“LA NACIÓN”, VOCERA DEL “TODOPODEROSO”.
C.A.B.A., Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, periodismo y política nacional.
Por Victor Leopoldo Martinez
“Una beatificación de tono político-ideológico” tituló su editorial del 30 de julio de este año -2018- La Nación, el matutino “tribuna de doctrina” (¿?) que dejó como guardaespaldas y custodia de los intereses oligárquicos don Bartolo Mitre (aquel genocida de gauchos argentinos y hermanos latinoamericanos por casi tres décadas en el siglo XIX). Obviamente un disparate a tono con tantas de las burradas (con perdón de los asnos) que dicen los miembros de la actual gestión de gobierno nacional PRO (Macri, Michetti, Vidal, Alonso por tomar algunos ejemplos “notables”).
Las preguntas que se haría cualquier ser medianamente formado, y hasta un ignorante pero con un mínimo de buen sentido seguramente serían: Ser de “derecha” ¿No es asumir una postura ideológica? Si defender y bregar por un poco de justicia social para los pobres y humillados es “ideológico… ¿Por qué defender las políticas neoliberales, capitalistas y explotadoras de los que realmente trabajan no lo es? Esto último ¿Es “doctrinario” y encima “cristiano”? ¿Por qué adoctrinar para defender la Justicia Social es ideológico y adoctrinar por derecha para la sumisión y la resignación a ser pobre –casi como un deber- no lo es? Torpeza intelectual incomprensible para una “tribuna de doctrina”.
Continúo.
A modo de expresión “divina” de un verdadero representante de Dios en la tierra que de manera para nada llamativa se esconde en el anonimato para que sus disparates escritos nunca tengan responsable –¿porque esa es la ley primera de la libertad de prensa y opinión?- copetea: “Monseñor Angelelli de ninguna manera constituye el modelo de ejemplaridad cristiana que la Iglesia exige para iniciar un proceso de canonización”. Esto me refresca que no tengo que olvidar que Trump está equivocado al pensar que los EE.UU. es la tierra elegida por el de arriba. El Papa Francisco, ese quilombero peronista que le dice a los jóvenes que hagan lío, también está equivocado si piensa que es el Vaticano. Dios es Argentino y tiene sus oficinas de atención al público en Bs. As., más exactamente en el edificio del diario La Nación. Entonces, y acudiendo a mi memoria, yo le pregunto a Mr. “incógnito” ¿Cuándo fue Ud. elegido por la iglesia para determinar qué modelos si y qué modelos no pueden ser “ejemplos”? ¿Cuáles son esas “exigencias” de “su iglesia” don “incógnito” para acceder a una beatificación y canonización? Para usted, como vocero de La Nación y como tal de los mandatos de Dios en la tierra, los que en realidad deberían ser beatificados serían por ejemplo ¿Victorio Manuel Bonamín; Antonio Plaza; Pío Laghi; Federico Von Wernic; Adolfo Servando Tortolo, todos cómplices de asesinos, acompañadores cristianos en sesiones de tortura y avaladores del genocidio cometido en y por la última dictadura militar? ¿Se olvida don “incógnito” que parte de los bienes mal habidos del diario La Nación (Papel Prensa por caso) fueron conseguidos poniendo a los verdaderos dueños de la Empresa en mesas de tortura en aquella época dictatorial? Eso, ¿No era ideológico? ¿Era “ejemplar” en términos disciplinantes? El propio Gral. Reynaldo Bignone manifestó en aquel “Informe final”: “Los desaparecidos eran todos guerrilleros”, “los desaparecidos están todos muertos” y “las Fuerzas Armadas actuaron en nombre de Dios”. ¿Fue usted don “incógnito” el que les transmitió a los genocidas la orden de Dios de asesinar en su nombre? Pregunto porque el hijo de Dios, crucificado hace ya 1985 años por defender al pueblo de las garras de un imperio –un tal Jesús ¿vio?- perdonó a los dos supuestos delincuentes que también estaban crucificados a su lado. El hijo ¿no dio ejemplos de cristiandad? ¿Es un “mal hijo” de ese “padre todopoderoso” que desde 1976 hasta ahora se transformó en un asesino cualquiera por contar con “inmunidad celestial” –según se desprende de hechos concretos y sus posteriores elucubraciones desde ya-? Así lo aseguró Bignone en aquel informe y ni usted ni ninguno de los curas mencionados más arriba dijeron “mu“.
