Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- La base moral del anarquismo - Errico Malatesta
- Eugène Lanti y el movimiento anacionalista
- [Vídeo] Homenaje en el Matadero de Madrid a los anarquistas Granado y Delgado
- Turquía en el abismo
- [Vídeo] Títeres, mentiras y cintas de vídeo
- [Guatemala] Desde un planeta lejano
Posted: 18 Oct 2016 11:10 AM PDT
Publicado originalmente como «La base morale dell'anarchismo» en Umanità Nova (Roma), no. 188, 16 de septiembre de 1922. Al castellano en el suplemento La Protesta de Buenos Aires, no. 42, 6 de noviembre de 1922. Transcripción: @rebeldealegre
Ya
que es un hecho que el hombre es un animal social que no puede existir
como hombre sino estando en continuas relaciones materiales y morales
con los otros hombres, es necesario que estas relaciones sean o de
afección, de solidaridad, de amor, o de hostilidad y de lucha. Si cada
uno piensa sólo en su propio bien, o en el del pequeño grupo
consanguíneo o coterráneo, se encuentra necesariamente en conflicto con
los otros y sale vencedor o vencido: opresor si vence, oprimido si es
vencido. Las armonías naturales, la natural confluencia del bien de cada
uno con el bien de todos son invenciones de la pereza humana, la que
más bien que luchar por realizar sus propios deseos imagina que ellos se
realizarán espontáneamente, por ley natural. En el hecho, en cambio, el
hombre en la naturaleza se encuentra continuamente en oposición de
intereses con los otros hombres por la ocupación del sitio más bello o
más sano, por la cultivación de los terrenos más fértiles y, a menudo,
por las explotación de todas las diferentes oportunidades que la vida
social va creando para los unos y para los otros, y por ello la historia
humana está llena de violencias, de guerras, de desastres, de
explotación feroz del trabajo ajeno, de tiranías y de esclavitudes
infinitas.Si no hubiera habido en el ánimo humano más que este acre instinto de querer prevalecer sobre los otros y aprovecharse de los otros, la humanidad habría permanecido en una condición de bestialidad y no habría sido posible ni siquiera el desarrollo de los ordenamientos históricos y contemporáneos, los cuales, aun en los peores casos, representan siempre una cierta contemporización del espíritu de tiranía con un mínimo de solidaridad social indispensable a una vida algo civil y progresiva. Pero afortunadamente hay en el hombre otro sentimiento que lo acerca a su prójimo: el sentimiento de simpatía, de tolerancia, de amor, y gracias a este sentimiento, que en grado diverso existe en todos los seres humanos, la humanidad se ha ido civilizando y ha nacido nuestra idea que quiere hacer de la sociedad una verdadera unión de hermanos y amigos que trabajen todos para el bien de todos. De dónde ha nacido este sentimiento, que es expresado por los llamados preceptos morales y que a medida que se desarrolla niega la moralidad vigente y la sustituye con una moral superior, es investigación que puede interesar a los filósofos y a los sociólogos, pero no cambia nada al hecho, que existe por sí, independientemente de las explicaciones que puede dársele. Que derive del hecho primitivo, fisiológico, del acoplamiento sexual necesario a la continuación de la especie o de la satisfacción que se encuentra en la sociedad de los propios semejantes, de la ventaja que se saca de la unión en la lucha contra el enemigo común y en la rebelión contra el común opresor, o del deseo de reposo, de paz, de seguridad que sienten los mismos vencedores, o más bien, de todas estas y cien otras causas justas, no importa: él existe y en su generalización fundamos nuestras esperanzas para el porvenir de la humanidad. “La voluntad de Dios”, “las leyes naturales”, “la ley moral”, “el imperativo categórico” de los Kantianos, el mismo “interés bien entendido” de los Utilitaristas, son todas metafisiquerías que “no sacan una araña del agujero”. Ellas representan el plausible deseo de la mente humana de querer explicarlo todo, de querer penetrar en el fondo de las cosas y podrían ser aceptadas como provisorias hipótesis de trabajo para proceder a ulteriores investigaciones, si la mayoría de las veces no fuesen el efecto de esa otra deplorable tendencia humana que nunca quiere confesar la propia ignorancia y se conforma, antes que decir “no sé”, con explicaciones verbales vacías de todo contenido real. Cualesquiera sea la explicación o la no-explicación preferida, la cuestión queda intacta: es preciso escoger entre el odio y el amor, entre la lucha fraticida y la cooperación fraterna, entre el “egoísmo” y el “altruismo”.
