Fotografía publicada en http://www.deriojanos.com.ar
24 de Marzo: La Memoria es el blindaje de una democracia viva y auténtica.
Aún escuchamos en nuestros días, la muletilla recriminatoria de algunos, que con actitud descalificante nos definen como nostálgicos y anclados en el pasado, a quienes insistimos en el valor político, ético, jurídico y cultural de costruir memoria.
También notamos un recrudecimiento, en estos tiempos políticos e institucionales del país, ayudados por un cierto reposicionamiento de sectores reaccionarios, con la colaboración de la mayoría de los medios de comunicación, que abonan la idea del diálogo y la convivencia, pero deliberada y falazmente opuesta a la memoria, la verdad y la justicia.
Es un mensaje que pretende hacer un relato de la reconciliación y la democracia que nos aísle, en el rincón del odio y el rencor, a los que hemos sostenido durante años de resistencia y construcción, junto a las Madres, Abuelas y Organismos de Derechos Humanos, por una democracia reparadora del pasado genocida, y creativa, para fortalecer una institucionalidad más plena en el presente y el futuro con Verdad y Justicia.
En estos 40 años del golpe militar parece oportuno decir una vez más, que la memoria es imprescindible para ampliar la libertad.
Que es imposible construir una sociedad mejor, con mensajes subliminales de olvido e impunidad, que nos llegan desde los centros del poder, con la complicidad discursiva o el silencio del soporte mediático dominante.
La memoria es más presente que pasado, porque gracias a ella hemos conseguido conquistas que hoy nos permiten proteger mejor la dignidad humana de cualquier avasallamiento y denigración.
La memoria nos permitió poner como eje de sentido de la política de estado a los derechos humanos que se constituyó en el ADN, de una convivencia más humana, que nos permita concretar una sociedad más justa y plena.
Lo podemos palpar en los juicios de lesa hunanidad, en los mecanismos de protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes, especialmente los referidos a la identidad.
En herramientas para prevenir la tortura y combatir la violencia institucional en todas sus formas.
En la consideración legal de discapacitados, enfermos mentales y adultos mayores como sujetos de derecho.
En la conciencia cada vez más fuerte y, asistida por legislación coherente y efectiva, del combate al trabajo infantil, a la violencia de género, a la trata de personas con fines de explotación laboral o sexual.
Al reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios y campesinos.
Es larga la lista de conquistas que fueron posibles, gracias al tenaz y constructivo ejercicio de La Memoria.
Es por eso que en esta jornada, a la que nos convoca el 24 de marzo, afirmamos que la Memoria, la Verdad y la Justicia, no son piezas de museo, ni arqueología de nostálgicos.
Son la sangre que da vida, la nutriente renovada y permanente de la libertad y los derechos que nos resistimos a que nos sean arrebatados.
Hoy la memoria internalizada en la esencia de la conciencia colectiva de nuestro ser pueblo, nos moviliza para continuar con los juicios de lesa humanidad, para estar unidos en la defensa y promoción de la vida y los derechos que supimos conseguir y en el reclamo por lo que falta y hoy nos duele: la libertad a Milagro Sala, la persecución a militantes populares con atentados, despidos y criminalización de la protesta social, el desmantelamiento de áreas fundamentales para las politicas de derechos humanos y la entrega de nuestra independencia económica.
La Memoria, por la Verdad y la Justicia, forjan nuestro presente y futuro y garantizan nuestra democracia: No los perdamos, por favor!
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