Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- La práctica del anarquismo: Reflexiones dispersas sobre limitaciones y posibilidades
- Sexo y que así sea
- [Vídeo] Afinidad: Más allá de la amistad
- Bakunin y Marx: una amistad imposible
- [Poema] Realidad
- CNT Santander trae a Cantabria la exposición "Mujeres Libres (1936-1939), precursoras de un mundo nuevo"
- Caracas maltratada
- ¡Ya en las calles!: El Sol Ácrata, Segunda Época, N°2, Julio 2018
Posted: 25 Jul 2018 05:18 AM PDT
Entre los anarquistas, a menudo nos encontramos con ideas que tienden a jerarquizar el orden de importancia de la visibilidad del quehacer revolucionario. Mientras unos le dan un papel “ineludible” a la Organización, otros consideran inexcusable el ejercicio de la violencia. Y es que sin duda, las formas de entender, pero además de apropiarse de la anarquía, transita por un camino bastante diverso, que aunque es rico en contenido, también nos tiene constantemente al límite de las confusiones y bajo amenaza de encapsulación definitiva, sobre todo, si no ponderamos que la realidad de nuestra práctica se enfrenta a un escenario completamente hostil, que a diario controla y reprime nuestras posibilidades de transformación.
Lo importante en este sentido es comprender que aunque unos no se “O”rganicen y otros no se encapuchen todos tenemos una vida cotidiana donde abrir un campo de batalla. Considero que todos los lugares son útiles para esparcir nuestros intentos por practicar la Libertad y no creo que haya ni lugares inapropiados, ni lugares privilegiados para su germinación, pues la dominación se encuentra atrincherada por todas partes. Limitaciones para una práctica cotidiana La vida en la sociedad capitalista se convierte diariamente en una nueva encrucijada, el sistema que padecemos se muestra tan bien sustentado sobre un engranaje complejo y absorbente, que nos envuelve provocativamente en un mar de contradicciones. Ser completamente consecuentes con las ideas que sustentamos es una imposibilidad práctica, dadas las ataduras que socialmente poseemos. Es cierto que considero un imperativo hacer de nuestra vida una búsqueda incansable de la libertad, pero reconozco que vivimos bajo un sistema que acomoda todos sus dispositivos para hacernos entrar a regañadientes en su maquinaria. Para quienes nos reivindicamos anarquistas es un objetivo vivir fuera de cualquier sistema que totalice sus normativas, que determine a priori los comportamientos y que domestique la voluntad general. En el sistema capitalista quisiéramos vivir alejados del consumo, distantes del trabajo asalariado, del dinero, de la tarjeta bancaria, del transporte público, incluso de la electricidad, y buscar por otros medios una vida más coherente con nuestros deseos. Pero es necesario mirar a nuestro alrededor y entender que aunque nuestra tenacidad antiautoritaria pueda romper a veces un muro, detrás de él se encuentran más paredes destinadas a mantenernos bajo control, y quizás cuántas vallas se encuentren más allá del próximo obstáculo. Por tanto, me parece apropiado puntualizar que vivir en esta sociedad no es un opción sino una determinación histórica. No es mi intención puntualizarlo para sostener la integración al sistema como un camino, por ningún motivo, al contrario, esos muros que pueden caer con nuestra acción nos permiten siempre visualizar más allá, pero bajo ningún punto de vista debemos confundirnos pensando que es posible ser completamente libres en el mundo de la esclavitud contemporánea, lo planteo en particular porque considero que aquella ilusión nos lleva al conformismo individual y a los juzgados morales de la anarquía. Sin duda, aunque deseemos evitar los vicios de esta sociedad, seguimos