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sábado, 21 de diciembre de 2019

Tinkunaco 1.927/19 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • [Vídeo] Ideas y pensamientos de Emma Goldman
  • Gato Negro. Periódico Anarquista de Agitación Cotidiana. Número 10 - Diciembre 2019
  • "Las tres revoluciones que viví". Capítulo 5
  • [Poema] Oda hacia lo más profundo de mi ser
  • Irán: el Levantamiento Recurrente. Un fantasma Recorre el Mundo, y es Anarquista
Posted: 20 Dec 2019 04:15 AM PST
Perseguida, silenciada y encarcelada por sus discursos anarquistas, y feministas, se le llegó a considerar "la mujer más peligrosa en América" y ella le declaró la guerra al sistema. Nos habló de amor libre, emancipación de la mujer, de maternidad en libertad, control de natalidad, nos habló de anticonceptivos, de libertad de prensa y de expresión, la relación libre entre sexos, de amor y matrimonio, hizo una gran crítica al puritanismo, el conservadurismo y el cristianismo que hace a la mujer presa del matrimonio y lxs hijxs, así como promueve el odio a las disidencias sexuales. Desde Lituania y haciendo temblar a las autoridades de cualquier país en los que anduvo, hoy hablaremos sobre Emma Goldman: una mujer que hasta el día de hoy, inspira a tantas compañeras que combaten en su lucha, una mujer que entregó una visión feminista al anarquismo y una visión libertaria al feminismo. De sus aportes al anarquismo, hablaremos hoy. comparte y difunde.
https://www.youtube.com/watch?v=v2Za0hZAXiA

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Posted: 20 Dec 2019 04:08 AM PST
Sí, podríamos decir que sí, estamos en guerra, y lo estamos desde que los Estado-Nación existen, e incluso antes (aunque con otras características). “El Estado de la República Argentina es, como cualquier Estado, una institución genocida. Una maquinaria basada en el asesinato, la coacción masiva y el terror. Desde sus inicios hasta el día de hoy, y hasta el día que muera junto a todos los Estados”
Decimos que estamos en guerra no porque lo deseemos, sino porque los hechos lo atestiguan. Nuestro cotidiano se encuentra determinado por esa guerra, una guerra que no es entre Estados como nos ha querido hacer creer. La guerra es entre les oprimides quienes no tenemos otra cosa más que trabajar por un salario, que no nos alcanza para vivir dignamente, endeudándonos la vida para sobrevivir y sostener la rueda del hámster; y por otro lado, quienes se encargan de organizarnos la vida (la burguesía, el patrón, el capitalista, quienes nos dicen de qué hora a qué hora debemos trabajar para comer). De forma tal que nos volvamos dóciles y productives.
Editorial (#10): “Por la razón o por la fuerza”. ¿Estamos en guerra? :https://periodicogatonegro.wordpress.com/2019/12/16/editorial-10-por-la-razon-o-por-la-fuerza-estamos-en-guerra/

