Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- La policía secreta de Trump está librando una guerra contra las ciudades estadounidenses
- [Vídeo] Libro: Anarquistas y marxistas en la Primera Internacional
- Comunicado del compañero del primer turno de la huelga de hambre rotativa contra todo lo que mata a lxs presxs
- [Poema] ¡¡Credo para estos Tiempos Fedientos!!
- [Fanzine] Perú: Del show de la represión, al asesinato justificado de 13 personas en una discoteca tras un operativo policial
- Stuart Christie, el compañero, el amigo
- [Poema] Manipula
- ¡Manos a la pólvora! Solidaridad directa con lxs anarquistas presxs
Posted: 28 Aug 2020 05:38 AM PDT
El 16 de julio, gracias a un reportaje de OPB, la televisión pública de Oregón, se dio a conocer la historia de Mark Pettibone. Cuando Pettibone se estaba yendo de una manifestación -que la OPB describió como tranquila-, le advirtieron de que había hombres vestidos de camuflaje que estaban llevándose a manifestantes en vehículos de incógnito. Poco después, cuatro o cinco hombres de camuflaje empujaron al propio Pettibone a un vehículo y se lo llevaron.
Para aquellos/as familiarizados/as con lo que estaba ocurriendo en Portland, nada de esto era nuevo. A principios de mes, Trump había desplegado a los Marshalls y las Patrullas Fronterizas de EEUU (ambos cuerpos dependientes del Departamento de Seguridad Nacional), supuestamente para proteger los juzgados de pequeños actos de vandalismo. En realidad, estaban allí para reprimir las protestas. Ya había habido noticias, e incluso un escalofriante video, de hombres de camuflaje secuestrando a manifestantes en las calles. A pesar de que en los uniformes se podía leer la palabra «policía», los hombres no indicaron en ningún momento para qué cuerpo trabajaban.
La historia de Pettibone ayudó a dar a conocer la aterradora situación de Portland a nivel nacional. La expresión «policía secreta de Trump» empezó a ser usada no solo entre activistas, sino también por parte de algunos/as senadores/as.
Lejos de avergonzarse, la reacción pública de Trump, miembros de su Administración y algunos medios de comunicación de la derecha fue la de excusar la criminalidad policial y elogiar abiertamente las tácticas empleadas. Quizá lo más inquietante es que lo defendieron como un modelo exportable a otras ciudades.
La policía secreta de Trump
Las amenazas se volvieron ciertas el 22 de julio, cuando Trump anunció que la policía federal se dirigiría a Chicago (Illinois) y Albuquerque (Nuevo México).
A diferencia de los despliegues de Portland, ordenados bajo el pretexto de defender los juzgados y edificios federales, estos últimos formaron parte de la estrategia más amplia de Trump de pintar las ciudades como plagadas de delincuencia y justificar así la intervención federal. Los despliegues son una extensión de la «Operación Legend», una iniciativa del Departamento de Justicia liderada por el Fiscal General William Barr para enviar policía federal a ayudar a la policía local en la lucha contra una supuesta «repentina oleada de delitos violentos». El programa ya está en marcha en Kansas City (Missouri), donde lleva el nombre de LeGend Taliferro, un niño de cuatro años asesinado por un disparo de bala en la misma ciudad.
No es solo Kansas City la que está presenciando una afluencia de agentes federales. A principios de julio se enviaron agentes de la patrulla fronteriza a Seattle (Washington) para hacer frente a las protestas. En Washington, DC, que se encuentra en una especie de estatus colonial respecto al gobierno federal al no pertenecer a ninguno de los estados federados, se desplegó gran cantidad de agentes federales sin identificación para intimidar a los/as manifestantes. Entre otras cosas disolvieron una manifestación pacífica para que Trump pudiera continuar con su sesión fotográfica frente a una iglesia, biblia en mano. Aunque la administración Trump anunció que retiraría a los agentes federales de Portland, la Casa Blanca dijo que la operación Legend se expandiría a Cleveland, Detroit y Milwaukee.
Pero esto no es todo. En diciembre de 2019, el Departamento de Justicia anunció la «Operación Persecución Implacable». Esta iniciativa, liderada por William Barr, está diseñada para «incrementar el número de agentes federales en Detroit, Memphis, Baltimore, Kansas City, Cleveland, Milwaukee y Albuquerque«. La relación exacta entre la «Operación Persecución implacable» y «Operación Legend» sigue sin estar clara.