* * *
He dicho altruismo y me parece que ya siento encima de mí el anatema de los “iconoclastas”.No hay motivo. Esta discusión ya secular entre “egoístas” y “altruistas” no es en el fondo más que una miserable cuestión de palabras. Es cosa evidente, admitida por todos, que todo lo que se hace voluntariamente, se hace porque el hacerlo satisface nuestros sentidos, o nuestros gustos o nuestros sentimientos. El más puro de los mártires se sacrifica porque al sacrificarse siente también una satisfacción íntima que lo compensa con usura de los dolores sufridos; y si renuncia voluntaria y conscientemente a la vida es porque a sus ojos hay alguna cosa que vale más que la vida. De aquí que en cierto sentido se puede decir, sin temor de equivocarse, que todos los hombres son egoístas. Pero en el lenguaje común, que según mi parecer es siempre preferible cuando se puede hacerlo sin generar equívocos, se llama egoísta a aquel que no piensa más que en sí y a sí mismo sacrifica a los otros, y se llama altruista a aquel que en un grado más o menos elevado se preocupa también de los intereses de los otros y hace lo que puede para ayudarles. En suma, el “egoísta” sería el egoísta malo, y el “altruista” sería el egoísta bueno; cuestión de palabras.
* * *
¿Por qué somos anarquistas?Aparte de nuestras ideas sobre el Estado político y sobre el Gobierno, es decir, sobre la organización coercitiva de la sociedad, que forman nuestra característica específica, y de aquellas sobre el mejor modo de asegurar a todos el uso de los medios de producción y la participación en las ventajas de la vida social, nosotros somos anarquistas por un sentimiento, que es el resorte motriz de todos los sinceros reformadores sociales, y sin el cual nuestro anarquismo sería una mentira o una cosa sin sentido. Este sentimiento es el amor de los hombres, es el hecho de sufrir con los sufrimientos ajenos. Si yo (hablo en primera persona, pero lo mismo se podría decir de todos los compañeros), si yo como, no puedo comer con gusto si pienso que hay gente que muere de hambre; si compro un juguete a mi niña y me siento feliz de verla alegre, mi alegría pronto es amargada al ver ante la vitrina del mercader a los niños con los ojos muy abiertos por el deseo, que podrían ser hechos felices con una polinchela de unos céntimos y que no pueden tenerlo; si me divierto, mi ánimo se entristece al recordar que hay muchos desgraciados que gimen en las cárceles; si estudio o ejecuto un trabajo que me agrada, siento como un remordimiento pensando que hay muchos que tienen mayor ingenio que yo y están constreñidos a consumir su vida en un trabajo embrutecedor, a menudo inútil y dañoso. Puro egoísmo, como veis, pero de ese egoísmo que otros llaman altruismo, y sin el cual, llámesele como se quiera, no es posible ser realmente anarquista. No tolerar la opresión, el deseo de ser libre y de poder expandir la propia personalidad en toda su potencia no basta para hacer un anarquista. Esa aspiración a la libertad ilimitada, si no es acompañada por el amor a los hombres y el deseo de que todos los otros tengan igual libertad, puede hacer rebeldes, pero no es bastante para hacer anarquistas: hará rebeldes que, si tienen poder suficiente, se transforman de seguida en explotadores y tiranos.
Errico Malatesta
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Posted: 18 Oct 2016 11:03 AM PDT
Eugène
Lanti (1879-1947), pseudónimo de Eugène Adam, fue un anarquista, nacido
en Normandía, vinculado al movimiento obrero esperantista y al concepto
del anacionalismo, en el que profundizaremos en el siguiente texto.
