Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- La bestia de la propiedad - Johann Most (1883)
- El centenario de la primera huelga general en Brasil en junio-julio de 1917 y su legado para hoy en día
- 12, 13 y 14 de Enero: I Aniversario del Local Anarquista Motín
- [México] Comunicado anarquista para los que apoyan al Congreso Nacional Indígena
- La irradiación pornográfica del neozapatismo
- Simón "El hijo del pueblo"
Posted: 28 Dec 2017 12:04 PM PST
“Entre los animales de presa, el hombre es sin duda el peor": esta expresión, muy común hoy en día, es meramente una verdad relativa. No es el hombre como tal una bestia de presa, sino el hombre atado a la riqueza. Cuanto más rico es un hombre, mayor es su codicia. Podemos llamar a este monstruo la “bestia de la propiedad”. Actualmente ella gobierna al mundo, haciendo miserable a la humanidad y lucrando cruel y vorazmente con el progreso de nuestra llamada “civilización”. En lo que sigue, caracterizaremos a este monstruo y recomendaremos su exterminio.
¡Observen a su alrededor! En todos los denominados países “civilizados”, de cada 100 hombres hay más o menos unos 95 indigentes y unos cinco con los bolsillos llenos de dinero.
No es necesario profundizar en las diversas triquiñuelas con que han conquistado sus posesiones. El hecho de que ellos sean dueños de todo mientras que los otros apenas subsisten, o más bien, vegetan, no admite duda de que esos pocos se han enriquecido a costa de los muchos.
Ya sea por la fuerza bruta directa, por la astucia o por el fraude, esta horda se ha apoderado desde hace mucho tiempo del suelo con todas sus riquezas. Las leyes sucesorias y sus derivadas, junto con las leyes del intercambio, han dado un barniz “venerable” a este robo, y por lo tanto han mistificado y ocultado el carácter de tales acciones. Por esta razón, la “bestia de la propiedad” no es reconocida como tal (es decir, como una aberración bestial), sino que, por el contrario, es adorada con santo temor.
Y sin embargo, todos los que no pertenecen a esa clase son sus víctimas. Cada descendiente de un desposeído (el hombre pobre) encuentra ya todos los rincones de la tierra ocupados cuando llega al mundo. No hay nada libre de “señorío”. Nada se produce sin trabajo, y para trabajar no sólo se precisa habilidad y voluntad, sino también espacio para hacerlo, herramientas, materias primas y medios de subsistencia. El hombre pobre, por lo tanto, por fuerza de la necesidad, debe ofrecerse a aquellos que poseen estas cosas en abundancia. ¡Y acá aparece la bestia! El rico le permite continuar existiendo. Pero a cambio de esto el pobre debe entregarle su habilidad y su fuerza. A partir de ahí, sus supuestos “salvadores” emplean esas cualidades para sí mismos. Lo ponen bajo el yugo laboral; lo fuerzan al máximo de su capacidad mental y física para producir nuevos tesoros, cuya propiedad les será negada. A quien pretenda tomarse el tiempo para pensarlo bien antes de concretar tan desigual contrato, su estómago quejoso pronto lo convencerá de que no hay tiempo para el pobre, porque hay millones en su misma situación y corre el riesgo de que, mientras él lo piensa, se presenten otros cientos para el puesto; habrá perdido su oportunidad y quedará nuevamente librado a donde lo lleve el viento.
Es el azote del hambre lo que obliga al pobre a someterse. Para vivir debe vender. Y “voluntariamente” se vende a sí mismo cada día y hora a la “bestia de la propiedad”.
En otros tiempos ya pasados, las clases dominantes cazaban a sus esclavos, los encadenaban y los obligaban a trabajar en beneficio de los gobernantes; aquellos tiempos en que los ladrones cristiano-germanos saqueaban países enteros, privaban del suelo a los habitantes y los exprimían en el servicio feudal, eran en de hecho bastante terribles, pero el punto culminante de la infamia se ha logrado con nuestro actual sistema de “ley y orden”, porque ha arrebatado a más de nueve décimas partes de la humanidad de sus medios de existencia, las ha reducido a la dependencia de una minoría insignificante y las ha condenado a inmolarse. Al mismo tiempo, se ha disfrazado esta relación con todo tipo de artificios, de modo que el esclavo actual —el esclavo asalariado— no sólo no reconoce su situación de servidumbre y desamparo ante la ley, sino que incluso tiende a atribuirlas a los caprichos del destino.
El único objetivo de las clases “dominantes” es perpetuar este estado de cosas. Aunque no siempre esas clases están unidas entre sí (pues unos buscan sacar ventaja sobre los otros por medio de tretas comerciales, engaños especulativos y diversas formas de distorsión de la competencia), sin embargo, frente al proletariado se mantienen unidas en una hostil falange. Por lo tanto y a despecho de toda la verborragia liberal, su ideal político es un gobierno siempre más poderoso, centralizado y controlador.
Si por un momento el pobre recurre a la mendicidad porque no encuentra un explotador a quien venderse o porque la “bestia de la propiedad” ya lo ha reducido totalmente a la impotencia, entonces, el burgués bien satisfecho denomina a eso “vagancia”, llama a la policía y exige la cárcel y la picota para el pobre diablo que se niega a morir de hambre entre montañas de comida.
El desempleado podría practicar un poco el tan proclamado ayudarse-a-sí-mismo, esto es, podría hacer algo de lo que el rico hace diariamente con impunidad y a gran escala: debería, de hecho, robar para vivir. Pero entonces la burguesía le arroja encima todas sus brazas de “indignación moral”, y con rostro adusto lo entrega implacablemente al Estado para que se haga cargo, pues en sus prisiones podrá ser esquilmado más eficazmente, es decir, le resultará más barato.
Si los trabajadores se asocian para obtener mejores salarios, menos horas de trabajo u otras mejoras por el estilo, entonces los adinerados los critican inmediatamente como promotores de una “conspiración” que debe ser eliminada.
Si los trabajadores se organizan políticamente, se los denuncia por oponerse al orden “divino” de las cosas, y se los neutraliza con leyes especiales o de excepción.
Llegará al fin la hora en que el pueblo habrá de considerar la vía de la rebelión; y su aullido incesante de rabia, generado por los “tigres del oro”, se dejará oír en el mundo entero: ya jadea por sus dolores, y su sed de sangre es insaciable.
La vida de los pobres no vale nada para el rico. Si éste es propietario de embarcaciones, pone en peligro la vida de tripulaciones enteras cuando obtiene seguros fraudulentos para sus cascos semipodridos. La mala ventilación, las excavaciones profundas, los tirantes defectuosos, etcétera, llevan a la muerte a miles de mineros todos los años; pero a los propietarios de minas, este estado de cosas no les preocupa, pues les permite ahorrar gastos operativos y, por lo tanto, aumentar sus ganancias. El pashá industrial tampoco se preocupa porque sus obreros sean triturados y desgarrados por las máquinas, sean envenenados por las sustancias químicas, o sean lentamente sofocados por la suciedad y el polvo. Lo principal es el beneficio.
Como las mujeres son más baratas que los hombres, los vampiros capitalistas buscan su sangre con rapacidad insaciable. Además, el trabajo femenino les procura amantes baratas.
La carne del niño es la más barata: ¿qué puede sorprender entonces que los caníbales de la sociedad moderna continuamente se den un festín con sus jóvenes víctimas? ¿Qué les importa que los pobrecitos queden corporalmente lisiados y mentalmente arruinados de por vida, y que miles de ellos, miserables y acabados en tierna edad, se hundan en sus tumbas? Las acciones bursátiles suben y con eso basta.
Como la burguesía monopoliza completamente cada nuevo invento por medio de su capital, toda máquina novedosa, en vez de disminuir la jornada laboral y aumentar la felicidad de todos, ocasiona, por el contrario, la pérdida del empleo para algunos, la reducción del salario para otros, y la pauperización del proletariado en su totalidad.
Cuando la producción aumenta al mismo ritmo que aumenta la pauperización de las masas, también el consumo disminuye y se produce estancamiento y crisis. La sobreabundancia de riqueza real en manos de pocos ha de generar hambre, tifus y otras epidemias para muchos. La injusticia (por no decir: la idiotez) de este estado de cosas es evidente. Quienes tienen sus bolsillos llenos, por supuesto, simplemente se encogen de hombros. Y lo seguirán haciendo hasta que una cuerda bien ajustada en sus cuellos ponga fin a toda indiferencia.
El trabajador no sólo es ampliamente esquilmado como productor, sino también como consumidor. Varios parásitos tratan de arrebatarle sus magros ingresos.
Después de atravesar varias etapas de intercambio y almacenamiento, y cuando los precios ya se han incrementado por las comisiones de agentes y corredores, por impuestos y derechos de aduana, los productos finalmente llegan a los comerciantes minoristas, cuyos clientes son casi exclusivamente los proletarios. Si los comerciantes mayoristas ‘hacen’ (es decir, obtienen fraudulentamente) tal vez de un 10% a un 20% de los beneficios por sus transacciones, el comerciante minorista no se satisface con menos del 100%. Para obtener ese resultado recurre a todo tipo de trucos, especialmente a la más desvergonzada adulteración de los alimentos. En estrecha relación con estos estafadores se encuentran los incontables envenenadores de cerveza, licores, vino, etcétera, que con su nefasto tráfico inundan las inseguras calles de todas nuestras grandes ciudades y centros industriales. También están los propietarios de inquilinatos, que incesantemente buscan la manera de amargar la existencia del pobre. El estado de las habitaciones empeora día a día, los alquileres aumentan y los contratos son cada vez más mortificantes. Los trabajadores viven cada vez más hacinados en los fondos, áticos y sótanos de las casas, llenos de bichos y humedad. Frecuentemente las celdas de una prisión son mucho más saludables que estos agujeros pestilentes.
