“Nuestra salud y la de nuestros chicos no pueden ser la base de las ganancias de estas empresas”
Gigantes agroquímicos como Atanor, junto a empresas como Siderar, Acindar, Motomel y Carboquímica, entre otras, contaminan nuestros ríos y envenenan nuestros barrios. Sólo la organización de los trabajadores y el pueblo puede frenar la codicia de estos buitres.
Federico Berg
@fedeberg80
Viernes 30 de septiembre@fedeberg80
Un Estado presente... en la contaminación
Pero esta codicia capitalista no podría prosperar si no fuera por la complicidad directa del Estado. Los tres poderes estatales, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, están envueltos en esta trama de leyes a medida, cautelares que no se cumplen y sanciones irrisorias. Intendentes, gobernadores, diputados, jueces y fiscales aportan, cada uno desde su lugar, a que se hipoteque la salud del pueblo trabajador por décadas. “Pasivo ambiental” es el eufemismo con el que se denomina a esta verdadera masacre a largo plazo.Es el caso de gobernadores del PJ como Uñac y su predecesor Gioja en San Juan, cómplices de la multinacional Barrick Gold que ni siquiera paga impuestos para llevarse el oro de nuestra tierra mientras envenena ríos sin ruborizarse. También se suman a la lista intendentes como Passaglia en San Nicolás, que siguiendo la tradición de su antecesor Carignani le permiten a las fábricas de la región llenar el río Paraná de sustancias altamente tóxicas. Pero no son sólo del PJ. Los “socialistas” de Santa Fe, el PRO en Buenos Aires y CABA, el MPN en Neuquén, no escatiman funcionarios a la hora de proteger a empresarios que amasan fortunas lucrando con nuestra salud.
Burócratas envenenadores
A esta verdadera conspiración contra el pueblo no podían faltar los empleados favoritos de envenenadores y explotadores: la burocracia sindical. Con sus tradicionales métodos de aprietes, ocultamientosy listas negras, esta casta enquistada en nuestros gremios avala la contaminación y expone a los obreros. Los primeros perjudicados son los trabajadores, que deben manipular materiales nocivos sin las condiciones de seguridad e higiene más básicas, extorsionados constantemente con la amenaza de la pérdida de sus fuentes laborales.Es por eso que las corrientes clasistas que intervenimos en los sindicatos exigimos comisiones de seguridad e higiene controladas por obreros de base, con la potestad de paralizar la producción frente a la posibilidad de que se ponga en riesgo el medioambiente o la salud de los trabajadores. La clase obrera es la más interesada en proteger las condiciones de vida de los más oprimidos.
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