Los argumentos usados por don “incógnito” más que llamativos resultan sospechosos; simplemente por utilizar diferentes “varas” interpretativas lógicamente desde su posición ideológica aunque él crea que no lo es y piense que son “cristianamente doctrinarias”. Veamos; escribe don “incógnito”: “El 4 de agosto de 1976 falleció monseñor Enrique Angelelli, tras el vuelco del automóvil en el que viajaba en la ruta nacional 38, en La Rioja, junto al padre Arturo Pinto, quien sobrevivió. En el sumario inmediatamente labrado, luego de exhaustivas medidas de prueba -autopsia, peritaje accidentológico, fotos en el lugar del suceso y la declaración de Pinto, en la que alegó pérdida de la memoria y estado de shock-, se archivó la causa que en su momento se caratuló “Angelelli, monseñor Enrique A. s/fallecimiento”… ““Pero varios años después, el fraile Antonio Puigjané, guerrillero que participó en el ataque al cuartel de La Tablada, formuló en Neuquén una denuncia en la que planteó la hipótesis del asesinato de Angelelli.”
O sea que, para don “incógnito” de La Nación –ajustándose a lo que se “puso” en primera instancia en la causa que se archivó-: “monseñor Enrique Angelelli, falleció tras el vuelco del automóvil en el que viajaba en la ruta nacional 38…” y esto fue así porque las: “exhaustivas medidas de prueba -autopsia, peritaje accidentológico, fotos en el lugar del suceso…” así lo habían determinado, y le permite concluir que no se trató de un asesinato premeditado sino de un simple “accidente”. Media Rioja sabe que la otra media Rioja (la de los terratenientes y oligarcas) se la tenía jurada al valiente obispo.
Pero vaya casualidad, y en un caso reciente –el suicidio de un fiscal de dudosa moral que de tan dudosa, el “marxismo” que le indilgaron al cura Angelelli queda en términos comparativos como un cuento para niños a quienes se pretende asustar con el “cuco comunista”- donde las “exhaustivas medidas de prueba -autopsia, peritaje” realizadas por médicos y expertos judiciales y policiales determinaron fehacientemente que en realidad el fiscal se había suicidado, de nada valieron. En una más que dudosa maniobra encabezada por la máxima responsable de un doble asesinato de civiles (Maldonado y Nahuel) como la ministra de seguridad Patricia Bullrich transformó el suicidio en un asesinato imposible de probar por lo difícil de concretar dentro del escenario de los hechos.
¿Cómo es entonces el tema don “incógnito”? ¿Un asesinato es un accidente y un suicidio es un asesinato según le convenga políticamente –o no- al poder oligárquico y/o económico? ¿Cuándo y quienes son creíbles en materia de “enjuiciamiento periodístico” cuando se trata de hechos criminales?
¿Los dichos de un fraile sobre que lo de Angelelli no fue “un accidente” sino un atentado criminal (algo demostrado en el juicio posterior y definitivo) no tienen valor por provenir de un “guerrillero” y los dichos de una ex terrorista montonera hoy a cargo de la seguridad nacional sí? Las masacres de Trelew, Margarita Belén, Capilla del Señor, y las torturas y asesinatos de decenas de miles de personas en los innumerables centros clandestinos y campos de concentración nazi diseminados por todo el país ¿no fueron peores y más graves aun en términos legales que lo que paso en la tablada donde sí hubo un enfrentamiento armado entre un grupo de delirantes y fuerzas militares estatales, no así en los casos detallados más arribas donde se asesinó a sangre fría y sin contemplación alguna a presos políticos; tanto como en los famosos vuelos de la muerte? Lo suyo don “incógnito” suena a esas aspiraciones tipo “Cecilia Pando” en pos de la reconciliación nacional pidiendo dejar libres a los genocidas.