Por supuesto, es imposible hablar de represión política en Estados Unidos sin mencionar al FBI. El FBI, que es al mismo tiempo un cuerpo de inteligencia y policial, cuenta con una amplia historia de represión de la disidencia que continúa hasta el día de hoy. La policía local de todo el país está participando en las Fuerzas Especiales Conjuntas contra el Terrorismo del FBI, que Barr se ha comprometido a utilizar para reprimir las protestas. Barr también ha anunciado la creación de un nuevo grupo de trabajo del FBI sobre «extremismo violento contra el gobierno» que tiene al movimiento Antifa en el punto de mira.
El estado policial estadounidense, al igual que las brutales políticas de austeridad de las que va acompañado, han sucedido bajo el gobierno de ambos partidos. Sin embargo, aunque Trump está continuando con esta política, lo está haciendo apoyándose en algunos de los sectores más oscuros de la extrema derecha.
Movilizando a las bases
Escuchando a los/as periodistas de derechas, pareciera que la nación está sitiada por un enemigo interno. Anarquistas, marxistas, agitadores de extrema izquierda y otros “anti-americanos” merodean por las calles de las ciudades estadounidenses amenazando no solo la ley y el orden, sino también la cultura, las instituciones y el gobierno de Estados Unidos. El derribo de estatuas es el comienzo del colapso literal de la civilización. Los gobiernos locales liderados por los demócratas, lejos de tratar de sofocar esta posible revolución, son cómplices activos de ella. Al mismo tiempo, estas mismas ciudades están sumidas en crímenes violentos y por lo tanto, se requieren las audaces intervenciones de Trump, no solo contra los criminales, sino también contra los políticos y electores.
Ambas narrativas (las ciudades son invadidas por manifestantes y las ciudades son zonas de guerra de crímenes violentos) demonizan las grandes áreas urbanas donde reside la mayor parte de la población de EEUU. Con pocas excepciones, nadie en estas ciudades parece estar pidiendo la ayuda de Trump. De hecho, Trump parece alardear abiertamente de que está enviando agentes federales sin el consentimiento de los ayuntamientos.
En la mente de Trump y de la extrema derecha, hay grandes capas de la población que suponen una amenaza. Defender a Estados Unidos significa atacar a mucha de su gente. Los ataques de Trump contra los gobiernos locales de estas ciudades, pintándolas como radicales y desplegando agentes federales para burlarse de ellas, son una puesta en escena en la que finge tomar medidas enérgicas contra sus supuestos oponentes políticos, cuando en realidad la mayoría de ellos son realmente centristas plenamente cómplices de la violencia policial. El objetivo de Trump es movilizar a sus bases que, en su mayor parte, ni siquiera están ubicadas en estas ciudades.
Entonces, ¿por qué es este un mensaje tan potente?
Como señala el jurista Jonathan Simon en su artículo «Gobernando a través del crimen», las políticas de tolerancia cero con el crimen a menudo se venden basándose en la idea de que cuantos menos derechos tienen los “criminales”, más tienen las víctimas o la policía. Cualquier derecho obtenido por un criminal (o alguien acusado de un crimen) es un derecho que se les quita a sus víctimas según esta lógica.
Esta mentalidad tiene implicaciones peligrosas. Los derechos procesales, por su propia naturaleza, están diseñados para proteger a los/as ciudadanos/as inocentes del poder estatal. Evitar que una persona inocente sea agredida o asesinada al azar por la policía no es una victoria para quienes violan la ley. Sin embargo, si se piensa que algunas personas son intrínsecamente criminales, que por su propia naturaleza merecen que sus derechos sean vulnerados, entonces el panorama cambia.
La derecha ha utilizado durante mucho tiempo esta lógica para lanzar proclamas populistas. Ahora es Trump quién está partiendo de la misma tradición con la esperanza de movilizar a sus bases.
Dos visiones diferentes
La actual crisis en Estados Unidos tiene algunos antecedentes históricos. En la década de 1960, las revueltas urbanas atravesaron el país. Cuando se nombró una comisión nacional, conocida popularmente como la Comisión Kerner, para estudiar la causa de estos “desórdenes públicos”, concluyeron que la falta de oportunidades económicas, la brutalidad policial y la supremacía blanca habían desencadenado las revueltas. La violencia policial, lejos de ser un factor que asegurara la paz social, era a menudo la chispa que incitaba a los levantamientos urbanos o los intensificaba una vez que estaban en marcha.
