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HispanTV
Publicado el 12 may. 2015
El
destacado periodista estadounidense Seymour Hersh asegura que
Washington recibió el apoyo de Paquistán para matar al exlíder del grupo
terrorista Al-Qaeda, Osama Bin Laden.
En un artículo de la revista británica London Review of Books publicado el domingo, Hersh afirmó que la Casa Blanca había engañado a la opinión pública acerca de la forma cómo mató a Bin Laden en mayo de 2011 y calificó la versión oficial estadounidense sobre esta operación de "obra de ficción".
"Esto es falso al igual que muchos otros elementos de la Administración de Obama. La historia de la Casa Blanca podría haber sido escrita por Lewis Carroll (el autor de "Alicia en el país de las maravillas)", señaló Hersh en una entrevista concedida a la agencia paquistaní de noticias Dawn.
“Ellos ayudaron. Ellos totalmente ayudaron. Ellos ayudaron mucho”, enfatizó el premio Pulitzer (1970) cuando Dawn le preguntó si Paquistán había cooperado con Estados Unidos.
Obama indicó que la muerte del terrorista era un asunto puramente norteamericano y que Islamabad no sabía nada al respecto, sin embargo, los funcionarios estadounidenses, dijo Hersh, tuvieron la asistencia de oficiales de alto nivel de Paquistán.
Al contrario del comunicado del Ejecutivo estadounidense, Bin Laden no estaba "escondido" en el territorio paquistaní cuando las fuerzas especiales de la Marina de EE.UU. (Navy SEAL) lo encontraron, alegó Hersh, mientras agregó que los servicios de Inteligencia paquistaníes (ISI, por sus siglas en inglés) tenían encarcelado al líder de Al-Qaeda.
Fue la mentira más descarada decir que "dos líderes militares de alto rango de Paquistán, el general Ashfaq Parvez Kayani (el entonces jefe del Ejército de Paquistán) y el general Ahmed Shuja Pasha (el director general del ISI) no estaban informados de la misión de EE.UU.", argumentó Hersh.
Incluso reveló que en agosto de 2010 un exoficial de Inteligencia paquistaní había desvelado el paradero de Bin Laden a cambio de 25 millones de dólares.
Asimismo, subrayó que el ISI insistió en que el fallecimiento del terrorista debía ser anunciado una semana después de la operación.
Según el periodista estadounidense, el régimen saudí estaba al tanto de todo llegando hasta aconsejar a Islamabad mantener al exlíder como prisionero.
EE.UU. acusó al líder de la red de Al-Qaeda de organizar los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y los de Washington, por eso puso precio a su cabeza.
La muerte de Bin Laden es un enigma debido a que las autoridades estadounidenses decidieron no sacar a la luz los detalles de lo que pasó, solo dieron explicaciones vagas. A finales de 2014, el exmilitar estadounidense Robert O’Neill se identificó como el hombre que había acabado con la vida del líder terrorista.
En un artículo de la revista británica London Review of Books publicado el domingo, Hersh afirmó que la Casa Blanca había engañado a la opinión pública acerca de la forma cómo mató a Bin Laden en mayo de 2011 y calificó la versión oficial estadounidense sobre esta operación de "obra de ficción".
"Esto es falso al igual que muchos otros elementos de la Administración de Obama. La historia de la Casa Blanca podría haber sido escrita por Lewis Carroll (el autor de "Alicia en el país de las maravillas)", señaló Hersh en una entrevista concedida a la agencia paquistaní de noticias Dawn.
“Ellos ayudaron. Ellos totalmente ayudaron. Ellos ayudaron mucho”, enfatizó el premio Pulitzer (1970) cuando Dawn le preguntó si Paquistán había cooperado con Estados Unidos.
Obama indicó que la muerte del terrorista era un asunto puramente norteamericano y que Islamabad no sabía nada al respecto, sin embargo, los funcionarios estadounidenses, dijo Hersh, tuvieron la asistencia de oficiales de alto nivel de Paquistán.
Al contrario del comunicado del Ejecutivo estadounidense, Bin Laden no estaba "escondido" en el territorio paquistaní cuando las fuerzas especiales de la Marina de EE.UU. (Navy SEAL) lo encontraron, alegó Hersh, mientras agregó que los servicios de Inteligencia paquistaníes (ISI, por sus siglas en inglés) tenían encarcelado al líder de Al-Qaeda.
Fue la mentira más descarada decir que "dos líderes militares de alto rango de Paquistán, el general Ashfaq Parvez Kayani (el entonces jefe del Ejército de Paquistán) y el general Ahmed Shuja Pasha (el director general del ISI) no estaban informados de la misión de EE.UU.", argumentó Hersh.
Incluso reveló que en agosto de 2010 un exoficial de Inteligencia paquistaní había desvelado el paradero de Bin Laden a cambio de 25 millones de dólares.
Asimismo, subrayó que el ISI insistió en que el fallecimiento del terrorista debía ser anunciado una semana después de la operación.
Según el periodista estadounidense, el régimen saudí estaba al tanto de todo llegando hasta aconsejar a Islamabad mantener al exlíder como prisionero.
EE.UU. acusó al líder de la red de Al-Qaeda de organizar los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, en Nueva York, y los de Washington, por eso puso precio a su cabeza.
La muerte de Bin Laden es un enigma debido a que las autoridades estadounidenses decidieron no sacar a la luz los detalles de lo que pasó, solo dieron explicaciones vagas. A finales de 2014, el exmilitar estadounidense Robert O’Neill se identificó como el hombre que había acabado con la vida del líder terrorista.
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