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lunes, 31 de diciembre de 2018

Tinkunaco 2.467/18 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • Artesanos de la Barricada: Internacionales catalanes en Madrid [1868]
  • El mutualismo como iniciación al anarquismo
  • La Solución - Mini-corto de animación
  • [Cómic] Corazoncitos
  • El síndrome de Antígona
  • Marchas a las cárceles en fin de año
  • Carta Directa: a lxs hijxs de los ricos
Posted: 30 Dec 2018 10:02 AM PST
Entre lo que desconocemos del viaje de Fanelli, está casi todo lo relacionado con su estancia en la capital, que se prolongó entre el 24 de noviembre de 1868 y principios de febrero. Tras los pasos de Fanelli en Madrid, veremos que tomaría contacto con algunos federales catalanes, verdaderos artesanos de la barricada que habían conspirado durante años por el derrocamiento de los Borbones, y que resultaron decisivos para que se fundara la sección madrileña de la Asociación Internacional de Trabajadores [AIT].
El Obrero de Barcelona nos informa [..] que la Crónica de Manresa aun no ha osado lanzar sus habituales acusaciones contra los comunistas, contra los eternos enemigos del orden, y contra los discípulos de Proudhon en Cataluña..”1
Como no es cuestión de listar a los republicanos catalanes de Madrid, advertimos que uno de las problemas más urgentes que hubo de afrontar Fanelli fue el asunto del alojamiento. Justo de dinero, tardó dos días en encontrar fonda y, como hemos visto en un apartado anterior, sabemos que recibió la ayuda inicial de algunos compatriotas, que como la mayoría de italianos en España, se dedicaban a actividades relacionadas con la hostelería.
En cualquier caso, su residencia en Madrid no pudo ser ni la Fonda de París que dirigía su compatriota José Fallola en la plaza del Sol, ni la cercana Fonda del Príncipe o -de Los Italianos-, que estaba en el nº 33 de la calle del Príncipe, muy frecuentada por demócratas o viajantes extranjeros, puesto que ambas resultaban más caras de lo que podía permitirse.
La prueba de que estos no fueron el hospedaje -definitivo- de Fanelli en Madrid, está en la carta que dirigió a su amigo Miguel Bakunin con fecha del 26 de noviembre, en la que afirmaba que -por fín- se alojaba en un hotel modesto donde había sobre todo ..gente di commercio, es decir revolucionarios. Añadía además, que pagaba 7 liras por día -unos 30 reales- incluyendo habitación, comida, cartas, café y periódicos.
..Por lo que se refiere al dinero de Beppo, quisiera saber exactamente lo que tiene y por cuánto tiempo puede bastarse lo que tiene. Pondré, naturalmente, todo en movimiento para procurarle lo necesario..”2
La_Puerta_del_Sol_en_la_mañana_del_29_de_septiembre_de_1868_de_Urrabieta-1440x1080
Ya que son muchos los establecimientos hoteleros que reunen estas condiciones, debemos tener en cuenta para la criba el radio de acción urbana de Fanelli, y sobre todo, que esta segunda etapa del viaje se había organizado durante su paso por Barcelona, del 12 al 17 de noviembre.

En este marco, uno de los que más colaboró con los emisarios internacionales en Barcelona fue JOSÉ RUBAU [1841-1916], gran amigo de Antonio Marsal, que había sido el delegado en el Congreso de la AIT de Bruselas, celebrado en algunas semanas antes. Rubau, prototipo de agitador federal, fue quién acompañó a Fernando Garrido y Elías Reclus en el acto celebrado en Sabadell el 28 de octubre de 1868; y no cabe duda, que fue quien facilitó al socialista italiano las señas de su hermano Julio en Madrid, donde residía desde años atrás.
Ese republicano (José Rubau) y Morago han sido probablemente la clavija obrera de la obra de Fanelli en Madrid; Garrido o algún otro habría señalado a Rubau Donadeu y éste a Morago..”3
A partir de las indicaciones de Nettlau, deducimos que Garrido no fue ese otro que señaló a Rubau, y que pudo haber facilitado el resto de los contactos necesarios en Madrid; ya que llevaba fuera del país desde 1861. Además, ese otro debía conocer el articulado de las redes societarias de la capital, y si indagamos un poco en la trayectoria de José Rubau, comprobamos que al contrario de lo que se dice, vivía en Barcelona, y no fijó residencia en Madrid hasta el mes de diciembre de 1868 o principios del año siguiente.
2_José Rubau_10-1894_El cojo Rubau -sujetado x ¿Marsal?- protesta al rector Univ Central Madrid x suspenderle en Metafísica
La revolución pilló al cojo Rubau conspirando al otro lado de los Pirineos. A finales de septiembre de 1868 cruzó la frontera, tomando parte activa en el levantamiento de l’Empordà junto a Orense, Guisasola y otros. Desplazado a Barcelona unos días después, no está claro que coincidiera allí con Fanelli, ya que éste llegó el día 12 de noviembre, y Rubau andaba el día 14 por Olesa de Montserrat, donde -dicen- seguía incansable con su gira por las montañas catalanas, marchando dirección Sallent.
Recibí una carta de Aristide (Rey) fechada en Barcelona y adjunta una carta de Paolo (Eliseo Reclus) que me dice que Pietro (Elías Reclus) también está allí y que se reunió con Aristide, pero que la Fonda de Italia que él (Eliseo) había designado como punto de encuentro para los tres, ya no existe ….”4
Aterrizado Fanelli en Madrid, 24 de noviembre, es probable que hubiera ido directamente a casa de JULIO RUBAU [1843-1913], en el nº1 de la calle de la Luna, donde pudo pasar sus dos primeras noches en la capital. En el mismo sentido, debemos suponer que fue el propio Julio, quien acompañó al italiano hasta la sede del Fomento de las Artes, en la cercana calle Tudescos, donde conocería a los socios del Orfeón, entre ellos a Tomás González Morago [¿?-1885], que luego prestaría su taller de grabado en el nº 8 de la calle Caballero de Gracia, para realizar las primeras reuniones privadas del grupo fundacional madrileño.
..España, al primer llamamiento, se levanta, y hasta en los ángulos más remotos afirma que la voluntad de los pueblos cultos es el gobierno del pueblo por el pueblo..”5
Comprobamos pues, que los jóvenes Morago y Julio Rubau prestaron sobre todo cobertura logística; pero nos falta todavía un eslabón de la cadena, tal y como sugirió Nettlau, precisamente el que llevó a Fanelli hasta la redacción de La Igualdad en la calle de Atocha. Allí acudió el día 28 de noviembre, para entrevistarse con los que eran su director y su redactor-jefe, Estanislao Figueras -gran amigo de Morago- y ADOLFO JOARIZTI [1835-1871], que estaba afincado en Madrid desde mediados de la década de 1860. Joarizti había colaborado con el impresor Julio Rubau tirando proclamas revolucionarias durante el levantamiento de septiembre, siendo el encargado de repartir armas al pueblo de Madrid -luego en Comisión de Armamento y comandante del batallón de Cazadores de la Audiencia-.
..el director del diario quiso servirle, y tomando como elementos avanzados a los hombres que bullían en reuniones, trifulcas y manifestaciones, perorando y gritando, siempre atrabiliarios y descontentos, encaminó a Fanelli hacia estos prohombres de poca minerva, aunque de no escaso influjo sobre las masas. Y ocurrió que no le entendieron, ni podían entenderle aunque se hubiera expresado en castellano..”6.
Parece evidente, que el pequeño de los Rubau fue decisivo para Fanelli en sus primeros días en Madrid, pero sin duda fueron Figueras y sobre todo Joarizti los responsables de poner en contacto al italiano con los círculos políticos activos en la capital; como miembros que eran de la recién creada Junta Central Republicana o de la Junta revolucionaria; además de ser dos de los máximos dirigentes del Club de Antón Martín.
A pesar de la falta de sintonía entre Fanelli y estos veteranos de la insurrección a medio camino entre el republicanismo y el socialismo, sería en su sede de los bajos del nº 7 de la calle de la Yedra, donde quedaría formado el núcleo provisional madrileño el 26 de enero de 1869. Y además, las referencias apuntadas nos sirven para cerrar el círculo alrededor de los integrantes de la nutrida colonia catalana en Madrid.
Por haber servido de morada a tres catalanes, Figueras, Balaguer y Rubau, llamaba yo a la derribada en el 13 de la calle de la Salud, Casal Catalá..” 7
Aunque no tenía un perfil garibaldino tan marcado como el de Joarizti, ni tan político como el de Figueras, entre los integrantes de la colonia catalana encontramos también a ROBERTO ROBERT [1827-1873], federal barcelonés afincado en Madrid desde 1851, pero que en sentido inverso al de su amigo y camarada Joarizti, había vuelto a su Barcelona natal en 1865 por graves problemas de salud. Sin embargo, veremos que seguía manteniendo sus contactos en Madrid, por ejemplo con los socios del Fomento de las Artes y del famoso Orfeón, donde dicen que el italiano encontró.. 
