CAPUSOTTO ROCK: “LA MAFIA REPUBLICANA Y SUS COLABORACIONISTAS”
Ese es el nombre con el cual bautizaría hoy a una banda de rock. Convencido de que “estos muchachos vinieron por todo porque no le tienen que rendir cuentas a nadie”, Diego Capusotto se abre y comparte esas sensaciones que, como peronista, afloran ante el panorama político que azota a la Argentina y a toda Sudamérica. Habla porque “si no te ocupas de la política, la política se ocupará de vos”.Por Juan Esteban Kirchner y Vanina Pasik / Fotos: Pablo Caprarulo
-¿Qué es de la vida de Bombita Rodríguez? ¿Sigue en Cuba?
No tengo la menor idea. No me está dando señales. Pero me parece que está viendo la posibilidad de que en Cuba empiece a entrar droga y que sea muy difícil salir a la calle. Capaz que está por ir a pelear a la franja de Gaza por la causa palestina. O quizás termine en el bailando. No lo creo. Sería una derrota catastrófica. Mayor de la que hemos tenido…
-¿Y Juan Domingo Perdón a qué se dedica ahora que pasaron las elecciones?
Él vive de pedir disculpas, por lo tanto mientras más hace más se disculpa. Ahora está en su salsa. Está en su salsa hasta que la barbarie deje el estado de esclavitud para convertirse en barbarie de nuevo…
-¿Quiénes son los civilizados y quiénes son los bárbaros en este escenario?
Hay una especie de sistema de esclavitud que hoy funciona de otra manera. Funciona con escenarios ficcionales que se suponen que son la verdad, la cual en realidad es relatada por el que más poder tiene para hacerlo. El que más armas y elementos tiene para hacerlo. Y finalmente la bravuconada republicana siempre termina convenciendo.
Es complicado confrontar al Poder Real. Tiene mucha guita, paciencia y no tiene movilidad territorial. Nadie le exige nada. Son como medio infranqueables. Habrá que barajar y dar de nuevo. Aquí no hay batalla perdida. Pero sí es una derrota… Y cómo articular para que finalmente estos muchachos no vengan por lo de todos (que es lo que hicieron siempre) es verdaderamente muy complejo. Habrá que juntarse con sectores que no nos gustan mucho… No lo sé. También es fácil decirlo una vez que sucedió… Es tan compleja la política. Tan dinámica, volátil.
No sabes si éste muchacho lo que está haciendo es ‘unir a todos los argentinos’ para que finalmente lo derroquen. Parece una frase de Groucho Marx pero sería fantástico que pase porque nadie se va a creer que este muchacho quiere lo mejor para el país. Menos que menos esa idea pueril, romántica, de que si le va bien a él nos va bien a todos y esas pelotudeces que solamente pueden ser dichas por un vecino indignado que todo el día está mirando la televisión.
Si le tuviera que poner un nombre al momento que estamos viviendo, recurriendo a la metáfora del nombre de una banda de rock, sería: ‘La mafia republicana y sus colaboracionistas’.
¿De Micky Vainilla qué sabés? ¿Le ofrecieron algún ministerio?
Él está en todos los ministerios. Es como un capital simbólico. De todas maneras esto es bastante más problemático que un programa de ficción. Hay algo que replica de lo que dice Micky Vainilla con lo que dicen estos muchachos. Claramente. Pero lo de estos muchachos es como más complicado.
Estamos hablando en el plano de lo real donde empieza a quedar gente afuera. Si antes podía existir la discusión de qué significa lo nacional y popular, y quiénes entran allí, hoy directamente no hay posibilidad de esa discusión. La gente está siendo desplazada. Esa es la manera que tienen ellos de hacer política. Y su política también funciona en la medida en que tengan gente afuera. Eso produce un escenario en el cual si tenés laburo y te bajaron el sueldo no te podes quejar porque querés seguir manteniendo el laburo. Es un estado de caos y paranoia desolador.