Hubo otro organismo que también trataba de desentrañar las causas del descontento social: el Comité de Actividades Anti-Estadounidenses (HUAC por sus siglas en inglés). En 1968, publicó un informe titulado «Defensores de la guerra de guerrillas en los Estados Unidos», uno de los documentos más disparatados jamás publicados por un organismo oficial estadounidense. El informe arremetía contra todos, desde el «comunista convicto» Nelson Mandela hasta la Brigada Abraham Lincoln, e insinuaba que el activista por la autodefensa negra Robert Williams buscaba convertirse en rey de Estados Unidos.
Refiriéndose a los disturbios que estallaron en Harlem, Cleveland y Watts, el informe minimizaba la existencia de la brutalidad policial al mismo tiempo que criticaba a quienes la denunciaban, acusándoles de incitar los disturbios. La HUAC afirmaba que los disturbios fueron en parte planificados de antemano por «comunistas y nacionalistas negros». Los autores afirmaban que Vietnam del Norte había estado entrenando guerrilleros estadounidenses en Cuba.
En una sección final, el informe dio una descripción escalofriante de lo que se podría hacer para responder a la «guerra de guerrillas». “El gueto tendría que estar aislado del resto de la ciudad” y dentro del área acordonada, se suspenderían las libertades civiles, se impondrían toques de queda y “cualquier persona que se encontrara sin la identificación adecuada sería arrestada inmediatamente”. La HUAC tanteó la idea de invocar la Ley de Detención de Emergencia de 1950, una ley de la era McCarthy que permitía que los elementos subversivos locales fueran internados en campos de concentración. (La indignación ante esta sugerencia y una campaña de la Liga de Ciudadanos Japoneses Americanos llevaron a la derogación de la Ley de Detención de Emergencia en 1971).
La Comisión Kerner y el informe de la HUAC representaron dos visiones muy diferentes. Las crisis del capitalismo estadounidense, la violencia policial desenfrenada y la supremacía blanca todavía están con nosotros/as hoy. Y todavía nos enfrentamos a duras decisiones sobre cómo deseamos afrontarlas.
Donald Trump ha optado claramente por operar en la tradición de la HUAC: el problema no es la violencia policial, sino quienes la condenan. Las fuerzas del orden deben recibir un apoyo acrítico y luz verde a acciones represivas indiscriminadas. Grandes sectores de la población deben perder sus derechos políticos. El gobierno debe entrar en guerra con sus enemigos internos para defender a los/as «verdaderos/as estadounidenses».
Trump ha sido un líder autoritario bastante incompetente. A menudo ha sugerido ideas extravagantes que no ha llevado a cabo. Su retórica beligerante en torno al despliegue de fuerzas federales es en gran parte un reclamo para movilizar a sus bases en época electoral. A pesar del odio que nos pueda producir, es importante recordar que la policía federal no es la única fuente de violencia policial. Las policías locales, que a menudo operan bajo gobiernos liberales, han estado involucradas en brutalidades similares y han actuado como fuerzas de ocupación en muchos barrios.
Pero la decisión de Trump de ir a la guerra contra las ciudades de Estados Unidos, incluso si es solo una guerra retórica para movilizar a sus bases, es preocupante. Y sus intentos de desplegar agentes federales en comunidades que ya se enfrentan habitualmente a la violencia policial, deben recibir una oposición enérgica.
Artículo de Chip Gibbons, traducido de Jacobin Magazine
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Posted: 28 Aug 2020 05:31 AM PDT
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Posted: 28 Aug 2020 05:18 AM PDT
Toni Chavero, el compañero que empezará el martes que viene, 1 de septiembre, la huelga de hambre rotativa contra todo lo que mata a lxs presxs, haciendo el primer turno de ayuno de diez días, nos ha hecho llegar el siguiente comunicado haciendo hincapié en la necesidad de comunicación, lo que es muy comprensible, pues el 14 de agosto aún no había recibido ninguna noticia del resto de lxs compañerxs participantes. Hay que tener en cuenta que el compañero sufre régimen cerrado e intervención de todas las comunicaciones. No sería mala idea que mucha gente escribiera a Toni, a pesar de la intervención, para romper su aislamiento. Su nombre y dirección están en el último enlace de abajo que conduce a la lista de presxs en lucha.