..grandes lectores de Castelar y de Pi y Margall en la célebre polémica, conocedores algunos de las obras de Proudhon y de extractos y aun de libros completos de los reformadores franceses, es decir, hombres en su mayoría de espíritu libre y de instrucción adecuada para recibir la buena nueva; algunos de ellos entendían el francés…”8
Obrero de la pluma y del fusil, Robert encaja con la descripción anterior por manejarse bien en italiano y sobre todo en francés, ya que durante sus purgas en la cárcel de El Saladero había dedicado el tiempo a traducir a autores extranjeros; entre ellos a Proudhon por sugerencia de su amigo Pi y Margall. Conviene señalar también, que fueron estas traducciones de Proudhon las que sirvieron de escuela y guión a los descontentos y perseguidos de aquella época; quienes se vieron obligados a agruparse en diversas sociedades clandestinas de trasfondo carbonario, de las que Robert había formado parte al menos desde mediados de la década de 1850, junto a sus paisanos Ceferino Tresserra o Conrado Roure.

Luego, la anarquía en que se encontraba la capital toma mayores proporciones [..] unos proclaman la republica unitaria o federativa, otros piden la creación de una junta o de un directorio; estos enarbolan la ensangrentada bandera del comunismo y aparecen proclamas traduciendo a Proudhon y a Luis Blanc..”9
No menos importante es que Robert, entre los periodistas más populares y leídos de su tiempo, también era uno de los fichajes estrella de La Igualdad, aparecido a comienzos de noviembre de 1868. Además, se afiliaría poco después a sección madrileña de la AIT al tiempo que era diputado; lo que se repetiría igualmente con otros federales catalanes como el citado Rubau, Baldomero Lostau, José Roca y Galés, Pablo Alsina, Juan Tutau o José Anselmo Clavé.
Hablando de Clavé, cantor revolucionario y fundador del movimiento orfeneístico popular en Cataluña, debemos decir que habría sido precisamente su amigo Robert uno de los responsables de su extensión a Madrid. El contagio societario se produjo a mediados de 1863, cuando diversas corales catalanas agrupadas bajo la inspiración de Clavé organizaron la llamada Marcha a Madrid, dando algunos conciertos en la capital con gran éxito de público y hasta crítica.
..desconocida hasta el día era en Madrid la sociedad de Euterpe, y es de creer que [..] sirvan de estímulo para que en la escala posible continúen aquí su organización los que al parecer dirigen las clases obreras ó industriales. Al decir esto nos referimos á la sociedad que lleva por titulo el Fomento de las Artes..”10
Clave x Pellicer
Efectivamente, el primer grupo consituido a imagen y semejanza de los coros catalanes surgió a finales de 1863, en el seno del Fomento de Las Artes. Sin embargo, a partir de éste aparecería poco después el llamado ORFEÓN ARTÍSTICO MATRITENSE, entidad cultural perteneciente al Círculo del mismo nombre, que dirigía un antiguo profesor del orfeón del Fomento y que llegaría a contar entre sus socios a los futuros aliancistas Morago, Lorenzo, Julio Rubau, Serrano Oteiza, Felipe Martín, Mora o Pauly. 
Siendo fácil confundir ambas sociedades, ya que colaboraron en diversas ocasiones, hay que señalar que las actividades del Orfeón Matritense fueron prohibidas en marzo de 1867, tras un concierto en favor de las víctimas del 22 de junio de 1866, siendo retomadas con normalidad en octubre de 1868, con unas conferencias de Tresserra. Por tanto, sería con estos con los que se reuniría Fanelli, y no con los socios de la coral del Fomento, que desaparece desde 1865.
La sociedad Orfeón Artístico Matritense pasó una atenta comunicación á la Comisión de catalanes residentes en Madrid, constituida para allegar recursos en favor de los obreros sin trabajo, ofreciéndose á coadyuvar sus esfuerzos en bien de la clase obrera de Cataluña.”11.
Retomando nuestro hilo conductor entre Barcelona y Madrid, debemos añadir que Robert cumple además los requisitos de ubicuidad, ya que fue uno de los redactores del manifiesto que difundió la Junta revolucionaria de Barcelona el 2o de septiembre de 1868, siendo nombrado regidor del ayuntamiento popular. Así mismo, permanecería en la ciudad al menos hasta el 4 de octubre, coincidiendo con la llegada de Orense -y Rubau-, la constitución definitiva de la Junta revolucionaria y la publicación de un manifiesto de los federales catalanes.
Sin embargo, algunos le sitúan después en Madrid junto a Joarizti, Rubau y Garrido, quizás asistiendo con ellos a la asamblea republicana celebrada el 11 de octubre en el Circo de Rivas -un día antes se había reunido el grupo de Antón Martín en el Circo Price-. Allí fueron discutidas las intenciones del nuevo Gobierno Provisional de disolver las Juntas y la posición del partido respecto a la forma de gobierno, contando con la asistencia de Orense, recién venido de Cataluña.
Isabell II destronadaA mediados de Octubre del año 1868 Adolfo Joarizti, compañero mío en la Junta revolucionaria del distrito del Hospital, de Madrid (sección de Antón Martín), me invitó á un modesto banquete en la Fonda Española, calle de Tetuán, porque habíamos simpatizado. Éramos amigos y quería me conociera y lo fueron, unos amigos suyos, recién llegados a Madrid -José Rubaudonadeu y Juan María Bofill-, procedentes de Barcelona y Sevilla [..] y un grupo de republicanos catalanes..”12
Más allá de su intervención para tratar de evitar la disolución de la Junta revolucionaria de la capital del ex-reino, Garrido, Rubau y Robert volvieron -¿juntos?- a Barcelona antes de la llegada de Elías Reclus, el 24 de octubre. A partir de este momento, todos ellos se convertirían en protagonistas de la campaña generada en torno al Centro Federal de Barcelona. En particular, Robert se encargó de dar una serie de conferencias dominicales en locales obreros de Gracia y la Barceloneta, además de tomar parte en una asamblea el 27 de octubre en la sede central de la Calle de La Canuda, con presencia de los dirigentes de los principales oficios.A este acto asistió el propio Reclus y hablaron así mismo Juan Tutau o Garrido; a quien por cierto, secundaría de nuevo Robert al menos en un mitin celebrado en Igualada el 14 de noviembre de 1868, al que asistió Reclus y quizás el propio Fanelli, que había llegado a Barcelona dos días antes.
A más frailes menos personas: este un axioma que la estadística ha entronizado; y en unos cuadros que publica en su España Contemporánea el impío Fernando Garrido, salta a la verdad de este hecho..”13
A decir verdad, fueron José Rubau y Robert los más cercanos a Garrido -y a Fanelli- en Barcelona, como dirigentes que eran de la Dirección Central de Sociedades Obreras. Es por ello, que ambos debieron involucrarse los preparativos del primer Congreso Obrero celebrado en esa ciudad, que dio comienzo el 13 de diciembre en el llamado Prado Catalán. Y en esta misma línea, también es probable que Robert acompañara a Rubau, en el viaje que éste hizo a Madrid el 16 de diciembre, para acudir al entierro de un militar republicano miembro de la colonia catalana de la capital. Esto explicaría, entre otras cosas, porqué aparece José Rubau en aquella foto del grupo fundacional madrileño, tomada en casa de Morago la mañana del 22 de diciembre.
..hasta su muerte (José Rubau) conservó cariño al organismo. Guardando fotografías de grupos de Valladolid y de otras poblaciones, en que él aparecía como organizador, con varios heroicos compañeros. Asimismo, de estas fotografías mandó hacer tapices o cartones para tapices que regaló a la Casa del Pueblo…”14.
Apuntala la tesis de que Robert hubiera viajado con Rubau a Madrid, no solo el hecho de que no le volvemos a situar en Barcelona hasta el 2 de enero de 1869, sino que aparece varias veces citado en las notas de viaje de Elías Reclus, siempre en el mes de diciembre, y siempre de forma indirecta. Como cuando alude a una caricatura de la ejecución de Monti y Tognetti aparecida en Gil Blas en su número del 18 de diciembre, o cuando alude a la asistencia ..con los compañeros a la representación de Chivatón en la selva encantada, popular pieza de teatro de marionetas de carácter satírico-religioso que se ponía en escena desde años atrás en Madrid cada 24 de diciembre, cuyo autor había sido Robert.
Sin embargo, sí lo nombró de forma expresa y elogiosa en uno de los primeros artículos que enviara a la prensa francesa.
…en Barcelona aparecieron El Cohete, redactado por Roberto Robert, de la escuela de nuestro Charivari, un escritor original y espiritual, un patriota tan valiente como sensato..”15
Con estos indicios, sabemos que en el caso de haberse trasladado a Madrid, Robert se hubiera alojado en el mismo lugar en la que vivía desde años atrás, la FONDA DE BARCELONA de la sombría calle de la Abada, nº 12. Estratégicamente situada en el viejo Madrid, era bastante popular entre funcionarios e intelectuales forasteros, y especialmente entre los catalanes. También se hospedaba allí José Anselmo Clavé durante sus estancias en la capital, y cuentan que, tras volver del exilio en enero de 1869, se dejaba caer todas las noches Francisco Pi y Margall.