Hay que decir que Lanti, término que deriva del apodo francés "L'anti tout" (el anti-todo), no es una figura demasiado conocida en la historia del anarquismo; del mismo modo, el movimiento político llamado "anacionalismo", que aspiraba a eliminar el concepto de nación (criticando con ello, incluso, al Internacionalismo obrero) no es recordado ni siquiera mencionado en las principales obras sobre cuestión nacional. Es por eso que hay que agradecer a Bernat Castany Prado, cuyos artículos seguimos para elaborar esta entrada, el dar a conocer a Lanti y sus ideas. Este autor, vinculado en un inicio al Partido Comunista Francés, no tardará en comprender que el comunismo soviético no era más que un capitalismo de Estado y un monstruo burocrático controlado por una nueva elite. Será después de la Primera Guerra Mundial cuando Lanti se una al movimiento esperantista, al considerar que esta lengua universal podría superar el concepto de nación, y llegará a fundar la Asociación Anacional Mundial (SAT, según sus siglas en esperanto: Sennacieca Asocio Tutmonda). Si en los años 20 el concepto del nacionalismo no era suficientemente comprendido, será en 1931 cuando Lanti trate de poner solución con elManifiesto de los anacionalistas. Su objetivo, como hemos dicho, será superar no solo el concepto burgués de nación, también el internacionalismo obrero, considerado insuficiente, y otorgar al nuevo movimiento de solidez y una buena posición frente a otras propuestas de emancipación obrera. En dicho manifiesto, y ante posibles confusiones, Lanti marca en primer lugar distancias con los internacionalistas, a los que considera ortodoxos si se consideran la única fuerza revolucionaria. Si Marx y Engels afirmaron que "los proletarios no tienen patria", se considera que no hay desarrollada una crítica profunda posterior el concepto de nación, que se termina aceptando aun en el contexto de la lucha de clases. La culminación de toda esa cultura nacionalista, y es indiferente si si burguesa o proletaria, fue el sangrante conflicto iniciado en 1914, en el cual la alianza entre clases prevaleció frente al antagonismo. Los anacionalistas consideran que los esfuerzos por la independencia nacional que realizan tantos trabajadores son vanos y reaccionarios (los ejemplos históricos eran ya continuados en tiempo de Lanti); es la lucha de clases cimentada en todo rechazo a toda nación y a todo Estado la única herramienta que puede conducir a la fraternidad mundial. Esta deseada unión mundial, en la que los trabajadores se organizarían por industrial, supondría el fin de las fronteras nacionales, y con ellas de los Estados, pero no de las diferencias individuales. La unidad será de espíritu, pero el tiempo libre que otorgará una racional distribución del trabajo hará surgir, para Lanti, un fuerte cultivo de la individualidad caracterizado por el surgimiento de ideas, sentimientos y expresiones artísticas plurales y originales. Como se ha dicho, el movimiento anacionalista tiene uno de sus grandes pilares en la lenguna esperantista, que consideran la solución para el problema lingüistico de la futura fraternidad mundial. Una de las principales fuentes filosóficas del anacionalismo será el cosmopolitismo, que Lanti consideraba similar en muchos aspectos, si bien el nuevo movimiento hará una mayor hincapié en lo político recordando su estrecho vínculo con el anarquismo y su esperanza en que el esperanto ayude a las intenciones universalistas. Otro de los puntos de apoyo ideológicos para el anacionalismo será el pacifismo, ya que se considera que todo conflicto bélico es entre hermanos al no existir fronteras nacionales. La profunda crítica al patriotismo que existe en el anarquismo, ya presente en los pensadores clásicos y culminando con un Bakunin que lo considerará un "culto al Estado" (no diferenciado del que se realiza a la divinidad), no parece diferenciarse de la que realiza el anacionalismo; si acaso, en la confianza exclusiva en el esperanto que depositan las ideas de Lanti. Esta aversión al patriotismo atraviesa todo el pensamiento y la acción anarquistas, ya que se trata de un concepto que enfrenta a los seres humanos creando una cultura estrecha y limitada y obstaculizando la deseada fraternidad universal. Otra de las influencias mencionadas para el anacionalismo es el homaranismo, al parecer, una doctrina originada en el judaísmo, pero que tiene sus pilares igualmente en el cosmopolitismo, en el pacifismo y en la lengua universal del esperanto.
