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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Tinkunaco 1309/13 - La génesis de la crisis de Siria y la guerra perpetua de los EEUU

CEPRID
Elena Ponomareva

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 Ilustración publicada en LaHaine.org



Fundación de la Cultura Estratégica
Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés
Durante la Gran Depresión, Franklin Delano Roosevelt, el 32 presidente de los EEUU y uno de los estadistas más eminentes de la primera mitad del siglo XX, dijo que una de sus principales preocupaciones era evitar que los banqueros y hombres de negocios se suicidasen. Esta conmovedora preocupación se convirtió en una enorme tragedia para toda la humanidad: la II Guerra Mundial fue impulsada principalmente por los industriales y financieros estadounidenses. Más de 54 millones de personas murieron en esa guerra y 118 millones fueron heridos.
La Segunda Guerra Mundial resolvió muchos de los problemas de la constitución estadounidense, pero no todos ellos: La Unión Soviética no sólo sobrevivió, sino que se convirtió en una superpotencia. Pero Roosevelt logró su objetivo principal y algo más: EEUU se convirtió en un centro financiero mundial. En julio de 1944, en la pequeña localidad de Bretton Woods, en una conferencia internacional de los vencedores, se fundaron instituciones tales como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, a partir de 1960 Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese momento se declaró al dólar de EEUU una moneda mundial, tan buena como el oro. En ese momento EEUU controlaba el 70% de las reservas mundiales de oro. Dentro de los EEUU había 129 millones de dólares en ahorros líquidos (¡una cantidad colosal incluso para los estándares actuales!).
Este dinero, "ganado" por los banqueros y los industriales estadounidenses sobre el sufrimiento y la muerte de millones de personas, fue un poderoso estímulo para la producción de bienes de consumo y la construcción de capital, por no hablar de la posición internacional que adquirió EEUU. Incluso Z. Brzezinski, un rusófobo y un enemigo ideológico de nuestro país, ha admitido: "Paradójicamente, mientras que la derrota de la Alemania nazi elevó el status global de Estados Unidos, América no había jugado un papel decisivo en la derrota militar del hitlerismo. El crédito en ese sentido tiene que ir a la Unión Soviética estalinista". En cualquier caso, fue después de la última guerra mundial cuando se sentaron las bases para la hegemonía moderna de América.
Desde entonces EEUU tiene una regla grande y terrible, un único modelo de comportamiento: la resolución de sus propios problemas siempre tiene que lograrse a expensas de otros países y pueblos. A lo largo de todo el período de la posguerra E.UU ha recurrido a la agresión cada vez que se ha encontrado con problemas económicos o era necesario desviar la atención de las medidas económicas impopulares en el interior del país.
Por ejemplo, la guerra de Corea fue una reacción a la recesión económica de la postguerra de 1949. La invasión del Líbano se produjo como consecuencia de la recesión de 1957-1958. La agresión contra Vietnam fue una reacción a la crisis económica de 1967, y el "lanzamiento" de Carter de una segunda ola de la guerra fría fue una reacción a una caída [geopolítica] en 1979 [se refiere a la revolución islámica en Irán y al triunfo sandinista en Nicaragua[. Ese fue el enfoque de un cierto “keynesianismo militar” fue el que Reagan dio en Nicaragua y Granada [isla caribeña invadida por EEUU en 1982]. Por no hablar de las intervenciones de Estados Unidos/OTAN a gran escala en el siglo XXI como Afganistán, Irak y Libia. Muchos eruditos y escritores también han notado la naturaleza agresiva de la política exterior de los EEUU como una reacción a los problemas internos. Por ejemplo, Charles Austin Beard (1874-1948), el historiador más influyente de la primera mitad del siglo XX y uno de los fundadores de la escuela de la historiografía económica estadounidense, autor de los cuatro volúmenes de El surgimiento de la civilización americana, cree que después de la victoria sobre Japón en 1945 EEUU comenzó a librar la "guerra perpetua para la paz perpetua".
Usando a Beard como punto de partida, el eminente escritos liberal estadounidense Gore Vidal recoge varias empresas militares y otras operaciones llevadas a cabo por los EEUU hasta 2001 en varias páginas de su libro “Cómo llegamos a ser tan odiados”. El autor, “por compasión a los lectores”, no incluyó las operaciones militares llevadas a cabo por la CIA en varios países, por ejemplo, en Guatemala (1953), o en Irán (1953), cuando Mossadegh fue derrocado, o en Chile, cuando Allende fue derrocado, etc. Pero lo más importante, como Vidal enfatiza, es que "en estas varias cientos de guerras contra el comunismo, el terrorismo, las drogas, o algunas veces nada más, entre Pearl Harbor y el 11 de septiembre 2001, nosotros solíamos ir a la guerra, dar el primer golpe, pero entonces nosotros somos los buenos, tenemos derecho”.