..Anoche se reunieron sesenta y tantos periodistas en la fonda de la Perla, representando á gran número de periódicos de Madrid y provincias y algunos del extranjero [..] Asistieron también como periodistas los diputados de las Constituyentes señores Balaguer, Llano y Persi, Carrasco, Robert y Castelar..”16
2_Calle de la Abada_1917
Candidata idónea, la Fonda de Barcelona ofrecía alojamiento a unos precios ajustados a los que describe Fanelli en su carta, y se sitúa en el mismo entorno urbano donde estaban la sede del Fomento de las Artes, la casa y el taller de Julio Rubau o el de Morago; e incluso del Café de la Luna, que fue donde se celebraron algunas reuniones de Fanelli con algunos veteranos de la barricada y la conspiración.
Uno de aquellos grupos de curtidos luchadores con los que debió reunirse Fanelli fue el llamado Club de los Hijos de Padilla, agrupación heterogénea de ex-deportados y habituales de la cárcel de El Saladero, quienes se constituían ahora como club republicano tras años de maquinaciones en la sombra. Se da el caso que se habían constituido formalmente a finales de octubre de 1868, tras una asamblea celebrada precisamente en la Fonda de Barcelona, y que su presidente era el proscrito republicano Luis Blanc y Navarro [1834-1887], escritor aragonés afincado en Madrid desde 1853, que había sido uno de los fundadores del Fomento de las Artes y miembro del Orfeón Matritense.
La redacción acogió afable y solícita al amigo de Bakunin y de Garibaldi, y procuró atenderle, poniéndole en relaciones con los elementos obreros y populares del federalismo que más se significaban por lo levantiscos, resueltos, agitados, perturbadores y descontentadizos, todos ellos, en verdad, hombres que hablan peleado y también sufrido persecuciones..”17.
Determinada la importancia que pudieron tener algunos federales catalanes a la hora de orientar los primeros pasos de Fanelli en Madrid, buscaremos el hospedaje de Reclus y Rey, que eligieron un sitio distinto pero no demasiado lejos de Fanellí, concretamente en la FONDA PENINSULAR situada en el nº 6 de la calle de Alcalá, donde los precios eran bastante superiores y el tipo de huéspedes bastante diferente; aunque éste no sería el único sitio donde se alojarían, ya que…
..Muchos diputados de Andalucía han alquilado un piso en común y han tenido la gentileza de admitirme en su falansterio..”18
Desgraciadamente no sabemos nada del escondrijo de Mechnikov, que quizás optara por el Hotel de París ya que venía suplantando la identidad de un famoso escritor ruso, Pedro Boborykine. Por contra sí tenemos localizado el de Alfredo Naquet, quien llegó tras la marcha de Fanelli, Rey y Reclus, y evitó sitios tan expuestos como la Fonda de Barcelona o la Fonda Peninsular.
Lo cierto es que Naquet prefirió hospedarse en la calle del Lobo, a la altura del nº 10, que bien pudiera corresponder a la casa de huéspedes -de 5ª clase- que había en la planta principal, o alguna habitación particular situada frente a dicho inmueble. Entre las razones para escoger aquel rincón de la ciudad, sabemos que allí estaban algunos de los clubs más radicales y se hallaban en las inmediaciones numerosas imprentas o redacciones de periódicos. Sin embargo, pensamos que la principal razón fue su proximidad a la Estación de Ferrocarril, ya que su misión sería la de hacer de enlace entre la Junta revolucionaria de Madrid y las del sur de la península. Además, en esta zona no había tanta policía, ni podías sufrir una emboscada como le pasó a Mechnikov o Saverio Friscia.
Anoche á las diez y media transitaban por la calle de la Abada tres vecinos muy conocidos en Madrid por su carácter pacífico y su condición honradísima, cuando de repente se vieron atacados por la partida de la Porra [..] los ciudadanos Somolinos, Moratilla y Ulibarri ..”19
Para finalizar, deberemos constatar que, al igual que sucediera con Elías Reclus, que fue acogido en casas de republicanos de Gerona, Valencia, Cádiz…, así mismo pudo haber pasado en la capital. Así, es probable que Reclus, gran interesado en la etno-botánica, o incluso el aliancista italiano Saverio Friscia, prestigioso médico homeópata, hubieran visitado la rebotica de CESÁREO MARTÍN SOMOLINOS [1827-1878], miembro del Comité Central Republicano de Madrid, que además de ser buen amigo de Pi y Margall, era uno de los pioneros de la homeopatía, habiendo sido premiado en un certamen científico en Francia, en el verano de 1867.
..Paseando por la calle de Dulce (Infantas), por la de HortaIeza o por la de Fuencarral se comprende la evolución de Nicolás Rivero, que es incomprensible en cualquiera otra parte. Frente a esas casas de ladrillos mal pintados no se encuentra tan extraño que se haya querido hacer de Madrid la capital de una monarquía republicana o de una república monárquica.”20.
Situada en el nº 26 de la calle de Las Infantas, aquella no era una cualquier farmacia, ya que en su trastienda se habían celebrado reuniones clandestinas en los años anteriores; incluso se había convertido en la sede de la Junta revolucionaria del distrito de Buenavista tras la revolución de septiembre.
Sin embargo, debemos fijar nuestra atención en el nº 7 de la misma calle, esquina con la de Hortaleza y frente al viejo Café de Bilbao. Allí tenía, el bueno de Somolinos, otra herboristería en la que también se ofrecían habitaciones; pero la encargada de esta tienda, la viuda Tomasa Berzuz, sería asesinada allí mismo en junio de 1869, a manos de un cuñado recién salido de prisión.
“Queremos que se sostenga el derecho de insurrección, sin el cual no estaríamos aquí. Si no lo aceptáramos, cortaríamos el árbol de la Revolución por su raíz y condenaríamos todo lo hecho desde septiembre…”21
Aunque este croquis no dé para averiguar el secreto de los grandes organismos sociales, podemos extraer la conclusión de que algunos federales defensores del derecho a la insurrección, miembros de la colonia catalana de Madrid, fueron un elemento clave de la toponimia revolucionaria de la capital en las décadas centrales del siglo XIX.
Verdaderos artesanos de la barricada y la conspiración, sin ellos no hubiera sido posible expulsar a los Borbones del trono en septiembre de 1868 y, como hemos leído, sin los internacionales catalanes de Madrid no es posible entender el recorrido geográfico de los emisarios aliancistas, encargados de fundar las primeras secciones de la AIT en España, hace ahora 150 años.
Alacant Obrera
NOTAS:
L’ASSOCIATION 10-06-1866. Desde 1865 solían reunirse en el Café de los Catalanes de la plaza del Carmen; aunque iban también alCafé de La Montaña, apelativo carbonario del Café Imperial -en los bajos del Hotel de París y que vemos en la imagen adjunta-, donde se montaba una tertulia llamada La Antesala del Saladero. Desde principios de 1869, los federales catalanes se agruparían en el Club de la Montaña, con José Guisasola como presidente y José Rubau vicepresidente, fijando sede en el nº 30 de la calle del Limón. También, Pich: Juntas, tertulias y conspiración en la crisis del régimen isabelino. El caso de la ciudad de Barcelona, 1867-1868. Hispania, LXIV/2, núm. 217 (2004) pp. 689-710.
CARTA de Bakunin a Gambuzzi, 10 de noviembre de 1868, en Nettlau: Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España [1868-1873]. La Piqueta, Madrid, 1977, p. 14. Dejamos fuera la Fonda de Los Leones de la calle Preciados, punto de reunión de los federales, por estar cerrada en el otoño de 1868 y no ser re-inaugurada hasta 1871, ya en la plaza del Carmen.
NETTLAU: Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España. Ob. Cit, p. 21. Rubau viajaba por Cataluña como agente de seguros, cuando fue detenido en Ulldecona en el otoño de 1867 y llegó a pasar 35 días incomunicado. Trasladado luego a Cádiz, fue deportado a Filipinas, de donde no regresaría hasta mediados de 1868, pasando a residir en Burdeos. También, La Igualdad 16-12-1868; El Programa-Sant Feliu 22-02-1913; Las Dominicales 27-10-1898.
CARTA de Bakunin a su camarada Carlos Gambuzzi, del 2 de noviembre de 1868, en Nettlau: Bakunin e l’Internazionale in Italia dal 1864 al 1872. Edizione del Risveglio, Ginebra, 1928, p. 149Tras darse cuenta que el hotel designado no existía, Reclus, Rey -y luego Fanelli- se alojaron en la Fonda Nueva del Universo, en el nº 28 de la calle de la Boquería, que por cierto era el mismo inmueble donde vivía entonces José Rubau. También, La República 13-10-1888.
