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Stedile:
"Precisamos de elecciones directas ya y de un plan popular
de emergencia”
Joana
Tavares
ALAI AMLATINA, 18/05/2017.-
Después de que caiga Temer, el coordinador
del MST convoca a no abandonar las calles
João Pedro Stedile, dirigente del Movimiento
de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y del Frente
Brasil Popular
analiza en esta entrevista el escenario político brasileño, el
papel de la Red
Globo, las divisiones en el campo golpista, y habla sobre la
necesidad de
construir un gobierno de transición y un proyecto popular para
Brasil.
Brasil
de Fato: ¿Cuál es el interés de la Globo en difundir estos
audios y porqué
insisten en elecciones indirectas?
João Pedro Stedile: La Red Globo se convirtió
en el principal partido de la burguesía brasileña. Cuida los
intereses del
capital, utiliza su fuerza de manipulación de la opinión
pública y articula con
los sectores ideológicos de la burguesía, que incluyen el
Poder Judicial,
algunos procuradores, y la prensa en general. Ellos saben que Brasil y el
mundo viven una
gran crisis económica, social y ambiental, causada por el
modus operandi del
capitalismo. Eso en Brasil se convirtió en una crisis
política, porque la
burguesía precisaba tener hegemonía en el Congreso y en el
gobierno federal
para poder aplicar sus planes de poner todo el peso de la
salida de la crisis
sobre la clase trabajadora. Por lo tanto, la Globo es mentora,
y, al mismo
tiempo, gestora del golpe.
Por lo tanto, poner a Temer después del
impeachment de Dilma fue un tiro en el pie, ya que su bando
–como lo reveló el
propio Eduardo Cunha- es un bando de “lúmpenes”, oportunistas
y corruptos, que
no estaban preocupados con un proyecto burgués de país, sino
tan solo con sus
propios bolsillos.
La operación “Carne frágil” fue otro tiro en
el pie, que ayudó a desacreditar al PMDB –partido de Temer-,
ya que varios de
ellos estaban involucrados y acabaron provocando a un sector
de la burguesía
agroexportadora. Ahora, ellos precisan construir una
alternativa a Temer. La
forma en que va a salir se decidirá en las próximas horas o
días, si es
mediante renuncia, si lo juzgan en el Supremo Tribunal
Electoral o incluso si
aceleran los pedidos de impeachment que entraron en el
Congreso. En las
próximas semanas se decidirá quién ocupará su lugar, y muchos
factores
incidirán en este sentido. El resultado no será fruto de algún
plan
maquiavélico de algún sector –la propia Globo- sino de la
lucha de clases real,
de cómo estas clases se moverán en las próximas horas, días y
semanas.
¿Cómo
se organiza el campo golpista?
El campo golpista está dividido desde 2014. Y
eso nos ayuda. Porque en los golpes anteriores, el de 1964, y
en el período de
gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC) de 1994, la
burguesía estaba unida,
tenía un comando único, un proyecto de país y una retaguardia
importante en el
capital estadounidense.
Ahora, no tienen proyecto de país. Perdieron
la retaguardia gringa, porque se alineaban con Hilary Clinton,
y quieren
salvaguardar solo sus intereses económicos particulares. Como
dice el sociólogo
tucano (del PSDB) José de Souza Martins, “las reformas de la
previsión social y
del trabajo son medidas capitalistas, que aumentan la
explotación de los
trabajadores, pero que también son contradictorias con un
proyecto capitalista
de país”.
Tampoco los golpistas tienen comando único.
Están divididos entre el poder económico (Meirelles –ministro
de Hacienda-, JBS,
etc); el grupo de lúmpenes del PMDB (Romero Jucá, líder del
gobierno en el
senado, Eliseu Padilha, Ministro de la Casa Civil, Temer,
Moreira Franco, Jefe
de la Secretaría General de la Presidencia), que tienen el
poder de las leyes,
pero comienzan a tener fisuras, como es el caso de Renán
Calheiros. Hay también
un grupo ideológico compuesto por Globo, y el Poder Judicial,
pero hay muchas
contradicciones internas entre ellos. Es por eso que tampoco
tienen claro ahora
a quién colocar en lugar de Temer.
El ideal para ellos sería invisibilizar a
Lula, tener un gobierno de transición, que fuese aceptado por
la mayoría de la
población, que podría ser hasta la ministra Carmen Lucia,
hasta octubre de
2018, y ahí intentar ganar las elecciones. Pero esa división
aparece también
para las candidaturas, ya que todavía no consiguen construir
un FHC, un Collor.