Fuente: http://tokata.info/
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Posted: 28 Aug 2020 04:47 AM PDT
Amén.
Así sea.
Creo en la Santa OMS,
protectora y directora de nuestro bien y Salud.
Muy humanitaria y benefactora,
aunque lo escriba con pluma de avestruz...
y aunque sea dependiente de las subvenciones
de las todopoderosas farmacéuticas.
¡¡Ladronas auténticas!!
Santa y bendita OMS,
que debe ser sierva y obediente.
Nosotras y nosotros también,
en este mundo vil y fediente.
¡Amén!
Ella nos protege.
Ella nos guía.
Ella nos cura.
Ella nos abre la vía.
¡Amén!
Creemos en las autoridades sanitarias,
aunque sean algo sanguinarias.
Creemos y obedecemos.
De voluntad nos sometemos.
¡Amén!
Obedecemos.
Aceptamos.
Creemos.
Callamos.
Agradecemos.
Nos resignamos.
Nos entregamos.
¡Amén!
Aceptamos las cadenas.
Aceptamos las condenas.
Aceptamos las Epidemias.
Aceptamos la Pandemia.
Aceptamos las venideras miserias.
¡Amén!
Renunciamos a fiestas y reuniones.
Renunciamos a las carnales relaciones.
Renunciamos a manifestaciones.
Renunciamos a nuestros derechos y reivindicaciones.
Renunciamos a filosofías,ideas y rebeliones.
Renunciamos a nuestras ilusiones.
Renunciamos a nuestras libertades.
¡¡Queremos ser feas vidas virtuales!!
Renunciamos a las plantas medicinales.
¡Amén!
Aceptamos terapias agresivas e inviables.
Aceptamos la presencia de los militares.
Aceptamos el control de nuestras vidas miserables.
Aceptamos el confinamiento en nuestras casas y ciudades.
Aceptamos todas las posibles penalidades.
¡Amén!
Queremos ser adoctrinados.
Queremos ser controlados.
Queremos ser vigilados.
Queremos ir enmascarados.
Queremos ser diagnosticados.
Queremos ser vacunados.
¡Amén!
Creemos y Creeremos.
Obedecemos y obedeceremos...
¡¡Santa y sabia respetable OMS,
a ti nos sometemos!!
Con todas nuestras fuerzas te defendemos.
Te abrazamos y queremos...
y quienes digan lo contrario,
los denunciaremos.
Gracias. Obrigado.
¡Amén!
¡¡Así sea... Así sea!!
((Todo esto por no ir escrito en francés,
te aconsejo que lo entiendas al revés.))
Goliardo Ceibe
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Posted: 28 Aug 2020 04:24 AM PDT
“¿Por qué estaba la prensa televisiva en el operativo? ¿Acaso hemos pasado de la vigilancia y el disciplinamiento invisibles de la modernidad a una represión espectacularizada en tiempos de peste? ” – dice un comentario en redes sociales.
Estos operativos policiales aplaudidos por la población sumisa, temerosa y obediente, se han vuelto un show en cuarentena con la intención de normalizar la opresión y castigar la desobediencia sin importar los cuestionamientos. Para eso han tenido de aliada a la prensa que a cada operativo ha salido junto a la policía a cubrir y atacar también a lxs infractorxs con sus cámaras y sus micrófonos, y también desde los sets televisivos o desde las redes sociales por parte de estxs ejemplares ciudadanxs (esclavxs obedientes) ke sacan su lado más opresor al comentar con actitudes clasistas, racistas, xenofóbicas, sexistas… y transfóbicas. También la prensa le hace el apañe a la policía cuando esos operativos ke se supone no letales, terminan en asesinatos.../...
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Liberación total. *Expropiado de las redes*
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Posted: 28 Aug 2020 04:09 AM PDT
La noticia del fallecimiento de Stuart Christie me la comunica por teléfono, antes de ayer a media tarde (15 de agosto), el compañero René después de preguntarme si estaba enterado de la nueva mala noticia y tras contestarle yo bruscamente: ¿quién ha muerto? Pues, por el tono de su voz, intuí enseguida que debía tratarse de la muerte de alguien cercano.