Cuando el trabajador no tiene empleo, queda a merced de otras hordas de especuladores del hambre, listas para abalanzarse sobre él y completar su ruina. Toda una calaña de prestamistas usureros le adelantan pequeñas sumas de dinero a elevado interés, previo gravamen sobre las últimas posesiones del pobre. Las condiciones de esos contratos casi nunca pueden ser cumplidas, de modo que el pobre desgraciado pierde los objetos empeñados y cae aún más abajo. Pero los ávidos cazadores de cabezas amasan fortunas en poco tiempo. Algunos tiburones ven al mendigo como un buen pagador. Cada cobre que éste ha juntado de forma poco envidiable despierta la codicia de quienes regentean sucios agujeros y viles antros. También los ladrones están sujetos a esta expoliación capitalista. Ellos son esclavos de ocultos protectores que les cobran “peajes” y reciben los objetos robados a cambio de no “cantar”. Sí; incluso aquellas desafortunadas mujeres, llevadas a la prostitución por este maldito sistema, son expoliadas desvergonzadamente por quienes regentean los burdeles y las casas de mala fama.
Esta es la suerte del pobre desde la cuna a la tumba. Produzca o consuma, exista o meramente vegete, siempre está rodeado de voraces vampiros sedientos de su última gota de sangre. Por otra parte, el rico nunca detiene su obra de explotación, aunque no pueda dar razón alguna para su codicia. El que tiene $1.000.000, quiere tener $10.000.000; el que tiene $100.000.000 quiere tener $ 1.000.000.000.
La codicia de riqueza está estrechamente vinculada a la codicia del poder. La riqueza no sólo genera más riqueza, sino también poder político. En el actual sistema capitalista la venalidad es un vicio que todo lo invade. Como si se tratara de un simple asunto de precio, ella comprará para la “bestia de la propiedad”, que con su imperio aurífero es la divinidad absoluta y omnipotente, cualquier servicio que ésta requiera: la palabra, el silencio, la pluma, la prensa, los actos de violencia o cualquier otro recurso.
En Europa y América hay muchos cientos de miles de sacerdotes y ministros, especialmente preparados para envenenar el sentido común de las masas. Incontables misioneros recorren casa por casa difundiendo folletos sin sentido, o cometiendo otras andadas “espirituales”. En las escuelas se realizan incansables esfuerzos para anular el pequeño bien que provee el aprendizaje de la lectura, la escritura y la aritmética. Una idiota malversación de la “historia” excita descarados prejuicios que dividen a los pueblos y les impide ver que sus opresores se han coaligado contra ellos, y que toda política, pasada y presente, sólo persigue un objetivo: consolidar el poder de los gobernantes y asegurar así la explotación del pobre por el rico.
El tráfico camandulero es asistido con “lealtad y toxicicidad” por cagatintas de la prensa diaria, diversos falsificadores de la historia escrita, operadores políticos de las camarillas corporativas dominantes, diputados charlatanes con sonrisa seductora, bocas llenas de promesas y corazón traicionero, y por cientos de otros tipos de políticos con distintos matices de maldad.
La cuestión social es particularmente mistificada por regimientos enteros de vendedores de humo. Los profesores de economía política, por ejemplo, hacen de lacayos de la burguesía ensalzando al becerro de oro como al verdadero sol de la vida y recurriendo “científicamente” a la falsedad y a la picardía del sofisma para demostrar que la dura vida de los trabajadores constituye un beneficio para la humanidad. Algunos de esos charlatanes recomiendan la reforma social, es decir, un cambio gradual basado en el principio de hacer una tortilla sin romper huevos[1] (por no mencionar sus festejadas recetas del ahorro y la educación).
Y así, embaucando a las masas, los ladrones caballeros capitalistas siguen perfeccionando la maquinaria de su poder. Crean nuevas funciones públicas en que los cargos más altos son cubiertos en Europa por descendientes de viejos asaltantes de caminos (hoy “nobles”), y en América, por cazadores de puestos y astutísimos ladrones que combinan su propósito original de exprimir autoritariamente al proletariado, con el muy placentero negocio del robo de hormiga y la falsificación a gran escala. Ellos mandan sobre ejércitos de soldados, gendarmes, policías, espías, jueces, carceleros, recaudadores de impuestos, rematadores, etcétera. La clase baja de los vigilantes son casi totalmente reclutados de las filas de los desposeídos, y rara vez se encuentran mejor pagos que éstos. Y por ello mismo despliegan gran celo como espías, confidentes, alcahuetes, fieras y chupamedias del Estado, institución que evidentemente es, ni más ni menos, que la organización política de una horda de expoliadores estafadores; horda que sin esa maquinaria tiránica no podría subsistir un solo día ante la ira y la condena de los pueblos oprimidos.
En la mayoría de los países viejos, la forma exterior de este sistema ha alcanzado naturalmente su punto culminante. Todo el aparato disciplinario del Estado se concentra en un poder monárquico. De este modo, sus representantes “por la gracia de Dios” son la quintaesencia de la villanía. Allí todos los vicios y los crímenes propios de las clases dominantes llegan a niveles monstruosos. La ocupación que más disfrutan es el asesinato en masa (la guerra); siempre que roban, y lo hacen a menudo, roban cientos de millones (incluso miles de millones) a países enteros. Iluminan sus bestialidades con incendios a gran escala. Para ellos, la humanidad sólo existe para patearla, golpearla y escupirla. A lo sumo sólo la valoran cuando seleccionan entre sus “súbditos” a las mujeres y niñas más atractivas para saciar sus pasiones bestiales. A los demás les queda el derecho de morir “muy obedientemente” como los perros.
Estos asesinos coronados de Europa, se embolsan, por medio del chantaje directo, $50.000.000 al año. El militarismo, su retoño preferido, cuesta anualmente $1.000.000, sin tomar en consideración la pérdida de vidas y trabajo. Una suma equivalente se paga como intereses sobre $20.000.000.000 de deuda del Estado, que los sinvergüenzas han contraído en tiempo considerablemente breve. La monarquía en Europa, entonces, cuesta $2.050.000 000 anuales, es decir, más de lo que al mismo tiempo ganan como salario 10.000.000 de trabajadores, mantenedores de 50.000.000 de personas.
En América los monopolistas ocupan el lugar de los monarcas. En la supuesta “libertad” de los Estados Unidos, con la tasa de desarrollo de monopolios que tuvo en el último cuarto de siglo, pronto no quedará libre de monopolio más que la luz del día y el aire. Quinientos millones de acres de tierra en los Estados Unidos, casi seis veces el espacio que ocupan Gran Bretaña e Irlanda, han sido repartidos en una sola generación entre las compañías de ferrocarriles y los grandes terratenientes aristocráticos de origen europeo. En unas pocas décadas, Vanderbilt amasó, él solo, $200.000.000, y en esa feria del robo, docenas de sus competidores intentan superarlo.[2]
San Francisco fue poblada apenas hace treinta años ¡y hoy alberga a ochenta y cinco millonarios! Toda la riqueza de esta gran república, aunque establecida hace apenas un siglo, sus minas, sus yacimientos de carbón, sus pozos de petróleo, etcétera, ha sido “sustraída” al pueblo y es propiedad de un puñado de audaces aventureros y astutos maquinadores.
La “soberanía del pueblo” se postra rendida ante la influencia de estos reyes del dinero, magnates del ferrocarril, barones del carbón y señores de la industria. Estos iguales tienen a los Estados Unidos totalmente en sus bolsillos, haciendo de la alabada legislación libre y sin trabas una farsa, un engaño y una trampa.
¡Y si así es la madera verde, qué no podemos esperar de la podrida! Si el sistema capitalista ha dañado y arruinado tan fatalmente y en tan breve tiempo a esta joven república americana, de territorio y recursos naturales casi ilimitados, ¿qué puede sorprender de los resultados que produzcan en la servil y podrida Europa los mismos y prolongados abusos?
En efecto, pareciera que esta joven república americana sólo tuviera actualmente una misión histórica: demostrarle a los pueblos de ambos lados del Atlántico, más allá de toda discusión y con hechos crudos y palpables, la monstruosidad atroz de la “bestia de la propiedad”, animal de presa cuya ferocidad no puede ser alterada ni por la condición del suelo, ni por la vastedad del territorio, ni por las formas políticas de la sociedad; por el contrario, cuanto menos natural es su necesidad de codicia y su rapacidad individual, más peligrosa y problemática se torna para la sociedad. No es voraz para satisfacer sus deseos: ¡es voraz por el solo afán de voracidad!
Quienes trabajan para vivir deben comprender que este monstruo no puede ser domesticado, ni amansado ni utilizable por el hombre. Enseñémosles nosotros que sólo hay un remedio seguro contra esa bestia: ¡la guerra de exterminio, implacable, despiadada y a fondo! Las propuestas tibias no sirven; si por medio de petitorios, elecciones o cualquier otra clase de recursos ingenuos el proletariado espera ganar el respeto de sus enemigos conjurados, sólo logrará el escarnio y la burla.
Algunos dicen que la educación general traerá el cambio; pero como bandera, ese consejo es una mera frase sedativa. La educación del pueblo sólo será posible cuando los obstáculos que la impiden hayan sido removidos. Y ello sólo ocurrirá cuando el actual sistema haya sido destruido en su totalidad.
Pero esto no debe entenderse como que nada puede hacerse por medio de la educación. Lejos de ello. Quienquiera que haya comprendido la vileza de las condiciones actuales tiene la obligación de alzar la voz para ponerlas en evidencia y abrir los ojos del pueblo. Sólo hay que evitar hacerlo mediante reflexiones hipercientíficas. Dejemos esto a los científicos bien intencionados, que de esta manera arrancan lágrimas a la máscara humanitaria de la “mejor clase” y descubren el horrible rostro de la bestia de presa.
El lenguaje de y para el proletariado debe ser claro y contundente.
Quienquiera que recurra a la palabra de este modo será acusado por la chusma gobernante de instigar disturbios; será amargamente odiado y perseguido. Esto demuestra que la única educación posible y práctica debe ser de naturaleza instigadora. ¡Instiguemos, entonces!