siendo parte de ella, precisamente porque no somos sujetos asociales, no podemos abstraernos de una realidad que día a día pasa frente a nuestros ojos, precisamente, porque es esa realidad la que nos ha llevado a sacar nuestras más difíciles conclusiones. En este sentido, no es extraño que tengamos un trabajo asalariado, que estudiemos en una institución de educación formal, que paguemos arriendo, que cancelemos nuestra entrada a un concierto o que vayamos de compras (y algo más) al supermercado. Algunos tendrán caminos aplaudibles para evitarse algunos de estos embrollos, pero en general, ni para los anarquistas ni para el resto de la sociedad, aquellas son decisiones “libremente” tomadas como individuos. Ahora bien, si nuestro concepto de “libertad” se adapta a la tradición liberal-capitalista es posible que esto sí sea un gesto de “Libertad”. Por nuestra parte, evidentemente que intentamos tensar nuestra vida para que cada día vivamos más la rebeldía y menos la pasividad; más la ayuda mutua y menos la competencia, más la libertad y menos la autoridad, pero no olvidamos que vivimos en un fase del capitalismo de control ultrasofisticado, donde sin duda en los últimos tiempos se ha estrechado más la distancia entre la espada y la pared que nos oprime y que nos recuerda a diario los costos de dirigir demasiado lejos nuestra vida refractaria. Cuando un compañero afirma que los explotados somos explotados porque queremos, se equivoca tanto como cuando el rico dice que somos pobres porque nos gusta la pobreza. Si consideráramos que en este sistema es posible conquistar la Libertad en todas sus dimensiones no tendríamos para qué seguir luchando contra él. Lo anterior no significa que a menudo no podamos agujerear las estructuras del poder con llamaradas de libertad, pero sí que éstas son esporádicas ya que son sofocadas rápidamente por los sostenedores del statu quo. La práctica independiente de la inserción o la desinserción El anarquista no necesita “insertarse” en espacios determinados, pues nuestra vida transcurre estando ya insertos en una realidad concreta, que contempla diversos escenarios que, de alguna forma, representan los lugares donde se vive la “cotidianidad”. Estos sitios suelen ser en nuestra sociedad la familia, la escuela, la universidad, el trabajo, la calle, etc. todos lugares donde compartimos con numerosas personas con intereses e ideas opuestas a las nuestras. Para mi la “transformación desde la vida cotidiana” no excluye los lugares donde más se hace patente la opresión, como el trabajo, el metro, el barrio, la escuela, etc. al contrario, es donde encuentro el inmenso valor de la tensión, del conflicto, que no tienen por qué evidenciarse solo a través de la violencia, sino que se encuentran enfrentados por nuestra propia práctica. Desechar mi práctica en los lugares donde no palpito la afinidad con otros, es someterse voluntariamente a una cotidianidad condicionada por la práctica de otros, a menudo, autoritaria, sexista, xenófoba, superloca, etc. La cuestión consiste fundamentalmente en ser nosotros mismos en todos lados, donde no es necesario llevar un parche para que se sepa que soy partidario de la Libertad, sino que se entiende porque mi practica es propositiva en sí misma, basta con decir lo que opino, poder defenderlo y actuar en la coherencia que las condiciones me permitan, tampoco hay porque ser un suicida cotidiano. Un mínimo de coherencia para mí, pasa por no subestimar el potencial intelectual o “revolucionario” de quienes no han visualizado en el antiautoritarismo un camino a seguir, pues (si es que existe un) nosotros no somos mejores que ellos, solo hemos llegado a distintas conclusiones y la modificación de nuestros