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lunes, 15 de julio de 2019

Tinkunaco 1.063/19 - Re: Boletín diario del Portal Libertario OACA

Boletín diario del Portal Libertario OACA

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  • Detrás del escenario: Cargas y descargas del montaje de escenarios en conflicto
  • ¿Se está gestando un complot contra Donald Trump?
  • Carta al "Presidente"
  • La resistencia anarquista en el Albaicín (julio de 1936). Los inicios de la Guerra Civil en Granada
  • [Madrid] viernes 12 julio. Perspectivas anarquistas de chalecos amarillos
  • Jornadas de pedagogía crítica de la Federación Libertaria de Madrid
Posted: 12 Jul 2019 11:00 AM PDT
El mundo del espectáculo y en particular, toda esa amalgama de eventos de ocio, culturales, festivos, empresariales, académicos, musicales (conciertos y/o festivales), teatrales… cumplen un importante papel en la estampa de nuestra vida cotidiana. El capitalismo utiliza estos eventos no solo como fuente de ingresos, sino como una puesta en escena constante de sus mecanismos y rituales de perpetuación.
Pero… ¿quién monta todo esto? Pues como casi todo en esta vida, todo este tinglado funciona porque cientos de trabajadores y trabajadoras se mueven en este especialmente precario sector: técnicos de sonido, técnicos de luces, técnicos de video, electricistas, técnicos de pirotecnia, limpieza, transportistas, dependientes, ingenieros, técnicos de hierro (quienes montan la estructura del escenario), toreros, runners, scafos, riggers, climbers, camareros/as,… y por supuesto, el personal de carga y descarga.
La precariedad en el montaje y desmontaje de escenarios es el pan de cada día para todos y todas las trabajadoras que directa o indirectamente trabajan en este sector. Y, por supuesto, la patronal y una compleja red de contratas y subcontratas empresariales se llevan el beneficio a costa del sudor y la explotación del personal trabajador. Queremos centrarnos en esta ocasión en el personal de carga y descarga, en las duras y precarias condiciones a las que los empresarios nos someten.
Si definimos precariedad como una palabra que usamos para referirnos a aquellos puestos de trabajo que acumulan una serie de condiciones que lo hacen precario en cuanto a condiciones de trabajo del estilo: tipo de contrato (si es que lo hay), peligrosidad, bajo salario, cansancio, despidos, cesión ilegal de trabajadores, nula formación en seguridad o incluso falta de equipo de seguridad (algunas empresas no ponen ni el EPI), jornadas extenuantes, estar dado de alta en la seguridad social por menos horas de las que trabajas, indefensión y estafa por parte de empresa y mutua en caso de accidente, cobro por horas, opacas y aleatorias listas de llamada para trabajar, incertidumbre de cuánto dura tu jornada de trabajo, trabajar en condiciones de extremo calor… el curro de carga y descarga- se lleva la palma. No en vano es uno de los sectores que mas siniestrabilidad laboral registra.
El personal de carga y descarga es normalmente puesto por empresas cárnicas que funcionan como falsas ETT´s a la llamada de las productoras (auténtica cúspide de esta pirámide empresarial). Aquí encontramos a multitud de empresas como, BEHIND, SPECTRA, PASE, PENNY, SHOW CO, WORK OUT, ORDAX CREW , VIDEOENLACE EVENTOS, JVC-, entre otras encargadas de poner el personal de carga y descarga. Las productoras, tales como MADRID DESTINO (contrata del ayuntamiento de Madrid), PLANET EVENTS, GRUPO PRISA, DISORDER, FLUGE, LIVENATION, WE Party Group S.L., las productoras específicas de algunos festivales –el MAD COOL tiene la suya propia-, los propios Ayuntamientos, salas de teatro privadas y, toda aquella empresa que organice algún tipo de evento, subcontratan, en muchas ocasiones incumpliendo SU propia ley a través de subcontrataciones ilegales, los servicios de otras empresas para las diversas tareas necesarias para llevar adelante el evento. Los multimillonarios beneficios (dependiendo de la envergadura o la finalidad del evento) obtenidos a través de la publicidad, patrocinadoras, venta de entradas… se reparten a través de la pirámide los beneficios (o los chanchullos y contactos, tan propios del capitalismo) a costa del robo y la explotación de los y las trabajadoras.
Pues bien, algunos trabajadores y trabajadoras del personal y carga y descarga, anarquistas, hemos decidido agitar el sector contra los intereses de la patronal. No queremos seguir aceptando sus condiciones, bajo un “lo tomas o lo dejas”, ni a resignarnos con frases como “el rock and roll es así” que se traduce en o te resignas a las condiciones del sector o te vas al paro. No queremos seguir haciendo voluntarias jornadas de 18 horas bajo, nuevamente, la amenaza del paro. No queremos jugarnos la vida y que los accidentes y lesiones sean una estadística más: con nuestra sangre, con nuestra salud, amasan sus beneficios. No queremos seguir trabajando sin saber ni siquiera que mierda de contrato NO hemos firmado, no queremos encadenar altas y bajas en la seguridad social, queremos saber cuando entramos y cuando salimos de nuestro puesto de trabajo, queremos unos criterios que no se ajusten a los libres deseos de los patrones a la hora de llamarnos a trabajar… y estamos en guerra por ello.
Una guerra que emprenderemos, en tanto anarquistas y oprimidos, con nuestras armas: la solidaridad y la acción directa. Solidaridad con nuestros iguales, haremos nuestra cualquier lucha que emprendamos por cuestionar los designios del Estado y el capitalismo, en este sector u en otro, en este lado del planeta o dónde sea. Acción directa como herramienta de lucha que no reconozca a ningún representante más que nosotros mismos, dejando al margen a partidos políticos, jueces, sindicatos y demás inventos del propio sistema que sola buscan la integración y asimilación del conflicto en sus normas democráticas.
La lucha en los centros de trabajo, en este u otro sector, en este ramo o en cualquier otro no tiene como finalidad dignificar el trabajo. No se puede. El trabajo es una actividad que nos mata, nos embrutece, nos corrompe, nos controla, nos amolda a vivir para enriquecer a otros. Así nunca habrá paz. Mientras exista el capitalismo y unos pocos tengan los medios necesarios (propiedad privada) para desarrollar la vida social y las necesidades básicas y el resto tengamos que vendernos por lo que llaman jornal a cambio de hacerles millonarios, no habrá paz. Mientras siga existiendo de forma paralela a la clase empresaria ese ente llamado Estado, que protege y legisla siempre según los intereses de la clase dominante, no habrá paz. Mientras siga existiendo un mundo industrial arrasador de la tierra, no habrá paz. Mientras haya una sola persona explotada y oprimida bajo la bota de la autoridad llámese estado, capitalismo, trabajo, democracia, patriarcado o las muchas instituciones y formas dominio que el Poder desarrolla y elabora, no habrá paz. Luchamos en este ámbito sin olvidar que toda lucha que pretenda eliminar la injusticia de raíz debe atacar al origen de la desigualdad y la explotación: el sistema social, político y económico del capitalismo, el trabajo,el Estado, la sociedad y la autoridad.
RESPONDAMOS A LA EXPLOTACIÓN EN EL MONTAJE Y DESMONTAJE DE ESCENARIOS: SOLIDARIDAD Y ACCIÓN DIRECTA
VIVA LA ANARQUÍA
Más información: https://detrasdelescenario.home.blog/

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Posted: 12 Jul 2019 10:52 AM PDT
La personalidad de Donald Trump encajaría plenamente en la descripción medica del trastorno conocido como psicosis paranoica pues “su pensamiento es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y aunque esté aquejado de dicho trastorno delirante sería bastante funcional y no tiende a mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la idea delirante” (léase la construcción del Muro con México). En el caso concreto de Trump, estaríamos ante un caso típico de paranoia megalómana, delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión (restaurar el White Power en una sociedad en la que la evolución demográfica provocará que la población blanca será minoritaria en el escenario del 2.043).
Otro rasgo de su personalidad sería el histrionismo que le impele a “ llamar la atención pública y ser temerario en sus afirmaciones sin importarle la opinión de los demás debido a su evidente falta de moralidad”, con lo que se abrió un nuevo frente en EEUU para intentar declarar a Trump "inestable mental" y aplicar la Enmienda 25 de la Constitución que dispone la sucesión del presidente "si el vicepresidente y la mayoría de su gabinete considera que está mental o físicamente inhabilitado para ejercer su cargo", iniciativa que se fue diluyendo por la inexistencia de un candidato de consenso republicano para sustituir a Donald Trump.
¿Por qué no se activó el impeachment contra Trump?
La nueva doctrina geoestratégica conocida como “Guerra Híbrida” sería atribuible al Jefe de Estado Mayor de las FF.AA. Rusas, Valery Gerasimov quien afirmó que “ cada vez es más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo que estarían sustentadas en la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos”, concepto que según medios de comunicación estadounidenses se habría puesto en práctica por primera vez con ocasión de las recientes Elecciones Presidenciales en EE.UU. Así, en la web de investigación “Mother Jones” apareció una versión reducida del informe de los servicios de inteligencia de EEUU en el que acusaban directamente al Gobierno de Putin de estar detrás de “supuestos ataques cibernéticos de hackers rusos para desequilibrar la campaña electoral de Hilary Clinton e inclinar la balanza a favor del supuesto submarino ruso, Donald Trump”.
Según el citado documento de los servicios de inteligencia de EEUU, el Departamento Central de Inteligencia ruso (GRU) con sede en Moscú, considerado el “servicio de espionaje más poderoso y efectivo ruso en la actualidad tras asumir las funciones del primigenio Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) “,se habría servido del pirata informático Guccifer 2.0 así como de la página web DC Leaks.com y de WikiLeaks para “difundir públicamente información de los correos secretos de Hillary Clinton obtenidos mediante hackeo cibernético”. Dicho extremo fue negado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange así como por Donald Trump, quien habría negado insistentemente la existencia de la llamada “conexión rusa”, acusando a la Agencia Nacional de Seguridad y al FBI de “caza de brujas” y de estar implicadas en la filtración de informaciones perjudiciales para su Administración.