CARTA de Fanelli al dtor. de La Igualdad, del 29 de noviembre de 1868, en Reclus: Impresiones de un viaje por España en tiempos de Revolución. Pepitas de calabaza, Logroño, 2007, pp. 310-311. Antes de integrar la Junta Central Republicana, marzo de 1869, Morago había sido miliciano de un batallón republicano; Lorenzo lo describe así, ..“traje negro, la corbata tricolor, destacándose sobre el chaleco blanco, y aun el sombrero, que parece una teja de ala corta, (le) dan cierto aspecto de Capellán castrense..”, Morato: La Libertad-Madrid 25-12-1927. También, La Época 18-03-1869.
MORATO: La Libertad 07-08-1927. Joarizti prestaba su casa para las reuniones del grupo Antón Martín, y a también fue miembro de la Junta provisional y Gobernador interino, ..“Una causa para ser santa ante los hombres, necesita mártires; tanto mayor es su poder y su prestigio, cuanto mas extensa la lista de los que por ella sufren..”, Joarizti, en Freixa: La mejor de lo mejor, gran repertorio de máximas, sentencias y pensamientos, políticos, filosóficos y morales. Lérida, Rauret, 1860, p. 137. Ver, Bermejo: Historia de la interinidad y guerra civil de España desde 1868. R. Labajos, Madrid, 1876, V.1, pp. 449-451. También, La Correspondencia de España 30-09-1868; La Esfera 08-02-1930; Le XIX Siecle 27-04-1906; The Newspaper Press 01-05-1869.
CASTROVIDO: La Voz 23-07-1930. La Federación Madrileña sería fundada a finales de 1869 tras algunas reuniones privadas en una casa en la calle de La Cabeza; quizás en el nº 20, donde antes estaba el Casino Artístico Popular; y con los años tendría su local el Círculo de Trabajadores, 1892. La primera sede fue el 4ª piso del nº 16 de la calle del Calvario; aunque luego se trasladaron al 2º piso del nº 2 de la Cuesta de Santo Domingo, inmueble alquilado que daba a la plazuela homónima, desaparecido a principios del siglo XX.
MORATO: El Partido Socialista Obrero. Biblioteca Saavedra Fajardo de Pensamiento Político Hispánico, 2012, p. 38. Robert y Joarizti habían conspirado sotto voce en las tertulias del Café Suizo de Barcelona antes del pronunciamiento del verano de 1867, y los dos hubieron de exiliarse. Luego, Robert integró la Junta revolucionaria clandestina -con Tutau, Almirall, Monturiol y Pellicer- que seguía reuniéndose en el Suizo desde principios de 1868, a pesar de la policía. Tras revolución, Robert y Joarizti serían concejales de Barcelona y Madrid, siendo luego elegidos los dos por la circunscripción de Manresa, febrero de 1869.
El PALMESANO 16-04-1857. Robert tradujo del francés a Federico Bastiat, por lo que seguro conoció en Barcelona al tintorero aliancista Benito Malon ya que había vertido al francés a ese autor. Malon también era seguidor de Proudhon y miembro de las sociedades secretas parisinas, ..“La causa contra éste [Tresserra], Robert, Lozano, Javier Ramírez y los demás individuos de la Choza sorprendidos en la Plaza Mayor, duró largo tiempo, y no terminó sino por una amnistía amplia dada en 1860”, Díaz y Pérez: La Francmasonería española. Ricardo Fe, Madrid, 1894, p. 478. También, La Tierra-Cartagena 13-05-1928.
10 El CONTEMPORÁNEO 21-06-1863. En esta expedición participó un amigo de Robert, Sebastián Puigbonet, presidente de Los Amigos Tintoreros, coral de estudiantes y dependientes fundada en 1853; y quizás vivieran también Antonio Marsal o los hermanos Rubau; casi seguro Julio, ya que se estableció en Madrid desde 1863; ..“En la escena se presentan vestidos de negro, muchos de frac, de levita otros, guantes claros y chaleco blanco. Uno de ellos, colocado en el centro del coro, sostiene un estandarte morado con los atributos de la música..”, El Contemporáneo 21-06-1863. También, Lida: Anarquismo y revolución en la España del XIX. Ed. Siglo XXI, 1972, p.141.
11 El OBRERO 08-01-1865. El director, José Flores Laguna [1817-1888], presentó algún trabajo de investigación musical en la exposición universal de París del verano de 1867. Ver, Cantata al 2 de mayo de 1808 dedicada al Ayuntamiento de Madrid en 1869, colaboración entre Flores Laguna y Luis Blanc. También, Villacorta: Teoría y práctica del obrerismo democrático: El Fomento de las Artes [1847-1876]; en Madrid en la Sociedad del siglo XIX. Vol. II. Madrid, Comunidad de Madrid, Consejería Cultura, Alfoz, 1986.
12 RODRÍGUEZ Solis: El País 06-12-1917. Demasiado cara para Fanelli, sin embargo era justo en la Fonda Española donde solían reunirse los socios del Orfeón Matritense desde octubre de 1868; luego pasarón a la calle Mesón de Paredes, 27, siendo su secretario el aliancista Felipè Martín. Ver, Rubio: Historia filosófica de la revolución española. Madrid, Guijarro, 1869, pp. 364-368.También, La Correspondencia de España 10-10-1868; Boletín Revolucionario de la Provincia de Barcelona 16-10-1868; La Igualdad 05-05-1869; La Época 03-03-1898.
13 ROBERT: Los Cachivaches de Antaño. J.E. Morote, Madrid, 1869, p. 260. Tras llegar a Barcelona, Elías encontró a otros antiguos suscriptores de l’Association; sobre todo al economista y cooperativista Juan Tutau, vicepresidente de la Junta revolucionaria. Tutau había estado varias veces exiliado en Perpiñán, la última vez en el verano de 1867, cuando era miembro de la junta del Ateneo Obrero. También, La Revolución-Alicante 01-11-1868; La Discusión 19-11-1868; El Eco de Igualada 19-11-1868; La Prensa Libre 30-10-1868; El Trabajo 01-04-1930.
14 MORATO: José Rubaudonadeu, La Libertad-Madrid 22-02-1929. Se le atribuye participación en la fundación de otra sección en Valladolid, y de organizar una asamblea en el Club Republicano Democrático Federal de Sevilla el 22 de abril de 1869, de donde saldría el núcleo de la AIT local. Cabe añadir que la fotografía de Madrid pudo ser tomada por el propio Rubau, que se aficionaría a este arte. También, La Discusión 17-12-1868; La Independencia Española 21-04-1873; La Unión Democrática 25-10-1914.
15 RECLUS: La Revue Politique 07-11-1868, en Reclus: Impresiones de un viaje por España. Ob. Cit, p. 243. Tras un primer paso de Fanelli por Barcelona, fugaz e infructuoso en términos orgánicos, sería al volver en febrero de 1869, tras su estancia en Madrid, cuando se fundaría el núcleo provisional, tras unas reuniones en el taller artístico de José Luis Pellicer, primer presidente de la AIT y amigo de Robert.
16 CRÓNICA de Cataluña 09-03-1869. En el nº 3 de la calle de la Abada vivía el republicano francés Luis Caussanel [1820-1871], exiliado en España desde 1853, y que un par de años después gestionaba el traspaso del Café del Comercio, luego de Lisboa, de la calle de la Aduana; donde se reunió Fanelli con los obreros madrileños.
17 La VOZ 23-03-1923. En esta misma fonda se celebraría en marzo de 1878, una asamblea para formar el Partido Socialista. Lo curioso es que Robert había sido, en marzo de 1870, uno de los iniciadores de la Asociación Cooperativa de Tipógrafos e Impresores, La Guttemberg, dividida desde junio de 1871 frente a la opción de sumarse a la Federación Madrileña; lo que desembocó en una escisión en noviembre, apareciendo la celebérrima cooperativa Asociación del Arte de Imprimir. También, La Correspondencia de España 30-10, 12-12-1868, 13-03-1870; Gil Blas 13, 17 y 24-03-1870; La Nación 06-06-1871; Heraldo de Madrid 26-08-1908; El Pueblo-Valencia 30-08-1927.
18 NOTA del 12 de febrero de 1869, en Reclus: Impresiones de un viaje por España. Ob. Cit, p. 225. En los bajos de la Fonda Peninsular estaba el Café Internacional -luego Café de Madrid-, que solía acoger tertulias políticas, entre ellas la que formaron en los primeros meses de la revolución Garrido, Estevanez, Tresserra, Rubau, Joarizti ..¿y Robert?. Él mismo sería uno de los oradores, junto a Gomis, Lostau y Morago, del acto de apoyo a La Común organizado allí por la Federación Madrileña, el 2 de mayo de 1871. También, Nota del 11 diciembre de 1868, en Reclus: Impresiones de un viaje por España. Ob. Cit, p. 137.
