Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- Centro de autoaprendizaje - La Instrucción integral
- No somos héroes. Somos explotados. Somo explotadas. Recopilación de paros, huelgas y conflictos varios en los centros de trabajo bajo estado de alarma
- [Audio] La Nevera: La Virtud en la montaña. Vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista
- "Las tres revoluciones que viví". Capítulo 20
- [Vídeo] El Pescador. Corto de animación
- Shock en el mercado petrolero. Caos en el laberinto
Posted: 30 Apr 2020 11:42 AM PDT
Bienvenidos al centro de autoaprendizaje la instrucción integral, el primer centro de aprendizaje antiautoritario online.
Aquí podrás disfrutar aprendiendo desde una perspectiva autodidacta, pues alentamos el acceso a la información en la que te permita aprender por ti mism@.
Pues intentaremos llevar a la práctica la ética de anarquía, entregando los valores de la solidaridad, el apoyo mutuo, la autogestión.
Comparte, estudia y difunde: https://www.lainstruccionintegral.org
PD: Si quieres proporcionar un curso online sobre algún tema en especial, no dudes en escribirnos.
La Instrucción Integral
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Posted: 30 Apr 2020 09:05 AM PDT
Por la extensión del conflicto. Por la solidaridad y la acción directa.
El trabajo no ha parado a pesar de la pandemia del coronavirus. Desde el comienzo del confinamiento los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo hemos sido y seguimos siendo golpeados duramente por las decisiones que empresas y gobiernos toman sobre nuestras vidas. Sea porque tenemos que acudir a nuestros puestos de trabajo por ser considerados esenciales, sea porque trabajos que no lo son mantengan su actividad, sea porque hayamos sido despedidos y despedidas o porque un ERTE sea la solución de muchas empresas, sea como sea, somos quienes sufrimos una de las tantas consecuencias agravadas por la pandemia: la dominación del trabajo asalariado. Dominación que ya sufríamos antes de la aparición del coronavirus por la mayor pandemia, el capitalismo.
Seguimos produciendo bajo unas condiciones míseras de seguridad, con mascarillas que no protegen apenas, si es que las dan y no las tiene que llevar el trabajador, sin guardar la distancia de seguridad recomendada, mientras seguimos sufriendo accidentes o muertes en el trabajo. Nos jugamos la salud y la vida. Pero ante esta situación cientos de trabajadores tanto en el Estado español como en otros países del mundo se han levantado contra los explotadores en momentos puntuales de la pandemia. Aquí se recogen algunos casos en los que los trabajadores y trabajadoras han exigido mejoras en sus puestos de trabajo, han parado la producción en sus empresas o declaran jornadas de huelga para enfrentar la miseria a la que nos condena el Estado y el capital.
En España, trabajadores de diferentes empresas se han rebelado mediante plantes o huelgas ante la falta de medidas de seguridad tomadas frente al coronavirus:
Desde comienzos del Estado de alarma…
Valladolid, 16 de marzo. En Iveco los y las trabajadoras de esta fábrica, donde se producen vehículos, paran de trabajar para exigir el cierre de la misma por la falta de medidas de seguridad frente al coronavirus y en vista de que otras fábricas de la misma empresa han cerrado.
Vitoria, 16 de marzo. Trabajadores y trabajadoras de la fábrica de Mercedes paran la producción mediante una concentración frente a la cadena de montaje exigiendo su paralización total y no parcial ante el coronavirus.
Rubí-Barcelona, 17 de marzo. Unos 600 trabajadores y trabajadoras de la fábrica Continental, dedicada a la automoción, paran la producción concentrándose en la puerta y negándose a trabajar ante la falta de gel hidroalcohólico y mascarillas.
Ciudad Real, 17 de marzo. En la fábrica de Vestas, que produce aspas para molinos eólicos, unos 800 trabajadores protestan improvisadamente plantándose y parando la producción ante las insuficientes medidas de seguridad sanitaria tomadas por la empresa.
