo. En definitiva, preferimos que los pocos que seamos estemos concienciados y luchemos con seriedad. Ahora mismo nos encontramos dispuestos a seguir adelante, reflexionando sobre cómo ha ido este 2018 y pensando qué deberíamos cambiar para mejorar. Ahora en diciembre empezamos otra huelga de hambre, y en 2019 haremos las que sean necesarias. Es necesario dialogar y reflexionar entre nosotros sobre cómo continuaremos. Creo que estamos avanzando mucho.
JM: De momento, en mi opinión, poco o nada hemos conseguido con las huelgas de hambre, ya que en lucha activa sólo nos encontramos entre 18 y 25 compañeros y compañeras. Si nuestra lucha continúa como tenemos pensado, y se suman más presos y presas, la cosa cambiará bastante. El nerviosismo por parte de Instituciones Penitenciarias se nota cada vez más.
¿A nivel represivo, os está afectando el hecho de ser tomados en lucha activa y participar en huelgas de hambre?
TC: A nivel represivo tenemos muchos problemas. Yo soy de Madrid, y estoy preso en Castellón. Me han trasladado muchas veces, y nunca he llegado a estar más de un año en la misma prisión. Por lo tanto, me afecta en la dispersión, la intervención de las comunicaciones, el régimen de aislamiento continuado en primer grado, las palizas, las sujeciones mecánicas… Hay un desprecio constante de los funcionarios hacia los presos en lucha activa. Lo más difícil es mantenerse psicológicamente fuerte para seguir adelante, porque todo esto pasa factura.
JM: La muestra de su nerviosismo es la represión que nos están haciendo pasar: registros diarios, intervención de la correspondencia, cartas que se pierden, dispersión, rotura de objetos personales, aplicación de aislamiento por participar en ayunos y huelgas de hambre, formas despectivas de hablarnos y trato degradante constante. Cuando empezamos esta propuesta de lucha sólo éramos cuatro o cinco presos, y actualmente ya somos más de una veintena. En estos momentos nos encontramos a punto de comenzar la última huelga de hambre del año, para luego realizar una asamblea interna y saber cuántos continuamos y cuántos más se suman a la propuesta de lucha activa.
¿Qué le pediríais a la gente que la apoya desde fuera?
TC: Desde fuera para mí es muy importante visibilizar a los colectivos que han estado con nosotros desde el principio de la propuesta en 2015, como el colectivo Tokat en Valencia y el grupo Pro-presxs de Madrid. Después de esto, también se han sumado otros colectivos de todo el Estado, y creo que cada vez se van sumando más apoyos a nuestra propuesta. Creo que uno de los factores determinantes para sumar apoyos han sido las huelgas de hambre que empezamos en mayo de 2018, y la visibilidad que nos ha dado el documental de la COPEL. Ahora mismo sabemos que se están haciendo acciones de solidaridad con nuestra lucha en diferentes ciudades de España, y estamos muy agradecidos. A las personas que luchan contra las cárceles desde fuera les diría que muchas gracias, que intentan mantenerse unidas y mantengan la constancia.
JM: La verdad es que fuera tenemos compañeros muy cualificados que lo dan todo por esta lucha. Hay otros que tienen muchas ganas de ayudarnos, pero que por ignorancia van un poco perdidos. Por otra parte, estos grupos tienen medios escasos, así que hacen lo que pueden. Lo que me gustaría pedirles a los compañeros antiautoritarios y anticarcerarios es mucha difusión. Ya sea mediante la publicación de fanzines, charlas, proyección de documentales… Que todo el mundo sepa lo que fue la COPEL y el APRE. Podemos avanzar mucho antes de que nos aplasten.
¿Creéis que sería positiva y posible la coordinación entre toda la comunidad anticarcelaria?