Lo que siento es que estamos en un estadio a seis meses de la asunción de este muchacho en donde de los 13 millones que lo votaron hay muchos que no quieren decir ‘me equivoqué’. Y otros se victimizan ‘otra vez me fallaron’. ¿Como si uno fuera una víctima no? Y que está siempre a la expectativa de lo que un dirigente haga de él… siempre es una víctima. Como si él en su propia vida no colaborase a que ese sistema sea instalado. Sumado a eso la indefensión intelectual que también es producto del estado de esclavitud. Los que creen en eso necesitan escuchar a otro que les diga el escenario que están atravesando.
Estos muchachos vinieron por todo, vinieron muy afilados. No le tienen que rendir cuentas a nadie, a ninguna militancia. Son empleados del Poder Real. Son los que siempre trabajaron para los sectores concentrados y no para la patria. Van por todo y además te verduguean, te pasan facturas: ‘ahora ganamos nosotros’. Te ponen a Obama en el centro cultural Kirchner, pasan el 25 sin la escarapela. Les chupa un huevo todo… que se yo.
ESCENARIOS FICCIONALES
-Podrías hacer un personaje como ‘Juan Carlos Confort’…
-Si… aparte esta cosa, que nunca sucede, que es lo ‘aspiracional’. Donde no hay discurso posible. Dan una suerte de escenario revestido con una supuesta seriedad pero es un fantasma de lo que creemos que sería correcto. Hay un fantasma que está dando vueltas pero que nunca se hace real. Por eso cuando les hablan de algo muy puntual lo esquivan. Los escenarios son siempre ficcionales, no existen. Y lo que no existe estos tipos lo hacen presente. Lo que no existe es lo que está presente.
Esto no es la hiperinflación, ni el 2001. No venimos de un desmadre económico. Capaz que alguno realmente se agotó de un proceso de 12 años y empezó a creer en la idea de un cambio, que siempre es aspiracional, y cree que esto no se va a modificar mucho y de paso que la política no se ocupe mucho de uno. Que yo pueda tener lo indispensable y que no se hable de política. Que cada vez se hable menos. Prefiero tener lo indispensable y divertirme con otras cosas. Yo quiero elegir que ver, que escuchar… Bueno, eso finalmente no sucede. El Estado de Bienestar no existe, menos con estos pibes.
Está dando vueltas la idea de que estos están luchando contra un mal dejado, contra una tierra arrasada y nos exigen sacrificios. Y lo que se está haciendo en realidad es una eliminación gradual de los mismos sectores de siempre. Y si se ponen muy densos están las fuerzas del orden para atacarlo.
Este muchacho no tiene movilidad territorial ni la va a tener. Simplemente hay gente que le está teniendo paciencia. Pero hay algo ahí de gran desmadre que es difícil de analizar también. Porque es un chabón que te grita ‘pobreza cero’ y te aumentan el pan a 40 pesos…-Y que encima cuenta con los medios que al otro día dicen que no es sano comer pan…
-O los pseudos literatos que les encanta desmitificar al kirchnerismo y votan a Macri. Entonces dicen: ‘El kirchnerismo hizo un uso obsceno de la pobreza’ y terminan votando a un tipo que grita ‘pobreza cero’ y aumenta todo. Eso esconde una gran aversión al peronismo. Claramente. El peronismo es como el gran mal y todo lo demás más o menos se puede manejar.
Menem tenía ese discurso de que había que insertarse al mundo, que eso de las ideologías ya era viejo. Había que darle importancia a la globalización, sin miedo, van a llegar inversiones. Lo mismo que dicen estos muchachos. Le hablan a un ciudadano como si fuera un niño que escucha a una especie de tío que vino de afuera y dice… ‘aguanten’… vino Luis Solari de afuera y les dijo ‘aguanten’.
