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Juan Fal (PERIFERIA)
Notas sobre el control territorial, social y biológico.*
1. Introducción:
Muchas de las grandes corporaciones y de los gobiernos más poderosos ensalzan el uso de nuevas tecnologías -incluyendo la genómica, la nanotecnología y la biología sintética- para la transformación de la biomasa en productos de alto valor1 como uno de los mecanismos para garantizar la sustitución de la industria petroquímica por la bioeconomía. El impacto económico, social y ecológico de esta propuesta para la periferia capitalista promete ser muy importante, ya que ahí se concentran los mayores reservorios de biomasa acuática y terrestre.
El acaparamiento de los recursos, implicado en las operaciones de fusión y adquisición corporativa -especialmente en el sur- es impulsado, mayormente, por la lucha por alcanzar una “seguridad en el abasto de materias primas” es decir, la adquisición de recursos naturales estratégicos que incluyen la tierra cultivable, las materias primas a granel, los minerales metálicos y no metálicos extraídos del subsuelo y, ahora también, el material vegetal genérico en calidad de reserva de biomasa.2
La amalgama de intereses en juego es percibido claramente por Andrés Barreda al señalar:
[….] como el objeto técnico en cuestión (la biodiversidad y la biotecnología) afecta la gestión general de toda la biosfera, y por ahí, de todos los procesos mundiales de producción primaria, de la emisión de contaminantes derivados de todas las industrias mundiales de transformación, de la alimentación del mundo y de la gestión médica de la reproducción de la fuerza de trabajo, la gestión de este negocio involucra forzosamente la participación de los Estados Nacionales y los organismos políticos internacionales. De ahí también el involucramiento directo de los órganos financieros internacionales como el Banco Mundial, encargados de diseñar y regular la inclusión en las políticas públicas de megaproyectos articuladores de un nuevo uso del suelo, un nuevo patrón técnico de producción y el proceso general de acumulación.3
El cruce de intereses señalado significa plantear la discusión en términos geoeconómicos y geopolíticos4, en tanto que lo está presente es la subordinación latinoamericana a las políticas emanadas de los centros capitalistas e impulsadas por las transnacionales y los organismos financieros internacionales, dado que lo que se encuentra detrás de este esquema -en un ambiente de agotamiento de recursos estratégicos- es el zarpazo sobre nuestros recursos naturales, que no solamente incluyen el petróleo, sino también nuestra biodiversidad, cuestión central en la transición que estamos viviendo.
Lo planteado, coloca a la región latinoamericana en un lugar estratégico, no como patio trasero como han señalado algunos autores de la talla de Chomsky.5 La situación se profundiza en la actualidad ya que lo que está en juego para Estados Unidos, en tanto país capitalista central con primacía mundial en un mundo crecientemente multipolarizado, es su propio sostenimiento material en un marco donde su sobre-extensión imperial se da en paralelo a crecientes dificultades en el auto-abastecimiento de recursos naturales no renovables. De ahí que su política exterior se base en la actualidad en la captura de los recursos estratégicos, a través de un esquema de tipo colonial / Imperial6 que responde a la preservación del dominio7 por medio del control militar / empresarial de los recursos naturales estratégicos del plantea, petróleo, gas natural, minerales, agua y biodiversidad, en su gran mayoría ubicados en la periferia capitalista.
Es un esquema presente en la historia contemporánea de la geopolítica estadounidense, que nos muestra que su objetivo central, luego de la segunda guerra mundial, ha sido la expansión política, militar y corporativa a las diferentes fronteras, ya sea a través de proyectos económicos como el Plan Marshall como en una masiva presencia militar a escala global, por medio de bases, sistemas militares regionales y programas de asistencia militar. Dichas estructuras han sido diseñadas para otorgar garantías político-militares a las inversiones y siempre han estado en estrecha relación con las de orden comercial y financiero que surgieron de los arreglos de Bretton Woods como el Fondo Monetario Internacional, el Gatt y el Banco Mundial.8 Ha sido esta relación funcional entre la geopolítica y la geoeconomía sobre la que se ha fundamentado la expansión estadounidense en América Latina,9 donde las operaciones políticas, económicas, militares y sociales para desestabilizar a los gobiernos latinoamericanos y, de esa manera, combatir a los movimientos insurgentes y lograr el control de sus economías, lo cual incluye a los recursos estratégicos10, han sido innumerables, siendo los casos de Chile y México los ejemplos más claros.
La necesidad de captura de los recursos naturales por parte de los Estados Unidos se profundiza en la actualidad producto del peak oil11, lo cual nos obliga a pensar y a estar atentos sobre el accionar que lleva a cabo para lograr su cometido. Es por eso que resulta de la mayor importancia analizar diacrónica y sincrónicamente las maniobras estadounidenses en América Latina, para la cual es relevante considerar los órganos ejecutores que han materializado dicho accionar en los diferentes países. Entre ellos, los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), verdaderos brazos políticos de los Estados Unidos en el mundo.
En arreglo a lo planteado anteriormente y considerando el rol que han tenido estos organismos en la ejecución de la política exterior estadounidense, es que analizaremos la injerencia del BM en Argentina, en tanto ha sido uno de los organismos que mayor penetración ha tenido en el país. Es en el diseño y aplicación de sus políticas donde se encuentran parte de las acciones que explican el desmantelamiento del aparato industrial argentino y las modificaciones en el manejo de su suelo. Para ello, abordaremos, en primer lugar, el estudio de los antecedentes del Banco Mundial en Argentina. Luego, intentaremos señalar, en base a los trabajos ya realizados como a investigación propia, los principales préstamos otorgados por el BM a la Argentina durante los años dos mil y cuál fue el impacto que dichos préstamos tuvieron sobre la estructura económica del país, su agricultura y uso del suelo, como un primer abordaje en el análisis del control territorial, social y biológico llevado a cabo por el Banco Mundial en nuestro país. Por último, se presentan los comentarios finales.