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Posted: 20 Dec 2019 03:57 AM PST
Quinta entrega de la serie distópica de Alejandro Gaita 'Las tres revoluciones que viví',  publicada originalmente en lamarea.com
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***
Departamento Freire de la Universidad Libre, Nuevo Tecpatán, invierno 2058-2059.
Por fin se quedaron los despachos vacíos en la Universidad Libre. Me caen bien mis colegas, pero me gusta más trabajar sola, tranquila. Al anochecer, como casi todos los días, entré en el Departamento, elegí una silla, saqué mis papeles del archivador, me puse la radio bajita y me saqué unas tortillas de maíz dulces que había cogido por el camino. Mientras mastico, en la radio se acabó el programa semanal que escucho para aprender un poco de tzotzil y de tzeltal, y ahorita un compañero platica de la interasamblea de Chiapas. Ecología. Llevan unos meses discutiendo sobre si organizan una revolución dentro de la revolución. No más minería de las exciudades, no más expropiaciones fuera de nuestras fronteras. Veremos en qué queda todo eso.
Antes de venir a trabajar hoy he pasado la tarde echando una platicada sincera con Esmeralda, para intentar superar lo de Salvador, y mi miedo a la violencia. A sufrirla y a verme obligada ejercerla. Ella es de la misma edad que tenía Salvador, es decir que los dos nacieron a finales del XX. Esmeralda nació en Oaxaca, así que vivió desde el principio la etapa pre revolucionaria. Le estuve preguntando por la historia del proceso, y por el papel de la violencia política. Según ella, aquí más que una historia de la revolución política hay una historia de colapsos y adaptaciones. Sobre todo, el colapso del Estado: las manifestaciones y los disturbios, primero, que dieron paso a áreas de autoorganización y desconexión con el sistema estatal, con el mal gobierno. Acompañando, el colapso de los estudios, o más bien de las perspectivas profesionales. Ahí surgieron como adaptación los centros autoorganizados de capacitación, que fueron vitales para la transición. Y acompañando a todo esto, el colapso de los narcos, de los caciques y los terratenientes, por las catástrofes climáticas de los cultivos y el auge de las drogas de laboratorio de la Supremacía.
Los estertores de toda la violencia de narcos, caciques y terratenientes significó que hubo que hacer dos revoluciones paralelas, el doble de trabajo: contra el Estado y contra toda esa panda de matones no estatales. Para las mujeres, hubo que resistir contra distintos grupos de violadores armados. A Esmeralda personalmente no le pasó nada, pero sí que vio a su alrededor, y no fue capaz de evitar, algo que por ahora prefirió no detallarme. El patriarcado yo también lo conocí en la Supremacía, claro, pero desde su experiencia me explicó también su visión. Que nunca fueron solamente las violaciones, para empezar. Eran, y son, los compañeros que, pensando que te respetan, te llaman «damita». Eran, en la ciudad, los pollaviejas de la legión Holk. En el campo, es el analfabetismo de muchas, que sigue alimentando el prejuicio de padres y esposos de que las compañeras no van a saber hacer el trabajo, o que no valen para la asamblea. 
Según Esmeralda, frente a toda la violencia y pese al patriarcado, la clave para superar los colapsos fue partir de un sustrato revolucionario suficiente, y un amor por el entorno. Y esto fue así pese a que los colapsos llegaron cuando el tejido social ya había sufrido daños terribles: jóvenes de un mismo ejido trabajando para cárteles rivales, vecinos que pierden la confianza. Cuando tienes miedo de que te espíen, sales menos de casa y dejas de participar en la vida en común. Llegó a haber ‘checadores’ a la entrada de muchos pueblos que actuaban como retenes informales del cártel.
Pero sí hubo una comprensión, por una parte suficiente de la población, de la necesidad vital que había de un cambio de sistema. Esta vez no era ‘socialismo o muerte’ sino ‘capitalismo o vida’. No era la revolución socialista contra el imperialismo ni contra el capitalismo, era la aspiración al Buen Vivir frente al ecocidio depredador. Lo era, y lo sigue siendo. Es verdad que justo antes del colapso más de un tercio de las hectáreas arables de México llegaron a ser marihuana y amapola, pero a la vez la riqueza biológica de las zonas indígenas ya habían hecho que México estuviera entre los primeros lugares del mundo en el panorama ambiental mundial. Buena parte del sustrato revolucionario era amor por la tierra.
Los orígenes históricos de ese sustrato revolucionario, en toda la zona azteca, fueron los campos comunales o ejidos y los trabajos colectivos o tequios. Todavía en los últimos años del siglo XX, la constitución de Oaxaca permitía la elección a los pueblos indígenas de sus representantes mediante «usos y costumbres» y sin partidos políticos. Le temblaba la voz y se le ponían los ojos jóvenes a Esmeralda cuando  recordaba al Consejo de Organizaciones Oaxaqueñas Autónomas y al Comité de Defensa de los Derechos Indígenas. Organizaciones que defendían territorios indígenas y promovían la organización comunitaria. Me cuesta creerla, pero según Esmeralda el origen del Comité fue un pequeño colectivo de teatro. No me imagino yo un grupo de teatro en mi barrio allá en NY como germen de un colectivo revolucionario. 
La propia Esmeralda estuvo hace casi 50 años en la histórica Comuna de Oaxaca, los tres meses que duró: más que la Comuna de París. Pocos años después participó en la recuperación de 300 hectáreas y en la creación de la «Finca Alemania». Un total de 2000 familias conviviendo y capacitando a los chavos para que pudieran luego ir a las comunidades a enseñar, y se llegaron a expandir a 50 comunidades. Me contó mil historias de la finca, pero al final fue confirmarme las mismas ideas que ya me había contado Manolo en su día. Que sí, que la historia de la revolución aquí fue una historia de violencia. Pero sobre todo de violencia sufrida, nada de magnicidios, eso me da un poco de paz. Organización, más organización, y desconexión. Y así van a seguir.
Alejandro Gaita
Investigador en magnetismo molecular y computación cuántica. Sobre ciencia, racionalidad, mundo académico y temas sociales