Illescas-Toledo, 17 de marzo. Una gran parte de trabajadores y trabajadoras de Airbus no acude a la fábrica a trabajar por falta de medidas preventivas ante el coronavirus.
Zaragoza, 17 de marzo. Los operarios de Balay en Montañana paran la producción, ante las amenazas de la empresa, por la falta de gel desinfectante y mascarillas.
Jerez, 17 de marzo. Trabajadores y trabajadoras de Correos denuncian que trabajan sin medidas de seguridad para protegerse del coronavirus.
Vigo, 18 de marzo. Los trabajadores y trabajadoras de una oficina de Unísono, dedicada a call centers, abandonan su puesto de trabajo por la falta de medidas de seguridad frente al coronavirus. La empresa amenaza con sancionar a quien no acuda a trabajar.
Asturias, 18 de marzo. Trabajadores del astillero de Armón se plantan por la falta de medidas de seguridad ante el covid-19. En numerosas empresas aumentan las denuncias de trabajadoras y trabajadores por el mismo problema en la región.
A Coruña, 22 de marzo. Empleados y empleadas de Zara exigen mascarillas, guantes y gel desinfectante.
Barcelona, 23 de marzo. Repartidores y repartidoras de Glovo denuncian trabajar sin protecciones frente al coronavirus.
Madrid, 25 de marzo. Convocan huelga indefinida a partir del 30 de marzo en Airbus por no considerar suficientes la medidas de seguridad adoptadas por la empresa. Son 120 las personas contagiadas en esta planta de Getafe, 101 las que están de baja por presentar síntomas y 430 las que están en cuarentena sin síntomas.
Álava, 26 de marzo. Convocan huelga indefinida en Aernova Aeroestructuras por la falta de medidas de seguridad frente al coronavirus.
Algeciras-Cádiz, 1 de abril. Cerca de 1.800 trabajadores y trabajadoras del puerto de Algeciras no acuden a su puesto de trabajo durante varias horas ante la negativa de las empresas estibadoras de pagar pluses.
Madrid, 14 de abril. Convocan una segunda huelga en Airbus por la reapertura de las plantas de Getafe, Madrid capital, Illescas y Albacete, continuando con la falta de medidas de seguridad para los trabajadores.
Madrid, 16 de abril. Los “riders” de la empresa Globo protestan por la reducción de recogida de 2,5 a 1,2 euros por recogida. Una manifestación con decenas de motos y bicicletas recorre algunas calles de la ciudad en pleno estado de alarma. Trabajadores y trabajadoras de esta y otras empresas de reparto convocan una huelga internacional para el día 22 de abril.
Zaragoza, 14 de abril. Una decena de trabajadores de Telepizza son sancionados con 20 días de empleo y sueldo por negarse a trabajar sin equipos de protección individual referentes al coronavirus. Como respuesta se convoca huelga para el día 18 de abril.
En otras partes del mundo los trabajadores y trabajadoras le plantan cara a esta situación usando una de las herramientas de los explotados: la huelga.
Italia, 23 de marzo. Obreros y obreras de diferentes regiones de Italia, como Lombardía o Lazio, convocan huelga ante la falta de medidas de seguridad frente al coronavirus.
Zimbabue, 25 de marzo. Trabajadores y trabajadoras médicos anuncian una huelga para denunciar la falta de medios de protección para tratar el coronavirus. Las enfermeras dejan de trabajar hasta que se cumplan sus demandas.
Camboya, 25 de marzo. Cerca de 1000 trabajadores y trabajadoras del sector textil, hacen huelga y protestan a las puertas de la fábrica de Canteran Apparel por el impago de su salario.
Staten Island, EEUU, 30 de marzo. En Amazon convocan huelga para exigir el cierre de la planta y su desinfección, también para que los trabajadores cobren.
Malaui, 16 de abril. Huelga de los trabajadores sanitarios del hospital Central Reina Isabel para exigir al gobierno la contratación de más sanitarios, la revisión de su salario y denunciar la falta de recursos frente al coronavirus.