19 El COMBATE 07-12-1870. Cerca de allí estaba el Club de Antón Martín, y en el nº 29 de la calle del Lobo, hoy de Echegaray, estaba el Club del Congreso, inaugurado en el verano de 1869. Destacó por ser uno de los primeros en admitir a mujeres en su tribuna, y por contar con militantes como Estevánez, Quiñones, Salvochea o Vicente Galiana. Fue clausurado en diciembre de 1870.
20 NOTA del 18 diciembre de 1868, en Reclus: Impresiones de un viaje por España. Ob. Cit, pp. 160-161. Doctorado en Farmacia en junio de 1869, Somolinos sería nombrado Consejero de Sanidad en 1873, presentando una proposición de ley pidiendo la abolición de los títulos universitarios y la promulgación de la libertad de Enseñanza que permitiera ejercer sin titulación oficial.
21 DECLARACIONES del diputado federal catalán Gonzalo Serraclara en el Congreso, sesión del 3 marzo de 1869. Allí pudo haber estado el periodista y militar mexicano Riva Palacio, quien dijo haberse alojado en esa calle en diciembre de 1870.

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Posted: 30 Dec 2018 09:55 AM PST
proudhonEn su pesimista, pero bien documentada obra, George Woodcock1 señala que el Marqués de Condorcet «ya adelantó, cuando se ocultaba de los jacobinos, la idea de mutualidad, que habría sido uno de los dos pilares en que se asentó el anarquismo proudhoniano». El otro fue el federalismo.
Puede que para su idea fundamental, Proudhon, se basara en las enseñanzas del científico francés que fue víctima de la Revolución de 1789, pero parece mucho más probable que lo hiciera en lo que aprendió de los obreros de Lyon, con quienes convivió durante una fase larga de su vida y que le facilitaron todo el material que nuestro filósofo precisaría para la estructura de su idea matriz.
A su vez, el mutualismo no tiene su origen en Lyon sino en Rouen, como muy sesudamente fue estudiado por Fernand Rude en Le Role de P. Charnier, fondateur du Mutualisme a Rouen y en Le Mouvement ouvrier a Lyon de 1827 a 18322 y de él arranca el movimiento sindicalista francés, mayormente organizado con un sorprendente anonimato a pesar de que destacaron figuras como las de CharnierBernardBouvery entre otras.
«La historia del mutualismo –dice también Ansart–, daba a Proudhon un ejemplo notable de la espontaneidad que él atribuía a la práctica organizativa de la clase obreras. Los orígenes del mutualismo muestran, en efecto, que ese movimiento tenía sus raíces históricas en tradiciones anteriores a la Revolución. Se advierte, además, que en el espíritu de su fundador, Pierre Charnier, pervivían modelos de asociaciones constituidas antes del advenimiento de la gran industria. Muestran, también, qué poco debe esta asociación a los reformadores sociales. Entre los  motivos que lo condujeron a sugerir una reunión de los jefes de taller, Charnier no cita la lectura de FourierSaint-Simón o Owen, autores que, sin duda, desconocía en 1825, cuando empezó a concebir su plan simbólico, cita en cambio las dificultades económicas existentes y la necesidad de asociarse. Como afirmará Proudhon en Capacidad política de la clase obrera, «los productores no necesitaron maestros para inventar las formas sociales de la mutualidad».3
Se equivoca, pues, Gastón Leval cuando afirma que «Proudhon ha creado la teoría del mutualismo»,4 paternidad, además, que Proudhon nunca se arrogara. Este se valió de la experiencia directa y cotidiana de los trabajadores para confeccionar un edificio sólido, consistente, reforzado por una crítica demoledora de la sociedad paleocapitalista y una visión promisora de un futuro de bienestar y justicia para el ser humano. Por el contrario, Gastón Leval está en lo cierto cuando añade que «En el orden económico, el mutualismo ha sido la primera escuela del anarquismo, y mutualistas eran los proudhonianos de la Primera Internacional…».5
Esto nos llega ratificado igualmente por Nicolás Walter: «El tipo de anarquismo que aparece cuando los individuos comienzan a poner sus ideas en práctica es el mutualismo. Es la idea que, en lugar de contar con el Estado, señala que la sociedad debería estar organizada por individuos que concluirían entre ellos acuerdos voluntarios sobre una base de igualdad y de reciprocidad. El mutualismo es un aspecto de toda asociación que sea más que instintiva y menos que oficial, y no es necesariamente anarquista. Pero ha sido históricamente importante para el desarrollo del anarquismo, y casi todas las proposiciones anarquistas que tienden hacia la reorganización de la sociedad han sido, esencialmente, mutuales…».6
El mutualismo significa para Proudhon algo de mucha mayor proyección que la concebida por Charnier y será una idea que irá estructurando a lo largo de su vida hasta alcanzar las proporciones que logra en su obra póstuma, La capacidad política de la clase obrera.
Cuando Proudhon está trabajando en Lyon con los hermanos Gauthier, amigos de escuela y de infancia, en un negocio de transporte fluvial, comienza a descubrir las bondades del mutualismo que asoman, en el comienzo, bastante confusas. Proudhon ve, en primer lugar, cómo la plusvalía se divide en partes tan desiguales entre el capital y el trabajo. En 1843 le dirá a su corresponsal M. Maurice que «el efecto del progreso industrial, así como el de la libre concurrencia es el de hacer bajar sobre todos los puntos los beneficios hasta concurrir con el precio del trabajo. Estamos alcanzando el momento en el cual los grandes capitales sólo servirán, en el comercio, para asegurar el empleo, del cual, como le señalo, todo el ingreso pasará a ser el precio del trabajo personal…».7 El lector verá, dicho sea de paso, la imagen fiel contemporánea que, a través de la participación, ya bastante generalizada, de los trabajadores en las ventajas y prerrogativas de la industria y el comercio, se manifiesta en nuestros días. Bajo un punto de vista estrictamente revolucionario ya asiendo, prácticamente, el deslinde del milenio, estamos frente a una solución reformista que, además, no soluciona más que casos particulares para colectividades restringidas.
Para las circunstancias proudhonianas, en 1850, el enfoque exigía, con toda seguridad, otras perspectivas: «En la década de 1850 –escribe Cole–, su evangelio del mutualismo se adaptaba mucho mejor a las condiciones restrictivas del Segundo Imperio que cualquier otra forma de evangelio socialista; y el movimiento obrero francés renovado, basado sobre todo en mutualidad o sociedades de amigos de los varios oficios creció principalmente bajo el influjo de Proudhon».8 Tocaba a los pensadores sociales más cercanos a nosotros el hallar nuevas fórmulas para la manumisión de los explotados y de ahí que, incluso en el seno del mismo anarquismo organizado, el mutualismo fuera rebasado después y a partir, sobre todo, de Bakunin, que lo erosionó en el seno de la Primera Internacional en favor del colectivismo.
«Subrayemos –dirá Gastón leval, sin embargo– que Proudhon ha tenido algunos continuadores. Gustav Landauerera proudhoniano. Ciertos individualistas lo fueron. Recordamos entre ellos a Pierre Chardon, que murió durante la guerra –no en la guerra– de 1914-1918. Hoy este concepto de la retribución personal seduce todavía a algunos de ellos. Pues puede concebirse el mutualismo como un socialismo individualista en el cual, incluso cuando hay asociación, el objetivo es meramente de satisfacción personal, en el sentido estrecho de la palabra».9 Este egoísmo no encaja, naturalmente, en el enfoque proudhoniano, donde solidaridad y federalismo controlan los efectos que podrían estimarse como nocivos de aquél. Ya en la cárcel, cuando el mensaje mutualista contenido en La capacidad política de la clase obrera» todavía debía esperar tres lustros para que se publicara, Proudhon escribía en Las confesiones de un revolucionario: «La solidaridad, si no se basa en otra cosa que en la mutualidad, es la negación de la libertad individual: es el comunismo, el gobierno del hombre por el hombre. Si tiene por fundamento la mutualidad, no tiene nada que hacer con la comandita del Estado; no tiene siquiera necesidad de asociación…».
«Siempre la solidaridad comunista –dirá más adelante– en lugar de la solidaridad mutualista; siempre el gobierno del hombre por el hombre, siempre la servidumbre.» 10
En cuanto al federalismo y su afinidad con el mutualismo lo expresa Proudhon en síntesis perfecta más tarde: «Así, en la esfera política, lo que hemos llamado hasta aquí mutualismo o garantismo, toma el nombre de federalismo. En una simple sinonimia tenemos la revolución entera, la revolución política y económica».11
Hay error craso, pues se desestima uno de los dos pilares del anarquismo proudhoniano, como lo denomina Woodcock. Un planteamiento económico que se ve respaldado por un exponente tan humanista como el solidario y otro tan universalista como el federalismo no puede ser ni egoísta ni injusto. Si el mutualismo ha sido rebasado por los tiempos actuales las causas deberán buscarse, sobre todo, en la evolución de la ciencia, de la tecnología, la desaparición del taller, la presencia de las multinacionales y toda una gama de incidencias que a mediados del siglo XIX eran incipientes o, simplemente, no existían.