valores más profundos a menudo no se consiguen con la lectura y el proselitismo, sino que se estimulan con el roce y contacto entre sujetos, con la discusión, la palabra y la acción. Pensarnos mejores que el resto, más puros o superiores moralmente nos posiciona sobre un podio que no queremos, una posición de asimetría que no lleva a otro lugar que el de la jerarquía social. Lo problemático en este sentido es no asumir esa inserción intrínseca en el mundo que odiamos y evitar el contacto humano, posicionándonos en la esfera del desprecio, aún peor, en el prejuicio, que parte de la idea de que, los que no son como yo, o no han llegado a mis conclusiones, son personas felices con sus condiciones de explotación y por tanto, mis enemigos. En la afinidad y un poco más allá Cuando planteo la necesidad de “cambiar las relaciones sociales” lo hago pensando en mis compañeros y en mi entorno más cercano, es cierto; pero también lo hago pensando en el sinnúmero de personas con quienes convivo a diario, a quienes, en su mayoría no conozco, no son ni mis amigos, ni poseo su historial conductual como para crearme un juicio respecto a su práctica cotidiana. Relacionarme horizontalmente con mis afines es un principio básico, pero practicar esa horizontalidad con personas que viven otras dinámicas, donde las jerarquías están normalizadas y la autoridad aceptada es un desafío mucho mayor, precisamente porque debería ser el antiautoritario el que rompe con los modelos establecidos por el sistema de dominación, y hacerlo constantemente significa abrir reacciones en cadena que pueden llevar a cuestionamientos mucho más profundos que la lectura de un panfleto o de este mismo periódico. Vivo y gozo a diario la afinidad, como anarquista intento conquistarla permanentemente. Y ahí están los verdaderos compañeros, cómplices hasta el final, en quienes puedo depositar lo mejor de mí, hacer volar las ideas y la imaginación ilegalista por doquier, con quienes me reconozco en mis pequeños, pero aguerridos grupos, eso existe, y coincido con todos quienes buscan multiplicarlo a ritmo desproporcionado. Pero también vivo todos los días las necesidades impuestas por el sistema, como decía anteriormente, poseo (al igual que usted) los grillos que el Estado y el capital nos han dejado, por tanto vivo condicionado y restringido en mis cotidianos desgarros. Es allí donde naturalmente no están mis afines para apoyarme y donde debo encontrarme con otros que sienten igual que yo el peso de la explotación. Para mí, la practica anarquista también debe considerar esta dimensión y entregarse a la búsqueda de respuestas con individuos con quienes pensamos muy distinto, es precisamente en ese lugar donde encuentro un campo abierto para posicionarme en conflicto, puedo perder o podemos ganar, pero es una pelea que hay que dar cuando el objetivo es la transformación definitiva de todas nuestras condiciones de existencia.
Luis A. Larevuelta
Publicado originalmente en el periódico Emancipación Libertaria # 10, Valencia (Esp.), 2016.
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Posted: 25 Jul 2018 05:13 AM PDT
Durante el reciente viaje a Chile, el papa Francisco, interpelado por algunos periodistas a propósito de los casos de pedofilia que alcanzan a la cúpula de la Iglesia chilena, ha querido minimizar las acusaciones, atrayéndose indignación y protestas –muy duras– de gran parte de la oposición. Recordemos los asaltos a las sedes episcopales y a las catedrales. Ahora, tras los materiales recogidos por su enviado Charles Scicluna (investigación imprescindible después de que las mentiras de la jerarquía de la Iglesia chilena resultaran insostenibles), Bergoglio ha tenido que cambiar de actitud.