Dicho affaire (conocido como “Rusiagate), tuvo como primera víctima colateral al asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael Flynn tras filtrarse que habría mentido al VicePresidente Mike Pence sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Washington y el último golpe de efecto del Fiscal especial Mueller sería Rick Gates quien aceptó declararse “culpable de conspiración financiera”, todo lo cual amenazaba seriamente la estabilidad del Acorazado Trump” pero finalmente, el impeachment fue desechado tras la presentación ante el Departamento de Justicia del informe del Fiscal especial Robert S. Mueller en el que afirmaba “que no hubo colusión de Trump con la trama rusa”.
Soros y la trama anti-Trump
Hasta Eisenhower, la CIA fue únicamente la organización de inteligencia central para el gobierno de los Estados Unidos y estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas del Pentágono, pero los lobbys militar y financiero (ambos fagocitados por el looby judío) no pudieron resistir a la tentación de crear un gobierno de facto que manipulara los entresijos del poder, derivando en la aparición de un nuevo ente (el complejo militar-industrial, en palabras de Eisenhower), refractaria a la opinión pública y al control del Congreso y Senado de los Estados Unidos). En la actualidad, la Compañía se habría transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional ( Homeland Security) y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU ( la Cuarta Rama del Gobierno según Tom Engelhardt) , agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo, verdadero poder en la sombra fagocitado por el “Club de las Islas” de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de una Geopolítica Primus Inter Pares entre EE.UU. y Rusia (G2).
Para evitar un Segundo Mandado de Trump, la Alianza Democracia (DA), megaorganización fundada por George Soros en el 2.005, habría diseñado una estrategia que constaría en una primera fase de utilizar la mass media de EEUU para inocular en la sociedad civil norteamericana las bondades del repliegue de las fuerzas que EEUU tiene diseminadas por todo el mundo y destinar su costo a inversiones en Educación, Sanidad e Infraestructuras vitales.
Así, según recoge el portal ruso mundo sputniknews.com citando al diario The Boston Globe , “está prevista la pronta aparición del Instituto Quincy, think tank patrocinado por los multimillonarios George Soros y Charles Koch para terminar con las guerras sin fin de EE.UU. y cambiar su política exterior”, lo que se traducirá en una drástica reducción en los presupuestos de Defensa. Ello sería un torpedo en la línea de flotación del poderoso complejo militar-industriar de EEUU quien tras el aumento del a presión del lobby pro-israelí de EEUU (AIPAC), habría decidido proceder a la desestabilización de Irán por métodos expeditivos (Operación Persia), por lo que caso de no conseguir neutralizar los planes de Trump y la AIPAC, la segunda fase de la trama diseñada por la DA de George Soros sería truncar su carrera política de Trump por métodos expeditivos (léase Magnicidio), para lograr que EE.UU. retome la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra (Cuarta Rama del Gobierno).
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ -Analista

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Posted: 12 Jul 2019 10:35 AM PDT
Estimado Pedro:
¿La cosa está complicada?
Bienvenido a España.
Si fuera más fácil, estaríamos en otro país.
¿Te juegas mucho?
Yo más, cada día.
Todxs lo hacemos.
Así que toca apechugar.
Te pido que no juegues con nuestro día a día.
Deja de mirarte el ombligo y haz tu puñetero trabajo
¿Que te molaría un horizonte diferente?
A mí también.
A muchxs.
Toca joderse.
Bienvenido a España.
No juegues con nuestro día a día.
Que depende de la aprobación de leyes, presupuestos generales, medidas…
De lo que viene siendo el trabajo de un gobierno, que tan tranquilamente posponéis
indefinidamente.
¿Te gustaría atisbar un futuro más certero en el que confiar?
A mí también, te lo aseguro.
A todxs.
Pero tenemos el que tenemos.
En nuestro caso, el que nos habéis dejado.
Heredado, no elegido.
Así que toca joderse y apechugar.
Bienvenido a España.
Y tú el primero.
¿Tocaría dar ejemplo, no?
Te diría que me da igual cómo, no es cierto, pero sí es cierto que convocarnos de nuevo a
elecciones en noviembre es un poco así como reírse en nuestra cara.
Y por ahí no, ni de coña, que todo tiene un límite. Nuestro dinero, tiempo, energía y estado
anímico lo tienen.
Incluso aquí.
¿La cosa no está fácil?
Bienvenido a España.
Ya que no podemos elegir el juego, la partida, ni las cartas que nos tocan; al menos jueguen las
suyas –que son las nuestras- con un poco de decencia.
No nos merecemos menos.
Sí mucho más.
Gánese el puesto, o al menos súdelo, cúrreselo dignamente.
Porque a mí también me gustaría, cuando no veo el futuro muy fiable, convocar elecciones de
nuevo, poner el marcador a cero, empezar de nuevo y a ver qué pasa. Pero resulta que yo no
puedo.
Yo tengo que apechugar.
Todxs lo hacemos.
¿Qué menos que lo haga “nuestro presidente”, no?
Un poquito más de responsabilidad y valentía.
No nos merecemos menos.
Sí mucho más.
Elena Vélez

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Posted: 11 Jul 2019 09:51 AM PDT
1. EL ALBAICÍN: BARRIO OBRERO Y POPULAR
El Albaicín es un barrio popular construido en el este de Granada sobre una colina de unos 700 metros de altitud. Su establecimiento tiene sus raíces en la época musulmana, a partir del siglo XI, como conjunto de varios barrios sobre lo alto de esta colina, pero la conquista cristiana de Granada en 1492 desarrolló su actual aspecto, suplantando las mezquitas por iglesias. El Albaicín construyéndose siguiendo las conducciones de sus aguas, de ahí la importancia de sus aljibes. El carmen es la forma típica de casa de este barrio: se trata de un edificio con huerta con un muro alto que lo separa de la calle. Siendo uno de los barrios más antiguos y poblados en época musulmana, la rebelión morisca del siglo XVI contra la dominación cristiana supuso la represión contra los habitantes del Albaicín. Dicho barrio quedó prácticamente abandonado, proliferando las iglesias vacías y la progresiva decadencia. Poco a poco quedó a disposición de la población más pobre, pues la élite cristiana fue asentándose por la zona de la Alhambra, y posteriormente hacia lo que son los barrios del “llano”, principalmente el Realejo, Sagrario y Centro. El Albaicín era considerado como un barrio incómodo, alto, sucio y de difícil acceso. Por ello mismo, fue de personas pobres que vivian de su trabajo y habilidad, fomentándose de esta forma cierta población artesana, de pequeños comerciantes, y en no pocos casos, de marginados por la sociedad, tal como será el caso de los gitanos. Esta comunidad se concentraba principalmente en el Sacromonte (barrio vecino), pero su presencia fue extendiéndose. Entrado en la Edad Contemporánea, con la desaparición del Antiguo Régimen, el Albaicín se irá desarrollando en su aspecto de barrio de obreros y artesanos, que de una forma semejante a la Jura suiza que vivió Bakunin con sus relojeros y artesanos: se reproducía la visión anarquista de independencia y libertad por medio del trabajo propio o común entre compañeros. Este medio chocaba con el mundo exterior capitalista y asalariado, que anula otras formas de vida y gestión. La crisis demográfica del Albaicín tuvo un fuerte giro con la destrucción de las casas humildes del centro por medio de la aparición de las nuevas vías, modernas y enormes, en las que sobresalió la Gran Vía, en un proceso claramente heredero del cambio cristiano desde la toma de Granada, en la que ya se apuntaba la necesidad de construir casas grandes y calles rectas y de mayor tamaño1.
En Granada, el anarquismo fue el movimiento obrero hegemónico, quedando el socialismo en el mundo rural de la provincia y en ciertos círculos liberales de la capital. Los obreros industriales, artesanos y peones se encontraban generalmente en las filas del anarcosindicalismo. A nivel geopolítico, podemos observar que residían principalmente en determinados barrios. Los locales de los anarquistas se encuentran principalmente en el Realejo y Albaicín, así como en ciertas partes del centro de la ciudad. Concretamente, hemos observado los siguientes: calle de la Colcha 12 (Federación Local); San Matías 21 (Construcción; Agua, Gas y Electricidad); Recogidas 6 (Metal; Textil; Transporte; Sindicato de “Sastras”; Vendedores Ambulantes; Juventudes Libertarias); Rodrigo del Campo 5 (Madera; Constructores de carruajes; Piel; Jardineros; Campesinos); Piedra Santa 13 (Artes Blancas; Distribución); Panaderos 8 (Ferrocarril; parece que no fue en la calle albaicinera, sino en la existente en el barrio de San Lázaro). Existían varios ateneos libertarios en 1933: el Centro Libertario de la calle de la Colcha nº 12, que era uno de los principales; el Centro Libertario de San Ildefondo en la calle Hornillo nº 11 (donde se concentraba la FAI); el Centro Cultural del cuarto distrito que estaba en la Taberna Salinas, en calle Molinos; el Ateneo Cultural del Barrio de San José (una subdivisión del Albaicín), que estaba en la calle Huerto Gallo nº 9 (San Miguel Bajo); el Centro de Estudios Sociales, en el tránsito de San Juan de Dios nº 6; asimismo una Escuela Racionalista en la calle Elvira nº 802; y sin olvidar la Casa del Pueblo en la calle del Aire nº 6, que si bien se presentaba como neutral, estaba bajo influencia anarquista desde 19203. Posteriormente, algunos de estos locales cambiarán, cerrándose unos, abriéndose otros. De tal forma, sabemos sobre el Ateneo Libertario existente en la Placeta de Fátima, en 19364.
En Granada había un gran entusiasmo entre los militantes libertarios, que van formando una gran cultura, moral y espíritu de solidaridad que vemos reflejado en canciones como las que relata Vicente Castillo en varias de sus páginas5. El movimiento anarquista protagonizó las luchas obreras y sociales de la capital, siendo el Albaicín su gran bastión y corazón. En Septiembre de 1933 vivió una campaña iconoclasta contra los símbolos religiosos del barrio, que no quedó en pie ninguno de ellos6. Aparte de diversas huelgas y conflictos laborales, el Albaicín protagonizó diversos tiroteos y enfrentamientos cuando se dio la intentona golpista de Sanjurjo en Agosto de 1932. En la insurrección anarquista de 1933 planeada en todo el país, pero neutralizado a tiempo por el Gobierno, el Albaicín sí protagonizó una insurrección que se dedicó a la destrucción material, no personal, que no tuvo éxito como intentona revolucionaria, pero sí impulsó un movimiento de gran número de personas, lo cual preocupó enormemente a las autoridades granadinas7. En años posteriores, seguirá siendo el epicentro del movimiento libertario, por ser la residencia de un crecido número de sus activistas.