Su respuesta me dejó de piedra; porque, a pesar de haberme confirmado Stuart una semana antes que seguía afónico por el cáncer y que los resultados de los exámenes médicos no eran muy alentadores, en ningún momento había pensado en un final tan rápido para él. A mi alrededor son varios los compañeros y compañeras -más o menos de mi edad- que no están en muy buen estado de salud, y lo «normal», a mi edad (pronto noventa y tres años), es pensar que es a ti que el tiempo te está contado…
Por eso, en el caso de Stuart, ¿cómo pensarlo siendo diez y ocho años menor que yo? Además, los dos estábamos en proyectos comunes y decididos a seguir participando en los combates contra el mundo del poder y de la explotación.
Para mí, su muerte no es pues solo la pérdida de un compañero, de un amigo, es el fin de una colaboración de muchos años en acciones e iniciativas comunes para denunciar las injusticias del mundo en el que vivimos y luchar por otro más justo y libre. Un mundo posible y para todos, que no hemos cesado de anhelar e intentar construir a través de la práctica consecuente de la solidaridad revolucionaria activa e internacionalista.
Muchos años de relación fraternal desde nuestro primer encuentro, en ese mes de agosto de 1964, hasta este de 2020. Más de medio siglo de estar nuestras vidas vinculadas, de una manera o de otra, a una causa común a pesar de las fronteras… Puesto que, pese a estar centrada en los avatares políticos y sociales del pueblo español, primero bajo la dictadura de Franco y luego bajo esa falsa democracia parida por la Transición/Transacción, esa lucha se enmarcó siempre en una perspectiva revolucionaria internacionalista.
La prueba, para él, sus vivencias carcelarias en España e Inglaterra, y para Brenda, su compañera, en Alemania, y para Ariane y yo en Bélgica y Francia. Vivencias que testimonian de aquellas luchas sin fronteras, por ser conscientes de que la condición de la libertad es la de ser de todos y todas.
Cómo, pues, no sentir la necesidad de recordarlo en estos momentos en que esa confraternización con Stuart termina con su muerte. Y también por el fallecimiento hace pocos días de la compañera alemana Doris Ensinger, la compañera de Luis Andrés Edo, con el que Stuart también compartió vivencias carcelarias y confraternización en las luchas; pues es obvio que la desaparición de Doris también significó para mí, de cierta manera, el punto final fin definitivo de mi confraternización en las luchas con Luis. Un final comenzado unos años antes con su muerte.
El hecho es que también con Doris me quedé de piedra, sorprendido por la noticia de su fallecimiento que me comunicaba Manel; pues hacia apenas una semana que ella nos había enviado, a Tomás y a mí, un correo para anunciarnos que le habían llamado del hospital súbitamente y hecho un transplante… Que ya estaba en su domicilio y se sentía bien…
O sea que una vez más me veo confrontado a la provisionalidad de nuestra existencia y a la necesidad de preservar la memoria de lo que hemos intentado ser y hacer hasta la muerte.
Perpignan, 17 de agoto de 2020
Octavio Alberola
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Posted: 26 Aug 2020 06:15 AM PDT
Manipula esas cifras
y cuéntame una historia
que por cierto ellos ya lo hacen.
Inventa una tía, un primo o quien sea,
que relate como se habla entre los pasillos
que esto es una gran mentira.
Toma esos números y dales vida
que solo sea un resfrío
que intentan pasar por muerte,
y que cambie nuestra suerte
hacia un mejor destino.
Inventa una historia falsa como sus sonrisas
y que sea verdad como nuestra miradas.
Harto ya estoy de no hacer nada
que se me ocurrio una parienta falsa
que me dijo desde su cama de hospital falsa
que lo suyo es solo un resfrió falso
que el falso medico que la atiende
intenta pasar por virus
para quedarse con la comisión
y desviar nuestras miradas.
Me dijo que lo publique por las redes,
ya que de ella no se sabe nada
y que cuente en forma de poesía
a quienes se atrevan a lo mismo.
Que los números sean nuestros
como estas letras que tomo prestadas,
una mañana nublada
que se me dio la gana jugar
con las reglas de su mismo juego
sin mas ganas de perder
que de intentar mi jugada.
Manipula las cifras
y cuéntame tu historia.
Neuro
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Posted: 22 Aug 2020 11:01 AM PDT
—A Gabriel Pombo Da Silva, Dinos Giagtzoglou, Alfredo Cospito, Anna Beniamino, Nicola Gai, Marco Bisesti, Christos Rodopoulos, Lisa Dorfer, Michael Kimble, Eric King, Mónica Caballero, Francisco Solar y, todas las compañeras y compañeros anarquistas en prisión alrededor del mundo.