Scicluna ha recogido nada menos que sesenta y cuatro testimonios entre Nueva York y Santiago de Chile, construyendo un expediente de dos mil trescientas páginas que ha depositado en el Vaticano el pasado 20 de marzo. Verdaderamente, la Iglesia chilena sale malparada, siempre infravalorando las acusaciones y rechazando escuchar a quien las hacía. Al Papa no le ha quedado otra que dar marcha atrás y escribir una carta a los obispos chilenos, hecha pública posteriormente, en la que afirma: “Por cuanto me compete, reconozco y así quiero que lo transmitáis fielmente, que he cometido graves equivocaciones de valoración y de percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Y desde ahora pido perdón a todos aquellos que he ofendido, y espero poderlo hacer personalmente en las próximas semanas en los encuentros que mantendré con los representantes de las personas que han testificado”. En el centro de los sucesos escabrosos se encuentra, entre otros, el obispo Juan Barros, colaborador de Fernando Karadima; este último, depredador en serie de menores, ha gozado durante mucho tiempo de la cobertura de los altos exponentes de la jerarquía eclesiástica, mientras que su protector Barros siempre ha negado estar al tanto de los actos cometidos por su colaborador, y el papa Francisco lo ha creído y defendido. Ahora el Papa agradece a los medios de comunicación su trabajo, así como a todos los protagonistas por evitar transformar la investigación de Scicluna en un “circo mediático”. Y en la carta citada, añade: “Ahora, tras una lectura meditada de los actos de esta ‘misión especial’, creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos hablan de forma descarnada y sin ambages de muchas vidas crucificadas, y confieso que eso me causa dolor y vergüenza”. Más allá de las palabras y del eventual dolor, permanece el hecho de que la Iglesia está entrampada en sus contradicciones, y difícilmente podrá escapar de ese callejón sin salida. La pedofilia continúa acechando el Trono de San Pedro más que otra amenaza, y en el Vaticano ya no saben qué inventar para recuperar la credibilidad y tapar las grietas. En ese sentido, el pasado 6 de mayo, con ocasión de la XXII Jornada dedicada a los niños víctimas de la pedofilia, el Vaticano ha organizado una gran manifestación en la plaza de San Pedro para demostrar su voluntad y empeño en este delicado tema. Pero dejadme decir, queridos lectores, que la escenografía de la plaza papal escogida para la Jornada, con sus columnas, parece representar dos grandes brazos de ogro que van a atrapar el cuerpo de un niño indefenso; no servirán los teléfonos azules o las asociaciones clericales como Meter Onlus del padre Fortunato Di Noto, cura de Avola (Siracusa), ahora identificado con la denuncia de la pornografía infantil en internet, para mistificar una tristísima realidad: la Iglesia católica es una factoría de pedófilos, y continuará siéndolo porque la homofobia reside en su naturaleza fundacional. Desde la ciudad de Ragusa (Italia), me señalan una iniciativa singular y de algún modo escandalosa: gais y familiares asociados a una sociedad específica, intentan encontrar una conciliación con la Iglesia. El pasado 21 de abril se ha celebrado una conferencia en los salones del Centro Social de los jesuitas, con la presencia del magistrado Eduardo Savarese, autor de la Carta de un homosexual a la Iglesia de Roma; se trata de una obra en la que se pretende, no sin esfuerzo y forzando mucho las cosas, demostrar la conciliación de la condición homosexual con los textos sagrados cristianos y católicos, deseando para sí y sus amigos un puestecito dentro de la gran familia clerical. La iniciativa, promovida por la AGEDO –Asociación de Padres y Amigos de Homosexuales– ha planteado el problema de la posibilidad para los gais y sus familiares de ser verdaderamente acogidos por la Iglesia, como si no fuese la propia Iglesia la que durante siglos ha determinado su discriminación, quemándolos en las hogueras, condenándolos a galeras, al escarnio, al desprecio, a la marginación, construyendo coartadas morales y políticas para un genocidio cuyos márgenes numéricos apenas han sido sondeados. La Iglesia, con su comportamiento todavía hoy revalidado en sus textos sagrados y en el nuevo Catecismo, ha proporcionado las bases culturales que hasta ahora mismo dan fuerza a la homofobia. Afortunadamente, me dicen que en la provincia en la que se producen estas extrañas operaciones de salvación del alma, otros individuos, siempre del mundo gai, se indignan y rebaten su neta distancia con los protagonistas y sus absurdas posiciones.
Fray Dudoso
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad, Julio de 2018
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Posted: 25 Jul 2018 05:08 AM PDT
Corto realizado por lxs compañerxs de SUB.MEDIA, este informátivo se basa en el texto “ARCHIPIÉLAGO: Afinidad, organización informal y proyectos insurreccionales“. Hemos traducido este video como un aporte para incentivar la propagación del germen anarquista insurrecional y entrar en un debate respecto a los objetivos y bases para afrontar la guerra social que se desarrolla en las distintas regiones del mundo.