Mostremos al pueblo cómo los capitalistas del campo y de la ciudad le roban su fuerza de trabajo; mostrémosle cómo los tenderos, los caseros y otros caballeros lo despojan de su magro salario; mostrémosle como los sacerdotes del púlpito, de la prensa y de los partidos políticos tratan de destruir su inteligencia; mostrémosle cómo siempre hay una policía brutal lista para maltratarlo, tiranizarlo y derramar su sangre entre la soldadesca. ¡Finalmente, la paciencia se acabará! ¡El pueblo se rebelará y aplastará a sus enemigos! ¡La revolución del proletariado, la guerra de los pobres contra los ricos, es la única vía para liberarse de la opresión!
¡Pero algunos objetan que no se pueden fabricar las revoluciones! Ciertamente que no, pero pueden ser preparadas dirigiendo la atención del pueblo hacia el hecho de que tales acontecimientos son inminentes, y alertarlo para que esté listo ante cualquier eventualidad.
Muchos teóricos sostienen que el desarrollo capitalista debe primero extinguir a toda la clase media (pequeña burguesía) para generar las condiciones favorables a una revolución social; sin embargo, ha alcanzado ya tal punto de perfección, que casi resulta imposible que pueda ir más allá. En los países civilizados, la producción general, tanto agrícola como industrial, sólo podría realizarse a mayor escala si la sociedad fuera organizada sobre bases comunistas y si (lo que entonces sería una obviedad) las horas de trabajo se redujeran al compás del desarrollo de las ventajas tecnológicas y el consumo aumentara a la par con la producción.
Esto se comprende fácilmente. La producción en serie puede más que centuplicar lo que los productores necesitan en bienes de valor equivalente, y ahí radica la cuestión. Hasta ahora, esta plusvalía apenas ha sido notada, porque su mayor parte ha sido capitalizada nuevamente, es decir, ha sido utilizada en nuevas empresas capitalistas, y porque los países industrialmente más avanzados (la “bestia de la propiedad” en esos países) exportan enormes cantidades de mercaderías. Ahora, sin embargo, la cosa comienza a flaquear marcadamente. El industrialismo ha hecho grandes progresos en el mundo, equilibrando cada vez más las exportaciones y las importaciones, razón por la cual las nuevas inversiones de capital se vuelven menos rentables, y bajo tales circunstancias pronto se mostrarán totalmente no redituables. Una crisis universal habrá de producirse y pondrá en evidencia estas incongruencias.
Por lo tanto, todo está maduro para el comunismo; sólo se precisa remover los viejos intereses que lo obstaculizan: los capitalistas y sus cómplices. Durante esa crisis, el pueblo estará suficientemente preparado para la lucha. Entonces, todo dependerá de la presencia de un núcleo revolucionario bien entrenado en todos los aspectos, capaz de reunir en torno suyo a las masas populares llevadas a la rebelión por su miseria y su anhelo de trabajo, y que pueda dirigir su poderosa fuerza hacia la destrucción de todas las instituciones enemigas existentes.
¡Por lo tanto, antes que sea demasiado tarde hay que organizar y extender por todos lados el partido socialista revolucionario! La victoria del pueblo sobre sus tiranos y vampiros entonces será segura.
Dadas las condiciones actuales, antes que desarrollar aquí un “programa”, es mucho más importante esbozar lo que el proletariado probablemente deberá llevar a cabo inmediatamente después de la victoriosa batalla para asegurar su supremacía.
Muy probablemente habrá de hacerse lo siguiente:
Se constituirán comités revolucionarios en cada localidad donde el pueblo haya obtenido una victoria; estos comités ejecutarán los decretos del ejército revolucionario, que, reforzado por los trabajadores armados, gobernará así como un nuevo conquistador del mundo.
El viejo sistema (o sea, el ahora vigente) será abolido del modo más expeditivo y completo con la aniquilación de sus sostenedores: las “bestias de la propiedad” y su horda de secuaces. La cosa es así: o el pueblo los aplasta a ellos, o ellos aplastarán al pueblo, ahogarán la revolución en la sangre de los mejores, y reforzarán las cadenas de la esclavitud con más firmeza que nunca. Matar o morir es la alternativa. Por lo tanto, deberá instituirse la matanza de los enemigos del pueblo. Todas las comunidades libres integrarán una alianza ofensiva y defensiva mientras dure el combate. Las comunas revolucionarias deberán instigar la rebelión en los distritos adyacentes. La guerra no estará terminada hasta que el enemigo (la bestia “de la propiedad”) haya sido perseguido hasta su última guarida y totalmente destruido.
Para proceder a fondo en el aspecto económico, todas las tierras y los llamados bienes raíces, con todo lo que haya dentro de ellos, así como todos los capitales mobiliarios, serán declarados propiedad de las comunas respectivas.
Mientras se efectivice la profunda y armoniosa reorganización de la sociedad, puede resultar satisfactoria la proclama de los siguientes principios y medidas:
Toda deuda pendiente quedará liquidada. Los objetos de uso personal que hayan sido empeñados o hipotecados serán devueltos gratuitamente. No se pagarán alquileres. Se establecerán comités locales permanentes de vivienda, que asignarán albergue a quienes carezcan de hogar o a quienes vivan en cuartos no aptos e insalubres; tras la gran purificación no habrá necesidad de buscar un hogar digno.
Hasta que cada uno pueda obtener un empleo conveniente, la Comuna garantizará a todos la satisfacción de las necesidades vitales. La distribución de los bienes confiscados será regulada por comités de suministros. Podría haber carencia de alimentos, por lo que para adquirirlos habrá que recurrir a operaciones de expropiación. La forma más expeditiva de proveerse de ellos será tomándolos, con columnas armadas, de las grandes fincas lugareñas.
Los aprovisionamientos serán efectuados por asociaciones comunales de trabajadores organizados para tal fin.
Las bases de la nueva sociedad estarán formadas por la organización inmediata de los trabajadores en cooperativas de producción según las diferentes ramas del comercio y según su disposición en relación a la localización de las fábricas, máquinas, materias primas, etcétera.
Se supone que la Comuna —al menos transitoriamente— mediará y regulará el consumo. Ella, por lo tanto, hará acuerdos con las asociaciones de trabajadores individuales, las proveerá periódicamente de informes o borradores sobre las mercancías comunitarias recogidas y almacenadas, dándole así el golpe de muerte al viejo sistema monetario.
Deberán fundarse sin demora buenas escuelas, jardines de infantes y otras instituciones educativas. La educación de los adultos, que entonces sí será posible, no deberá ser desatendida ni pospuesta. La verdad y el conocimiento serán enseñados en todas las iglesias, donde no se tolerará nada sacerdotal. Todas las imprentas deberán ser puestas en funcionamiento para producir millones de libros, textos y folletos de valor educativo, para ser distribuidos por todas partes, particularmente en las regiones que aún no se hayan liberado de la esclavitud.
Todos los códigos legales, los archivos judiciales y policiales, los registros hipotecarios, las escrituras, los bonos, y todos los denominados “títulos de valor” deberán ser quemados.
Estas indicaciones sirven sólo para mostrar que el período de transición no tendrá necesariamente un carácter enervante, como suele ocurrir a quienes se desaniman por considerar que una reorganización enérgica de la sociedad sería difícil y ardua.
Y ahora echemos un vistazo al ideal de nuestras aspiraciones.
La sociedad libre estaría formada de Comunas autónomas, es decir, independientes. Una red de federaciones, resultantes de contratos sociales libremente efectuados y no de un gobierno o una tutela autoritarios, las abarcaría a todas. Los asuntos comunes se tratarían mediante la libre deliberación y el libre juicio de las Comunas o asociaciones interesadas. El pueblo, sin distinción de sexo, se reuniría con frecuencia en los parques o salones adecuados, de hecho, no para hacer leyes o restringir su libertad de acción, sino para decidir caso por caso todas las cuestiones referidas a los asuntos públicos, o para designar a los individuos que ejecutarán sus resoluciones, y escuchar sus informes.
El aspecto exterior de estas comunas será totalmente diferente al de las actuales ciudades y pueblos. Las calles estrechas habrán desaparecido; las viviendas-celdas habrán sido derribadas, y en su lugar se habrán levantado amplios y bien provistos palacios rodeados de jardines y parques como sedes para las sociedades, grandes o pequeñas, que habrán de reunirse por identidad de intereses, llevando el confort a un grado tal que no podría lograr por su cuenta un individuo o una familia.
En el campo la gente estará más concentrada. Una comunidad agrícola con las comodidades de una ciudad remplazará a muchas aldeas. La unión de granjas hasta ahora separadas, la aplicación general y la mejora constante de los implementos agrícolas y de los fertilizantes químicos, la perfección cada vez mayor de los medios de comunicación y transporte, etcétera, simplificarán este proceso de concentración. El viejo contraste entre la ciudad y el campo habrá desaparecido, y el principio de igualdad en las ganancias obtendrá uno de sus más importantes triunfos.
La propiedad privada ya no existirá. Toda la riqueza pertenecerá al pueblo o a las ligas comunales. Todos, capacitados o no para trabajar, podrán obtener de allí los artículos necesarios que puedan requerir. La suma total de la demanda de necesidades y comodidades regulará la cantidad de la producción.
El tiempo de trabajo del individuo quedará limitado a unas pocas horas diarias, porque participarán en la producción todos aquellos que estén capacitados para trabajar, sin distinción de sexo; porque ya no se trabajará en actividades inútiles, dañinas o similares; y porque los medios de producción auxiliares, como los químicos, los recursos técnicos y otros por el estilo, estarán altamente desarrollados y serán universalmente aplicados. La mayor parte del día, por lejos, será empleada en disfrutar de la vida.