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Posted: 20 Dec 2019 03:49 AM PST
¡Aviso a navegantes!:
Este es un poema que habla sobre el interior de una persona desgarrada por dentro que no siempre ha conseguido resistir los envites de la existencia en este planeta, pero que ahora se siente fuerte y capaz de afrontar los más difíciles desafíos. Con ella, no pretendo dar lecciones a nadie ni recibir el menor aplauso, solo pretendo mostrar, como a mí me han mostrado, que hay otro camino al que nos han contado, por difícil que este sea o nos lo pongan, poniendo así un latir (el mío) que se siente disidente y anárquico a disposición de todos y todas aquellas que alguna vez han querido borrar del mapa a cualquier tipo de dominación. Espero que disfrutéis leyéndolo tanto como yo he disfrutado escribiéndolo.
¡Salud!
Oda hacia lo más profundo de mi ser
Solo quiero pensar
en adentrarme en profundos bosques
de robles, hayas y encinas,
en descubrir
manantiales de aguas claras
en donde unir mis lágrimas
al bullir del agua.
Tedio de esta existencia
a loa que no sucumbe
este poeta mutilado
que quizá el delito más absoluto
que ha cometido
es el de existir.
Me siento como un loco lúcido
que busca a tientas la salida
de un laberinto
que quizá no tenga salida,
que quizá signifique el final
de la poesía
que por no tener
no tiene ni nombre.
Es un latido constante
el de esta vida
que nos arrastra
en un continuo frenesí
hacia una destrucción voraz
que para mí
solo significa
el más completo desengaño.
Yo me siento
como un ser en peligro de extinción
enamorado
de los besos y las caricias,
de los grandes abrazos
y de los gratificantes te quieros.
Yo sigo soñando
con nuevos horizontes
donde el amor, la paz,
la solidaridad, el respeto,
la alegría y el dolor compartidos,
la bondad, la generosidad,
el clamor por una vida fecunda,
la fraternidad y la libertad
no sean meros conceptos
con los que llenarse la boca
sino realidades patentes y presentes.
Y yo, en mi doloroso desengaño,
no quiero dejar esta vida
de genocidios y lamentos
por no querer desaprovechar,
quizá, la única posibilidad
de formar parte de un sueño.
Siento que sueño
y que mi ser está hecho
del material del que están hechas las ilusiones
y en mi cabeza siento,
cada día,
cien y mil contradicciones
que, a veces,
me hacen deambular por este sueño
que me acongoja y me hace sentir
como una micropartícula dentro del Cosmos,
pues es lo que soy...
Y despierto y quiero mi Sueño.
En esta realidad compartida
con miles de millones de seres,
me pregunto para que sirve
mi poesía,
si no entiendo,
si no asumo
el papel que a muchos y muchas nos ha tocado
en esta gran obra de teatro.
Pero vuelvo
y continuo luchando por unas ideas
que considero de lo más alto
que los humanos han dado,
me escapo de mi jaula de marfil
y me adentro en las calles
en los continuos vaivenes de esta civilización
para encontrar esas luces
que aún brillan con luz propia
y me veo reflejado
en los árboles,
en los pájaros,
en los caniches, en los gatos y en los mastines;
en las comadrejas
y en las personas
que aún sienten su modo de vivir
como algo compartido,
y mi sonrisa aflora,
y me digo
que aunque las fuerzas fallen
no me rendiré
al combatir esta ignominia,
que, en esta, mi vida,
haré temblar a todos los fascistas;
racistas, homófobos, carniceros,
que gobiernan el mundo
y que nos condenan
a la más completa sumisión.
No sé si hay otros mundos,
pero de este
me llevo la envidia y la codicia
que impregna a la sociedad,
como un mal regalo
en el que pensar,
sentir o ser diferente
te encamina
a la más completa marginación.
¡Qué lo sé! No soy perfecto,
pero en mi interior
siento un bullir
de sensaciones y emociones
que no permiten que me calle
ante la discriminación,
que no aguanto
esas “subiditas de tono”
mientras miran por encima del hombro
al que no ha hecho
más que nacer en este mundo
para que las traten
como la peor aberración
jamás imaginada.
No quiero,
no quiero dar lecciones a nadie,
que yo sé de mis errores
y con consejos no ayudo a nadie.
Me gusta, más bien,
el acudir presto
a la voz indefensa,
unir fuerzas
y salir juntas
con viento fresco del aprieto.
Es mi día de suerte
el día que duermo bien,
pues son voces de espanto
las que, a veces, se agolpan en mi cabeza;
son las voces
de este genocidio atroz
las que campan en mi mente.
No quiero perderme,
no quiero sucumbir al odio
que alguna vez he sentido,
de la forma más desgarradora imaginable,
en el fondo de mis entrañas.
Quiero reconfortarme, de la misma manera,
en esas otras voces
que hacen que saque lo mejor de mí.
La humanidad está perdida,
y estará perdida
hasta que no encuentre en su interior
su razón de ser,
que para mí no es otra
que la de respetar la vida,
que la de respetar toda la Vida,
pues nadie es más que nadie,
pues nadie es ni mejor ni peor
que otro ser humano,
que un árbol en el bosque,
que una cucaracha de las alcantarillas.
Solo espero que, con lo que hago,
este poeta mutilado
y compuesto por trozos de otras vidas,
sea capaz de remar
con más fuerza que la corriente,
que, cada vez más fuerte,
nos arrastra a lo más profundo
de una bestia aniquiladora
que va devorando seres
con sus afilados dientes;
y mientras tanto:
¡temblad fascistas, temblad!
-Richie punk-