Muchos de ellos vivían en este barrio: Francisco Crespo, Francisco Burgos, Amadeo Pérez, José Martínez Alonso, Rafael Rosillo Vázquez, José Alcántara, Manuel Laguna, Francisco Maroto del Ojo, Antonio Morales Guzmán, Juan Arcoyas Cabezas, Ramiro Muñoz García, Rafael Cortes Fajardo, Mariano Cañete, etc. En los sumarios existentes en el Archivo de la Real Chancillería de Granada se hace constar la residencia de todos ellos, procesados o llamados a declarar en los sucesivos juicios.
Existían muchas fábricas textiles, de mediano o pequeño tamaño, donde trabajaban muchas mujeres. Existía, al margen del Sindicato Textil de la CNT, el Sindicato de mujeres sastres de CNT, cuya secretaria era Concepción Robles Guzmán8. En los años de la II República se daban algunos intentos de abusos sexuales contra sus trabajadoras, o así ellas lo afirmaban en la prensa libertaria, lo que se solía responder con la huelga, a la que se sumaban normalmente las compañeras de las otras fábricas en lo que eran “huelgas de solidaridad”, en conexión por medio del sindicato9.
En este medio obrero y vecinal, fue fácil introducir las ideas libertarias, porque existían una predisposición. Antonio Morales Guzmán, destacado libertario malagueño que se fue a vivir a Granada en los años treinta, donde trabajó en varios oficios, entre ellos el de zapatero, y de gran prestigio por su capacidad organizadora, habilidad en el escribir, y por ser probado hombre de acción, que vivía en la calle Aljibe de Trillo nº 9, relata el Albaicín de la siguiente manera:
La barriada del Albaycín siempre demostró su identificación con la Anarquía, dando su sentir y su amor a la causa de los hombres que en todo momento supieron luchar por la implantación del Comunismo anárquico.
Y más adelante:
Con elementos conscientes de sus deberes educativos, ideológicos y revolucionarios, en el Albaicín se ha llevado a cabo desde hace años una obra netamente anarquista, a más de tener esta barriada un signo de rebeldía enrolada en la más clara elevación solidaria y humana. La CNT es defendida en todos los lugares del Albaicín. Hemos visto viviendas enteras de vecinos salir como leones de sus miserables habitaciones para elevar moralmente los principios de la Confederación Nacional del Trabajo.10
No es nada extraño su decidida resistencia a la sublevación militar de 1936, y que fuese peligroso para los militares penetrar en sus calles, dada la estrechez de éstas. Esto nos lleva a reflexionar sobre la figura de los “suburbios rebeldes” que autores como Rubén Pallol o Hernández Quero están exponiendo y desarrollando en el mundo académico. Este autor apunta el paso de la ciudad “cerrada” (gremial y corporativa, del Antiguo Régimen) a la ciudad “abierta” (liberal, cosmopolita), que sin embargo abre profundas desigualdades, surgiendo los anillos obreros y suburbios, que adquieren rasgos de marginalidad y rebeldía:
El resultado fue una ciudad cada vez más fragmentada y discontinua en sus rasgos urbanos, con desigualdades en su acceso a esa modernidad que sin duda llegaba a la ciudad pero que no se repartía de manera equitativa ni uniforme.
Los vecinos de los barrios más desfavorecidos eran conscientes de estas desigualdades. La propia irrupción de algunas de las modernas infraestructuras o de algunas novedades tecnológicas facilitaban esa toma de conciencia. Los transportes públicos permitían a los vecinos explorar la ciudad y salir de su barrio para comprobar que había quienes vivían mejor que ellos y que recibían mejor trato por parte de las autoridades.11
Y en ello, Pallol señala su trasfondo:
Detrás de los motines y altercados se escondía, pues, una mezcla compleja de reivindicación del derecho a disfrutar de los avances de la moderna vida urbana en igualdad de condiciones a los barrios céntricos o más acomodados y una denuncia de los efectos perversos y nocivos que esa misma modernidad podía traer.12
Todo esto tuvo consecuencias concretas en el Albaicín, resultando sumamente interesante lo pertinente de las palabras de Pallol, quien estudia los suburbios madrileños, con el caso del Albaicín, salvando las diferencias, con detalles muy pequeños, como el hecho que el barrio granadino sí era protagonista de fotos y pinturas, algo impensable en los barrios pobres madrileños, pero siendo llamativo los medios de protesta y acción reivindcativa, prácticamente idénticos:
Igualmente importante es entender cómo los avances y cambios introducidos en la ciudad se convirtieron también en herramientas y armas al servicio de una clase obrera organizada o de los movimientos populares, en sus estrategias de desafío y lucha contra el poder establecido. Pensemos en la huelga como forma de lucha. Esta comenzó a representar una verdadera amenaza de colapso social y de revolución cuando saltó de la fábrica a la ciudad. Cuando paralizar los sistemas de transportes y de comunicaciones o cortar el abastecimiento de la luz podía paralizar y cortocircuitar la vida cotidiana del país.
(…)
La ciudad era, en fin, producto de los nuevos tiempos industriales y de las revoluciones liberales pero también su punto débil y donde las relaciones sociales impuestas y el poder de las elites hegemónicas se podían tambalear. El conflicto en torno a la vida urbana desbordó los márgenes de la política tradicional.13
La bibliografía sobre la historia del movimiento obrero en Granada puede destacarse en tres autores principales: Antonio María Calero Amor para la época comprendida entre la segunda mitad del siglo XIX hasta los primeros de los años veinte del XX14; José Antonio Alarcón Caballero para los años de la Segunda República Española15, donde el movimiento obrero se mostró más potente y activo que en ningún otro momento de nuestra historia; y Rafael Gil Bracero para la Guerra Civil y posterior represión, con apoyos como el de Isabel Brenes16. A todos ellos hay que sumar “especialidades”, como los de Mario López Martínez17 y Francisco Cobos18sobre la conflictividad rural y el caciquismo, elementos fundamentales para entender la época y sus problemas; José Manuel Barrios Rozúa sobre la violencia anticlerical19; López Osuna que, siguiendo a Calero Amor, profundiza en varios episodios vividos a principios del siglo XX, especialmente la lucha contra el caciquismo en la capital granadina y ciertas huelgas de la misma época20. Finalmente, sobre el anarquismo granadino, no existen muchas publicaciones, pero tenemos algunas: Gonzalo Bruton Prida escribió un pequeño artículo esbozando su historia durante los años de la II República21, que resume los capítulos que Alarcón Caballero redactará en su trabajo antes mencionado; Ignasi Toribio escribió una pequeña monografía sobre el movimiento obrero en Guadix destacando los elementos radicalizados, revolucionarios y anarquistas22; finalmente, el trabajo más completo en la actualidad se debe a Miquel Amorós en su biografía sobre el destacado anarquista granadino Francisco Maroto del Ojo23. En cuanto al Albaicín, existen muchísimas publicaciones, pero su número se reduce drásticamente en cuanto se trata de analizar su profunda conflictividad social en los tiempos contemporáneos. En este aspecto, han destacado brillantemente José Manuel Barrios Rozúa. Sobre la población de Granada, existe una aproximación sobre su demografía24, pero su estudio, centrado en los censos, parece limitarse principalmente a los propietarios, y no a los usufructarios, ocupantes o inquilinos, que ciertamente aparecen perfectamente descritos en el padrón que se puede comprobar en el actual Archivo Municipal de Granada. Es demasiado limitado para nuestros estudios sobre el anarquismo granadino, conformado casi en exclusiva por personas pobres, no propietarias. Es por ello que en dicha publicación no encontramos con ni un solo anarquista destacado o conocido (aunque nos aventuramos a reconocer que pueda existir alguna excepción, aún no encontrada por nosotros); mientras que la propia investigación en archivos sí da resultados positivos, como la propia residencia del anteriormente biografiado, Francisco Maroto, en la Plaza de San Cristóbal nº 15 (en otros documentos judiciales, Murallas de San Cristóbal); o de Francisco Crespo, en la Carrera del Darro nº 35. Con todo, su estudio nos acerca a una historia urbana de Granada y, en parte, del Albaicín, pero de una manera un tanto incompleta.
2. PREPARATIVOS CONTRA LA SUBLEVACIÓN MILITAR DE LOS ANARQUISTAS
Las autoridades republicanas en Granada se negaron a dar armas a los anarquistas, que así lo pedían desde los días 16 y 17 de Julio, cuando se echaron a la calle previniendo la salida del Ejército, como muchos rumores indicaban desde hacía semanas. El Ayuntamiento de Granada tenía más temor a las masas revolucionarias que al Ejército, que parecía mostrarse colaborador en esos momentos. En Granada, era una Comandancia General, y en verano contaba con una limitada guarnición de entre quinientos a mil miembros, por las vacaciones. Frente a un movimiento obrero organizado y enorme en la ciudad de Granada, sus mandos también dudaban de enfrentarse cara a cara con una población hostil, cuyo armamento desconocían en esos momentos, si bien es cierto que durante el gobierno de las derechas en Granada había peinado exhaustivamente los domicilios obreros en busca de armas y explosivos, objetivo que cumplieron en gran parte, pero a pesar de ello, nunca se sabía con certeza hasta qué punto había sido definitivo dicha tarea, ya que la actividad de rearmarse era constante y clandestina.
La CNT, junto a la UGT, formó un Comité de Defensa Revolucionario con el principal cometido de conseguir armas para la defensa popular frente a una eventual sublevación dentro de Granada. Informaba a los militantes de los últimos movimientos producidos por las derechas y militares, de los que se desconfiaba. A su vez, se organizaban grupos con diferentes cometidos: unos buscaban armas por sus propios medios; otros seguían a los principales sospechosos de secundar el levantamiento militar; había quienes se encargaban de preparar la defensa de la ciudad; y quienes convocaban a los trabajadores para alguna labor a realizar...
Comencemos a exponer los relatos sobre la sublevación en Granada, comenzando por los clásicos. El principal quizás se lo debemos a Ian Gibson:
Sólo en el viejo barrio popular del Albaicín, con su laberinto de calles pinas y estrechas, había habido alguna resistencia a las tropas. Para los obreros del Albaicín el significado de lo que sucedía no dejaba lugar a dudas, y, en consecuencia, con sus filas engrosadas por gente que había logrado huir del centro de la ciudad, se preparaban ahora febrilmente a enfrentarse con los insurrectos. Se levantaron barricadas por todas partes y, en particular, se hizo todo lo posible para impedir que el enemigo pudiese subir por el acceso principal al barrio, la Carrera del Darro, y, luego, por la empinadísima Cuesta del Chapiz. Al pie de ésta se abrió una profunda zanja para imposibilitar la subida de vehículos.