La gratificación más grande se hallará en actividades intelectuales libremente elegidas. Algunos emplearán su ocio sirviendo al prójimo, ocupados en el bien común. Otros estarán en las bibliotecas, dedicados a propósitos literarios, o reuniendo material para conferencias educativas, o simplemente para sus estudios privados. Otros correrán nuevamente a los liceos, abiertos a todos, para oír a la ciencia. Academias de pintura, escultura, música, etc. ofrecerán oportunidades para la educación de quienes sigan las bellas artes.
Los amantes de la niñez, especialmente los de sexo femenino, se concentrarán en los sitios educacionales, donde bajo la dirección de los auténticos mentores de la juventud, ayudarán a criar y cultivar a las nuevas generaciones.
La enseñanza sólo se realizará en espacios bien ventilados y luminosos, y al aire libre, cuando el clima sea favorable. Y para asegurar un desarrollo parejo de la mente y el cuerpo, se alternarán el juego alegre, la gimnasia y el trabajo con la aguda aplicación de la mente.
Los teatros y las salas de conciertos tendrán lugar para todos.
No se conocerán los matrimonios forzados o interesados; la humanidad habrá retornado al estado natural y el amor gobernará sin restricciones.
El vicio y el crimen habrán desaparecido con las causas que los provocan: la propiedad privada y la miseria general.
En gran medida, las enfermedades habrán desaparecido, porque ya no se conocerá la mala vivienda, ni los mortales talleres, ni las comidas y bebidas contaminadas, ni los trabajos inhumanos.
El hombre podrá por fin disfrutar de la vida. ¡La “bestia de la propiedad” ya no existirá!
Notas
[1] La traducción literal de la expresión de Most sería “lavar sin mojar”, pero me pareció oportuno recurrir a la popular expresión en castellano de “hacer una tortilla sin romper los huevos”.
[2] Cornelius Vanderbilt (1794-1877) fue un legendario empresario norteamericano que amasó una inmensa fortuna con el negocio del transporte fluvial y ferroviario.
Johann Most
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Posted: 28 Dec 2017 11:46 AM PST
Si bien la proximidad de la fecha podría sugerir una relación con la revolución de los soviets libres en Petrogrado en febrero de 1917 puesto que las condiciones de explotación eran similares, el desarrollo fue muy diferente.
Como en Rusia las condiciones laborales eran típicamente decimonónicas, como evocaba Zenón de Almeida, zapatero anarquista: «[...] de mañana antes de que el sol ruborice el pulido horizonte, los callejones, las pocilgas infestas e inmundas despejan una multitud de trabajadores – hombres, mujeres y niños- [...] ¡desfilan rotos, andrajosos, mal dormidos y mal alimentados, con los músculos de los rostros contraídos por el dolor, por el hambre, por la miseria! […]» Pero existían un partido socialista y una incipiente tradición sindical anarquista influenciada por las tácticas de acción directa de la CGT francesa. Es el sindicalismo revolucionario que integraba a sindicalistas anarquistas, como el oficinista Pouget, (que no soportaban la tendencia libertaria antiproletaria) y a sindicalistas blanquistas (1) como el zapatero Grifuelhes y casi marxistas como el tipógrafo Allemane (que no toleraban la tutela del partido socialista francés dirigido por Guesde). Se puede observar que estas separaciones se repitieron del lado marxista, en particular: -en Alemania con la AUDD (2) y Otto Rühle; en la URSS, con la Oposición Obrera y Shliapnikov) Y también del lado anarquista, significativamente: -Entre la FORA argentina y LA CNT de España con Abad de Santillán (3); en Francia antes con la CGT-SR y la Federación Anarquista, y luego con la(s) CNT-F y la Federación Anarquista La huelga A principio de junio de 1917, las casi 2.000 obreras y obreros de la fábrica textil Crespi, en São Paulo, paralizan sus actividades reivindicando aumento de salario y reducción de la jornada de trabajo. A fines de junio, la huelga de las obreras ya contaba con el apoyo de 1.500 trabajadoras y trabajadores de la fábrica Ipiranga, también del textil. La huelga toca otros ramos, como de muebles y bebidas. El movimiento huelguístico era espontáneo y sin dirección política anarquista o socialista. Los tipógrafos Edgard Leuenroth y Florentino de Carvalho publicaban el periódico anarquista A Plebe, que tuvo una fuerte influencia durante la huelga general. En julio, la huelga seguía generalizándose por toda la ciudad de São Paulo, Río deJaneiro y otras ciudades del país, con luchas callejeras. El 9 de julio la policía reprimió violentamente uma manifestación, asesinando a tiros a un zapatero anarquista español José Martínez, com apenas 21 años. El entierro -transformado en acto político-, provocó una fuerte represión por parte de la policía y de tropas del ejército, con algunos batallones que se negaron a intervenir. Pero las condiciones castrenses de dureza criminal que existían en Rusia no se daba en Brasil y no hubo un alzamiento militar revolucionario generalizado. Este episodio causó la ampliación de la huelga por el estado de São Paulo y por todo el país. Cerca de 70.000 personas siguieron el movimiento. Para defender y organizar la huelga se constituyó el Comité de Defensa Proletaria, compuesto de cinco anarquistas brasileños e italianos y un socialista. El Comité de Defensa Proletaria consultó a decenas de sindicatos y grupos gremiales, para luego elaborar las reivindicaciones de los huelguistas. En once puntos se pedían el rechazo de sanciones y despidos de los activistas, con la liberación de los preso; el respeto del derecho de la libertad de asociación; aumentos de salarios y la jornada de ocho horas; el cese del trabajo nocturno para las mujeres y los menores de 18 años y el fin de la contratación de menores de 14 años. Después de arduas negociaciones con la patronal y el Gobierno se conquistaron el 16 de julio de 1917 un aumento del 20%, el derecho de asociación y la ausencia de sanciones contra los huelguistas. Obviamente, la democracia burguesa capitalista no cumplió con gran parte de lo que firmó. Edgard Leuenroth fue preso como “autor psíquico-intelectual” de la huelga. Permaneció seis meses encarcelado hasta el juicio y gracias a buenos abogados socialistas fue absuelto en marzo de 1918. Algunas enseñanzas «Agência de Notícias Anarquistas: ¿Fue la huelga general de 1917 un movimiento provocado por los anarquistas? [17.06.2017] https://ielibertarios.wordpress.com/ Alexandre Samis [miembro del Instituto de Estudos Libertários] La huelga general de 1917, en São Paulo, para mí, fue un movimiento cuyo protagonismo operario es indudable. Las peticiones como la reducción de la jornada de trabajo, reajustes salariales, derecho de asociación y control de la carestía eran típicamente sindicales, de resistencia. Los anarquistas, por lo demás, también obreros, eran quizás la fuerza política más claramente organizada. No hay duda de que la huelga se inserta en la estrategia general del sindicalismo revolucionario, que inspiró los congresos obreros de 1906 y 1913, en los que se destacaron también los obreros anarquistas. Por otra parte, decir que la huelga fue anarquista sería despreciar un dato importante de la realidad, ya que los anarquistas no eran mayoría numérica. Es posible afirmar, sin descuidar o subestimar el papel de las minorías activas de libertarios en el proceso, que el evento fue una articulación entre sindicatos de resistencia y las formas organizativas anarquistas. Sin subordinación de una parte a otra, lo que ocurrió fue la mutua potenciación, la reciproca colaboración entre esferas complementarias. Tal vez el efecto más objetivo de ello haya sido la formación del Comité de Defensa Proletaria. Pero la huelga general de 1917 quedó lejos de materializar el proyecto más radical de huelga general revolucionaria, del tipo predicado por el sindicalismo revolucionario europeo. Aunque bastante fuerte, no fue capaz de desencadenar un proceso irreversible de expropiación de fábricas y talleres, menos aún por debajo del Estado. Ella fue un movimiento ante todo reivindicativo, lo que no es poca cosa a juzgar por lo que se había visto hasta entonces en Brasil. Pienso que ella debe ser comprendida más por su extensión, organización y resultados posibles, que por la promesa de lo que se convenía entender por huelga general en aquella época entre los anarquistas. ¿Qué puede enseñar para hoy por hoy la huelga general de 1917? Samis La memoria de una huelga general debe inspirar nuevas luchas. Sin ese componente ella es simple nostalgia, suscita sólo añoranza y justifica la melancolía. De esta forma, la huelga de 1917 es sobre todo importante por lo que fue capaz de producir en su tiempo, con las fuerzas que consiguió reunir y la organización que logró construir. Es un movimiento único porque se auto instituyó, se inventó, fue más allá de los anteriores en varios aspectos. En mi opinión, su principal "lección" es que todo el movimiento debe entenderse único en sus potencialidades y capaz de engendrar un nuevo. [...] La novedad es siempre el mejor elemento de sorpresa contra las estrategias de desmovilización de gobiernos y patrones. La repetición es el corolario de la falta de imaginación, ella coloca sobre los hombros de aquellos que realizaron en el pasado las responsabilidades del presente. En ese sentido la huelga general debe ser siempre proyecto y no un modelo. [...] Actualmente, ¿ve posible la construcción de un sindicalismo libertario vigoroso separado de las centrales sindicales “pele gas [sobornadas por el Goberno]”? Samis Más que posibilidad, es una necesidad. Razones para la elaboración de un proyecto colectivo, autónomo y horizontal no faltan. Es más que evidente el acelerado grado de burocratización de sindicatos y centrales. En cierta medida, los organismos sindicales, después de haber sido sistemáticamente estructurados por los partidos políticos, formaron con ellos un bloque burocrático. Se unieron en la miseria política. La lucha contra tal fenómeno debe pasar por la sistemática potenciación de organismos de base, su diseminación y fortalecimiento. Debe retomar la idea de sindicatos libres de la herencia y tutela partidarias. Es necesario iniciar el trabajo en las instancias locales, en el "suelo de la fábrica", en la acción cotidiana y determinada de la delegación y no de la representación. Buscar, por el compromiso, la entrega de los trabajadores a sus propias causas. Ir más allá de las formalidades y crear una verdadera cultura política de participación. Cualquier cosa consistente sólo puede venir de eso. Pensar en una central sindical revolucionaria antes de eso, es mistificación y charlatanismo. La nueva central debe ser el efecto de una renovación desde abajo y no su causante. Invertir esa polaridad es sólo fortalecer las vociferantes sectas demagógicas y preparar el terreno para que la burocracia regrese con otra fisonomía, tan dañosa como alienante. Pienso que ese trabajo no debe realizarse sólo en los ambientes sindicales, estimo incluso que, actuando solos, los sindicatos son incapaces de emprenderlo. Creo que, sin una alianza consistente con los movimientos populares, poco se avanzará en el sentido aquí propuesto. El sindicalismo perdió mucho en ese largo proceso histórico. Sin sus aliados populares difícilmente conseguirá recobrar su memoria de luchas, sin ellos es posible que continúe transformando memoria en nostalgia.» Read more ... |