2. El Banco Mundial en la Argentina
2.1 Antecedentes: los inicios de una relación colonial / imperial
La revisión de las principales operaciones del BM en Argentina durante fines de la década de los noventa y la de los dos mil, muestra una profunda continuidad del contenido concreto en que operan los principios rectores del imperialismo, pese a que la forma a la largo del tiempo cambie. Es así que se pueden distinguir dos grandes períodos sobre el accionar del BM en Argentina. El primero cubre casi la totalidad de la década de los noventa, del cual no nos ocuparemos en profundidad, en tanto no es el objetivo primordial de este trabajo, mientras que el segundo, va de 1997 al 2010.12 Durante los noventa, existió un claro eje de programas que llevó a cabo lo que hemos denominado “el acorralamiento”, materializado en los programas de reforma del Estado que apuntaron a entorpecer la reproducción de la fuerza de trabajo por un lado -ya sea a través de los proyectos sanitarios como aquellos aplicados al ámbito educativo- y la venta de los recursos estratégicos por el otro. El segundo período supone la continuación de la reforma del Estado, pero se le agrega el financiamiento de la plataforma agroexportadora a través de los proyectos de construcción de carreteras, el financiamiento de drenajes de canales orientados a la producción agrícola, el cuidado de la biodiversidad y el agua y el financiamiento para lograr “mayor competitividad” de los pequeños y medianos productores y comunidades indígenas. La mayoría de estos proyectos se localizan en el norte argentino.
La hipótesis que sostenemos en relación al impacto de las políticas impulsadas y el condicionamiento ejercido por el BM sobre la Argentina no ocurren en un vacío de poder interno. Se dan en el marco de una de las derrotas más importantes que sufriera el movimiento obrero argentino, cuyo resultado fue la pérdida de poder de disputa económica y política por parte de dicho sector. La dictadura argentina del 76, a sangre y fuego, implementaría una de las políticas más violentas que conociera el siglo XX en toda Latinoamérica.
Por lo tanto, es en el cruce entre las políticas implementadas por la dictadura y fogoneadas y financiadas por el BM que deben buscarse las razones de la reprimarización y el desmantelamiento del aparato productivo industrial. Resulta claro entonces plantear que el accionar del Banco Mundial se construye en el transcurso de un cambio de época en Argentina, en parte por ellos impulsado, que significó la caída del modelo de sustitución de importaciones y, con él, el retorno de la reprimarización y el comienzo de la modificación en el uso del suelo.
El primer préstamo otorgado fue en 1961, y durante los años subsiguientes el contacto de la Argentina con el BM será esporádico. Recuperada la democracia, en 1983, la Argentina volvería a tener un mayor acercamiento con el BM, contacto que se profundizará a fines del gobierno de Alfonsín.13 Dicha relación, pese a ser fuerte, no estuvo marcada por un gran volumen de préstamo.14 Pero fue preparando el terreno en el plano de las burocracias estatales y la construcción de subjetividad de la población respecto de que no existía otra posibilidad para superar la crisis que la toma de crédito de los organismos financieros internacionales. Situación facilitada por la derrota del movimiento obrero y las guerrillas locales, así como por la llegada de un grupo de jóvenes15 formados todos ellos en Estados Unidos bajo la impronta ideológica del neoliberalismo, los que ocuparían cargos importantes en el Ministerio de Economía. Debido a la fuerte presión del FMI por las diferencias con el Ministro de Economía argentino Bernardo Grinspun, Alfonsín le pide la renuncia luego de un año de gestión. Este sería el reinicio de la relación con los entes subrogados al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (BM, BID, FMI). Con Juan Vital Sourrouille como nuevo Ministro de Economía, el país comenzaría a conocer el neoliberalismo en democracia. Fuertemente condicionado por la deuda externa y las presiones de los organismos internacionales, se produce la llegada del BM. A fines de 1984 comienzan los primeros análisis del BM para diagnosticar las necesidades del país, y en 1986 se terminan de definir las prioridades. Entre ellas, la principal fue la reforma del Estado. El organismo esperaba poder contribuir con la reforma al saneamiento fiscal del sector público por medio del mejoramiento y control de aduanas, de programas de inversión del Ministerio de Obras y Servicios Públicos, gestión de empresas públicas, etc.