Viendo estos preparativos, los rebeldes comprendieron que el Albaicín iba a resistir en serio. Emplazaron, pues, una batería de artillería al pie de la iglesia de San Cristóbal, en la carretera de Murcia, detrás de la ciudad, desde donde se domina el Albaicín; y otra en un cubo de la Alhambra al otro lado del pequeño río Darro, exactamente en frente del Albaicín. Puesto que la noche caía ya, los sublevados decidieron dejar su ofensiva contra el Albaicín para la mañana siguiente. Sólo habían cruzado algunos tiroteos con los republicanos que les causaron dos muertos. Probablemente tuvieron más bajas los resistentes.
A la mañana siguiente, las dos baterías mencionadas abrieron fuego sobre el Albaicín. Estalló al mismo tiempo un violento tiroteo entre los bien armados rebeldes (infantería, guardias de Asalto y falangistas) y los obreros que, desde balcones y tejados, disparaban desesperadamente con las pocas pistolas y escopetas de que disponían. Pero, a pesar de esta tenaz resistencia, los sublevados consiguieron abrir varias brechas en las improvisadas defensas del barrio y practicaron numerosas detenciones entre los habitantes. Las fuentes impresas no dan una relación de las bajas habidas, pero se supone que fueron considerables.
Cuando llegó la noche del 21 de julio, el Albaicín no se había rendido todavía.25

Más actualizado y completo es Gil Bracero, que relata los acontecimientos de la siguiente manera, comenzando por el dilema de rebelarse o no:
El Alzamiento militar triunfa en Granada capital más por la audacia de un reducido grupo de oficiales que ha decidido y conseguido hacerse con los centros neurálgicos de la ciudad, apenas sin disparar un solo tiro en un espacio de tiempo récord, que por la fuerza de choque que disponían.
Las dudas de algunos oficiales a sumarse al levantamiento se fundamentaban precisamente en el escaso material humano y logístico que la guarnición posee en esos momentos. Muchos cuestionaban que sus fuerzas pudieran dominar a las masas extremistas si éstas conseguían las armas. He aquí la razón por la que los directivos de la rebelión impidieron a toda costa la entrega de material de guerra al pueblo.26
La ciudad fue tomada por los militares casi por sorpresa, sacando las banderas republicanas y gritando consignas a la República, como vemos en la memoria de Vicente Castillo:
El 20 de Julio de 1936 estaba este café de 'La Maison Doreé' hasta los topes, yo estaba en la puerta, no se cabía dentro. Todos estábamos oyendo la radio, en estos momentos vimos coches y camiones con gente de paisano y gorros militares, armados de fusiles, venían de la Gran Vía y bajaban por la calle Reyes Católicos donde estaba el café, daban gritos de viva la república, otros decían este grito pero le agregaban con 'honra', algunos llevaban la bandera tricolor.27
Más tarde insiste en lo que ocurrió:
Así andaban las cosas cuando el 20 de Julio estando oyendo la radio en el bar que antes he mencionado, 'Maison Dorée', vemos unos camiones cargados de soldados y gente joven disfrazada mezclando el uniforme con camisas azules y guerreras de militar que portaban fusiles y ametralladoras. Otros iban con cañones ligeros de artillería. Los gritos que daban eran de viva la República.28
Esta información está confirmada en la propia Historia de la Cruzada Española, la versión clásica de la historiografía franquista, que reconoce estos relatos:
Hasta los rojos, víctimas de la ilusión de que las fuerzas han salido 'para confraternizar con el pueblo', aplauden el desfile. Pronto conocen su error. La fuerza cargó contra ellos y Carrera del Darro arriba hacia los aledaños del Paseo de los Tristes, la caravana roja, maltrecha y desorientada, va aturdiendo con su pánico las calles que le dan salida. Unos trepan por las pinas callejuelas o buscan refugio en la Plaza Larga; quienes esconden su pavor bajo las bóvedas del Arco de las Pesas o bajo los muros insignes de Santa Isabel la Real.29
Los militares tomaron casi inmediatamente el polvorín de El Fargue, el Ayuntamiento y la Plaza del Carmen, el Gobierno Civil, así como Puerta Real, La Caleta, y otras zonas del centro. Ocuparán también el aedródomo de Armilla, ya sin aviones por una escapada a tiempo de los aviadores. Pero por otra parte, aterrizan tres aparatos republicanos, ignorantes de la situación de Granada, siendo capturados y detenidos.
La Guardia Civil, la Guardia de Asalto, la policía y otras fuerzas de seguridad de la ciudad se ponen a disposición de los militares, así como diversos grupos de Falange y de la CEDA. Sin todos ellos, la simple falta de personal de la guarnición militar no hubiera sido suficiente para controlar a la ciudad, que contaba con alrededor de diez mil miembros de la CNT y casi cinco mil de la UGT30, sin contar los militantes de otras fuerzas políticas.
Hubo intensos tiroteos en el centro de la ciudad, pero la desigualdad en armamento fue empujando a los trabajadores hacia sus barrios, concentrándose en el Albaicín. No será el único punto de resistencia, ya que el Barranco del Abogado también ofrece luchas y combates, según el relato de José María Nestares Cuéllar, antiguo jefe del Cuerpo de Seguridad y de Asalto, ahora Comandante de Infantería31. Durante la ocupación de Granada fueron detenidos Francisco Titos y otro libertario llamado Serrano, siendo apaleados en la comisaría de policía. Seguramente este Serrano sea José, quien fuese secretario del Sindicato de la Madera de la CNT. Francisco Titos era un destacado miembro de la FAI y de la CNT, con fama de ser hombre de acción. El nuevo gobernador civil circuló un bando donde se anunciaba la pena de muerte para los opositores. Éstas no tardaron en llegar. Desde el mismo día 20, ya comienzan los fusilamientos en el Cementerio de San José.
El Comité de Defensa Revolucionario se establece en el Ateneo Libertario del Albaicín32 y los anarquistas preparan la defensa del barrio ocupando cada esquina. Registran las casas para encontrar armas33, respetando las pertenencias y el dinero de los vecinos. Asaltan las tahonas y tiendas de comestibles para controlar los alimentos y productos de primera necesidad. Se acordó una consigna: CEFA (Confederación Española de Federaciones Anarquistas) como señal entre los combatientes anarquistas.
3. LA RESISTENCIA DEL ALBAICÍN
Los combates no tardan en producirse, pues los militares han encontrado poca resistencia en el centro, que han eliminado fácilmente, y esperando tener la misma suerte, intentan entrar en el Albaicín. Gil Bracero afirma que los
acontecimientos que se desarrollan en la tarde del lunes 20 vendrían a dar la razón a los anarquistas, a quienes no sorprende la salida del Ejército. Varias horas después ya tienen organizadas las primeras barricadas en las empinadas calles del barrio obrero del Albaicín. De inmediato se hicieron también preparativos para la resistencia: las mujeres trabajarían en las labores de abastecimientos y los niños y ancianos se encargan de la vigilancia. Los hombres van reuniendo armas.34
El alba del día 19 fue el comienzo de las barricadas del barrio granadino. Aprovechando la elevación del Albaicín, los anarquistas levantan zanjas y construyen muros de adoquines, es decir, barricadas. Sacos de arena y colchones sirven también como parapetos. Hay grupos de vigilancias prácticamente en todo el barrio, pero la preparación de las principales defensas se establecen en algunas calles de importancia estratégica: la Cuesta del Chápiz, San Miguel Bajo, Plaza Larga, Calle del Agua, la parte de lo que hoy es Carretera de Murcia (probablemente por la esquina de Pagés o por San Cristóbal), Calle del Zenete y Caldedería Vieja. No son numerosos los combatientes: los libertarios afirman que es nula la presencia de dirigentes socialistas y marxistas. Las armas escasean, llegando el caso de que algunos van armados con cuchillos y pinchos. Es la consecuencia de la postura de las autoridades republicanas de no repartir armas35, pero, acorralados, debían hacer frente. El primer ataque fue protagonizado por un coche de Guardias de Asalto, que tuvo que huir ante el lanzamiento de cartuchos de dinamitas. Un segundo ataque se concentró contra la barricada de la Cuesta del Chapiz, donde durante cuatro horas hubo un intercambio de disparos de fusiles. Un chico de las Juventudes Libertarias cayó muerto, mientras que los asaltantes tuvieron unas tres bajas. En Plaza Larga también se combatió durante horas contra los fusiles de los sublevados. La lucha fue encarnizada, algo previsible por la situación estratégica de esta plaza, conectada con la calle Agua, donde cayeron numerosos asaltantes de los sublevados. La respuesta feroz de los casi desarmados e indefensos anarquistas del Albaicín tomó por sorpresa las previsiones de los militares, que esperaban ciertamente una resistencia en Granada contra la sublevación, pero no que consiguieran pararlos con sus escasos recursos36.
Gil Bracero da varios detalles sobre los combates, que complementan el relato de Morales Guzmán:
En la mañana del 21 una sección de guardias de asalto, falangistas y soldados de infantería intentan neutralizar las barricadas de la Cuesta del Chapiz, Plaza Larga y los parapetos rudimentarios de San Miguel Bajo y calle del Agua. Desde el Paseo de los Tristes hasta el callejón del Zenete se suceden los tiroteos: un cadete de la Guardia Civil, y tres números de la Guardia de Seguridad, Civil y Asalto son los primeros heridos entre los asaltantes; por la tarde, la cifra se eleva a ocho”. Por otra parte han caído entre los resistentes del barrio obrero “José Fernández Tarifa, ebanista; Juan Martínez Pérez, aguador; Carmen Romero Bolívar; Francisco Sánchez López; José Fernández Ruano, carpintero; y Manuel Mirasol, albañil).37 Sabemos por Ideal que algunos de los heridos de los militares fallecen días después38.
Y prosigue, por días:
A las diez de la mañana del 22 (…). El parte informa que persisten los tiroteos en todo el barrio y que las barricadas no han podido ser dominadas. El mando de la acción recae en el capitán de Asalto, Álvarez, que manda 60 guardias, una sección de Infantería, y cuenta con el apoyo de las baterías emplazadas en la Alhambra: un grupo penetraría por la carretera de El Fargue y otro por la Cuesta del Chapiz. Después de la acción, un retén de 20 guardias vigilaría en las proximidades de San Gregorio Alto.
