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De Venezuela: la mentira más grande del mundo
Pablo González Casanova
ALAI
AMLATINA, 13/04/2018.-
Nunca el imperio había mentido
tanto como lo que hoy ignora en relación a un poder perdido.
Las
ridículas y pedantes amenazas
de su Gran Jefe, como supuesto defensor de la democracia, son
vistas como las
de un demente que al amedrentar al mundo con su inmenso
poderío, a nadie
convence con sus desplantes y mentiras. Preocupan sus
declaraciones y
decisiones por la ferocidad insana que expresan, y que puede
terminar en un holocausto,
que él mismo viviría, en sus últimos momentos, y haría vivir a
los suyos y al
país en que gobierna.
El
problema es aún más grave
porque Mr. Trump, con su amenazadora cólera de Zeus tronante,
es sólo una
expresión de la crisis y ceguera que padecen las clases
dominantes de su
imperio, y de otros que en una ofensiva mundial lo apoyan,
combinando su
silencio cómplice con sus medios de comunicación masiva, en un
concierto de
intereses y codicias comunes.
Las
potencias dominantes y los
distintos apoyos financieros, miliares, políticos y mediáticos
de que se
sirven, por lo general dejan a un lado sus distintos estilos
de dominación y
acumulación y arremeten en función del poderío de sus dueños y
señores, y de
los intereses que unos y otros pretenden defender como valores
respetables y de
los que cada vez se burlan más como: ¨la democracia¨, “los
derechos del
hombre”, y el “estilo de vida” civilizado, honorable y
eficiente.
En el
caso de Estados Unidos, los
“intereses y valores” que realmente mueven a los señores de
las grandes
corporaciones, los llevan a apoyar, en sus zonas de influencia
y en las
regiones que dominan, ---para el caso en América Latina y el
Caribe--, a
gobiernos golpistas, hoy encabezados por los nuevos ricos
multimillonarios,
como Temer en Brasil y Macri en la Argentina, mientras
erosionan el poder de
los gobiernos y movimientos de tendencia socialista,
nacionalista o
moderadamente patriótica, a los que debilitan con variadas
medidas de
represión, de corrupción, de cooptación, de presión y
desestabilización, como
lo han hecho contra la propia Cuba invicta, y contra la cada
vez más
contradictoria Bolivia, y la ya muy deshecha Nicaragua, o el
ya traicionado
Ecuador.
Es
más, como muchos de los
triunfos de pasadas revoluciones y rebeliones o movimientos
progresistas han
sufrido, con el tiempo, crecientes contradicciones, en todos
ellos y en las
recientes luchas y victorias democráticas y sociales, impulsan
políticas que
hacen caer a los países víctimas en una incesante
desestructuración, desintegración,
desorganización. Para eso se sirven –con muchos otros
recursos-- de las
crecientes contradicciones en que caen los regímenes de
antiguas revoluciones
como la mexicana, o de los gobiernos populistas y sus
sucesores, como los de
Brasil y Argentina. A todos les
aplican
medidas de efectos directos e indirectos que, al impulsar la
cultura de la
negociación y de la globalización neoliberal privatizadora del
Estado, han
promovido en grande, de un lado, la cultura del
individualismo, del
enriquecimiento multimillonario y de la macro-corrupción, y de
otro, el
desmantelamiento del Estado-Nación, o de sus poderes, sus
empresas y recursos
estatales y nacionales, así como la pérdida de sentido del
“interés general” y
el “bien común” en los partidos políticos.