Ecuador, 17 de abril. Decenas de trabajadores y trabajadoras de Glovo se concentran a las puertas de la oficina de la empresa con sus motos exigiendo medidas de protección contra el coronavirus y denunciar que no se estén respetando las tarifas acordadas hacía unos meses.
Estados Unidos, 21 de abril. Trabajadores y trabajadoras de 71 almacenes de Amazon van a la huelga durante los próximos días a causa de la mala gestión del coronavirus por parte de la empresa.
Argentina, 22 de abril. Más de cien trabajadores y trabajadoras de la empresa frigorífica Penta cortan el puente Pueyrredón para exigir la re-admisión de 240 empleados despedidos y el pago de los salarios de hace un mes.
Argentina, Perú, Guatemala, España, Costa Rica, 22 de abril. Riders de diferentes empresas como Glovo o Uber, llaman a huelga internacional para denunciar la explotación laboral a la que están sometidos.
¡Por el conflicto de los y las explotadas contra los explotadores en todo el mundo!
Solidaridad
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Posted: 30 Apr 2020 08:58 AM PDT
El vigésimo tercer programa de La Nevera lo dedicamos a conversar sobre el libro "La Virtud en la montaña. Vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista". Para ello llamamos a su autor, Pablo Batalla Cueto, con quien hablamos sobre los dos tipos de montañismos que coexisten hoy; sobre running; sobre como el capitalismo se ha adueñado del deporte; sobre Kilian Jornet; sobre fascismo velocitario; sobre la relación que hay entre caminar, montaña y pensamiento; sobre grandes e interesantes personas de la historia del alpinismo y del montañismo; además de muchísimas cosas más que tendréis que escuchar por vosotros y vosotras mismas. No os lo vamos a contar todo compas, escúchenlo!. Como decía El Quijote "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Empieza La Nevera!
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Posted: 30 Apr 2020 08:51 AM PDT
Vigésima entrega de la serie distópica de Alejandro Gaita 'Las tres revoluciones que viví', publicada originalmente en lamarea.com
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Valencia, 28 de febrero de 2083.
No puedo escribir, no puedo ni pensar. Me quito las lentes y mis pensamientos huyen sin rumbo. Mi mamita murió en el huracán que inundó NY el pasado otoño, y yo solamente me entero ahorita. No quise pensar que pudiera tocarnos a nosotras, aunque claro que sabía que era posible. Huracanes hay siempre, los he vivido desde mi infancia. A veces los diques ceden, pasa por todo el mundo, llevamos desde siempre teniendo noticias. Cuando es tu mamá la que muere es cuando eres capaz de ver de verdad que las víctimas climáticas son más que números.
Qué fea la vida, y qué sinsentido la muerte. Qué pena de vida es emigrar, y perder a tu gente para siempre dos veces, el día en que te fuiste y el día en que ya sabes que nunca podrás volver porque no queda ya a quién volver.
Cómo me arrepiento ahora mismo de haberle plantado un pastel la cara a ese sociópata. ¿Para qué? ¿Para esto?
Rompí mi vida, pero el clima no lo arreglé.
Yo al menos hice lo que pude. Qué basura de personas que nos mirasteis para otro lado y nos dejasteis en herencia un mundo roto. ¡Pudríos en el olvido!
Valencia, invierno 2083-2084
Vicenta está muy mal, y yo misma no sé si aguanto mucho más. ¿Es esta sociedad, que es una repugnancia continua? Yo creo que no es culpa mía, aunque a veces sí que me doy cuenta de que no la trato todo lo bien que ella necesita. Parece que tiene épocas malas y épocas menos malas. No sé bien si esto empezó antes de llegar yo a su vida. Cuando la conocí se pasaba con la cafeína pero por lo menos estaba activa. Ahora bebe, y duerme demasiado.