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Posted: 19 Dec 2019 03:27 PM PST
Gran artículo de los compañeros iraníes que como muchas otras veces adelantan eventos por venir mucho antes que los analistas políticos. En este caso la caída del Régimen teocrático iraní.
Nos muestran clara y simplemente los entresijos que se traen los ayatolas para mantener el poder en Irán, a ver si os suena: montar el bipartidismo, acosar las alternativas populares para mantenerlo, sostenerlo sobre un aparato represivo político-militar y un pueblo esquilmado. Por último torturas, detenciones, ejecuciones, encarcelamiento y un río de caudales nacionales dirigidos hacia los pecadores bancos de UK, USA, Doha, y otros paraísos fiscales. Si, es el viejo sabor occidental neoliberal.
El régimen religioso culpa de las protestas a la injerencia americana. Nadie dice que no exista, sin embargo los curas se dan perfecta cuenta de cuál es su verdadero enemigo: el hastío generalizado provocado y la decadencia de un régimen religioso que estrangula a toda una sociedad. También saben cómo se responde adecuadamente a estos problemas: represión, represión, represión. La cuestión es que los ayatollas incluso prefieren reprimir a los manifestantes inidentificados que no atiende a amos antes que a los monárquicos del shah a las órdenes de USA y UK. Sostienen a la oposición que les conviene mientras golpean las protestas. Disidencia controlada.
Irán no es un paraíso socialista en el que afables curas reparten los bienes nacionales entre las buenas gentes. Nadie que no haya estado puede darse cuenta de las enormes diferencias entre clases. Las clases son la militar aliada de los curas y la popular, el resto. Irán es un fascismo de libro, y su pulso al Imperio fascista americano no debería levantar más simpatías que las propias de ver dos fascistas despedazándose. No así la lucha de su pueblo contra ambos.
De nuevo la insurrección toma tintes anarquista: sin líderes, sin organizaciones, sin grupos, deslocalizadas, ubícuos, sin disidentes ni fanáticos, sin géneros, antirreligiosa. Un fantasma al que no se puede golpear, porque es el pueblo el que la organiza. Un pueblo que ha decidido no cooperar con el régimen, no obedecer, y no parará hasta que el sistema caiga estrangulado. Los compañeros lo comparan con una hydra. Si vemos otros movimientos más allá, Francia, Líbano, Irak, Chile, Ecuador... todas las protestas comparten los mismos rasgos comunes; tal vez tengan razón y la hydra sea más grande de lo que se piensan. Un fantasma recorre el mundo. Es una pena que los participantes no se den cuenta de que sus prácticas forman parte de una filosofía más amplia y otra forma de hacer las cosas. Sin conciencia no habrá cambio, solo una eterna repetición de errores.
Ánimo a las compañeras Iraníes en lucha.
Salud! PHkl/tctca
________________
Las protestas en Irán parecen haber sido reprimidas. Una vez más, el aparato de seguridad de la República Islámica de Irán (IRI en inglés) fuertemente armada ha obtenido la ventaja por vía militar. Pero el conflicto no ha terminado aún, mucho menos resuelto, sino solo pospuesto. Porque la ruptura con el sistema es irreparable. Y la próxima ola de insurrección llegará.
Una petición a todas las que protestan en solidaridad para que no pierdan la esperanza.
Irán ha sido una olla ardiente durante décadas. Una densa y entretejida maraña de crisis alrededor de una amplia variedad de temas (economía, clima, sexualidad, represión, trabajo, identidad) está hundiendo más y más a los 80 millones de habitantes de Irán en la miseria y la gran incertidumbre existencial sobre el futuro. Irán, por mucho que a comentaristas o a partes interesadas les guste vilipendiarlo como una "misteriosa teocracia", no es un caso aislado. Al contrario, se une a la creciente y cada vez más evidente crisis mundial del capitalismo neoliberal del siglo XXI y su imposibilidad de ofrecer modelos sostenibles.
Hace dos semanas, esta olla hirviendo se desbordó una vez más. El anuncio en la noche del 16 de noviembre de duplicar o triplicar el precio de la gasolina desencadenó los disturbios más violentos en casi dos años: según los informes, más de 300 asesinatos, miles de heridos y alrededor de 10.000 arrestos. El estado está lanzando su maquinaria de movilización ideológica y represiva y, una vez más, sigue una simple línea en su trato con los manifestantes: no se cede ni un milímetro.
Por primera vez en años, se solicitan y son presumiblemente implementadas sentencias a muerte para los "líderes de la insurrección orquestados desde afuera". Para dar credibilidad a su historia de conspiración sobre "el alborotador extranjero", solo las personas arrestadas y Dios saben cuánto tiempo fueron torturados hasta poder arrastrarlos ante las cámaras para hacer la correspondiente "confesión". Para el estado iraní está claro: "después de nosotros solo el diluvio".

