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viernes, 29 de marzo de 2019

Tinkunaco 518/19 - Revista El Emilio - Cuando la vergüenza mata.

Cuando la vergüenza mata.


C.A.B.A., Argentina, UNASUR-CELAC, EL EMILIO, de nuestra redacción

“Cría cuervos y te comerán los ojos.”


PEDRO DEL ARRABAL
Por Pedro del Arrabal
Murió Franco Macri, padre de nuestro actual presidente. El presidente, dos semanas después del fallecimiento, y sin que se le caiga la cara de vergüenza, reconoció públicamente que su padre era un delincuente, y ya muerto lo mando en “cana”.
F.M. 1
Cualquier miseria humana  que se la intente vender “Duranbarbística-mente” dentro de un envase de honestidad  como un producto con “imagen virtuosa”, nunca  perderá aun así su sustancia miserable. Lo que Mauricio familiarmente y por temor a ser desheredado no hizo por el  bien de su “recitado republicanismo”, de su supuesto amor por  la “transparencia” y la “honestidad” estando el padre vivo, lo hizo descaradamente con el padre “finado”. Tardo un poquito pero apareció. La peor de las miserias que un humano con un mínimo de pudor trataría de esconder, Mauricio la sacó a relucir poniéndola en evidencia.  Este es el personaje que hoy gobierna nuestro país. Si se animó a hacer algo así con su padre muerto ya nadie puede dudar que el personaje de marras  se siente habilitado para llevar adelante cualquier otro gesto o actitud miserable  contra el que se le oponga.
Cría cuervo y te comerán los ojos.
No podía ser de otra manera tratándose de una familia italiana  de pied de grue poco emparentado con el trabajo y más afecto a operar de manera mafiosa (sin dejar de lado las prácticas pedófilas del Tío Antonio Macri).
La Mama de Macri
Tanto al finado Franco como a su hijito Mauricio les gustaba codearse e incursionar en el mundo de la “farándula”. Entonces y farandulezcamente uno podría preguntarse ¿Fue amor,  información equivocada, la sola condición   “europea”  del posible consorte, un embarazo prematuro (14 años) quizá, lo que la llevó a la burguesita Blanco Villegas –mamá de Mauricito- “casarse” con Franco? Solo Jorge Rial lo podrá descular  algún día.
Murió Franco Macri. Ni prócer para el empresariado amante de la “patria contratista”,  ni el  “limpio” empresario que siempre operó políticamente; simplemente un hábil y astuto negociante que supo amasar fortunas creando empresas (algunas “fantasmas” para el “Lavado de dinero)   y realizando negocios con el Estado como tanto otros de sus pares,  llámense estos “Nico” Caputo, Paolo Rocca, Perez Companc, etc, etc,.
F.M. 2
Un personaje  a quien nunca le importó quién estaba al frente del poder institucional; menos su color político o condición de facto. Solo le bastaba tener una buena llegada a ese poder político de turno, algo que conseguía  haciendo gala de su poder económico en cada momento de la historia reciente. Poco  le importaba si los contratos para  “obras públicas” los conseguía a fuerza de corromper funcionarios. Con el padre muerto y en plena campaña electoral el hijo presidente no dudó en reconocer tener en ese padre un empresario “sucio” en materia de obtención de negocios a fuerza de corrupción. Intentó  ponerle al finado un traje recién sacado de tintorería “trucha” aduciendo que la culpa de la roña paterna  era de la corrupción “kirchnerista”. Miserable hasta el punto de llegar a enlodar al padre y a los adversarios políticos como algo útil para su campaña electoral, pensando que ese lodo  que embarra a todo el núcleo familiar, a él no lo salpicará.

Lamentablemente el “D’alessiogate” inesperadamente lo está haciendo.