La semana internacional de solidaridad con lxs anarquistas encarceladxs es fruto de varios grupos de la Cruz Negra Anarquista (CNA) resueltos a establecer una fecha en el calendario en solidaridad con nuestros compañeros y compañeras secuestradas por el Estado. Desde el verano de 2013, esta loable iniciativa nos ofrece la oportunidad de reafirmar nuestro incondicional apoyo y, de enviarle un contundente mensaje al enemigo, corroborando que nuestros hermanos y hermanas no están solas. Este año, además, podremos dedicar este esfuerzo al compañero Stuart Christie, que recién nos deja.
Incansable difusor de la lucha anárquica y artífice de la resurrección de la CNA en los años sesenta del siglo pasado, Stuart impulsó la solidaridad con nuestrxs presxs en aquel escenario adverso que les invisibilizaba mediante la imposición hegemónica de la vulgata marxista, reprobando sus luchas desde una poderosísima maquinaria de amplificación ad infinitum –con sede en Moscú y sucursales en La Habana– que solo reconocía a sus aliados estratégicos como «presos políticos»[1] o «prisioneros de guerra»[2] y condenaba al ostracismo cualquier otra acción que no se ubicara en la lógica de la «Guerra Fría» y las operaciones financiadas desde las oficinas de contra-inteligencia del llamado «socialismo realmente existente».
Por esta razón, celebro que en esta jornada solidaria se destinen nuestros limitados recursos a lxs presxs específicamente anarquistas, «rasurando» el listado de autoritarixs, nacionalistas, misóginos, homofóbicos, espías y líderes religiosos fundamentalistas, que suelen incluir algunos cristianos caritativos y liberales con esteroides agazapados en nuestras tiendas. En esta ocasión, sí se enlistan compañeras y compañeros anarquistas –o personas antiautoritarias cercanas a las propuestas de lucha anárquica– encerradas en las mazmorras de la dominación. De ahí la importancia de esta nueva semana solidaria a noventa y tres años del asesinato legal de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, compañeros irreductibles hasta las últimas consecuencias.
Notas de contexto
Las tres primeras décadas del siglo XX, fueron años difíciles para el accionar anárquico, asechado por el avance de las fuerzas totalitarias y la implacable cacería de sus agentes. En la incipiente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se imponía a sangre y fuego el fascismo rojo con Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) a la cabeza; en la bota itálica dominaba el fascismo desde 1922, con Benito Amilcare Andrea Mussolini como Duce de la República Social Italiana; en la Península Ibérica se consolida el fascismo a la española, tras el golpe de Estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, en 1923; en Alemania se creaba el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), ganando inmediatamente adeptos entre los obreros y campesinos alemanes motivados por el racismo y el patriotismo; en Portugal, la dictadura militar daba paso al Estado Novo de Antonio de Oliveira Salazar; en Polonia se implantaba la dictadura de Józef Klemens Piłsudski y; en Austria, el austrofascismo con Engelbert Dollfuß; acontecimientos que brindaban un panorama sombrío para el desarrollo de nuestras luchas.
Sin embargo, pese a las desfavorables condiciones, el afán de reorganizar una coordinación internacional ácrata –inspirada en la mítica Internacional Negra de 1881–, que devolviera el brío insurreccional a la Anarquía e impulsara la propagación de la guerra contra toda autoridad, tomó ímpetu entre los grupos informales y las individualidades anárquicas de la época. Sacco y Vanzetti son solo un par de nombres de aquella perseverante pandilla que hizo hasta lo imposible por materializar ese sueño. Diseminados por el mundo, muchxs de estxs compañerxs lograron articular una coordinación internacional que concretaba nuevamente la propaganda por el hecho. Con ese fin, Nicola y Bartolomeo se trasladarían al norte de México en los primeros meses de 1917, con la intención de unirse a la lucha insurreccional anárquica. Pronto se decepcionarían, identificando a la «revolución» mexicana como una lucha fratricida entre bandos rivales por el control del Estado. De regreso en Estados Unidos se sumarían al grupo de anarquistas italianos nucleados en torno al periódico Cronaca Sovversiva, donde también colaborarían activamente. Ese grupo particular haría historia con las expropiaciones y sus acciones de propaganda por el hecho a lo largo y ancho del territorio norteamericano.
