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martes, 18 de septiembre de 2018

Tinkunaco 1.699/18 - Revista La Barraca - Editorial de Mempo - La política es el camino, porque todo es política

Por Mempo Giardinelli
La tríada Cambiemos-Bonadío-Clarín avanzó este viernes hacia lo que algunos anticipamos y ya empieza a parecer inminente: una condena irregular a la expresidenta, que dará lugar a un inmediato pedido de desafuero, que al toque apoyará –veloz y servicial– el peornismo parlamentario. Lo que llamamos “La Gran Lula” argentina.
Todos los servicios cloacales que se encargaron a la antipatria se cumplen uno por uno, apoyados en cierta anomia generalizada que define hoy a esta otrora orgullosa república. De hecho son muchos ya los presos políticos del régimen: Milagro Sala es el caso emblemático, pero hay muchos más, como el ex ministro y diputado Julio de Vido, quien acaba de publicar una furibunda carta abierta.
Es sombrío el futuro para los demócratas de esta Argentina neocolonizada, donde la mentira sistemática distrae, estupidiza y embrutece a millones de compatriotas que parecen preferir silenciosos consentimientos en lugar de patrióticas rebeldías.
Por eso mismo la consigna popular es la que siempre repetimos: resistir y hacer docencia cívica; denunciar la estrategia de embrutecimiento y miedo de los economistas del sistema; y defender incondicionalmente la educación y la salud públicas, así como la integridad territorial y la paz. O sea, hacer más política y mejor política. Porque todo es política, como nos recuerda el poema “Hijos de la época”, de la poeta polaca Wislawa Szymborska (1923-2012), galardonada con el Premio Nóbel de Literatura en 1996, que vale la pena tener presente para dar de leer a necios y distraídos, cretinos y contentos.

Somos hijos de la época,
la época es política.

Todos tus asuntos, los nuestros, los vuestros;
asuntos diurnos, asuntos nocturnos
son asuntos políticos.

Quieras o no quieras,
tus genes tienen un pasado político;
la piel, un matiz político;
los ojos, un aspecto político.

Lo que dices, así suena,
lo que callas, también suena,
de cualquier forma, político.

Caminando por el bosque, por la selva,
son políticos tus pasos
sobre un fundamento político.

Los poemas apolíticos son políticos también.
y arriba brilla la Luna,
un objeto no lunático.

Ser o no ser, ésa es la cuestión.
Qué pregunta, contéstame, cariño.
Una pregunta política.
No es necesario siquiera que seas un ser humano
para cobrar importancia política.
es suficiente que seas petróleo,
forraje o materia reciclada.

O una mesa de debates sobre cuya forma
se ha discutido varios meses:
¿dónde negociaremos sobre la vida y la muerte?,
¿en una redonda o en una cuadrada?

Mientras tanto, ha muerto gente,
han muerto animales,
han ardido casas,
y se han perdido campos de cultivo,
como en los tiempos antiguos
no menos políticos.*

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