Dedo Medio a la Mano Dura de Dios

Esta es una cara de la moneda: el estado de seguridad casi invencible, clerical-autoritario y altamente armado de la República Islámica de Irán está constantemente sofocando toda protesta. Esta cara de la moneda pone a todos los que desean el éxito de las protestas en estado de frustración, derrotismo, ira e impotencia al mismo tiempo. Y en realidad invita a hacernos la pregunta: ¿cómo puede en este país cambiar algo para mejor?
Toda persona con sentido común debería haber entendido, por medio de ejemplos de la historia reciente en el Medio Oriente, que la democracia y la libertad no pueden ser bombeadas desde afuera. Y para todos aquellos que creen que las sanciones económicas y los gestos amenazantes [de Trump] en Twitter realmente obligarán a los mulás a ceder y cambiar su forma de gobernar en su mundo de cuentos de hadas: los mulás han demostrado durante años que 100 veces de 100 casos matarán de hambre y empobrecerán a su pueblo antes de que ellos pierdan incluso la mínima fracción de sus propios privilegios.
Frente a los enemigos del exterior, oran por la unidad nacional y por la necesidad de apretarse el cinturón, como fue el caso durante la Primera Guerra del Golfo o ahora respecto a las sanciones [bloqueo de EEUU]. Un simple y exitoso truco para niños con el fin de desviar la atención de la corrupción, la brecha creciente entre ricos y pobres y el acceso estatal a la vida cotidiana de los ciudadanos: siempre son los otros los responsables de la miseria en el país.
Pero ese ticket ya no vale. Actualmente estamos presenciando cómo en los últimos dos, tal vez tres años, se ha formado, perpetuado, un movimiento revolucionario e interseccional, y dónde puede rebelarse. Incluye a aquellos que no formaron parte del "movimiento verde" en 2009, cuando resurgieron por última vez las esperanzas dentro del sistema en vista de las elecciones, y que incluso fueron difamados por el aparato como el "lumpenproletariado": desterradas, superficiales, precarias, minorías religiosas y étnicas en provincias, pero cada vez más también la clase media menguante y sin perspectiva en asociación con estudiantes y mujeres progresistas.