Ahora bien, don “incógnito” no se olvida de recordar a través de calificativos satanizadores a los que él considera enemigos de los miserables y espurios intereses que defiende a través de la “tribuna de doctrina” (esta editorial “cristiana” por caso).
Pero prefiero seguir con las absurdas consideraciones que escribe don “incógnito” en su editorial escrita para el recupero de la “satanización” de Angelelli, demonización que ya en los años “70” se había hecho con aquel obispo por su decisión de poner “un oído en el pueblo y el otro en la biblia” (“zatanelli” lo re bautizó la oligarquía riojana).
En otro párrafo sostiene: “En julio de 2014, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de La Rioja, considerando que se trataría de un crimen de lesa humanidad, arribó a la conclusión opuesta, lo cual no sorprende, dado que responde a la concepción imperante -en ese entonces y actualmente- respecto de que tales delitos pueden ser juzgados al margen de lo que fija el derecho penal y constitucional.” ¿Qué raro eso de señalar que de esa forma se juzgó “al margen de lo que fija el derecho penal y constitucional… lo cual no sorprende, dado que responde a la concepción imperante -en ese entonces y actualmente-”? ¿En las detenciones y encarcelamiento de Milagro Salas, De Vido, Boudou, Cristóbal López y Fabián de Souza se respetaron los pasos procesales que fija la ley y el derecho? Si esa “concepción imperaba” (me imagino que se referirá a cuando se volvió a instalar en serio el Estado de Derecho en este país: 2003-2015) en ese entonces, y además agrega “…y actualmente” ¿por qué si la considera “al margen de lo que fija…”, ahora es lo que menos importa si sirve a los fines de abiertas persecuciones políticas? Ahora ¿no es tan malo que los jueces “macristas” tipo Bonadio impartan injusticia “al margen” de lo que fija todo proceso ajustado a derecho? Ahora ¿Vale el estado de injusticia?
Los disparates argumentales llegan al paroxismo cuando intenta probar sus dichos con una foto que de por si tiene su historia y no es casualmente la que él cuenta: “El obispo riojano (por Angelelli) tenía una activa y probada vinculación con la organización terrorista Montoneros. En la foto que acompaña este texto se lo ve oficiando misa con el cartel de esa agrupación a sus espaldas,…”. Primero: El cartel en cuestión que aparece detrás de Monseñor Angelelli fue producto de una travesura juvenil de un joven militante peronista que nada tenía que ver la organización montoneros más allá del lirismo revolucionario que representaba para él el peronismo; esto me lo contó el propio realizador de la travesura. Angelelli lo tomó como tal y hasta se rió de la ocurrencia según me contó.