Hay, indiscutiblemente, un progreso social entre el colectivismo bakuniniano y el mutualismo de Proudhon, pero no debemos perder de vista que fue necesaria la presencia de Kropotkin y el comunismo libertario para superar el egoísta concepto de «a cada cual de acuerdo con su trabajo» y abrazar el de «a cada uno de acuerdo con sus necesidades, cada cual de acuerdo con su capacidad». La sociología anarquista es dinámica, no es estática y su dinamismo tiende a ir limando todo atisbo de autoridad, de explotación, de insolidaridad, de inhumanidad. Las generaciones futuras hallarán, posiblemente, que también el pensamiento kropotkiniano reclama buena cantidad de retoques.12
Proudhon nos define el mutualismo: «la palabra mutual, mutualidad, mutuo –que tiene por sinónimo recíproco y reciprocidad–, viene del latín mutuum, que significa préstamo (de cosa fungible) y, en un sentido más lato, cambio. Es sabido que en el
préstamo de cosa fungible, el objeto prestado es consumido por el mutuatario, que no devuelve sino su equivalente, ya en la misma especie, ya bajo cualquier otra forma. Supóngase que el mutuante pase a ser, a su vez, mutuatario, y se tendrá un préstamo mutuo, y por consecuencia, un cambio. Tal es el lazo lógico que ha hecho que se dé el mismo nombre a dos operaciones distintas. Nada más elemental que esta noción; por lo tanto, no insistiré más en su parte lógica y gramatical. Lo que nos interesa es saber cómo sobre esa idea de mutualidad, de reciprocidad y de cambio, de justicia –que sustituye a las de autoridad, comunidad o caridad–, se ha construido en política y en economía un sistema de relaciones que tiende, nada menos, a cambiar de arriba a abajo el orden social».13
Proudhon añade que lo antagónico al mutualismo es «la relación del hombre y del ciudadano con la sociedad y el Estado», es decir, una relación de subordinación. La organización autoritaria, en fin. Frente a ella se encaran los partidarios de la libertad individual que conciben la sociedad como un sistema de «equilibrio entre fuerzas libres», el cual funcionará porque cada uno gozará de sus derechos a cambio de cumplir con sus deberes. «En consecuencia, [un] sistema esencialmente igualitario y liberal, que excluye toda excepción de fortunas, de rango y de clases».14
«De esas premisas deducen una organización basada sobre la más vasta escala del principio mutualista. Servicio por servicio, producto por producto, préstamo por préstamo, seguro por seguro, crédito por crédito, caución por caución, garantía por garantía; tal es la ley. Es el antiguo talión –ojo por ojo, diente por diente, vida por vida– vuelto en cierto modo al revés y trasladado del derecho criminal y de las atroces prácticas de la vendetta al derecho económico, a las obras del trabajo y a los buenos oficios de la libre fraternidad».15
Nos hallamos ante una sociedad sin Estado. una sociedad anarquista, que tiene todavía muchas imperfecciones. Citar la Ley del Talión como punto de referencia implica, obviamente, que los anarquistas que han seguido a Proudhon han tenido que limar duro, procurando reemplazar justicia por bondad. Se nos ocurre pensar en el Pentateuco y el Nuevo Testamento que superó, con el Sermón de la Montaña, la rígida de la frígida justicia de Moisés. Para Proudhon la justicia tenía prioridad sobre la bondad. Su ley de la selva era mucho más drástica que la de los días actuales.
Pero la brecha estaba abierta y el anarquismo tenía paso franco. El mutualismo, en tanto que sociedad que puede y quiere prescindir del Estado, era ofrecido al trabajador sobre una base mucho más amplia y mejor estructurada que la que conocieron los obreros, de Lyon y de Rouen.
Habiendo, por otra parte, apuntalado el mutualismo con la solidaridad y el federalismo. como ya ha ido señalado, el aporte proudhoniano tiene que recibir el espaldarazo del socialismo antiestatal: «la idea de mutualismo conduce a consecuencias prodigiosas, entre ellas a la de la unidad social del género humano…». Al contrario de lo que se han propuesto todos los Estados a través de la historia, desde «las cuatro monarquías anunciadas por Daniel» hasta el catolicismo evangélico pasando por los romanos, Alejandro y todos los emperadores del orbe… «Ahora bien, lo que no han podido ni el poder de los grandes imperios ni el celo de la religión tiende a conseguirlo la lógica del mutualismo. Y como esta lógica procede de abajo a arriba, empezando por las clases explotadas y tomando la sociedad al revés, se puede prever y esperar que lo consiga».16
Proudhon, como es de esperar, participa de la embriaguez de todos aquellos revolucionarios que, hasta la primera gran guerra, consideraban posible la revolución a corto término. y ello debido a que, por otra parte, sólo admitían en el ser humano una marcha ascendente, progresista.
«Los comunistas libertarios –señala Daniel Guerin– reprochan al mutualismo de Proudhon y al colectivismo, más consciente, de Bakunin, el no haber querido establecer de antemano en qué forma se retribuiría el trabajo en un régimen socialista. Quienes así los critican, parecen olvidar que ambos fundadores del anarquismo no deseaban encuadrar prematuramente a la sociedad dentro de rígidos límites».17
Y que, habría que añadir, la escala de valor de nuestros ideólogos distaba mucho de ser la misma de medio siglo más tarde, cuando el auge kropotkiniano era arrollador. Para Proudhon existía un objetivo primordial y era el de la eliminación del Estado en el seno del mundo de la producción. Del Estado y su sinónimo máximo, la autoridad. Sus resabios campesinos, por otra parte, lo aferran a la tenencia de la tierra que todo cultivador desea como propia. Su alergia al comunismo, precisamente, parte de la intromisión de los sociólogos de ciudad, como Marx y Engels, en los asuntos del campo del que nada conocen incluida la idiosincrasia del agricultor: «Quien dice mutualidad dice partición de la tierra, división de propiedades, independencia del trabajo, separación de industrias, especialidad de funciones, responsabilidad individual y colectiva, según se trabaje individualmente o por grupos; reducción al mínimo de los gastos generales, supresión del parasitismo y la miseria. Quien por el contrario dice comunidad, jerarquía, indivisión, dice centralización, multiplicidad de resortes, complicación de máquinas, subordinación de voluntades, pérdida de fuerzas, desarrollo de funciones improductivas, aumento indefinido de gastos generales y, por consecuencia, creación de parasitismo y aumento de la miseria».18
La vehemencia que Proudhon pone en su exposición –por algo escribió que «La imparcialidad es un mito»– es consecuencia directa de que está sumergido en sus propios asuntos, de trabajador e hijo de campesinos, y no analizando fríamente, desde el laboratorio inmunizado, el drama del productor. La marcha del tiempo y no el laboratorio hará que mucho de lo indicado por Proudhon quede relegado a cita histórica bien que, paradójicamente, y como van indicando los exégetas de turno que a Proudhon le salen, su pensamiento continúa siendo fresco y lozano a pesar de los embates del tiempo.
«Al dogma comunista de la unidad –escribe uno de ellos–, opone en todos los dominios, el principio del pluralismo y de la autonomía de los distintos agrupamientos. Proudhon hace tanto hincapié en la necesidad de basar la sociedad en el equilibrio, en el mutualismo y no en la síntesis porque, a su ver, sólo así se podrá crear un sistema socialista que, en lugar de propender a la total unificación social, se proponga establecer la unidad en la diversidad, respetar la independencia en la cooperación. Por ser la cuestión social mucho más compleja de lo que supone la utopía comunista, lo ideal sería conciliar la pluralidad de grupos con la cooperación entre ellos, la independencia de planes y decisiones con las necesidades del intercambio económico. La teoría del mutualismo persigue el claro propósito de evitar la unificación centralizadora y asegurar el mantenimiento de la pluralidad de grupos y de asociaciones de producción.»19
Gastón Leval afirmará por su lado: «Socialismo supone anarquía como anarquía supone socialismo. Mutualismo supone ausencia de gobierno político y de Estado como ausencia de Estado y de gobierno político supone mutualismo».20
Es la jácena maestra del mutualismo proudhoniano, la eliminación del Estado del sistema mutualista, lo que perdura como asidero anarquista. En nuestro hurgar de textos perdemos, a veces, el punto de referencia sin el cual tantas veces nos extraviamos; el hilo de Ariadna que podrá permitirnos el regreso del laberíntico mundo de Proudhon y sus paradójicas antinomias. Esto lo tuvieron en cuenta los teóricos libertarios que consolidaron el cuerpo de doctrina social cimentado por Proudhon. Bakunin reconoció siempre en Proudhon al supremo maestro, y proudhoniano fue el pensamiento de la Primera Internacional, a despecho de Marx, hasta el Congreso de Bruselas en 1868;21 igual sucede con Kropotkin en sus comienzos, antes de que se proclame mayor de edad frente al gigante de Besançon.22 Proudhonistas y mutualistas fueron los primeros atisbos anarquistas en el Jura, en Italia, en España23 y en la propia Alemania, feudo de Marx, Engels, Lasalle, Eccarius y todos los socialistas estatales; el virus proudhoniano prendió fuerte en Weitling, posiblemente por su condición de obrero, que se llevó su bagaje mutualista a Estados Unidos,24 en Rusia donde, como señala G. Gurvitch, «Los primeros soviets rusos han sido organizados (en 1917) por los proudhonianos».