Posted: 28 Dec 2017 11:36 AM PST
Viernes 12
21h: Cena, crema de puerros, berenjenas rellenas y tarda Sábado 13 CONFLICTOS, LUCHAS Y RESISTENCIA EN CHILE DESDE UNA PERSPECTIVA ANÁRQUICA 12h: Desde la dictadura hasta la actualidad Chile responde a unas lógicas económicas y políticas que son el resultado directo de las medidas neoliberales impuestas a sangre y fuego por la dictadura de Pinochet (1973-1990). Esto hace que las luchas y los conflictos tomen diversos caminos y perspectivas, haciéndolas a día de hoy un espacio de aprendizaje y debate. 14h: Comida, Purrusalda y picoteo variado 18h: Conversación y análisis acerca de diferentes estallidos, conflictos, luchas, resistencias, afinidades, golpes represivos y compañerxs que resisten desde las cárceles chilenas con el fin de que estas puedan ser útiles y extrapolables a otros contextos. 21h: Cena, empanada, ensalada y patés Domingo 14 Presentación de textos anarquistas contra el nacionalismo y debate 14h: Comida, puchero de legumbres EL ANARQUISMO FRENTE AL NACIONALISMO 18h: Se presentarán distintos textos tanto clásicos, como contemporáneos, que analizan bajo distintas ópticas antiautoritarias la crítica al nacionalismo. Desde la conformación de los primeros estados nación hasta acontecimientos recientes como el "process" catalán, estos textos analizan el patriotismo, el nacionalismo y otros fenómenos similares que conllevan el reforzamiento del Estado. Todos los textos tienen como nexo de unión la premisa de que La lucha entre opresores y oprimidos queda desplazada por el culto al Estado, a las banderas y todos los constructos sociales y culturales que el Poder utiliza a su antajo para desactivar el auténtico conflicto social. 21h: Cena, fajitas y calabacines en vinagre C/ Matilde Hernández, 47. <M> Oporto / Vista Alegre. Abierto de L-J de 18-21h https://localanarquistamotin.noblogs.org/ Read more ... |
Posted: 26 Dec 2017 03:35 PM PST
[Este comunicado nos llegó vía e-mail, acompañado de la siguiente nota: "Saludos compas, envío este escrito que me hicieron llegar para su difusión, un posicionamiento crítico con la deriva electoral-estatista del Zapatismo y el CNI (y del zapatismo en sí). Esta crítica que se suma a escritos aparecidos hace algun tiempo como "Miren quien se quito el pasa montañas", o en editoriales como Sin Retorno ediciones (En su edicion de "Ai Ferri Corti" en la introducción se hace mención a la temática zapatista), la anécdota de Gustavo Rodriguez sobre su paso en el EZ (Dentro de una entrevista realizada por Conspiracion Ácrata) y a los que hacen contrapropaganda anarquista de boca en boca sobre este suceso. Posicionamientos desde la misma geografía mexicana."]
* Para todos los compañeros internacionales que se preguntan que está pasando en la cabeza de los anarquistas por aquí. “¿De qué nos van a perdonar? ¿de haber llevado fusiles al combate en lugar de arcos y flechas? ¿de haber aprendido a pelear antes de hacerlo?” -Sub comandante insurgente Marcos- Los anarquistas y otras individualidades libertarias, vemos en la representación electoral un fraude a los procesos de liberación individuales y colectivos de las personas: entrar a los mecanismos legales, públicos y simbólicos del ESTADO, es delegar nuestra libertad para que otros decidan por nosotros, lo que en términos prácticos se traduce a la renuncia voluntaria a nuestra capacidad de elección y acción, es decir, la renuncia voluntaria a ejercer nuestra libertad. Ya sea que este bajo el control de capitalistas, burócratas, indígenas u obreros, el ESTADO en sí es la antagonía a la libertad personal, ambiental y social de las personas ¿Por qué lo decimos? Porque éste en los hechos es la máxima organización de control, vigilancia, coerción y represión que la humanidad civilizada ha creado; por ello se nos hace absurdo que la candidata Marichuy del C.N.I (Congreso Nacional Indígena) esté adoptando los mecanismos legales, simbólicos y morales que el Estado legitima para ejercer el poder: al hacer ello se está legitimando al máximo verdugo de la libertad. Sabemos de sobra que no quieren llegar al poder, ni gobernar a la nación, ni que puedan ganar las elecciones, el problema que tenemos con su candidatura es algo más grave a nuestro parecer, nos referimos a la moral que Marichuy imprime a la población, aquella moral del Pastor y el rebaño, que es la moral de los voceros, líderes, sacerdotes, burócratas, profetas, empresarios y partidos que van guiando a la población con el argumento de representar la voluntad de las mayorías, negándoles así –a las personas y pueblos– la libertad de acción inmediata para conquistar su libertad, puesto que los representantes políticos son filtros, bloqueos, dosificadores, que limitan y/o impiden la acción directa para que las personas y los pueblos se den así mismos la libertad y dar cuenta que para hacerlo no se necesitan intermediarios. a siguiente nota:
La lógica del que manda y obedece, del amo y sus fieles, del tirano y sus esclavos, del burgués y sus empleados, del vocero y sus partidarios. Es la vieja canción de obedecer al que manda porque sabe, porque supuestamente conoce el camino correcto para todos en cualquier tiempo y lugar ¡Patrañas! Esa moral es en concreto, el pastor que guía a su ganado al matadero. Es absurdo creer y apoyar a líderes carismáticos que te prometen la liberación, puesto que la libertad y el bienestar nadie te la puede otorgar, uno mismo es quien debe procurárselas por medio del cuidado de sí, la solidaridad y apoyo mutuo que no requieren de grandes organizaciones, ni de partidos, mediadores simpáticos o proyectos de masas que requieran una gran organización donde la agentividad de los individuos sea reducida a una colectivización dogmática de un proyecto político.
No queremos ni vamos aceptar ser gobernados por nada y nadie, combatiremos hasta la muerte toda forma y proyecto de gobierno, control y coacción; por ende ese eslogan de “Consejo de GOBIERNO indígena” nos causa repugnancia, puesto que sabemos que todo gobierno es fuerza y represión –como dirían los CRASS– o como bien lo señalaba y enunciaba P.J. Proudhon: «Ser gobernado significa ser vigilado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado, fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado. Ser gobernado significa ser anotado, registrado, empadronado, sellado, medido, evaluado, cotizado, patentado, licenciado, autorizado, apostillado, amonestado, contenido, reformado, enmendado, corregido, al realizar cualquier operación, cualquier transacción, cualquier movimiento. Significa, so pretexto de utilidad pública y en nombre del interés general; verse obligado a pagar contribuciones, ser inspeccionado, monopolizado, depredado, presionado; luego a la menor queja, reprimido, multado, vilipendiado, maltratado, desarmado, agarrotado, encarcelado, juzgado, condenado, deportado, y, para colmo, burlado, ridiculizado, ultrajado, deshonrado. ¡Eso es el gobierno, esa es su justicia y su moral!» (1851)[i] Venga de quien venga, rechazaremos siempre las propuestas de ser dirigidos y organizados por algún líder carismático o por voceros de voluntades populares que realmente sólo se representan a sí mismos y sus lacayos sedientos de ejercer poder. No importa sí quien pretende gobernar es mestizo, negro, blanco o indio, quien planea y realiza proyectos para gobernar, hace propuestas para controlar las voluntades ajenas a la suya, negando por ende la libertad intrínseca que tenemos no sólo los seres humanos, sino todo los seres vivos. La decisión de accionarnos DIRECTAMENTE por nuestras vidas, es anulada por aquel aparato moral y social que llamamos democracia, ya sea directa o representativa. De sobra sabemos que su campaña no la hacen por los votos (aunque sí lo hacen por el poder que la INE otorga por medio del Estado) y lo que buscan es un llamado a la organización, pero ese llamado es el mensaje del pastor hacia sus borregos, del amo hacia sus sirvientes. Obedecer los dictados del C.N.I implica que la gente no sé esté organizando por sí misma, sino por los intereses de sus líderes y sus deseos de ejercer poder sobre la sociedad, es decir, de GOBERNAR; la gente simpatizante de Marychuy se está organizando por la moral implícita de seguir al líder que promete esperanzas de liberación. Dicen que lo hacen por estrategia ¿Cuál estrategia? ¿La de defender por medio de los mecanismos del Estado al territorio mexicano del extractivismo neoliberal con el que se suponía que estaban en guerra? Cómo pretenden lograrlo cuando los mecanismos que ahora mismo realizan –pedir la INE para registrar a Marychuy en la boleta para las elecciones federales del 2018 por ejemplo– son mecanismos que pactan con los verdugos del Estado y la industria, que neutralizan los proyectos legítimos de autonomía y PACIFICAN LAS INSURRECCIONES que de verdad buscan acabar con cualquier forma de gobierno, incluyendo las formas de gobierno izquierdistas. Leyendo múltiples comunicados, entrevistas y viendo infinidad de documentales del EZLN y el CNI, dimos cuenta que su estrategia es NACIONALISTA y por ende implícitamente pregonan los valores de la territorialidad nacional que equivale a sostener que hay que mantener una serie de fronteras territoriales que deben ser protegidas por un ejército y custodiadas desde el interior por la policía, es decir, una orden nacionalista encaminado a la vigilancia, el castigo, la coacción, el sufrimiento, la sumisión a una serie de leyes jurídicas que protegen los intereses de esa colectividad fanática, ortodoxa, orgullosamente racista que llamamos México. El mismo sub comandante Marcos dice que se dieron cuenta al momento de combatir al gobierno que no se enfrentaban al Estado, sino a un poder extra nacional que es el capitalismo global, entonces: ¿Es por eso que han entregado su lucha a los mecanismos del Estado para proteger a la nación mexicana de los grandes capitales, con la esperanza de que los aparatos burocráticos, policiales y militares limiten la