No hay vuelta atrás

Lo que estalla en un ciclo cada vez más frecuente (bloqueos, manifestaciones, desobediencia civil, batallas callejeras, acciones militantes) son los aspectos más espectaculares destacados que hacen que todos los observadores escuchen y alberguen esperanzas de corazón y mente. Pero [ya que no se ha producido el cambio] este descontento se ha convertido desde hace mucho en una práctica cotidiana, que crece cada vez más.
Las políticas autoritarias y neoliberales de la poderosa clase gobernante se manifestaron en nombre de Allah. Esta grieta se profundiza con cada explosión como la última, y ​​con el próximo levantamiento, que llegará seguro, aún más.
Este movimiento es revolucionario porque solo encontrará la paz cuando la República Islámica en esta forma ya no exista. Esto se puede ver en al menos tres puntos que hablan del movimiento mismo.
- En primer lugar, ya no se trata de los campos de protesta particulares de la República Islámica de Irán que le permiten simular un espectro político dentro de un régimen autoritario. Esto quedó claro con consignas como "Conservadores y reformistas: el juego terminó", que fue invocado a principios de 2018 y ahora se vuelve a repetir, a veces radicalmente, o claras sentencias como "No queremos una República Islamica", o "Abajo Khamenei [líder supremo de la revolución y, por lo tanto, la máxima autoridad la República Islámica de Irán]".
- En segundo lugar, los objetivos y las formas de acción hablan por sí mismas: varios cientos de bancos fueron incendiados. Solo en Teherán, 300 bancos quedaron inutilizables, mientras que en otras 15 ciudades no quedaron sucursales intactas. La situación es similar con los cuarteles de policía y los símbolos de autoridad de los clérigos, como los retratos de los líderes de la Revolución Islámica. Y también en otros edificios, como en grandes cadenas de supermercados. Lo que el gobierno descalifica llamando destrucción indiscriminada y vandalismo revela rápidamente una línea roja y un enemigo común: la mayoría de las sucursales bancarias, así como las cadenas de supermercados en cuestión, son propiedad de los Guardias Revolucionarios iraníes, el bloque de poder económico, político y militar de la República Islámica. Estos objetivos así como lemas raramente tan radicales tienen un destinatario claro: el sistema como tal, no representantes individuales.
El hecho de que los iraníes se hayan dado cuenta del pérfido juego con el que la dictadura de los Mullah se da un aire democrático, también conocido como "ejecutor de la voluntad del pueblo" [en el doble sentido], y que quieran acabar con él, demuestra en el bagaje y los cálculos políticos de aquellos en el poder. Por ejemplo con respecto al aumento del precio de la gasolina [las protestas tuvieron] apoyo completo [de la oposición]: el gobierno de Rohani justificó esta medida con el hecho de que ahora se tiene que redistribuir debido a las consecuencias de las sanciones e inversiones, entre otras cosas, en beneficios sociales. La vieja pauta: la abolición de los subsidios a la gasolina se argumentó de tal manera que son inevitables debido a factores externos (sanciones), y deberían reinvertirse en otros negocios en apoyo estatal y, por lo tanto, beneficiar a las personas más bajas. El gobierno actual, como tantos gobiernos anteriores en el la República Islámica de Irán, se presentaron como personas orientadas y preocupadas por las necesidades de los pobres en la política de austeridad. ¡Qué cara y qué gol! Porque fueron precisamente estas personas las que inmediatamente y en un radicalismo no visto desde la revolución de 1979 dejaron claro que esta "redistribución" no es más que un grosero truco, porque: ¿Cómo puede ser que el país con la cuarta mayor reserva de petróleo en el mundo deje morir de hambre a su población mientras los mulás y los guardias revolucionarios viven una vida en éxtasis, e irónicamente acuden a las universidades occidentales de élite en el "corazón del diablo"? ¿Cómo puede ser que este país inyecte decenas de miles de millones de dólares en varios conflictos geopolíticos, en la guerra de poder con Arabia Saudita por la hegemonía regional, pero los trabajadores no reciban su salario "debido a las sanciones" durante meses y años? Por lo tanto, la gente en Irán se pregunta acertadamente en la calle "Gaza, Líbano, Yemen, ¿qué hay de nosotros?" Y concluyen "República Islámica, se acabó".