Segundo: Si nos regimos por este tipo de pruebas para otras evaluaciones de “supuestos” terroristas utilizando como recurso probatorio una foto, don “incognito” tendría que explicar entonces el por qué la ex terrorista montonera Patricia Bullrich (según consta en la foto que presento como ¿prueba? y que los lectores pueden ver) fue ministra de trabajo de De La Rua, diputada nacional y hoy es ministra de Seguridad de la Nación sin que a usted se le mueva un pelo ¿Con una foto como “prueba” podría yo decir que el de Macri es un gobierno terrorista por tener a una ex terrorista de ministro? ¿No me calificaría de delirante y con razón? ¡NO! El terrorismo se manifiesta de variadas formas. El gobierno de Macri ideológicamente es terrorista de derecha porque está hambreando a una parte importante de la población argentina privándola de acceder a recursos básicos para poder sobrevivir. ESO ES TERRORISMO. Terrorismo es lo que hizo Blaquier en Ledesma-Jujuy facilitando el secuestro de cientos de obreros, estudiantes y dirigentes sociales muchos de ellos hoy desaparecidos. Terrorismo es el que practicaba Bussi en Tucumán que además de tener centros clandestinos de detención para la posterior desaparición de los presos que caían en sus garras, cargaba a los pobres de esa provincia en camiones y los arrojaba en Catamarca. Terrorista fue Luciano Benjamín Menéndez que en abril de 1977 manifestó en Córdoba: “Para que este país funcione hay que matar a por lo menos 500 mil peronistas” (llamativamente no dijo “zurdos”). ¿No será que para la oligarquía a la que Menéndez servía los peligrosos eran –y son- los peronistas? ¿Por qué “los del campo” no se preocuparon por los carteles rojos de los trostkos que acompañaron sus “protestas” antiperonista del 2008 a raíz de la 125? También existe el TERRORISMO FINANCIERO. ¡Si! Ese que tomó el país el 24 de marzo a través de un sangriento golpe de estado pero con solo 7.000 millones de u$s de deuda externa y lo devolvió al sistema democrático con 45 mil millones de esa misma moneda y los únicos beneficiados fueron los banqueros. Terrorismo es el que practica Gerardo Morales en ese mismo Jujuy de los Blaquier ¿Quiere que siga enumerando ejemplos de TERRORISMO DE DERECHA (o si le gusta más “terrorismo ideológico capitalista”)? Todos estos antecedentes de terrorismo don “incógnito”, ¿no son de su preocupación histórica? El terrorismo que practicó el fundador de su “tribuna de doctrina” para concretar aquella guerra de la “tripe infamia” ¿Tampoco lo preocupa?
Soy investigador histórico no rentado y auto solventado con mi jubilación (y me apresuro a buscar material antes que la aplanadora nazi-macrista arrase con todos los documentos históricos-cultural y me termine de destruir los magros ingresos jubilatorios que hoy recibo) y casualmente estoy trabajando sobre el tema asesinatos de Ángel Vicente “El Chacho” Peñaloza (ordenado por el “padre del aula” y bendecido por el “padre de la historia”: Sarmiento y Mitre respectivamente) y de Monseñor Angelelli. Tengo suficiente materia en audios y transcripciones de sus homilías y en ninguna escuche hasta ahora, o leí algo semejante a este disparate: “…en sus homilías se pronunciaba a favor de la subversión y proponía armar a los jóvenes.”. Don incógnito… ¿De dónde sacó eso? ¿Tiene pruebas de eso?
Para finalizar y sin salir del asombro leo lo siguiente: “Por esta razón, no encontramos acertadas las palabras del actual obispo de La Rioja y vicepresidente segundo del Episcopado, Marcelo Colombo, quien al recibir la noticia de la beatificación afirmó: “Es un reconocimiento a los testigos valientes del Reino de Dios”. De pronto don “incognito” como alcahuete del todopoderoso se pluraliza en un “no encontramos acertadas…” Usted… ¿Escribió por usted o en nombre de…? Si lo hizo en nombre de… sería interesantísimos para la “OPINIÓN PÚBLICA” enterarse de quienes se trata!
Pero… A ver si lo entiendo… La iglesia mundial cometió un error al designar un Papa como Francisco, con antecedentes peronistas y encima que beatifica a terroristas, cuando en realidad debió consultarle a la oligarquía argentina y a su vocera “La Nación” qué cardenal era el indicado “ideológicamente” para el Papado. ¿Quien y desde cuando lo autorizó para enjuiciar a obispos? ¿Dios todopoderoso lo hizo? ¿Tiene teléfono directo con el susodicho?
Discúlpeme don “incógnito” pero tengo que tomarlo en sorna porque tanta estupidez junta debe estar haciéndolo revolcar en su tumba al propio Mitre que a cínico ni le ganaba nadie.
Aquí la nota editorial de don “incógnito” en La Nación.