Esto no es una película con final feliz donde se va a comprender finalmente las virtudes del kirhnerismo o de Cristina como líder y la gente volverá a poner la esperanza ahí, en lo que hoy es acusado. No, no es tan sencillo. Por lo menos por ahora.
-`Por ahora´ dijo Chávez en el 92…
–Y… no sabes que pasará mañana. Dijeron que en los próximos seis meses cambiará. Ahora dicen que tenemos que esperar un año. Después uno piensa que para llegar al 2017 generarán una sensación que se está mejorando la cosa. Por ahora este gobierno tiene cierta legitimidad. Por ahora. No sé por cuánto tiempo. Yo no sé si estos muchachos vinieron a instalarse o a desmantelar el capital simbólico del kirchnerismo. Porque además no es sólo aquí, está pasando en todo el continente.
Esa idea que ‘si nos portamos bien con el Poder Real nos van a dar plata’ es de Walt Disney. Como la idea de creer que va a venir Cristina con una campanita y todos vamos a decir ‘¡Ahora sí!’. Lo del otro día (en referencia a Comodoro Py) está muy bien pero con eso no alcanza para combatir palmo a palmo contra estos muchachos…
-Tenías ganas de hablar de política…
-Y sí… estos son escenarios desoladores, ya pasaron seis meses. Son escenarios propicios para un desmadre. No es que está pasando sólo en Argentina. También está ocurriendo en Brasil y en Venezuela. Nos están diciendo como que el recreo ya terminó, se terminaron las vacaciones.
Pareciera que nos abrieron el parque de diversiones y ahora lo cerraron y todo el mundo a trabajar.
Uno por ahí se equivoca en el hacer y entonces permite que vuelvan a aparecer ciertos sectores que nunca se fueron, y que tienen paciencia para esperar el momento. Los proyectos populares tienen una carga interna de conflictos y de enemigos poderosos donde el fuego está muy presente. El fuego está siempre ahí. El campo de batalla está siempre ahí muy activo. Y del otro lado parece que no. Del otro lado están los “Buenos Muchachos” con los empresarios afines.
En este caso se da que son los mismos empresarios los que están en el Estado…
Claro… Entre ellos se habrán juntado y dijeron `¿Muchachos, sabemos lo que tenemos que hacer no?´ Lo que saben hacer es menos mercado interno, sacarle todas las retenciones a los grandes y generar desocupación. La idea es que sufran siempre los mismos. `Y de paso los cagamos a estos pelotudos que estuvieron vociferando y boconeando, les sacamos el altavoz, le damos un terrenito acá a la vuelta y que sigan gritando ahí´. Pero ojo que si saltás demasiado los victimizás.
VIDA Y MILITANCIA
-¿Cómo fue tu relación con el peronismo?
-De los 15 a los 22 años estaban los milicos, así que mi refugio a ese mundo grisáceo era el rock y el cine. Escuchaba Zappa, los Stones y los Beatles gracias a mi hermano que es 8 años más grande. Ese era mi refugio junto al fútbol y la amistad. La cofradía de la esquina. La idea de ‘la banda’. El sentido de pertenencia con el otro. El territorio. Toda esa efervescencia que viví desde el 73, que tenía 12 años, era justamente eso: el barrio, el rock, fútbol, la amistad y lo colectivo.
Me acuerdo que en esa época en Villa Luro, un barrio netamente radical, venía un gomero con la llave cruz en la mano y la marcha peronista a todo volumen y nos daba volantes para repartir y ahí íbamos, repartíamos volantes.
Había una gran efervescencia con la vuelta de Perón… Tengo imágenes de esa época de pibitos con los dedos en V. Uno sabía lo que representaba, lo que era la vuelta de Perón. Había una proyección simbólica de eso. Venía el que venía a salvar el mundo. Prácticamente venía el héroe: llegaba Perón-Batman que bajaba del avión (se para, saca pecho y mira al horizonte como un superhéroe): ‘¡Ahora sí! ¡¿Qué no me da el cuero putos!?’.
