LA PRENSA CANALLA Y LAS HUELGAS “SALVAJES” Luis Enrique Ramírez
Bastó que desde el discurso oficial se hablara de la huelga “salvaje” de los trabajadores aeronáuticos (5 gremios), para que toda la prensa canalla utilizara el término en títulos de catástrofe, sin tener la menor idea de lo que quiere decir, y con un intencionado olvido de las verdaderas causas del conflicto y de su evolución. Se trata de un claro ejercicio de la hegemonía cultural que ella impone, en la cual las palabras dicen lo que ella quiere que digan.
Históricamente se habla de “huelga salvaje” cuando, además del cese concertado de tareas, se ejerce violencia física sobre bienes y personas, o cuando se provoca un daño absolutamente desproporcionado respecto a la reivindicación laboral buscada. Nada de eso ocurre con las medidas de fuerza de los trabajadores aeronáuticos. Los perjuicios a los usuarios son lamentables, no queridos, pero inevitables, como en todos los casos de trabajadores de los servicios públicos. Y, hasta ahora al menos, a nadie se le ocurrió prohibir la huelga en esos sectores, salvo excepciones, ya que la OIT no lo admitiría.
A veces olvidamos que el derecho a huelga no es un derecho constitucional más. Es mucho más que eso. Es parte del pacto social que le ha permitido a sistema capitalista sobrevivir hasta nuestros días. Si los trabajadores resignaron su primigenia intención de destruirlo, fue a cambio del reconocimiento de ciertos derechos fundamentales, como el derecho de huelga. Aunque es claro que en la actual coyuntura histórica hay una indisimulada intención de los sectores sociales dominantes de denunciar aquel pacto y avanzar sobre esos derechos.
¿Qué sería lo contrario a una huelga “salvaje”? ¿Una huelga poco o nada dañosa? Eso no sería huelga. De todas formas, vale la pena recordar que, cuando los pilotos recurrieron a la lectura de un breve comunicado durante los vuelos, explicando el conflicto, fueron denunciados penalmente. ¡Palos porque bogas. Y si no bogas… palos también!
La huelga de los trabajadores aeronáuticos no es “salvaje”. Lo que es salvaje es la política de ajuste del gobierno, el brutal endeudamiento del país, la increíble devaluación de la moneda, la rebaja de los salarios de los trabajadores argentinos y la represión de la protesta social.
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