Capi Vidal
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Posted: 18 Oct 2016 10:58 AM PDT
Homenaje en el Matadero de Madrid a los anarquistas Granado y Delgado, asesinados durante la dictadura franquista.
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Posted: 18 Oct 2016 10:35 AM PDT
La
noche del 15 de julio, a las diez y cuarto de la noche, algunas/os de
nosotras/os nos encontrábamos tomando unas cervezas por Lavapiés cuando
empezamos a leer en las pantallas de nuestros móviles, en directo, que
se estaba produciendo un golpe de Estado en Turquía. No entendíamos
nada. ¿Quién lo organizaba? ¿Cuáles eran sus intenciones? ¿Eran
kemalistas?
Al día siguiente, el presidente Recep Tayyip Erdogan se presentó victorioso, asegurando que había vencido a los golpistas con la ayuda del pueblo y no tardó en señalar a Fethullah Gülen, un teólogo y millonario exiliado en EEUU desde hace casi 20 años, como el conspirador principal del fallido golpe. La noche del golpeYa han transcurrido tres meses desde esa intensa noche, por lo que ya estamos más enteradas/os de lo sucedido, pues la prensa convencional ha sido prolífica en datos sobre ello, por lo que no nos extenderemos mucho.Sin embargo, sí que nos parece interesante recoger las palabras de la compañera turca que en el mes de agosto impartió una interesantísima charla en el Local Anarquista Magdalena. Es una visión más cercana, no tan dirigida hacia los grandes hechos que “pasarán a la historia”, y que nos muestra los más que extraños (para ser un golpe de Estado) acontecimientos de la noche. Lo primero que recalca es lo inusitado de la hora, las 10 de la noche de un día de verano en un país mediterráneo, lo cual representa un momento de gran bullicio en las calles. Tras ello, nos sitúa algunos datos más que sorprendentes de la acción militar en Ankara, capital del país: a pesar de que desde poco más allá de las diez de la noche varios aviones comenzaron a sobrevolar la capital constantemente, el despliegue en la zona no fue muy elevado, tan sólo veinte jóvenes soldados bloqueaban el puente principal de Ankara y nada más que cinco tomaron (no con cierto retraso) las oficinas de la televisión nacional. Igualmente, se produjo un bombardeo del parlamento, sin víctimas, y ninguno de los ministros fue localizado y detenido. Un par de horas más tarde, Erdogan lanza un mensaje que se repite en varios canales televisivos en el que llama a la defensa contra el golpe de sus partidarios. Y es a partir de este momento que milicias perfectamente armadas, compuestas por islamistas, fascistas, militares y policías, toman las calles en formaciones militares. Ni una sola mujer participó en estos grupos. Estas milicias masacraron a la mayoría de los soldados que habían tomado el puente y exhibieron sus cabezas decapitadas y atacaron barrios de minorías religiosas (como chiíes) y étnicas (como kurdos). Los soldados supervivientes, la mayoría chavales jóvenes que cumplían el servicio militar obligatorio, aseguraron que les habían ordenado tomar el puente porque había un aviso de bomba. A las pocas horas, los militares que habían sido desplegados por la ciudad de Ankara fueron aplastados por las presuntas fuerzas de la democracia. Amanece en Ankara¿Fue un autogolpe? Numerosas voces, entre ellas las de Güllen, partidos kurdos y periodistas aseguran que sí. Para respaldar su tesis esgrimen el argumento de que evidentemente estaba mal planeado. Los golpistas no sitiaron localizaciones de la autoridad civil, no atacaron el hotel en el que veraneaba Erdogan, y fue, en definitiva, una operación kamikaze destinada a fracasa.Otro indicio es el hecho de que en la mañana del 16 de julio, a las pocas horas, Erdogan decretó el Estado de emergencia y ya contaba una lista de provocadores/as del golpe que ordenó detener. En los siguientes días, más de 3.000 jueces, 10.000 soldados, 500 estudiantes menores de edad, 20.000 funcionarios/as y 42.000 profesores/as fueron detenidos/as, aumentando el tiempo máximo de custodia a 30 días. Existen numerosas denuncias de tortura, violaciones, muertes y desapariciones en los improvisados campos de detenidos/as levantados por el gobierno turco. Asimismo, 1.200 académicos y 1.577 decanos/as de universidades fueron despedidos/as, 16 canales de televisión, 23 radios, 15 radios, 35 organizaciones de salud, 1.043 centros de enseñanza privada, 109 residencias estudiantiles, 1.229 ONG y 19 