invasión de capitales extranjeros? ¡Absurdo! El territorio, la naturaleza, los pueblos, las individualidades, saben y pueden defenderse sin mediadores y justo por los mediadores (Estado/líderes/burócratas) es que los bosques y comunidades están siendo arrasados, pues limitan la capacidad de acción, defensa y ataque contra las embestidas del proyecto industrial de civilización. Sabemos de sobra que enfrentar a la industria y al Estado conlleva enfrentar directamente a la policía, al ejército, paramilitares e inclusive a la misma sociedad civil, que ve en la destrucción de la naturaleza una forma de progreso, pero sólo en el enfrentamiento directo con los verdugos de la Vida, es como realmente se defienden las cosas, y no por medio de mecanismos democráticos, legales y pacifistas. Los movimientos pacifistas y legalistas acaban siendo aplastados por el Estado a la hora de las disputas territoriales que suceden, por ejemplo cuando comunidades rurales se oponen a algún mega proyecto: hay detenidos, encarcelados, torturados y muertos, al cabo de unos años el mega proyecto se instala y todos los esfuerzos son inútiles, llega a pasar –y es el menos de los casos– que la legalidad del Estado falla en favor de las comunidades y suspende el mega proyecto, pero pasa igual, que dicho mega proyecto sigue abierto, latente, sólo postergando su implementación, esperando el momento en que la ley (los jueces) le otorgué mejores condiciones para su ejecución. Sí se va defender la tierra, los ríos, si se va luchar contra la gentrificación, se hace de forma directa, sin mediaciones y sin posturas ridículas de pacifismos que sólo sirven para reproducir lógicas de victimización. Estamos hartos de todas esas organizaciones de derechos humanos que viven de bajar recursos del Estado para hacer documentales y registros de como las comunidades y las individualidades son brutalmente reprimidas, hartos de que medien las luchas, hartos de que metan demandas en supuesta defensa de los afectados por el Estado, demandas que nunca son cumplidas ¡Absurdo es que el mismo Estado se castigue a sí mismo! Aquella paz pregonada por la legalidad es la paz del cementerio, por ello vemos en la lucha frontal contra la industrialización y el Estado, la única vía para defender nuestras vidas de la devastación que acontece todos los días. Devolver golpe por golpe, muerte por muerte a los verdugos es la única forma de ganarles a esos bastardos quita vidas ¡No queremos la paz, queremos la victoria! Sabemos que ustedes dicen que es imposible derrotar al Estado, pero pasa que es posible, cuantas veces las insurgencias acabaron con la dominación estatal, cuantas veces los proyectos libertarios triunfaron ¡Muchas, muchas veces! Pero pasó que, los izquierdista que añoraban el viejo orden, devolvieron a la sociedad la organización Estatal y con ello el Gobierno y con el gobierno los mecanismos de control, vigilancia, castigo y sometimiento que impiden a todo ser vivo la libertad, nos referimos así, porque no sólo la libertad de nuestra especie importa, sino la de todas. Ahora bien, antes de sentir desprecio –cosa que sabemos que ya sienten algunos– por nosotros los anarquistas y nuestra indómita postura de combatir toda forma de control , gobierno o partido que sea tanto de derecha, centro o izquierda, recuerden que el movimiento anarquista fue el que provocó e inició la revolución mexicana –nunca descartando métodos violentos–, recuerden que Emiliano Zapata fue influido decisivamente por los anarquistas en su ideario revolucionario –a pesar de que los magonistas rechazaron en 1913 unir fuerzas con sus filas por considerar su lucha limitadamente regionalista y reformista-[1] , recuerden que la frase de Tierra y Libertad es una frase de origen anarquista, recuerden que la frase de para todos todo, para nosotros nada –que todo mundo piensa que es del Sub– es una frase de los hermanos Flores Magón, anarquistas que fueron encarcelados y muertos por jamás aceptar, pactar o negociar con el Estado. Es por eso, que desde un análisis histórico y actual de la situación, la estrategia del CNI se nos hace un desperdicio de energías, consideramos contraproducente la pacificación de las luchas que la candidatura de Marichuy está provocando, pues esa candidatura significa el pacto y negociación con los verdugos que administran el Estado, es decir, admitir y reconocer al gobierno en su función supuestamente legítima de Control, Vigilancia y Castigo sobre las personas. Es someterse a los calendarios institucionales de los que mandan y de los que obedecen ¿Por qué visualizar su lucha por medio de una candidatura que se da en los marcos de tiempo y espacio de las elecciones federales? ¿Para irrumpir en el poder Estatal? ¡Para nada! Sólo le hacen juego al Estado, sólo acaban por legitimar explícitamente y acatar implícitamente las determinaciones y ordenes de los que gobiernan y administran esta masacre que se llama progreso, que se llama Estado e industria. Ahora bien, tenemos otra cosa que decir –así es, más cosas– queremos cuestionar los estatutos que el EZLN tiene como carta de presentación y que muchos de sus seguidores han tomado acríticamente: Para empezar, desde el título de “Buen Gobierno” la cosa ya se pone bastante fea, porque no pueden haber buenos gobiernos, ya que –como se ha reiterado muchas veces ya– el gobierno es vigilancia, castigo, control, obediencia; respecto a eso de la obediencia, el primer punto de la carta de buen Gobierno del EZLN dice “Obedecer no mandar” esa lógica sólo favorece a los que justamente mandan en los gobiernos y partidos (¡Que astutos los líderes del EZLN y el CNI!) Uno de los más grandes problemas de la humanidad ha sido y es la obediencia masiva; los grandes problemas de la humanidad se han dado justo por la obediencia y no por haber desobedecido. Respecto al segundo punto que dice “representar y no suplantar” ¿No es acaso que la representación –en términos políticos– es suplantar al otro porque ese otro lo derogó obligada o voluntariamente su voluntad de acción? Representar políticamente como se dijo desde el principio de este texto, es negarle a las personas la capacidad de accionarse directamente por su libertad y destino ¿Acaso esta dinámica de representación política es una dinámica cómoda para las clases medias y altas que ven en el CNI y MORENA una esperanza de Cambio sin tener que mancharse sus ropas y manos? Respecto al cuarto punto que dice “Servir no servirse” Es justo una moral de esclavos, que beneficia a los que mandan en las grandes organizaciones políticas ya sean de centro, derecha o izquierda, es una lógica que ayuda los voceros/dirigentes/ líderes de los partidos como lo es el CNI. El quinto punto dice: “Bajar, no subir” otro valor de esclavos, de victimización y auto rebajamiento para que los sujetos que están arriba, lo estén eternamente ¡Para nosotros se trata ni de subir ni de bajar, sino de construir nuevos mundos horizontalmente (sin bajar ni subir políticamente), que por diferentes modos sean todos equitativos, sin auto rebajamiento político! Respecto al último punto que dice “dar la vida, no quitarla” Para nosotros esa frase es de los más delicada, porque la Vida es lo más preciado, lo más hermoso que hay en la existencia, así que darla por un partido político, por el líder carismático o por los directivos y sus valores democráticos y populares se nos hace absurdo: la lógica del mártir es también moral para esclavos, que se sacrifican por causas que muchas veces ni siquiera comprenden a fondo o les son enteramente suyas. Para nosotros eso de dar la vida al combatir al Estado, a la industrialización de la existencia, no es un sacrificio, ni un deber instituido en normas sociales , por y del partido o de la voluntad popular, sino compromisos que asumimos desde el momento en que decidimos ser libres y serlo por medio de la acción directa, sin mediadores que vivan como parásitos del poder y la obediencia de quienes le rodean y siguen …y para nosotros dar muerte a un banquero, cacique, biotecnólogo o al fascista de tu cuadra, es algo bello, una violencia hermosa que no anhela la paz, sino la victoria; es feo, terrible matar, pero a veces es necesario eso de quitar vidas, depende del contexto y porque se hace, pero jamás la volveríamos un mandamiento, menos en estatuto moral de una “carta de buen gobierno” …y si, preferimos dar vida que quitarla, pero a veces para darla hay que matar a quienes asesinan a la Vida con esos proyectos industriales donde el Estado es el principal blindaje para que se lleven a cabo. Esta carta ha sido escrita por anarquistas que amamos la libertad, por alegres saboteadores de gobiernos y empresas. Que critiquemos tan duramente al CNI y algunos aspectos del EZLN no quiere decir que nos opongamos en ningún momento a las luchas legítimas por la libertad y liberación de los pueblos originarios de América y del mundo, al contrario, somos cómplices de todos aquellos “indios” que se niegan al progreso, que se han saboteado maquinarias, que han realizado bloqueos y barricadas para frenar el progreso ecocida de los mega proyectos de muerte, somos cómplices de todos aquellos que se enfrentan directamente al poder, que resisten y más que resistir combaten golpe por golpe, muerte por muerte a los gobiernos y empresas asesinas, que al fin y al cabo son la cara de la misma moneda. Nosotros los anarquistas y otras individualidades y colectivos libertarios hemos sufrido amenazas de muerte, persecución. encarcelamientos, muerte de compañeros y por ello conocemos perfectamente lo que significa luchar sin treguas contra los verdugos que ejercen el poder desde la economía y la legalidad industrial y civilizada, más no por ello nos asumimos como víctimas o negociamos con el Estado y las empresas, al contrario, nos asumimos cada vez más como voluntades guerreras que atacaran en la clandestinidad, dando estratégicos, duros y letales golpes al sistema de muerte en los puntos donde más le duele …y en lo cotidiano seguiremos tejiendo redes de afinidad, llevando a cabo un sin fin de proyectos autogestivos, dando apoyo a todos los proyectos autonómicos y de liberación de las poblaciones que así lo hayan decidido. Esta crítica es porque vemos en la candidatura de Marychuy cosas que lejos de hacer avanzar la liberación, la retrasan; el apoyo hacia las comunidades indígenas de México y el mundo por parte de los anarquistas siempre ha estado ahí…y lo seguirá estando, porque uno de los problemas más graves de la humanidad ha sido el colonialismo y no cesaremos de luchar contra el hasta verlo arder en las llamas de la acción directa. Algunos anarquistas por la Anarquía
28 de Noviembre 2017, desde algún lugar de México.