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Posted: 25 Jul 2018 04:48 AM PDT
Para entender la cosmovisión bakunista, y más aún su ‘biblia’ anarquista (Consideraciones filosóficas sobre el fantasma divino, sobre el mundo real y sobre el hombre), es necesario entender previamente su relación política y personal con otro hombre, Karl Marx.
La primera vez que Mijaíl Bakunin y Karl Marx se encontraron fue en el París de 1844, junto con otros refugiados políticos de diversas partes de la Europa decimonónica. Bakunin se hospedó primeramente en el local donde se editaba el diario político ‘Vorwärts’, en el cual escribían Marx, Engels, Ruge, Bernstein, Herwegh, entre otros. Al principio, Bakunin fue un huésped poco molesto, pues aun no estaba interesado en aquello que se debatía en el Comité de Redacción de aquel diario. Así pues, Bakunin se comenzó a caracterizar por estar poco por casa. “¿Por qué no escribe nada Bakunin?” le preguntaba Engels a Marx en una carta de enero de 1845. Bakunin, también prematuramente comenzó a tener un gran respeto y admiración –y así fue hasta su muerte- por Karl Marx, como el propio ruso escribiría en 1844: “Marx está mucho más avanzado que nosotros”. Pero esta admiración no debía confundirse con lo que solemos llamar amistad, como algunos pretenden o han pretendido hacer ver. La relación entre Marx y Bakunin siempre fue una relación de amor-odio, llena de altibajos, pero nunca hubo una amistad sincera, pues sus enfrentamientos políticos se entrelazaban con lo personal, con lo que nunca se sabía si era lo personal o lo político lo que precedía a sus enfrentamientos. Decía Bakunin: “Nos veíamos con frecuencia, pues yo le respetaba mucho por su ciencia y por su dedicación apasionante y seria, aunque siempre mezclada con vanidad personal, a la causa del proletariado… Sin embargo, entre nosotros nunca hubo amistad franca. Nuestros temperamentos no lo permitían. Él me trataba de idealista sentimental, y tenía razón; yo le llamaba vanidoso pérfido, y también tenía razón.” Pero pronto empezaron los problemas de Bakunin para con “los alemanes”. En una carta del ruso a Herwegh en 1847 le dice que “los alemanes –Marx sobre todo- dan curso a su malignidad habitual”. ¿A qué malignidad se refería Mijaíl Bakunin? Se refería, pues, a las infames acusaciones que comenzaron a verterse sobre su persona por parte de los alemanes ya que, no siendo aún anarquista colectivista, comenzó a frecuentar a todas horas las organizaciones obreras. Bakunin no escribía, pero actuaba, y mucho. Una prueba de esa “malignidad” alemana la encontramos en la Neue Rheinische Zeitung, en su número del 6 de julio de 1848 –dirigido por Marx- en la que se asegura que Bakunin es un espía del Zar y que se tenía “pruebas fehacientes de ello”. Durante ese mismo año, en Berlín, Mijaíl se vuelve a encontrar con Karl Marx y el primero cuenta lo siguiente: “Amigos comunes nos forzaron a abrazarnos. Entonces en una conversación medio en broma medio en serio, Marx me dijo: ‘¿Sabes que ahora estoy a la cabeza de una sociedad comunista secreta tan bien disciplinada que si yo dijese a uno de sus miembros ¡Mata a Bakunin!, él te habría matado?’ Yo le respondí que si su sociedad secreta no tenía otra cosa que hacer más que matar a las gentes que no les gustaban, no podría ser más que una sociedad de criados o de fanfarrones ridículos.” De 1848 hasta 1861 Mijaíl Bakunin pasaría doce años en prisión, e incluso durante este periodo de tiempo, las calumnias procedentes desde los círculos de Marx no cesaron. Incluso se llegó a decir que su salida de prisión tras doce años de cautiverio fue obra del gobierno del Zar. Tras salir de prisión, Bakunin llega a Londres en 1863 y retoma la traducción del Manifiesto Comunista al ruso. Y Marx, de forma muy sincera dice del ruso: “Es, en resumen, uno de los raros hombres de quien, después de dieciséis años, constato progreso y no retroceso.” (Carta a Engels el 4 de noviembre de 1863) En esta época, Mijaíl Bakunin comenzó abandonar su nacionalismo paneslavista para recabar en el anarquismo, cosa que hizo que Marx lo viera como mejores ojos, y es cuando le invita formalmente a que se sume a la Primera Internacional. Es menester señalar que durante ese momento Bakunin lideraba la “Liga de la Paz y la Libertad” y que pretendía entrar en la Primera Internacional junto con su organización. De forma paralela a esto, Bakunin le dice a Marx mediante una carta, para dar su confirmación de entrada en la Primera Internacional, lo siguiente: “[…] Tú te preguntas si yo sigo siendo amigo tuyo. Sí, más que nunca, querido Marx, porque más que nunca he llegado a comprender cuánta razón llevabas al seguir, y al invitarnos a seguir, la gran ruta de la revolución económica y al denigrar a los que de entre nosotros podían perderse en empresas ya nacionalistas, ya exclusivamente políticas. Yo hago ahora lo que tú has comenzado has comenzado a hacer hace más de veinte años. Después de los adioses solemnes y públicos que he dirigido a los burgueses del Congreso de Berna, no conozco ya ninguna otra sociedad, ningún otro mundo que el de los trabajadores. Mi patria ahora es la Internacional, de la que tú eres uno de los principales fundadores. Ya ves, querido amigo, que soy tu discípulo y que nunca he dejado de serlo. He aquí todo lo que era necesario para explicarte mis relaciones y mis sentimientos personales.” Al leer estas palabras de Bakunin hacia Marx, uno no puede sentirse sino perplejo. Bakunin, aunque no en materia política, comienza a aceptar y suscribir la economía política de Marx. Y es por ello que, aunque unidos por la visión económica, sus visiones contrapuestas en lo ideológico se harán patente en los primeros meses de la Primera Internacional. Pero Marx no se fió de esas aduladoras palabras de Bakunin,y fue tajante al negarle la entrada con su organización. Bakunin, pues, tuvo que disolver su Liga y entrar todos como militantes rasos, aunque al poco tiempo Bakunin ya sería un líder indiscutible de la Primera Internacional. A partir de aquí, el espectáculo dado por Marx y Bakunin en cada intervención en la Primera Internacional será mayor que el anterior. Por ejemplo, Bakunin escribe el 28 de octubre de 1869: “Podría llegar, en breve, el momento en que yo entablase una lucha contra él [Marx], no por motivos personales, sino por una cuestión de principios, a propósito del comunismo de Estado, de lo que él mismo y los partidarios ingleses y alemanes que él dirige son los más calurosos partidarios. Entonces será una lucha a muerte. Pero hay tiempo para todo, y la hora no ha llegado aún para tal lucha.” Aun así, Mijaíl Bakunin siempre fue más directo y honesto que Karl Marx, pues de su adversario alemán siempre recordaba –y lo ponía siempre por delante- los aspectos positivos a tener en cuenta. Esto queda patente, en la misma carta anterior, en la que le dice a Herzen: “[…] Sé tan bien como tú que Marx no es menos culpable que los demás de la campaña de calumnias vertida contra nosotros; no ignoro siquiera que ha sido el instigador y el hacedor de tan calumniosa e infamante polémica desencadenada contra nosotros. ¿Por qué entonces le he ensalzado? Le he ensalzado, e incluso he hecho más que esto: le he conferido el título de excelso. Por dos razones, mi