Yo no comprendía algunos significados en profundidad pero le ponía el cuerpo. Me llegué a agarrar a piñas con unos que eran unos gorilas tremendos. Pintaba en las paredes ‘Viva Perón’ y ellos venían y ponían ‘Perón Puto’ y nos terminamos cagando a piñas con 12 o 13 años. La vuelta de Perón representaba la liberación. Se restituyeron un montón de cosas que habían sido vedadas. En esa primavera camporista te podías hasta plantar con la cana.Con 12 años cantar ‘Viva Perón’ era estar con los más buenos. Yo tenía más empatía con esos sectores. Porque también lo que te define peronista son los enemigos. Con el kirchnerismo pasó algo más o menos parecido. Los sectores más encarnizadamente antiperonista son sectores con los cuales no serías muy amigo… mirás a un costado ves a esos muchachos y decis ‘yo soy peronista’.
-¿Y con los militares como la viviste?
Hubo un gran repliegue ciudadano. Vinieron estos muchachos a poner ‘orden’ como siempre hicieron con la gente acostumbrada a esa idea. Esa idea de ‘ordenar’ con los milicos. Normalizar las instituciones, el país, el estado. Y eso fue con represión posta. No como ahora. No estamos en los ´70. Si estuviéramos en los ´70 Aranguren saldría con 150 gordos armados atrás. En aquel momento había que instaurar un proceso económico con represión, era la única manera. Hoy están los que nunca se fueron, otra vez. Fueron por Medio Oriente y ahora vinieron por Latinoamérica. Y tenemos un poco así el espíritu colonizado, esta idea de que hay que insertarse en el primer mundo y todas esas pelotudeces propias del imperio. Esa idea de una ‘Nación seria’ y que tenés que tranzar con el imperio. Como que tenés que estar al lado de los poderosos para que cada tanto nos tiren una migaja, nada de una Latinoamérica unida…
-Ya lo advertía Jauretche.
-Los que te invaden saben que aquí están esas ideas. Hoy es otra coyuntura, no existen los partidos militares sino que existen los medios que te inventan. Y más que eso: hoy un diseñador de moda te habla de política. No solo habla, sino que dictamina. O Macri invitando a Mirtha Legrand como vocera del pueblo. Es medio desolador.
Ante el kirchnerismo, por ejemplo, está la palabra GRIETA, dicha por Lanata… Que antes hablaba mal de Clarín y ahora es el vocero. Y nosotros la repetimos, como si en Argentina nunca hubiese pasado nada. Como si fuéramos Canadá o Noruega con verano y con un PBI perfecto. Llegó el kirchnerismo y la pudrió toda.Y eso origina la revancha de estos tipos, que es tan obscena y con un embrutecimiento que no la vas a ver en tu puta vida. Mientras vos proponés ‘la patria es el otro’ y hablás desde lo colectivo y de la distribución, estos muchachos llaman a Mirtha Legrand como si fuera la voz de los humildes. Es obsceno. ¿No lo vimos a Macri hablar? Tenía un tipo atrás que le decía lo que tenía que decir… y baila (se levanta repentinamente para imitar el baile) y grita ‘pobreza cero’. O la otra mina (la gobernadora María Eugenia Vidal) que le habrán dicho ‘Cristina se irrita mucho, vos poné cara de que sos una piba del coro de una iglesia y ponete la mano en el corazón’.
-¿Y por qué no nos dimos cuenta?
– No sé cuál es la táctica para tener el poder formal contra estos muchachos. Quizás tengas que ser más hijo de puta o pelearte menos. Quizás sea como hizo Néstor en su momento: ‘muchachos no nos peleemos con Moyano, ahora no… no nos peleemos con los gordos del peronismo’. No sé. También es fácil decirlo… hay que sentarse en la mesa de negociaciones. Pero mientras más fragmentás más difícil se hace. Se genera quizás una cosa de amor-odio donde alguien quiere que vos pierdas aún sabiendo que el otro miente. Cuando hay un rechazo de piel también pasa eso. Quizás no es un boludo que quiere que gane Macri, sino que quiere que pierda Cristina.
