Boletín diario del Portal Libertario OACA |
- La cultura de la enajenación
- Internet, determinismo y propaganda
- 26 de abril, presentación de "Anarquismo frente a los nacionalismos"
Posted: 24 Apr 2018 10:56 AM PDT
La enajenación se produce cuando la persona se siente respecto a sí misma como un extraño, sus actos ya no le pertenecen y las consecuencias de los mismos pasan a convertirse en dueños suyos, se subordina a ellos e incluso los idolatra; grandes pensadores contemporáneos, como Erich Fromm, consideran que se trata de uno de los efectos perniciosos del capitalismo.
Con la enajenación, puede decirse que hablamos de un proceso de cosificación, en el que la persona no se relaciona productivamente consigo misma ni con el mundo exterior. Antiguamente, las palabras "enajenación" o "alienación" se referían a la locura, a la persona desequilibrada por completo. En el siglo XIX, Marx y Engels utilizaron esas palabras, no ya como una forma de locura, sino como un estado en el que la persona actúa razonablemente en asuntos prácticos, pero constituye una desviación socialmente moldeada en la que los propios actos se han convertido en "una fuerza extraña situada sobre él y contra él, en vez de ser gobernada por él". Pero Fromm nos recuerda una acepción mucho más antigua, referida en el Antiguo Testamento con el nombre de "idolatría". La idolatría, tal y como sostiene la tradición, sería la situación en que el hombre invierte sus energías y creatividad en fabricar un ídolo, para después adorarlo y verter sus fuerzas vitales en esa "cosa". El ídolo no es ya el resultado de un esfuerzo productivo, sino algo exterior al hombre y por encima de él, al que acaba sometiéndose. La enajenación es el ídolo como representación de las fuerzas vitales del hombre. Todas las religiones desembocan en este concepto de idolatría que explica Fromm, el hombre proyecta sus capacidades en la deidad y no las siente ya como suyas, en un proceso de difícil reversión.Toda subordinación puede considerarse un acto de enajenación e idolatría. Pero el fenómeno idolátrico no se produce solo en un plano sobrenatural, tantas veces lo adorado de ese modo es una persona (en el terreno personal, en el amor, o en el sociopolítico, con el jefe o el Estado y, me atrevería a decir, en el vulgar caso de los ídolos deportivos). En este caso, el ser alienado proyecta todo su sentimiento, su fuerza y su pensamiento en la otra persona, sintiéndola como un superior. No se concibe al otro, ni a sí mismo, como un ser humano en su realidad y se ve al "superior" como portador de potencias humanas productivas. En la teoría de Rousseau, y en el totalitarismo posterior, el individuo renuncia a todos sus derechos y los proyecta en el Estado como único árbitro. Se rinde culto, en plena enajenación, a alguna clase de ídolo: Estado, clase, partido, grupo... También puede hablarse de idolatría y enajenación, no solo en relación a otra persona, también en relación a uno mismo. Cuando uno se somete a pasiones irracionales, como el ansía de poder, ya no se siente con las cualidades y limitaciones de un ser humano, sino que se convierte en esclavo de un impulso parcial proyectado en objetivos externos y capaz de someterle. Aunque se tenga la sensación de hacer lo que se quiere, la persona es arrastrada por fuerzas independientes de ella, se siente una extraña para sí misma y para los demás. Lo común a todo fenómeno idolátrico (a una deidad, a un jefe, al Estado, etc.) es la enajenación, el hombre es ya un portador activo de sus propias capacidades y riquezas, sino una "cosa" reducida dependiente de poderes externos en los que ha proyectado su fuerza vital. Fromm insiste en que la enajenación forma parte de la historia de la humanidad, aunque difiera de una cultura a otra en su especificidad y en su amplitud. En la sociedad moderna, todas las cosas que el hombre ha creado han acabado situándose por encima de él y no es ya el creador y el centro de las mismas, sino su servidor. La definición más acertada sería que el ser humano, enajenado de sí mismo, se enfrenta con sus propias fuerzas, encarnadas en cosas que él mismo ha producido. En este escenario, en un proceso avanzado de industrialización, el trabajador se encuentra despojado de su derecho a pensar y a moverse libremente. Apatía o regresión psíquica, son los resultados de acabar con la creatividad, con la curiosidad y la independencia de ideas en el trabajador. Pero Fromm también atribuye a los jefes o directores un papel enajenador, a pesar de manejar presuntamente el todo de la producción, se muestran enajenados del producto como cosa concreta y útil. Director y obrero tratan con monstruos impersonales, un descomunal gobierno político y/o económico, que determinan sus actividades. El fenómeno más significativo de una cultura enajenada es el de la burocratización. Los burócratas, políticos o económicos, se relacionan de modo impersonal con las personas, las manipulan como si fueran cifras o cosas. Los directores al servicio de la burocracia son inevitables en un contexto en el que el individuo se enfrenta a una vasta organización y a una extrema división del trabajo que le impiden observar el conjunto y cooperar de forma espontánea y orgánica con sus semejantes. Antiguamente, los jefes fundaban su autoridad en un orden divino; en el capitalismo moderno, el papel de los burócratas se considera sagrado al escapársele al individuo singular el funcionamiento de las cosas. La exacerbación de esta situación de burocratización, como fenómeno de una cultura enajenada, se dio en los Estados totalitarios, pero permanece en el Estado democrático y en el mundo de los negocios del capitalismo. Por muy libre que se considere uno en una situación personal, como es el caso de los pequeños propietarios, se sigue formando parte de un mundo enajenado, en los aspectos económicos y sociopolíticos a nivel general.