querido Herzen. La primera es la justicia. Dejando de lado todas sus villanías que ha vomitado contra nosotros, nosotros no podíamos desconocer, al menos yo, los grandes servicios que ha rendido a la causa socialista desde hace más de veinticinco años, en los que nos ha sobrepasado a todos. Es también uno de los primeros organizadores, si no el incitador, de la Sociedad Internacional. Desde mi punto de vista, ello es un mérito enorme que siempre le reconoceré, cualquiera que sea su actitud hacia nosotros. La segunda razón es la política, una táctica que creo que es justa. Yo sé que a tus ojos soy un mediocre político. No creas que mis palabras son producto del amor propio si digo que te equivocas mucho. Pues tú me juzgas por mis actos en la sociedad civilizada, en el mundo burgués en que, en efecto, yo actúo sin preocuparme de la táctica y sin la menor reserva… Pero Marx es indudablemente un hombre muy útil en la Sociedad Internacional. Hasta el presente, su partido ejerce una influencia sabia y presente, el más fuerte apoyo del socialismo, el más firme sostén contra las ideas y tendencias burguesas. Y yo no me perdonaría nunca si debilitase o atenuase su bienhechora influencia por el simple fin de vengarme de él.” Y así podemos dar por terminada la explicación sobre la azarosa relación entre Karl Marx y Mijaíl Bakunin, que seguiría dando estos altibajos hasta la muerte de ambos y que tendría su momento culminante cuando en 1870 se escribe la obra CONSIDERACIONES FILOSÓFICAS. Por ejemplo, en ese mismo año, Bakunin escribe: “Marx ha rendido grandes servicios al socialismo. Pero es preciso decir al mismo tiempo que es un ser con el que no se puede convivir en modo alguno, un carácter detestable, vanidoso, irascible, celoso, susceptible, disimulado, pérfido y capaz de grandes villanías y, desde luego, intrigante al máximo, como los son todos los judíos”. Y así llegaría el surgimiento de la Comuna de París, hito histórico donde los postulados de Bakunin y Marx se aproximarían más. La obra ‘Consideraciones filosóficas’, la “biblia invertida” del bakuninismo, es prueba fehaciente de la relación competitiva entre Bakunin y el alemán. Los ataques al centralismo doctrinario (dogmatismo) de “los alemanes” o la “escuela judía”, es decir, de Marx, será algo muy recurrente. Pero por el contrario se respetan –y hasta veneran- las tesis de Marx en la cuestión económica.
Borja Mera Barriobero (@borjalibertario )
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Posted: 25 Jul 2018 04:30 AM PDT
Fantasía dura y cruel,
¿no será que estamos condenadas a vivirte?
Nudo en la garganta al amanecer,
¿no será un espejismo mágico el de la existencia que nos rodea?
Más, ¿qué es existir?
¿Quién o qué moldea todo para crear un universo como este? ¿Qué hacemos todas aquí?
Capricho incógnito
el de por qué y cómo esta la existencia ligada a nosotras, ¿qué será esta sustancia que llamamos realidad?
Con una frase se me presentó
una noche, y dice así: “la realidad es una fantasía que moldeamos con nuestros actos y actitudes.”
-Richie punk
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Posted: 25 Jul 2018 04:25 AM PDT
Del 28 de julio al 3 de agosto de 2018 se podrá visitar en la sala de exposiciones de la Escuela de Náutica (Gamazo 1), de 18.00 a 21.00 horas.
La inauguración será el viernes 27 de julio a las 19.00 en la misma Sala de exposiciones con la participación de Sonia Lojo, comisaria de la exposición.
Organizado por CNT Santander y la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo (FAL), y con la colaboración del Vicerrectorado de Cultura y Participación Social de la Universidad de Cantabria.