Descartadas
ideologías y
programas en las luchas políticas, con alternativas que tengan
alguna
posibilidad de cumplirse, ya sea en lo social o en lo
nacional, los proyectos
de futuro se limitan a ofrecer dizque dar término a la
corrupción o al
narcoterrorismo sin explicar cómo lo harán. Partidos y
políticos profesionales
del gobierno en turno y de la oposición, ni siquiera defienden
un programa
político que impida el despojo de los recursos de la nación, o
incluso uno
moderadamente patriótico, que se proponga defender la
educación pública de las
ciencias, las técnicas y las humanidades a todos los niveles,
y capaz por su
política financiera y económica de proporcionar empleo y
seguridad social a los
egresados por brillantes que sean. Es más, ningún partido
político presenta y
defiende un programa de
control
monetario y productivo o de servicios o que proponga las medidas necesarias para
dar fin al terror, y
al sistemático despojo del suelo y el subsuelo
de la nación con el consiguiente desempleo de
inteligencias y
brazos, causa
fundamental de las
crecientes emigraciones de campesinos ya despojados de sus
fuentes de vida y de
trabajo por las grandes corporaciones agrícolas, mineras,
industriales que
mediante los sicarios imponen el terror y el narcotráfico, los
dejan sin
seguridad alguna, sin
territorio ni
tierra, sin agua, alimentación, salud…
Así,
mientras ningún partido o
movimiento institucional defiende un programa coherente que
permita salir de
tan grave situación, surge un creciente rechazo a los
emigrantes que intentan
refugiarse en los países sede de las corporaciones y del poder
imperial.
Desestructurados lo países en desarrollo –así sea este
desigual— de hecho los
partidos ya no tienen nada que ofrecer, y que puedan cumplir
si ofrecen. Su papel
en la democracia simulada,
neoliberal y globalizadora, rapaz--es obtener puestos pagados
de elección
“popular” cuyos agraciados hagan negocios con la venta de los
bienes que el
Estado aún conserva-, a sabiendas de que si llegan a ser
acusados de corrupción
nada les pasará, y si llegan a ser denunciados nadie los
enjuiciará, y si son
sancionados, nadie los perseguirá, y si los persiguen nadie
los encontrará.
Todo eso ocurre, porque de principio a fin y de arriba abajo,
corrupción y
capitalismo tardío forman parte del actual sistema global y de
su
funcionamiento como política de la acumulación por despojo y
de explotación de
los recursos humanos y naturales con las tecnologías más
avanzadas y la mano de
obra más mal pagada, cuando no esclavizada, o tributaria y ya
despojada de sus
antiguos recursos por lo sicarios del gran capital y de los
gobiernos aliados
subordinados.
Como
los beneficios de acción
formal y legal caben en el orden de los delitos, para sus
beneficiados
principales del centro y la periferia los grandes bancos, que
dominan el
sistema, han establecido sus propias redes de “paraísos
fiscales” que de paso
sirven para no pagar impuestos al fisco y para esconder los
miles de millones
hurtados con un efecto conocido por el que viejos y nuevos
multimillonarios y se
enriquecen más y más con
todo tipo de alianzas y
apoyos de las corporaciones y bancos,
hechos con los que se convierten más y más en estados
tributarios que con un
lenguaje engañoso corresponden a crecientes tasas de interés
por las crecientes
e impagables deudas. Todo eso ocurre en una recolonización
financiera que
cuenta a más de las empresas calificadoras como “Moodys” y con
las redes de
“bancos vampiros”, dependientes ocultos de la gran banca o de
pequeños Shylock
piadosos.
Esos y
muchos otros rasgos de
dominación y acumulación son los que caracterizan al sistema,
y los que éste
sigue defendiendo, con el aberrante pretexto de que
corresponden a las más
novedosas y eficaces políticas científicas y a la lucha por la
democracia y la libertad,
argumentos con los que atacan en una guerra integral, formal a
informal,
pacífica y violenta a todos los movimientos y
países que atentan contra sus “valores e intereses”
entre los países de
los que han decidido hacer víctima “privilegiada” a l actual
gobierno de Venezuela.