A fines de 1987 la Argentina solicita una serie de préstamos, muchos de los cuales quedaron en suspenso o fueron cancelados por no haber llegado a un acuerdo con el BM. La decisión del Banco se fundamentó en el incumplimiento del control fiscal y de las “reformas” estructurales comprometidas por el gobierno argentino.16 El gobierno había acordado dos proyectos: de “desregulación” y de “desmonopolización” de los servicios públicos (cuyo resultado fue la privatización), y ellos figuraban como condicionalidades en el pliego acordado con el BM. Las negociaciones para la venta parcial de las compañías estatales de teléfonos y aviación, si bien no se concretan durante este gobierno, figuran como condicionalidades.17 A las presiones externas se suman los grupos económicos locales. El FMI anuncia la suspensión del préstamo Stand-By, y los bancos privados respondieron suspendiendo los préstamos que ya tenían otorgados. En la política del BM de fines de los años 80 se expresa claramente la profundización de los intereses de Estados Unidos en el tercer mundo, materializado a partir del triunfo de Ronald Reagan en 1981 y el cambio de su política exterior en favor de la captura de recursos estratégicos y los intereses de sus transnacionales. Las palabras de Roger Altman resultan elocuentes sobre los intereses empresariales de Estados Unidos y como la política de Banco Mundial debía sumirse a ellos. Para el ex secretario adjunto del Tesoro de los Estados Unidos (1977/80) y miembro importante de la Comisión Trilateral, el Banco Mundial debía [….] orientar sus esfuerzos hacia el alivio de la deuda y abandonar aquellos proyectos de infraestructura a los cuales contribuyó durante sus cuarenta años de vida. Preocupa que los países subdesarrollados como consecuencia de su deuda se vean afectados para importar, situación que resulta perjudicial para Estados Unidos. Ante esta situación, sugiere un cambio de rumbo en las políticas del Banco Mundial; entre las acciones propone: 1) Aumentar sus préstamos a los gobiernos nacionales debilitados. 2) Administrar sus activos de forma más creativa para financiar esos mayores préstamos. 3) El Banco Mundial debería insistir en que las naciones con superávit, en particular Japón y Alemania Federal, aporten una parte mayor del aumento de capital solicitado. 4) Por último, que cualquiera sea el plan concreto, el hecho es que debe ser hecho por el Banco Mundial.18
Otro de los argumentos en esta misma línea sostenía por aquellos años que el Banco Mundial debía abandonar los préstamos bilaterales y canalizar tales montos por su intermedio. La tendencia por parte de Estados Unidos a disminuir los préstamos bilaterales tenía un doble beneficio, como sugería James Baker, secretario del Tesoro durante el gobierno de Reagan:
[….] que el Banco Mundial resulta un aliado estratégico para Estados Unidos, con la ventaja adicional de que los dólares allí depositados rinden muchísimo más que los gastos en ayuda bilateral.19
El segundo beneficiario de dicha política eran las empresas.20 Hacia fines de los años 80 el proyecto de Banco Mundial era muy claro. En él se encontraban claramente expresados los intereses de las empresas transnacionales estadounidenses, así como los del gobierno norteamericano. El objetivo estaba definido: condicionar y forzar las políticas de ajuste estructural. De esta manera se podría acceder al control, previo desmantelamiento del aparatado productivo y de la burocracia capaz de pensarlo y desarrollarlo, de los recursos estratégicos nacionales, donde las empresas estadounidenses cumplirían un rol destacado.
En este marco, el BM otorgó, a lo largo de los años 90, cuatro tipos de préstamos a través del BIRF: 1) los destinados a programas sociales; 2) a la infraestructura; 3) ajuste estructural y 4) asistencia técnica. Todos ellos concedidos en los primeros años (1991/96) con obligaciones de pago que superarían la propia década de los 90. Durante ese primer período se otorgaron 24 créditos y a partir de 1996 se autorizaron veintiséis nuevos préstamos, de los cuales la mitad estuvieron destinados a sellar las reformas estructurales encaradas en la primera etapa y que no habían sido incluidos hasta ese entonces, como es el proyecto de reforma de las obras sociales sindicales21, que suponía traspasarlas a manos privadas, así como también extender la privatización de otros sectores como la de los aeropuertos y el transporte público de la ciudad de Buenos Aires (subterráneos y ferrocarriles metropolitanos). La implicancia de cada uno de estos proyectos fue diferente, en tanto impulsaron el proceso de desmantelamiento del aparato productivo, y, con ello, la desnacionalización de los recursos estratégicos de la Nación, así como la propia capacidad de reproducción de la fuerza de trabajo.
2.2 El Banco Mundial de fines de la década de los noventa y principios de los dos mil, 1997/2010
Hacia fines de la década de los noventa el interés de Washington y el BM sobre la Argentina cambia. Comienzan a prestarle más atención a la agricultura del norte argentino, sus carreteras, biodiversidad y agua, lo cual ha sido una novedad de los últimos 15 años si consideramos toda la relación entre el BM y la Argentina. La materialización de ese interés se observa en los proyectos que han financiado para la construcción de carreteras, el fomento de la “competitividad” de los pequeños y medianos productores, que no es otra cosa que el financiamiento de la agricultura industrial, la construcción de canales de drenaje para el desarrollo del sector agrícola y el cuidado de la biodiversidad y el agua. Proyectos que en su conjunto conforman un principio de control territorial, social y biológico. Es notorio como el BM cambia el eje de su intervención en la Argentina a fines de la década de los noventa, línea que se profundiza en los dos mil, pasando de hacer un fuerte hincapié en la reforma del Estado a interesarse por la captura de la biodiversidad y por la consolidación de una plataforma agroexportadora a través del control de los pequeños y medianos productores y el desarrollo de la infraestructura vial.
Luego de haber impulsado la reforma del Estado argentino, de promover la privatización de sus recursos estratégicos y dificultar la reproducción de su fuerza de trabajo, el BM va por la agricultura, sin dejar de ejercer la condicionalidad acreedora que lo ha caracterizado. Hay que considerar que la disputa por los recursos naturales está en el marco de una estrategia más amplia que incluye al IIRSA y otros proyectos de la misma índole, cuyo objetivon es garantizar la captura de la biodiversidad en tanto materia prima de la ingeniería genética. Este es el camino que propone el BM como salida al agotamiento de los recursos fósiles convencionales. Es decir, lo que está en disputa es la transición energética.