Capi Vidal
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Posted: 23 Apr 2018 06:14 AM PDT
Las nuevas relaciones impuestas por la sociedad tecnológica son el paradigma de la superficialidad y vacuidad. Reflejan la impostura en la que se vive y despojan al individuo de la verdad inherente de su pensamiento primigenio, sustituyen lo real por lo virtual y lo virtual por lo real. La imagen que proyecta el individuo debe ser absorbida por el aparato tecnológico para ser transformada en información que posteriormente sirve como referencia a los intereses del mercado de consumo que suprimen la individualidad a través del deseo por los bienes y la mercancía.
La sociedad de la información no es necesariamente la sociedad de la comunicación. Internet no comunica al contrario, aísla en mayor grado cuanta más información (ya sea verdadera o falsa) circula por la red. La tecnología por lo tanto atomiza al individuo y divide a la sociedad en fragmentos cada vez más pequeños debido a la multiplicidad de opiniones, pensamientos y creencias que surgen de los acontecimientos y rigen las tendencias creadas por la propaganda que afectan en mayor o menor grado al conjunto de la sociedad. Internet como nuevo medio catalizador del consenso social incrementa el poder de la tecnología -y por lo tanto de los poseedores de la misma- implementando políticas de control y dominación sobre la población mucho más efectivas que en tiempos pasados al monitorizar la opinión pública a tiempo real y ejerciendo a la vez un control exhaustivo sobre la disidencia para sustituir la vigilancia por la auto-vigilancia consentida en nombre de la seguridad. Una visión optimista o pesimista de la vida puede estar determinada por las circunstancias de cada persona. Sin duda. Sin embargo dicha visión no deja de ser particular y no tiene por qué ajustarse a la visión general que afecta al resto de toda la sociedad. Por lo tanto esta visión particular y fragmentada del mundo puede enmascarar y falsear la realidad por la cual se rigen los acontecimientos que suceden en éste y que afectan inexorablemente a todas las personas. Siempre hemos estado en guerra. Los mundos idílicos creados por los propagandistas al servicio del Poder son un producto del Sistema para justificar los conflictos de toda índole y engañar de un modo razonable a la sociedad de manera que la vida se desarrolle por unos cauces aceptables.
Sumisión a cambio de seguridad, diversión y entretenimiento a cambio de explotación. Negatividad a cambio de cierta positividad o malestar a cambio de bienestar. Todo tipo de intercambio que se pueda dar para justificar el sistema de dominación y el estado de guerra.
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Posted: 23 Apr 2018 01:54 AM PDT
Sede de la FAL (C/. Peñuelas 41), 19:00 h. Un sector del anarquismo, al apoyar a los nacionalistas, ha perdido la trabazón con los obreros, pero parece haber encontrado un lazo bastante sólido con la clase media y el nacionalismo. El derecho laboral se ha hermanado con la libertad de los pueblos, y las papeletas electorales, con la acción directa. Queremos denunciar cómo el nacionalismo ha sido asimilado por la izquierda política y ha contribuido a distraer a los trabajadores de los problemas reales de corrupción, privatizaciones, falta de derechos civiles y laborales, etc. El movimiento obrero desde tiempos de la Primera Internacional siempre ha pretendido ser internacionalista, como sinónimo de cosmopolita o universal. Internacionalismo entendido como la superación de todo tipo de barreras culturales y nacionales que separan a las gentes, a los pueblos, en identidades subjetivas. El socialismo se adhirió a un internacionalismo obrero para hacer frente a las nuevas injusticias sociales que salieron de las llamadas revoluciones liberales, revoluciones burguesas, ante todo. Cuando alguien mezcló el socialismo con el nacionalismo parió el fascismo, para frenar el avance del movimiento obrero y defender los intereses capitalistas, en nombre de un falso anticapitalismo. El anarquismo había vivido siempre en simbiosis con el movimiento obrero, al que había proporcionado ideales y cambios sociales. Cualquier anarquista habría dicho que el nacionalismo no era sino un intento de la burguesía de dividir al proletariado; que el conflicto nacionalista era un falso conflicto (Madrid-Cataluña-Pais Vasco) y que había que combatirlo incluso con armas en la mano, tal y como se aprobó en el Congreso de CNT celebrado en el teatro de La Comedia en 1931. Participarán en la presentación: JOSÉ RAMÓN PALACIOS, Mieres (Asturias), participó en los últimos años de la dictadura en Asturias en los grupos libertarios, pasó por las cárceles de la dictadura y colaboró en la reconstrucción de CNT. En la actualidad es el presidente de la Fundación Anselmo Lorenzo. RAFAEL CID, periodista y escritor. Su dignidad como periodista le complicó su profesión. Fue militante en la clandestinidad del final de la dictadura en el grupo Anselmo Lorenzo y en la reconstrucción de CNT. ELOY MARTÍN. Militante de CNT. Miembro del comité de redacción de Queimada Ediciones. Más información sobre la obra: http://fal.cnt.es/tienda/node/706 Read more ... |
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