Están tanteando a la opinión pública, presentando a João Doria
–actual alcalde
de San Pablo- o a Luciano Hulk. Pero saben, por las encuestas,
que son
inviables y extenderían más la crisis política.
¿Qué
pueden hacer en este contexto los trabajadores y las
organizaciones populares?
JPS- Nosotros estamos debatiendo desde el año
pasado, en el ámbito de los más de 80 movimientos populares y
organizaciones
políticas que forman parte del Frente Brasil Popular, que las
salidas que le
interesan a la clase trabajadora son un conjunto de medidas
que se
complementan. Primero, bajar a los golpistas y suspender todas
las medidas
legislativas que vienen tomando contra el pueblo. Después de
eso, tener un
gobierno de transición, que convoque a elecciones
presidenciales para octubre
de 2017, y que se discuta una forma de tener una reforma
política inmediata,
que garantice la voluntad del pueblo, y se elija un nuevo
Congreso. Otro punto
es que el nuevo gobierno asuma el compromiso, ya en su
campaña, de convocar una
Asamblea Constituyente Exclusiva para construir un nuevo
modelo democrático de
régimen político-electoral en el país. De forma paralela,
construimos un “Plan
Popular de Emergencia”, que incluye más de 70 medidas de
emergencia que el
gobierno de transición y el nuevo gobierno deberían
implementar, que, desde
nuestro punto de vista, sacarían al país de la crisis
económica, social y
política.
Durante la campaña electoral precisamos
discutir un nuevo proyecto de país, que tome en cuenta la
necesidad de reformas
estructurales a mediano y largo plazo, como la reforma
tributaria, la reforma
de los medios de comunicación, la reforma agraria, y la propia
reforma del
Poder Judicial. Pero para que todo esto ocurra, los
trabajadores, las masas,
precisan tomar las calles de forma urgente. La fuerza del
pueblo se ejerce ahí,
en las movilizaciones, en las ocupaciones y la presión
popular. Creo que en las
próximas horas y días, habrá plenarios para debatir
calendarios concretos de
movilización. De nuestra parte, creemos que la semana que
viene es decisiva.
Precisamos acampar en el Supremo Tribunal Federal, para
asegurar la renuncia de
los golpistas y que sean apresados los corruptos denunciados
por Joesley
Batista. Precisamos realizar amplias movilizaciones en todas
las capitales y
grandes ciudades, el próximo domingo 21. Precisamos
transformar el 24 de mayo
no sólo en una movilización en Brasilia, sino en todo el país,
ocupando las
Asambleas Legislativas, las carreteras, en fin. El pueblo
precisa entrar en el campo,
y presionar para acelerar los cambios que necesitamos.
¿Las
elecciones directas pueden traer avances al país? ¿Cómo?
¿Quiénes serían los
candidatos?
JPS- Claro, las elecciones directas para
presidente y para un nuevo Congreso son una necesidad
democrática, para sacar
al país de la crisis política. O sea, sólo las urnas pueden
conducir a un
gobierno que represente los intereses de la mayoría y pueda
tener legitimidad
para hacer los cambios a favor del pueblo que permitan salir
de la crisis
económica. Porque la crisis económica es la base de toda la
crisis social y
política. El candidato de la clase trabajadora es Lula, que
representa a las
amplias mayorías del pueblo brasileño, y que se puede
comprometer con un
proyecto de cambios y apoyar nuestro plan de emergencia.
Probablemente, habrá otros candidatos, como
Bolsonaro, el representante de la extrema derecha, Marina
Silva, que intentará
atraer un electorado de centro, pero su base real es apenas la
iglesia Asamblea
de Dios. Los “tucanos” están en crisis, porque Alckmin está
involucrado en
varias denuncias. Doria es un playboy de quinta categoría. Y
la Globo no ha
tenido tiempo de construir una alternativa, como fue Collor en
1989.
¿Cuál
es la salida para impedir los retrocesos de la agenda
golpista?
Movilizar, luchar, y no salir de las calles.
Debemos trabajar en los próximos días en la perspectiva de una
huelga general
por tiempo indefinido. Toda nuestra militancia social y los
lectores de nuestro
Brasil de Fato deben estar alertas, los próximos días serán de
batallas
definitivas para definir los rumbos del país en los próximos
años. La fuerza de
la clase trabajadora sólo se expresa en las calles.
Edición: Frederico Santana
Desde
Belo Horizonte (MG)
Fuente:
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