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JUICIO CAMPS
“Estuve
cinco días sin comer, pensé que me moría”
Julio Daich se presentó ante el Tribunal como una persona que perteneció al
Grupo Graiver, motivo por el cual fue detenido por la dictadura en el marco de
persecución económica. También hablaron tres militantes que fueron detenidos y
torturados por su accionar pensante y solidario en un complejo habitacional de
Ciudad Evita
PRENSA
Y DIFUSIÓN
APDH
LA PLATA
(18JUNIO2012)
Se sumaron nuevos testimonios en la jornada del Juicio Camps, donde el caso de
Papel Prensa se mantiene como uno de los ejes principales. Las víctimas no solo
reflejaron el carácter humillante de los represores sino que también hicieron
hincapié en la búsqueda de una imposición económica a través de sus acciones.
Julio Daich era empleado en una casa de cambio en el centro
platense, lugar donde fue secuestrado a principios de marzo de 1977. A su vez,
contaron la plata que había y la derivaron al Banco Central luego de siete
horas de inspección. Más tarde se llevaron a Dante Marra –dueño de Cambios Marra S.A - y cuatro empleados más. “A Dante lo torturaron con picana eléctrica,
le fracturaron una costilla”, refirió Daich, de 72 años de edad.
Julio
pasó por distintos lugares en cautiverio: Comisaría Novena de La Plata, Puesto
Vasco, la Alcaldía Policial en Capital Federal, el Penal de Magdalena y Pozo de
Banfield. En Comisaría Novena compartió la celda con otras 30 personas que eran
parte del Grupo Graiver, entre ellas Juan e Isidoro Graiver.
En
tal sentido nunca sufrió torturas físicas pero si psicológicas, ya que en
Puesto Vasco fue interrogado y escuchó todas las noches gritos de dolor de
otros detenidos.
Por
otra parte en Banfield pasó cinco días sin comer, acción que se interrumpió
cuando Lidia Papaleo –también detenida- le ofreció un chocolate para saciar el
hambre. “En ese momento me había despedido internamente de mi familia, pensé
que se acababa todo”, afirmó al respecto.
El
testigo estuvo 66 días incomunicado hasta quedar a disposición del Poder
Ejecutivo Nacional y tomar contacto con la familia. El 24 de diciembre de 1977
fue liberado.
“En Brigada de San Justo
perdí el conocimiento”
La
segunda testigo de la jornada fue Amalia
Marrón, quién fue secuestrada el 26 de marzo de 1978 luego de que saliera
en San Justo de una misa que evocaba a la figura de una compañera presa.
El
primer destino fue la Brigada de San Justo, donde fue brutalmente golpeada,
torturada e insultada por militares y civiles. Ahí compartió cautiverio con Olga Araujo.
“Estaba
muy comprometida de salud, una noche me llevaban a la rastra y me desmayé, así
que no me pudieron volver a torturar”, expresó. Horas más tarde amaneció en
otro lugar junto a dos personas que intentaban asistirla: eran el médico
cómplice Jorge Vidal y el detenido Raúl Petruch.
En
otro momento compartió celda junto a Elisa Moreno y Olga Araujo, antes de pasar
a otro centro clandestino: la cárcel de Devoto. Ahí estuvo hasta medidados de
1981 donde fue liberada y vigilada hasta 1982. En 1979 había sido condenada en
un Consejo de Guerra.
“Preguntaban sobre mis
ideas”
Al
igual que Marrón, Raúl Petruch fue
secuestrado el 23 de marzo de 1978 por su militancia en el Partido Comunista
Revolucionario. También pasó por la tortura y los infinitos golpes, como así
también recorrió varios puntos del país en clandestinidad: Brigada de San
Justo, Comisaría de Laferrere, Cárcel de Devoto y Cárcel de Rawson, antes de
estar con libertad vigilada hasta marzo de 1981.
“Me
quedaron quemaduras y secuelas por todo lo que pasó. Me preguntaban sobre mis
ideas, mi actuación política”, expresó el testigo, y refirió la situación de
atención hacia su compañera Amalia Marrón: “estaba muy mal, recuerdo al médico
Vidal que la sostuvo de una mano y de un pie para que se pueda hidratar”.
Hasta
el 1 de junio de 1978 Raúl estuvo en la
Brigada de San Justo. Fue interrogado varias veces y picaneado. Luego de pasar
por Devoto, fue declarado “incompetente” en un Consejo de Guerra militar en La
Plata, por lo que pasó a estar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
Su
último destino en cautiverio fue en la Unidad 9 de La Plata hasta que le dieron
libertad “vigilada” en 1979.
Tanto
Petruch como Marrón fueron consideradas personas intelectualmente importantes
para la militancia que tenían en el Complejo barrial Número 17 de Ciudad Evita,
complejo de gran magnitud que integran las capas trabajadoras. También Jorge Eduardo Herman declaró como parte
de ese colectivo de militancia en aquella época: “fui torturado en la Brigada
de San Justo”, expresó, y al igual que las otras declaraciones admitió ver a un
médico cómplice de los represores que atendía de vez en cuando a las víctimas.
“Los
torturadores se dieron cuenta que conmigo se les había ido la mano, porque la
sesión de picana y golpes fue muy fuerte”, concluyó el testigo.
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