El
gobierno de Estados Unidos
–con el apoyo de las grandes potencias de Occidente- lanza hoy
la más feroz
ofensiva contra el pequeño y valeroso país de Venezuela, a
cuyo patriótico,
rebelde y democrático gobierno acusa con indignación y saña de
oprimir y
hambrear a su pueblo, cuando en realidad es un país que con su
gobierno y la
inmensa mayoría de su pueblo, está plenamente identificado con
una de las más
grandes luchas liberadoras de nuestro tiempo.
En ofensiva integral y
creciente el gobierno de
Estados Unidos y el complejo empresarial, militar, político y
mediático de que
aquél forma parte, muestran la misma saña que, desde 1959, han mostrado contra la revolución cubana, en que hoy mismo no sólo
esperan que la situación
les sea más favorable con el creciente peso que el mercado
negro adquiere, y con
la eliminación de sus
necesarios proveedores de
combustibles, que de seguir recibiendo puedan permitir a Cuba pasar nuevamente a un
mayor desarrollo
igualitario. Fomentan y toleran, por eso, el creciente mercado
negro, y crean
ellos mismos, misteriosos e improbados ataques con “sonidos
criminales” que
hacen víctima a buena parte del personal de la embajada
Norteamérica, y a nadie
más de los alrededores. Con semejante engaño pretenden renovar
el miedo a la
vecina “dictadura comunista” con la que “es imposible tener
buenas relaciones
cabales”.
Paradójicamente
–como ya ocurrió
en la larga historia del proceso revolucionario en Cuba — hoy,
frente al
sostenido y creciente ataque contra Venezuela, ni el propio pueblo venezolano, ni el poderoso imperio
que con sus
incontables engaños dice hacer
“todo lo
posible por salvar al pueblo venezolano de una nueva y feroz
dictadura”; ni el
imperio ni el pueblo empobrecido y rebelde logran derrocar al
“criminal e
inepto gobierno”…, por lo que el imperio se ve obligado a
añadir otro gran
engaño, sosteniendo que la situación política
de Venezuela
representa sobre todo “un gran peligro
para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Si
semejante argumentación de la
gran potencia no es del todo nueva, pues si antes decía
defenderse del proyecto
“comunista”, hoy es francamente ridícula cuando en la mayor
parte del mundo
reina el capitalismo, y el gobierno de Venezuela está muy
lejos de constituir
un peligro para la seguridad de Estados Unidos por oprimir
bárbaramente –según
lo acusan-- a su propio pueblo. En realidad es obvio que el
superpoder imperial
esconde algo más bajo la supuesta defensa del pueblo de
Venezuela para librarlo
de un gobierno inepto, represivo y corrompido, y para dizque
contribuir a que
en el país se instale otro gobierno, que sí respete la democracia y la libertad
del pueblo
venezolano, tal y como la entiende el imperio por ejemplo en
los casos de
Brasil y Argentina donde recientemente, con los tristemente
famosos “golpes
blandos” “triunfe la democracia” al poner en la silla
presidencial a un Temer
en Brasil y en Argentina a un Macri, dos connotados
millonarios que han
adquirido su inmenso haber en formas
ilegales comprobadas.
Lo
extraño es que semejantes
argumentos contra Temer y Macri, en el caso de Venezuela, han
logrado un silencio
cómplice y un gran apoyo
entre las grandes potencias del
Mundo Occidental, de sus gobiernos y de sus
medios de comunicación masiva, que en uniforme versión de la “realidad ” hoy, más que
ayer, obedecen a una
subsidiada acometida
informática favorable a quienes con millones de dólares
subsidian a los
“medios”, y que por tener los mismos intereses que el gobierno
de Estados
Unidos se suman a la lucha contra “el bárbaro, cruel e inepto…
gobierno de
Venezuela”.