Las contundentes acciones de estxs compañerxs, los llevaría a convertirse en el grupo anárquico más perseguido por las autoridades federales en los Estados Unidos. Sin embargo, el acomodo de la historia –y no solo de la historia «oficial» sino de la historiografía de factura libertaria– silenciaría sus acciones y sus aportaciones teóricas. El «anarquismo legalista» se ocuparía de dotar de una historia falsa a Sacco y Vanzetti, convirtiéndolos primero en «víctimas», y después en «mártires», para terminar canonizándolos de la misma manera que habían hecho antes con los anarquistas de Chicago: «Los Mártires de Chicago».
Con la excepción de los aportes del historiador Paul Avirich –que profundizó en la actividad anarquista de ese período– y un ensayo de Alfredo Bonanno, el resto de la literatura publicada en torno al caso, insiste en la «inocencia» de los compañeros Sacco y Vanzetti, y niega que estuvieran involucrados en la expropiación de South Braintree por la que terminarían siendo condenados a muerte.
Las expropiaciones eran parte del accionar consecuente del grupo en el que participaban enérgicamente Sacco y Vanzetti. Por esas fechas, se contabilizaron infinidad de expropiaciones. Los fondos recaudados se empleaban para auxiliar a compañerxs presxs y sus familias, imprimir propaganda anarquista y, costear atentados –las llamadas represalias– contra los representantes del Poder.
El asesinato de Sacco y Vanzetti en Massachusetts, sería el detonante del accionar anárquico de 1927. En La Habana, Montevideo y Buenos Aires, explotarían artefactos dinamiteros en respuesta al crimen de Estado. El dinero de una expropiación en Paterson, se transmutaba en nitroglicerina destruyendo el consulado italiano en Buenos Aires; los fondos de un nuevo atraco en Los Ángeles se convertían en la materia prima requerida en el potente bombazo de las oficinas centrales de J.P. Morgan en pleno corazón de Wall Street; la encarcelación y la tortura de compañeras y compañeros en cualquier ciudad del mundo, tenía asegurada anticipadamente la puntual represalia donde menos se esperara el enemigo. ¡La solidaridad internacional volvía a ser una realidad que rebasaba las palabras!
Esquirlas guturales
Del 23 al 30 de agosto tendremos nuevamente la ocasión de hacer visibles las historias de vida detrás de la lucha anárquica y de denunciar –sin victimismo– los atropellos cotidianos que enfrentan nuestrxs compañerxs. Sin embargo, estos siete días de activismo anticarcelario son solo un acto simbólico que intenta extender la consciencia en torno a la situación de lxs anarquistas encarceladxs. Desde la perspectiva de la tendencia informal e insurreccional anárquica, los 365 días del año son de solidaridad directa con quienes se encuentran prisionerxs por impulsar la lucha contra el Poder en todos los confines del planeta.
Por ello, cuando declaramos que la solidaridad ácrata es más que palabras, no solo nos referimos al acompañamiento de sus luchas y, al apoyo económico y emocional a nuestrxs presxs, sino también ratificamos los fundamentos de nuestra lucha. Desde luego, no hay apoyo más oportuno para lxs compañerxs encarceladxs que coordinarles la fuga o hacer saltar en pedazos el autobús que trasporta a sus carceleros pero, no siempre se tienen los medios para estas acciones espectaculares; no obstante, existen múltiples maneras de mostrales nuestro respaldo y de concretar la solidaridad con imaginación. Hay infinidad de acciones capaces de obstruir el complejo penitenciario y éstas solo reclaman un poco de investigación previa para poder llevarse a cabo. Claro está, cualquier ataque al sistema de dominación más allá de los símbolos siempre les producirá regocijo evocando el olor de la pólvora y sus implicaciones.