Esta es la verdadera magnitud del problema desde el punto de vista geopolítico y así lo ha planteado Estados Unidos desde la segunda posguerra: la cuestión es posibilitar el abastecimiento de los recursos estratégicos necesarios para garantizar el sustento de su propio crecimiento, para lo cual, diseña e implementa estrategias de control territorial sobre los países periféricos, ya sea a través de intervenciones directas como las militares, o bien aquellas tendientes a provocar inestabilidad política y social, o las dirigidas a no permitir la industrialización y, por lo tanto, el no consumo de recursos naturales, entre otras , para los cuales el BM es uno de sus brazos ejecutores.
El total de proyectos que financió el Banco durante este período fue de 96 y 23 de ellos se destinaron a los objetivos señalados anteriormente (Cuadro N° 1). El monto de estos proyectos alcanzó los 4.411 millones de US$. Además, numerosos proyectos continuaron, condicionalidad acreedora mediante, con la reforma del Estado y otros financiaron trabajos de asesoría en materia de salud y educación.
Sin embargo, lo que se observa es un cambio rotundo en el tipo de proyectos que financia el BM en Argentina, comparando con la primera etapa de los noventa. Cambio que fue acompañado por modificaciones en el ámbito de la legislación, no solo por permitir la entrada de los transgénicos, cuestión que motivó una discusión
en el ámbito local, sino por el intento de modificación de la ley de semillas y creaciones fitogenéticas. Los proyectos financiados por el BM, presentados en el Cuadro Nº 1, pueden ser agrupados en tres grandes ejes: i) biodiversidad y agua; ii) carreteras y iii) financiamiento de pequeños y medianos productores y comunidades indígenas (Cuadro Nº 2). Estos tres ejes, de los cuales serán desarrollados los dos primeros por una cuestión de espacio, resultan diferentes a los que predominaron durante los primeros años de la década de los noventa, quiebre que coincide con la autorización de la entrada de los transgénicos. Otro de los rasgos característicos de estos tres ejes es que se ocupan, en su gran mayoría, del norte del país, porción del territorio sobre la cual avanza la agriculturización de sus tierras y donde Estados Unidos instaló una de sus bases militares en el año 2011 (provincia de Chaco), que luego sería retirada debido a la movilización popular.
2.2.1. Biodiversidad y agua
Desde el año 1997 el BM coloca la mirada sobre la biodiversidad y el agua en Argentina. Financió a lo largo de este período, seis grandes proyectos que brindaron apoyo a trabajos de bioprospección. Entre los principales podemos mencionar: 1) Biodiversity Conservation Project N° P039787, puesto en ejecución en 1997, con financiamiento comprometido hasta el 2008; 2) En el año 2007 se financió el proyecto Biodiversity Conservation in productive Forestry Landscapes; 3) AR Sustainable Natural Resources Management (formerly Sustainable Forestry Development)22 y 4) Argentina Grasslands Project.
Sobre proyectos de bioprospección y biopiratería existen antecedentes en América Latina impulsados por el BM. México ha sido un ejemplo muy claro al respecto, con proyectos como Paseo Pantera y Parks in Peril, entre otros. Estos proyectos, en particular el primero, tenían como objetivo la integración espacial y administrativa de Norteamérica con el denominado Corredor Biológico Mesoamericano y con un corredor similar en el Cono Sur. Pese a que la riqueza biológica argentina es inferior a la mexicana, no por eso desaparece el interés del BM por la biodiversidad en nuestro país, sobre todo cuando el norte argentino linda con Paraguay y Bolivia y se encuentra prácticamente al lado del sur brasilero donde se está impulsando el proyecto IIRSA patrocinado por la CAF y el BID.
Los tres proyectos de biodiversidad financiados en Argentina, a excepción del último, brindan apoyo en infraestructura y asistencia técnica para llevar a cabo lo que el Banco denomina “conservación” de la biodiversidad que no es otra cosa que llevar a cabo la bioprospección de la zona, con trabajos de tipo satelital. El proyecto plantea:
Conservar la biodiversidad de importancia mundial en la Argentina a través de a) la expansión y diversificación del actual Sistema Nacional de Áreas Protegidas, y b) el mantenimiento de su gestión mediante el fortalecimiento institucional, la consulta pública y la participación y mejora de la gestión de la información. Como tal, el proyecto consta de tres componentes: las áreas protegidas (AP), gestión de la información, y la gestión, monitoreo y evaluación. El componente de Áreas Protegidas se compone de tres sub-componentes: a) el establecimiento y la consolidación de nuevas áreas protegidas, b) las actividades de desarrollo sostenible y c) actividades para fomentar la participación pública en la planificación y gestión de parques. En estos tres subcomponentes se propone: 1) construir parques nacionales en cinco áreas protegidas nacionales en los ecosistemas poco representados; 2) la mejora de las prácticas de uso del suelo de la comunidad son apoyados a través de proyectos piloto, actividades de extensión y actividades de sensibilización del público, y 3) un plan de participación y un plan de mitigación se implementan para fomentar un amplio apoyo y aliviar los costos sociales. El componente de Gestión de Información sobre la Biodiversidad pone en marcha una red basada en Internet que proporciona capacitación y normas necesarias, el desarrollo de las finanzas del sistema, se adquiere hardware y se reconfiguran las bases de datos existentes. El proyecto se encarga de llevar a cabo la gestión, el seguimiento y evaluación y financia la asistencia técnica, el equipo y los costos operativos.23
Resulta claro, por lo expresado por el BM en su documentos, que el objetivo es proteger la biodiversidad y generar una base de datos sobre las fuentes de biodiversidad en Argentina, teniendo en cuenta, a su vez, que el proyecto se encarga de la biodiversidad en zonas como Córdoba y Chaco, pero también la puna y la estepa patagónica, es decir, abarca diferentes ecosistemas que le permiten tener al BM un panorama general sobre el lugar donde se encuentran las fuentes de biodiversidad en nuestro país.