Notas[i] Proudhon, P.J. (1851), Idea general de la revolución en el siglo XIX. [1] En el libro Magonismo: historia de una pasión libertaria 1900-1922 de Salvador Hernández Padilla se recopilan algunos datos que exponen las diferencias y conexiones que había entre el zapatismo y el magonismo anarquista. Entre la información destaca la correspondencia personal entre Emiliano Zapata y miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Read more ... |
Posted: 26 Dec 2017 03:22 PM PST
La irradiación pornográfica del neozapatismo*
—A la memoria del compañero Joël Fieux, y tantas otras víctimas del porno revolucionario
A finales del siglo pasado la imposición del neoliberalismo a sangre y fuego nos anunciaba el “fin de la historia” y nos auguraba el destino manifiesto de la humanidad con el arribo de una irrefutable cosmogonía fundada en la libertad de empresas y mercados, en la democracia parlamentaria y en la “globalización” capitalista. Sólo nos quedaba esperar –sin mayores sobresaltos– la arrolladora expansión de su definitivo imperio. En medio de esta trama adversa, la insurrección de los sinrostro, señalando todo lo que había de podrido al interior de esta nueva panacea, fue un recordatorio necesario desde la recóndita Selva Lacandona que advertía, sin cortapisas y a todo pulmón, que nada había detenido el curso de la historia y que los excluidos continuaban en pie de guerra contra la dominación y lo atestiguaban con contundencia histórica, excediendo con creces el efímero “fin de la historia”. La irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) causó gran fascinación entre los filántropos de todos los colores desde los primeros momentos de aquella madrugada inaugural del año 1994. La irradiación pornográfica del neozapatismo pronto provocó una suerte de coacción icónica que comenzó a propagarse por contagio desatando una epidemia viral que inundó las redes telemáticas de hipercomunicación anestésica. El denominado “movimiento anarquista” no quedó exento de su alcance, entregándose en cuerpo y alma a cultivar admiración y solidaridad. Ese “movimiento anarquista”, precario e incoloro, aún no se recuperaba por esos eneros de la tamaña embriaguez producida por la estrepitosa implosión de su archienemigo histórico: el “socialismo realmente existente” o capitalismo de Estado. Las precariedades de este “movimiento” imposibilitaron el aprovechamiento de condiciones favorables ante el campo particularmente fértil que dejaba a su paso la hecatombe soviética y la anhelada confirmación de todas las tesis anárquicas ancestrales. La ausencia de color, además, le había impedido apropiarse de la historicidad concreta de la que formaba parte, soslayando la necesaria renovación teórico-práctica y la correspondiente innovación de un modelo de organización y acción consecuente con los tiempos. El “movimiento anarquista”, carente de paradigma, caía rendido a los brazos del EZLN dejando que los efectos narcóticos de la hipercomunicación anestésica, acompañados de una generosa porción de vaselina, cumplieran su objetivo. Sin embargo, sería injusto no matizar esta afirmación y continuar ocultando las honrosas excepciones que alzaron sus voces críticas desde los primeros intentos de penetración. Ese fue el caso de Charles Reeve, Sylvie Deneuve, Marc Geoffroy y de nuestro compañero Massimo Passamani, entre otros. De tal suerte, de paso por Montpellier a mediados de 1995, llegaba a mis manos Au-dela des passes-montagnes. Para mi sorpresa, ese no sería el único manuscrito crítico que me harían llegar los compañeros europeos. En Brescia también me entregarían un documento de autoría anónima y, al finalizar mi charla en el Politécnico de Tesalónica, otro. Éste estaba en inglés y me lo otorgarían los propios autores: una joven pareja que no dejó de denunciar los desvaríos nacionalistas del EZLN, la clara intención socialdemócrata de sus discursos y la fuerte alineación jerárquica que caracterizaba su estructura. De regreso en Barcelona, en el acogedor departamento de Diego Camacho (Abel Paz), el veterano luchador anarcosindicalista me cuestionaría de nueva cuenta en torno a los mismos tópicos, haciendo énfasis en el tremendo desatino que estábamos cometiendo al alimentar estos desvaríos leninistas en lugar de renovar nuestro andamiaje teórico-práctico y reconstruir al “movimiento”. Al despedirnos, tras despotricar contra los remanentes del exilio cenetista en México, retomaría el tema neozapatista sentenciando sonriente «Chaval, te digo lo mismo que le he dicho a Iñaki que se ha convertido en su embajador en Barcelona: lo del tal Marcos es una zarzuela y los zapatistas tienen de anarquistas lo que tienen de católicos mis cojones.» Un año y dos meses después pude comprobar la veracidad de su sentencia. Pero, sería deshonesto de mi parte proseguir con este texto sin entonar el mea máxima culpa del confiteor. A estas alturas, cabe darnos la licencia de un pequeño paréntesis y hacer pública mi “grande culpa”: Si bien es cierto que a lo largo y ancho de aquella tourné encontré incontables críticas, el motivo de nuestra encomienda era cimentar las bases del “apoyo crítico” al neozapatismo al interior de nuestras tiendas y fundamentar los nexos históricos entre anarquismo y zapatismo. Bastaba con desempolvar a Ricardo Flores Magón y el guión del nuevo culebrón revolucionario estaría listo para escena. La solidaridad libertaria –cada vez menos crítica– comenzó a fluir por tuberías. Las recaudaciones de fondos eran copiosas y llegaban directamente a las cuentas destinadas a este fin, lo que aunado a las fuertes donaciones de partidos políticos, fundaciones, asociaciones de ayuda humanitaria, ministerios, gobiernos municipales, eurodiputados y una que otra ex-primera dama socialdemócrata, sumaban un nutrido botín solidario. Por nuestra parte, y con apoyos exclusivamente libertarios, abríamos las puertas en precarias condiciones del Campamento de Solidaridad Directa “Mártires de Chicago” en pleno corazón de la Selva Lacandona. Considerábamos que con la cooperación directa de compañeros internacionalistas podíamos darle continuidad al proyecto de la Federación Anarquista Revolucionaria Amor y Rabia/Love and Rage Revolutionary Anarchist Federation, que impulsaba una escuelita antiautoritaria (la Escuela Antiautoritaria “Primero de Mayo”, Santa Rosa El Copán, Municipio de Las Margaritas) y la Casa de la Mujer “Margarita Ortega” en la misma localidad selvática. Pronto germinarían las abismales contradicciones. Los lineamientos y objetivos del EZLN y los fundamentos teórico-prácticos de la Anarquía no tenían el más mínimo punto de encuentro. Comenzábamos a constatar –aunque no todos lo quisieran ver y mucho menos aceptar– los privilegios de la jerarquía militar y el control autoritario que ejercían sobre la población, expulsando de las comunidades y despojando de sus tierras a quienes consideraban “desafectos” y, decidiendo impunemente el libre tránsito de la población, llegando incluso a impedir el acceso a los centros de salud. Asimismo, el reclutamiento forzado, el uso y abuso constante de la privación de libertad (a régimen de aguachile) y el castigo físico eran hechos cotidianos. Por esas fechas, comenzaba a verificarse la inminente corrupción que hoy hace estragos en sus feudos, facilitando el enriquecimiento del sector más cercano a la élite dirigente, controlando el monopolio del transporte, los establecimientos de distribución de víveres y la crianza de ganado vacuno y porcino para su explotación comercial. También pudimos confirmar la condición y posición de las mujeres en los territorios dominados por el EZLN, más allá de la verborrea discursiva y los escenarios montados para consumo exterior en los Caracoles y las patéticas “escuelitas zapatistas”. Las mujeres no sólo tienen una participación nula en la toma de decisiones substanciales sino que continúan subordinadas ejerciendo los roles de género tradicionales, ocupándose de la preparación de alimentos, el lavado de la ropa, el cuidado de los hijos y la crianza de los animales de corral, además de la doble jornada que representa el apoyo a los hombres en las labores agrícolas y la recolección y traslado de la leña. Para las llamadas “insurgentes” la condición y posición es idéntica, aunque varía en dependencia del nivel de jerarquía que ostenten en la estructura político militar, gozando solamente del “privilegio” de acceso al aborto a diferencia de las mujeres en las comunidades que persisten sin poder ejercer la libre interrupción del embarazo sometidas a las estrategias de crecimiento poblacional del EZLN y/o como consecuencia de la imposición de la moralina católica. Debería ser obvio que en un ambiente tan despótico las críticas son inadmisibles. Para entonces, el subcomediante Marcos barajeaba la propuesta de incursionar en la farsa electorera aprovechando la popularidad obtenida con el alzamiento y el ofrecimiento de la candidatura presidencial por parte del desaparecido Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN). Frente a los acontecimientos, no dudé en externar mis críticas en derredor de semejante oportunismo –propio del más facultado de los discípulos de Niccolò di Bernardo dei Machiavelli–, lo que inmediatamente resultó en mi inapelable expulsión del territorio controlado por el EZLN. No faltó la versión jocosa que trataba de agregarle folklore a tales atropellos y corrió la voz que la expulsión había sido motivada por mis invariables “indisciplinas” entre las que destacaba la gota que derramó la copa: haberme hecho pasar por el propio subcomediante para gozar de los favores sexuales de una periodista pequebu de esas que llegaban a la selva hambrientas de exclusivas con el micrófono en una mano y el calzón en la otra. Lo cierto es que a la