La exposición Mujeres Libres (1936-39), precursoras de un mundo nuevo, trata de recuperar la historia olvidada de la organización Mujeres Libres, una agrupación femenina surgida en el seno del movimiento libertario durante el año 1936, cuyo propósito era unir a las mujeres de clase obrera para luchar por su emancipación.Sus precursoras —Amparo Poch y Gascón, Mercedes Comaposada y Lucía Sánchez Saornil— entendieron que, si querían contribuir a la lucha social de sus compañeros de sindicato deberían organizarse de forma autónoma para formarse y crear herramientas propias. Con ese objetivo, Mujeres Libres desarrolló un amplio programa dedicado a concienciar y elevar la cultura de las mujeres a través de la educación y la formación laboral. Lucharon, así, por superar lo que denominaban triple esclavitud de la mujer obrera: de la ignorancia, de las injusticias derivadas de su condición de mujeres y por pertenecer a la clase trabajadora. Transcurridas ocho décadas desde su creación, la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo ha tratado de rescatar del olvido el patrimonio legado por estas mujeres mediante esta exposición itinerante, para darles el reconocimiento que merecen y que su lucha sirva de experiencia y aprendizaje al movimiento feminista actual. La muestra está compuesta por 16 paneles, además de materiales sonoros, gráficos y audiovisuales, con información sobre la gestación y desarrollo de la organización, sus reivindicaciones y ámbitos de actuación, sus planteamientos sobre igualdad, educación, trabajo, sexualidad y su participación en la lucha contra el fascismo. Desde CNT Santander destacan cómo Mujeres Libres “forman una parte de la genealogía movimiento feminista actual, anticipando debates que aún siguen vivos” y destacan “su lucha por la igualdad y la libertad”. Read more ... |
Posted: 25 Jul 2018 04:20 AM PDT
Caótica y desasistida la sultana del Ávila celebra, aunque sin mucha motivación, el 451º aniversario de su fundación a cargo del capitán español don Diego de Lozada, cuando el 25 de julio de 1567 el valle de Caracas, hoy día capital de la República y centro de los poderes, la habitaba la tribu indígena de los toromaímas, descendientes de los Caribes, bravíos con fuerza y valentía por la defensa de su territorio, aunque ya por 1560 el mestizo Francisco Falardo había intentado colonizarla, por lo que ya se sabía de la resistencia para lograr su establecimiento, como Santiago de León de Caracas, nombre con el cual, hoy día, no la refundaría Lozada, sino como Santiago de León del caos y la desidia ya que desde entones, aparte de Antonio Guzmán Blanco es por quien no tenemos nuestras principales iglesias y templos improvisados bajo caneyes y potreros con empalizadas, también repentizados como plazas públicas, así como del coronel Carlos Delgado Chalbaud, cuando durante su administración se crea la Zona Metropolitana de Caracas, hoy Gran Caracas, porque ya se palpaba desde la misma época de La Colonia, el auge demográfico de la misma en virtud de sus ventajas y posición geográfica, para delicia de gente de provincia, europeos y turistas provenientes de cualesquiera partes del mundo.
Lamentablemente, nuestra otrora ciudad de la eterna primavera, y de los techos rojos, privilegio de unos pocos, es víctima de la improvisación, el politiqueo y la corrupción, razones por las que ostenta, hoy por hoy, un aspecto de abandono, miseria e insalubridad a causa, entre otras, de un servicio pésimo recolector de basura y de un sistema de bombeo de agua potable deteriorado, íntegramente, aparte de considerarse como una de las ciudades más inseguras del mundo.
Isaías A. Márquez Díaz
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Posted: 24 Jul 2018 11:41 AM PDT
EDITORIAL: Encontrarnos. ARTÍCULO: Apreciaciones en torno a la Revuelta Feminista. – Las venas abiertas de la minería del Litio. BREVES: Encuentro de Mujeres Pobladoras y Trabajadoras en Antofagasta. – El ex Centro de Detención y Tortura Providencia abrió sus puertas – “No más racismo”: Estudiantes se toman Liceo Agrícola de Azapa. INFO: Tensionando el consenso extractivista en el norte semiárido. LA IDEA: 1er Encuentro Andino del Libro y la Propaganda Anarquista. INTERNACIONALES, POESÍA Y ALGO MÁS… Para leer y descargar: https://periodicoelsolacrata.wordpress.com/2018/07/06/el-sol-acrata-segunda-epoca-n2-julio-2018/ Read more ... |
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