La
denuncia de la “barbarie” y de
“las barbaridades” del gobierno venezolano contra su propio
pueblo, muestran
una extraña coincidencia con los argumentos del Gobierno en
turno
norteamericano y, de hecho, corresponden a
una bien coordinada campaña apoyada, tanto en diarias
imágenes
fotográficas y fílmicas de valientes aficionados, como en
fotos y películas
profesionales de los grandes canales de televisión, a las que
se añaden análisis
críticos respetables publicados en
las páginas editoriales de los grandes diarios del mundo, y
comentarios y
noticias que los “pintan como son” en
numerosas y no menos globales “redes sociales” y hasta
en los apoyos que
el gobierno de Estados Unidos recibe en amplios círculos de
sus dependencias,
así como en los foros económicos y políticos que defienden
“los derechos del
hombre”, apoyos que se acompañan de cierta admiración y elogio a quienes han
realizad un “golpe
blando” que a manera de
“impeachement” estaban hasta hace poco por dar en
Venezuela…cuando, para el
desagrado mayúsculo de los apátridas sufrieron una gran e
inesperada
derrota cuando el
gobierno venezolano,
tan criticado por inepto y autoritario, convocó a elecciones
generales para la
instauración de un nuevo Congreso Constituyente
que de veras represente al pueblo, y realice elecciones
en las que la
mafia, supuestamente “democrática” se niega a participar, con
ridículos
pretextos de perdedora, y a sabiendas de que sólo lograría
mostrar en ellas
contar con una inmensa
minoría e
impopularidad ciudadana.
Y aquí
es el momento de aclarar
qué otras medidas han montado el imperio, y las fuerzas
oligárquicas
empresariales locales y de los países vecinos, como Colombia,
Brasil y la
pequeña colonia que conserva Holanda,
todas destinadas a desestabilizar y derrocar, al
gobierno “enemigo de la
Civilización”, de “la
Democracia”, de
los “Derechos del Hombre” y de “la seguridad de Estados
Unidos” A esa
aclaración será necesario añadir otras más, que el
imperialismo ha empleado en
intervenciones anteriores, especialmente
una que parece haber perfeccionado con el auxilio de
las tecno-ciencias
de la complejidad y de la comunicación, que para el caso
corresponden a la
construcción mentirosa de hechos
que
comprueban las acusaciones hechas y otras nuevas mentiras en que aparezca
el ineficaz gobierno y
sus instituciones como
lo que no son. También se hace necesario
descubrir cómo no se trata sólo de lanzar engaños y mentiras
sino de “sembrar
pruebas de la punible, cruel e inescrupulosa política” que cae
en derecho
penal, y den lugar a un procesamiento humanitario y judicial
por jueces y
tribunales que las grandes y humanitarias potencias integran y
dominan, y que
ahora es más conocido cuando los tribunales del imperio y sus
aliados juzgan a
los gobiernos de las naciones recolonizadas.
A la
síntesis de esos hechos
habrá que añadir también otra circunstancia significativa, y
es que tamaña
mentira no es sólo es
achacable al
gobierno de Trump y de las oligarquías criollas, sino que por
lo menos empezó
durante el gobierno
neoliberal y
globalizador del
presidente Barack Obama, lo
que nos obliga a repetir estos hechos para
no seguir extendiendo la
creencia de que
se trata de la política de un presidente mentalmente insano,
sino de una medida
acostumbrada por el imperio falsamente atribuida al gobierno
de un paciente
mental metropolitano, y
cuando en
realidad es una más de las tradicionales y renovadas
intervenciones del imperio
y sus aliados y
subordinados locales y
regionales.
Pero
incluso hasta aquí no
habremos logrado hacer la síntesis de la mayor
mentira del mundo, si no aclaramos qué otra gran razón
se esconde bajo
la “noble lucha”, pero para preguntarnos: ¿Por qué tan grandes
batallas y tan
poderosas fuerzas, con tamañas técnicas y políticas antiguas y
modernas ahora
renovadas y enriquecidas con las nuevas ciencias y
tecnociencias no han logrado
derrocar al supuesto gobierno dictatorial y bárbaro de
Venezuela, que destruye,
desgobierna, empobrece y hambrea a su propio país? ¿Por qué?
