Arrabal Jurídico
Recicladores de materiales sólidos y de personas
2013-11-14
Del 28 al 30 de octubre se celebró en Brasilia el 12º Festival Basura y Ciudadanía: reciclando por un mundo mejor.
Allí estaban más de mil recogedores
de material reciclable separado en los vertederos de las ciudades,
venidos de todas partes del país.
He podido participar emocionado, pues
acompañé durante muchos años a los recicladores de basura del gran
vertedero de Petrópolis.
Viendo aquella multitud que llenaba
una sala inmensa, abrazándose y conociéndose por primera vez o
reencontrándose, alegres y festivos, con sus ropas sencillas, en su gran
mayoría afrodescendientes, yo me preguntaba: ¿quiénes son esos? ¿de
dónde vienen?
Y me pareció escuchar una voz interior, igual a la del libro del Apocalipsis, capítulo 7,13 que dice:
“Estos son los que
vienen de la gran tribulación”, los supervivientes de la dura batalla
por la vida, honrados porque valientes y victoriosos afrontaron solos,
muchas veces, arduas luchas para ganar el propio sustento y el de sus
familias.
En Brasil existen entre ochocientos mil y un millón de recicladores/as de materiales sólidos y reciclables.
Con el aumento del consumo se
producen muchos residuos de todo tipo, orgánicos y sólidos como cartón,
plásticos, aluminio y vidrio que son reciclables.
Se calcula que cada brasileño produce 1 kg de basura al día especialmente en los centros urbanos.
Según el IBGE de 2008 el 50% de los
municipios (5507) tiene vertederos a cielo abierto. Allí miles de
personas, desde niños a viejos, recogen y separan lo que pueden,
inclusive alimentos.
Esa actividad es altamente peligrosa, porque se pueden contraer muchas enfermedades infecto-contagiosas.
He presenciado disputas de personas con los cerdos y los buitres, en un escenario de gran inhumanidad.
Son consecuencia de la sociedad del
consumismo y del desperdicio, que no aprendió a vivir las cuatro erres:
reducir, reusar, reparar y reciclar.
La mayor deshumanidad no es ser
recicladores de basura y tener que contentarse con lo que tiran otros,
sino el estigma que acompaña a estos trabajadores, con frecuencia
considerados mendigos y vagos.
Primero eran totalmente invisibles.
Nadie les miraba ni les otorgaba la más mínima consideración. Después,
al crecer la conciencia, se presentaron como trabajadores, que con su
recolección de miles de kilos de residuos, desempeñaban una importante
función: mantenían limpias las ciudades e impedían muchas inundaciones
de calles.
Por fin, se fueron organizando en
cooperativas y asociaciones y se entendieron como ciudadanos y agentes
de transformaciones sociales y ambientales.
Adquirieron visibilidad y reconocimiento.
Del 4-al 6 de junio de 2001 realizaron en Brasilia el 1º Congreso
Nacional de Recicladores/as con la participación de 1600 personas. Allí
se lanzó la Carta de Brasiliaque marca su identidad y donde expresan importantes reivindicaciones.
Fue notable la Marcha realizada en
Brasilia en 2006 por 1200 personas que ocuparon la Plaza de los Tres
Poderes, reclamando derechos y políticas públicas para su categoría.
Estas vinieron con el Programa
Cataforte en 2009 que fue enriquecido el día 31 de julio de 2013 con 200
millones de reales destinados a labores de recogida de materiales
reciclables, con galpones y camiones de transporte.
Tales medidas, junto con la presión
de las entidades, se deben en buena parte al interés personal del
Ministro de la Secretaria-General de la Presidencia, Gilberto Carvalho,
que puso siempre todo su empeño en la causa de los recicladores/as.
En Brasilia el 30 de octubre de 2013,
con ocasión del 12º Festival Basura y Ciudadanía, en su nombre y en el
de la Presidenta Dilma Rousseff renovó el compromiso de fortalecer las
cooperativas y las asociaciones de recicladores/as creadas y a ser
creadas.
Fue muy señalado el 4º Festival
realizado del 5 al 9 de septiembre de 2005 con la presencia del
Presidente Lula y de Danielle Mitterand, viuda del fallecido Presidente
francés, en el que se subrayaron sus derechos humanos básicos y el
suministro de los recursos necesarios para un trabajo decente y seguro
de recogida y separación de basuras.
Allí la Itaipu Binacional lanzó un
vehículo eléctrico para recicladores/as con capacidad de transportar
hasta tres toneladas de materiales durante 8 horas diarias.
La gran lucha de estos trabajadores
es impedir que las grandes empresas, que han descubierto la recogida de
basuras como un negocio altamente rentable, se apropien en asociación
con el poder público de los servicios que prestan estos recicladores,
robándoles su sustento y lanzándolos nuevamente a la inseguridad.
Las empresas sólo pueden legitimarse
si integran a los recicladores sin quitarles los valores que los
caracterizan, como la convivencia solidaria y los lazos de pertenencia
común que han desarrollado.
Vienen, sí, de la gran tribulación brasilera. Reciclan
no solo materiales sólidos, sino personas, en la medida en que juntos
construyen su autonomía, rescatan su dignidad, se insertan en la
sociedad como verdaderos “profetas de la ecología” y ciudadanos que
piensan, discuten sus problemas, deciden luchas comunes y se hacen
indispensables en el tipo de sociedad que hemos creado.
Merecen respeto, aprecio y todo el apoyo.
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