Durante el miércoles 22 se lucha encarnizadamente. De resultas de los primeros bombardeos fallecen cinco albaicineros (Enrique Revelles, José Moreno, José Durán, Daniel Durán Linares y Salvador Rodríguez Pavón). Pero la resistencia sigue en pie si bien cada vez las fuerzas y la moral fraquean entre los extremistas. Por la noche una radio clandestina emite por sus ondas varios llamamientos al resto de la población para que se sumen contra los militares39.
Gil Bracero cita el parte de operaciones de las 09:00 horas del día 23: “Información: Han aumentado las barricadas en el Albaicín, sobre todo en la Cuesta del Chapiz y entrada a San Cristóbal, donde el reconocimiento de ayer extremó la resistencia.40
El relato de Gibson, clásico, también relata cómo fue la lucha:
Las hombres del Albaicín se negaron a rendirse, pensando sin duda que más valía morir luchando que fusilado contra una tapia, y al poco tiempo se reanudaron los tiroteos. Luego las tropas y demás facciosos se retiraron para permitir que la artillería pudiese cañonear sin trabas el barrio. Así se hizo, efectivamente, añadiendo su apoyo al ataque tres aviones de caza capturados aquella mañana cuando aterrizaron en Armilla creyendo que el aeropuerto estaba todavía en manos de los republicanos. Estos aviones sobrevolaron el Albaicín, disparando con sus ametralladoras sobre los focos de resistencia. También dejaron caer granadas de mano. Aunque varias casas fueron destruidas totalmente por los bombardeos y hubo numerosas bajas entre los defensores, los 'forajidos' del Albaicín seguían en sus 'cubiles de fieras' al caer la noche. Pero llegaba el final de la heroica defensa del barrio.
En la mañana del 23 de julio se intensificó el bombardeo de la artillería y, al poco tiempo, banderas improvisadas empezaron a aparecer en balcones y ventanas. Era evidente que las escasas municiones de que disponían los republicanos se habían agotado.
Los soldados y falangistas, que esperaban este momento, invadieron ahora el Albaicín, y pronto terminó todo. Los más afortunados de entre los defensoras del barrio lograron escaparse por detrás de la ciudad, llegando después a las líneas republicanas cerca de Guadix. Otros, con menos suerte, fueron detenidos el tratar de huir; y otros cazados como ratas en sus propias casas. Cientos de hombres fueron llevados en seguida a la cárcel, a la comisaría de Policía u otros centros, donde fueron sometidos a interrogatorios y toda clase de brutalidades. Muchos de ellos serían fusilados poco después.
Ideal anunciaba a la mañana siguiente, el 24 de julio, que la resistencia del Albaicín había sido aplastada, publicando a continuación una descripción detallada del estado del barrio después de la rendición. 'La fuerza de las armas modernas ha dejado en el Albaicín huellas de su irresistible eficacia —comenta el periodista—. En muchas casas las fachadas presentan numerosos impactos de fusil, pistola, ametralladora y cañón.' Varias casas habían quedado completamente destrozadas, y el periodista se burla de los patéticos esfuerzos hechos por los obreros para protegerse con defensas inadecuadas contra el armamento superior de los militares. Ideal mostraba por fin su verdadero rostro.41
Por otra parte, en el relato del anarquista Morales Guzmán, escrito durante la Guerra Civil, con un tono algo altisonante y propagandístico, pero con la virtud de ser alguien que vivió en persona los hechos, y ofrecer la visión libertaria que hasta entonces se ha desconocido e incluso silenciado, y por lo cual queremos reproducir en este trabajo, describe que los anarquistas intentan conseguir armas allá donde las encuentran, y piden la colaboración de los vecinos para que entreguen aquellas que puedan tener en sus domicilios, aunque mantengan una postura neutral. Relata cómo construyen las barricadas:
Cada esquina del barrio del Albaicín fue tomada por un servicio de vigilancia, para defender el Ateneo Libertario, donde estaba el Comité de Defensa Revolucionaria controlando el movimiento de resistencia defensivo. Los trabajos de barricadas se ampliaban con duros trabajos. Las esplochas y azadas, movidas por el músculo revolucionario, abrían zanjas y levantaban murallas de adoquines. Los parapetos eran construidos con sacos de arena y colchones.42
Los combates más fuertes se dan en la Plaza Larga, calle del Agua y en San Miguel Bajo, donde caen a tierra varios cuerpos de los golpistas. Cuando cae la noche, los anarquistas usan la consigna “C.E.F.A.”43 para identificarse entre ellos. Morales asegura que solo hay una baja en los combates, la de la Cuesta del Chapiz: los otros muertos que se dieron fue por los posteriores bombardeos. Los sublevados, tras varios intentos de entrar en el Albaicín, colocan baterías de artillería en la Alhambra y en San Miguel Alto. Por medio de un avión lanzan unas octavillas con un ultimatum de tres horas, en el que se amenaza el bombardeo indiscriminado contra todo el barrio. Morales Guzmán dice que los anarquistas no quieren rendirse, pero el temor por los niños y ancianos los determinan a escapar por el campo, lo cual hacen muchos de ellos. En realidad, también se están quedando sin municiones. Sin embargo, los militares bombardean el barrio con los tres aviones capturados casualmente en el aedródomo de Armilla.
Tras varios disparos (en Haza Grande, Carril de la Lona y la muralla de Alberzana), que causaron diversas víctimas entre la población civil, se difundió una petición de rendición del barrio, so pena de más bombardeos. Visto el peligro y el temor, los anarquistas deciden marcharse por las salidas que se ha ido estudiando durante estos días para escapar. Los militares, con escasos efectivos, no pueden rodear la zona del Sacromonte, río Darro y Fuente del Avellano. El Albaicín es tomado sin lucha armada, lo que no impidió varios disparos y bombazos por parte de los militares, así como los registros de cada casa y la detención de todos los habitantes allá donde se encontraran libros anarquistas. Morales Guzmán afirma que se aplicó la Ley de Fugas contra algunos vecinos44, así como otros abusos, como el asesinato sin mediar palabra de un anciano que salió a buscar a su nieto. Aparecieron varias cuerdas de presos, modo tradicional y bien conocido en Granada, usado para llevar a un gran número de detenidos45. Se obligó a la totalidad de los vecinos a salir de sus casas y del propio barrio, por el gran peligro que corrían los militares al entrar en un lugar tan estrecho y tortuoso como era el Albaicín. El desalojo fue por las Eras de Cristo: “La rendición se produjo, si bien buena parte de los hombres lograron evadirse por el valle del Darro y por la parte alta, hacia la Vega. El último episodio fue un fulminante bombardeo que causó entre los extremistas al menos 11 víctimas.46
Vicente Castillo, que vivía en Granada, no pudo acceder al Albaicín para ayudar a sus compañeros, por la extrema vigilancia existente, y muchos libertarios no pudieron estar presente por la misma razón, incluidos algunos albaicineros que por casualidad no se encotraban en su barrio en el momento de comenzar la resistencia. Pero Vicente recuerda bien la lucha del barrio, vivos en la ciudad, mencionando su valor pero escasez de recursos y posibilidades:
En el Albaicín se hacían fuertes muchos compañeros (digo muchos, pero no tantos como debería haber sido), estos se defendían como podían con revólveres viejos, cuatro pistolas, escopetas, bombas de fabricación improvisada, con metralla de piedrecillas, hierros, cristales, que en ocasiones se dejaban rodar por las cuestas cuando el enemigo hacía intentos de subir a por ellos47.
Castillo explica el final de la resistencia fue por abandono, no por ser vencidos: “aquella noche los que resistían en el Albaicín se retiraron hacia las montañas, camino a La Peza, Tocón de Quéntar, Guadix, Colomera, etc.48 Los lugares de destino coinciden con la presencia de la Columna Maroto y de las principales operaciones de Los Niños de la Noche.
Existen numerosas evocaciones y recuerdos sobre el acontecimiento, desde muchas fuentes, abundando entre quienes lo vivieron desde la distancia. El secretario del socialista Alejandro Otero, Maximiliano Martín Fernández, en una entrevista con el director dePatria, el falangista Eduardo Molina Fajardo, da su visión de cómo y por qué se dio la Resistencia del Albaicín muchos años después:
- ¿Hubo consigna de los elementos de izquierda para atrincherarse en el Albaicín, o fue una cosa natural?
- Fue una cosa innata. Era más defendible la parte del Albaicín que la parte baja. Cerrando las dos o tres subidas que hay, había más posibilidad de defenderse. Esto es posible que lo tuvieran en cuenta los mismos de la CNT.
- ¿Cuántos días duró la resistencia en el Albaicín?
- Dos o tres días, pero no resistieron nada. Dos o tres días en que no intentaron entrar... Después no hubo oposición ninguna, porque no había nada. La defensa del Albaicín, en realidad, se hizo por ellos mismos, por los que vivían allí. Era por la cosa que tenían en contra de las derechas. Ha estallado el Movimiento, pues son los rebeldes los que vienen, pues vamos a defenderlo. Pero no fue que los granadinos se refugiaran allí, como alguna vez se ha dicho.49
Existen relatos de que la salida fue efectivamente armada y con pretensiones de seguir la lucha en otros lugares. Así nos lo encontramos en un testigo recogigo por relatos de derechistas sobre el asunto de las actuaciones de los anarquistas Galadí y Arcoyas (famosos por ser fusilados junto a García Lorca y Dióscoro Galindo). En la defensa del Albaicín aparecen también Juan Arcoyas Cabezas y Francisco Galadí, que debieron de huir tras finalizar la resistencia hacia Huétor Santillán, donde se unieron a la columna miliciana venida de Cartagena y que fracasó en su intento de entrar en Granada, en un desastre notorio (donde según Evaristo Torralba, tuvo que intervenir la Columna Maroto, colocada en Güejar Sierra en esos días, en apoyo a la operación50), y fue en Huétor donde los prendieron. Manuel Zarzo, Perete, novillero que conoció a Galadí y Cabezas en el mundo de los toros, recuerda cómo los descubrió un perrillo al olfatearlos escondidos en el interior de una cueva:
uno de ellos llevaba la pistola del sargento de la Guardia Civil de Huétor que había sido asesinado... y allí el comandante Cánovas, de Infantería, que llevaba la Jefatura del Sector, nos entregó a los dos toreros atados, que quedaron echados en la batea del camión, para que los lleváramos al cuartel de la Merced, tras soltarnos 'un discurso' patriótico resaltando nuestra responsabilidad para que los vigilásemos bien'51.