La Rebelión por venir

"Pueden ganar muchas batallas, pero perderán la guerra". Esta declaración de un manifestante desconocido, realizada en uno de los últimos vídeos antes del cierre de Internet en Irán, en baja resolución, filmado con manos temblorosas, en una ciudad desconocida, con un banco en llamas de fondo, se toma en sí mismo como una de las expresiones más precisas de la situación en Irán. Gente como él, cientos de miles en las calles, arriesgando sus vidas; no tienen nada más que perder.
Y esto es exactamente lo que temen los amos de la República Islámica. Porque saben lo que puede significar. Después de todo, este estado en sí nació de una revolución de masas contra el Sha (y una posterior contrarrevolución sangrienta de los islamistas) y, por lo tanto, saben que "al final, la calle decide!". El momento en que las tropas del Shah dispararon contra los revolucionarios en 1979 y el pueblo marchó de todos modos, y se considera uno de los símbolos centrales de la caída del monarca. Los paralelismos son sorprendentes, pero este momento aún no se ha alcanzado.
Sin embargo, el alto número de muertos y habituales ejecuciones de los sicarios del estado en plena calle se interpretan como signos de nerviosismo por parte de un aparato de seguridad que en realidad se especializa en arrestos y torturas y ahora, aterrorizados, aumenta su dominio absoluto; desesperados por perpetuar en control. la República Islámica juega un juego simple: obedece o muere. 
Si, por cualquier causa, deciden hacer las maletas y exiliarse al extranjero, no pueden ir a ningún lado. Dondequiera que van, abiertamente o de manera encubierta, como en la región de Siria, Líbano, Irak, Yemen, Gaza, etc... hay inestabilidad, guerra y/o movimientos de insurgencia emergentes que quieren mandar el viejo orden al infierno. Por lo tanto, ciertamente no se recibe a los ayatolás en el exilio con los brazos abiertos: el consulado iraní en Bagdad incendiado por los manifestantes a finales de noviembre de 2019 lo ha demostrado sobradamente. Así, un ayatolá de alto rango en hablando en relación con su propio movimiento de protesta concluye categóricamente: "si nos vamos, dejaremos tierra quemada".

Presente y futuro de las protestas en Irán

¿Qué significa ésto para el movimiento de insurrección? En esencia, es exactamente lo que se ha estado transmitiendo durante años: ya no hay no paz entre éste y el régimen. Ciertamente, el estado está altamente equipado e ideológicamente consolidado, aún. Esto impide una mayor organización de un movimiento social en el sentido clásico, con demandas, manifiesto, liderazgos, etc.
¿Es esto un fallo? Esto fue exactamente lo que sucedió en 2009: el bando reformista alrededor de Mir Hossein Mousavi lanzó un gran movimiento centrado en Teherán en torno a las elecciones presidenciales y fue derrotado al ser encarcelado su líder y gradualmente tomar la ventaja los militares sobre la protesta, en las principales ciudades.
Aquí no es posible: el movimiento no tiene un líder, se comunica a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, está muy descentralizado, explícitamente no enfocado en los centros de poder sino en las periferias y fortalezas de las minorías, y se regula a sí mismo. Ciertamente, cada levantamiento reprimido cuesta vidas humanas, torturas, penas de prisión, traumas y huidas. Al mismo tiempo, sin embargo, aumenta aún más el odio hacia el orden establecido.
Esta insurrección se comporta como la figura mitológica de la Hidra de múltiples cabezas. Si cortas una cabeza, dos vuelven a crecer en el mismo lugar. Y el ritmo aumenta: hace algún tiempo, los iraníes declararon con orgullo que cada 30 años comenzaban una revolución o al menos un gran movimiento político-social. Recientemente, el intervalo entre tales movimientos se corrigió a 10 años; ahora los terremotos sociales sacuden al país cada dos años. La única pregunta ahora es saber cuánto tiempo los mullahs pueden mantener la pretensión de poder.

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