En un
análisis mínimo de los
intentos de derrocar al actual gobierno de Venezuela pueden
destacarse además
algunas de las múltiples razones y políticas por las que la
resistencia
venezolana ha triunfado y seguirá triunfando.
La
exponencial capacidad de
resistencia comenzó desde que el comandante Chávez mostró, en
las palabras y
los hechos, que la revolución venezolana tiene un carácter
antiimperialista y
anticapitalista y que se debía y podía organizar una nueva
fuerza apoyada por
el ejército bolivariano venezolano y a cargo de un creciente
sistema de poder
basado en la estructuración de comunas y de redes de comunas,
sus consejos y
comisiones promotoras y coordinadoras.
En
Venezuela se ha construido ya
una resistencia invencible, que el presidente Chávez formuló y
su sucesor
Nicolás Maduro continúa, enriquece apoya y explica, tanto en
cada uno de sus
actos de gobierno como en sus discursos y entrevistas. En
todos ellos aparece
con fuerza la
coincidencia que sus
palabras tienen, tanto en los hechos como en la estructuración
de “la realidad
ética” de que el
general Hugo Chávez
Frías fue precursor con un nuevo
proyecto de
revolución, no sólo venezolana sino bolivariana, ni
sólo original por el
hecho de que fue apoyada
desde el
principio y hasta ahora con éxito y creciente poder, tras el
fallido intento de
golpe de unos militares traidores dominados y encarcelados por
su propio
congruente ejército
apoyado por una
inmensa multitud de los pueblos que bajaron de los cerros
circundantes de
Caracas para liberarlo y protegerlo, convencidos de que era el
más valioso defensor
del pueblo con los del propio
pueblo. Chávez pudo continuar así con más fuerza, firmeza y
apoyo un camino
que, entre variaciones concretas, tiene y tendrá una
efectividad universal con
aquellos ejércitos que se unan por convicción ética y política
a los
empobrecidos pueblos del mundo.
Pueblos
y ejércitos que hagan
suyo el interés general podrán construir y construirán otro
mundo sin duda
posible, en que la organización de la vida y el trabajo sean
capaces de
alcanzar la práctica concreta de la libertad, de la justicia y
de una genuina
democracia estructurada como poder de los ciudadanos, en todo
diferente a la
que deja fuera y hasta sin el derecho formal de ser
considerados como
ciudadanos a los
pobres de la tierra,
siervos, medieros o asalariados y otros que siendo
“desparecidos” en creciente
número han sido reducidos a la esclavitud .
Si en
las alternativas al mundo
actual, el movimiento del 26 de julio en Cuba y el del EZLN en
México han
abierto caminos de vida, libertad, justicia y democracia que
son referente
universal, a ellos se
añade hoy el que
en Venezuela inició el general revolucionario Hugo Chávez
Frías no sólo al
expresar formas éticas e ideológicas de las
que Nicolás Maduro es fiel e intachable heredero; sino
de
formaciones de lucha
en que la moral se
fundamenta o practica con la
estructuración en los hechos y va mucho más allá de las
palabras sobre una
sociedad “libre”, “democrática” y “socialista”. Va de las
palabras a los
hechos.
Así
cuando queremos aclarar por
qué no ha logrado la gran mentira derrocar al gobierno
revolucionario de
Venezuela tenemos que explorar, tanto lo nuevo en los ideales
y valores de los
insumisos, como los que se hacen realidad en la variada
organización de la
resistencia militar a la que se suma la fuerte y estructurada
resistencia
intelectual y moral, que fortalece los valores con palabras y
hechos.