Existen también testigos como el de Miguel Lachica Horques, otro dirigente falangista, el cual habla cómo, ante la imposibilidad o peligro de entrar, instalan baterías de artillería para rendir al barrio:
Después, como el Albaicín, con unas barricadas, estaba cortado, creo, aunque esto no lo presencié yo, subieron unas piezas de artillería a la Alhambra o a un cerro de éstos, y desde allí, ante la amenaza de bombardearlos, el Albaicín se entregó.52
Otros testigos, como Patricio González de Canales (falangista), explica la ventaja artillera:
Empezó un tiroteo en la calle de San Antón y por el barrio de Fígares, y había que tener en cuenta el peligro que era el Albaicín para poder ocuparlo, pero eso lo resolvieron los de Artillería, que colocaron un cañón un una batería en la Alhambra y aparte de defender así este monumento universal, pronto tuvieron dominado desde la altura al Albaicín y toda la gente de la vega.53
Con el barrio rendido, Granada se militarizó. Los taxis tuvieron que salir de sus cocheras; los panaderos fueron perseguidos; se publicó un bando donde se mandaba detener a todo miembro de la CNT, UGT y otras organizaciones partidarias de la parte republicana en la guerra, pasando a disposición militar para ser juzgados. El antiguo diario El Defensor de Granada fue prohibido e ilegalizado, persiguiéndose a sus redactores y a su dirección. Los ferroviarios lograron destruir parte de las máquinas para evitar su uso por parte de los militares sublevados.
Morales Guzmán, en sus artículos en Solidaridad Obrera de Agosto de 1936 sobre la lucha del Albaicín, señala la práctica desaparición e inexistencia de socialistas y marxistas en las luchas. Hoy lo confirman, en general, los historiadores actuales, donde los simpatizantes con el socialismo y republicanismo intentan justificar la ausencia por la “ingenuidad” e “imposibilidad” de organizar la resistencia en el Albaicín y triunfar, porque era poco menos que un “suicidio colectivo”, a pesar de la escasez de la fuerza militar sublevada en Granada54. Obvian, sin embargo, que mayor fue la ingenuidad de confiar en los militares, como hicieron los socialistas y comunistas en el Ayuntamiento y Gobierno Civil, error que les llevó al paredón inmediatamente. Asimismo, la resistencia permitió la huida de gran parte de la población más comprometida política y socialmente en Granada, que fue abandonando la ciudad por la parte trasera del barrio popular, que da con el campo, cuevas y algunos bosques que permitían esquivar la persecución con el apoyo de los habitantes del lugar. Tan sistemáticas fueron tales evasiones, que se irá formando el germen de Los Niños de la Noche.
4. LOS NIÑOS DE LA NOCHE
Es un grupo que surge en la propia resistencia del Albaicín, cuando notan la falta de armamento entre los resistentes en contraste con el potencial de la artillería y aviación sublevada. Conscientes del control militar sobre Granada, que queda relativamente aislada, comprenden que es necesario crear un “salvoconducto” (un sistema consensuado entre personas organizadas) que saque aquellos más comprometidos de Granada, que pudieran ser ejecutados, pues estaban siendo informados desde un principio sobre las matanzas en Granada. Muchos habitantes del Albaicín y del Sacromonte conocían bien los campos orientales, llenos de cuevas y refugios, que se dirigen hacia Quéntar, Huétor Santillán, Beas de Granada, Pinos Genil y otras localidades. Sus miembros son casi todos jóvenes libertarios, normalmente de las Juventudes Libertarias (Antonio Fernández Labrot, Cecilio Hernández, Castillo tartamudo...), que actuaban por la noche para no ser vistos, en relación confidencial con vecinos y guardas de la zona. Atravesaban bosques y montes, siempre armados, intentando evitar el combate, pues no quieren ser vistos: se infiltran y a veces hasta entran en Granada.
No deben ser confundidos con los llamados Hijos de la Noche, lo que fue el XIV Cuerpo de Ejército, una estructura militar especializada en la guerrilla, un “Batallón Guerrillero”. El rescate del Fuerte de Carchuna fue obra de este cuerpo militar, no de los Niños de la Noche, cuya labor, naturaleza y objetivos eran diferentes.
No hay datos en papel de Los Niños. Se formó espontáneamente y parecía actuar por libre criterio, primero en el barrio y, cuando escapan, dentro de las columnas de milicianos. Sabemos con certeza que existían en la Columna Maroto, y probablemente también en otras con evadidos de la capital granadina. Los habitantes de Granada empezaron a escuchar su leyenda y efectividad, pues conseguían salvar grupos de más de cien personas. La emoción de poder escapar causaba una profunda impresión de todos aquellos que se encontraban dentro de la ciudad granadina, escenario en esos momentos de una sangrienta y salvaje represión, cuya tensión se palpaba en toda la ciudad, con múltiples anécdotas horribles, que desgraciadamente estaban lejos de ser meros rumores.
Belén Sánchez Fernández señala el aspecto mítico y misterioso de este grupo, con un nombre tan relacionado con la oscuridad, la lejanía anónima, y la salvación:
Dejando, pues, como decíamos, la localización, delimitación y exactitud de las acciones para otro estudio más amplio, quisiéramos ahora fijarnos, como se apunta más arriba, en el carácter casi mítico de estos grupos. Amparados por la noche y el anonimato, suponían un fenómeno altamente atractivo para una sociedad angustiada en tiempos de guerra. La característica más sobresaliente y continuamente referida en los escasos testimonios que sobre ellos poseemos es su silenciosa manera de desaparecer, engullidos por la oscuridad, una vez efectuada la operación que en cada caso les ocupara. No es de extrañar entonces que fueran bautizados como Niños o Hijos de la Noche.55
Gracias a Vicente Castillo, tenemos un relato de una actuación de los Niños de la Noche, describiéndonos perfectamente su proceder. Queremos respetar la integridad de su relato, no solo por su valor en la descripción del camino, sino también por su capacidad de transmitir las sensaciones que vivían aquellos que se aventuraban con Los Niños de la Noche:
La fuga fue en principio, de muchas precauciones, teníamos que andar por las veredas del Sacromonte escondiéndonos por las cuevas, muy en silencio y atendiendo a los perros ladradores. Ya, casi a la altura del seminario bajamos al río Darro, tratando de llegar hasta el puente Quebrado.
Dado este movimiento fue posible gracias a Laureano Pérez y a Manuel Hidalgo, conocedores de estos lugares por haberse criado en ellos.
Teníamos que burlar un control, entramos en la venta y estos preguntaron a la dueña por dónde andaba la Guardia Civil, ella con un guiño y un movimiento de cabeza indicó que estaban dentro, este fue el momento que se aprovechó para emprender la marcha a paso ligero, bajar al río, atravesarlo por el puente Quebrado y plantarnos en la casilla del guarda del Avellano.
La familia del guarda y él mismo no conocía a ninguno de los que íbamos, nada decía saber y negaba y negaba que por allí hubieran visto a Niños de la Noche ni a nadie, por más detalles que dimos y razonamientos, seguía negando, ellos se habían asustado al ver por lo menos a 25 jóvenes vestidos de soldados, 'mire, no llevarnos armas ¡qué más hubiéramos querido!'
Volvernos no nos era posible, nos poníamos impacientes y ya estaba en mi mente maltratarles, pero esto sería en último lugar.
Por fin se convencieron, el mayor de la familia, que debía ser el guarda, nos subió por la ladera del monte, la noche nos cerraba con su oscuridad el camino y un objeto duro tropezó con mi pecho: era el cañón de una metralleta que con sus ojos me veía en la oscuridad, que tenía Castillo, de apodo 'Castillito', de oficio ebanista y un poco tartamudo.
Él me conoció antes de tropezar con mi pecho con aquel aparato de un ojo sin luz.
Cuando mi vista se acostumbró el lugar lo conocí, aunque ya cuando habló sabía quién era.
Años después le he hecho referencia de aquel momento y no lo recordaba; él había bajado varias veces y no recordó este detalle.
Ya, cuando llevábamos unas dos horas andando era el 14 de Enero de 1937.
Aún era de noche en aquel largo amanecer cuando los guías nos dijeron que podíamos hablar fuerte o como nos diera la gana: el peligro había pasado. Aquella noche entre hombres, mujeres y jovencitos pasamos la línea de 90 a 100 personas.
Cuando pudimos hablar fue para cantar los Hijos del Pueblo y llorar de emoción.
El día se dibujaba en el horizonte cuando pisamos el Puntal de la Morena56.
Esto era una posición que ocupaban las milicias de la Columna Maroto, antes de llegar a ella estábamos roncos de cantar Hijos del Pueblo, las Barricadas, dar vivas a la Revolución Social, a la C.N.T., y a la F.A.I.
Aquello fue un desbordamiento de alegría, de llantos de emoción al saber que pisábamas, no suelo de la República, sino suelo de la Confedaración Nacional del Trabajo, ya que nunca me he considerado moralmente combatiente de la República.”57
También conservamos un testimonio de un integrante de Los Niños de la Noche, Cecilio Hernández, que relató su experiencia en el grupo en una entrevista grabada y conservada en los archivos de la actual CNT de Granada:
Y te voy a decir algo de eso para que la gente sepa que nosotros la mayoría de las noches no dormíamos en el frente, sino que nos dedicábamos a pasar en esta parte de acá las líneas enemigas y venir aquí a Granada incluso, a recoger compañeros y compañeras que estaban esperando que los fusilaran, y entonces llevarlos para allá, a aquella parte, la que le decían “de los rojos”. Y tenía un peligro, ¡pero un peligro! Y luego los críos... Teníamos que hacer una cantidad de operaciones... Es que nos llevábamos para allá a lo mejor veinticinco o treinta. Ya estaban advertidos ellos y nos esperaban en un sitio para que nosotros fuéramos a recogerlos. Y ya te digo: mujeres, críos... Y algunos críos los he llevado yo kilómetros a cuestas, en la cartuchera que llevas por detrás, ahí sentadico, y cogido a mi cuello. Y cuando entrábamos en unas líneas y lloraba..., eso tenía un peligro grandísimo cuando ibas a pasar unas líneas.