“Una beatificación de tono político-ideológico”
Monseñor Angelelli de ninguna manera constituye el modelo de ejemplaridad cristiana que la Iglesia exige para iniciar un proceso de canonizaciónLa Nación- 30 de julio de 2018
El 4 de agosto de 1976 falleció monseñor Enrique Angelelli, tras el vuelco del automóvil en el que viajaba en la ruta nacional 38, en La Rioja, junto al padre Arturo Pinto, quien sobrevivió. En el sumario inmediatamente labrado, luego de exhaustivas medidas de prueba -autopsia, peritaje accidentológico, fotos en el lugar del suceso y la declaración de Pinto, en la que alegó pérdida de la memoria y estado de shock-, se archivó la causa que en su momento se caratuló “Angelelli, monseñor Enrique A. s/fallecimiento”.
Pero varios años después, el fraile Antonio Puigjané, guerrillero que participó en el ataque al cuartel de La Tablada, alzándose en armas contra el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, formuló en Neuquén una denuncia en la que planteó la hipótesis del asesinato de Angelelli. En sentido contrario, en 1988, el diario La Prensa publicaba una declaración de monseñor Bernardo Witte, obispo de La Rioja, que expresaba: “Nos sorprendimos de que la misteriosa muerte de monseñor Angelelli haya sido caratulada de asesinato sin que se tengan las pruebas suficientes”.
Palabras de antes que no han perdido vigencia
Declaraciones de un testigo del hecho, Raúl Alberto Nacuzi, afirman que el conductor no era el obispo, sino Pinto, que fue quien instaló la versión de que un automóvil los iba persiguiendo para luego refugiarse en la supuesta pérdida de memoria. Al declararse incompetente el tribunal y, luego de recabarse nuevas pruebas y revisarse las adoptadas, la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba expresó en 1990 que, a pesar de las investigaciones y comprobaciones, resultaba imposible asegurar que el accidente hubiera sido provocado por una acción dolosa. Otros testigos declararon no haber visto ningún otro vehículo en el lugar, ni tampoco alejándose del accidente. Agotada la investigación, el tribunal dictaminó que, “atento que los medios de justificación acumulados no son suficientes para demostrar la perpetración del delito, en concordancia con lo dictaminado por el fiscal de cámara, este tribunal estima pertinente dictar el sobreseimiento provisional de la presente causa”.
En julio de 2014, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de La Rioja, considerando que se trataría de un crimen de lesa humanidad, arribó a la conclusión opuesta, lo cual no sorprende, dado que responde a la concepción imperante -en ese entonces y actualmente- respecto de que tales delitos pueden ser juzgados al margen de lo que fija el derecho penal y constitucional. Se condenó así a prisión perpetua al general Luciano Benjamín Menéndez y al comodoro Luis Estrella por el “crimen” (sic) de monseñor Angelelli, imputándolos como autores “mediatos”, una construcción jurídica de la que se ha hecho abuso en esta clase de juicios. En ese caso, permitió condenar a superiores jerárquicos de un crimen nunca probado, y en el que no existen autores “inmediatos”. La sentencia dio por cierto que el vuelco del auto en el que viajaba Angelelli tuvo su origen en la maniobra intencional de otro vehículo que cumplía órdenes impartidas por los jefes militares.
Aun si hipotéticamente fuera un asesinato, Angelelli no hubiera sido mártir por defender la fe. El obispo riojano tenía una activa y probada vinculación con la organización terrorista Montoneros. En la foto que acompaña este texto se lo ve oficiando misa con el cartel de esa agrupación a sus espaldas, mientras en sus homilías se pronunciaba a favor de la subversión y proponía armar a los jóvenes.
Con una beatificación o la canonización, la Iglesia proclama la ejemplaridad cristiana de la vida de una persona y autoriza su culto. Nunca se debe proponer un modelo violento y sectario. Por esta razón, no encontramos acertadas las palabras del actual obispo de La Rioja y vicepresidente