La cárcel es una posibilidad frecuente para quienes nos asumimos anarquistas sin remordimientos. Una amenaza latente a cada paso de la praxis. Empero, cuando nos toca enfrentar ese azaroso hecho, no significa el fin de nuestra guerra contra la dominación sino el comienzo de una nueva lucha repleta de batallas cotidianas que para librarlas –y sobrevivir física y emocionalmente–, requieren el concurso puntual de nuestrxs compañerxs en el exterior. La prisión no es ese mítico lugar que fantasean los liberales humanistas. No hay nada que enaltecer en la condición de presxs. Sus altos muros no albergan a insurrectxs in cierne ni antiautoritarixs en estado puro. Tras las alambradas se aloja un espejo roto y enjaulado que refleja la sociedad en su conjunto. «Adentro» habita la misma fauna de arribistas, autoritarixs, abusadorxs, religiosxs, delatorxs, moralistas, corruptxs y violadorxs, de la mano de una proporción de servidumbre voluntaria idéntica a la que encontramos día con día en el exterior. Justo en ese medio hostil, enfrentando cara a cara a la bestia estatal, se tiene que sobrevivir tejiendo lazos de afinidad, no sobre supuestos ideológicos sino en la práctica consecuente y refractaria y, para ello, es imprescindible saber que no nos han abandonado y que cada ataque al sistema de dominación lleva una dedicatoria de esquirlas guturales impregnadas de azufre y nitrato de potasio. Después de todo, solo nos queda echar manos a la pólvora y hacer solidaridad en la práctica dándole vida a la Anarquía.
Gustavo Rodríguez, Planeta Tierra, 17 de agosto de 2020.
Notas:
[1] Según Carl Aage Norgaard, ex presidente de la Comisión Europea de Derechos Humanos: «Un preso político es una persona que a causa de sus creencias y actividades políticas esta encarcelada». El concepto es regularmente utilizado para calificar con criterios políticos conductas transgresoras que se han cometido apelando a motivaciones políticas. Cuando estas infracciones contra el Estado o la Constitución se han realizado sin recurrir a la violencia suele acreditarse como «preso de conciencia» según la definición del término de Aministía Internacional: «Toda persona encarcelada o sometida a otras restricciones físicas por sus convicciones políticas, religiosas o cualquier otro motivo de conciencia, así como por su origen étnico, sexo, color, idioma, origen nacional o social, situación económica, nacimiento, orientación sexual u otras circunstancias, siempre que esa persona no haya recurrido a la violencia ni propugnado su uso».
[2] El III Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra, de 1949, define en su Artículo 4 como prisionero de guerra a «las personas que, perteneciendo a una de las siguientes categorías, caigan en poder del enemigo: 1) los miembros de las fuerzas armadas de una Parte en conflicto, así como los miembros de las milicias y de los cuerpos de voluntarios que formen parte de estas fuerzas armadas; 2) los miembros de las otras milicias y de los otros cuerpos de voluntarios, incluidos los de movimientos de resistencia organizados, pertenecientes a una de las Partes en conflicto y que actúen fuera o dentro del propio territorio, aunque este territorio esté ocupado, con tal de que estas milicias o estos cuerpos de voluntarios, incluidos estos movimientos de resistencia organizados, reúnan las siguientes condiciones: a) estar mandados por una persona que responda de sus subordinados; b) tener un signo distintivo fijo reconocible a distancia; c) llevar las armas a la vista; d) dirigir sus operaciones de conformidad con las leyes y costumbres de la guerra; 3) los miembros de las fuerzas armadas regulares que sigan las instrucciones de un Gobierno o de una autoridad no reconocidos por la Potencia detenedora; 4) las personas que sigan a las fuerzas armadas sin formar realmente parte integrante de ellas, tales como los miembros civiles de tripulaciones de aviones militares, corresponsales de guerra, proveedores, miembros de unidades de trabajo o de servicios encargados del bienestar de los militares, a condición de que hayan recibido autorización de las fuerzas armadas a las cuales acompañan, teniendo éstas la obligación de proporcionarles, con tal finalidad, una tarjeta de identidad similar al modelo adjunto; 5) los miembros de las tripulaciones, incluidos los patrones, los pilotos y los grumetes de la marina mercante, y las tripulaciones de la aviación civil de las Partes en conflicto que no se beneficien de un trato más favorable en virtud de otras disposiciones del derecho internacional; 6) la población de un territorio no ocupado que, al acercarse el enemigo, tome espontáneamente las armas para combatir contra las tropas invasoras, sin haber tenido tiempo para constituirse en fuerzas armadas regulares, si lleva las armas a la vista y respeta las leyes y las costumbres de la guerra». Disponible en: https://www.icrc.org/es/doc/resources/documents/treaty/treaty-gc-3-5tdkwx.htm (Consultado 16/8/2020). Los denominados “ejércitos insurgentes” y grupos guerrilleros leninistas han agregado al concepto a «aquellas personas que han sido detenidas por haber roto el marco jurídico al declararle públicamente la guerra a un Estado, pugnando por un cambio estructural político revolucionario del mismo.»
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