Los restantes tres proyectos tienen el mismo sentido. La diferencia se encuentra en que hacen hincapié en el cuidado de los recursos forestales en el norte del país, nuevamente, y en la bahía de Samborombón, que se encuentran al este de la provincia de Buenos Aires.
Notemos, como señalan los principales documentos del proyecto AR Sustainable Natural Resources Management (formerly Sustainable Forestry Development) que: Los objetivos del Proyecto de Gestión Sostenible de los Recursos Naturales en la Argentina son mejorar la gestión sostenible y eficiente de los recursos forestales, la conservación de la biodiversidad en las áreas protegidas y los paisajes forestales. También es objetivo del proyecto lograr la integración de los pequeños productores en el desarrollo forestal. Hay tres componentes en el proyecto. El primero consiste en bosques nativos y biodiversidad. Este componente apoyará los primeros pasos críticos hacia el desarrollo de un programa forestal nacional necesario para concentrar la atención y la coherencia con el programa forestal del país, un proceso que requiere la participación de las partes interesadas. También mejorará la capacidad de la Dirección de Bosques Nativos para abordar las cuestiones del Chaco mediante el establecimiento de una oficina regional en la zona. El segundo componente del proyecto consiste en la plantación forestal sostenible. El objetivo principal de este componente es: (i) establecer marcos institucionales y de políticas que conduzcan a un crecimiento más sostenible y compartido en el sector de plantaciones agroforestal y, (ii) aumentar el desarrollo de plantaciones que logren conciencia ambiental; (iii) mejorar la plantación y la productividad agroforestal mediante el apoyo a la generación, análisis y transferencia de información de importancia estratégica, y (iv) apoyar la integración de los pequeños productores en la plantación y el ciclo de producción agroforestal, además de la promoción de prácticas sostenibles entre los productores en general. Por último, el cuarto componente consiste en áreas protegidas y corredores de conservación. Este componente tiene el doble objetivo de fortalecer la Administración de Parques Nacionales (APN), la capacidad para gestionar las áreas protegidas nacionales existentes y crear las condiciones para ampliar la protección al ecosistema Chaco, insuficientemente protegido y altamente amenazado.24
El diseño del proyecto trae una cuestión interesante y que en el propio lenguaje de BM se pierde. El proyecto señala que uno de los objetivos es “[….] establecer marcos institucionales y de políticas que conduzcan a un crecimiento más sostenible y compartido en el sector de plantaciones agroforestal”. Es interesante observar como señalan esta idea de “compartido”. La pregunta es compartida con quién y la respuesta no es tan difícil encontrarla. Lo que está detrás de esto es la entrada de capitales privados que comienzan a intervenir en los negocios de la reforestación.
El otro punto relevante que se pierde en el lenguaje del Banco pero que está presente en los proyectos es la penetración del Estado en los recursos genéticos del país, cuestión que hasta entonces no había ocurrido. Recursos, que en muchos casos pertenecen a los pequeños o medianos productores o sectores indígenas. Esto es muy importante y conforma una novedad desde el punto de vista de los proyectos financiados por el BM en Argentina.
2.2.2 Carreteras
Los proyectos que plantean restaurar o construir nuevas carreteras comienzan a aplicarse desde el inicio de la relación con el BM. Ha sido una constante, un poco tímida por momentos. Sin embargo, nuevamente se encuentra un gran impulso en los últimos años con el financiamiento de 9 proyectos por 2.721 millones de dólares. El primero de estos proyectos, National highways rehabilitation and mantenance, fue el más importante de todos, llegando a financiar hasta 929 millones de dólares. El proyecto comprometió financiamiento hasta el 2005 y abarcó la casi totalidad de las carreteras nacionales, incluyendo el norte del país. Entre sus principales objetivos y componentes, se encuentran:
El proyecto tiene por objetivo general conservar la red vial nacional. Sus objetivos específicos son: 1) estabilizar la condición física, detener el deterioro de la red vial nacional no concesionada y reducir los costos de acceso para la reparación y el mantenimiento de la red vial nacional, 2) aumentar la participación del sector privado, y 3) fortalecer aún más las carreteras nacionales y las capacidades para la planificación, contratación y supervisión eficiente. El proyecto tiene cuatro componentes. Los tres primeros consisten en obras civiles como la rehabilitación y mantenimiento de la red pavimentada no concesionada incluyendo repavimentación y reconstrucción. El cuarto componente abarca la asistencia técnica, capacitación y equipo para fortalecer las capacidades organizativas de Dirección Nacional de Vialidad, tanto a nivel central como regional y apoyar los programas basados en el conocimiento, incluyendo la realización de estudios y la emisión de los manuales, así como la modernización de la biblioteca del sector.25
Nuevamente, aparece la entrada del sector privado (en su mayoría de capitales nacionales) incentivada por el BM, una cuestión no menor, ya que el propio Estado argentino supo contar con una Dirección de Vialidad Nacional desarrollada y pujante. Así pues, se observa que la política de carreterización va de la mano de la entrada del sector privado, pero además también, de la mano de la apertura, repavimentación y pavimentación de caminos en zonas rurales, cuyo objetivo es garantizar el traslado de la producción de los lugares donde se produce hacia los principales centros urbanos o, en su caso, a los principales puertos del país con el único objetivo de exportarlos.