«La mutualidad, o la sociedad mutua, es la justicia, y en justicia, como en religión, no se retrocede»,25 afirma Proudhon. Cierto, el pensamiento social se proyecta cada día más lejos. Puede que el mutualismo no engarce con una sociedad que está ya alcanzando el año 2000. Es innegable, no obstante, en lo que al socialismo libertario
concierne, que éste dispuso de una base sólida para alcanzar puestos más cimeros, en el mutualismo proudhoniano.
NOTAS
  1. George Woodcock, Anarchism, pág. 52-53, f\leridian Books. Cleveland, 1962.
  2. Citado por Edouard Dolléans en Histoire du Momvement Ouvrier» tomo 1, pág. 60 y 72. Estas páginas, las de Rude, amparan la célebre y sangrienta revuelta de los «Canuts» o tejedores de 1832. El mutualismo, que debería ser la doctrina social permitiendo a los trabajadores una revolución pacífica, recibió un bautismo de sangre y fuego, a 40 años tan sólo de la Revolución francesa que puso en evidencia la falacia de la burguesía. Invita todo esto, además, a señalar que, coincidentemente, fueron los trabajadores de Rouen, los precursores del mutualismo, los que motivaron, en carta redactada conjuntamente con algunos obreros parisinos y dirigida a Proudhon, La capacidad política de la clase obrera, en donde el autor desarrolla la totalidad, prácticamente, de su teoría mutualista: «Ustedes me han inspirado esta obra –les dice al comienzo de la misma– y, por ello, les pertenece» (La capacidad…, ya cit. pág. 19).
  3. Pierre Ansart, El nacimiento del anarquismo, págs. 144 y 145. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1973.
  4. y 5. Gastón Leval, «El Constructivismo Proudhoniano», Solidaridad Obrera, París, 14 de febrero de 1953.
  1. Nicolas Walter en «Incitación al Anarquismo», pág. 15, Ruta, n.º 5, Caracas, 1 de Septiembre 1971, Walter es algo renuente en conceder condición libertaria al mutualismo. Lo compara al cooperativismo que «sigue reglas más democráticas que anarquistas», id, id. pág. 16.
  2. «Lettres» ya cit. pág. 50.
  3. «G.D.H. Cole, Historia del pensamiento socialista, ya cit. Vol. 2, pág. 21.
  4. Gastón Leval, «Solidaridad Obrera». Paris, 21 de Febrero de 1953.
  5. Las Confesiones…, ya cit. pág. 201 y 202.
  6. La Capacidad…, ya cit. pág. 150. Antes, pág. 145, en nota suya ya lo señala: «… ese principio, nombrado y definido hace largo tiempo. no es otro que el federativo, sinónimo de mutualidad o garantía reciproca…».
  7. Bakunin, en el Tomo I de sus OeuvresFéderalisme, Socialisme et Antithéologisme de P.V. Stock, 1895, clama por la organización de «una sociedad que, al hacer imposible para cualquier individuo, sea quien sea, la explotación de otro, permita a cada uno participar en la riqueza social –que en realidad no se produce más que por el trabajo– sólo en la medida en que haya contribuido a producirla mediante su propio trabajo».
  8. La capacidad…, ya cit. pág. 62.
  9. id. id. pág. 63.
  10. id. id. pág. 64.
  11. id. id. pág. 67.
  12. Daniel Guerin, El Anarquismo, pág. 60. Proyección. Buenos Aires 1968.
  13. La capacidad…, ya cit. pág. 65.
  14. Pierre Ansart, Sociología de Proudhon, pág. 238. Proyección. Buenos Aires, 1971.
  15. Gastón Leval, Solidaridad Obrera, París, 14 de febrero 1953.
  16. En Bruselas «la influencia proudhoniana es patente aún. Ha tenido que ceder pie en la propiedad individual de la tierra pero está presente en el crédito mutual…» (Víctor García, La Internacional Obrera, ya cit. pág. 71).
  17. La influencia de Proudhon –en el primer folleto que se conoce de Kropotkin. «¿Debemos ocuparnos de examinar los ideales de una sociedad futura?» –aparece en una sugerencia de que los cheques de trabajo han de sustituir al dinero y en la recomendación de fundar cooperativas de productores y de consumidores incluso bajo el régimen zarista» (en Anarchism de George Woodcock, ya cit. pág. 196).
  18. Il Proletario, editada por Niccolo il Savio, de Florencia, primera publicación socialista italiana, era de inspiración proudhoniana. En España, a pesar de que el anarquismo internacional entró con Giuseppe Fanelli, enviado directo de Bakunin, la influencia de Proudhon es, igualmente, innegable. No podía ser de otro modo si pensamos que tuvo como introductor y traductor a Francisco Pi y Margall. Las polémicas en torno a las cooperativas serian el reflejo del enfrentamiento de los dos gigantes del anarquismo: Proudhon y Bakunin. Luego, vinieron las pugnas entre colectivistas y comunistas libertarios, con lo que parece que se le acordó un respiro a Proudhon para que el enfrentamiento tuviera lugar entre bakuninistas y kropotkinianos.
  19. Wilhelm Weitling (1808-1871) era sastre y ejerció gran influencia, tanto en Alemania como en Estados Unidos. Marx también elogió a Weitling en el comienzo, como hiciera con Proudhon antes de la Filosofía de la miseria, para declararlo como enemigo más tarde.
  20. La capacidad…, ya cit. pág. 147.
Víctor García
Publicado en Polémica, n.º 45, abril-mayo 1991

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Posted: 30 Dec 2018 09:46 AM PST
Mini-cortometraje homenaje al sindicato CNT y a tod@s l@s que a dia de hoy siguen/seguimos creyendo en un mundo mejor,en igualdad y respeto para tod@s.
https://www.youtube.com/watch?v=xkI0wDFFeZM
El Bellotero.

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Posted: 30 Dec 2018 09:39 AM PST
Título: "Corazoncitos".
Una nueva historieta visual realizada por el compañero Alfonso "El Seta" de El Seta Producciones.


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Posted: 30 Dec 2018 09:28 AM PST
La Antígona de Sófocles fue una de las tragedias más premiadas y representadas en la Atenas de Pericles. El argumento nos explica que Creonte, regente de la ciudad de Tebas, prohibió que se diera sepultura al cadáver de Polinices, que había muerto atacando su propia ciudad. La hermana de éste, Antígona, desobedeció su orden y le dio sepultura, por lo que fue condenada a muerte. El déspota Creonte desoyó todas las súplicas y peticiones de perdón. Su intransigencia en defensa de una ley estatal injusta, contraria a la piedad y las costumbres más ancestrales del derecho de la familia a enterrar a los suyos, le condujo al desastre. Su hijo Hemón, prometido de Antígona, se suicidó. Luego lo hizo su propia esposa, aunque en el último momento Creonte había reconsiderado su actitud.
La media España de los miserables, que perdió una guerra y fue fusilada, exiliada y humillada hasta el hartazgo, por su ejército, su iglesia, sus amos y los asesinos a sueldo, disfrazados de falangistas o policías, sufre el síndrome de Antígona, porque durante cuarenta años tuvo prohibido enterrar y honrar a sus muertos, y cuando fue la hora de reclamar ese derecho, durante la Transición, renunció, porque el terror de esos cuarenta años aún nos impedía ser libres.
Así nos va, ahora, cuarenta años después de los cuarenta años de franquismo, escarbando por caridad en esta o en aquella fosa común, y con el último timo de una infame ley, llamada de recuperación de la memoria histórica. El rey Creonte enterró viva a Antígona; en España se han muerto de viejos los padres y hermanos de quienes fueron fusilados y echados como perros en las cunetas, con la maldición de Antígona rabiando en sus entrañas.
Hijos y nietos aún han de batallar como jabatos para recuperar los huesos de sus antepasados. Asesinaron y robaron lo que quisieron y se sabían impunes. Que un criminal de guerra, confeso y victorioso, ocupase la Jefatura del Estado durante cuarenta años no se borra fácilmente, y sus secuelas son innumerables y persistentes. Mientras tanto, los jueces españoles, sin barrer la propia casa, se atreven con los criminales de guerra de allende mares y continentes, persiguiendo torturadores y genocidas, discípulos y émulos de sus maestros franquistas. Archiveros de algunas instituciones se otorgan el poder de decidir, a su capricho, qué puede ser consultado. Antígona fue enterrada viva por Creonte y Transición. Ya es demasiado tarde para muchos, pero los nietos siguen en pie. La ignominia continúa, el combate por conocer toda la verdad, también.