Si me preguntás si se van a quedar cuatro años o uno no lo sé. Tengo muchas incertidumbres. Capaz que quieren ahondar más el quilombo con la idea que ‘heredaron un país hecho mierda’, o que eran corruptos. La más fácil: decirles corruptos a los gobiernos populares. Y eso llega a muchas personas. Le mostrás al ciudadano a alguien contado mosca y listo… Entonces terminan prefiriendo al empresario que siempre la tuvo y encima habla menos. Por eso digo que hoy no nos queda otra que barajar y dar de nuevo en un ámbito muy complejo.
¿Desde dónde empezar de nuevo? No lo sé. Lo que sí no nos podemos quedar con la plaza, el mate y la música. Con eso solo no alcanza. Suma, está bueno. La movilización territorial en la calle siempre está bien. Pero no es lo único. Yo lo que me pregunto en definitiva es desde qué lugar habría que hacerlo para hacer más intensa la pelea.
MILITANCIA TERRITORIAL Y TV
-Vos tenés un lugar importante…
– Yo no voy a hacer un cambio direccional y no hablar más de política. No es que de ahora en más haré solamente un personaje de un tipo tímido que va a un boliche y no sabe cómo encarar una mina. Lo que quiero decir es que la movilidad territorial es mucho más intensa, combativa y con resultados más próximos que un programa de televisión.
-¿Estás seguro de que una política territorial tiene más llegada que un programa de televisión?
-Si… creo que sí, tiene más llegada el laburo territorial. Pero lo que también creo es que se le va a dar más bola a un programa de Santiago del Moro que encima sale en tapa de Gente, donde lo ves a él con una banda presidencial y con un zócalo que dice ‘Todo lo que pasa acá es un juego, lo importante está afuera’. Bueno… creo que si él dice eso de un programa que él conduce y hay panelistas y un Brancatelli defendiéndose de los ataques de todos los demás es una manera de mostrar que del kirchnerismo quedó solo Brancatelli contra todos. Y lo está diciendo un pibe que conducía un programa de música electrónica y ahora opina de política… Evidentemente se le va a dar más bola ese programa. Está en América que tiene mucha más llegada y con cierta difusión a la cual nosotros no apuntamos. Nosotros no vamos a ser la gran familia de Canal 9 para hablar en contra de Macri. Preferimos hacerlo en un lugar más relajado, con una circulación que no llega a aquella.
-Acepto tu humildad… ¿Pero no es complementario el trabajo territorial y el que vos hacés?
–Si… el programa puede generar una empatía con el otro que después se mueve por el territorio. Es cierto. Pero se mueve por una idea colectiva. En esta coyuntura, ya no hay un programa sino las necesidades. Gente que está quedando desplazada en serio: con despidos, desempleo, aumentos, quilombos…
Ya no juega la idea del programa como una especia de catalizador de sensaciones de una idea que está circulando entre muchos, como fue en el kirchnerismo. Allí el relato acompañaba un poco más aunque el programa también iba por otro lugar, no solo en lo estrictamente político. Hoy me parece que es distinta la cosa. Hoy Micky Vainilla tiene más vigencia.Micky en el 2007-2008 podía ser alguien que se alarmaba porque hay planes sociales o porque el negro estaba más cerca. Ahora es más terrible porque Micky Vainilla ya ganó y si hoy Micky Vainilla ve a un negro cerca empieza a ponerse nervioso por otra cosa: ‘¿Qué hace este negro al lado mío si ya ganamos?’.
-¿Personalmente cómo viviste estos 12 años ?