Entre los años 2004 y 2005 se financiaron proyectos tendientes a restaurar y mantener las carreteras existentes con la misma idea que el proyecto anteriormente comentado. El financiamiento otorgado en el 2004 fue por un monto de 200 millones de dólares y conforma una continuación del proyecto National Highways Rehabilitation and Mantenance. Los restantes tres proyectos financiaron la restauración de carreteras en las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fé, Corrientes, Chubut y Neuquén. Las tres primeras de estas provincias, son parte de lo que se ha denomina Pampa Húmeda, que es la zona que posee las tierras más productivas, pero que conforman lo que podríamos denominar la puerta de entrada al norte argentino. Las dos provincias restantes, se encuentran en el sur del país, razón por la cual no nos ocuparemos de ellas en tanto no es nuestra zona de estudio. Los proyectos, además, no fueron relevantes en términos económicos.
Sin embargo, y pese a no ser económicamente relevantes, la orientación que se le intenta dar a los proyectos sigue siendo la de generar corredores que permitan sacar la producción de las zonas donde se desarrolla. Es claro en este sentido lo que plantea el BM en relación a los objetivos del proyecto AR Santa Fe Road Infrastructure: El propósito general del Proyecto de Infraestructura Vial de Santa Fe de Argentina es mejorar las condiciones de transporte a lo largo de un corredor vial estratégico que une la provincia de Santa Fe con mercados regionales e internacionales.
El componente principal de este proyecto, la mejora de la Ruta Nacional 19, recibirá el monto total de los fondos asignados. Las obras de construcción a lo largo de 19 carreteras nacionales están avanzando de acuerdo al plan de trabajo establecido en el momento de la licitación y sin excesos de costos. El costo total de las obras de modernización alcanzará 175 millones de dólares. La Provincia de Santa Fe proporcionará recursos adicionales si es necesario.
El camino mejorado 19, con la excepción de 2 kilómetros de la ciudad de Santo Tomé, se completará en junio de 2011, con las obras restantes se espera que esté terminado en febrero de 2012.26
La línea de los proyectos se mantiene. El objetivo es financiar corredores estratégicos para enviar la producción local a mercados extranjeros: financiar un modelo agroexportador. De los restantes cuatros proyectos que financió en BM, a saber: i) AR APL2 National Highway Asset Mgt; ii) Norte Grande Road Infrastructure; iii) AR Road Safety y iv) AR-Provincial Road Infrastructure Project Additional Financing, solo los dos primeros fueron realmente importantes de acuerdo a nuestros objetivos, ya que el proyecto Road Safety tuvo como propósito brindar asistencia técnica para mejor el control del tránsito y accidentes en carreteras, mientras que el proyecto AR-Provincial Road Infrastructure Project Additional Financing, financió el desarrollo de carreteras en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fé. El proyecto AR APL2 National Highway Asset Mgt resulta interesante porque da un paso más allá del financiamiento de carreteras, en tanto contempla efectos “colaterales” y para eso propone la reubicación de las poblaciones, muchas de ellas indígenas en la zona de Salta y Jujuy (el norte argentino, al oeste de la provincia del Chaco). Con esto, lo que se logra es llevar un traslado de las poblaciones originarias del norte hacia otros territorios; además de avanzar en la construcción de carreteras y caminos, trasladan a las poblaciones, despojándolas de su propio territorio, para posibilitar una mayor facilidad en el control de la biodiversidad.
Por último, el proyecto “Norte Grande Road Infrastructure” es el proyecto que mayor impacto logró a lo largo de todos estos años en la zona bajo estudio. El proyecto comenzó a funcionar en el 2010 por un monto de 500 millones de dólares. Entre sus principales objetivos se encuentran:
El objetivo del Proyecto Grande de Infraestructura Vial Norte de Argentina es reducir los costos de transporte para los usuarios de las carreteras provinciales a lo largo de los corredores seleccionados de las provincias del Norte Grande, a través de la mejora de la calidad de las carreteras y la introducción de mejores herramientas de gestión y método.
Hay dos componentes en el proyecto, siendo el primer componente de rehabilitación, mejora y reconstrucción de carreteras provinciales. Este componente financiará la realización de la rehabilitación, mejora y reconstrucción de obras civiles a través de la realización de los sub-proyectos (como la reconstrucción de base, repavimentación, pavimentación y/o asfalto superposición de hormigón, como sea el caso, incluyendo aceras, drenaje, albañilería, señalización, iluminación y obras auxiliares, además de las mejoras de seguridad vial) de los caminos seleccionados bajo la jurisdicción de las provincias participantes de la región Norte Grande.
Por último, el segundo componente es el desarrollo institucional y la gestión de proyectos. Este componente financiará los siguientes subcomponentes: desarrollo institucional, y la gestión y supervisión de proyectos.27
De esta manera, el BM financia la construcción de corredores económicos a través de la construcción de carreteras, corredores que llamamos plataforma agroexportadora. La tercera pieza de este gran rompecabezas, lo conforman los proyectos orientados a los pequeños y medianos productores, cuyo objetivo es integrarlos a la producción agrícola de tipo industrial.