[...]
A nosotros nos decían, éramos, los Niños de la Noche, así nos llamaban. Eso lo quiero reflejar para que los que no lo saben, que hay muchos que no lo saben, que lo sepan, que nosotros no nos dormimos en los laureles, nosotros estuvimos luchando en cada momento. Por la parte que más entrábamos era por la parte de Güejar Sierra, también por la parte de Armilla. Traíamos gente práctica del terreno, que eran los que nos iban conduciendo. Luego otra cosa también, que se me olvidó decirte, que nosotros estuvimos organizando, treinta y dos personas, nos estuvieron dando clase, digamos, más de una semana, porque queríamos venir aquí a Granada a liberar a Federico García Lorca. Estuvimos preparándonos para la operación, haciendo prácticas y cosas, pero que cuando ya iba a llegar el momento de venir a liberarlo, pues ya no sé lo que pasó, que cambiaron de opinión, no sé, ya no dijeron nada.
58
Hace referencia a la sensación que tenían los milicianos anarquistas del frente de Granada: estaban inactivos por los mandos o por razones desconocidas, pero siempre estuvieron dispuestos en todo momento, e intentaron hacer todo lo posible. Los Niños de la Noche estuvieron toda la guerra salvando vidas de personas comprometidas. Lo cual, muchas veces, es lo más importante, incluso en una guerra.
5. CONSECUENCIAS DE LA RESISTENCIA
La rendición del Albaicín no impidió los abusos y la represión en toda la ciudad de Granada. La CNT quedó rota en su línea orgánica local y los servicios fueron militarizados; aquellos con documentos sindicales eran detenidos y procesados por lo militar; algunos puentes fueron volados; los sublevados patrullaban la ciudad en camionetas.
Se ningunea el protagonismo libertario en la resistencia del Albaicín, si bien ya no se llega al extremo grotesco de atribuirlo a comunistas o socialistas. Se tiende a hablar de una lucha “antifascista” o de obreros en general, de muchas tendencias ideológicas. No se puede afirmar tal cosa: está claro el protagonismo de los anarquistas; el tiempo y las investigaciones lo han ido confirmando. Ya en la guerra salió esta polémica y quienes estuvieron en esos mismos combates insistieron en ello, así lo podemos ver un artículo titulado ¿Cinismo o inconsciencia?59, que señala cómo un comunista, “Secretario de la Provincial”, en un mitin del Frente Popular celebrado el 19 de Julio de 1937 en la localidad de Baza, afirmó que los verdaderos defensores del barrio del Albaicín fueron los marxistas, mientras que “los libertarios se dedicaron a formar comités y asaltar los establecimientos”. A esto contesta el artículo que quien dice tales afirmaciones es un cobarde o un esbirro. Aseguran que el único comunista que estuvo presente en las luchas del Albaicín fue uno apodado el “Brasileño”. El articulista se remite a él, que corrobará lo que se afirma si no se ve obligado por dictado de su dirección; si tal ocurre, se apoyan en Juan Ruiz, de las JSU, que no lo negará. Este Juan Ruiz recibió un balazo en el brazo en la Acera del Casino, en la víspera de la sublevación. Ruiz pudo escapar del hospital y, aunque no intervino en la lucha, fue testigo de los combates. Concluye: “Los únicos defensores, los únicos que se enfrentaron en Granada contra la sublevación fueron las Juventudes Libertarias y los hombres de la CNT, aislados también, lucharon comunistas y socialistas pero tan pocos que era facilísimo contarlos.” Las palabras del mitinero se explican por la “infame labor de estos comunistas que son capaces de preferir qye se pierda la guerra antes de cesar en una política sectaria que solo perjuicios nos ocasionan a todos.
Por su parte, la resistencia permitió la huida de muchos militantes comprometidos, tal como podemos ver en el caso del propio Vicente Castillo, que relata en su propia memoria, y otros anarquistas más conocidos: Zarco, Fermín Castillo, Fernández Labrot... Estas personas escaparán a la retaguardia republicana y protagonizarán la formación de nuevas fuerzas milicianas a la vez que daban impulso revolucinario en la provincia granadina. Algunos de sus nombres y hasta imágenes los veremos en las publicaciones libertarias de Granada Hombres Libres y ¡Nervio! La lucha tuvo ese éxito, y el no ser realmente vencidos por las armas, sino por la huida ante el ultimatum de un bombardeo indiscriminado, mientras se daba el nacimiento de Los Niños de la Noche, una iniciativa útil de rescate para salvar a muchos prisioneros o huidos. Así lo creemos por la total coincidencia entre los resistentes y miembros deLos Niños, y la coincidencia en el uso de los mismos pasos, señales y lugares entre unos y otros, según vemos en los distintos relatos. También supuso una molestia considerable para el ejército sublevado de Granada, que en los primeros días no pudo auxiliar a los golpistas del resto de la provincia. Solo un tiempo después pudo hacer algo en los pueblos de la cercana vega, interviniendo luego en su avance más lejano, en el Valle del Lecrín. Episodios de resistencia posterior al 25 de Julio los obligó a utilizar sus escasos recursos en controlar la capital y el área más aproximada. Muchas veces, todo atisbo de rebeldía llevaba como consecuencia unas represalias específicamente contra el Albaicín, pues los propios sublevados identificaban al barrio como naturalmente hostil a su causa. Da algunos ejemplos una evadida a la que Morales Guzmán, como secretario, le confió el sello de la Federación Local de la CNT-AIT de Granada, y que tras pasar cuatro horrosos meses en la Granada sublevada, llega a zona “roja”, devolviendo el sello a Morales, relatando varios hechos muy duros60.
La valentía del Albaicín siempre fue recordada y elogiada hasta la Granada de nuestros días, produciéndose, además de la conocida leyenda que llega hasta nosotros, versos de sus entusiastas, como vemos en Castillo61. Hemos querido utilizar fuentes quizás ya obsoletas, pero que marcaron los imaginarios de aquellos granadinos de los años cuarenta que escucharon el relato franquista de la Historia de la Cruzada, posteriormente aquellos de los años setenta cuya rebeldía despertaba y escuchaban las palabras de Gibson, o las entrevistas de Molina Fajardo que muestran bien lo que se decía en la Granada franquista sobre la resistencia, en dos versiones que convivieron: una fue la hostil y despreciativa; otra la idealizada y romantizada, que no pocos falangistas reconocieron, quizás en honor a la valentía de su sublevación, llena de supuestas dificultades. Por otra parte, el recuerdo colectivo libertario, en la clandestinidad y exilio, que representa los textos de Morales Guzmán. Finalmente, remitirse a los relatos actuales de Gil Bracero, para dar los necesarios complementos actualizados a los hechos. Las memorias de Vicente Castillo rellenan con vivencias verdaderas la realidad de todos estos relatos. Unos y otros dan una visión en conjunto imprescindible para comprender este interesante e importante episodio.
Francisco José Fernández Andújar
Notas:
1Véase estos episodios a lo largo de las páginas de: El Albaicín. Paraíso cerrado, conflicto urbano, Diputación Provincial de Granada, Granada, 2003. En especial, el texto de José Manuel Barrios Rozúa, «Iconoclastia y resacralización del espacio urbano en el Albaicín», págs. 71-93.
2Sumario 231 1933, del Juzgado de Instrucción del Distrito del Campillo, Archivo de la Real Chancillería de Granada (ARCHG).
3Antonio María Calero Amor, Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923), Tecnos, Madrid, 1973, págs. 267 y ss.
4Rafael Gil Bracero, María Isabel Brenes, Jaque a la República (Granada 1936-1939), Osuna, Armilla, 2009, págs. 148-149. Presenta en dicho mapa la sede de la CNT en calle Saravia.
5Vicente Castillo, Recuerdos y vivencias, tomo II, edición del autor, Barcelona, 1979, pág. 249.
6José Manuel Barrios Rozúa, «Iconoclastia y resacralización del espacio urbano en el Albaicín», El Albaicín. Paraíso cerrado, conflicto urbano, págs. 83-84.
7Ideal, 12 de Diciembre de 1932, Granada. Son palabras del Gobernador Civil. También vemos la preocupación en el Libro de Actas del Ayuntamiento de Granada, sesión del 15 de Diciembre de 1933, punto 20. Archivo Municipal de Granada.
8Sumario 231 1933, del Juzgado de Instrucción del Distrito nº 3 Campillo, ARCHG.
9«Huelga por solidaridad. Ocho fábricas de Granada han ido a ella, y el paro amenaza extenderse», CNT, nº 222, Madrid, 18 de Agosto de 1933, pág. 1. También: «Al ramo Textil y Fabril de la Región Andaluza», CNT, nº 337, Madrid, 11 de Septiembre de 1934, pág. 3.
10Morales Guzmán, «Duros combates en el Albaicín», Solidaridad Obrera, nº 1349, Barcelona, 11 de Agosto de 1936, pág. 2.
11Rubén Pallol Trigueros, «La lucha por la calle. Conflictos en la redifinición del espacio público en las ciudades de comienzos del siglo XX»Crisol, série numérique 5, 2009, pág. 20.
12Rubén Pallol Trigueros, «La lucha por la calle...», pág. 21.
13Rubén Pallol Trigueros, «La lucha por la calle...», pág. 22.
14Antonio María Calero Amor, Historia del movimiento obrero en Granada (1909-1923), Tecnos, Madrid, 1973.
15José Antonio Alarcón Caballero, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Diputación Provincial de Granada, Granada, 1990.
16Rafael Gil Bracero, «Autoridades nacionales y barricadas en el Albaicín», La Guerra Civil en Andalucía Oriental 1936-1939,Ideal, Granada, 1987; Rafael Gil Bracero, Revolucionarios sin revolución, marxistas y anarcosindicalistas en guerra, Granada, Universidad de Granada, Granada, 1998; Rafael Gil Bracero, María Isabel Brenes, Jaque a la República (Granada 1936-1939),Osuna, Armilla, 2009.
17Mario López Martínez, Orden público y luchas agrarias en Andalucía: Granada 1931-1936, Ediciones Libertarias, Madrid, 1995.
18Francisco Cobo Romero, Revolución campesina y contrarrevolución franquista en Andalucía, Universidad de Granada, Granada, 2004.