Queremos los nombres, todos los nombres: el de los de los asesinados y el de los asesinos. Queremos saber cómo, dónde, cuándo, por qué y quién se enriqueció y/o detentó el poder gracias a tanta muerte, a una represión tan feroz, a tanto dolor.
La Guerra Civil no fue una guerra fratricida, fue una guerra de clases. El franquismo represalió, claro está, a las minorías democráticas, pero sobre todo impuso el terror a una clase obrera derrotada por las armas, vencida.
Y la cruz del Valle de los Caídos ha de ser dinamitada, porque es una cruz impía, porque es una cruz de victoria, porque es la cruz de una cruzada contra el pueblo. Y porque esa cruzada exaltó la cruz de la espada, pero esa cruz era la gamada.
No hay otro remedio al dolor, ni existe otra solución que saberlo todo, por todos los medios, con todas las fosas abiertas, con todos los archivos abiertos, sin traba alguna, con los recursos económicos que sean necesarios. Queremos saberlo todo, queremos todos los nombres, de asesinados y de asesinos, de cómplices y delatores, queremos saber el cómo, dónde, cuándo y por qué de cada muerto. Y sabido todo esto, queremos justicia. De no ser así, nos están enterrando en vida, como hizo Creonte con Antígona.
Agustín Guillamón

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Posted: 30 Dec 2018 09:13 AM PST
Distintas convocatorias en Barcelona, Madrid o Murcia, en todos los casos, el día 31 de diciembre de 2018 y con el objetivo de solidarizarse con las personas presas.
A continuación los carteles de las convocatorias:

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Posted: 29 Dec 2018 01:54 PM PST
CARTA DIRECTA
“La pasividad y la mansedumbre no implican bondad, así como la rebeldía no significa salvajismo”
Emma Goldman
A lxs hijxs de los ricos que rechazan la violencia y esgrimen argumentos pacifistas ante la justicia del pueblo.
A estas personas que, por algún contacto indirecto con nosotras (las personas de abajo), generaron algo de consciencia, se les sugiere que enfoquen toda su capacidad dialógica con su clase social y no con nuestra gente. Este diálogo debe servir para hacerles entender la necesidad de nosotras de abandonar la violencia ejercida desde sus mecanismos de control y represión legal, moralmente aceptada en contra nuestra: deben entender, además, que la violencia se ejerce de muchas formas. Dicho diálogo lo deben realizar con la élite, con sus padres, porque son ellos los causantes de las agresiones en contra nuestra, deben preguntarles por qué es que nuestros actos de inconformidad les causan tanto escozor y por qué nuestra rebeldía es repelida con tanta brutalidad, y, sobretodo, en qué se basan sus supuestos derechos para gobernar y para mantener un régimen de autoridad; un régimen de total humillación y desigualdad. Esas preguntas deberían hacérselas a sus padres antes que preasumir que es el accionar del pueblo una manifestación de violencia y de ignorancia, y no una respuesta a la agresión de su clase socioeconómica.   
Ustedes, hijos de la “gente de bien”, deben entender que las acciones del pueblo son respuesta a las acciones de sus padres, que, en su afán de mantener una estructura social en consonancia con las dinámicas de poder (nunca de libertad y consenso social), violentan, asesinan, imponen sus condiciones y se apropian de los recursos que, por generaciones, han sido forjados por nuestros antepasados en la dinámica de trabajo esclavo: bajo la máxima de “ganarás mi pan con el sudor de tu frente”.
Ustedes, hijxs de la élite y de los privilegios, es bueno que dejen de subestimar la lucha de clases y es bueno que se alejen de su floja visión del pacifismo, una “paz” vestida de colores. ¿Ser pacífico implica ser ciego y silente frente a las actitudes violentas de sus padres hacia la gente trabajadora, hacia nosotras, las personas de abajo? Pues, en nuestra opinión, “paz” significa ecuanimidad, solidaridad entre gentes, soberanía alimentaria, techo digno, educación para la libertad y no para el trabajo, tiempo libre, salud preventiva, entre otras. ¿Puede considerarse que esas aspiraciones son violentas? Ante estas solicitudes el pueblo no tiene posibilidad de ser escuchado pues, a pesar de que sus luchas no estén encaminadas a la confrontación y el daño, la élite siempre las va a asumir como ilegítimas, como una acción que merece una reacción y, ojalá, lo más violenta posible. Esta violencia se ejerce con armamento pagado por la misma gente a la que se maltrata, esa violencia se ejerce con jueces perversos que defienden los intereses de la élite y con cárceles para anular la capacidad de acción, para diezmar la dignidad humana.
La dignidad humana ha sido vedada al pueblo, se ha estratificado y es lujo que no llega a las bases de la pirámide social que se ha creado en un terreno que anteriormente era llano. En un lugar donde todas las personas nos mirábamos de frente, no de abajo para arriba, como ellos quieren que funcione todo, un mundo lleno de jefes y siervos. Esta forma de vivir genera comodidad a su clase social e incomodidad exagerada a la nuestra, que se ve pisoteada a diario en sus lugares de trabajo, en el transporte público, en el hospital, en la escuela, en el juzgado, en la academia militar, en la cárcel.
¿Son acaso injustas nuestras acciones o peticiones? Pues no es así. Las acciones defensivas del pueblo, cansado de la violencia y de la complicidad del estado con la clase dominante no son violentas, son legítimas y se justifican, pues nunca están encaminadas a hacer daño, ni contra los suyos ni contra el agresor; son acciones de dignidad contras las prácticas de dominación y represión de la élite, prácticas maquilladas de “justicia” y “legalidad” en la hipócrita moral autoritaria. Cuando hablamos de responder a sus agresiones nunca pensamos en matar y bombardear, en frustrar frente a un tribunal o en enjaular. Nuestro ideal de respuesta ante las amenazas y la violencia de la élite al poder tiene que ver con la autonomía, con la organización popular, con la autoregulación, con el consenso social y, si es necesario, con el uso de las armas, no para obtener poder, sino para defendernos de él, pura y legítima autodefensa comunitaria, nada parecido con el fenómeno paramilitar que se ha apropiado de este término para maltratar y asesinar al pueblo. Nuestras armas alimentan, dan techo, abren caminos y defienden a la vez al pueblo de los abusos del poder patronal; son machetes, hachas, martillos, garrotes y cuchillos entre puños valientes y gentes dispuestas a dar la vida por la dignidad: pero nunca para dominar, nunca para generar desigualdad o represión. Son armas para libertad de las personas.
Nuestra acción significa violencia para la élite porque irrumpe en sus privilegios, porque intenta derrumbar la idea del jefe, del mandatario, del capo, del dictador; nuestra acción incomoda porque busca derrumbar la desigualdad, la hambruna, la desprotección; nuestra acción incomoda porque busca eliminar la ignorancia, que es el mayor motor de la desigualdad, de la tiranía, pues un pueblo educado es un pueblo libre; nuestra acción incomoda porque no tiene aspiraciones de poder, porque intenta eliminar de la mentalidad humana la idea de “ser gobernado”; nuestra acción incomoda porque es solidaria, colectiva, autónoma, autogestionaria, asamblearia; nuestra acción incomoda a la élite porque grita acción popular, rebeldía y revolución; sabemos que incomodamos y sabemos de qué forma se sienten cómodos sus padres, repeliéndonos con brutalidad estatal, a palos y a bala.
Por estas razones, porque siento justicia en nuestras formas de actuar (en la asamblea, en la huelga, en el tropel) es que me motivo a escribirles estas palabras a ustedes, las personas que pueden estar heredando este sistema de desigualdad, a ustedes, a lxs hijxs de los ricos. 
Bombardeen las mentes de sus padres, incomoden a sus familias, pongan el tema sobre la mesa, lleven nuestra voz al corazón de la cultura de la violencia, recuérdeles las humillaciones que nos hacen a nosotras, las personas que les hemos servido, por generaciones, en sus casas, en las fábricas, en las haciendas, en las calles, que más que “suyas”, deberían ya ser nuestras: pues han sido forjadas a lo largo del tiempo por el sudor de nuestra clase; la clase obrera y  campesina, la clase desposeída. Pero sobre todo, hagan contrastes, decanten actitudes, intenten cambiar las formas interacción con las personas que trabajarán para sus proyectos, no le hagan a otras personas lo que no quieren que le hagan a ustedes, respeten la dignidad, eliminen las aspiraciones de poder, desistan de la adhesión a las élites, no restrinjan la solidaridad a su grupo de afinidad, extiéndanla, y dejen de valorar como desacertados los actos del pueblo cuando busca justicia, dejen de tildarnos de violentos e ignorantes. La pobreza no sólo se manifiesta con la ausencia de bienes materiales, también se manifiesta con la falta de sensibilidad ante la injusticia y desigualdad.
Salud y Rebeldía.
Imprenta Comunera
Los Santos – Santander, 2018.

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