Analizar el período de conjunto, nos muestra diferencias importantes con la etapa anterior, divergencias que marcan la época y que pone en la mira la captura de los recursos naturales, en particular, la agricultura del norte argentino. Este es un tema de la mayor relevancia a la hora de ligar las diferentes partes de un entramado de préstamos que en apariencia se muestra en favor del desarrollo del tercer mundo, además de inconexo y desconectado de los intereses desindustrializadores de los Estados Unidos sobre la periferia capitalista.
3. Comentarios finales
La intervención del BM en la Argentina ha sido extensa y multifacética a lo largo de las últimas dos décadas, su grado de injerencia se fue ampliando hasta incluir el sector agrícola y el cambio en el uso del suelo. Fue un proceso paulatino que llevó veinte años, comenzando en la década de los noventa por la construcción del entramado de relaciones que operaron en favor del desmantelamiento del aparato productivo del país, empujándolo a la reprimarización.
En aquellos primeros años, la estocada del BM sobre Argentina constó de dos pasos: 1) provocar el desmantelamiento del apartado productivo industrial y la venta de los recursos y empresas estratégicas y 2) entorpecer la reproducción de la fuerza de trabajo.
El primer paso se posibilitó a través de los préstamos destinados a las reformas estructurales y al desfinanciamiento del Estado acaecido con el traspaso de los fondos jubilatorios a manos privadas y con el privilegio al pago del servicio de la deuda, generando grandes boquetes presupuestarios que fueron llenados con empréstitos altamente condicionados; el segundo, con los préstamos orientados al empobrecimiento de la educación y la salud. El período que va de fines de la década de los noventa hasta el 2010, revela el cambio de impronta que el BM le da a sus préstamos, cuyo único objetivo fue influir en el sector agrícola argentino y controlar la biodiversidad. Ambos movimientos -garantizar la desestructuración productiva y social primero y la captura de los recursos naturales y el control agrícola segundo- son parte de un accionar colonial/imperial de la política exterior estadounidense, representada por el BM como uno de los entes subrogados al Departamento del Tesoro, que tiende a privilegiar el control de los recursos no renovables, en una etapa donde que lo que está en juego, en una primera instancia, son los límites materiales que presenta el capitalismo para continuar creciendo y, en una segunda, la posibilidad de vida sobre la biosfera.
Es por todo esto que es necesario armar el rompecabezas que presenta el BM en sus fundamentaciones, de manera tal de poder entender la lógica de sus proyectos en Argentina. De lo contrario, pareciera que son proyectos que buscan el bien común, ya sea través de la “conservación” de la biodiversidad como el “desarrollo” y la “conexión” con los mercados regionales o internacionales de los pequeños y medianos productores, cuando en realidad lo que está detrás de estos proyectos es el control territorial para garantizar la captura de la materia prima de la ingeniería genética (biodiversidad) y la reafirmación de una plataforma agroexportadora a partir del financiamiento de corredores económicos con la construcción de carreteras. En esta misma línea están los proyectos que financian a los pequeños y medianos productores, cuyo objetivo es empujarlos hacia el modelo de agricultura industrial y, de esa manera, controlar la alimentación y el territorio, ya que en la gran mayoría de los casos sus tierras quedan en manos de grandes transnacionales, como consecuencia de que se ven obligados a rentar o vender sus campos a capitales foráneos.
* Se agradecen los valiosos comentarios realizados por Julio Gambina y John Saxe Fernández y se los exime de toda responsabilidad en cuanto a los errores u omisiones existentes.
Juan Fal es investigador docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento y de la Fisyp. Doctorando en Estudios Latinoamericanos, UNAM-México. Este trabajo es parte de un capítulo de la tesis doctoral que me encuentro desarrollando bajo la dirección del Doctor John Saxe Fernández en el Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM, titulada “Creación destructiva: ingeniería genética, geoeconomía y geopolítica del capital en la destrucción del chaco argentino”.
Notas:
1) ETC, 2011, p. 4.
2) ETC, 2011, p. 2.
3) Barreda, 1998, pp. 88/89.
4) Para el análisis geopolítico, en este trabajo se sigue la definición expresada por Saxe Fernández, el cual señala: “La conceptualización nominal del concepto de geopolítica indica el estudio de la infl uencia de factores como la geografía, la economía, la demografía, y la tecnología, entre otros, en la articulación de la política en general, y especialmente en la política exterior y de defensa, en sus diversas manifestaciones” (Saxe Fernández, J., 1995).
5) Al respecto, Saxe Fernández señala que la idea de patio trasero es una idea que no nos ayuda a pensar en el rol de América Latina en el sostenimiento material de los Estados Unidos. Es más bien una concepción que tiende a colocar a los países que se encuentran entre el Río Bravo y la Patagonia en un segundo plano, olvidándose que allí se encuentran las fuentes de agua dulce, petróleo y minerales de las más importantes del mundo (Notas propias del seminario “Geoeconomía y Geopolítica del Capital en una Era de Crisis y Transición Hegemónica”, impartido por el Dr. Saxe Fernández en el año 2011).
6) La noción colonial / imperial está extraída de la refl exión que Saxe Fernández realiza en Terror e Imperio, 2006 y Diseños imperiales sobre México y América Latina, 2009.