A
tamaña unión se añaden otras
fuerzas no menos importantes, que de un lado incluyen el poder
defensivo en
esta guerra integral –llamada de IVa generación- cuyo campo de
lucha
abarca todas las
actividades materiales
e intelectuales, financieras, económicas, políticas y bélicas,
articuladas
entre sí, y en las de no menor
importancia, que no sólo respetan y hacen respetar las
diferencias
religiosas y filosóficas, sino con las que en el caso de
Venezuela identifican
su manera de pensar con las de creer y hacer de
dirigentes, como lo hizo reiteradamente Chávez, con el
catolicismo en lo
religioso, con el marxismo en lo científico y lo
revolucionario, y con el
liberalismo ilustrado y radical, como el que Bolívar –Padre de
la Patria--
representa en Venezuela con las
ideas
que vinieron de la Ilustración y de la Revolución Francesa y
que en
Hispanoamérica se reformularon por Bolívar al proponer como
meta a alcanzar, un
gobierno en que se estructure “la soberanía del pueblo, única
autoridad
legítima de las
naciones”, y por eso,
capaz de imponer, con su poder organizado, “la máxima
felicidad posible de
todos los habitantes”, y capaz de lograr como realidad, la
unión de nuestros
países en una gran nación que los incluya.
Llegados
a este punto podemos
trazar un esbozo mínimo de una visita real, a una pequeña
ciudad, que ya se
encuentra en el seno de la nación venezolana.
Se trata de una ciudad en la que el poder político y
todas las actividades
de la misma están a cargo de una comuna de comunas. Vemos así
que en ella, cada
comuna o grupo de comunas, y su labor coordinadora acordada,
han construido sus
casas y las habitaciones donde duermen, se asean y trabajan,
con materiales e
instrumentos que salen del cerebro y los brazos de sus
habitantes. Las
distintas comunas cultivan sus necesarios alimentos, como el
pan, las verduras,
las frutas, las carnes de ganado menor, más abundantes de las
que provienen del
ganado mayor y las que obtienen de algunas aves como las
gallinas, o como el
agua que beben y que extraen de los pozos que
han cavado y purificado, en que
atendiendo la útil división del trabajo los lleva a
completar lo
necesario con el
trueque y sus
mercados, en los que a más del trueque usan una la
cripto-moneda llamada
“petro” que emite el estado venezolano y que ya ha sido
aceptada en el mercado
internacional por algunos países de Oriente. A la organización
del mercado
añaden la de varias comisiones destinadas a atender los
problemas de la salud,
de guardería y educación de niños, o de jóvenes y adultos, y
en ese terreno…
destaca un increíble proyecto, el de la formación de cuadros
revolucionarios y
de una fuerza defensiva que está preparada para coordinarse
con el ejército
nacional bolivariano. El número de los contingentes preparados
y armados
alcanza la cifra de 400 000 jóvenes de ambos sexos,
adiestrados por las
comisiones de los comuneros de la nación venezolana. 200, 000 de ellos están
adiestrados y armados
para la lucha, otros 200,000 están adiestrados, y aunque
carecen de armas,
vitalmente participan en la defensa de la Patria para que
conforme los que ya
están armados pierdan la vida en la batalla heroica ellos
hagan uso de sus
armas. Y allí no queda el proyecto, sino que según supimos
tiene como meta
alcanzar un contingente cercano a un millón de integrantes…
Mucho
podría contarse de nuestra
visita a esta ciudad de las comunas, pero no cabe duda de sus
capacidades
concretas para enfrentar las políticas con que ayer el
imperialismo derrocó a
Salvador Allende y con que amenaza destruir a Venezuela: ya ni
una puede
funcionar, ni la devaluación de la moneda, ni el ocultamiento
de víveres, ni
mucho menos el ejército bolivariano en las antípodas del pobre
diablo de
Pinochet.
Ya
puede la mayor mentira del mundo seguir armando
crecientes formas de ataque
como la que busca con los países que mandan a sus seguros y
serviles jefes de
Estado a la reunión del Ministerio de las Colonias y, apoyen en realidad la mayor mentira del mundo para
apoderarse de la
mayor reserva de petróleo del mundo
Ahora
sí, en los hechos ¡no pasarán!
México, 12 de abril de 2018
- Pablo González
Casanova
es Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).
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