sindicatos fueron clausurados. Tras el golpe sólo queda mirar el resultado…Dentro de este caos de posibles inspiradores/as y razones que esconde el fallido golpe de Estado, lo único que ha quedado claro es que el gran beneficiado (al menos a corto plazo) de la situación es el presidente Erdogan y sus aspiraciones de poder absoluto. Lo que no había logrado a través de las dos últimas elecciones legislativas, es decir, la mayoría suficiente para modificar la Constitución turca y promover el paso a una forma de gobierno presidencialista (con él a la cabeza), lo ha conseguido durante tres meses con el estado de emergencia a nivel nacional. De esta manera, el ejecutivo adquiere enormes capacidades en materia legislativa o de posibilidad de suspender derechos y libertades, mientras que la policía, al servicio de su partido, el AKP, se va centrando más si cabe en la cúspide del poder coercitivo.Dentro de esta purga generalizada iniciada por el ejecutivo turco, las acciones en las calles se desarrollaron de forma paralela, sin tener como objetivo primordial a los tan odiados gülenistas, sino más bien a minorías étnicas, religiosas y militantes de izquierda. Así, a partir del sábado por la noche, de las manifestaciones y concentraciones convocadas por todo el territorio turco dentro de la denominada “Semana de la Democracia” (así lo clamó Erdogan), grupos armados comenzaron a atacar barrios de mayoría kurda, aleví o izquierdista, así como simples zonas de copas y cafés. Gazi o Okmeydanı en Estambul, Tuzluçayır en Ankara o Armutlu en Antakya fueron algunos de los vecindarios que recibieron la ira divina. La policía apoyó estos ataques, más si cabe en aquellos barrios que ofrecieron más dura resistencia, como el caso de Gazi en Estambul, donde estos grupos fueron rechazados por militantes izquierdistas armados. Yendo más allá, otro foco de atención habrá que ponerlo en la deriva que tome el conflicto en el Kurdistán turco, pues no hay que olvidar que una gran cantidad de los altos y medios cargos militares ahora suspendidos o investigados por el gobierno (muchos de los cuales ya habían sido desplazados de sus puestos en el 2007 de la mano de un importante ataque gülenista, y sólo habían sido restituidos ante las necesidades militares del gobierno en la guerra contra los kurdos turcos), así como parte de las unidades de las fuerzas áreas que participaron en el fallido golpe de Estado, estaban destinados hasta ahora en esta guerra abierta en suelo turco. De modo que este frente podría resentirse (pues la policía turca no es capaz de afrontar el conflicto en solitario), o al menos la estrategia variar, pasando a jugar un papel más importante la acción de distintos grupos yihadistas aliados del gobierno turco. La presencia, primero en la sofocación del golpe de Estado, y más tarde en las algaradas posteriores a las manifestaciones de apoyo a Erdogan de numerosos grupos armados es un tema interesante a tratar. Nos encontramos pues ante grupos de extrema derecha o cofradías religiosas, que de aquí en adelante pueden ir adquiriendo la forma paramilitar de cara a los futuros golpes militares que tema Erdogan, o incluso, a una posible guerra civil. La economía mandaOtro ámbito en el que ya se están notando las consecuencias del golpe de Estado es en la relación con el medio ambiente. En este sentido, al igual que en otros tantos terrenos, la nueva situación en materia de gobernabilidad del Estado ha supuesto un duro golpe en la mesa. En los últimos años y meses, varios grandes proyectos de reconversión energética e industrial (entre los que nos encontramos con la apertura de nuevas minas o la modificación del curso de algunos ríos para crear grandes centrales hidroeléctricas) se encontraban detenidos en virtud de los informes negativos de impacto ambiental, algo a lo que obliga la legislación turca. Sin embargo, ante esta nueva coyuntura, el Ejecutivo, con poderes plenipotenciarios otorgados por el Estado de emergencia que declaró, está gobernando a base de decretos, y no ha periodo el tiempo en aprobar muchos de estos proyectos saltándose los obstáculos que hasta ahora le atenazaban.Igualmente, dentro del proceso de purga y control dentro del estamento militar, son numerosos los terrenos y propiedades del ejército (como Mamat, Etimesgut, Hasdal, Maltepe, etc.) que el Ejecutivo ha pasado a requisar. Entre ellas se encuentra grandes zonas forestales, algunas