TC: Sí, creo que es posible y sería muy positiva la unión desde fuera. Si mejorara la coordinación nos podríamos articular de una forma más fluida. Ahora bien, la realidad y la experiencia nos indica que, si tenemos en cuenta la forma de pensar de cada persona y grupo, la coordinación no resulta nada fácil. Que todas las personas de un grupo estén de acuerdo con una forma de actuar ya resulta difícil, así que coordinarnos todos en esta lucha es muy complicado. Yo creo que se podría conseguir estableciendo unas bases lógicas de acuerdo con lo que se pretende conseguir a corto y largo plazo. A partir de ahí, dialogar y ser flexibles los unos con los otros, ya que el fin de nuestra lucha es el mismo. Todos vamos en una misma dirección, pero por caminos diferentes. Por otra parte, esto es lo que nos enriquece: la libertad de pensamiento y acción.
JM: Claro que creo que sería posible y positiva cualquier tipo de coordinación anticarcelaria, con grupos como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), los sindicatos CGT y CNT, periódicos, revistas, abogados… y como no, con grupos anarquistas. Hace algo más de dos años ya se celebró una asamblea nacional con casi todos estos grupos. Muchos de los que acudieron a la asamblea dijeron que nos ayudarían en la lucha anticarcelaria, pero muchos de estos, al poco, parece que olvidaron su compromiso. Según mi opinión, ahora que nuevos grupos de apoyo quieren unirse a nuestra lucha, sería aconsejable volver a realizar una asamblea donde los que realmente quieran ayudarnos lo dejen claro. Y los que únicamente ofrecen su apoyo para quedar bien, que no hagan perder el tiempo a los compañeros y compañeras de la calle, y menos a nosotros. Necesitamos diálogo y compromiso. Sé que a los compañeros que luchan desde fuera no les resulta fácil, ni tienen demasiados recursos para poder ayudar, pero todo el mundo debe ser sincero y dejar claro hasta dónde puede llegar.
¿Cuál es vuestra opinión sobre los presos políticos? Cree que se podrían unir a su lucha y reivindicaciones?
TC: Mi experiencia con los presos políticos de Resistencia Galega, GRAPO y ETA siempre ha sido muy positiva. Creo que son muy solidarios, que tienen muy claro lo que quieren y están muy unidos. Mi visión de ellos y ellas es muy positiva, y la verdad que he aprendido muchas cosas buenas. Hace dos años o más que se les comunicó nuestra propuesta de lucha, y aunque están de acuerdo con nuestras reivindicaciones, están más centrados en su lucha que en implicarse con nosotros. Creo que si se unieran a nuestra lucha podría ayudar a mejorar las condiciones en las cárceles y la visibilidad de nuestras acciones sería más amplia y contundente, porque detrás tienen mucho apoyo y porque son personas con una convicción moral y un posicionamiento indestructible. Por lo tanto creo que si se unieran sería muy positivo.
JM: Sobre los presos políticos opino que sólo miran por su culo, y no les interesan nuestras luchas a menos que sepan que pueden ser beneficiosas para ellos y ellas. Y claro que se podrían sumar a nuestra propuesta de lucha, ya que la cárcel funciona en contra de todos. Aparte de ser más participantes en la propuesta, serían más abogados, familiares y movimientos implicados. Esto ayudaría a que nuestras reivindicaciones se escucharon mucho más.
¿Hacia dónde va vuestra lucha? ¿Como veis el futuro de la propuesta de lucha activa que está llevando a cabo?
TC: El objetivo de nuestra lucha consiste, en parte, en generar y recuperar el espíritu y la solidaridad de las anteriores luchas anticarcelarias, donde estaban mucho más unidos y si golpeaban a una debían golpear a todas. Pero también queremos obligar, a través de nuestras acciones, a que las instiuciones cumplan sus leyes teóricas y las pongan en práctica. A corto y medio plazo es lo que queremos, que cumplan sus leyes y respetan nuestros derechos. A largo plazo pretendemos destruir y abolir las cárceles por su inutilidad y falsedad. Dicen que su función se reinsertar, pero sólo castigan. Dicen que recuperan a las personas para volver a la sociedad, pero lo único que hacen es doblegar su voluntad. El sistema carcelario sólo funciona como un negocio para el Estado. Las cárceles no reinsertan, no resocializan. Sólo son escuelas de delincuencia, encubiertas por una falsa apariencia de cara a la sociedad.