De la misma manera, en su libro ¿Por qué la gente odia Estados Unidos? , Ziauddin Sardar y Merryl Wyn Davies cuentan 124 intervenciones estadounidenses en varias partes del mundo en el período comprendido entre 1890 (la operación militar de EEUU en Argentina) y 2001 (el comienzo de la operación en Afganistán). Y, como los autores señalan, las provocaciones siempre han ocupado un lugar especial en la política intervencionista de EEUU.   ¿Ejemplos? Por todas partes y por todos los medios.
En 1898 se organizó una explosión en el barco  Maine y los españoles fueron culpados. Como resultado, EEUU declaró la guerra a España.
El 7 de mayo 1915 EEUU puso el Lusitania en la línea de fuego de los submarinos alemanes. Con su nombre pintado fuera y sin bandera de ningún país, deliberadamente entró en una zona designada por el gobierno alemán como una "zona de guerra submarina". Bajo las condiciones de la guerra, el Lusitania fue torpedeado por un submarino alemán y se hundió. Murieron casi 1.200 personas de las 1.958 personas que iban a bordo. Este incidente fue utilizado para la presión informativa sobre la opinión pública en muchos países y las actitudes cambiaron abruptamente hacia Alemania.
En 1941 Roosevelt estaba bien informado acerca de los preparativos de un ataque a Pearl Harbor, pero no hizo nada, ya que necesitaba una razón para entrar en la guerra.
En 1964, el llamado incidente de Tonkin sirvió como pretexto para iniciar la guerra de Vietnam.
La explosión de las Torres Gemelas el 11 de septiembre 2001 se convirtió en el pretexto para la intervención militar en Afganistán.
Un programa nuclear mítico fue el pretexto para la destrucción de Irak. El pretexto nuclear se cierne sobre Irán y Corea del Norte. Y ahora las armas químicas en Siria.
Arno J. Mayer, profesor emérito de historia en la Universidad de Princeton, no pudo publicar en EEUU su artículo "Reflexiones intempestivas sobre el Estado del Mundo", aunque sí lo hizo en el diario francés Le Monde. Cito: "Hasta ahora, en los tiempos modernos, los actos de terrorismo individual ha sido el arma de los débiles y de los pobres, mientras que los actos del Estado y el terror económico han sido el arma de los fuertes. En ambos tipos de terrorismo es, por supuesto, importante para distinguir entre el objetivo y la víctima. Esta distinción es cristalina en el exitoso ataque al World Trade Center: el blanco era un símbolo importante y centro de poder de la globalización económica y financiera de las empresas” (…) En cualquier caso, desde 1947 Estados Unidos ha sido el autor principal y pionero del terrorismo de Estado "preventivo", exclusivamente en el Tercer Mundo y por lo tanto muy disimulado. Además de la subversión no excepcional y el derrocamiento de los gobiernos en su competencia con la Unión Soviética durante la Guerra Fría, Washington ha recurrido a asesinatos políticos, escuadrones de la muerte y luchadores por la libertad (por ejemplo, Bin Laden) . Se planeó el asesinato de Lumumba y Allende, trató sin éxito de hacer morir a Castro, Gaddafi, Saddam Hussein... y toleró la violación de los convenios internacionales y las resoluciones de la ONU".
La génesis de la crisis siria surge de la propia naturaleza de la hegemonía de EEUU. Sin embargo, ¿por qué Washington ha esperado para una "resolución definitiva" de la cuestión siria hasta este momento? ¿Por qué recurrir a su probado y verdadero esquema de la provocación? ¿Y por qué lo ha preparado tan mal? ¡El carácter manipulador de las imágenes de vídeo distribuido en el mundo como "prueba" de un ataque químico supuestamente perpetrado por el ejército sirio era obvio prácticamente al día siguiente!
El hecho de que se trataba de una provocación fue confirmado el 9 de septiembre en la reunión informativa de la 24 ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU denominada los "Derechos Humanos y los conflictos armados: la amenaza de la fuerza de EEUU contra Siria y el Derecho Internacional". Como se señaló en un comunicado de prensa sobre los resultados de la reunión, "hay evidencia convincente de que el vídeo y las fotos de las víctimas de ataques químicos en un suburbio de Damasco el 21 de agosto fueron fabricados de antemano. El testimonio de numerosos testigos confirma unánimemente que fueron los rebeldes quienes utilizaronn armas químicas en el barrio este de Ghouta. Los resultados de las investigaciones sobre los hechos llevada a cabo por activistas y el testimonio de testigos presenciales fueron entregados a la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Siria".
Pero ¿por qué EEUU actúa así? Eso va contra los principios de un líder mundial, y la ONU ya no es una autoridad estadounidense.