sazón, no sólo me habían expulsado del “territorio zapatista” (sic.) –comunicado mediante, firmado por el infraescrito– acusándome de actuar “como los demás políticos” sino que habían encarcelado con cargos de “desacato” y “deserción” a Matt M., miembro de la Federación Anarquista Revolucionaria Amor y Rabia, contando con el silencio cómplice de los “compañeros” de organización. Dos años más tarde, el 23 de mayo de 1998, fenecía la Federación con casi una década de esfuerzos y un gran bagaje teórico-práctico. Durante el último encuentro continental celebrado en el Hunter College en la ciudad de Nueva York, la organización se disolvería tras 3 años de encontronazos irreconciliables entre sus dos principales facciones. Las posturas antípodas se reprochaban mutuamente ser los “saboteadores” del proyecto. Unos eran acusados de “antiorganizacionistas”, los otros de maoístas. El “pluralismo revolucionario”, postulado como bandera de lucha en 1995, se revelaba como una estrategia centralista que comenzaba a surtir efecto a mediano plazo. Curiosamente, esta estrategia tuvo su origen en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, durante la prolongada estancia de algunos miembros del Comité Coordinador de Amor y Rabia. Se presentarían primero algunos análisis favorables sobre los desvaríos históricos del pensamiento ácrata (la Makhnovchina, la Plataforma y el anarco-bolchevismo de 1937); después continuarían las tesis sobre la importancia del “poder dual”, el “municipalismo autónomo”, el “federalismo democrático” y, por último, se avalaría la estrategia de “línea de masas “y se aplaudían las bondades del “Poder Popular”. Evidentemente, este era el final de la Federación. En México, los satélites de esta suerte de coup d’ État de poca monta, acto seguido de una profunda purga expulsando a toda la disidencia, intentarían darle continuidad al trabajo editorial bajo otro título poco original. Sus impulsores se diluirían en el fallido Frente Zapatista de Liberación Nacional, abandonando para siempre todo proyecto ácrata. Sin embargo, aquella nefasta maniobra blanquista quedó sepultada en la historia reciente del anarquismo continental bajo un alud de vaselina y una tenaz campaña difamatoria que aún persiste en estos días. Como bien afirmaban las compañeras y compañeros de la extinta Coordinadora Informal Anarquista: «El subcomediante Marcos conoce muy bien las bondades de la vaselina»[1]. Este grasoso artilugio soslaya el dolor y facilita la penetración. La ingrávida positividad de la vaselina evita la negatividad del desgarro. Extirpa toda resistencia de lo real y la negatividad de lo otro. Es por ello que el sistema de dominación incrementa el proceso de positividad de la sociedad y subversiona la producción de vaselina incorporándola a la canasta básica. Quizás este exceso de positividad, latente en todos los rincones sociales, es lo que ha impedido a muchos compañeros poder expulsar de lo más recóndito de sus extrañas –por muy enérgico que pujen– la larga penetración que les invade. La creciente ausencia de negatividad en nuestras tiendas ha producido las más exuberantes desvirtuaciones, alimentando propuestas “estratégicas” y “alianzas tácticas” disparatadas que comienzan a mostrarnos un desbarajuste teórico-práctico de proporciones adversas. Tal vez, si estos compañeros seducidos por las doctrinas ajenas se dieran la oportunidad de detener el inútil hiperactivismo que les embarga y abandonaran, aunque fuera momentáneamente, el quéhacerismo, tendrían la ocasión de reflexionar desde una perspectiva más antiautoritaria y dar una respuesta contundente a la brutal penetración de la que están siendo objeto sin percatarse. Baudrillard señala que «El único fantasma en juego en el porno, si es que hay uno, no es el del sexo, sino el de lo real, y su absorción, absorción en otra cosa distinta de lo real, en lo hiperreal […] La dimensión de lo real es abolida por el efecto de zoom anatómico, la distancia de la mirada deja paso a una representación instantánea y exacerbada: la del sexo en estado puro, despojada no sólo de toda seducción, sino incluso de la virtualidad de su imagen –sexo tan próximo que se confunde con su propia representación: fin del espacio perspectivo, que también es el de lo imaginario y el del fantasma– fin de la escena, fin de la ilusión»[2]. La falta de distancia y la exposición hiperrealista aniquila toda negatividad y anula cualquier posibilidad de accionar erótico dando paso a la exhibición pornográfica, es decir, a la lógica capitalista donde todo se reduce a mercancía. La destrucción de la transgresión erótica se consuma en el porno cotidiano de la irradiación transparente. Esa irradiación carente de luz –que no alumbra sino penetra— que hace todo transparente. Desprovista de la luminosidad que engendra la tensión negativa, esta ausencia de luz impide la representación de las acciones y la liberación de las pasiones en el teatro del mundo. Sobre el cadáver de la negatividad hoy se erige la transparencia o sea, la exposición pornográfica. Esa irradiación transparente ha convertido al Ejército Zapatista de Liberación Nacional en una pornoguerrilla. La guerrilla de la transparencia. Una guerrilla sin color, desprovista de toda singularidad, que se despidió de la insurrección renunciando a toda tensión negativa. En el trascurso de su Larga Marcha hacia la positivización, el EZLN ha experimentado una profunda metamorfosis que concluye en la absoluta domesticación que hoy les amolda a un nuevo espacio de confort, apoltronándose en la dimensión del precio. El neozapatismo hoy puede sintetizarse como la “guerrilla” del espectáculo, por eso su apuesta por los medios telemáticos y la reciente incorporación de la farsa electorera a su amplio menú de opciones. Sin duda, el mayor de los hermanos Marx tenía razón en aquello de la repetición de la historia: primero como tragedia, luego como farsa[3]. Hoy, la farsa se refleja en múltiples espejos de actos pornográficos de un leninismo posmoderno que se ha venido despojando de todos sus lastres, arrojando por la borda a tiranos y verdugos que presagiaban su inexorable destino trágico. Bajo el maquillaje de la transparencia, la tolerancia, la horizontalidad, la autonomía y el confederalismo democrático, se disponen para la nueva película abusando del close up biológico. Algunos cambios imperceptibles acomodan el guión y cambia la locación del rodaje: de la Selva Lacandona se traslada a las montañas del Rojava en el legendario Kurdistán. El cartel que avisa el estreno nos muestra un nuevo protagonista. En los avances se deja ver en un privilegiado primer plano a Abdullah Öcalan posando con una ajustada tanga rojo y negra. Un intrépido zoom al pecho nos muestra a todo detalle una flamante A circulada tatuada con esmero sobre un desvanecido garabato que aparenta haber sido una hoz y un martillo. De nueva cuenta su irradiación pornográfica provoca esa suerte de coacción icónica que se propaga por contagio desatando una nueva epidemia viral que comienza a inundar las redes telemáticas de hipercomunicación anestésica. El “movimiento anarquista”, una vez más, no queda exento de su alcance.
Gustavo Rodríguez.
Planeta Tierra, 19 de marzo 2017
Notas:[1] Ver El “Otro Circo” y su resplandor cegador –Reflexiones a propósito de la Otra Campaña y su lógica recuperadora (Anexo III). [2] Baudrillard, Jean, De la seducción, Madrid, Ediciones Cátedra, 2011, p. 34 ss. [3] Vid, Marx, K., El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Longseller, Buenos Aires, 2005, p. 17. La frase puede leerse al comienzo del libro y reza así: “Hegel dice, en alguna parte, que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se repiten, para decirlo de alguna manera, dos veces. Pero se olvidó de agregar: la primera, como tragedia, y la segunda, como farsa”. *El presente texto, pertenece originalmente como Prólogo a la edición en Castellano del libro Detrás de la máscara: más allá de los pasamontañas del sureste mexicano, Charles Reeve, Sylvie Deneuve y Marc Geoffroy. Editora y Distribuidora Pensamiento Ilícito, Marzo 2017, México D.F. con la Introducción de Massimo Passamani. Traducción de la edición en inglés (Beyond the balaclavas of South East Mexico Elephant Editions, London, 2003): Luis Prat. Título original: Au-dela des passe'montagnes du Sud-Est mexicain Collection Breve/Meteorite (3), Paris, 1996. Imágen de la Portada de James Bonachea. Read more ... |
Posted: 26 Dec 2017 01:33 PM PST
Dedicado a mi amigo Simón con afecto y admiración.”Gracias por haberme tocado la espalda, estaba distraído”
Despierta Simón, que tu alma eligió la justicia de los pueblos Despierta Simón, que el conocimiento te dará herramientas para hacer lúdica la responsabilidad de tener poder Despierta Simón, que toca experimentar vivir Despierta Simón, ¡que el empoderamiento es de libertario! Despierta Simón, que siempre tendrás maestrxs Despierta Simón, que tú lucha será justa Despierta Simón, que la conciencia te dará valor Despierta Simón, que siempre tendrás tiempo de compañerxs y soledad Despierta Simón, que la humildad es un gran valor Despierta Simón, que cuestionar sirve Despierta Simón, que pensar es privilegio y creación Despierta Simón, que no existirá la dualidad mientras sepas reconocer que también tienes sombras dentro de ti y aceptarla es integridad Despierta Simón, que la culpa es condición de vivir, pero no te abrumará cuando entiendas la diferencia entre “precio y prenda”. Despierta Simón, que es hora de jugar Despierta Simón, que es hora de amar Despierta Simón, que es hora del arte Despierta Simón, que hay que seguir jugando Despierta Simón, que no por nada tienes el nombre de, “un hijo del pueblo”
Facundo Martín Coquibus
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