LA LUCHA ES NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRA VICTORIA
En estas épocas de derrotas electorales que afectan, y duro, la noticia de la aparición y restitución de la nieta 125 es una llovizna mansa y copiosa, en medio de tanta sed clamorosa.
Una vez más, el oficio de amor que no se rinde de las Abuelas de Plaza de Mayo, nos rescata la esperanza y la certeza, de que los pueblos ganan cuando luchan y no bajan los brazos.
La hija de Lucía, militante pampeana desaparecida por las fuerzas del odio sistématico, es nuestra proclama de alegría y de lucha.
No nos han vencido, porque la exploración de la ternura, de pañuelo blanco y arrugas, ha vuelto a encontrar las raices de una causa invencible que nos abraza y nos empuja.
Gracias nieta 125, has llegado en el momento justo para espantar el desánimo y "seguir andando nomás".
Délfor "Pocho" Brizuela
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