JM: Nuestra lucha, básicamente, va encaminada a sentirnos vivos exigiendo nuestros derechos y no sentirnos seres inertes. Yo ya estoy condenado a más de veinte años de prisión y, seguramente, por tener dignidad y no dejarme robotizar, moriré aquí en la cárcel. Pero al menos intentaré que las personas que sean encarceladas en un futuro no sean tratadas como basura, que es lo que está pasando ahora mismo en las cárceles. A corto plazo exigimos que se respeten nuestros derechos y que las condenas se puedan pagar con dignidad. A largo plazo, queremos la absoluta abolición del estado-negocio carcelario.
Vicent Almela
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Posted: 12 Dec 2018 09:38 AM PST
Se dice que la ultraderecha española se envalentona por la emergencia del independentismo catalán, también que hay un repunte del machismo como reacción a los avances del feminismo. Ambas afirmaciones son ciertas. Lógicamente, los fenómenos políticos que tienen cierta relevancia pública (ya sea porque suponen un cambio real, o porque los medios de comunicación los exageran interesadamente) no se sitúan dentro de un paréntesis social, aislados del tiempo y del espacio. Como parte de la vida real que son, tienen unas causas y unos efectos en ella. Pero cuidado: Es muy diferente analizar la relación que tiene el auge del fascismo con la irrupción en la agenda política del feminismo o el independentismo, que responsabilizar a estos movimientos de haber azuzado al monstruo, o sea, culpabilizarlos.
En esa misma línea, que sea el fascismo el que reaccione no quiere decir, necesariamente, que la causa de su reacción sea lo contrario al fascismo. Ejemplos: Hace unos años hubo un aumento de los movimientos sociales fascistas (Hogar Social, etc.) que reaccionaban a la miseria generada por la crisis capitalista, ¿es ese capitalismo en crisis lo opuesto al fascismo? No. ¿Representaba Galtieri lo contrario que Thatcher? Tampoco. ¿Fue Napoleón III la antítesis de Von Bismarck? Ni de lejos. De hecho es común que un nacionalismo se enfrente a otro nacionalismo de la misma naturaleza pero de diferente signo. Lo que pretendo decir con esto, es que la validez de unos argumentos o la superioridad de unas ideas políticas, no se miden en función del enemigo que despiertas cuando tratas de llevarlas a cabo. Esto es una falacia llamada argumento ad consequentiam, también conocida popularmente como “ladran, luego cabalgamos”. Últimamente, algunos han intentado convencer, tratando de justificar sus posiciones señalando al monstruo que tenían enfrente. Pero la política es más compleja que todo eso.
El fascismo necesita una reafirmación identitaria: cultural, sexual, nacional, religiosa, etc. Reacciona y se fortalece cuando un grupo percibe que su identidad está en peligro, porque la legitimidad de vivir conforme a ella es cuestionada. Esa identidad siempre es exclusiva, y se construye delimitando el lugar donde está el otro, dotando al grupo de un sentido de pertenencia. A un grupo sí se le puede oponer otro grupo: física, territorialmente; pero es un absurdo pensar que en política, una identidad se opone a otra identidad. En esencia, las identidades siempre son lo mismo y funcionan según la misma lógica. La identidad solo es la pantalla, lo realmente crucial es el sistema electrónico que hay detrás y que constituye su ideología. El nacionalismo catalán no se opone al nacionalismo español, sino que es el derecho de la población de un territorio a dotarse de sus propias estructuras políticas, lo que se opone a la conculcación de este derecho. Del mismo modo y aludiendo a la cuestión de género; no es la mujer la que se opone al hombre, sino que es una convicción igualitaria la que se opone a la supremacía masculina. Y es fundamental hacer hincapié y saber distinguir estas ideas, puesto que de la confrontación identitaria siempre saca réditos el fascismo.