Como ya se mencionó, EEUU está acostumbrado a resolver sus problemas a través del bandolerismo internacional. Esa es la raíz de la crisis en Siria y el motivo de su escalada.
En primer lugar, la economía de EEUU está llegando a un "precipicio fiscal". En tales condiciones, las promesas que hizo Obama durante su campaña electoral - bajar los impuestos, aumentar los salarios y legalizar a los inmigrantes- son imposibles de cumplir. Una situación de estancamiento ha tomado forma en el país, junto con una caída en la popularidad de Obama y su equipo. Los asesores y analistas de la Casa Blanca vieron una salida en una "pequeña guerra victoriosa". Sería difícil encontrar un lugar más conveniente para esa guerra que Siria. Y la resolución de los problemas económicos internos a través de la intervención militar es una "vieja" tradición anglosajona.
En segundo lugar, las fuerzas detrás de Obama apoyan activamente y ponen en práctica el proyecto de "caos controlado", desde Mauritania a Kirguistán o a Cachemira. El "arco de inestabilidad" que se inició en los Balcanes debe, de acuerdo con su lógica, llegar a Rusia y China.
Sin embargo, un "problema" apareció en el camino de la desestabilización mundial: Siria. Y Damasco es el aliado de las tres grandes potencias a la vez: Rusia, China e Irán. Para Rusia, los sirios no son sólo aliados, son amigos, como Vladimir Putin ha destacado especialmente.
La estrategia del "caos" es necesaria por razones muy específicas. Una de ellas es el tránsito de hidrocarburos. Y aquí de nuevo surge el factor ruso. Creo que la escalada de la crisis de Siria debe ser vista como una reacción directa a la intensificación de la política energética de Rusia. El hecho del asunto es que el 13 de agosto, durante la visita del presidente ruso a Bakú, se llegó a acuerdos importantes en el tránsito de petróleo: se firmaron los acuerdos correspondientes entre la empresa estatal rusa Rosneft y sus socios de Azerbaiyán y se definieron los formatos de cooperación en el ámbito del complejo de combustible y energía. Y los acuerdos firmados son de naturaleza a largo plazo. El presidente de Azerbaiyán Ilham Aliyev enfatizó: "Creo que un gran número de cosas en el ámbito de las cuestiones regionales de energía dependerá de la cooperación activa y la coordinación de nuestros esfuerzos. Estamos orientados hacia la decidida colaboración y el fortalecimiento de la cooperación con Rusia en esta importante área de desarrollo económico y político". La conclusión de esta reunión fue la creación de un acuerdo petrolero Rusia-Azerbaiyán, es decir, justo lo que Occidente temía y que trató de evitar durante mucho tiempo.
La crisis de Siria ha estado en gran medida determinada por el problema de tránsito de los recursos de energía. Como es bien sabido, yacimientos de gas han sido descubiertos en la región del sur del Mediterráneo, tanto en la plataforma continental como en el territorio de Siria (Kara). Hay un "factor gas" añadido en la crisis siria: si el régimen de al-Asad es derrocado, Qatar, que es un exportador de gas natural licuado, será capaz de transportar el "combustible azul" directamente desde la costa mediterránea a través de Siria. Eso, al menos, doblará sus exportaciones y al mismo tiempo va a complicar las exportaciones de Irán. El fortalecimiento de Qatar en el mercado del gas conducirá automáticamente a un debilitamiento de la posición de las empresas rusas. Y si se añade el establecimiento del control de gas argelino (que los estadounidenses están trabajando activamente), la amenaza de un bloqueo de todo el petróleo de Rusia y las exportaciones de gas es real.
Hay otras razones para la escalada de la crisis de Siria y la posición agresiva de Washington. Por ejemplo, el deseo de romper el eje Teherán-Damasco-Hizbulá, que está causando problemas a EEUU e Israel. Sin embargo, el objeto principal de una "resolución definitiva" de la cuestión siria sigue siendo demostrar a Rusia y a todos los demás que EEUU controla el mundo y que las estructuras supranacionales de gobernanza global que están detrás deciden lo que será.
Y ahora es el momento perfecto para recordar las palabras de Stalin, a quien le gustaba repetir: "La lógica de las circunstancias es más fuerte que la lógica de las intenciones". Los provocadores no consideraron la lógica de las circunstancias. No tuvieron en cuenta el hecho de que Rusia ha cambiado, al igual que el mundo. El sistema unipolar ya no existe, y Moscú ya no reacciona a los gritos de Washington la misma manera que lo hizo hace veinte años.
Al mismo tiempo, tenemos que admitir que la crisis siria está lejos de estar resuelta, Sólo está un poco congelada. Aún aguardan batallas diplomáticas tensas y agotadoras...
 


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