Seguro que no ayudan los golpes y los aullidos de los vecinos de arriba. Nunca sabemos seguro si es que él la golpea, pero la tensión es desgarradora. Si yo me implico, me juego la vida. Si Vicenta se implica, en realidad también se la juega, porque en el fascismo no hace falta ser una infiltrada anarquista para que la policía te de terror. Hacemos como que no escuchamos nada pues, y eso nos hace cada vez peores personas, y personas más tristes.
En esta época mala, sí sé que Vicenta tiene días malos y días menos malos, pero nunca sé anticiparlos. Me resulta muy duro el anochecer, cuando se me duerme tras aguantarle una tarde de llorera y mistela. La conciencia de cuántos minutos tarda en llegar la oscuridad a una habitación en la que la vida se quedó detenida. La tranquilidad agotada y el miedo al observarla dormir. Me desespera levantarme y ver que va a volver a ser una mañana difícil, en la que no encuentra los ánimos para salir de la cama. A cambio, la esperanza y la explosión de júbilo cuando veo que sí se levanta, que es uno de los días buenos. Me mata el miedo cada día al volver a una casa en silencio, el buscar en todas las habitaciones, temiendo encontrar, temiendo no encontrar. Intento, en vano, enseñar a Vicenta a resistir el «lo que tendría que haber hecho es» y las letanías de «me equivoqué, me equivoqué, me equivoqué». Intento, en vano, proponerle como ejercicio diario para encontrar qué le gusta de su vida el completar la frase: «hoy estoy muy orgullosa porque».
Yo también estoy mal. Extraño todo lo que perdí. La gente. Las risas. La comida, ¡el agro! Extraño las milpas, los frijolares, los cafetales, los platanares, los cañales. Lo único que no extraño es la lluvia. Después de faltar mi mamá, acabo notando en mí misma la atracción al abismo, un «ya está bien de cuidar, ahorita me apago y que me cuiden a mí». Trato de evitar mis discusiones internas, malhumoradas, improductivas, obsesivas. Practico una especie de mantra-ejercicio: «mi mente está limpia, no mantengo conversaciones en ella». Ayuda, pero no basta. Temo que solamente retrasa la caída.
Entiendo que el trabajo de Rosario es importante, pero haber venido aquí fue un gran error.
Alejandro Gaita
Investigador en magnetismo molecular y computación cuántica. Sobre ciencia, racionalidad, mundo académico y temas sociales
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Posted: 30 Apr 2020 05:08 AM PDT
Hace ya algunos años hice un cómic basado en un cuento popular. Se me ocurrió retomarlo para convertirlo en dibujos animados. Creo que ahora más que nunca con la que se nos viene encima va siendo hora de replantearnos la vida y como interactuar con el mundo. Garabatos: EL BELLOTERO actores de doblaje colaboradores: @THATGUYWITHAMIC JORDI SALAS
Poooor fin lo he terminadooo, aunque ahora tengo 10 dioptrias más de tantas horas pegado al ordenador y la espalda quebrá yo creo que bien se merece una suscripción al canal, aaaamos que es gratissss, que me lo quitan de las manoos.
https://www.youtube.com/watch?v=bgcTqlSmbQo
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Posted: 29 Apr 2020 04:39 AM PDT
Recientemente el mercado petrolífero ha estallado, provocando una conmoción internacional justo en el momento más delicado, cuando la pandemia del Covid-19 tiene completamente paralizadas gran parte de las economías del mundo. Los precios del petróleo han caído acusadamente en el último mes, alcanzando a todos los segmentos del mercado y motivando el colapso de la capacidad de almacenaje que llevó a situar con precio negativo el barril de West Texas Intermediate (WTI), de referencia en Estados Unidos, el lunes 20 de abril.