7) Es importante aclarar que hablamos de dominio, y no de hegemonía, en tanto este último refiere a la coerción y al consenso, según la noción gramsciana, dos cuestiones que entendemos no se cumplen a la hora de pensar la captura de los recursos naturales, donde lo que prima es el dominio, esto es, el ejercicio de la coerción.
8) John Saxe Fernández, 1995.
9) Antecedentes sobre la injerencia norteamericana en América Latina se pueden encontrar en: Selser, 2010; Bruzzone, 2009; Saxe Fernández, 1995; García Cantú, 1986; Barreda, 2002 y 2004; Calloni, 2001, entre otros.
10) Resulta importante mencionar que la perspectiva de los Estados Unidos sobre el tema de los recursos naturales y el agotamiento del petróleo fue percibido claramente por el presidente Truman, luego de recibir el informe Paley que él había encargado. El informe respondió a la pregunta de Truman sobre el horizonte de los recursos naturales en el mundo. La respuesta brindada por los investigadores no fue muy alentadora. Desde aquellos años que los Estados Unidos tiene muy claro los ejes sobre los que gira la política exterior en materia de recursos naturales y el rol que en dicha política ocupa América Latina (Notas propias del seminario “Geoeconomía y Geopolítica del Capital en una Era de Crisis y Transición Hegemónica”, impartido por el Dr. Saxe Fernández en el año 2011).
11) El peak oil (pico petrolero) es el momento en el cual se alcanza la tasa máxima de extracción de petróleo a nivel mundial, tras lo cual la tasa de producción comienza a declinar. Fue M. Hubbert en 1956 quién utilizó por primera vez esta idea del pico petrolero para pronosticar el horizonte fosilista de Estados Unidos. En la actualidad, algunos de los trabajos más importante en la materia son: Heinberg, Richard (2005; 2010; 2011), Mckibben, Bill (2007), Post Carbon Institute, en <www.postcarbon.org>, entre otros.
12) La razón que explica el corte de períodos obedece al planteo de trabajo desarrollado en la tesis doctoral en la cual se intenta corroborar si existió o no un quiebre en los proyectos otorgados por el BM a la Argentina luego de que éste último permitiera la entrada de los transgénicos en el año 1996.
13) Presidente del primero gobierno democrático (1983/1989), luego de la caída de la última dictadura argentina.
14) Entre 1961 y 1994 el Banco Mundial le prestó a la Argentina 8.741 millones, de los cuales 3600 fueron otorgados desde 1989. Es decir, que de los 33 años analizados, el 41% de los créditos fueron otorgados en los últimos 5 años. (Informe Anual del Banco Mundial sobre Argentina, 1994).
15) Carlos Fernández, Viceministro de Economía del Gobierno de Menem, egresado de la Universidad de Chicago y fundador del Centro de Estudios Macroeconómicos (CEMA), centro neoliberal de referencia en el estudio de la economía argentina. Roque Fernández, Ministro de Economía de Menem, egresado de la Universidad de Chicago, también fundador del CEMA. Ricardo López Murphy, Maestría en Chicago, funcionario del gobierno militar encabezado por el General Videla y fundador de FIEL, otro de los grandes centros neoliberales de referencia en Argentina. Gran formador y aportante de cuadros al gobierno menemista. Domingo Cavallo, Ministro de Economía de Menem, egresado de Harvard y fundador de la Fundación Mediterránea, quizás la usina más importante por aquellos años del pensamiento neoliberal. Los mencionados, de una lista mucho más extensa, son sólo los representantes emblemáticos del pensamiento “académico” neoliberal formados en el exterior que tuvieron una fuerte infl uencia en la toma de decisiones y, sobre todo, en la formación de lo que por aquel entonces representaban los futuros funcionarios.
16) Botzman y Tussie, 1991.
17) Corbalán, 2002, p. 77.
18) Ámbito Financiero, 1988, citado en Corbalán, 2002.
19) “El BIRF, un negocio entre grandes”, Clarín, abril 1988, citado en Corbalán, 2002.
20) Según Baker, en 1987, firmas norteamericanas recibieron 1.600 millones de dólares del Banco Mundial, por bienes y servicios prestados en el extranjero. Gran parte del programa de préstamos del Banco Mundial beneficia a países estratégicamente importantes para Estados Unidos, como Paquistán, Filipinas y Turquía, que recibieron préstamos por un total de 1.808 millones de dólares y 765 millones en asistencia bilateral directa de Estados Unidos. México, Brasil y Argentina recibieron 3.905 millones y cero en asistencia económica norteamericana durante 1987. Y dentro de los 7.703 millones de dólares entregados por el BIRF en 1987 a un grupo de diez países de gran importancia estratégica para Estados Unidos el aporte en efectivo de este fue de sólo unos 60 millones de dólares. Por otra parte, los 1.600 millones de dólares facturados por firmas norteamericanas en 1987 representan más de la totalidad del capital pagado por Estados Unidos en los cuarenta años de vida del Banco Mundial (Íbídem).
21) Detrás de la idea de privatizar las obras sociales sindicales se encontraba otro objetivo más importante que era la desestructuración del aparato sindical, dado que una de las principales fuente de financiamiento del sindicalismo argentino han sido sus propias obras sociales. La privatización de las obras sociales hubiese significado la disminución del poder económico y organizacional del sindicalismo argentino.
22) Banco Mundial.
23) Banco Mundial.
24) Banco Mundial.
25) Banco Mundial.
26) Banco Mundial.
27) Banco Mundial.
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