Hasta el más ignorante de nuestros ciudadanos sabe que la corrupción tiene dos patas: el corruptor y el corrupto. La corrupción nunca podría “caminar” si una de las “patas” no lo quiere hacer por ser delictivo. Mauricio Macri nunca dudó ni duda en corromper a quien sea si con eso él puede seguir con la vida que lleva; jodiendo a otros y  sin hacer nada. A  esta altura y con todas las muestras que a modo de pruebas  va dejando en su ineficaz manera de “gestionar”, a nadie puede ni debe sorprender.  
Mauricio Macri ya estrenó su veta  miserable para acceder al gobierno de la C.A.B.A. practicando (¡O casualidad!) delitos de espionaje telefónicos de rivales políticos y familiares. Hoy, y luego de tres años de gestión presidencial quedó al descubierto (¡O casualidad!) otra red mafiosa y extorsiva del tipo político-mediático-judicial (PRO-Clarín-Comodoro Py) que indirectamente lo vinieron beneficiando ya como presidente.  Una investigación llevada adelante por el juez federal de Dolores Ramos Padilla está poniendo al descubierto ramificaciones de esa red mafiosa que lo están “tocando” y señalando como posible jefe (en las sombras) de una “asociación ilícita”. Mauricio Macri, otra vez más,  no duda en ensuciar al Juez; si lo hizo con su padre, qué o quién le podría impedir hacerlo con un Juez. Ya lo había hecho con otros jueces anteriormente.
La Mama de Macri y Noticias
Pero volvamos al camino transitado por Mauricio.   Miserablemente le mintió a toda la sociedad para llegar a la presidencia. Logrado el objetivo comenzó a vender las riquezas del país, a transferir recursos de los pobres a los ricos y a facilitar la explotación de los trabajadores a manos de sus amigos CEOS. Esto viene poniendo en evidencia la falta de escrúpulos y la caradures  que por lo visto parecen no abandonarlo ni bajo el sol, menos aún en las “sombras”. Según su propia madre, “Siempre fue mentiroso; desde chiquito le gustaba mentir; ni pegándole le pude sacar esa costumbre”.
Ahora bien, el ser torpe e  ignorante no implica necesariamente carecer de  “viveza”  a la hora de hacer negocio y vivir bien. ¡A no pocos  “buscavidas”,  la “viveza criolla” los hizo rico y famosos en estas tierras! ¡Miren sino a la “Su” Gimenez! Otros hoy, hasta son empresarios. Tinelli lo sintetizaba con una frase que seguramente él la conoce como nadie: ¡Qué país generoso! Pero es claro también que toda “viveza criolla” no transita casualmente por la senda de la decencia; hasta me animaría a asegurar que son sendas antagónicas y por ende incompatibles.   
No son pocos los problemas legales y judiciales que a la familia Macri  vienen acompañando desde hace varias décadas.
F.M. 3
Empresario astuto si los hubo en este país, ese fue Franco Macri. Basta recordar el incremento del número de empresas de su propiedad durante la última dictadura pasando de 7 originales en marzo de 1976 a 47 en diciembre de 1983 (casi un 600 % en cantidad). Nadie sabe cómo ni de qué modo aumentó su patrimonio empresarial pero lo cierto es que fue real, tan real como su astucia para vincularse políticamente y así conseguir canonjías estatales desde el regreso de la democracia en nuestro país.
Los negociados más recordados  que por “torpezas” cometidas vaya uno a saber por quién  de su entorno, o por cuál de sus asesores y/o hijos, terminaron en la justicia, se encuentran: Manliba(Recolección de residuos de la C.A.B.A.), “Autopistas del Sol”, contrabando vehicular de su empresa SEVEL a Uruguay, contrato por cloacas nunca hechas en el Municipio de Morón, Correo Argentino, Panamá Papers, Parques eólicos, entre otros tantos; todas estafas contra el  fisco.
La compulsión familiar por la evasión fiscal, el amor por los paraísos fiscales y la fuerte tendencia a corromper a quien sea con tal de salir “limpios” de las causas judiciales, bien podría ser calificada como esa cuota de “suerte” que los acompañó hasta hoy. Pero el pez, una vez muerto comienza a pudrirse por la cabeza, luego se descompone el resto del cuerpo. La herencia  que dejó el viejo Franco y la calaña de sus crías comenzaron a operar en la descomposición.
Así volvemos al deceso de don Franco. El desgraciado acontecimiento familiar destapó otras ollas que ya venían oliendo mal desde hacía largo tiempo.
F.M. 4
La  “cosa”,  (término muy utilizado por Mauricio para referirse como Presidente a todo lo que desconoce; que como “cosas”  no son pocas) para papá Franco en vida, cambió cuando su hijito Mauricio comenzó a meterse en política. Primero fue la experiencia boquense.  La  pasión futbolera que el vástago, tenía, pero fundamentalmente la intervención de  otros “vivos” (Fernando Niembro por dar un ejemplo)  quienes  se habían dado cuenta que sabiendo manejar bien  estupideces ajenas se pueden hacer grandes negocios, impulsaron al muchachito a meterse en política; primero en el club de sus amores –B.J.-; luego y azuzado por  “esos amigos” y la manija mediática dada  por Clarín  junto a la “manito  del “operador deportivo Niembro” – denunciado en el 2015 por negocios “turbios”-, llegó a ser gobernador de la C.A.B.A.
Aun así y mientras las “cosas” se acotaban a la C.A.B.A.  a don Franco mucho mucho no le preocupaba porque los negocios de sus empresas con el gobierno porteño seguían vigentes y reasegurados con el hijo gobernador.  Pero la “cosa” cambio cuando ese “hijito” llegó a la presidencia. Basta recordar las descalificaciones que a modo de quita de responsabilidad paterna hizo antes de que el “nene mal criado” fuera presidente. Por “las dudas”, Franco le  transfirió a la sociedad y a los votantes toda responsabilidad  para el caso que lo eligieran. Palabras más, palabras menos, Franco prevenía a la sociedad: “miren que es medio estúpido” (hasta la propia Carrio lo calificaba de la misma manera y su actual ministra de seguridad –Bullrich- de corrupto).  Una vez elegido su hijo presidente, Franco comenzó a temblar y a sentir que su “bobo” le podía fallar en cualquier momento. La sucesión de macanazos que comenzó a cometer como Presidente del país (no sin una alta cuota de perversión claro está) producto de la marcada ignorancia que traía  por la “educación privada no recibida” donde había comprado los certificados habilitantes, el brutal desconocimiento de lo que es manejar un Estado Nacional políticamente, junto al perverso asesoramiento que recibía de un tilingo ecuatoriano como Duran Barba, y  viéndolo como un torpe y guarango empresario que a modo de un elefante comenzaba a caminar dentro de una cristalería destrozando todo a su paso, a papá Franco lo comenzaron a preocupar ya que le estaban dando muy malas señales. ¿Las razones?  A cualquier padre seguramente lo angustia que se ponga en evidencia la ignorancia y la torpeza de un hijo (por lo menos en esta sociedad que tiene como alimento predilecto el prejuicio). Una realidad de esta naturaleza es motivo más que suficiente para que un padre –también un tanto perverso- prefiera morirse a padecer  tamaña  vergüenza que significa tener un hijo “bobo”.  Y  Franco Macri se murió nomas. Lamentablemente, y vaya uno a saber sino lo hizo a modo de venganza por no tener cuenta su advertencia, le dejó a la sociedad la “pesada herencia” de tener que seguir soportando las torpezas y perversiones de su hijito bobo y perverso.

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