Las recientes amenazas de Donald Trump de destruir los buques de guerra iraníes que surcan el estrecho de Ormuz han hecho recuperarse un poco a los precios del “oro negro”, ya que es precisamente por dicho estrecho por donde circulan cerca de un tercio de las transacciones globales de crudo, y una guerra en esta zona podría empujar a la búsqueda de nuevas rutas de exportación, retrasando el suministro varias semanas. Pero esta bravata del presidente norteamericano, dirigida contra un país sometido a fuertes sanciones que le impiden exportar su producción petrolífera, no conseguirá recuperar definitivamente un mercado que está completamente roto por la convergencia entre la crisis de demanda desatada por la pandemia del coronavirus y el inicio del proceso de transición ecológica global motivado por el tendencial alcance del llamado “pico” de los recursos fósiles.
La dimensión de la crisis económica global desatada por las medidas de contención implementadas contra la extensión del Covid-19 (aunque anunciada ya antes de la pandemia por un creciente volumen de deuda y por la incapacidad de resolver las contradicciones fundamentales generadas por la crisis del año 2007) es, simplemente, colosal. Pese a que China es quizás el país que mejor desempeño económico muestra en este momento, gracias a su actuación adelantada frente a la enfermedad y a que ha aprovechado la actual bajada de los precios del petróleo para aumentar acusadamente sus reservas estratégicas de crudo, la economía china se ha desplomado en el primer trimestre del año un 6,8%, según la Oficina Nacional de Estadísticas, su primer retroceso desde 1976. Las exportaciones chinas han descendido un 6,4% y el sector manufacturero un 9,6 %. El desempleo alcanzó el 6,2 % de la población activa en febrero, lo que supone el máximo de la serie histórica que se inició en 2002.
En otros sitios la economía aún está peor. El día 24 de abril, Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo, avisa de que el PIB de la Unión puede caer este año cerca de un 15 %. El director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner afirma que América Latina y el Caribe tendrán un caída del más del 5 % del PIB este año, provocando una nueva “década pérdida” para el continente. Intentando evitar la debacle que se apunta, los Estados Unidos preparan una colosal inyección de más de tres billones de dólares en su economía, que incluye el rescate de las aerolíneas y el reparto de cheques entre los ciudadanos.
Este el principal factor que explica el descenso de más del 33% en la demanda de petróleo en todo el mundo en el último mes y, por lo tanto, el desplome de los precios al mismo tiempo que los almacenes colapsan, al no poder venderse los barriles. Estados Unidos está cerca de producir dos millones de barriles más al día de lo que necesitan sus refinerías y no tiene la capacidad de almacenar el excedente. Irán puede sufrir las consecuencias de la presión sobre Trump de parte de sus financiadores de campaña, que le exigen que evite el hundimiento de los productores de shale oil estadounidense, que necesitan precios más elevados que los productores de Oriente Próximo para ser rentables.
Esto, además, se produce en un mercado que ya había sido tensionado en marzo por una extemporánea guerra comercial petrolera entre Arabia Saudí y Rusia. Una guerra en busca de una mayor cuota de mercado iniciada por el Reino árabe, que seguramente pretendía utilizar la enorme inyección de liquidez obtenida en la salida a bolsa de su petrolera estatal (Saudi Aramco), la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil, para forzar un cambio en el statu quo petrolero global. Sin embargo, pese a lo que pudiera parecer, quizás el botín apetecido por la Casa de Saud no fuera tanto minorar la cuota de mercado de Rusia (que podía equilibrar su presupuesto público con un precio del barril muy inferior al necesario para que los saudíes hicieran lo propio, y por lo tanto podía aguantar más tiempo el envite) sino detener las inversiones en el fracking estadounidense en un momento decisivo.
El acuerdo final en la OPEP+ que ha puesto punto final a este enfrentamiento, al calor del brutal shock de demanda derivado de la pandemia de Covi-19, deja también las manos libres a los saudíes y otros fondos soberanos del golfo para dirigir sus inversiones hacia las empresas en plena bajada de cotización bursátil en Europa y Estados Unidos. Así, la entidad Public Investment Fund (PIF), el fondo soberano de Arabia Saudí, ha comprado en el último mes participaciones en diversas petroleras occidentales por valor de 1000 millones de euros. Esta lista de inversiones saudíes incluye a la holandesa Royal Dutch Shell, a la francesa Total, a la italiana Eni, a la noruega Equinor y a la española Repsol.