La labor de la izquierda no es atribuir una supuesta ideología a la comunidad de varones blancos y heterosexuales (no existe tal comunidad). Las ideas izquierdistas son universales y hablan de igualdad, de justicia social, de libertad sexual, entre otras cosas. Inventarse un colectivo imaginario de opresores, que lo son única y exclusivamente por sus categorías identitarias, aduciendo que son portadores de unos privilegios que van ligados a su identidad, es exactamente lo que hacen los fascistas. ¿Cabe algo más absurdo y contraproducente? La pelea tiene que ser ideológica, solo así podremos ganar.
Como ejemplo, dos reflexiones que representan a la perfección la “izquierda” identitaria de la que hablo. Ambas a raíz de las elecciones andaluzas y el ascenso de la ultraderecha:
La primera, una influencer feminista, quien afirmaba que el “72% de los votantes de Vox son hombres. Por si queréis sacar conclusiones”. Al margen de la evidente falacia ecológica, y que es un dato absolutamente inútil (porque no menciona la relación mujeres-hombres de los votantes; y porque aun estando equilibrada, ese dato representa alrededor de un 7% de los hombres andaluces, con lo que no podríamos extraer ninguna conclusión), ¿no os suena de algo este tipo de afirmación? A mí sí. Me suena a cuando dicen que la proporción de delitos perpetrados por inmigrantes es mayor. La derecha xenófoba siempre utiliza estadísticas relativas a delitos para deducir la naturaleza de los individuos a partir de las estadísticas del grupo al que pertenecen (buscan datos para criminalizar y estereotipar a gitanos, musulmanes, rumanos… a quienes no sean “de los suyos”). Y es que la lógica que hay detrás de ese tipo de explicaciones es la que utilizan los fascistas. En lugar de analizar las circunstancias sociales que rodean el delito, lo atribuyen a las características sexuales, raciales, étnicas, religiosas, nacionales… es decir, identitarias, del individuo. ¿Desde cuándo razona la izquierda al modo en que lo hacen los fascistas?
Una segunda reflexión, más sutil pero igualmente representativa de la “izquierda” identitaria, es la manifestada por un conocido abertzale, quien afirmaba que mientras la cultura política española no asuma el derecho a decidir y repudie el franquismo, la derecha y la ultraderecha tendrán vía libre. Aparte de que parece no seguir muy atentamente la política internacional, lo significativo de esto es que achaca unas ideas determinadas a la especificidad de una supuesta cultura política española. ¿Pero es que no fue Madrid un baluarte antifascista? ¿Y las revueltas jornaleras en Andalucía por la socialización de la tierra? ¿Y la Asturias minera, vanguardia de la revolución proletaria en la Europa occidental? Decir que esto no es cultura política española y en cambio sí lo es la mentalidad franquista, se hace con la clara intención de atribuir una carga negativa al sentimiento de identidad nacional que no es el tuyo. No puedo evitar reconocer en esas palabras a quienes siempre vincularon la violencia política a la particularidad cultural vasca. La política se hace con ideas, no midiéndonos la identidad, sea cual sea esta. Es la ultraderecha la que siempre esgrime razones identitarias para articular un discurso, porque necesita construir un “otro” contra el que posicionarse, a base de manipulaciones, verdades sesgadas y falacias. Por favor, no caigamos en la trampa de acudir a su campo de batalla.
El enemigo a batir no es un arquetipo de hombre, blanco, heterosexual y español. El enemigo es el corpus ideológico que justifica la desigualdad social por razón del sexo o lugar de procedencia. El que se opone al poder constituyente que emana de la voluntad popular. El que niega el derecho a vivir la sexualidad de forma libre y plena. Y a este corpus ideológico, curiosamente, siempre le subyace un sistema que legitima la explotación de la mayoría para el beneficio de unos pocos.