situadas en enclaves de gran expansión urbanística que hasta ahora habían quedado al margen de la vorágine constructora. En muchos casos, esto ya está cambiando, y su paso a suelo urbanizables es sólo cuestión de tiempo. Objeción de concienciaComo ya hemos comentado anteriormente, una de las fuentes utilizadas para este artículo es una charla que se realizó el pasado 10 de agosto en el Local Anarquista Magdalena por parte de una compañera turca. Fue una ponencia muy interesante, en la que se presentó un cuadro bastante duro de la situación de guerra abierta que actualmente vive Turquía. Si no tuvisteis la ocasión de asistir al evento, os recomendamos la entrevista que le hicieron a la ponente en el programa de radio Cabezas de Tormenta n.º 126, “El Estado turco contra la vida”, enwww.cabezasdetormenta.org. Si bien es cierto, la charla (más amplia y detallada) también está grabada y puede accederse a ella desde el link del programa de radio.Durante dicha ponencia, la compañera se presentó como una activista por la liberación animal que milita en varios colectivos de esta índole. Su postura en este ámbito se circunscribe a una lucha por la liberación total, tratando de enlazar el especismo con el resto de luchas sociales. Más allá de informar sobre la guerra en el Kurdistán turco, los recortes de libertades o las causas y consecuencias del golpe de Estado del pasado julio, también hizo hincapié en diferentes acciones que están llevando a cabo en suelo turco por parte de varios de los colectivos en los que ella participa. En este sentido, nos parece que merece de especial mención la campaña de objeción de conciencia al servicio militar obligatorio que comenzó el pasado otoño. El precedente de esta campaña está en 2011, tras una masacre cometida por el ejército turco en Roboski, situado en la frontera entre Turquía e Irak. Durante décadas, era muy común que grupos de adolescentes se dedicaran al contrabando a minúscula escala de petróleo, cargándolo en caballos y mulas, que luego vendían por una miseria en suelo turco. Las autoridades turcas nunca han conseguido atajar del todo esta práctica, pero en 2011 decidieron dar un paso más en su escalada de violencia y bombardearon uno de estos pequeños convoyes, con el resultado de 34 chavales y 54 animales muertos. Esta acción suscitó numerosas protestas y acciones de carácter antimilitarista, y también supuso un punto de partida para parte del trabajo de varios de estos grupos de liberación animal de los que hemos hablado. Con el tiempo, esta campaña de protestas iniciada en 2011 fue “relajándose”, para volver a cobrar fuerza con el principio de los toques de queda en el Kurdistán turco. Poblaciones aisladas, el asesinato de civiles, la exterminación de miles de animales o la quema de bosques se convirtieron en el pan de cada día en numerosas regiones kurdas. Ante esta situación, y teniendo en cuenta el punto muerto al que llegan todas y cada una de las demandas judiciales presentadas, desde estos colectivos pro liberación animal se plantea en noviembre del año pasado hacer un llamamiento a la objeción de conciencia colectiva. Partieron de una rueda de prensa en la que 8 jóvenes se negaron públicamente a ingresar en las prácticas militares obligatorias. La asistencia de medios de comunicación fue numerosa, en parte por ser el primer boicot del servicio militar obligatorio que partía de una postura pro liberación animal. La llamada a la objeción de conciencia, que luego convirtieron en una objeción total (ampliando la crítica a una sociedad altamente machista, al desarrollismo exacerbado de la política económica del país o a la destrucción intencionada del entorno natural), se abrió a todo tipo de colectivos y movimientos sociales, pues plantearon que cada uno podía encontrar el nexo de unión entre sus luchas concretas y la lucha contra la acción de guerra del gobierno turco. Desde entonces se han realizado 3 ruedas de prensa más, en las que también han participado numerosas mujeres, que si bien están exentas de la mili obligatoria, han querido mostrar su rechazo a la violencia del ejército y su solidaridad con sus compañeros varones. Para ahondar más en este tema os recomendamos dos artículos de la revista Píkara. Por un lado, una entrevista a la activista y abogada Eren Keskin (www.pikaramagazine.com/2016/0 Read more ... |
Posted: 18 Oct 2016 10:22 AM PDT
Comunicado de Títeres Desde Abajo.