19José Manuel Barrios Rozúa, «Iconoclastia y resacralización del espacio urbano en el Albaicín», El Albaicín. Paraíso cerrado, conflicto urbano, Diputación Provincial de Granada, Granada, 2003, págs. 71-93.
20Álvaro López Osuna, La Granada insurgente. Poder político y protesta popular en Granada (1898-1923), Comares, Albolote, 2016.
21Gonzalo Butron Prida, «El anarcosindicalismo en Granada durante la II República. Desde las elecciones de noviembre de 1933 hasta la victoria del Frente Popular», Trocadero, nº 5, 1 de Enero de 1993, págs. 627-634.
22Ignasi Toribio Chiva, República y Revolución en Guadix 1931-1939, CNT-AIT Granada, Granada, 2014.
23Miquel Amorós, Maroto, el héroe: Una biografía del anarquismo andaluz, Virus, Barcelona, 2011.
24Manuel Morell Gómez, De la vecindad de Granada entre los años 1800 y 1935, edición del autor, Granada, 2002.
25Ian Gibson, Granada en 1936 y el asesinato de Federico García Lorca, Crítica, Barcelona, 1986, págs. 89-91.
26Rafael Gil Bracero, «Autoridades nacionales y barricadas en el Albaicín», La Guerra Civil en Andalucía Oriental 1936-1939,Ideal, Granada, 1987, pág. 109.
27Vicente Castillo, Recuerdos y vivencias, tomo I, págs. 54-55.
28Ibidem: pág. 103.
29Joaquín Arrarás Iribarren, Historia de la Cruzada Española, volumen III, Datafilms, Madrid, 1984, pág. 263.
30José Antonio Alarcón Caballero, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Diputación Provincial de Granada, Granada, 1990, págs. 181 y 261-262.
31Rafael Gil Bracero, María Isabel Brenes, Jaque a la República (Granada 1936-1939), Osuna, Armilla, 2009, págs. 387-389. Esta resistencia fue vencida por medio de tiradores de élite seleccionados por el propio Nestares.
32Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 115.
33Antonio Morales Guzmán, «¡C.E.F.A.!»,Solidaridad Obrera, nº 1348, Barcelona, 9 de Agosto de 1936, pág. 3.
34Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 113.
35Debe mencionarse que muy posiblemente el comienzo de la sublevación militar de Granada responda a una orden de las autoridades locales a la Guardia Civil de entregar armas a una columna que se estaba organizando para auxiliar Córdoba. Esta organización era una iniciativa socialista y estaba pensada para sus militantes. Ningún anarquista superviviente conocía de esta iniciativa. En cualquier caso, la orden no tuvo efecto, porque fueron informados los conspiradores, que se apresuraron a detener al general Miguel Campins y Aura, al mando de la Comandancia Militar de Granada apenas unas semanas antes del Golpe de Estado. Si bien es cierto que se opuso al levantamiento, parece ser que se debía a su temor por los pocos efectivos militares y la incertidumbre de la iniciativa obrera. En cualquier caso, su influencia era nula ante el resto de jefes militares en Granada, que no tardaron en apresarle por no obedecer las órdenes directas de Queipo de Llano.
36Morales Guzmán, «Duros combates en el Albaicín». En Solidaridad Obrera, nº 1349, 11 de Agosto de 1936, pág. 2.
37Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 116.
38Ideal, Granada, 25 de Julio de 1936, pág. 5.
39Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 117.
40Servicio Histórico Militar, legajo 363, carpeta 2. Citado en Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 118.
41Ian Gibson, Granada en 1936..., págs. 93-94.
42Antonio Morales Guzmán, «¡C.E.F.A.!», Solidaridad Obrera, nº 1348, Barcelona, 9 de Agosto de 1936, pág. 3.
43CEFA eran las siglas de Confederación Española de Federaciones Anarquistas. Como federación, no existía realmente, era una idea o propuesta, que parece proceder de Antonio Morales Guzmán. Se usará luego como nombre de una columna de milicianos que vienene desde Málaga.
44La Ley de Fugas era una conocida ley que ya existía en España y que se hizo famosa por el uso fraudulento de la policía, consistente en detener a alguien y luego comunicarle que quedaba libre, siendo disparado y asesinado por detrás bajo la excusa de que intentaba huir.
45Morales Guzmán, «Ante todo, la dignidad y la moral», Solidaridad Obrera, nº 1351, Barcelona, 13 de Agosto de 1936, pág. 4.
46Rafael Gil Bracero, «Auroridades nacionales y barricadas en el Albaicín», pág. 118.
47Vicente Castillo, Recuerdos y vivencias, tomo I, pág. 105.
48Vicente Castillo, Recuerdos y vivencias, tomo I, pág. 109.
49Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de Federico García Lorca, Plaza & Janes, Esplugues de Llobregat, 1983. pág. 153.
50Informe que eleva al Comisariado General de Guerra, el Comisario del Batallón nº 353, de la 89 Brigada Mixta, comprendiendo su actuación, como miembro del Comité de Guerra responsable de la “Columna Maroto”, hasta esta fecha en que ejerce las funciones del Comisariado de antedicha Unidad. Archivo CNT. Instituto de Historia Social de Amsterdam.
51Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de Federico García Lorca, pág. 65.
52Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de Federico García Lorca, pág. 107.
53Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de Federico García Lorca, págs. 115-116.
54Rafael Gil Bracero, Revolucionarios sin revolución, pág. 28.
55Belén Sánchez Fernández, «Los “Niños de la Noche”: una metáfora para tres maneras de desaparecer», Retrato de la resistencia: Carlos Soriano, un anarquista en la posguerra española, La Isleta del Moro, Granada, 2005, pág. 73.
56Actualmente, en el Pantano de Quéntar, es lo que vemos justo enfrente de la presa, lo que hay encima de la Cueva de la Paloma.
57Vicente Castillo, Recuerdos y Vicencias, tomo 1, págs. 121-122.
58Belén Sánchez Fernández, Los “Niños de la Noche...”, págs. 72-73.
59Un Albaycinero, «¿Cinismo o inconsciencia?», Hombres Libres, nº 35, Guadix, 6 de Agosto de 1937, pág. 5.
60«¡Granada entera mana sangre de trabajadores!! - Nos dice una compañera evadida de la capital dominada por el fascio»,Hombres Libres, nº 3, Guadix, 25 de Diciembre de 1936, pág. 6.
61Vicente Castillo, Recuerdos y vicencias, tomo 2, págs. 204-205.


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Posted: 10 Jul 2019 11:54 AM PDT
Viernes 12 julio, 19:30h. Perspectivas anarquistas de chalecos amarillos
Les Gilets jaunes Points de vue anarchistes
de Monica Jornet
Presentación del libro con su autora, en LaMalatesta. c/Jesús y María, 24. Madrid
El movimiento de los chalecos amarillos, lanzado el 17 de noviembre de 2018, contra el aumento de los precios del combustible en Francia, es un fenómeno nuevo. Los anarquistas, sin duda, se sienten desafiados y preocupados por un movimiento nacido de partidos e instituciones.
El mandato de Éditions du Monde libertaire reunió los puntos de vista de los miembros de la Federación Anarquista Francófona: ¿por qué hay una diversidad de interpretaciones dentro de la FA? ¿Revuelta o revolución? Favor o en contra ? ¿Cómo explicar la participación de ciertos anarquistas y no de otros? Este libro invita a cuestionar libremente el movimiento de los chalecos amarillos, mientras se sumerge en el pensamiento libertario.
Editions du Monde Libertaire
296 p. - 11 x 18 cm -
ISBN : 9782379810008
http://www.hobo-diffusion.com/catalogue/2038/les-gilets-jaunes-points-de-vue-anarchistes
LES GILETS JAUNES : POINTS DE VUE ANARCHISTES
JORNET MONICA
Le mouvement des Gilets jaunes, engagé le 17 novembre 2018, contre la hausse des prix du carburant en France, est un phénomène nouveau. Les anarchistes se sentent indubitablement interpelés et concernés par un mouvement né hors partis et institutions.
La mandatée aux Éditions du Monde libertaire a recueilli les points de vue des membres de la Fédération Anarchiste francophone : pourquoi y a-t-il une diversité d’interprétations au sein de la FA ? Révolte ou révolution ? Pour ou contre ? Comment expliquer la participation de certain.e.s anarchistes et pas d’autres ? Ce livre invite à s’interroger librement sur le mouvement Gilets jaunes, tout en plongeant dans la pensée libertaire.

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Posted: 09 Jul 2019 07:30 AM PDT
Desde el Ateneo libertario Carabanchel-Latina (Federación Libertaria de Madrid) queremos autoorganizar con vosotrxs unas jornadas de pedagogía crítica.
La Revolución Francesa trazó el camino de la tarea esencial de la educación pública que es formar sujetos dóciles, seres humanos que han de ser la riqueza del Estado. La educación es reflejo de la sociedad en la que se imparte, es una de las herramientas sociales para la perpetuación de la dominación.
El imaginario social en el que vivimos es el de la competitividad salvaje entre átomos humanos sin otra ligazón con sus iguales que el miedo en la carrera por conseguir un buen puesto en el ascensor social de la supuesta sociedad de oportunidades, quimera muy querida por todo tipo de keynesianismo.
Insistentemente los voceros del sistema lanzan el mantra de que “la mejor inversión que un país (Estado) puede hacer para prosperar es en educación”, eslogan que desvela los intereses de quienes lo pronuncian al percibir a los seres humanos como simples inversiones en recursos humanos, de los que convenientemente educados se obtendrán réditos suficientes para alimentar la maquinaria capitalista. Desde nuestra infancia se nos inculca en el aula la jerarquía del que sabe y del que obedece, patrón de conducta muy útil para el futuro.
Nosotrxs, libertarixs, aspiramos a una sociedad sin dominación, de personas libres y autónomas, interconectadas, sin jerarquías, que viviendo en comunidades de iguales y diversxs gocen del desarrollo de sus potencialidades como un fin en sí mismo. Nuestra obligación es enfrentarnos con toda la fuerza de nuestras convicciones a la educación generada por la sociedad heteropatriarcal y capitalista actual.
Desde el Ateneo libertario de Carabanchel-Latina (FLM) hacemos una primera convocatoria de trabajo para preparar, entre todxs, unas jornadas de pedagogía crítica a todo ateneo, colectivo, etc. interesadxs.
Jueves 29 de agosto a las 19 h., en el EKO de Carabanchel, C/ Anade 2, metro Oporto.

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