Por eso, creo que debemos interpelar también al hombre blanco y heterosexual a involucrarse en la pelea contra el fascismo, contra quien lo explota y contra quien niega su libertad política. Cualquiera que tenga sentido de la justicia debe luchar codo con codo junto a todas las personas que son discriminadas por cuestiones relativas a su identidad. Precisamente porque es una cuestión de justicia, y la justicia no tiene identidad. Es tan necesario tomar conciencia de la discriminación que sufre el otro por cuestiones identitarias (para que las relaciones que construimos día tras día sean igualitarias y justas), como dejar de culpabilizarnos de forma cristianizante por las categorías identitarias que arbitrariamente nos atraviesan. El cambio social no será un auto de fe. Distinguir esto es esencial para cualquier política que se pretenda de izquierdas.
Jimmy Muelles
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Posted: 11 Dec 2018 10:28 AM PST
Por el Colectivo Sub.Media (subtítulos castellano)
Hemos decidido traducir a castellano los subtítulos (originalmente en inglés) de este documental titulado Mad Worlds: Redefining Sanity Through Struggle (Mundos Locos: Redefiniendo la Cordura a Través de la Lucha) y que es el capítulo #17 de la serie “Trouble” realizada por el colectivo Sub.Media cuya temática gira, en este caso, en torno a la salud mental, las causas sociales y políticas de las denominadas “enfermedades mentales” (ligadas a desigualdades de género, de clase, raciales o coloniales, etc…) y las alternativas posibles fuera de los marcos de este sistema que patologiza y margina a las personas con sufrimiento psíquico y construye un discurso biomédico falaz que atribuye el origen de las “enfermedades mentales” a factores neuroquímicos o genéticos, evitando así un cuestionamiento de las estructuras sociales, políticas y económicas sobre las que se sustenta este mundo y que son las auténticas causantes de ese dolor.
Gracias al colectivo Sub.Media por todo su trabajo con el programa Trouble y con otros proyectos audiovisuales activistas, y por compartir todo su trabajo gratuítamente en su web.
Para descargar, podéis hacerlo haciendo click aquí y si hacéis click aquí con el botón derecho y pulsáis donde dice “Guardar enlace como…” podéis descargar el archivo con los subtítulos que hemos hecho. Por si alguien no sabe, para usarlos solo tenéis que nombrar el archivo de los subtítulos igual que el del vídeo y colocarlos en una misma ubicación (por ejemplo, en la misma carpeta). Recomendamos VLC Media Player que reconoce los subtítulos automáticamente pero podéis usar también cualquier otro reproductor que los admita. También podéis descargar el vídeo con los subtítulos ya incrustados haciendo click aquí.
Fuente: https://vozcomoarma.noblogs.org/
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Posted: 10 Dec 2018 10:52 AM PST
Domingo 16 diciembre, 12h.
Charla-presentación del libro, con su autor.
El otoño de Kropotkin
Entre guerras y revoluciones (1905-1921) Jordi Maíz.
Prólogo de Carlos Taibo.
Introducción de Frank Mintz.
El presente texto analiza la vida y la obra de Piotr Kropotkin en sus años finales. "El gran hijo de Rusia", tal y como lo calificó Emma Goldman, tuvo una presencia fundamental en el desarrollo del pensamiento anarquista tanto en Rusia como en otros lugares. Su imponente obra no se libró de las controvertidas posturas y análisis que el viejo anarquista realizó sobre la Primera Guerra Mundial o sobre las revoluciones rusas. El otoño de Kropotkin nos acerca a momentos finales de su vida en los que reflexiona sobre el papel del anarquismo en la Revolución rusa y a esa época tan emocionante como vertiginosa. Una oportunidad de visualizar los círculos libertarios del exilio ruso y la evolución del ideario del anarquista desde 1905 hasta su muerte en 1921 en la localidad de Dmítrov.
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