El caso no está cerrado, como pretenden hacernos creer. Hasta el archivo total de la causa y la retirada de todos los cargos. Apoya y difunde. Read more ... |
Posted: 17 Oct 2016 07:41 AM PDT
Algo
muy malo sucede cuando se pierde de vista el imperio de la justicia,
transformándose los derechos humanos en un concepto relativo y perdiendo
su carácter absoluto. Es entonces cuando se aplican normas diseñadas a
la medida de intereses y percepciones arbitrarias. El ser humano no
parece haber aprendido la lección: la imposición violenta de las
creencias de uno por sobre los demás jamás será el camino para gozar de
libertades básicas y, a partir de ahí, garantizar una relación de
respeto para vivir en paz.
Los derechos fundamentales definidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) a estas alturas de la Historia son ignorados por la mayoría de los habitantes del planeta y, más grave aún, violados por la mayoría de Estados a través de gobiernos corruptos, dictatoriales, orientados a satisfacer demandas de centros de poder político y económico. De ahí los reclamos de independencia y autonomía de gobiernos en vías de desarrollo chocan con la realidad abrumadora de compromisos contraídos con otros más poderosos, desde cuyas capitales se decide la vida (y la muerte) del planeta. El respeto por la vida es uno de esos derechos fundamentales sistemáticamente violados en un afán de supremacía de unos por sobre otros, o por grupos fundamentalistas cuyas doctrinas se imponen por la fuerza sobre población sujeta a la voluntad de quienes deciden sobre su destino. Pero también los violan, por apatía, quienes no los defienden. Eso sucede cuando la sociedad no reacciona contra quienes los cometen desde sus posiciones de privilegio, y acepta con pasiva indiferencia la realidad del hambre y la miseria extrema como si fuera una maldición bíblica. También cuando los 15 o 20 casos diarios de asesinatos y desapariciones de niñas, niños y jóvenes se reducen a una nota de prensa leída sin perder el apetito. Resulta entonces imperativo comprender que hay problemas, y muy serios. La sociedad vive momentos de extrema gravedad. Por un lado está la acumulación de tensión social provocada por las injusticias de un sistema inoperante, por otro una especie de parálisis ciudadana inducida por un manejo perverso del derecho a manifestación sin temor a represalias. Pero también hay contradicciones en el sentir ciudadano y estas se plantean de la manera más cruda en las frecuentes demandas por la aplicación de la pena de muerte contra jóvenes organizados en maras y exigiendo procesar como adultos a niños delincuentes. Lo contradictorio en este caso es cierto afán de pasar por alto la causa primaria de esa violencia y de cómo estas organizaciones criminales tan odiadas por la sociedad han logrado establecerse y crecer. Ese fenómeno —causante de muerte, dolor, pérdida económica y miedo entre la ciudadanía— se debe en gran parte al abandono de la niñez y la juventud. Estos sectores vulnerables e indefensos han sido privados —a nivel masivo— de una educación completa y de calidad, pero también han sido reducidos a sobrevivir en una estrechez cuyas repercusiones en salud y desarrollo físico y mental les han arrebatado toda posibilidad de vivir con plenitud. ¿En dónde está el origen de esa pérdida de orientación que induce a castigar al ya condenado desde su nacimiento, en lugar de aplicar la solución desde el germen mismo del fenómeno? La niñez no solo necesita atención integral, ¡tiene derecho a ella desde el texto mismo de la Constitución! La manera más inteligente de reducir la violencia es dándole lo que por derecho le pertenece: educación, alimentación, salud y recreación. En pocas palabras, un trato digno desde su llegada al mundo.
Carolina Vásquez Araya
@carvasar elquintopatio@gmail.com
Blog de la autora: https://carolinavasquezaraya.c
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