Por otra parte, está por ver qué tipo de efectos tiene la crisis económica global desatada por la pandemia en el proceso de transición ecológica que ya habían iniciado (dentro de lo posible dentro del paradigma social capitalista) las energéticas internacionales. En una carrera que ha incluido la dotación de provisiones multimillonarias para hacer frente a una hipotética pérdida de valor futura provocada por la crisis climática y fuertes inversiones en renovables, petroleras y gasísticas están apostando por convertirse en grandes empresas multienergía, para poder mantener su dominio de los mercados energéticos en un escenario post-petrolero.
Este proceso de transición ha sido empujado por las políticas públicas en numerosos países, incluyendo la España de las recurrentes burbujas de renovables, motivadas por la conjunción de las ayudas públicas y la desregulación relativa de las subastas gubernamentales, que permite que los grupos adjudicatarios de capacidad especulen con las licencias. En esto consiste básicamente el proyecto de Green New Deal presentado por la presidenta de la Comisión Europa, Ursula Von der Leyen, en enero: un fuerte impulso público que permita a los actores oligopólicos de determinados mercados (entre ellos, muy señaladamente, del mercado energético) realizar su transición de un petróleo en declive a un nuevo escenario multi-renovable, sin perder su hegemonía económica y social.
Este shock acelerado del precio del petróleo amenaza con generar problemas adicionales a los estados del Sur que dependen fuertemente de este mercado para la financiación de sus presupuestos, y que muchas veces afrontan también tensiones políticas añadidas, como Ecuador y Colombia. Por otra parte, genera un escenario en el que la presión debida a las sanciones norteamericanas sobre determinados países díscolos (Irán, Venezuela, Cuba…) puede provocar situaciones muy duras para los pueblos concernidos. Las sanciones se han visto, además, acompañadas de maniobras militares (como en el caso de Venezuela) o abiertas amenazas públicas de agresión (como en el caso de Irán), y se centran fundamentalmente en tensionar la economía y los servicios públicos de estos países para tratar de hacer caer a sus gobiernos, generando crisis humanitarias y sociales que pagan fundamentalmente las clases populares.
La situación global del mercado petrolífero es inestable y las implicaciones geopolíticas y económicas de esta inestabilidad son potencialmente colosales. La conjunción de la caída brutal de la actividad económica por la extensión de la pandemia de Covid-19 (que implica la caída de la demanda de crudo), con las tensiones de largo calado de la necesaria transición ecológica a un escenario post-petrolero, inaugura un escenario en el que las múltiples incógnitas del futuro próximo abren espacios para bifurcaciones históricas de incalculables consecuencias.
Algunas de estas incógnitas están sobre la mesa: está en juego si las petroleras de tamaño medio como las españolas Repsol y Cepsa aguantarán este envite y conseguirán adaptarse al nuevo escenario multienergía en un contexto de precios bajos, y si los países del Golfo Pérsico conseguirán realizar la enorme reestructuración de su economía que ya ha intentado diseñar Arabia Saudí, que les permita diversificar su aparato productivo y sobrevivir al momento en que ya no sea rentable sacar el petróleo que quede bajo tierra. También está en cuestión si Estados Unidos iniciará en un futuro próximo alguna agresión militar contra los Estados díscolos de su Orden Mundial que le permita estrangular el mercado petrolífero y forzar que su producción derivada del fracking vuelva a ser rentable, y si sus estados satélites podrán gestionar las enormes tensiones sociales que implicará el hundimiento de una fuente importante de sus presupuestos públicos, en un contexto de creciente lucha de clases como el de América Latina.
El mercado es el impredecible dueño y señor de nuestros días. Y el mercado sopla vientos de caos en este año sin parangón en la historia mundial.
José Luis Carretero Miramar
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