–Con mucha intensidad… Me acuerdo que al toque pensé que a Néstor lo iban a enfermar. Me acuerdo muy bien el ‘No al ALCA’. La reunión con los líderes sudamericanos siempre me gustó. Hasta malsanamente porque sé que los sectores reaccionarios odian eso. La juntadera esa me entusiasmó. Se le puso un freno a lo que para mí son los más malos. Que ahora se la están cobrando… y fueron 12 años.
El kirchnerismo tuvo la suficiente entereza y solidez para bancarse tanto quilombo. La política se apropió de todos nosotros. En definitiva lo que terminó generando es un gran antagonismo con los enemigos de siempre, que aparecieron más que nunca. Así como en los ´90 nos metimos todos en los boliches hasta que nos pudrimos de que nos tomen el pelo y después vino la Alianza, que para mí fue peor por la máscara. Progresistas indignados por la corruptela que después llaman a Cavallo. Y ahora vinieron estos con algunos de los que estaban en la alianza: Lopérfido, Morales, Bullrich, Sturzenegger, Melconian y Cavallo, que apoya.
-¿Cuáles son tus desafíos en este escenario?Si en estos momentos sacás dos millones de personas a la calle la cuestión es otra, se van a empezar a preocupar, saben que tienen los días contados. Pero eso no va a pasar, claro que es un ideal. No creo que pase por ahora, es un pensamiento medio pueril. Sería el estado ideal. Creo que hoy no va a pasar porque están hace seis meses. Hay gente que espera, hay una espera y en esa espera hay gente que va quedando afuera. Ahora: cuando va cayendo gente del sistema son muy pocos los que paran su vida para ver que se está cayendo gente a su lado. Pero la cuerda se tensa hasta que en un momento se termina de pudrir. Pero hay que ser más estratégico… hoy ya no son los piqueteros que tenían hambre. Para ellos hoy los que están en la calle son los kirchneristas que se llenaron de guita. ‘Los mismos que se la llevaron toda’, dicen. No está la idea de que el ciudadano común es el que está saliendo a la calle. Pero hay un sector que se empezó a complicar y cuando se complique más (sobre todo en los sectores medios) y los problemas se acentúen no sé cómo se resolverá.
-Para mí el desafío no es sólo resistir. Sino resistir con estrategia. Ser muy puntilloso, muy puntual. Tener la visión y la precisión de un francotirador. Habrá que ver cuáles son los elementos para desmantelar esta farsa de Macri. Cómo entrar, como hacer. Cuáles son las tácticas y estrategias.
Aquel que se quejaba porque el que nunca tuvo empezó a tener un poco más… imagínate cuando ese empieza a perder potencia de clase. Por eso pienso también que hay una especie de día a día. Habrá un tiempo donde ya no podrán hablar más de la ‘pesada herencia’. Ya no se va a poder hablar más de Baéz porque todos se cagarían de risa. Es más, hoy la mayor resistencia es el Papa que no solamente no está con el macrismo sino que recibió con cara de orto al presidente y recibe a Bonafini.
Esa es la resistencia mayor y está afuera. Como capital simbólico, claro. Nadie piensa en el Papa cuando hay despidos o aumentos. Estos muchachos vinieron a traer el verdadero caos. Ni más ni menos. Trajeron el caos. Es cierto que ellos se metieron en ciertos lugares, en sectores más comprometidos donde no les había llegado todo, y fueron aprovechados por estos muchachos.
Sectores que a ellos no les interesan, que son los sectores más postergados. Se metieron ahí pero no con bigote y voz de milico. Se acercaron al pobre y le dijeron “ves… puedo estar con vos, te puedo tener al lado”. Y aprovecharon eso. Se acercaron a un sector con el que nunca estuvieron y lo hicieron en el momento justo.
Intento leer los escenarios políticos porque no te atraviesan solamente a vos. La política modifica las situaciones sociales, para bien o para mal pero modifican. Me interesa la política porque alguna vez alguien dijo “si no te ocupas de la política, la política se ocupará de vos”. Y en el preocuparse de la política también va la vida de tus amigos, de tu familia y de quien tenés al lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario